miércoles, 11 de mayo de 2016

Pequeñas Semillitas 3004

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 11 - Número 3004 ~ Miércoles 11 de Mayo de 2016
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
La historia que tiene más de un siglo, cuenta que una princesa agonizaba.  En su lecho de muerte, pidió que su tumba fuese cubierta con una gran piedra de granito y que alrededor hubiese otras piedras sellando la lápida. También dio órdenes de afianzar las piedras con abrazaderas de hierro.  A pedido suyo, la lápida llevaría escrito: "Esta tumba, comprada para toda la eternidad, jamás deberá abrirse".
Aparentemente, durante el entierro se metió en la tumba una bellotita.  Al tiempo empezó a asomarse un brotecito en medio de la unión de las piedras.  La bellota había podido absorber suficiente alimento como para crecer.  Después de varios años de crecimiento, un robusto roble se levantaba entre las abrazaderas de hierro.  El  hierro no pudo con el roble y sus raíces lo rompieron, dejando al descubierto la tumba que nunca debía abrirse. 
La nueva vida se abrió camino desde el lecho de muerte con una semillita.
Todos los días tenemos infinidades de oportunidades para aprovechar un nuevo comienzo.  Generalmente, los nuevos comienzos se inician cuando alguna otra cosa termina.  Cuando dejamos que el pecado muera en nuestro corazón, encontramos nuestra vida en Cristo. 
Tal vez no haya sido accidental que el robusto roble, que es uno de los árboles más altos y fuertes del mundo, se inicie a partir de una pequeña semillita.

¡Buenos días!

Da con generosidad
La generosidad es una virtud que te pone en sintonía con Dios que es todo amor y donación de sí mismo. Cada día puedes empezar a ser generoso en gestos pequeños. Con la práctica se te irá abriendo el corazón, descubrirás la alegría de dar y comprobarás, maravillado, que recibes mucho más de lo que das. Una vez Don Bosco narró a los jóvenes este apólogo.

Un día Jesús se dirigió con Pedro y Juan a un monte. Ya en plena subida, les dijo: —Tomen cada uno una piedra y llévenla arriba. Juan tomó la primera piedra que halló al paso, era bastante pesada. Pedro con un gesto calculador recogió una piedra pequeña. La subida era fatigosa. Juan comenzó a sudar. Pedro le dijo en tono burlón: —Ay, Juan, ¡qué cándido eres! ¿Quién te mandó tomar esa piedra tan grande? Jesús dijo que lleváramos una piedra, pero no una piedra grande. Mira, yo con este guijarro ni sudo ni me canso. Jesús oía y sonreía. Poco después se detuvo bajo un pino y los invitó a sentarse. La subida y el cansancio les había abierto el apetito. Juan inició un bostezo. Entonces Jesús bendijo las piedras y se convirtieron en panes. ¡Grande y sabroso era el de Juan, mientras el de Pedro apenas un bocado! Juan maravillado se alegró mucho. Pedro quedó avergonzado. Jesús sonrió con bondad.

También los jóvenes sonrieron, y Don Bosco sacó esta enseñanza: no seamos mezquinos en servir a Dios. Quien mucho da al Señor, mucho recibirá, quien le da poco, poco recogerá. María Auxiliadora, interceda por nosotros para que seamos generosos en el servicio de Dios, y así nos aseguremos una bellísima corona de gloria en el Cielo.
* Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En aquel tiempo, Jesús, alzando los ojos al cielo, dijo: «Padre santo, cuida en tu nombre a los que me has dado, para que sean uno como nosotros. Cuando estaba yo con ellos, yo cuidaba en tu nombre a los que me habías dado. He velado por ellos y ninguno se ha perdido, salvo el hijo de perdición, para que se cumpliera la Escritura.
»Pero ahora voy a ti, y digo estas cosas en el mundo para que tengan en sí mismos mi alegría colmada. Yo les he dado tu Palabra, y el mundo los ha odiado, porque no son del mundo, como yo no soy del mundo. No te pido que los retires del mundo, sino que los guardes del Maligno. Ellos no son del mundo, como yo no soy del mundo. Santifícalos en la verdad: tu Palabra es verdad. Como tú me has enviado al mundo, yo también los he enviado al mundo. Y por ellos me santifico a mí mismo, para que ellos también sean santificados en la verdad». (Jn 17,11b-19)

