PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año
11 - Número 2998 ~ Jueves 5 de Mayo de 2016
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Muchos
necesitan gran cantidad de libros para sacar algunas enseñanzas. Pero en
realidad basta el Santo Evangelio y la vida que vivimos, para llegar a sabias
reflexiones.
Debemos
aprender a leer en el libro estupendo de nuestra vida, pues todo lo que nos fue
sucediendo en la vida ha sido delicadamente preparado por Dios, y también por
la Virgen, para que nos hagamos adultos en el conocimiento de la Verdad, y
sabios según la Sabiduría de Dios.
Hagamos
el propósito de leer cada día unas páginas del Evangelio, ya que esta práctica
nos llevará muy pronto a ver la vida y los aconteceres de nuestra vida y la de
los demás, según la óptica de Dios, y seremos sabios.
Como
Dios es simple, Él ha querido también que su doctrina fuera simple, para que
todos la entiendan. E incluso la entienden mejor los sencillos, que aquellos
que están repletos de saberes humanos y de ciencia, que no alimenta sino que
hincha y ensoberbece.
Sería
muy conveniente que nos aprendamos el Evangelio, al menos varios pasajes de los
que más nos muevan, de memoria, para tenerlos siempre a flor de labios y, sobre
todo, para iluminar con ellos nuestro entendimiento, y por qué no, también para
taparle la boca al demonio cuando nos tienta, ya que el diablo no soporta la
Palabra de Dios, y ante ella huye despavorido.
El
tiempo de que disponemos en este mundo no es mucho. Sería una verdadera lástima
que lo desperdiciemos leyendo libros que no sacian. Entonces leamos más el
Evangelio y veremos muy pronto los sabrosos frutos de esta santa costumbre.
* Sitio Santísima Virgen.
¡Buenos días!
Clase de medicina
Según
una fábula, Zeus colocó dos alforjas a cada ser humano: una sobre el pecho y
otra, atrás a la espalda. Los hombres, sin excepción, han puesto en la alforja
que está a la vista los defectos de las personas conocidas, mientras que los
defectos propios en la alforja que tienen en la espalda. Por eso son expertos
en debilidades ajenas, y analfabetos en sus propias fallas.
En un Hospital universitario un doctor explica a sus
alumnos ante la cama de una anciana enferma, los síntomas de su enfermedad.
—Fíjense, en la arrugada frente, en los ojos hundidos y brillantes, en la piel
arrugada y roja, en las uñas..... La enferma, cansada de oír epítetos
desfavorables, exclamó: —¡Ya está bien,
doctor, que usted tampoco es un Apolo!
El
conocimiento de uno mismo es llave de sabiduría, porque desde tu realidad
personal puedes crecer y superarte. Con un ojo en tus virtudes para conservarlas
y darles brillo, y con el otro ojo en tus debilidades para neutralizarlas,
afronta con esperanza y firmeza esa labor cotidiana de realizar el proyecto de Dios sobre tu vida.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En
aquel tiempo, Jesús habló así a sus discípulos: «Dentro de poco ya no me
veréis, y dentro de otro poco me volveréis a ver». Entonces algunos de sus
discípulos comentaron entre sí: «¿Qué es eso que nos dice: ‘Dentro de poco ya
no me veréis y dentro de otro poco me volveréis a ver’ y ‘Me voy al Padre’?». Y
decían: «¿Qué es ese ‘poco’? No sabemos lo que quiere decir». Se dio cuenta
Jesús de que querían preguntarle y les dijo: «¿Andáis preguntándoos acerca de
lo que he dicho: ‘Dentro de poco no me veréis y dentro de otro poco me
volveréis a ver?’. En verdad, en verdad os digo que lloraréis y os lamentaréis,
y el mundo se alegrará. Estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá
en gozo». (Jn
16,16-20)
Comentario:
Hoy
contemplamos de nuevo la Palabra de Dios con la ayuda del evangelista Juan. En
estos últimos días de Pascua sentimos una inquietud especial por hacer nuestra
esta Palabra y entenderla. La misma inquietud de los primeros discípulos, que
se expresa profundamente en las palabras de Jesús —«Dentro de poco ya no me
veréis, y dentro de otro poco me volveréis a ver» (Jn 16,16)— concentra la
tensión de nuestras inquietudes de fe, de búsqueda de Dios en nuestra vida
cotidiana.
Los
cristianos de hoy sentimos la misma urgencia que los cristianos del primer
siglo. Queremos ver a Jesús, necesitamos experimentar su presencia en medio de
nosotros, para reforzar nuestra fe, esperanza y caridad. Por esto, nos provoca
tristeza pensar que Él no esté entre nosotros, que no podamos sentir y tocar su
presencia, sentir y escuchar su palabra. Pero esta tristeza se transforma en
alegría profunda cuando experimentamos su presencia segura entre nosotros.
