PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año
11 - Número 3009 ~ Lunes 16 de Mayo de 2016
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
La
Buena Noticia no puede quedar encerrada detrás de ningún muro. El Enviado por
excelencia, nos envía a todos. El Espíritu llena por dentro y lanza hacia
fuera.
Jesús
nos invita a contagiar la felicidad que supone seguir sus pasos; nos encarga
liberar a las personas angustiadas, alegrar a las personas desencantadas, dar
paz, perdonar, amnistiar, dar vida, ser levadura, sal luz, ser Buena Noticia.
Como él.
La
misión encomendada supone una tarea de reconciliación universal. Para lograrlo
es necesario dejarnos conducir por él, superar nuestros miedos, salir de la
rutina y afrontar los retos de un mundo siempre en cambio, siempre nuevo.
El
Espíritu que Jesús nos sopla, el Aire que Jesús nos contagia, el Ánimo que
Jesús nos infunde, la Libertad que Jesús nos consigue, su Alegría, su Paz, su
Entusiasmo... nos ayudan a vivir a la manera del Espíritu de Jesús. Junto al
Espíritu nos da una recomendación: vivir perdonando y perdonándonos. Quien
escucha y vive el Evangelio, descubre la revolución social del perdón.
¿Qué
hago para concretar en mi vida personal la misión de reconciliación universal?
* A. Gutiérrez
¡Buenos días!
La oración confiada
La
experiencia y la Palabra de Dios nos aseguran que vivimos en medio de
influencias tanto negativas como positivas. Existe el instigador al mal,
existen los que se dejan poseer por el odio y la perversidad. Y estas malas
ondas vibran a nuestro alrededor y nos quieren envolver en sus redes. Pero hay
una fuerza poderosa que te protege: la oración humilde y confiada a Dios.
¡Señor! ¡Colma de esperanza mi corazón y de dulzura
mis labios! Pon en mis ojos la luz que acaricia y purifica, en mis manos el
gesto que perdona. Dame valor para la lucha, compasión para las injurias,
misericordia para la ingratitud y la injusticia. Líbrame de la envidia y de la
ambición mezquina, del odio y de la venganza. Y que, al volver hoy nuevamente
al calor de mi hogar, pueda, en lo más íntimo de mi ser, sentirte a ti
presente. Amén.
Orar
por cualquier necesidad —grande o pequeña, espiritual o material— te ofrece la
ocasión de verificar la proximidad de Dios. Él quiere librarte de tus angustias
y afanes y se pone a tu alcance para acudir en tu auxilio. De este modo
entrarás en una relación afectuosa, verdadera y concreta con Dios.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En
aquel tiempo, Jesús bajó de la montaña y, al llegar donde los discípulos, vio a
mucha gente que les rodeaba y a unos escribas que discutían con ellos. Toda la
gente, al verle, quedó sorprendida y corrieron a saludarle. Él les preguntó:
«¿De qué discutís con ellos?». Uno de entre la gente le respondió: «Maestro, te
he traído a mi hijo que tiene un espíritu mudo y, dondequiera que se apodera de
él, le derriba, le hace echar espumarajos, rechinar de dientes y lo deja
rígido. He dicho a tus discípulos que lo expulsaran, pero no han podido».
Él
les responde: «¡Oh generación incrédula! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros?
¿Hasta cuándo habré de soportaros? ¡Traédmelo!». Y se lo trajeron. Apenas el
espíritu vio a Jesús, agitó violentamente al muchacho y, cayendo en tierra, se
revolcaba echando espumarajos. Entonces Él preguntó a su padre: «¿Cuánto tiempo
hace que le viene sucediendo esto?». Le dijo: «Desde niño. Y muchas veces le ha
arrojado al fuego y al agua para acabar con él; pero, si algo puedes, ayúdanos,
compadécete de nosotros». Jesús le dijo: «¡Qué es eso de si puedes! ¡Todo es
posible para quien cree!». Al instante, gritó el padre del muchacho: «¡Creo,
ayuda a mi poca fe!».
Viendo
Jesús que se agolpaba la gente, increpó al espíritu inmundo, diciéndole: «Espíritu
sordo y mudo, yo te lo mando: sal de él y no entres más en él». Y el espíritu
salió dando gritos y agitándole con violencia. El muchacho quedó como muerto,
hasta el punto de que muchos decían que había muerto. Pero Jesús, tomándole de
la mano, le levantó y él se puso en pie. Cuando Jesús entró en casa, le
preguntaban en privado sus discípulos: «¿Por qué nosotros no pudimos
expulsarle?». Les dijo: «Esta clase con nada puede ser arrojada sino con la
oración». (Mc
9,14-29)
Comentario:
Hoy
contemplamos —¡una vez más!— al Señor solicitado por la gente («corrieron a
saludarle») y, a la vez, Él solícito de la gente, sensible a sus necesidades.