Comentario:
Hoy vivimos en un mundo que no sabe cómo ser verdaderamente feliz con la felicidad de Jesús, un mundo que busca la felicidad de Jesús en todos los lugares equivocados y de la forma más equivocada posible. Buscar la felicidad sin Jesús sólo puede conducir a una infelicidad aún más profunda. Fijémonos en las telenovelas, en las que siempre se trata de alguien con problemas. Estas series de la TV nos muestran las miserias de una vida sin Dios.
Pero nosotros queremos vivir el día de hoy con la alegría de Jesús. Él ruega a su Padre en el Evangelio de hoy «y digo estas cosas en el mundo para que tengan en sí mismos mi alegría colmada» (Jn 17,13). Notemos que Jesús quiere que en nosotros su alegría sea completa. Desea que nos colmemos de su alegría. Lo que no significa que no tengamos nuestra cruz, ya que «el mundo los ha odiado, porque no son del mundo» (Jn 17,14), pero Jesús espera de nosotros que vivamos con su alegría sin importar lo que el mundo pueda pensar de nosotros. La alegría de Jesús nos debe impregnar hasta lo más íntimo de nuestro ser, evitando que el estruendo superficial de un mundo sin Dios pueda penetrarnos.
Vivamos pues, hoy, con la alegría de Jesús. ¿Cómo podemos conseguir más y más de esta alegría del Señor Jesús? Obviamente, del propio Jesús. Jesucristo es el único que puede darnos la verdadera felicidad que falta en el mundo, como lo testimonian esas citadas series televisivas. Jesús dijo, «si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y lo conseguiréis» (Jn 15,7). Dediquemos cada día, por tanto, un poco de nuestro tiempo a la oración con las palabras de Dios en las Escrituras; alimentémonos y consumamos las palabras de Jesús en la Sagrada Escritura; dejemos que sean nuestro alimento, para saciarnos con la su alegría: «Al inicio del ser cristiano no hay una decisión ética o una gran idea, sino el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida» (Benedicto XVI).
* Fr. Thomas LANE (Emmitsburg, Maryland, Estados Unidos)

Santoral Católico:
San Francisco de Jerónimo
Sacerdote Jesuita
San Francisco nació en Grottaglie, cerca de Taranto, en 1642. Este elocuente misionero jesuita, al que llamaban "el apóstol de Nápoles", se distinguió por su ilimitado celo en favor de la conversión de los pecadores y por su amor a los pobres, los enfermos y los oprimidos.
En 1666, antes de cumplir los 24 años de edad, San Francisco recibió la ordenación sacerdotal. Durante los cinco años siguientes, enseñó en el "Collegio dei Nobili", que los jesuitas tenían en Nápoles. A los 28 años ingresó en la Compañía de Jesús. De 1671 a 1674, ayudó en el trabajo misional al célebre predicador Agnello Bruno. Al concluir sus estudios de teología, los superiores le nombraron predicador de la Iglesia del Gesú Nuovo, de Nápoles. Se dice que convertía por lo menos a unos 400 pecadores al año. El Santo visitaba las prisiones, los hospitales y no vacilaba en seguir a los pecadores hasta los antros del vicio, donde algunas veces fue brutalmente maltratado. San Francisco murió a los 74 años de edad y fue sepultado en la Iglesia de los jesuitas de Nápoles. Su canonización tuvo lugar en 1839.
© Aciprensa

La frase de hoy

“Las palabras sirven
para construir un puente o levantar un muro,
para acariciar a una persona o para destruirla.
Elijamos nuestras palabras con amor”

Historias:
El bien más preciado
Cuenta una historia europea que hace muchos años atrás un joven y una muchacha, enamorados decidieron casarse. Dinero ellos casi no tenían, pero ninguno de los dos se unía por eso. La confianza mutua era la esperanza de un bello futuro, siempre y cuando se tuvieren uno al otro.

Así, pusieron una fecha para unirse en cuerpo y alma. Antes del casamiento, la muchacha le hizo un pedido al novio:
- No puedo ni imaginar que un día podamos separarnos, pero puede ser que con el tiempo uno se canse del otro, o que te hastíes de mí, y me mandes a mi país. Quiero que tú me prometas que si alguna vez eso acontece, me dejarás llevar conmigo el bien más preciado que yo tenga entonces.

El novio sonrió, encontrando sin sentido lo que ella decía, más ella no quedo satisfecha hasta que él, lo puso por escrito y lo firmó. Se casaron.

Decididos a mejorar sus vidas, ambos trabajaron mucho y fueron recompensados, cada nuevo suceso los hacia más decididos a salir de la pobreza, y trabajaban cada día más.  El tiempo pasó y el matrimonio prosperó. Conquistaron una situación estable, y cada vez más confortable, y finalmente se hicieron ricos.

Se mudaron a una amplia casa, hicieron nuevos amigos y se rodearon de los placeres que da la riqueza. Se dedicaron a sus negocios y a sus compromisos sociales, pensaban más en esas cosas que en ellos mismos.  Discutían sobre qué comprar, cuánto gastar, cómo aumentar su patrimonio, pero estaban cada vez más distanciados entre sí.

Cierto día cuando preparaban una fiesta para amigos importantes, discutieron por una tontería y comenzaron a levantarse la voz, a gritarse y llegaron las inevitables acusaciones.
- Tú no estás conmigo, le gritó el marido, solo piensas en ti, en ropas y joyas.  Búscate lo más preciado como te prometí y regresa a la casa de tus padres. No hay motivos para continuar juntos.

La mujer empalideció, y lo encaró con una mirada muy apenada, como si acabase de descubrir una cosa nunca sospechada.
- Muy bien, dijo ella por lo bajo, quiero irme ya, pero vamos a estar juntos esta noche para recibir a los amigos que ya fueron invitados.