Esta
presencia, así nos lo recordaba Juan Pablo II en su última Carta encíclica
Ecclesia de Eucharistia, se concreta —específicamente— en la Eucaristía: «La
Iglesia vive de la Eucaristía. Esta verdad no expresa solamente una experiencia
cotidiana de fe, sino que encierra en síntesis el núcleo del misterio de la
Iglesia. Ésta experimenta con alegría cómo se realiza continuamente, en
múltiples formas, la promesa del Señor: ‘He aquí que yo estoy con vosotros
todos los días hasta el fin del mundo’ (Mt 28,20). (...) La Eucaristía es
misterio de fe y, al mismo tiempo, “misterio de luz”. Cada vez que la Iglesia la
celebra, los fieles pueden revivir de algún modo la experiencia de los dos
discípulos de Emaús: 'Entonces se les abrieron los ojos y le reconocieron' (Lc
24,31)».
Pidamos
a Dios una fe profunda, una inquietud constante que se sacie en la fuente
eucarística, escuchando y entendiendo la Palabra de Dios; comiendo y saciando
nuestra hambre en el Cuerpo de Cristo. Que el Espíritu Santo llene de luz
nuestra búsqueda de Dios.
* Rev. D. Joan Pere PULIDO i Gutiérrez Secretario del
obispo de Sant Feliu (Sant Feliu de Llobregat, España)
Santoral Católico:
San Ángel
Mártir
Fue
uno de los primeros miembros de la Orden del Carmelo. Sus padres fueron judíos
convertidos al cristianismo gracias a una aparición de la Santísima Virgen.
Desde la infancia mostró extraordinarios dones para lo espiritual y lo
intelectual. A los 15 años hablaba ya el griego, el latín y el hebreo. Durante
cinco años vivió como ermitaño en el Monte Carmelo. En Sicilia, convirtió a
muchos con su predicación y milagros y en Palermo convirtió a más de 200
judíos. Cuando se encontraba predicando a una multitud, en Locata, fue
acuchillado por una banda de malhechores. Herido de muerte, cayó de rodillas y
oró por todo el pueblo y en particular por los que lo habían herido.
© Aciprensa
Palabras del Papa Francisco
“Dime
cómo rezas y te diré cómo vives, dime cómo vives y te diré cómo rezas... Porque
nuestra vida habla de la oración y la oración habla de nuestra vida... Padre,
papá, abbá, no nos dejes caer en la
tentación de la resignación, no nos dejes caer en la tentación de la asedia, no
nos dejes caer en la tentación de la pérdida de la memoria, no nos dejes caer
en la tentación de olvidarnos de nuestros mayores que nos enseñaron con su vida
a decir: Padre Nuestro”.
Historias:
La madre que pedía la conversión de su hijo
En
uno de los primeros meses del año 1973, en un sanatorio de una ciudad
castellana, estaba enferma una señora a la que visitaba todos los días un hijo
espiritualmente desgraciado, pues llevaba una vida de completa disipación y
total apartamiento de los preceptos religiosos, constituyendo esto la
preocupación constante y angustiosa de la madre.
Una
religiosa, que también estaba en el Sanatorio y se enteró del caso, entregó a
la aludida señora unas estampas sobre la devoción de las tres Avemarías con
objeto de que encomendase la solución del asunto a la Santísima Virgen,
rezándolas diariamente y dando a su hijo una de esas estampas con la
recomendación de que hiciera lo mismo.
Así
lo hizo la acongojada madre, suplicando encarecidamente a la Virgen María la
conversión de su hijo y obsequiándola con el rezo de las tres Avemarías.
Pasados
unos días tuvo conocimiento de que habían sido anunciados unos “Cursillos de
Cristiandad” para jóvenes, y con gran ilusión le pidió a su hijo que se
inscribiese para asistir a ellos, pero el joven se negó rotundamente,
exclamando: “Déjame, madre, de tonterías; deja que viva la vida, que para mí
tiene tantos atractivos… ¡Qué tengo que hacer yo en semejantes cursillos!”
La
madre del “descaminado”, sollozando por este fracaso, contó a la religiosa que
le había dado las estampas de las tres Avemarías lo sucedido, y juntas
continuaron rezándolas pidiendo fervorosamente a la Madre de Dios su mediación
en favor de esa alma desdichada... Y, cuál no sería su grata sorpresa, cuando,
precisamente, el día en que terminaba el plazo para las inscripciones, el hijo
dice a la madre: “Bueno, sólo por darte gusto, iré a perder el tiempo en esos
inútiles cursillos que tanto empeño tienes en que tome parte...”
