PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año
11 - Número 2999 ~ Viernes 6 de Mayo de 2016
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
En
la naturaleza existen muchos ejemplos simples y reveladores del orden divino.
Por
ejemplo: las arañas tejen su tela según un patrón fijo y ordenado; la plantita
nueva se eleva graciosamente desde la tierra extendiendo sus hojas hacia el
sol; todo según el orden divino.
También
cada uno de nosotros somos atraídos hacia la luz del orden divino, que establece
la armonía en nuestras vidas.
Si
a veces las cosas parecen desordenadas o caóticas, debemos hacer los ajustes
necesario, concentrarnos en la presencia de Dios y decir dentro nuestro: “Todo
está en el orden divino, todo lo dejo en las manos de Dios”.
¡Buenos días!
Libertad interior
Con
frecuencia Dios, por sus profetas, invitó a Israel a revisar su estilo de vida
para hacer los necesarios reajustes que exigía la alianza solemnemente pactada.
La Palabra de Dios sigue invitándonos a cambiar para bien, y nos motiva con
sabiduría a dar pasos de superación espiritual. Aquí tienes una oración del P.
Víctor Fernández para crecer en libertad interior.
“Mira Señor ese dolor inútil que a veces se apodera
de mí. Sufro por el amor que no me dan, por las desilusiones, por las
agresiones ajenas, porque a veces no me comprenden, porque no pude lograr cosas
que mi corazón deseaba. Toca esas necesidades y deseos insatisfechos con tu
amor, Dios mío, y enséñame a gozar serenamente de tu divina ternura, del fuego
de tu amor que nunca me falta. Regálame, Señor, la libertad interior, no dejes
que me haga esclavo de mis sensaciones y sentimientos que me enferman y me
abruman. Y enséñame a reconocer tu amor en las cosas simples de cada día. Porque
siempre tengo el pan de tu ternura. Amén.”
Mediante
la fe es posible descubrir cada día, en las cosas simples que te suceden,
gestos del amor de Dios para contigo. Esta constatación motivará la acción de
gracias que debe llenar toda tu vida, como nos exhorta el apóstol Pablo:
“Siempre y por cualquier motivo, den gracias a Dios, nuestro Padre, en nombre
de nuestro Señor Jesucristo” (Ef. 5, 20).
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En
aquel tiempo, Jesús habló así a sus discípulos: «En verdad, en verdad os digo
que lloraréis y os lamentaréis, y el mundo se alegrará. Estaréis tristes, pero
vuestra tristeza se convertirá en gozo. La mujer, cuando va a dar a luz, está
triste, porque le ha llegado su hora; pero cuando ha dado a luz al niño, ya no
se acuerda del aprieto por el gozo de que ha nacido un hombre en el mundo.
También vosotros estáis tristes ahora, pero volveré a veros y se alegrará
vuestro corazón y vuestra alegría nadie os la podrá quitar. Aquel día no me
preguntaréis nada». (Jn 16,20-23a)
Comentario:
Hoy
comenzamos el Decenario del Espíritu Santo. Reviviendo el Cenáculo, vemos a la
Madre de Jesús, Madre del Buen Consejo, conversando con los Apóstoles. ¡Qué
conversación tan cordial y llena! El repaso de todas las alegrías que habían
tenido al lado del Maestro. Los días pascuales, la Ascensión y las promesas de
Jesús. Los sufrimientos de los días de la Pasión se han tornado alegrías. ¡Qué
ambiente tan bonito en el Cenáculo! Y el que se está preparando, como Jesús les
ha dicho.
Nosotros
sabemos que María, Reina de los Apóstoles, Esposa del Espíritu Santo, Madre de
la Iglesia naciente, nos guía para recibir los dones y los frutos del Espíritu
Santo. Los dones son como la vela de una embarcación cuando está desplegada y
el viento —que representa la gracia— le va a favor: ¡qué rapidez y facilidad en
el camino!
El
Señor nos promete también en nuestra ruta convertir las fatigas en alegría:
«Vuestra alegría nadie os la podrá quitar» (Jn 16,23) y «vuestra alegría será
completa» (Jn 16,24). Y en el Salmo 126,6: «Al ir, va llorando, llevando la
semilla; al volver, vuelve cantando trayendo sus gavillas».
