PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año 10 - Número
2800 ~ Miércoles 23 de Setiembre de 2015
Desde la ciudad de
Córdoba (Argentina)
Alabado
sea Jesucristo…
Hoy celebramos al Santo Padre Pío de
Pietrelcina (que se llamó Francisco
Forgione), un santo de nuestro tiempo, muy querido y muy invocado por los
católicos de todo el mundo, incluso antes de que el Santo Papa Juan Pablo II lo
canonizara.
Heredero espiritual de San Francisco de
Asís, el Padre Pío de Pietrelcina ha
sido el primer sacerdote en llevar impreso sobre su cuerpo las señales de la
crucifixión. Él ya fue conocido en el mundo como el "Fraile"
estigmatizado. El Padre Pío, al que Dios
donó particulares carismas, se empeñó con todas sus fuerzas por la salvación de
las almas. Los muchos testimonios sobre su gran santidad de Fraile, llegan hasta nuestros días, acompañados por sentimientos
de gratitud. Sus intercesiones providenciales cerca de Dios fueron para muchos
hombres causa de sanación en el cuerpo y motivo de renacimiento en el Espíritu.
Si quieres ver la película completa sobre su vida
pueden hacer clic acá.
¡Buenos días!
Como niños…
La
Biblia recomienda mucho el abandono confiado en los brazos del Señor. En cierta oportunidad Jesús con un niñito en sus
brazos dijo: Si no se hacen como niños, no podrán entrar en el reino de los
cielos. Un pequeñín es humilde, confiado, sencillo, sincero, puro, inocente.
Sólo así podrás entrar en el reino de Dios. El salmo 131, muy breve, subraya
esta actitud de humilde confianza.
Señor, mi corazón no es ambicioso, ni mis
ojos altaneros;
No pretendo grandezas que superan mi
capacidad;
Sino que acallo y modero mis deseos,
Como un niño en brazos de su madre.
Espere Israel en el Señor ahora y por
siempre.
¿Una
meta difícil, verdad? Pero, con la ayuda del Señor lo podrás. San Agustín oraba
así: ”Señor, dame lo que me pides, y pídeme lo que quieras”. Cada mañana al
empezar el día repite una breve súplica más o menos así: “Padre misericordioso,
derrama sobre mí un espíritu de humildad y sencillez, cambia mi corazón y dame
un corazón de niño”. El Señor te bendiga.
Enviado por el P. Natalio
La Palabra de
Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, convocando Jesús a los
Doce, les dio autoridad y poder sobre todos los demonios, y para curar
enfermedades; y los envió a proclamar el Reino de Dios y a curar. Y les dijo:
«No toméis nada para el camino, ni bastón, ni alforja, ni pan, ni plata; ni
tengáis dos túnicas cada uno. Cuando entréis en una casa, quedaos en ella hasta
que os marchéis de allí. En cuanto a los que no os reciban, saliendo de aquella
ciudad, sacudid el polvo de vuestros pies en testimonio contra ellos».
Saliendo, pues, recorrían los pueblos, anunciando la Buena Nueva y curando por
todas partes. (Lc 9,1-6)
Comentario
Hoy vivimos unos tiempos en que nuevas
enfermedades mentales alcanzan difusiones insospechadas, como nunca había
habido en el curso de la historia. El ritmo de vida actual impone estrés a las
personas, carrera para consumir y aparentar más que el vecino, todo ello
aliñado con unas fuertes dosis de individualismo, que construyen una persona
aislada del resto de los mortales. Esta soledad a la que muchos se ven
obligados por conveniencias sociales, por la presión laboral, por convenciones
esclavizantes, hace que muchos sucumban a la depresión, las neurosis, las
histerias, las esquizofrenias u otros desequilibrios que marcan profundamente
el futuro de aquella persona.
«Convocando Jesús a los Doce, les dio
autoridad y poder sobre todos los demonios, y para curar enfermedades» (Lc
9,1). Males, éstos, que podemos identificar en el mismo Evangelio como
enfermedades mentales.
El encuentro con Cristo, que es la
Persona completa y realizada, aporta un equilibrio y una paz que son capaces de
serenar los ánimos y de hacer reencontrar a la persona con ella misma,
aportándole claridad y luz en su vida, bueno para instruir y enseñar, educar a
los jóvenes y a los mayores, y encaminar a las personas por el camino de la
vida, aquélla que nunca se ha de marchitar.