Él estuvo de acuerdo. La noche llegó. Comenzó la fiesta con todo el lujo y la abundancia que la riqueza permitía. En la madrugada el marido se adormeció exhausto. Ella entonces, hizo que lo llevaran a la casa de los padres de ella, con cuidado y lo pusieran en la cama.

Cuando él despertó a la mañana siguiente no entendía que había acontecido. No sabía dónde estaba, y cuando se sentó en la cama para mirar alrededor la mujer se le aproximó y le dijo con cariño:

- Querido marido, tú me prometiste que si algún día me enviabas de regreso, yo podría llevarme conmigo el bien más preciado que tuviese en ese momento. Pues bien, tú siempre serás mi bien más preciado, te quiero a ti más que a todo en la vida y ni la muerte nos podrá separar.

Se envolvieron en un abrazo de ternura, y regresaron a la casa, más apasionados y enamorados que nunca...

Moraleja:
La ambición y las ansias de poder muchas veces nos perturba la visión y nos hace ver en forma distorsionada.
Trata de no olvidar los verdaderos valores de la vida y de no buscar cosas que tengan un valor pasajero.
Lo importante es que diariamente hagamos un análisis y coloquemos en una balanza nuestros bienes más preciados, para así darles su verdadero valor.
Es el amor el bien más preciado que poseemos, no lo dejemos ir, no lo perdamos por olvidarnos de cuidarlo o por estar confundidos en creer que existen cosas más placenteras y más duraderas.
El amor siempre permanecerá en nosotros y hará de cada uno una persona digna de ser también el bien más preciado.

Mes de María
Flor del 11 de mayo: Virgen clemente
- Meditación: María camino a Belén… fatigada y esperanzada, pues llevaba en sus entrañas al Dios que amaba; María en Belén… frío y pobreza para cobijar al Rey, pero Ella era Palacio de Pureza y Cristal para que se pudiera acurrucar. María junto a la Cruz…, “estaba junto a la Cruz de Jesús Su Madre” (Juan 19,25). ¡Cuánta soledad y miseria!. Si, la miseria de todos los hombres de todos los siglos. Mis miserias también…
María es Madre de pobreza y sacrificio, debemos imitarla si queremos ser sus verdaderos hijos.
- Oración: ¡Oh Virgen clemente, oh Madre de misericordia! Llévanos a la santidad por el camino de la Verdad, y no toleres nuestros pecados, sino que enséñanos a ser santos. Que sepamos ver lo que no hacemos bien, teniendo la clemencia del Corazón de Tu Hijo para con nuestros hermanos, porque así como perdonamos seremos perdonados. Amén.
- Decena del Santo Rosario (Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria).
- Florecilla para este día: Meditar sobre las propias miserias, para no volver a juzgar las miserias de los demás.

Nuevo vídeo

Hay un nuevo vídeo subido al blog
de "Pequeñas Semillitas" en internet.
Para verlo tienes que ir al final de esta página.

Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración para Ludy Q., de Bogotá, Colombia, que será operada mañana de histerectomía, colocándola en las Santas Manos Sanadoras de nuestro Señor Jesucristo, siempre con la intercesión de la Virgen Santísima, nuestra amada Madre, confiados en que le irá muy bien en su intervención quirúrgica.

Pedimos oración por Pedro K., de Tucumán, Argentina, con severos problemas de artritis y artrosis, dificultad para los movimientos, estado depresivo y problemas urinarios y prostáticos. Que el Señor Misericordioso lo fortalezca, le conceda alivio en sus enfermedades y ánimo para seguir adelante en la vida cotidiana.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Los cinco minutos de Dios
Mayo 11
"Felices los que tienen alma de pobres, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos".  Es la primera bienaventuranza que Cristo proclamó en el Sermón de la Montaña.
Pobre de espíritu es el sencillo, el humilde, el que no se paga de sí mismo, el que está convencido de que depende de los demás, de que él solo no puede enfrentar la vida, que necesita de los otros; por eso es pobre, porque no tiene en sí cuanto necesita, sino que lo espera de los demás.
El orgulloso piensa que él y solo él se satisface, se basta y se sobra; por eso es rico: se tiene a sí mismo.
Pero solamente al pobre de espíritu, al que tiene alma de pobre o es pobre de espíritu se le promete el Reino de los Cielos; el orgulloso conquista a los hombres, el humilde conquista a Dios; el orgulloso será dueño de la tierra y sus riquezas; el humilde tendrá como herencia el cielo y sus bienes.
¿Qué prefieres?
“Porque tu fuerza no está en el número, ni tu dominio en los fuertes, sino que tú eres el Dios de los humildes, el defensor de los desvalidos, el apoyo de los débiles, el refugio de los abandonados y el salvador de los desesperanzados” (Jdt 9,11). Nunca es más grande el hombre, que de rodillas. No dudes en doblarlas ante tu Dios. En tus rodillas está tu fuerza y la debilidad de Dios.
* P. Alfonso Milagro

Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-

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