En primer lugar, cuando sospecha que alguna cosa pasa, se interesa por el
problema.
Interviene
uno de los protagonistas, esto es, el padre de un chico que está poseído por un
espíritu maligno: «Maestro, te he traído a mi hijo que tiene un espíritu mudo
y, dondequiera que se apodera de él, le derriba, le hace echar espumarajos,
rechinar de dientes y lo deja rígido» (Mc 9,17-18).
¡Es
terrible el mal que puede llegar a hacer el Diablo!, una criatura sin caridad.
—Señor, ¡hemos de rezar!: «Líbranos del mal». No se entiende cómo puede haber
hoy día voces que dicen que no existe el Diablo, u otros que le rinden algún
tipo de culto... ¡Es absurdo! Nosotros hemos de sacar una lección de todo ello:
¡no se puede jugar con fuego!
«He
dicho a tus discípulos que lo expulsaran, pero no han podido» (Mc 9,18). Cuando
escucha estas palabras, Jesús recibe un disgusto. Se disgusta, sobre todo, por
la falta de fe... Y les falta fe porque han de rezar más: «Esta clase con nada
puede ser arrojada sino con la oración» (Mc 9,29).
La
oración es el diálogo “intimista” con Dios. Juan Pablo II ha afirmado que «la
oración comporta siempre una especie de escondimiento con Cristo en Dios. Sólo
en semejante “escondimiento” actúa el Espíritu Santo». En un ambiente íntimo de
escondimiento se practica la asiduidad amistosa con Jesús, a partir de la cual
se genera el incremento de confianza en Él, es decir, el aumento de la fe.
Pero
esta fe, que mueve montañas y expulsa espíritus malignos («¡Todo es posible
para quien cree!») es, sobre todo, un don de Dios. Nuestra oración, en todo
caso, nos pone en disposición para recibir el don. Pero este don hemos de suplicarlo:
«¡Creo, ayuda a mi poca fe!» (Mc 9,24). ¡La respuesta de Cristo no se hará
“rogar”!
* Rev. D. Antoni CAROL i Hostench (Sant Cugat del
Vallès, Barcelona, España)
Santoral Católico:
San Simón Stock
Presbítero
Nació
en el condado de Kenk (Inglaterra). Primero fue ermitaño y después ingresó en
la Orden de los Carmelitas, cuando éstos llegaron a Inglaterra hacia el año
1242. Según otra tradición, fue uno de los cruzados y peregrinos que tomaron el
hábito en el mismo Monte Carmelo, atraídos por la vida de oración que llevaban
los solitarios que allí moraban. El capítulo general de los carmelitas,
celebrado en Aysleford el año 1247, lo eligió prior general de la Orden, que
rigió admirablemente. Pidió al papa Inocencio IV que confirmara la regla de la
Orden, que la adaptaba a Occidente y la pasaba de ser puramente eremítica a ser
orden mendicante consagrada al apostolado. Era muy devoto de la Virgen y, según
la tradición, recibió de la Virgen María en una aparición el privilegio del
Escapulario del Carmen, tan querido por la piedad popular. Fundó conventos y
murió en Burdeos (Francia) el 16 de mayo de 1265.
Oración: Señor, Dios nuestro, que llamaste a san
Simón Stock a servirte en la familia de los Hermanos de Santa María del Monte
Carmelo; concédenos, por su intercesión, vivir como él entregados siempre a tu
servicio y cooperar a la salvación de los hombres. Por Jesucristo, nuestro
Señor. Amén.
© Directorio Franciscano
La frase de hoy
“El
Espíritu de Jesús, lo que animó su vida, fue hacer el bien cuando pasó por
aquí. El Espíritu se trasluce en nosotros según nuestro modo de actuar cada
día: a qué dedicamos nuestro tiempo, a quienes amamos, qué nos emociona, qué
cosas no estamos dispuestos a tolerar. Pero también qué leemos, qué películas
vemos, dónde y con quién rezamos... Y así día a día, hora a hora, hasta el
último aliento, cuando entreguemos el espíritu”
~ José Luis Cortés ~
Tema del día:
Dones del Espíritu Santo
Sabiduría
Es
el primero y mayor de todos los dones. Es el gusto por las cosas de Dios, por
lo espiritual.
De
alguna manera es “saborear a Dios” (Santo Tomás) y saber ver con los ojos del
corazón.
San
Juan Pablo II lo definía como "la luz que se recibe de lo alto: es una
participación especial en ese conocimiento misterioso y sumo, que es propio de
Dios... Esta sabiduría superior es la raíz de un conocimiento nuevo, un
conocimiento impregnado por la caridad, gracias al cual el alma adquiere
familiaridad, por así decirlo, con las cosas divinas y prueba gusto en ellas”
Entendimiento
Es
la gracia que nos permite comprender la Palabra de Dios y profundizar las
verdades reveladas.
