PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año
11 - Número 3018 ~ Miércoles 25 de Mayo de 2016
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Señor
mío, Tú estás siempre dispuesto a perdonar, porque eres justo y misericordioso,
y para ello pides una conversión sincera, una conversión profunda en tu amor,
que significa dejar atrás todo lo que nos ata al pecado y caminar recto por tus
senderos de justicia. Sólo puedo poner mi confianza en Ti, ya que sólo Tú
puedes ayudar a desprenderme de los bienes terrenos, que son pasajeros, van y
vienen, pero Tú te quedas, eres eterno. Tú me quieres feliz, amado mío, y
aunque pareciese que es una gran exigencia tuya, lo que realmente quieres es
que sea libre y esté dispuesto para el propósito para el cual me has creado:
«Amar». Mi Jesús, dame voluntad para poder dominar mis pasiones y mis anhelos
superficiales, que nada ni nadie, ni ninguna cosa fuera de Ti, logre dominar y
encerrar mi corazón en el egoísmo. Quiero que seas Tú mi único Dios, el Dios
verdadero, no el engañoso y tentador dios del dinero y de los bienes en
abundancia. Tú eres lo más gran de mi vida, y eso lo demostraré invirtiendo lo
mejor de mí en servirte en aquellos desposeídos, en aquellos que no les alcanza
su salario para sobrevivir. Que el Espíritu de generosidad viva en mí y haga
sólido mi compromiso Contigo. Te encomiendo mis proyectos, a los míos y todos
aquellos con los que voy a encontrarme y servirte. Dame la voluntad para
cumplir tu Palabra, quiero regirme por sobre todo aquella que has colocado en
el libro de los proverbios: "Señor, no me des ni pobreza ni riqueza, dame
la ración necesaria, no sea que, al sentirme satisfecho, reniegue y diga:
"¿Quién es el Señor?", o que, siendo pobre, me ponga a robar y atente
contra el nombre de mi Dios" (Prov 30,8-9) ¡Amén!
* Píldoras de Fe
¡Buenos días!
El trabajo dignifica
Martin
Luther King expresó: “No hay trabajo que no tenga importancia. Toda tarea que
eleve a la humanidad, es digna e importante, y debería ser asumida con
dedicación total. Si alguien está llamado a ser barrendero de las calles,
debería barrer como Miguel Ángel pintaba, como Beethoven componía música o como
Shakespeare escribía versos”.
El dramaturgo irlandés Bernardo Shaw tenía muchos
enemigos en la alta sociedad inglesa. En una reunión que se realizaba en la
corte, uno de ellos se le acercó y le preguntó con cierta sorna: —¿No era
sastre su padre? El escritor hizo un ademán afirmativo y dijo: —Es cierto. —¿Y
por qué no se ha hecho sastre usted también? Shaw sonrió, y a continuación
planteó a su interlocutor esta pregunta: —¿No era su padre un caballero? —Sí,
lo era en efecto, —replicó el otro. —Entonces, ¿por qué no lo es usted también?
Aprecia
la virtud de la laboriosidad. Laboriosa es la persona que ama el trabajo y
trata de hacerlo bien. La laboriosidad lleva consigo la decisión de aprovechar
el tiempo, de concentrarte en el trabajo y no abandonar actividades a medio
hacer. Haz hoy tu trabajo con entusiasmo, de buena gana, con empeño, y así
crecerás en esta virtud grande aunque vista traje de faena.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En
aquel tiempo, los discípulos iban de camino subiendo a Jerusalén, y Jesús
marchaba delante de ellos; ellos estaban sorprendidos y los que le seguían
tenían miedo. Tomó otra vez a los Doce y comenzó a decirles lo que le iba a
suceder: «Mirad que subimos a Jerusalén, y el Hijo del hombre será entregado a
los sumos sacerdotes y a los escribas; le condenarán a muerte y le entregarán a
los gentiles, y se burlarán de Él, le escupirán, le azotarán y le matarán, y a
los tres días resucitará».
