PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año 10 - Número 2785
~ Martes 8 de Setiembre de 2015
Desde la ciudad de
Córdoba (Argentina)
Alabado
sea Jesucristo…
Según la Tradición, la Virgen Madre de
Dios nació en Jerusalén, junto a la piscina de Bezatha. La Liturgia Oriental celebra
su nacimiento cantando poéticamente que este día es el preludio de la alegría
universal, en el que han comenzado a soplar los vientos que anuncian la
salvación. Por eso nuestra liturgia nos invita a celebrar con alegría el
nacimiento de María, pues de ella nació el sol de justicia, Cristo Nuestro
Señor.
Hoy nace una clara
estrella,
tan divina y celestial,
que, con ser estrella, es
tal,
que el mismo Sol nace de
ella.
En la plenitud de los tiempos, María se
convirtió en el vehículo de la eterna fidelidad de Dios. Hoy celebramos el
aniversario de su nacimiento como una nueva manifestación de esa fidelidad de
Dios con los hombres.
¡Buenos días!
Feliz cumpleaños
El día
de tu cumpleaños es oportuno para darte un baño de optimismo, un banquete de entusiasmo
y una sesión de ideas positivas. Es un pequeño alto en el camino para renovar
tus energías, profundizar tus motivaciones, y dilatar tus alegrías… Y ahora una
lluvia de ideas:
En este momento tan especial de tu vida…
enumera tus bendiciones. Vuelve a descubrir tus capacidades. Sonríe con
gratitud por los dones recibidos. Esparce alegría y buen humor. Olvida tus
preocupaciones. Deja en manos de Dios el cuidado de todos tus problemas.
Reserva tiempo para ti mismo. Ten disponibilidad para recibir a la gente. Goza
las maravillas de cada día. Percibe la belleza por doquier. Contempla las
estrellas. Observa un amanecer. Reposa entre las flores. Acepta un riesgo.
Prueba algo nuevo. Alberga ideas renovadoras. Aminora la marcha. Ten paciencia.
Sé prudente. Cultiva la fe. Vive los mensajes de Dios. Confía en los otros.
Cree en la vida. Celebra con entusiasmo el don de la vida.
Y
empieza un año más de vida con renovadas energías, nuevas ideas, nueva vida y
nueva actividad. Que el Señor, fuente y principio de todo bien, te conceda su
gracia, derrame sobre ti abundante bendición y te conserve sano y salvo durante
todo este nuevo año de tu vida.
Enviado por el P. Natalio
La Palabra de
Dios:
Evangelio de hoy
Libro de la generación de Jesucristo,
hijo de David, hijo de Abraham: Abraham engendró a Isaac, Isaac engendró a
Jacob, Jacob engendró a Judá y a sus hermanos, Judá engendró, de Tamar, a Fares
y a Zara, Fares engendró a Esrom, Esrom engendró a Aram, Aram engendró a
Aminadab, Aminadab engendró a Naassón, Naassón engendró a Salmón, Salmón
engendró, de Rahab, a Booz, Booz engendró, de Rut, a Obed, Obed engendró a
Jesé, Jesé engendró al rey David.
David engendró, de la que fue mujer de
Urías, a Salomón, Salomón engendró a Roboam, Roboam engendró a Abiá, Abiá
engendró a Asaf, Asaf engendró a Josafat, Josafat engendró a Joram, Joram
engendró a Ozías, Ozías engendró a Joatam, Joatam engendró a Acaz, Acaz
engendró a Ezequías, Ezequías engendró a Manasés, Manasés engendró a Amón, Amón
engendró a Josías, Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos, cuando la
deportación a Babilonia.
Después de la deportación a Babilonia,
Jeconías engendró a Salatiel, Salatiel engendró a Zorobabel, Zorobabel engendró
a Abiud, Abiud engendró a Eliakim, Eliakim engendró a Azor, Azor engendró a
Sadoq, Sadoq engendró a Aquim, Aquim engendró a Eliud, Eliud engendró a
Eleazar, Eleazar engendró a Mattán, Mattán engendró a Jacob, y Jacob engendró a
José, el esposo de María, de la que nació Jesús, llamado Cristo. Así que el
total de las generaciones son: desde Abraham hasta David, catorce generaciones;
desde David hasta la deportación a Babilonia, catorce generaciones; desde la
deportación a Babilonia hasta Cristo, catorce generaciones.
La generación de Jesucristo fue de esta
manera: su madre, María, estaba desposada con José y, antes de empezar a estar
juntos ellos, se encontró encinta por obra del Espíritu Santo. Su marido José,
como era justo y no quería ponerla en evidencia, resolvió repudiarla en
secreto. Así lo tenía planeado, cuando el Ángel del Señor se le apareció en
sueños y le dijo: «José, hijo de David, no temas tomar contigo a María tu mujer
porque lo engendrado en Ella es del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le
pondrás por nombre Jesús, porque Él salvará a su pueblo de sus pecados». Todo
esto sucedió para que se cumpliese el oráculo del Señor por medio del profeta:
«He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrán por nombre
Emmanuel», que traducido significa: "Dios con nosotros". (Mt
1,1-16.18-23)
Comentario
Hoy, la genealogía de Jesús, el Salvador
que tenía que venir y nacer de María, nos muestra cómo la obra de Dios está
entretejida en la historia humana, y cómo Dios actúa en el secreto y en el
silencio de cada día. Al mismo tiempo, vemos su seriedad en cumplir sus
promesas. Incluso Rut y Rahab (cf. Mt 1,5), extranjeras convertidas a la fe en
el único Dios (¡y Rahab era una prostituta!), son antepasados del Salvador.