Es
luz para entender el misterio de Dios, el misterio de Cristo, el misterio
del hombre, el misterio de la historia,
el misterio de la vida.
San
Juan Pablo II decía que mediante este don el Espíritu Santo, que ‘escruta las
profundidades de Dios’ (1 Cor 2,10), comunica al creyente una chispa de
capacidad penetrante que le abre el corazón a la gozosa percepción del designio
amoroso de Dios. Se renueva entonces la experiencia de los discípulos de Emaús,
los cuales, tras haber reconocido al Resucitado en la fracción del pan, se
decían uno a otro: "¿No ardía nuestro corazón mientras hablaba con
nosotros en el camino, explicándonos las Escrituras?" (Lc 24:32)
Consejo
Ilumina
la conciencia en las opciones que la vida diaria le impone, sugiriendo lo que
es lícito, lo que corresponde, lo que conviene al alma.
Prudencia
a la hora de hablar y de escuchar, capacidad de tomar y ayudar a tomar
decisiones acertadas; orientar en el buen camino, corregir, alentar.
San
Juan Pablo II decía que es “una necesidad que se siente mucho en nuestro
tiempo, turbado por no pocos motivos de crisis y por una incertidumbre
difundida acerca de los verdaderos valores, es la que se denomina
«reconstrucción de las conciencias». Es decir, se advierte la necesidad de
neutralizar algunos factores destructivos que fácilmente se insinúan en el
espíritu humano, cuando está agitado por las pasiones, y la de introducir en
ellas elementos sanos y positivos”.
Fortaleza
Es
la fuerza sobrenatural que sostiene la virtud moral para obrar valerosamente o
que Dios quiere de nosotros y sobrellevar las contrariedades de la vida,
resistir las pasiones internas y las del ambiente.
Estamos
muy marcados por la debilidad y los apegos. Necesitamos audacia para cumplir
nuestra misión, para superar miedos y comodidades, para afrontar riesgos y
dificultades.
Decía
San Juan Pablo II: “el hombre cada día experimenta la propia debilidad,
especialmente en el campo espiritual y moral, cediendo a los impulsos de las
pasiones internas y a las presiones que sobre el ejerce el ambiente
circundante. Precisamente para resistir a estas múltiples instigaciones es
necesaria la virtud de la fortaleza, que es una de las cuatro virtudes
cardinales sobre las que se apoya todo el edificio de la vida moral: la
fortaleza es la virtud de quien no se aviene a componendas en el cumplimiento
del propio deber”
Ciencia
Nos
da a conocer el verdadero valor de las criaturas en su relación con el Creador.
Nos ayuda para conocer a Dios desde las cosas, para descubrir su huella en la
creación.
San
Juan Pablo II decía que “sabemos que el hombre contemporáneo, precisamente en
virtud del desarrollo de las ciencias, está expuesto particularmente a la
tentación de dar una interpretación naturalista del mundo; ante la multiforme
riqueza de las cosas, de su complejidad, variedad y belleza, corre el riesgo de
absolutizarlas y casi de divinizarlas hasta hacer de ellas el fin supremo de su
misma vida. Esto ocurre sobre todo cuando se trata de las riquezas, del placer,
del poder que precisamente se pueden derivar de las cosas materiales. Estos son
los ídolos principales, ante los que el mundo se postra demasiado a menudo.
Para resistir esa tentación sutil y para remediar las consecuencias nefastas a
las que puede llevar, he aquí que el Espíritu Santo socorre al hombre con el
don de la ciencia. Es esta la que le ayuda a valorar rectamente las cosas en su
dependencia esencial del Creador”
Piedad
Sana
nuestro corazón de todo tipo de dureza y lo abre a la ternura para con Dios
como Padre y para con los hermanos como hijos del mismo Padre.
Intensifica
la relación filial con Dios. Está hecha de agradecimiento, cariño, ternura,
benevolencia y disponibilidad. Nos ayuda a ver con buenos ojos a todos los
hijos de Dios.
San
Juan Pablo II decía que “El don de la piedad, además, extingue en el corazón
aquellos focos de tensión y de división como son la amargura, la cólera, la
impaciencia, y lo alimenta con sentimientos de comprensión, de tolerancia, de
perdón. Dicho don está, por tanto, en la raíz de aquella nueva comunidad
humana, que se fundamenta en la civilización del amor”
Temor de Dios
Espíritu
contrito ante Dios, consciente de las culpas y del castigo divino, pero dentro
de la fe en la misericordia divina. Temor a ofender a Dios, reconociendo
nuestra debilidad. El alma se preocupa de no ofender a Dios, de no disgustarlo,
de permanecer y crecer en la caridad. Transido de humildad y respeto: no teme a
Dios sino que lo admira y lo adora; se teme a sí mismo, por su fragilidad, y
confía en Dios. Un Dios que siempre es más.