Se
acercan a Él Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, y le dicen: «Maestro,
queremos, nos concedas lo que te pidamos». Él les dijo: «¿Qué queréis que os
conceda?». Ellos le respondieron: «Concédenos que nos sentemos en tu gloria,
uno a tu derecha y otro a tu izquierda». Jesús les dijo: «No sabéis lo que
pedís. ¿Podéis beber la copa que yo voy a beber, o ser bautizados con el
bautismo con que yo voy a ser bautizado?». Ellos le dijeron: «Sí, podemos».
Jesús les dijo: «La copa que yo voy a beber, sí la beberéis y también seréis
bautizados con el bautismo con que yo voy a ser bautizado; pero, sentarse a mi
derecha o a mi izquierda no es cosa mía el concederlo, sino que es para quienes
está preparado».
Al
oír esto los otros diez, empezaron a indignarse contra Santiago y Juan. Jesús,
llamándoles, les dice: «Sabéis que los que son tenidos como jefes de las
naciones, las dominan como señores absolutos y sus grandes las oprimen con su
poder. Pero no ha de ser así entre vosotros, sino que el que quiera llegar a
ser grande entre vosotros, será vuestro servidor, y el que quiera ser el
primero entre vosotros, será esclavo de todos, que tampoco el Hijo del hombre
ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por
muchos». (Mc
10,32-45)
Comentario:
Hoy,
el Señor nos enseña cuál debe ser nuestra actitud ante la Cruz. El amor
ardiente a la voluntad de su Padre, para consumar la salvación del género
humano —de cada hombre y mujer— le mueve a ir deprisa hacia Jerusalén, donde
«será entregado (…), le condenarán a muerte (…), le azotarán y le matarán» (cf.
Mc 10,33-34). Aunque a veces no entendamos o, incluso, tengamos miedo ante el
dolor, el sufrimiento o las contradicciones de cada jornada, procuremos unirnos
—por amor a la voluntad salvífica de Dios— con el ofrecimiento de la cruz de
cada día.
La
práctica asidua de la oración y los sacramentos, especialmente el de la
Confesión personal de los pecados y el de la Eucaristía, acrecentarán en
nosotros el amor a Dios y a los demás por Dios de tal modo que seremos capaces
de decir «Sí, podemos» (Mc 10,39), a pesar de nuestras miserias, miedos y
pecados. Sí, podremos abrazar la cruz de cada día (cf. Lc 9,23) por amor, con
una sonrisa; esa cruz que se manifiesta en lo ordinario y cotidiano: la fatiga
en el trabajo, las normales dificultades en la vida familiar y en las
relaciones sociales, etc.
Sólo
si abrazamos la cruz de cada día, negando nuestros gustos para servir a los
demás, conseguiremos identificarnos con Cristo, que vino «a servir y a dar su
vida como rescate por muchos» (Mc 10,45). Juan Pablo II explicaba que «el
servicio de Jesús llega a su plenitud con la muerte en Cruz, o sea, con el don
total de sí mismo». Imitemos, pues, a Jesucristo, transformando constantemente
nuestro amor a Él en actos de servicio a todas las personas: ricos o pobres,
con mucha o poca cultura, jóvenes o ancianos, sin distinciones. Actos de
servicio para acercarlos a Dios y liberarlos del pecado.
* Rev. D. René PARADA Menéndez (San Salvador, El
Salvador)
Santoral Católico:
San Beda el Venerable
Presbítero y Doctor de la Iglesia
Nació
junto al monasterio benedictino de Wearmouth, que tiene al lado el filial de
Jarrow (Inglaterra), el año 673. Fue educado por san Benito Biscop, abad de
aquel monasterio, en el que Beda ingresó muy joven. Allí consagró su vida a las
observancias de la Regla, a la convivencia fraterna, a la celebración del culto
litúrgico, a la meditación de las Sagradas Escrituras y de los Santos Padres, y
la actividad literaria. Escribió obras teológicas e históricas de gran fervor y
erudición; entre ellas cabe destacar su Historia eclesiástica de Inglaterra, al
final de la cual escribe: «He pasado toda mi vida dentro del claustro,
repartiendo el tiempo entre el estudio de las Sagradas Escrituras, la
observancia de la disciplina monástica y el diario oficio de cantar en el coro.