Durante
toda esta semana, la Liturgia nos habla de rejuvenecer, de exultar (saltar de
alegría), de la felicidad segura y eterna. Todo nos lleva a vivir de oración.
Como nos dice san Josemaría: «Quiero que estés siempre contento, porque la
alegría es parte integrante de tu camino. —Pide esa misma alegría sobrenatural
para todos».
El
ser humano necesita reír para la salud física y espiritual. El humor sano
enseña a vivir. San Pablo nos dirá: «Sabemos que todas las cosas contribuyen al
bien de los que aman a Dios» (Rom 8,28). ¡He aquí una buena jaculatoria!:
«¡Todo es para bien!»; «Omnia in bonum!».
* Rev. D. Joaquim FONT i Gassol (Igualada, Barcelona,
España)
Santoral Católico:
Santo Domingo Savio
Niño Salesiano
Fue
un joven discípulo de san Juan Bosco que, desde la infancia, gozó de un ánimo
dulce y alegre, y recorrió expeditamente el camino de la perfección cristiana,
llegando a la santidad cuando todavía era un adolescente. Nació en Riva de
Chieri (Turín, Italia) el 2 de abril de 1842; su padre era herrero y su madre
costurera. Fue un niño superdotado y desde pequeño hizo proyectos dignos de un
cristiano maduro. Al hacer la primera comunión, se propuso "antes morir
que pecar". A los doce años, su padre lo presentó a Don Bosco, que quedó
prendado de sus cualidades naturales y espirituales. Bajo la guía del Santo,
alcanzó una madurez humana y cristiana precoz. Sus grandes devociones fueron
Jesús Sacramentado, la Inmaculada Concepción de María, el Papa. Tenía una salud
frágil y era de natural vivo y sensible, y tuvo que superarse y afrontar no
pocas dificultades. La enfermedad lo obligó a dejar el Oratorio de Turín y
trasladarse Mondonio, donde murió el 9 de marzo de 1857.
Oración: Oh Dios, fuente de todo bien, que en santo
Domingo Savio ofreces a los adolescentes un ejemplo admirable de caridad y de
pureza: concédenos también a nosotros crecer como hijos en la alegría y en el
amor hasta la plena estatura de Cristo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
© Directorio Franciscano
La frase de hoy
“Las personas más bellas con las que me he encontrado son
aquellas que han conocido la derrota, conocido el sufrimiento, conocido la
lucha, conocido la pérdida, y han encontrado su forma de salir de las
profundidades. Estas personas tienen una apreciación, una sensibilidad y una
comprensión de la vida que los llena de compasión, humildad, y una profunda
inquietud amorosa. La gente bella no surge de la nada”.
~ Elizabeth Kubler
Ross ~
Tema del día:
Dios está cerca del dolor
El
Evangelio nos dice: “Después de que
llegaron al lugar llamado Calvario, ahí lo crucificaron”... El laconismo no
puede ser mayor. Pero ¡Cuánto dolor hay detrás de estas palabras! Dolor de la
humillación de ser el espectáculo del pueblo, el hazmerreír de la chusma. Dolor
del pudor que siente que le arrancan los vestidos y la piel. Dolor de la sien
que parece estallarle. Dolor de los clavos que penetran bajo sordos golpes del
martillo y taladran hasta abrir hilos de sangre en las manos y en los pies.
Dolor al ver a la Madre destrozada por la angustia. Dolor de ver la ingratitud
a su amor. Dolor de conocer la esterilidad de su sacrificio en tantas almas...
Quien
sufre -y a todo hombre le llega su momento porque el dolor es la herencia del
pecado- puede afrontar su sufrimiento de diversas formas: desesperación, rabia,
escepticismo, odio... Otros sencillamente se resignan sin comprender jamás ni
el por qué ni el para qué de su sufrimiento. Y Cristo nos deja clara la razón:
el dolor por obediencia redentora.