Los Apóstoles «recorrían los pueblos,
anunciando la Buena Nueva» (Lc 9,6). Es ésta también nuestra misión: vivir y
meditar el Evangelio, la misma palabra de Jesús, a fin de dejarla penetrar en
nuestro interior. Así, poco a poco, podremos encontrar el camino a seguir y la
libertad a realizar. Como ha escrito Juan Pablo II, «la paz ha de realizarse en
la verdad (...); ha de hacerse en la libertad».
Que sea el mismo Jesucristo, que nos ha
llamado a la fe y a la felicidad eterna, quien nos llene de su esperanza y
amor, Él que nos ha dado una nueva vida y un futuro inagotable.
Rev. D. Jordi CASTELLET i Sala (Sant Hipòlit de
Voltregà, Barcelona, España)
Santoral Católico:
San Pío de
Pietrelcina
Presbítero
Capuchino
Nació en Pietrelcina (Benevento, Italia)
el año 1887, y en 1903 entró en la Orden Capuchina. Ordenado de sacerdote en
1910, fue destinado en 1916 al convento de San Giovanni Rotondo, donde
permaneció hasta su muerte, desarrollando una extraordinaria aventura de
taumaturgo y de apóstol del confesonario. Desde 1918 llevó en su cuerpo las
llagas del Señor y fue objeto de otros dones divinos extraordinarios. Se
santificó viviendo a fondo en carne propia el misterio de la cruz de Cristo y
cumpliendo en plenitud su vocación de colaborador en la Redención. Centró su
vida pastoral en la dirección espiritual de los fieles, la reconciliación
sacramental de los penitentes y la celebración de la Eucaristía. Su
preocupación por los pobres y los enfermos se materializó en la «Casa Alivio
del Sufrimiento». Otra iniciativa suya fueron los grupos de oración, que
rápidamente se extendieron por todo el mundo. Murió el 23 de septiembre de 1968
en San Giovanni Rotondo (Apulia). Juan Pablo II lo beatificó en 1999 y lo
canonizó en 2002.
Oración: Dios omnipotente y eterno
que, con gracia singular concediste al sacerdote san Pío participar en la cruz
de tu Hijo y, por medio de su ministerio, has renovado las maravillas de tu
misericordia, concédenos, por su intercesión, que unidos constantemente a la
pasión de Cristo podamos llegar felizmente a la gloria de la resurrección. Por
Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
© Directorio Franciscano
La frase de hoy
“Reza, espera y no te preocupes.
La preocupación es inútil.
Dios es misericordioso y escuchará tu
oración...
La oración es la mejor arma que tenemos;
es la llave al corazón de Dios.
Debes hablarle a Jesús, no solo con tus
labios
sino con tu corazón.
En realidad, en algunas ocasiones
debes hablarle solo con el corazón...”
-Santo Padre Pío-
Tema del día:
Anécdotas del
Padre Pío
La
Confesión
La Confesión era el principal trabajo
diario del Padre Pío. Él hacía este trabajo mirando dentro de los penitentes.
Por ello, no era posible mentirle al Padre Pío durante una confesión. El veía
dentro del corazón de los hombres. A menudo, cuando los pecadores eran tímidos,
el Padre Pío enumeraba sus pecados durante la confesión.
El Padre Pío invitaba a todos los fieles
a confesarse al menos una vez por semana. Él decía: "Aunque una habitación
quede cerrada, es necesario quitarle el polvo después de una semana."
En el sacramento de la confesión, el
Padre Pío era muy exigente. Él no soportaba a los que iban a él sólo por
curiosidad. Un fraile contó: Un día el
Padre Pío no dio la absolución a un penitente y luego le dijo: "Si tú vas
a confesarte con otro sacerdote, tú te vas al infierno junto con el otro que te
de la absolución". El entendía que el Sacramento de la Confesión era
profanado por los hombres que no querían cambiar de vida. Ellos se hallan
culpables frente Dios.
Un señor fue a confesarse con el Padre
Pío, a San Giovanni Rotondo, entre 1954 y
1955. Cuando acabó la acusación de los pecados, el Padre Pío le
preguntó: "¿Tienes otro"? y él contestó: "No padre". El
Padre repitió la pregunta: "¿Tienes otro"?, "No,
padre". Por tercera vez el
Padre Pío le preguntó: "¿Tienes otro"? A la tercera respuesta negativa se acaloró el
huracán. Con la voz del Espíritu Santo el Padre Pío gritó: "¡Calle!