Va,
al fin, el joven con desgana a inscribirse, y le manifiestan que ya no hay
plaza disponible, pues se han cubierto todas. Ante esto, iba a retirarse el
interesado (contento en el fondo por liberarse de su compromiso y poder
justificarse a ojos de la madre), cuando le mira el Padre Director y le dice
que “no sabe por qué, pero que siente que le tiene que admitir”, y en efecto,
fue admitido y practicó aquellas jornadas de espiritualidad, con tan feliz resultado
que, una vez terminadas, se presentó a su madre como “un hombre nuevo”,
completamente regenerado y decidido a no apartarse de la Ley de Dios.
El
santo gozo de la madre fue inmenso; y el hijo “revivido” es hoy un entusiasta
propagador de la devoción de las tres Avemarías, cuya eficacia proclama
reconociendo que por la intervención de la Virgen Santísima obtuvo la gracia de
Dios.
Mes de María
Flor del 5 de mayo: Madre de la Divina Gracia
- Meditación:
“Mujer, ahí tienes a tu hijo, después dijo al discípulo, he ahí a tu Madre”
(Juan 19,26-27). Madre no sólo adoptiva sino que nos da la Vida, nos da a
Cristo, más exactamente nos da la gracia santificante, la vida sobrenatural,
algo físico y real que consiste en la unión con Cristo.
- Oración:
¡Oh Madre de la Divina Gracia, que nos llevas a la Vida! Muéstranos como
Manantial de Gracia el camino hacia la verdadera Patria. Tú, llena de Gracia,
sed la Salvación de nuestras pobres almas. Amén.
- Decena del Santo Rosario (Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria).
- Florecilla para este día: Poner los medios para estar en gracia de Dios.
Nuevo vídeo
Hay
un nuevo vídeo subido al blog
de
"Pequeñas Semillitas" en
internet.
Para
verlo tienes que ir al final de esta página.
Pedidos de oración
Pedimos
oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes,
diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo
místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como
Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por
las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado
Corazón de María; por la conversión de
todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por
los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros
lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos
especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la
falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras
enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos
políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por la unión de
las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los
jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y
religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos oración
para Bernardita P. M., de República
Dominicana, Santiago, que sufrió un ataque cerebral y está en cuidados
intensivos en estado muy delicado. Confiando en la Misericordia de Dios y en la
protección maternal de María, oramos por ella.
Pedimos oración
por las siguientes personas de México: Juan
C., que está muy delicado en el hospital de Austin (Texas) donde fue a ver
a su hija y sufrió un derrame; Juan
Simón A. R., que volvió a ingresar al hospital por problemas de hígado; Héctor Alejandro G. R., que ya salió de
terapia intensiva recuperándose de peritonitis; José C. S., que sigue en terapia intensiva, para que pronto se
recupere y pueda volver a su casa. Oramos por todos ellos.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara
nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y
la paciencia;
escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros
hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Los cinco minutos de Dios
Mayo 5
Tú
sabes muy bien sabido que todos estamos inclinados a pagar siempre con la misma
moneda: ¿por qué no capitalizas ese instinto general?
Si
alabas a todos, aún en sus cosas más insignificantes, si siempre tienes para
todos palabras de comprensión y estímulo, si miras a todos con ojos de bondad y
dejas que ellos brillen, no contra tu voluntad, sino contribuyendo tú a su
brillo, ten por seguro que los demás te pagarán con la misma moneda y también
tú serás comprendido, serás ayudado, serás bien mirado, recibirás ayuda en todo
momento y para todo.
Si
te das a todos con plenitud; si sabes negarte satisfacciones para que las
tengan los otros; si tu gozo consiste en que gocen los demás, también te
devolverán la misma moneda y los otros vivirán para que tú seas verdaderamente
feliz.
Da
y te darán; date y se te darán. Si bien no debes hacerlo por esa razón, es
decir, esperando la recompensa, Dios suele premiar ya en este mundo con la
misma moneda que nosotros utilizamos.
“Tú que pretendes ser juez de los demás -no importa
quien seas- no tienes excusa, porque al juzgar a otros, te condenas a ti mismo,
ya que haces lo mismo que condenas… Tú que juzgas a los que hacen esas cosas e
incurres en lo mismo, ¿piensas librarte del juicio de Dios? (Rom 2,1-3)
* P. Alfonso Milagro
Jardinero de Dios
-el
más pequeñito de todos-
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