PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año
11 - Número 3005 ~ Jueves 12 de Mayo de 2016
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
La
alegría es una de las principales características de los discípulos de Jesús.
La tristeza, las caras serias, el derrotismo, la amargura... se oponen a la fe
y a la esperanza cristianas y manifiestan desconfianza en la acción del
Espíritu.
En
la entraña del mensaje de Jesús está presente la alegría y la bienaventuranza.
En las palabras del Papa Francisco también se nos habla de la alegría del
Evangelio.
En
alas de la alegría, tengamos siempre alzados los ojos hacia el cielo, pisando
fuerte la tierra y arrimando el hombro a la tarea de todos: construir el Reino
de Dios, que es promesa... y realidad gozosa.
No
estamos solos para esa tarea: Jesús sigue con nosotros: “sabed que yo estoy con
vosotros todos los días hasta el fin del mundo” (Última frase del evangelio
según Mateo).
¡Buenos días!
Obras de misericordia
En
todo momento y en cualquier circunstancia de la vida estoy en condiciones de
amar e imitar a Cristo, el incondicional servidor del Padre y de los hombres.
El modelo humano que me ofrece Jesús, y que él realizó plenamente, es el de
servidor humilde de quien necesita ayuda. “El Hijo del hombre no ha venido para
ser servido, sino para servir”. Lee este mensaje mariano.
“¡Queridos hijos! Hoy los invito a hacer obras de
misericordia con amor y por amor a mí y a sus hermanos y hermanas que también
son mis hijos. Queridos hijos, todo lo que hagan por los demás háganlo con gran
gozo y humildad ante Dios. Yo estoy con ustedes y día a día ofrezco sus
sacrificios y oraciones a Dios por la salvación del mundo. ¡Gracias por haber
respondido a mi llamado!”
Ayudar
y servir son dos expresiones concretas de un amor que se brinda generosamente a
los demás. De este olvido de mí mismo, surgirá como por magia, mi propia
felicidad y alegría, mi auténtica realización. “Dormí y soñé que la vida era
alegría. Desperté y vi que la vida era
servicio. Y, en el servicio, encontré la alegría” (Tagore). ¡Siempre listo para
servir!
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En
aquel tiempo, Jesús, alzando los ojos al cielo, dijo: «Padre santo, no ruego
sólo por éstos, sino también por aquellos que, por medio de su palabra, creerán
en mí, para que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos
también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado. Yo
les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno como nosotros somos
uno: yo en ellos y tú en mí, para que sean perfectamente uno, y el mundo
conozca que tú me has enviado y que los has amado a ellos como me has amado a
mí.
»Padre,
los que tú me has dado, quiero que donde yo esté estén también conmigo, para
que contemplen mi gloria, la que me has dado, porque me has amado antes de la
creación del mundo. Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te he
conocido y éstos han conocido que tú me has enviado. Yo les he dado a conocer
tu Nombre y se lo seguiré dando a conocer, para que el amor con que tú me has
amado esté en ellos y yo en ellos». (Jn 17,20-26)
Comentario:
Hoy,
encontramos en el Evangelio un sólido fundamento para la confianza: «Padre
santo, no ruego sólo por éstos, sino también por aquellos que (...) creerán en
mí» (Jn 17,20). Es el Corazón de Jesús que, en la intimidad con los suyos, les
abre los tesoros inagotables de su Amor. Quiere afianzar sus corazones
apesadumbrados por el aire de despedida que tienen las palabras y gestos del
Maestro durante la Última Cena. Es la oración indefectible de Jesús que sube al
Padre pidiendo por ellos. ¡Cuánta seguridad y fortaleza encontrarán después en
esta oración a lo largo de su misión apostólica! En medio de todas las
dificultades y peligros que tuvieron que afrontar, esa oración les acompañará y
será la fuente en la que encontrarán la fuerza y arrojo para dar testimonio de
su fe con la entrega de la propia vida.
La
contemplación de esta realidad, de esa oración de Jesús por los suyos, tiene
que llegar también a nuestras vidas: «No ruego sólo por éstos, sino también por
aquellos que (...) creerán en mí». Esas palabras atraviesan los siglos y
llegan, con la misma intensidad con que fueron pronunciadas, hasta el corazón
de todos y cada uno de los creyentes.