¡Calle! ¡Porque tú no estás arrepentido de tus pecados! ". El hombre quedó petrificado por la vergüenza
que pasó frente a mucha gente. Luego trató de decir algo. Pero el Padre Pío le
dijo: "Estás callado, cotilla, tú has hablado bastante; ahora yo quiero
hablar: ¿Es verdadero que frecuentas las salas de fiestas"? - Usted,
padre" - "¿Sabes tú que el baile es una invitación al
pecado"? El hombre se fue asombrado
y no supo qué cosa decir ya que tenía el carné de socio de una sala de fiestas
en su billetera. El hombre prometió no cometer otros pecados y después de mucho
tiempo tuvo la absolución.
El
perfume
La osmogenesia es un carisma poseído por
algunos Santos. Tal carisma, en algunas circunstancias permitió percibir a
distancia perfumes particulares. Tales
perfumes son definidos como olores de santidad. El Padre Pío poseyó tal carisma y tales fenómenos fueron tan
frecuentes para él que la gente común fue acostumbrada a definirlos como los
Perfumes del Padre Pío. A menudo el perfume emanó de su persona, de los objetos
que tocó o de sus vestidos. Otras veces el perfume fue perceptible en los
lugares por donde pasó.
Un día un conocido médico sacó de la
llaga del costado del Padre Pío una venda que fue usada para taponar la sangre.
Él guardó la venda en un estuche para
llevarla al laboratorio de Roma, para
analizarla. Durante el viaje, un Oficial y otras personas que estuvieron con él
dijeron sentir el perfume que
generalmente el Padre Pío emanaba. Ninguna de aquellas personas sabía que el
médico tenía en el bolso la venda empapada de la sangre del Padre Pío. El médico
conservó aquel paño en su estudio, y el extraño perfume impregnó por largo
tiempo el entorno, tanto que los pacientes que fueron de visitas pidieron explicaciones.
El
demonio
El demonio existe y su papel activo no
pertenece al pasado ni puede ser recluido en los espacios de la fantasía popular.
El diablo, en efecto, continúa
induciendo hoy día al hombre
justo al pecado.
Por tal razón la actitud del discípulo
de Cristo frente a Satanás tiene que ser de vigilancia y de lucha y no de
indiferencia. La mentalidad de nuestro tiempo desaforadamente, ha relegado la
figura del diablo en la mitología y en el folclore. El Baudelaire afirmó,
justamente que la obra maestra de Satanás, en la era moderna, es de hacernos
creer que no existe. Por consiguiente no es fácil imaginar que el Diablo haya
dado prueba de su existencia, cuando ha sido obligado a afrontar al Padre Pío
en "ásperos combates". Tales batallas, tal como es reconocido en la
correspondencia epistolar del venerable fraile en sus directorios espirituales,
fueron reales combates.
Las tentaciones de Satanás que quisieron
hacer caer al padre Pío, se manifestaron de cada modo. El Padre Agostino nos
confirmó que Satanás apareció bajo las formas más variadas: "bajo forma de
jovencitas desnudas que bailaron; en forma de crucifijo; bajo forma de un joven
amigo de los frailes; bajo forma del Padre Espiritual, o del Padre Provincial;
de aquel del Papa Pío X y del Ángel de la guarda; de San Francisco; de María
Santísima, pero también en sus semblantes horribles, con un ejército de
espíritus infernales. A veces no hubo ninguna aparición pero el pobre Padre fue
golpeado hasta salirle sangre, atormentado con ruidos ensordecedores, lleno de
escupitajos etc. Él logró librarse de
estas agresiones invocando el nombre de Jesús.