San
Juan Pablo II decía “De este santo y justo temor, conjugado en el alma con el
amor de Dios, depende toda la práctica de las virtudes cristianas, y
especialmente de la humildad, de la templanza, de la castidad, de la
mortificación de los sentidos”
Recordemos
la exhortación del Apóstol Pablo a sus cristianos: "Queridos míos,
purifiquémonos de toda mancha de la carne y del espíritu, consumando la
santificación en el temor de Dios» (2 Cor 7, 1).
Mes de María
Flor del 16 de mayo: María peregrina
- Meditación:
María inició su camino desde Nazaret a Jerusalén, visitó Ein Karem, viajó a
Belén y huyó a Egipto siguiendo con sus pasos un camino escarpado, un camino
difícil pero siempre cumpliendo la misión que el Padre le había encomendado.
Hoy María sigue caminando: Lourdes, Fátima, San Nicolás, Medjugorje, Corea y
tantos otros sitios Santos. Va de casa en casa llamando a las almas. Caminemos
con Ella y tengámosla como maestra; Ella no se fatiga, camina de prisa y
mendiga una caricia de amor a cada corazón que se aferra al mundo, habiendo
olvidado lo dicho por Su Hijo Santo…”estad en el mundo sin ser del mundo”.
Vivamos librados de esta tierra que no es la verdadera, pongamos nuestros ojos
en el Cielo para que un día sea nuestro.
- Oración:
¡Oh María peregrina, oh María Purísima! Haz que te imitemos llevando la luz de
Dios a cada corazón, y siendo como vos, testimonio de evangelización. Amén.
- Decena del Santo Rosario (Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria).
- Florecilla para este día: Caminar es evangelizar: llevemos nuestra fe cristiana a
alguien cercano al que nunca dimos testimonio del amor por Cristo y Su Madre.
Ofrecimiento para sacerdotes y religiosas
Formulo
el siguiente ofrecimiento únicamente
para sacerdotes o religiosas que reciben diariamente "Pequeñas
Semillitas" por e-mail: Si desean recibir el power point y los comentarios
del Evangelio del domingo siguiente con dos o tres días de anticipación, para
tener tiempo de preparar sus meditaciones, homilías o demás trabajos pastorales
sobre la Palabra de Dios, pueden pedírmelo a feluzul@gmail.com
Sólo
deben indicar claramente su nombre, su correo electrónico, ciudad de residencia
y a qué comunidad religiosa pertenecen.
Pedidos de oración
Pedimos
oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes,
diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo
místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como
Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por
las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado
Corazón de María; por la conversión de
todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por
los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros
lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos
especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la
falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras
enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los
presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por la
unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de
los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones
sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos
oración para Paola R., de España, porque
le han detectado una lesión en el esófago que debe ser estudiada. Le pedimos a
la Santísima Virgen que interceda por ella ante Jesús para que sólo sea algo de
menor importancia y Paola pueda seguir ayudando al prójimo como lo hace
habitualmente desde su profesión de médica.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara
nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y
la paciencia;
escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros
hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Los cinco minutos de Dios
Mayo 16
"Felices
los que tienen el corazón recto, porque verán a Dios". Es difícil poder afirmar
con verdad que tenemos el corazón recto; siempre se anidan en él instintos humillantes
y malas inclinaciones. ¡No es tan natural criticar a los demás! ¡Pensar mal de
ellos, de sus acciones! ¡Sospechar de
sus intenciones!
Hay
en nuestro corazón una carga de soberbia y de agresividad que, con frecuencia,
se manifiesta en nuestro modo de proceder y en el trato con los demás.
En
cambio, los que tienen el corazón recto, los que son sencillos de corazón, los
que no tienen malicia ni la suponen en los demás, los que son de corazón limpio
y que con limpieza ven todas las cosas, ellos son los que verán a Dios.
Si
tú no ves a Dios con más frecuencia, ¿no será porque no tienes tu corazón
suficientemente limpio? Porque el corazón sucio es el que ensucia la vista del
alma y con esa vista sucia es imposible llegar a ver a la divinidad.
“Todo es puro para los puros; en cambio para los que
están contaminados y para los incrédulos nada es puro; su mente y su conciencia
están contaminadas” (Tit 1,15). Solamente con el corazón limpio se tienen
limpios los ojos y solamente con los ojos limpios se puede ver a Dios. Si no
ves a Dios, examina tus ojos y tu corazón.
* P. Alfonso Milagro
Jardinero de Dios
-el
más pequeñito de todos-
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