PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año 10 - Número 2806
~ Martes 29 de Setiembre de 2015
Desde la ciudad de
Córdoba (Argentina)
Alabado
sea Jesucristo…
El padre Jacques Loew, que era cargador
del puerto de Marsella y buscaba dar testimonio de su fe en medio de aquellos
hombres rudos y hostiles a la Iglesia, vivía pobremente como ellos. Era un
hombre muy humilde y siempre dispuesto a escuchar. Un día, un cargador como él
fue a buscarlo a su barraca, se sentó junto a él, en silencio, y le dijo:
—Yo
no creo en Dios; pero, si Dios existe, debe asemejarse a ti.
¡Qué importante es el testimonio de vida
para animar a los otros a seguir el camino del bien! Los hombres de nuestro
tiempo necesitan ejemplos que imitar. Y los cristianos todos, deberíamos
también ser espejos de virtud que permitan a los demás formarse una idea que
los acerque a Dios.
¡Buenos días!
Portadores de paz
La
Reina de la paz te invita a ser portador de bien y de paz en tu esfera de
acción. Sólo si te pacificas interiormente puedes irradiar paz a tu alrededor.
Hombres sabios que sondearon su interior con la luz del Espíritu han
descubierto los enemigos de la paz interior: ansiedad, irritación, miedo, odio,
tristeza, autocompasión, duda, abatimiento…
“¡Queridos hijos! Hoy los invito a abrirse a
Dios por medio de la oración, a fin de que el Espíritu Santo pueda comenzar a
obrar milagros en ustedes y a través de ustedes. Yo estoy con ustedes e
intercedo ante Dios por cada uno, queridos hijos, porque cada uno es importante
en mi plan de salvación. Yo los invito a ser portadores de bien y de paz. Dios
puede darles la paz sólo si ustedes se convierten y oran. Por eso, queridos
hijos, oren, oren, oren y hagan lo que el Espíritu Santo les inspire. ¡Gracias
por haber respondido a mi llamado! ”
Para
preservar la paz de tu corazón, el Espíritu Santo con sus inspiraciones es una
presencia valiosa y decisiva. La oración te vuelve sensible a su conducción. Y,
con el Espíritu como guía, te será fácil discernir cuando surgen en tu fantasía
castillos de dificultades y rechazos al plan de Dios sobre tu vida, sugeridos
por el mal espíritu. Cultiva y defiende tu paz interior.
Enviado por el P. Natalio
La Palabra de
Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, vio Jesús que se
acercaba Natanael y dijo de él: «Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien
no hay engaño». Le dice Natanael: «¿De qué me conoces?». Le respondió Jesús:
«Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi».
Le respondió Natanael: «Rabbí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de
Israel». Jesús le contestó: «¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera,
crees? Has de ver cosas mayores». Y le añadió: «En verdad, en verdad os digo:
veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del
hombre». (Jn 1,47-51)
Comentario
Hoy, en la fiesta de los Santos
Arcángeles, Jesús manifiesta a sus Apóstoles y a todos la presencia de sus
ángeles y la relación que con Él tienen. Los ángeles están en la gloria
celestial, donde alaban perennemente al Hijo del hombre, que es el Hijo de
Dios. Lo rodean y están a su servicio.
«Subir y bajar» nos recuerda el episodio
del sueño del Patriarca Jacob, quien dormido sobre una piedra durante su viaje
a la tierra de origen de su familia (Mesopotamia), ve a los ángeles que “bajan
y suben” por una misteriosa escalera que une el cielo y la tierra, mientras
Dios mismo está de pié junto a él y le comunica su mensaje. Notemos la relación
entre la comunicación divina y la presencia activa de los ángeles.
Así, Gabriel, Miguel y Rafael aparecen
en la Biblia como presentes en las vicisitudes terrenas y llevando a los
hombres —como nos dice san Gregorio el Grande— las comunicaciones, mediante su
presencia y sus mismas acciones, que cambian decisivamente nuestras vidas. Se
llaman, precisamente, “arcángeles”, es decir, príncipes de los ángeles, porque
son enviados para las más grandes misiones.
Gabriel fue enviado para anunciar a
María Santísima la concepción virginal del Hijo de Dios, que es el principio de
nuestra redención (cf. Lc 1). Miguel lucha contra los ángeles rebeldes y los
expulsa del cielo (cf. Ap 12). Nos anuncia, así, el misterio de la justicia
divina, que también se ejerció en sus ángeles cuando se rebelaron, y nos da la
seguridad de su victoria y la nuestra sobre el mal. Rafael acompaña a Tobías
“junior”, lo defiende y lo aconseja y cura finalmente al padre Tobit (cf. Tob).
Por esta vía, nos anuncia la presencia de los ángeles junto a cada uno de
nosotros: el ángel que llamamos de la Guarda.