Satanás fue más allá de todos los
límites de provocación, con el Padre
Pío; hasta le dice que él era un penitente. Éste es el testimonio del Padre
Pío: “Un día, mientras yo estaba oyendo las confesiones, un hombre vino al
confesionario dónde yo estaba. Él era alto, guapo, me vistió con algo de
refinamiento y era amable y cortés. Comenzó a confesar sus pecados; los cuales,
eran de cada tipo: contra Dios, contra el hombre y contra las morales. ¡Todos
los pecados eran molestos! Yo estaba desorientado, por todos los pecados que él
me dijo, yo respondí. Yo le traje la Palabra de Dios, el ejemplo de la Iglesia,
las morales de los Santos, pero el penitente enigmático se opuso a mi palabras
justificando, con habilidad extrema y cortesía, todo tipo de pecado. Él vació todas las acciones
pecadoras y él intentó hacer normal, natural, y humanamente comprensible todas
sus acciones pecadoras. Y esto no
solamente para los pecados que eran repugnante contra Dios, Nuestra Señora, y
los Santos, él fuè Rotundo sobre la
argumentación, pero, que pecados morales
tan sucios y ásperos. Las respuestas que él me dio con la delgadez
experimentada y malicia me sorprendieron. Yo me pregunté: ¿quién es él? ¿De qué
mundo viene él? Y yo intenté mirarlo bien, leer algo en su cara. Al mismo
tiempo concentré mis oídos a cada palabra, para darle el juicio correcto que merecían. Pero de repente; a través de
una luz vívida, radiante e interior yo reconocí claramente quién era él. Con
autoridad divina yo le dije: diga…….”Viva Jesús por siempre” “Viva María eternamente”
En cuanto yo pronuncié estos nombres dulces y poderosos, Satanás desapareció al
instante en un goteo de fuego, mientras dejaba
un hedor insoportable".
La
clarividencia
Consiste en un don sobrenatural que les
permite ver cosas lejanas o de prever el futuro o bien de ver y oír a distancia
en el espacio y en el tiempo sin usar los mismos sentidos y las normales
capacidades del intelecto. Se trata de mirar con los ojos del alma. Tal
habilidad fue experimentada por el Padre Pío aunque, en él, encontró un
desarrollo completamente particular. En efecto, el Padre Pío logró escudriñar a
una persona hasta alcanzar las partes
más ocultas del alma. Muchos testimonios existen de estas intervenciones del
Padre Pío.
Una señora de Bolonia cuenta: "Una
vez mi madre fue a ver al Padre Pío con algunas de sus amigas. Apenas
llegó a San Giovanni Rotondo encontró en
la Sacristía del convento al venerado Padre que enseguida le dijo: "¡Y tú
estás acá! Vas enseguida a casa porque tu marido está mal". Mi madre quedó sin aliento,
partió dejándolo en óptima salud.
Partió con el primer transporte. Cuando
llegó a casa, alarmada, no hubo alguna novedad. Pero durante la noche mi padre
tuvo graves dificultades de respiración. Algo le comprimió la garganta. Mi
madre trató de calmarlo y llamó al médico. Hacia las once de la noche mi padre
fue hospitalizado y llevado de urgencia al quirófano. El cirujano que lo operó
le extrajo de la garganta dos vesículas
de pus. El Padre Pío vio por lo tanto
con antelación lo que estuvo a punto de
ocurrirle al marido de la señora y, con su consejo y su ruego logró influir en
la feliz solución del caso.
La
bilocación
La bilocación puede ser definida como la
presencia simultánea de una persona en dos lugares diferentes. Numerosos
testimonios unidos a la tradición religiosa cristiana cuentan varios sucesos de
bilocación atribuidos al Padre Pío. Éstos son algunos testimonios:
Un ex oficial del ejército, un día entró
a la Sacristía y mirando al Padre Pío le
dijo "Es justo él, no se equivoca". se acercó, cayó de rodillas y
llorando repitió - Padre gracias por
salvarme la vida en el campo de batalla.
Sucesivamente el hombre contó a los presentes: "fui un Capitán de
infantería y un día, sobre el campo de batalla, en una hora terrible de fuego,
algo lejos de mí vi a un fraile, pálido y de
ojos expresivos, me dijo: "Sr. Capitán, aléjese de
ese sitio" - Inmediatamente
corrí y antes de que llegara, al sitio dónde antes me encontraba, estalló una
granada enorme que abrió un remolino. Me volví hacia el monje para agradecerle
pero ya había desaparecido". El
Padre Pío en bilocación le salvó la vida.
