martes, 10 de mayo de 2016

Pequeñas Semillitas 3003

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 11 - Número 3003 ~ Martes 10 de Mayo de 2016
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Agradecer significa valorar los bienes recibidos y no desperdiciarlos. No podemos exponer la vida a peligros inútilmente, como tantos jóvenes que juegan a la “ruleta rusa”, conducen en estado de ebriedad o a gran velocidad. También significa cuidar con esmero los dones recibidos. No malgastar el dinero, evitar excesos que dañen la salud, salvar a toda costa la unión y el amor de la familia y desarrollar al máximo los talentos recibidos.
Agradecer supone devolver, amor por amor. Qué hermoso es cuando un esposo, reconociendo lo que su esposa hace por él, le da una flor, unos dulces, le dice unas palabras de amor o le escribe una tarjeta: “Gracias por tu vida, por el cuidado de los niños, por la comida de todos los días, por ser tan buena conmigo y por el cariño con que me cuidas y me haces feliz. Te quiero mucho “. El agradecimiento es como un fuego, que aumenta el amor y da ánimo para seguir amando. Ciertamente, debemos amar y ser agradecidos con todos, pero de modo especial con nuestros familiares y amigos.
* P. Ángel Peña.

¡Buenos días!

Comunidad: camino compartido
Soy parte de grupos humanos y mis tareas contribuyen a lograr los objetivos que dan sentido a la empresa. Por lo tanto es importante que aprecie y respete a todos —incluso a los más humildes— porque todos llevan adelante la organización. Y que sienta la alegría y la responsabilidad de aportar lo que me corresponde para mi propia satisfacción y la de mis compañeros. 

Decir comunidad es decir camino compartido, multitud de manos que se unen, para hacer entre todos la marcha más liviana; abrazo de miradas que se buscan, para buscar unidas la mirada de Aquel que, por nosotros, dio la vida. Decir comunidad es hablar de proyecto común, sueños compartidos, camino acompañado. Es pensar en el otro, y en lo mejor para el otro, y pensar juntos en lo mejor de nosotros para todos los otros. Decir comunidad, es darse fuerzas entre todos. Es animarse a crecer juntos poco a poco. Decir comunidad es hablar de apertura y entrega, servicio a los demás, aprender a brindarse con generosidad. Es compartir la vida de Dios, fuente de vida, de esperanza y de amor.

El amor que pide Jesús debe llevarme a evitar en la convivencia cotidiana las faltas de aceptación e incomprensiones. El Señor me quiere ver fraterno, bondadoso, pacífico, cordial… No es fácil, pero lo puedo, si lo pido cada día: “Señor, ayúdame a ser hoy comprensivo, compasivo y paciente con todos”. Que pases un día feliz de buena convivencia.
* Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En aquel tiempo, Jesús, alzando los ojos al cielo, dijo: «Padre, ha llegado la hora; glorifica a tu Hijo, para que tu Hijo te glorifique a ti. Y que según el poder que le has dado sobre toda carne, dé también vida eterna a todos los que tú le has dado. Ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y al que tú has enviado, Jesucristo. Yo te he glorificado en la tierra, llevando a cabo la obra que me encomendaste realizar.
»Ahora, Padre, glorifícame tú, junto a ti, con la gloria que tenía a tu lado antes que el mundo fuese. He manifestado tu Nombre a los hombres que tú me has dado tomándolos del mundo. Tuyos eran y tú me los has dado; y han guardado tu Palabra. Ahora ya saben que todo lo que me has dado viene de ti; porque las palabras que tú me diste se las he dado a ellos, y ellos las han aceptado y han reconocido verdaderamente que vengo de ti, y han creído que tú me has enviado.
»Por ellos ruego; no ruego por el mundo, sino por los que tú me has dado, porque son tuyos; y todo lo mío es tuyo y todo lo tuyo es mío; y yo he sido glorificado en ellos. Yo ya no estoy en el mundo, pero ellos sí están en el mundo, y yo voy a ti». (Jn 17,1-11a)