En
el recuerdo de la última visita de Juan Pablo II a España, encontramos en las
palabras del Papa el eco de esa oración de Jesús por los suyos: «Con mis brazos
abiertos os llevo a todos en mi corazón —dijo el Pontífice ante más de un
millón de personas—. El recuerdo de estos días se hará oración pidiendo para
vosotros la paz en fraterna convivencia, alentados por la esperanza cristiana
que no defrauda». Y ya no tan cercano, otro Papa hacía una exhortación que nos
llega al corazón después de muchos siglos: «No hay ningún enfermo a quien le
sea negada la victoria de la cruz, ni hay nadie a quien no le ayude la oración
de Cristo. Ya que si ésta fue de provecho para los que se ensañaron con Él,
¿cuánto más lo será para los que se convierten a Él?» (San León Magno).
* P. Joaquim PETIT Llimona, L.C. (Barcelona, España)
Santoral Católico:
Santos Nereo y Aquiles
Mártires
Según
refiere san Dámaso, eran soldados del ejército romano, adscritos a un tribunal
y encargados de las torturas y de las ejecuciones capitales, prontos a
obedecer, por temor, las órdenes impías del magistrado. Impresionados por el
ejemplo y la fortaleza de los mártires cristianos, se convirtieron al verdadero
Dios y abrazaron la religión cristiana. Depusieron las armas, abandonaron el
campamento militar y confesaron su fe en Cristo. Por ello fueron arrestados y
ejecutados en Roma a finales del siglo III o principios del siglo IV. Sus
cuerpos fueron depositados en el cementerio de Domitila, en la vía Adreatina de
Roma.
Oración: Dios todopoderoso, concédenos sentir la
piadosa protección de los gloriosos mártires Nereo y Aquiles, que nos han dado
en su martirio un valeroso testimonio de fe. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
© Directorio Franciscano
San Pancracio
Mártir
Nació
en la región de Frigia, Asia Menor (en la actual Turquía), de padres de la
nobleza pagana y, al quedar huérfano, su tutor lo llevó a Roma, donde se
convirtió a Cristo, porque le convenció el ejemplo de los mártires, y recibió
el bautismo. Pronto compartió su suerte pues a los catorce años de edad fue
decapitado, durante la persecución de Diocleciano, a principios del siglo IV.
La matrona Octavilla lo sepultó en una propiedad suya, en el segundo miliario
de la vía Aurelia de Roma, donde se levanta la basílica a él dedicada por el
papa Símaco. En la antigüedad y en la Edad Madia fue intenso el culto de san
Pancracio, como lo muestran, entre otras cosas, los dos monasterios levantados
en Roma en honor suyo.
Oración: Señor, que se alegre tu Iglesia, confiada en
la protección de san Pancracio, y que por los ruegos de tu mártir se mantenga
fiel a ti y se consolide en la paz verdadera. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
© Directorio Franciscano
Palabras del Papa Francisco
“Querría
decir a los chicos y a las chicas de hoy que no se sienten a gusto –‘no son tan
felices por esta cultura del consumismo, del narcisismo…’: ¡Miren el horizonte!
Miren allí, ¡miren a nuestros misioneros! (…) “Oren al Espíritu Santo para que
les de fuerzas para ir lejos, a ‘quemar’ la vida. Es una palabra un poco dura,
pero la vida vale la pena vivirla. Pero para vivirla bien, ‘quemarla’ en el
servicio, en el anuncio, e ir adelante. Y esta es la alegría del anuncio del
Evangelio”
Poesía:
Yo te saludo María
Yo
te saludo, María,
porque
el Señor está contigo,
en
tu casa, en tu calle, en tu pueblo,
en
tu abrazo, en tu seno.
Yo
te saludo, María,
porque
preguntaste lo que no entendías
-aunque
fuera un mensajero divino-
y
no diste un sí ingenuo ni un sí ciego,
sino
que tuviste diálogo y palabra propia.
Yo
te saludo, María,
porque
concebiste y diste a luz un hijo,
Jesús,
la vida;
y
nos enseñaste cuánta vida hay que gestar
y
cuidar si queremos hacer a Dios presente.
Yo
te saludo, María,
porque
te dejaste guiar por el Espíritu
y
permaneciste a su sombra,
tanto
en la tormenta como en la bonanza,
dejando
a Dios ser Dios
y
no renunciando a ser tú misma.
