PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año 10 - Número 2804
~ Domingo 27 de Setiembre de 2015
Desde la ciudad de
Córdoba (Argentina)
Alabado
sea Jesucristo…
Los discípulos informan a Jesús de un
hecho que los ha molestado mucho. Han visto a un desconocido «expulsando demonios». Está actuando «en nombre de Jesús» y en su
misma línea: se dedica a liberar a las personas del mal que les impide vivir de
manera humana y en paz. Sin embargo, a los discípulos no les gusta su trabajo
liberador. No piensan en la alegría de los que son curados por aquel hombre. Su
actuación les parece una intrusión que hay que cortar. Le exponen a Jesús su
reacción: «Se lo hemos querido impedir porque no es de los nuestros». Aquel
extraño no debe seguir curando porque no es miembro del grupo. No les preocupa
la salud de la gente, sino su prestigio de grupo. Pretenden monopolizar la
acción salvadora de Jesús: nadie debe curar en su nombre si no se adhiere al
grupo.
Jesús reprueba la actitud de sus
discípulos y se coloca en una lógica radicalmente diferente. Él ve las cosas de
otra manera. Lo primero y más importante no es el crecimiento de aquel pequeño
grupo, sino que la salvación de Dios llegue a todo ser humano, incluso por
medio de personas que no pertenecen al grupo: «el que no está contra nosotros,
está a favor nuestro». El que hace presente en el mundo la fuerza curadora y
liberadora de Jesús está a favor de su grupo.
Jesús rechaza la postura sectaria y
excluyente de sus discípulos que solo piensan en su prestigio y crecimiento, y
adopta una actitud abierta e inclusiva donde lo primero es liberar al ser
humano de aquello que lo destruye y hace desdichado. Éste es el Espíritu que ha
de animar siempre a sus verdaderos seguidores.
Fuera de la Iglesia católica, hay en el
mundo un número incontable de hombres y mujeres que hacen el bien y viven
trabajando por una humanidad más digna, más justa y más liberada. En ellos está
vivo el Espíritu de Jesús. Hemos de sentirlos como amigos y aliados, nunca como
adversarios. No están contra nosotros pues están a favor del ser humano, como
estaba Jesús.
José Antonio Pagola
¡Buenos días!
Una sonrisa
Esta
mañana te sugiero medir el nivel de tu alegría y, si lo encuentras algún tanto
más bajo de lo conveniente, esboza una sonrisa frente al espejo y mantenla por
un minuto, mientras te repites “así quiero estar hoy, y así estaré con tu
ayuda, Señor”. Esto es tan efectivo como tomar una aspirina para sacarse el
dolor de cabeza. La alegría es una opción.
¿Cuánto cuesta una sonrisa? –Nada. ¿Cuánto
beneficio nos puede dar? –Mucho. ¿Qué tiempo dura? –Un instante. ¿Y cuánto
perdura en la memoria? –A veces toda la vida. ¿Quién es tan rico que no la
necesite? –Nadie. ¿Quién es tan pobre que no pueda regalarla? –Ninguno. ¿Se empobrece el que la da? –Al
contrario, se enriquece. ¿Se puede comprar, vender o robar? –Sólo se puede
ofrecer gratuitamente. ¿Y quién es el que está más necesitado de una sonrisa?
–Aquél que no tiene ninguna para
dar.
Defiende
y cultiva la alegría. El sentido del humor te ayudará a encarar las situaciones
estresantes de la vida. Ríe, y tus cargas serán aliviadas. Ríe, y tu vida se
alargará. Ríe cuando más lo necesites. Si eres capaz de reírte de una
situación, por más dolorosa que sea, podrás superarla. Que sepas fomentar hoy
tu capacidad de alegría.
Enviado por el P. Natalio
La Palabra de
Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, Juan le dijo: «Maestro,
hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre y no viene con nosotros y
tratamos de impedírselo porque no venía con nosotros». Pero Jesús dijo: «No se
lo impidáis, pues no hay nadie que obre un milagro invocando mi nombre y que
luego sea capaz de hablar mal de mí. Pues el que no está contra nosotros, está
por nosotros. Todo aquel que os dé de beber un vaso de agua por el hecho de que
sois de Cristo, os aseguro que no perderá su recompensa.
»Y al que escandalice a uno de estos
pequeños que creen, mejor le es que le pongan al cuello una de esas piedras de
molino que mueven los asnos y que le echen al mar. Y si tu mano te es ocasión
de pecado, córtatela. Más vale que entres manco en la Vida que, con las dos
manos, ir a la gehenna, al fuego que no se apaga. Y si tu pie te es ocasión de
pecado, córtatelo. Más vale que entres cojo en la Vida que, con los dos pies,
ser arrojado a la gehenna. Y si tu ojo te es ocasión de pecado, sácatelo. Más
vale que entres con un solo ojo en el Reino de Dios que, con los dos ojos, ser
arrojado a la gehenna, donde su gusano no muere y el fuego no se apaga». (Mc
9,38-43.45.47-48)
Comentario
Hoy, según el modelo del realizador de
televisión más actual, contemplamos a Jesús poniendo gusanos y fuego allí donde
debemos evitar ir: el infierno, «donde el gusano no muere y el fuego no se
apaga» (Mc 9,48). Es una descripción del estado en el que puede quedar una
persona cuando su vida no la ha llevado allí adonde quería ir. Podríamos
compararlo al momento en que, conduciendo nuestro automóvil, tomamos una
carretera por otra, pensando que vamos bien y vamos a parar a un lugar
desconocido, sin saber dónde estamos y adónde no queríamos ir. Hay que evitar
ir, sea como sea, aunque tengamos que desprendernos de cosas aparentemente
irrenunciables: sin manos (cf. Mc 9,43), sin pies (cf. Mc 9,45), sin ojos (cf.