El Espíritu Santo, que había de realizar
en María la encarnación del Hijo, penetró, pues, en nuestra historia desde muy
lejos, desde muy pronto, y trazó una ruta hasta llegar a María de Nazaret y, a
través de Ella, a su hijo Jesús. «He aquí que la virgen concebirá y dará a luz
un hijo, y le pondrán por nombre Emmanuel» (Mt 1,23). ¡Cuán espiritualmente
delicadas debían ser las entrañas de María, su corazón y su voluntad, hasta el
punto de atraer la atención del Padre y convertirla en madre del
“Dios-con-los-hombres”!, Él que tenía que llevar la luz y la gracia
sobrenaturales para la salvación de todos. Todo, en esta obra, nos lleva a
contemplar, admirar y adorar, en la oración, la grandeza, la generosidad y la
sencillez de la acción divina, que enaltece y rescatará nuestra estirpe humana
implicándose de una manera personal.
Más allá, en el Evangelio de hoy, vemos
cómo fue notificado a María que traería a Dios, el Salvador del Pueblo. Y
pensemos que esta mujer, virgen y madre de Jesús, tenía que ser a la vez
nuestra madre. Esta especial elección de María —«bendita entre todas las
mujeres» (Lc 1,42)— hace que nos admiremos de la ternura de Dios en su manera
de proceder; porque no nos redimió —por así decirlo— “a distancia”, sino
vinculándose personalmente con nuestra familia y nuestra historia. ¿Quién podía
imaginar que Dios iba a ser al mismo tiempo tan grande y tan condescendiente,
acercándose íntimamente a nosotros?
Fray Agustí ALTISENT i Altisent Monje de Santa Mª de
Poblet (Tarragona, España)
Santoral Católico:
Natividad de la
Santísima Virgen María
Natividad de la Virgen María,
descendiente de Abrahán, nacida de la tribu de Judá y de la progenie del rey
David, de la cual nació el Hijo de Dios, hecho hombre por obra del Espíritu
Santo, para liberar a la humanidad de la antigua servidumbre del pecado. La
celebración del cumpleaños de la Virgen, en que los fieles le ofrecen su
homenaje e imploran su protección, está ligada a la basílica de Santa Ana,
construida en el siglo V en el ámbito de la piscina Probática (Jn 5,1-9), junto
al templo de Jerusalén. La tradición localizaba allí la casa de Joaquín y de
Ana, padres de la Virgen. El protoevangelio apócrifo de Santiago fija el lugar
del nacimiento de María en las cercanías del Templo, y ya en el siglo V los
peregrinos visitaban junto a la piscina Probática «la iglesia de Santa María,
en la que ella nació». La basílica actual fue edificada por los cruzados; en la
cripta se venera la casa de Joaquín y de Ana, y el lugar del nacimiento de su
hija María. La liturgia une el aniversario del nacimiento de la Virgen con la
perspectiva del comienzo de los misterios de la salvación. La celebración
mariana es la primicia de los bienes que su Hijo nos traerá. En esta misma
fecha, o en los días inmediatos, se celebra también a la Virgen bajo múltiples
nombres y advocaciones.
Oración: Concede, Señor, a tus hijos
el don de tu gracia, para que, cuantos hemos recibido las primicias de la
salvación por la maternidad de la Virgen María, consigamos aumento de paz en la
fiesta de su Nacimiento. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
© Directorio Franciscano
Santoral
(2ª
parte)
También hoy, 8 de Setiembre,
se celebra la festividad de la
Virgen de
la Caridad del Cobre
patrona de Cuba.
Para más información hacer clic acá.
Venezuela celebra los días 8 y 11 de
Septiembre a su patrona,
la Virgen de Coromoto.
Para más información hacer clic acá.
Palabras de San
Juan Pablo II
"Nos has dado a tu Madre como
nuestra para que nos enseñe a meditar y adorar en el corazón. Ella, recibiendo
la Palabra y poniéndola en práctica, se hizo la más perfecta Madre […] Danos
tus ojos, María, para descifrar el misterio que se oculta tras la fragilidad de
los miembros del Hijo. Enséñanos a reconocer su rostro en los niños de toda
raza y cultura"
Tema del día:
La fiesta de hoy
En este día la
Iglesia nos invita a alegrarnos por el nacimiento de la Santísima Virgen. Lo
más importante y cierto que podemos decir es que nació limpia de todo mal, como
consideramos en la fiesta de la Inmaculada. Nos gustaría conocer diversos
detalles; pero solamente atisbamos algo por dos libros muy antiguos,
calificados como apócrifos, es decir, no inspirados, sino escritos para
fomentar la piedad popular. Uno de ellos es “el libro sobre la Natividad de
María”, donde se dice que María nació en Nazaret, y otro más antiguo, “el
protoevangelio de Santiago”, donde se dice que nació en Jerusalén.