Una señora, mujer de un empresario
naval, era huésped de su hija en Bolonia. Tenía un tumor maligno en un brazo y la señora con la ayuda de su
hija decidió hacerse operar. El cirujano aconsejó tener paciencia y esperar, por lo tanto posteriormente fijaría la fecha para la
intervención quirúrgica. En la espera el marido de la hija mandó un telegrama
al Padre Pío; suplicando por la salud de su suegra. A la hora en que el
telegrama llegó a manos del Padre Pío, la señora, que estuvo sola en el cuarto
de estar de la casa de la hija, vio abrir la puerta y entrar a un fraile capuchino. "Soy el Padre Pío de Pietrelcina" le dijo.
Después de preguntarle algunas cosas del cirujano, la exhortó a tener confianza en la Virgen, el
Padre Pío le hizo una señal de la cruz en el brazo, por lo tanto,
saludándola, salió. La señora llamó a la camarera, la hija y el yerno. Preguntó
porque hicieron entrar al Padre Pío sin anunciarlo, pero le contestaron que no lo vieron y que, en todo caso, no abrieron la
puerta a nadie. Al día siguiente el cirujano visitó a la señora para prepararla
para la operación, pero no encontró ningún tumor. El tumor se desapareció
apenas el Padre Pìo le dio la bendición.
El Padre Pío en bilocación celebró una
Misa en la Capilla de un monasterio de monjas en Checoslovaquia, en 1951. Después de la celebración de la Misa
las monjas fueron a la Sacristía para
ofrecerle al Padre una tacita de café y darle las gracias por la Misa y la
inesperada visita, pero en la Sacristía no había nadie. Las monjas pudieron
constatar así que; el Padre Pío fue a
efectuar la Santa Misa en bilocación.
Nuevo vídeo
Hay un nuevo vídeo subido al blog
de "Pequeñas
Semillitas" en internet.
Para verlo tienes que ir al final de esta
página.
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia
Católica; por el Papa Francisco, por
el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas,
catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la
unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro
Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el
triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María; por la conversión de todos los pueblos; por
la Paz en el mundo; por los cristianos
perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por
nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las
enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el
hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por el drama de los inmigrantes del Mediterráneo;
por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por
la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación
de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones
sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos oración para Wiliam Michel V. C., que vive en Colombia, y ha sido designado en un alto cargo educativo, para que el Espíritu Santo lo ilumine con sus dones y pueda desempeñar esas funciones de la mejor manera.
Pedimos oración por dos personas de Buenos Aires, Argentina: Romina Ch., que estaba esperando un trasplante de médula y por una complicación de salud no se le puede realizar; y Stella, internada en cuidados paliativos. Que Jesús las bendiga, las proteja y atienda sus necesidades con su misericordia y amor.
Pedimos oración para Wiliam Michel V. C., que vive en Colombia, y ha sido designado en un alto cargo educativo, para que el Espíritu Santo lo ilumine con sus dones y pueda desempeñar esas funciones de la mejor manera.
Pedimos oración por dos personas de Buenos Aires, Argentina: Romina Ch., que estaba esperando un trasplante de médula y por una complicación de salud no se le puede realizar; y Stella, internada en cuidados paliativos. Que Jesús las bendiga, las proteja y atienda sus necesidades con su misericordia y amor.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara
nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la
paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por
nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Unidos a María
Así
como el cuerpo necesita de la respiración para vivir, así también el alma
necesita invocar a María para vivir, es decir, para conservar o recuperar la
gracia de Dios. Que nunca se nos caiga de los labios el Nombre santo de
María, porque ante el sonido de ese
nombre, los demonios tiemblan de espanto y nosotros sentimos una dulzura al
pronunciarlo, que inunda todo nuestro ser, y con solo decirlo frecuentemente ya
nos dan ganas de ser cada vez más buenos, porque nadie que pronuncie el Nombre
de María con fe y confianza, es abandonado de Ella, y seguramente se salvará.
Si todavía no nos hemos consagrado a la Virgen, es tiempo de que lo hagamos,
porque así Ella se entregará completamente a nosotros y nosotros completamente
a Ella, y así seremos felices porque nos haremos dueños del tesoro más grande
que posee Dios: la Santísima Virgen María. Así como los niños llaman a la mamá
en el momento del peligro, así también nosotros debemos invocar y llamar a
nuestra Mamá del Cielo, a María, para que nos defienda y proteja en todo
peligro.
Jardinero de Dios
-el más
pequeñito de todos-
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