Mc 9,47). Es necesario querer entrar en la vida o en el Reino de Dios, aunque
sea sin algo de nosotros mismos.
Posiblemente, este Evangelio nos lleva a
reflexionar para descubrir qué tenemos, por muy nuestro que sea, que no nos
permite ir hacia Dios, —y todavía más— qué nos aleja de Él.
El mismo Jesús nos orienta para saber
cuál es el pecado en el que nos hacen caer nuestras cosas (manos, pies y ojos).
Jesús habla de los que escandalizan a los pequeños que creen en Él (cf. Mc
9,42). “Escandalizar” es alejar a alguien del Señor. Por lo tanto, valoremos en
cada persona su proximidad con Jesús, la fe que tiene.
Jesús nos enseña que no hace falta ser
de los Doce o de los discípulos más íntimos para estar con Él: «El que no está
contra nosotros, está por nosotros» (Mc 9,40). Podemos entender que Jesús lo
salva todo. Es una lección del Evangelio de hoy: hay muchos que están más cerca
del Reino de Dios de lo que pensamos, porque hacen milagros en nombre de Jesús.
Como confesó santa Teresita del Niño Jesús: «El Señor no me podrá premiar según
mis obras (...). Pues bien, yo confío en que me premiará según las suyas».
Rev. D. Valentí ALONSO i Roig (Barcelona, España)
La frase de hoy
“El que no está contra nosotros,
está con nosotros”
~ Jesús ~
Predicación del
Evangelio
P. Raniero
Cantalamessa ofmcap
Uno de los apóstoles, Juan, vio expulsar
demonios en nombre de Jesús a uno que no era del círculo de los discípulos y se
lo prohibió. Al contarle el incidente al Maestro, se oye que Él responde: «No
se lo impidáis... El que no está contra nosotros, está por nosotros».
Se trata de un tema de gran actualidad.
¿Qué pensar de los de fuera, que hacen algo bueno y presentan las
manifestaciones del Espíritu, sin creer aún en Cristo y adherirse a la Iglesia?
¿También ellos se pueden salvar?
La teología siempre ha admitido la
posibilidad, para Dios, de salvar a algunas personas fuera de las vías
ordinarias, que son la fe en Cristo, el bautismo y la pertenencia a la Iglesia.
Esta certeza se ha afirmado sin embargo en época moderna, después de que los
descubrimientos geográficos y las aumentadas posibilidades de comunicación
entre los pueblos obligaron a tomar nota de que había incontables personas que,
sin culpa suya alguna, jamás habían oído el anuncio del Evangelio, o lo habían
oído de manera impropia, de conquistadores o colonizadores sin escrúpulos que
hacían bastante difícil aceptarlo. El Concilio Vaticano II dijo que «el
Espíritu Santo ofrece a todos la posibilidad de que, en la forma de sólo Dios
conocida, se asocien a este misterio pascual» de Cristo, y por lo tanto se
salven [Constitución Pastoral Gaudium et spes sobre la Iglesia y el mundo
actual, n. 22. Ndt].
¿Ha cambiado entonces nuestra fe
cristiana? No, con tal de que sigamos creyendo dos cosas: primero, que Jesús
es, objetivamente y de hecho, el Mediador y el Salvador único de todo el género
humano, y que también quien no le conoce, si se salva, se salva gracias a Él y
a su muerte redentora. Segundo: que también los que, aun no perteneciendo a la
Iglesia visible, están objetivamente «orientados» hacia ella, forman parte de
esa Iglesia más amplia, conocida sólo por Dios.
Dos cosas, en nuestro pasaje del
Evangelio, parece exigir Jesús de estas personas «de fuera»: que no estén
«contra» Él, o sea, que no combatan positivamente la fe y sus valores, esto es,
que no se pongan voluntariamente contra Dios. Segundo: que, si no son capaces
de servir y amar a Dios, sirvan y amen al menos a su imagen, que es el hombre,
especialmente el necesitado. Dice de hecho, a continuación de nuestro pasaje,
hablando aún de aquellos de fuera: «Todo aquel que os dé de beber un vaso de
agua por el hecho de que sois de Cristo, os aseguro que no perderá su
recompensa».