La fiesta comenzó por el siglo V en Jerusalén al dedicar
una iglesia en honor de María en el lugar donde se creía haber nacido. En ese
lugar hoy está el santuario de Santa Ana. Es por lo tanto un lugar probable. Se
dan otros datos como el de que sus padres, Joaquín y Ana, eran bastante mayores
y sin hijos, cómo Joaquín sufría cuando tenía que ir al templo a presentar sus
ofrendas, pues recibía desprecios por ser estéril, hasta que un ángel se le
presentó diciéndole que iba a ser padre de una niña, que iba a ser la madre del
Salvador. También el ángel se presentó igualmente a Ana. Vemos con esto el
fervor popular para hacerles algo parecidos a los padres de Juan Bautista.
El por qué la fiesta sea el 8 de Septiembre es más
difícil saber. Quizá porque en algunos sitios comenzaba en Septiembre el año
eclesiástico y era oportuno celebrar el nacimiento de María al comienzo. Lo
importante es que la Iglesia lo celebra como cualquiera de nosotros celebramos
el día del nacimiento de algún ser muy querido. Es un día de gratitud hacia
Dios por el amor derramado hacia su Madre, cuyo nacimiento precede al del
Redentor. María en esta fiesta es como la aurora que anuncia la aparición del
Sol de justicia, de vida, de amor. Es como el paso del Antiguo al Nuevo
Testamento. Dios quiere hacer una nueva alianza con la humanidad y comienza con
el nacimiento de la que va a ser la Madre del Hijo de Dios.
Como en el evangelio no se habla del nacimiento ni de la
infancia de María, hoy nos trae la Iglesia la genealogía de Jesús y el hecho de
la virginidad de María ante el nacimiento de Jesús. A veces consideramos la
genealogía como algo aburrido, con una sucesión de nombres; pero tiene mucha
importancia, como así lo consideraba san Mateo cuando escribía el evangelio a
personas venidas del hebraísmo. Para la cultura del Oriente antiguo tenía mucha
importancia establecer la relación de un personaje con un pueblo o una nación.
Jesús no nació aislado, sino insertado en una nación y cultura. No son datos
científicamente ciertos, porque ni lo pretendían; pero sí importaba que
apareciese claramente que venía desde Abraham y descendía del mismo rey David.
Es una historia con fallos y pecados, como es la
humanidad entera, donde aparecen cuatro mujeres, que influyeron en la historia
de Israel; pero que contrastan con la santidad de María. Ella termina la
genealogía. Sigue la línea de José, por lo que interesaba en cuanto a la
descendencia legal; pero termina constatando que Jesús es el hijo de María. Y
para que constase que Jesús nació de María y sólo de María, narra el
evangelista el suceso tierno de las dudas y angustias de José y la alegría al
poder reconocer que María va a ser madre sin dejar de ser virgen.
Este es un suceso que se narra por la fiesta de san José
o en las vísperas de la Navidad. José es el hombre “justo”, no tanto porque
quiere actuar en justicia, sino por la bondad o santidad. Habían pasado los
tres meses de la Visitación de María y José se da cuenta que María va a ser
madre. Es algo tremendo. La podría acusar, la podría desechar dándola el
“repudio”; pero la quiere demasiado, y sea porque no lo comprenda, sea porque
no se siente con ánimos para ser padre de ese hijo, prefiere marcharse. Pero
Dios de alguna manera siempre consuela al que tiene el alma limpia y se hizo la
luz en el alma de José y vino la alegría. Esta alegría quiere la Iglesia para
nosotros en este día en nuestras alabanzas a María en su nacimiento.
P. Silverio Velasco (España)
Unidos a María
María
es Madre de Jesucristo, es Madre de Dios, pero también es Madre del hombre, y
cuando éste es pecador, Ella trata de hacer las paces entre su Hijo Jesucristo
y el hombre pecador, porque una verdadera madre siempre busca que sus hijos
estén en paz y concordia. Por eso confiemos en María que nos acerca y nos
reconcilia con Dios, su Hijo, y recémosle para que reconcilie también a
nuestros hermanos pecadores, porque si terminan su vida en estado de pecado, se
condenarán para siempre en el Infierno. Que esto no suceda. Por eso tratemos de
rezarle siempre a la Virgen Pura, especialmente con el Santo Rosario, su
oración predilecta, y la que tantas gracias y dones obtiene para la humanidad
toda. La salvación de muchos hermanos nuestros depende de la oración que elevemos
a la Virgen, pues Ella es la Omnipotencia Suplicante y presenta a Dios esas
oraciones que le hacemos a Ella, y así obtiene todo de Él.
Jardinero de Dios
-el más
pequeñito de todos-
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