Aprendamos de esta celebración de los
arcángeles que “suben y bajan” sobre el Hijo del hombre, que sirven a Dios,
pero le sirven en beneficio nuestro. Dan gloria a la Trinidad Santísima, y lo
hacen también sirviéndonos a nosotros. Y, en consecuencia, veamos qué devoción
les debemos y cuánta gratitud al Padre que los envía para nuestro bien.
Cardenal Jorge MEJÍA Archivista y Bibliotecario de la
S.R.I. (Città del Vaticano, Vaticano)
Santoral Católico:
Santos Miguel, Gabriel y Rafael
Arcángeles
En la Biblia, desde el Antiguo Testamento,
aparecen los ángeles y sus jefes, los arcángeles, criaturas espirituales, como
ministros o servidores de Dios, bien sea para llevar a los hombres los mensajes
y la protección divina, bien sea para alabar al Señor y presentarle las preces
de los hombres. La Iglesia celebra a tres arcángeles. Miguel, que significa «¿Quién como Dios?», es el defensor de los
derechos divinos y el protector del pueblo de Dios y de la Iglesia contra las
asechanzas del mal; a él se refieren Dan 10-12, Ap 12 y la carta de Judas. Gabriel, «Fuerza de Dios», es sobre
todo el ángel que interviene, enviado por Dios, en los acontecimientos de la
Anunciación y del nacimiento de Juan Bautista y de Jesús (Lc 1). Rafael, «Medicina de Dios», aparece en
el libro de Tobías, como compañero y protector del hijo en su largo y peligroso
viaje y como médico de la ceguera del padre. Con el Salmo 102 podemos rezar:
«Bendecid al Señor, ángeles suyos, poderosos ejecutores de sus órdenes, prontos
a la voz de su palabra».
Oración: Oh Dios, que con admirable
sabiduría distribuyes los ministerios de los ángeles y los hombres, te pedimos
que nuestra vida esté siempre protegida en la tierra por aquellos que te
asisten continuamente en el cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
© Directorio Franciscano
La frase de hoy
“Cuando estoy ante la presencia de un
hermano que necesita de mí, reacciono amando, entonces salgo de mi encierro y
desato las ataduras del otro, para que experimente mi intervención amorosa y
allí se desencadena la liberación, la gratitud y la alabanza”
~ Mons. Héctor Cardlli ~
Tema del día:
Los arcángeles
¿Qué son los arcángeles?
Los
arcángeles son los ángeles que hacen cumplir los mandatos de Dios. Son ángeles
gobernantes que llevan mensajes que transmiten la voluntad divina. Aunque se
les ha asignado una posición relativamente baja en la jerarquía de los ángeles,
los arcángeles tienen papeles muy importantes en varios textos religiosos, como
la Biblia y el Libro de Enoc. Los arcángeles tienen también nombre propio y
representan distintos aspectos de la voluntad de Dios.
¿Quiénes son los arcángeles?
Aunque en
la Biblia se mencionan por nombre solo a tres de los arcángeles, Miguel,
Gabriel y Rafael, tradicionalmente se ha pensado que existen siete arcángeles
de Dios. Esta interpretación se basa tanto en los siete espíritus que menciona
el evangelio de San Juan, así como en el Libro de Enoc, de la tradición judía y
los primeros cristianos.
Un texto
de los antiguos cristianos, escrito por el profeta Hermas en Roma en el año
100, también mencionaba a seis arcángeles y uno más llamado Ichtus, que quiere
decir pez. El pez era un símbolo común para representar a Jesús. Esta visión
inspiró la conversión de la menorá en una cruz con tres velas a cada lado: un
símbolo de Jesús acompañado de los arcángeles.
Los
nombres de los cuatro arcángeles que la Biblia no menciona varían. El Libro de
Enoc menciona a Uriel (o Suriel), Raguel, Saraqael y Remiel. Una amatista tallada,
de los tiempos de los primeros cristianos, menciona a Ichtus. También tiene
grabados los nombres Renel, Uriel y Azael. El texto místico judío Merkavah
Rabbah menciona que Enoc se convirtió en el gran arcángel Metatrón y que los
siete arcángeles bajo su mando son Miguel, Gabriel, Suriel, Aktariel, Rephael,
Boriel y Yomiel. La iglesia Ortodoxa menciona al arcángel Miguel más otros
siete arcángeles: Gabriel, Rafael, Uriel, Seraphiel, Jehudiel, Barachiel y
(Je)Remiel.
¿Por qué los otros arcángeles no son tan
conocidos?