Todas mis delicias eran aprender, enseñar o escribir... Desde mi admisión al
sacerdocio hasta el año presente, en que cuento 59 años de edad, me he ocupado
en redactar para mi uso y el de mis hermanos algunas notas sobre la Sagrada
Escritura, sacadas de los Santos Padres o en conformidad con su espíritu e interpretación».
Murió el año 735.
Oración: Señor Dios, que has iluminado a tu Iglesia
con la sabiduría de san Beda el Venerable, concede a tus siervos la gracia de
ser constantemente orientados por las enseñanzas de tu santo presbítero y
ayudados por sus méritos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
© Directorio Franciscano
La frase de hoy
Celebrando a la Patria
Hoy
los argentinos celebramos el 206° aniversario de la “Revolución de Mayo”, que
fue el germen de la libertad en nuestro país, que llegaría a su culminación el
9 de Julio de 1816 con la declaración de la Independencia, de la que pronto
festejaremos el bicentenario.
Habitualmente en esta fecha se suele rescatar la figura de alguno de los
patriotas de aquella época, integrantes de la Primera Junta de gobierno patrio,
o heroicos militares (como San Martín, Güemes, Belgrano) que lucharon en las
guerras de la Independencia. Y está bien recordarlos con respeto… Pero creo que
también es justo rendir homenaje a los próceres modernos (que lamentablemente
son muy pocos), a los hombres que han sido contemporáneos nuestros y que se han
destacado por su honestidad y patriotismo, ejemplo para actuales y futuras
generaciones de argentinos. Por eso, la “Frase de hoy” es de don Arturo Íllia,
presidente de la República Argentina entre 1963 y 1968, tal vez el último
prócer de la Patria.
“Hay
que forjar la democracia orgánica y progresista,
la
que nuestros antepasados presintieron
y
las jóvenes generaciones argentinas reclaman
como
prenda de paz y progreso”
~ Arturo Illia ~
Tema del día:
La paz
Hoy
la paz del mundo está amenazada, y esto es así porque la paz del hombre con
Dios está en crisis, ya que se vive en pecado y en un alma en pecado no puede
haber paz ni en sí mismo ni en su entorno.
Por
eso la Virgen en todas sus apariciones nos pide conversión a los hombres, para
que reine la paz en los corazones y en la sociedad.
La
paz no vendrá al mundo por la reunión de los “grandes” de la tierra, es decir,
los presidentes y políticos del mundo, sino que la paz vendrá a la tierra por
una sincera conversión de la humanidad a Dios.
Entonces
estamos de acuerdo que lo más importante que tenemos que hacer en estos
momentos es evangelizar, llevar la Buena Noticia a todos los hombres, incluso a
los más cercanos a nosotros que no conocen o conocen mal a Dios; y así seremos
instrumentos de paz en un mundo sin paz.
El
demonio odia a la humanidad y quiere llevar la división y la discordia a todas
partes. Él quiere destruir a los hombres, provocando guerras crueles y
sangrientas, llevando a la entera humanidad a la autodestrucción y al
aniquilamiento. Es por eso que tenemos que ser astutos y no dejar al demonio
que se salga con la suya. ¿Y cómo lo haremos? Ante todo, en primer lugar,
poniéndonos nosotros en paz con Dios y con nuestros hermanos, es decir haciendo
una sincera y completa confesión sacramental con un sacerdote, y perdonando de
corazón a todo aquel que nos haya ofendido. Así tendremos paz con Dios, con los
hermanos, y por ende, tendremos paz en nuestra alma, y desde allí la
difundiremos en nuestro entorno.