Comentario:
Hoy, el Evangelio de san Juan —que hace días estamos leyendo— comienza hablándonos de la “hora”: «Padre, ha llegado la hora» (Jn 17,1). El momento culminante, la glorificación de todas las cosas, la donación máxima de Cristo que se entrega por todos... “La hora” es todavía una realidad escondida a los hombres; se revelará a medida que la trama de la vida de Jesús nos abra la perspectiva de la cruz.
¿Ha llegado la hora? ¿La hora de qué? Pues ha llegado la hora en que los hombres conozcamos el nombre de Dios, o sea, su acción, la manera de dirigirse a la Humanidad, la manera de hablarnos en el Hijo, en Cristo que ama.
Los hombres y las mujeres de hoy, conociendo a Dios por Jesús («las palabras que tú me diste se las he dado a ellos»: Jn 17,8), llegamos a ser testigos de la vida, de la vida divina que se desarrolla en nosotros por el sacramento bautismal. En Él vivimos, nos movemos y somos; en Él encontramos palabras que alimentan y que nos hacen crecer; en Él descubrimos qué quiere Dios de nosotros: la plenitud, la realización humana, una existencia que no vive de vanagloria personal sino de una actitud existencial que se apoya en Dios mismo y en su gloria. Como nos recuerda san Ireneo, «la gloria de Dios es que el hombre viva». ¡Alabemos a Dios y su gloria para que la persona humana llegue a su plenitud!
Estamos marcados por el Evangelio de Jesucristo; trabajamos para la gloria de Dios, tarea que se traduce en un mayor servicio a la vida de los hombres y mujeres de hoy. Esto quiere decir: trabajar por la verdadera comunicación humana, la felicidad verdadera de la persona, fomentar el gozo de los tristes, ejercer la compasión con los débiles... En definitiva: abiertos a la Vida (en mayúscula).
Por el espíritu, Dios trabaja en el interior de cada ser humano y habita en lo más profundo de la persona y no deja de estimular a todos a vivir de los valores del Evangelio. La Buena Nueva es expresión de la felicidad liberadora que Él quiere darnos.
* Rev. D. Pere OLIVA i March (Sant Feliu de Torelló, Barcelona, España)

Santoral Católico:
San Juan de Ávila
Doctor de la Iglesia
 
Nació en Almodóvar del Campo (Ciudad Real, España) el año 1499. Después de estudiar en Salamanca y Alcalá, se ordenó de sacerdote en 1526. Distribuyó sus bienes entre los pobres y decidió marchar a las Indias. Pero el arzobispo de Sevilla consiguió que se quedara en su diócesis. Desarrolló una muy intensa actividad apostólica especialmente en el sur de España, por lo que se le llama el Apóstol de Andalucía. Y no sólo durante su vida, sino también después de su muerte, con sus cartas, pláticas, sermones y escritos, llenos de unción evangélica, ha influido poderosamente en la historia de la espiritualidad. Acusado injustamente de herejía a la Inquisición, fue recluido en la cárcel, en la que escribió una parte importante de su doctrina espiritual; lo absolvieron en 1533. En Granada convirtió a san Juan de Dios. Fundó colegios para la formación del clero y dirigió varios memoriales al Concilio de Trento sobre la situación de los sacerdotes. Reunió discípulos, predicó sin cansancio, dirigió a muchas almas personalmente o por carta. Murió en Montilla (Córdoba) el 10 de mayo de 1569. Es patrono del clero secular español.
Oración: Oh Dios, que hiciste de san Juan de Ávila un maestro ejemplar para tu pueblo por la santidad de su vida y por su celo apostólico, haz que también en nuestros días crezca la Iglesia en santidad por el celo ejemplar de tus ministros. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
© Directorio Franciscano    

Palabras del Papa Francisco
“Jesús regresa al Padre pero continúa acompañando y enseñando a sus discípulos mediante el don del Espíritu Santo (…) ¡No estamos solos: Jesús está cerca de nosotros, en medio de nosotros, dentro de nosotros! (…) La nueva presencia de Cristo en la historia ocurre mediante el don del Espíritu Santo, por medio del cual es posible instaurar una relación viva con Él, el Crucificado Resucitado”

Historias:
La rosa roja
Había una vez una rosa roja muy bella, se sentía de maravilla al saber que era la rosa más bella del jardín.  Sin embargo, se daba cuenta de que la gente la veía de lejos. Se dio cuenta de que al lado de ella siempre había un sapo grande y oscuro y que era por eso que nadie se acercaba a verla de cerca.

Indignada ante lo descubierto le ordenó al sapo que se fuera de inmediato; el sapo muy obediente dijo:
- Está bien, si así lo quieres.