En el
siglo IV, el Sínodo de Laodicea prohibió la invocación o adoración a los
ángeles. Este concilio fue convocado por el papa Zacarías en respuesta a las
quejas de San Bonifacio. Bonifacio era un misionero inglés a quien le fue
asignada la tarea de evangelizar a Alemania. Allá se encontró con un rival
llamado Adalbert, que decía que un ángel le había otorgado poderes milagrosos y
otro le había dado reliquias muy importantes provenientes del mundo entero.
Adalbert también usaba oraciones místicas para invocar a ángeles que no
entraban en el canon de la Iglesia, como Uriel, Raguel, Tubuel, Adinus, Tubuas,
Sabaoc y Simiel.
Adalbert
ganó tanta popularidad, que Bonifacio le pidió ayuda al papa. Durante el
concilio se prohibió la invocación a los ángeles. También se limitó el número
de los arcángeles a tres, Miguel, Gabriel y Rafael. Otro concilio en el año 745
aprobó un día dedicado a los tres arcángeles de la Biblia, pero prohibió los
otros nombres.
Aun así,
existen obras de arte con fecha posterior a estos concilios que muestran 7
arcángeles. Es posible que se refieran a las visiones de San Juan, o que los
demás arcángeles nunca fueran olvidados a pesar de que sus nombres quedaran
proscritos hasta la era moderna.
¿Por qué 7 arcángeles?
En la
antigüedad, especialmente en la tradición judía, los números tenían distintos
significados. Entre los números más poderosos se encontraba el 7. Se dice
también que son 7 los aspectos de Dios y que cada arcángel representa uno de
estos aspectos. Es por eso que sus nombres tienen significados distintos, que
cuando se unen, forman un todo. Este concepto es representado por la menorá,
que contiene 7 llamas representativas de los siete aspectos de Dios.
El Libro
de Enoc representa a los ángeles como 7 individuos que a la vez son un todo. El
Apocalipsis 8:2 menciona a "los siete ángeles que están de pie delante de
Dios".
Los
tiempos modernos han traído un resurgir del interés en los arcángeles. Sus
nombres se estudian y se mencionan sin temor. Queda en manos del individuo
decidir si los arcángeles son 3, 4, 6 ó 7. Es importante recordar, sin embargo,
que los arcángeles representan ideas que solo pretenden impulsar al ser humano
en dirección al amor divino. En ese sentido se puede decir que son solo una
cosa: la voluntad y el amor de Dios en acción.
Fuente: Ángeles y Milagros
Oración a San
Miguel Arcángel
San Miguel Arcángel
defiéndenos en la batalla.
Sé nuestro amparo contra la perversidad
y acechanzas del demonio.
Reprímale Dios, pedimos suplicantes,
y tú, Príncipe de la Milicia Celestial
arroja en el infierno con tu divino
poder
a satanás y demás espíritus malignos
que andan dispersos por el mundo
para perdición de las almas.
Amén
Ofrecimiento para
sacerdotes y religiosas
Formulo el siguiente ofrecimiento únicamente para sacerdotes o religiosas
que reciben diariamente "Pequeñas Semillitas" por e-mail: Si desean
recibir el power point y los comentarios del Evangelio del domingo siguiente
con dos o tres días de anticipación, para tener tiempo de preparar sus
meditaciones, homilías o demás trabajos sobre la Palabra de Dios, pueden
pedírmelo a feluzul@gmail.com
Sólo deben indicar claramente su nombre,
su correo electrónico, ciudad de residencia y a qué comunidad religiosa
pertenecen.
Unidos a María
María
nos ayuda a pesar de nuestros pecados, porque como una buena madre beneficia a
sus hijos incluso cuando éstos son malos. Así la Santísima Virgen, nuestra
Madre del Cielo, sabe ayudar a sus hijos pecadores, y a veces es la única
criatura que ama a estos desdichados.
¡Qué
buena es la Virgen! Si pensáramos más en Ella y en su bondad, no temeríamos ya
a nada ni a nadie, porque estaríamos seguros que María nos ayudaría en toda
ocasión con sólo invocarla en nuestro auxilio.
San
Juan Bosco decía que para obtener muchos favores celestiales y hasta
materiales, había que repetir muchas veces la invocación: “¡María Auxiliadora,
rogad por nosotros!”. Y el Santo aseguraba que quien dijera esta oración
frecuentemente, obtendría admirables favores del Cielo.
¿Qué
esperamos nosotros para comenzar a rezar cada día esta oración? Podemos, si nos
parece bien, hacer el propósito de que cada día tomaremos en nuestras manos el
Santo Rosario, y a cada cuenta diremos esta oración a María Auxiliadora. Al
terminar habremos dicho unas cincuenta veces esta oración, y la Virgen no
tardará en ayudarnos en todos nuestros problemas y necesidades.
Jardinero de Dios
-el más
pequeñito de todos-
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