Yo
te saludo, María, hermana peregrina.
Camina
con nosotros,
llévanos
junto a los otros
y
mantén nuestra fe.
Florentino Ulibarri
Mes de María
Flor del 12 de mayo: Madre del buen ejemplo
- Meditación:
“Sigue fiel hasta la muerte, y te daré la corona de la vida” (Apocalipsis
2,10). María la más fiel… “hágase en mí según Tu Palabra”. Grande fue la fe de
María, quien cumplió a la perfección la Santa Voluntad de Dios, ya que a El
todo entregó. En el Calvario a su Hijo dio y confiada con llagas en su Corazón
esperó la Resurrección. ¿Somos realmente “fieles” a Dios y a Su Iglesia, cuando
no cumplimos nuestro deber, cuando no nos comprometemos con el Señor y tenemos
un tibio corazón lleno de vanidad y sin amor?. ¿Somos ejemplo como María, o
somos un alma sin vida que no cumple con lo que Dios dicta?. Pregúntate en éste
día: ¿he favorecido con mis obras y palabras al Señor, o al maligno?. Sigamos a
María con un corazón pequeño y recto.
- Oración:
¡Oh Madre que nos guiaste, que todo entregaste!. Dígnate Madre a enseñarnos y a
llevarnos siempre de tu mano, para que seamos realmente cristianos,
perteneciendo a Cristo, tu Hijo Amado. Amén.
- Decena del Santo Rosario (Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria).
-
Florecilla para este día: Ser un Jesús y una María para los que nos rodean,
como testimonio de cristiandad.
Pedidos de oración
Pedimos
oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes,
diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo
místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como
Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por
las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado
Corazón de María; por la conversión de
todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por
los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros
lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos
especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la
falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras
enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos
políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por la unión de
las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los
jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y
religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos
oración por estas personas de Corrientes, Argentina: Hermana Patria María del Valle I., en recuperación de una operación
y ahora con quimioterapia; Ángela D.,
que será operada por quinta vez de fracturas en la rodilla; y Ramón G., operado de un pulmón. Que la
Virgen de Lourdes interceda por estas personas ante Jesús para pedir su
curación.
Pedimos
oración para la señora Débora V., de
la ciudad de Medellín, Colombia, que está siendo estudiada por los médicos con
sospecha de un proceso maligno. Que el Señor Misericordioso la ayude a superar
con bien esta dificultad en su salud.
Pedimos oración por Constantina M., que vive en Grecia,
quien ha sido diagnosticada con cáncer de seno y está ya en tratamiento,
rogando a la Santísima Virgen que la proteja y la acompañe en este tiempo de
prueba.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara
nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y
la paciencia;
escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros
hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Los cinco minutos de Dios
Mayo 12
"Felices
los pacientes, porque recibirán la tierra por herencia". Es la segunda
bienaventuranza que Cristo nos propone.
Paciente
es quien conserva la calma en medio de las tribulaciones, quien sabe dominarse
a sí mismo, pero manteniendo en su interior la serenidad. La paciencia, la
aceptación, pero no una aceptación onerosa, angustiante, sino una aceptación de
calma, sabiendo que Dios saca bienes de los mismos males, de las mismas
lágrimas hace brotar las sonrisas.
El
que es paciente contagia la paciencia y la calma a su alrededor; cuantos están
con él o a él se acercan, participan de su serenidad; los gana y los mejora.
"Con
la paciencia todo se alcanza", reza el adagio castellano; con la paciencia
todo se ve desde distinto ángulo y en todo se descubre nuevo valor.
Es
duro, en ocasiones, tener paciencia; pero es la única posición lógica del
hombre y del cristiano: del hombre, porque no puede revelarse contra lo que no
está a su alcance modificar; del cristiano, porque debe aceptar la voluntad de
Dios.
“Ustedes necesitan constancia para cumplir la
voluntad de Dios y entrar en posesión de la promesa” (Heb 10,36). Para que la
paciencia no sea un mero estoicismo, ha de ser una aceptación de la voluntad
del Señor.
* P. Alfonso Milagro
Jardinero de Dios
-el
más pequeñito de todos-
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Gracias por participar comentando! Por favor, no te olvides de incluir tu nombre y ciudad de residencia al finalizar tu comentario dentro del cuadro donde escribes.