Poco tiempo después el sapo pasó por donde estaba la rosa: y se sorprendió al ver la rosa totalmente marchita, sin hojas y sin pétalos. Le dijo entonces:
- Vaya que te ves mal. ¿Qué te pasó?

La rosa contestó:
- Es que desde que te fuiste las hormigas me han comido día a día, y nunca pude volver a ser igual.

El sapo solo contestó:
- Pues claro, cuando yo estaba aquí me comía a esas hormigas y por eso siempre eras la más bella del jardín.

Moraleja:
Muchas veces despreciamos a los demás por creer que somos más que ellos, más bellos o simplemente que no nos "sirven" para nada. Dios no hace a nadie para que esté sobrando en este mundo, todos tenemos algo que aprender de los demás o algo que enseñar, y nadie debe despreciar a nadie. No vaya a ser que esa persona nos haga un bien del cual ni siquiera estemos conscientes.


Mes de María
Flor del 10 de mayo: Virgen digna de alabanza
- Meditación: “Bendita tú entre las mujeres” (Lucas 1,42). “Mi alma engrandece al Señor” (Lucas 1,46). Cuando cumplimos la profecía de llamarla Bienaventurada, hablamos de las maravillas que hizo en Ella el Todopoderoso. Unimos nuestra voz a la suya, alabando perpetuamente al Señor. Imitemos a María agradecida, a María serena, a María llena de sacrificio, a María alegre, a María confiada, a María llena de Gracia y fortaleza para cumplir así nuestra misión en la tierra.
- Oración: ¡Oh Madre!, que te hiciste la más pequeña, siendo realmente excelsa, enséñame a amarte, a alabarte y a agradarte del mismo modo en que vos lo hiciste con el Señor, para que también nosotros lleguemos a Él. Amén.
- Decena del Santo Rosario (Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria).
- Florecilla para este día: Ser pequeños y humildes como María nos pide, para crecer en la Gracia.

Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración para Armando, que vive en Miami (USA), y tiene diagnóstico de cáncer de pulmón avanzado, con metástasis generalizadas, y está con quimioterapia. Lo dejamos en las manos del Señor confiando en su misericordia y amor infinitos.

Pedimos oración por Stefanía Lourdes, de Argentina, que será operada nuevamente de uno de sus ojos, para corregir algo que no quedó bien en la cirugía de hace una semana. Que la Virgen de la que lleva el nombre la acompañe para que todo salga definitivamente bien.

Pedimos oración para María Trinidad (Trini), de Bogotá, Colombia, quien está sufriendo dolores intolerables -ofrecidos al Señor- por cusa del mal funcionamiento de su sistema vascular en las piernas, y en su rótula derecha afectada por un reumatismo que la viene atacando hace algunos años. Colocamos en las Santas Manos de Jesús de Nazaret, siempre confiados en la intercesión de nuestra Madre, nuestra Señora de la Esperanza, esta delicada situación de salud.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Los cinco minutos de Dios
Mayo 10
La verdad y la mentira se parecen poco; más bien son contrarias en todos sus aspectos.
La mentira suele ser más bonita y suena mejor a nuestros oídos; es más atrayente, más halagadora; si te dicen que eres sabio, que eres bueno, que eres simpático y cosas por el estilo, indudablemente te halaga, te suena bien, pero quizá no sea tan cierto y en consecuencia no te hará bien, no te ayudará a tu perfeccionamiento; al contrario, podrá ser un obstáculo para el mismo, pues llegarás a creer que lo que dicen es verdad y en consecuencia ya no pondrás mayores esfuerzos por mejorarte.
Pero cuando te dicen la verdad suele ser bastante desagradable, poco atrayente, amarga, humillante; de todos modos, una vez que ha pasado el primer momento de desagrado, si te pones a pensar con detención verás que es más productivo hacerte caer en la cuenta de todo lo que te falta para llegar a la perfección, pues así, conociendo cómo eres de veras, podrás estimularte a ser mejor.
No mires, pues, lo bonito de la mentira o de la adulación; fíjate, mejor, en lo austero de la verdad.
“Detestas a los que obran el mal, destruyes a los mentirosos” (Sal 5,6). “No digas nunca una mentira, porque esa costumbre no conduce a nada bueno” (Eclo 7, 13). Has de ser noble y recto contigo mismo y con los demás.
* P. Alfonso Milagro

Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-

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