Si
cada uno se ocupara y preocupara porque esto suceda en sí mismo… ¡Qué milagros
veríamos en el mundo!
Hoy
el demonio lleva el odio a todas partes, especialmente con el error diabólico
del marxismo, que pregona la lucha entre los ricos y los pobres, poniéndolos en
contra y generando odio de clases, odio entre hermanos.
Estemos
atentos y no nos dejemos ganar por el mal, sino venzamos el mal con el bien.
* Sitio Santísima Virgen
Mes de María
Flor del 25 de mayo:
María, refugio de los pecadores
- Meditación:
Yo pecador, yo que me olvido de Dios, yo que no llevo Su Voz y no doy amor,
¿por qué reclamo obtendré los favores del Señor? Les puedo responder que por
los de la Madre del Juez, ya que la Santa Palabra nos señala “si alguno peca,
tenemos un intercesor, ante el Padre: Jesucristo” (Primera carta de Juan 2,1),
y Él nos dejó Su Madre Santa como Abogada para defender a sus hijos del enemigo
y evitar el martirio eterno de no ver el Cielo. Toda alma esforzada que busca
este Santo Refugio será protegida y enriquecida conservando la verdadera Vida.
- Oración:
María refugio de los pecadores, Madre de los confesores, llena de misericordia,
escóndenos en tu Corazón para que sólo seamos fieles a vos y al Señor. Amén.
- Decena del Santo Rosario (Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria).
- Florecilla para este día: Realizar una buena confesión con el firme propósito de
llegar a la pureza y humildad de María, para fortalecerme en Ella y no volver a
caer.
Oración por la Patria
Jesucristo,
Señor de la historia, te necesitamos.
Nos
sentimos heridos y agobiados.
Precisamos
tu alivio y fortaleza.
Queremos
ser nación, una nación cuya identidad
sea
la pasión por la verdad y el compromiso por el bien común.
Danos
la valentía de la libertad de los hijos de Dios
para
amar a todos sin excluir a nadie,
privilegiando
a los pobres y perdonando a los que nos ofenden,
aborreciendo
el odio y construyendo la paz.
Concédenos
la sabiduría del diálogo
y
la alegría de la esperanza que no defrauda.
Tú
nos convocas. Aquí estamos, Señor,
cercanos
a María, que desde Luján nos dice:
¡Argentina!
¡Canta y camina!
Jesucristo,
Señor de la historia, te necesitamos.
Amén.
Los cinco minutos de Dios
Mayo 25
No
es la vida la que en sí tiene aliciente; es el sentido que nosotros le damos a
la vida; si ese sentido no llega a satisfacer las legítimas ansias que hay en
todo corazón humano, la vida no alcanza a ser suficiente de nuestro existir.
En
ese caso, cuando la vida no tiene un sentido hondo y orientador, cuando no se
ve el por qué de la propia vida, cuando nuestras acciones no trascienden el momento
presente, que por ser presente es tan fugaz; cuando a ese momento fugaz no se
le da una perspectiva hacia el más allá, tiene aplicación lo que afirma nuestro
folklore cuando dice: "para vivir como vives, mejor no morir de
viejo"
No
son, pues, ni la juventud, ni la salud, ni el dinero los que pueden ser una
razón suficiente de nuestro existir; es más bien el sentido que damos a
nuestras acciones y a la vida en general, y -dentro del ámbito de ese sentido-
la proyección hacia un futuro promisor.
“En ella (la Palabra de dios, Cristo) estaba la vida,
y la vida era la luz de los hombres, y la luz brilla en las tinieblas, y las
tinieblas no la percibieron” (Jn 1,4-5). Las tinieblas son el Mal, mientras que
la luz es el Bien.
* P. Alfonso Milagro
Jardinero de Dios
-el
más pequeñito de todos-
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