Pero aclarada la doctrina, creo que es
necesario rectificar también algo más, y es la actitud interior, la psicología
de nosotros, los creyentes. Se puede entender, pero no compartir, la mal
escondida contrariedad de ciertos creyentes al ver caer todo privilegio
exclusivo ligado a la propia fe en Cristo y a la pertenencia a la Iglesia: «Entonces,
¿de qué sirve ser buenos cristianos...?». Deberíamos, al contrario, alegrarnos
inmensamente frente a estas nuevas aperturas de la teología católica. Saber que
nuestros hermanos de fuera también tienen la posibilidad de salvarse: ¿qué
existe que sea más liberador y qué confirma mejor la infinita generosidad de
Dios y su voluntad de «que todos los hombres se salven» (1 Tm 2,4)? Deberíamos
hacer nuestro el deseo de Moisés recogido en la primera lectura de este
domingo: «¡Quisiera de Dios que le diera a todos su Espíritu!».
¿Debemos, con esto, dejar a cada uno
tranquilo en su convicción y dejar de promover la fe en Cristo, dado que uno se
puede salvar también de otras maneras? Ciertamente no. Sólo deberíamos poner
más énfasis en el motivo positivo que en el negativo. El negativo es: «Creed en
Jesús, porque quien no cree en Él estará condenado eternamente»; el motivo
positivo es: «Creed en Jesús, porque es maravilloso creer en Él, conocerle,
tenerle al lado como Salvador, en la vida y en la muerte».
Nuevo vídeo
Hay un nuevo vídeo subido al blog
de "Pequeñas
Semillitas" en internet.
Para verlo tienes que ir al final de
esta página.
Agradecimientos
Dicen que en el cielo hay dos oficinas
diferentes para tratar lo relativo a las oraciones de las personas en la
tierra:
Una es para receptar pedidos de diversas
gracias, y allí los muchos ángeles que atienden trabajan intensamente y sin
descanso por la cantidad de peticiones que llegan en todo momento.
La otra oficina es para recibir los
agradecimientos por las gracias concedidas y en ella hay un par de ángeles
aburridos porque prácticamente no les llega ningún mensaje de los hombres desde
la tierra para dar gracias...
Desde esta sección de "Pequeñas
Semillitas" pretendemos juntar una vez por semana (los domingos) todos los
mensajes para la segunda oficina: agradecimientos por favores y gracias
concedidas como respuesta a nuestros pedidos de oración.
Desde Santiago de Cuba, nuestra amiga Idania Espino Rodríguez escribe y dice:
“Papa Francisco: Gracias por tu
presencia en mi querida Patria. Gracias por tus enseñanzas, por el ánimo
recibido, por la esperanza que nos trasmites.
Nos has llenado de alegría y nos instas a seguir con nuestro espíritu
solidario en lo que llamas la cultura del encuentro. Claro que pedimos cada día
por ti. Te necesitamos. Nuestra Iglesia
necesita de tu presencia y de tu espíritu renovador, de donde todos saldremos
más cercanos y humanos, amorosos como nos ha pedido Jesus. Que Dios te acompañe
y bendiga en el cada día. Gracias por
venir a Cuba. Gracias por visitar a
nuestra Madre, la Virgen Santísima de la Caridad, gracias por tu
bendición. Gracias por tu estancia en mi
ciudad que se vistió de gala para acogerte. Desde Santiago de Cuba, te decimos
que, en el cada día, tendremos siempre presentes tu palabra. Gracias, Papa
Francisco, quien como Misionero de la Misericordia, nos dejas la dulce
esperanza de un mañana mejor”.
Familiares y amigos de la bebita Saori Jazmín agradecen a Dios y a las
personas que han rezado por la niña que estando en neonatología ya no necesita
asistencia respiratoria y ya ha podido ser amamantada por su mamá. Demos
gracias al Señor y sigamos orando por su completa recuperación.
Unidos a María
Cuando
veneramos a María, no aumentamos su gloria, sino que nos hacemos bien a
nosotros mismos, puesto que entonces la Virgen tiene más poder para
socorrernos.
Ella,
María, quiere que la invoquemos con confianza cada vez más fuerte, porque nos
quiere prodigar toda clase de ayudas y favores, gracias y dones, incluso
materiales, para que pasemos bien por la prueba de esta vida, y al final
descansemos a sus pies en el Cielo, junto al trono de Dios.
Nada
de lo que se hace por servir a María, queda en el olvido, sino que cada acción
hecha por amor a Ella, será altamente premiada y es como el mejor negocio que
podemos hacer para el tiempo y la eternidad.
Si
pensamos que María es la Obra Maestra de Dios, que con todo su poder no la pudo
hacer más bella y perfecta, y de la cual Dios está perdidamente enamorado y
arrobado; entonces comprenderíamos un poco más quién es María y qué es María.
Porque si el mismo Dios está como embelesado por Ella, ¿entonces qué será verla
con nuestros propios ojos en el Paraíso?
Dios
nos ha dado un secreto: María. Y a pesar de que nos lo ha revelado, este
secreto permanece oculto para la gran mayoría de cristianos. Pero quien
profundice en este secreto, encontrará la dicha y algo que no se puede explicar
con palabras de este mundo.
Jardinero de Dios
-el más
pequeñito de todos-
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