Si
miramos sin fe la cruz de Cristo, como si miramos el dolor humano desde un
punto de vista meramente natural, sólo hallaremos como respuesta el absurdo.
Pero
muy por encima del existencialismo desesperado de la vida, brilla la luz del
misterio. “Nadie me arrebata mi vida,
sino que la entrego yo mismo... Éste es el mandato que recibí de mi Padre”
(Jn 10, 18). Ahí está la clave para comprender a Cristo crucificado y toda su
doctrina y obra. Va al dolor y a la misma muerte con plena conciencia y con la
más absoluta libertad. No ofrece una obediencia pasiva y resignada,
"porque no hay otra alternativa", sino voluntaria y cumplida con
perfección en el detalle: hasta sus últimas consecuencias. Y esto, a pesar de
todo el dolor que le desgarra... “Se hizo
obediente hasta la muerte, y muerte de cruz” (Fil 2, 8).
Sólo
a la luz de esa obediencia amorosa se comprende la muerte de Cristo. Y porque
ha obedecido, dirige la mirada a su Padre con confianza. Ha terminado su obra,
ha llegado al final a pesar de todas las dificultades, a pesar de la cruz y de
la muerte. Y en sus últimas palabras alcanzamos a percibir que es tal su amor,
tanta la paz que invade su ser después de haber consumado la Redención, que el
sufrimiento, el dolor y la muerte no tienen ya ningún poder sobre Él: “En tus manos, Padre, encomiendo mi espíritu”.
Dios
está cerca del dolor, sea moral o físico, pues Él en Jesucristo también se
quiso identificar con el sufrimiento humano, escogiendo la cruz para salvarnos.
Por eso, el sufrimiento nos purifica, nos hace más agradables a Dios, nos educa
en la recta apreciación de la vida humana y del sentido de la misma.
* P. José Luis Richard | Fuente: Catholic.net
Mes de María
Flor del 6 de mayo: Madre Inmaculada
- Meditación:
“Alégrate, la llena de Gracia, el Señor está contigo” (Lucas 1,28). Gracia
plena, es María; siempre estuvo llena de Gracia, por lo que no tiene mancha de
pecado. Nunca se halló privada de la Gracia sobrenatural y santificante de
Dios, pues Ella sería el Vaso Puro que llevaría al mismo Dios. Así se presentó
en Lourdes como la Inmaculada Concepción, título que por Dogma la misma Iglesia
le había reconocido.
- Oración:
¡Oh María, Gracia plena! Permítenos que nos alegremos con vos ya que el Señor
te eligió y nos regaló tu Corazón, para que pongamos en El el nuestro como
ofrenda al Dios Eterno. Amén.
- Decena del Santo Rosario (Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria).
- Florecilla para este día: Cómo debo guardar la pureza de pensamientos y de obras.
Los cinco minutos de Dios
Mayo 6
Te
quejas de que tienes que hacer muchas cosas; te debes prodigar hasta el
desgaste; llevas adelante no pocas responsabilidades; tú mismo te enfrascas en
no sé cuántas cosas.
No
te digo que esto esté mal; si eres un alma grande, si eres una persona
generosa, nunca pondrás límite a tu acción en pro de los demás y cuando se
trata de hacer algún bien, no está mal; puede estar incluso muy pero muy bien;
al fin eso puede llegar a ser darse y darse sin retaceos.
Pero
deseo hacerte reflexionar que en ocasiones ese hacer sin medida y sin control
puede resultar contraproducente con relación a la calidad de tu acción.
¿No
crees que sería mejor hacer muy bien una sola cosa que hacer muchas
imperfectamente?
Quizá
sea preferible dedicarse a menos cosas, pero realizarlas con mayor perfección;
no abarcar tanto, pero ser más responsable en las cosas que uno toma como
obligación.
“Te inquitas y te agitas por muchas cosas, y sin
embargo, pocas cosas, o más bien, una sola es necesaria” (Lc 10,41-42). Piensa
si a lo mejor estás preocupándote mucho por ciertas cosas, y quizá estás
descuidando lo principal, que es la fidelidad al amor del Señor.
* P. Alfonso Milagro
Jardinero de Dios
-el
más pequeñito de todos-
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