PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año 10 - Número 2586 ~
Viernes 30 de Enero de 2015
Desde la ciudad de Córdoba
(Argentina)
Alabado sea
Jesucristo…
Al bendecir se crea un escudo de luz de protección divina
sobre la persona a la que estamos Bendiciendo. ¡Es conexión divina! De allí la
importancia siempre de bendecir con amor.
Bendice tu día, tu pareja, tus hijos, tu familia, tus
amigos, todo lo que haces, tu dinero sea mucho o poco...
Detente un segundo y bendice a la persona que está cerca
de ti, puedes hacerlo mentalmente, obsérvala y veras que hay un ligero cambio
en su rostro.
Bendice tu cuerpo sin importar que en estos momentos este
enfermo o sano… Bendícelo y llénalo de luz, de amor, misericordia y perdón para
que este sano.
Bendice tus relaciones, sin importar si te encuentres
"solo", porque tú mismo te complementas.
Bendice tu trabajo, te paguen poco o te paguen mucho,
porque al bendecirlo lo llenas de luz divina, y de esa forma te estas
preparando para algo mejor.
Bendice tu existencia sin importar que hayan habido
experiencias dolorosas; eso simplemente son los escollos para superar y crecer.
Que Dios te Bendiga y te proteja y el Espíritu Santo te
llene de Sabiduría y entendimiento y te guíe en cada paso de tu hermosa
existencia. Amén.
¡Buenos días!
Mañana celebramos
a san Juan Bosco. No tuvo una vida fácil. A los dos años quedó huérfano de
padre. Pero se constituyó en padre de numerosos huérfanos. Y millares de
jóvenes de toda raza y nación, lo aclaman como “Padre y maestro de la juventud”.
Su vida transcurrió en la pobreza, pero dedicó sus mejores energías a la
juventud indigente y necesitada. El mismo refiere algunas de las persecuciones
que sufrió.
“Era una noche lluviosa y volvía yo de la
ciudad, cuando observo en un lugar desierto a dos hombres que marchan delante
de mí, acelerando o disminuyendo el paso, conforme andaba yo. Quise cambiar de
vereda, pero no me dieron lugar, echáronse atrás y en el mayor silencio me
arrojaron un manto a la cara. Uno me ciñó la boca con un pañuelo, para que no
gritase. En ese momento apareció un perro enorme y, gruñendo como un oso,
plantó las zarpas en el rostro de uno y el hocico en el del otro, obligados así
a atender al perro antes que a mí. —¡Llame a su perro!, me gritaron aterrados.
—Sí, lo llamaré, pero déjenme libre.
—¡Pronto, llámelo! El perro seguía rugiendo
como lobo rabioso. Los asaltantes huyeron y el perro se me puso al lado y me
acompañó hasta el hospital Cottolengo, a donde me dirigía”.
Dios lo protegió
repetidas veces en forma prodigiosa. Don Bosco, el santo turinés, leía las
conciencias, revelaba el fin de la vida de sus alumnos. Anunciaba, a través de
revelaciones nocturnas, el futuro de la Iglesia y de la Congregación Salesiana.
Por la intercesión del santo, personas atacadas de diversas enfermedades se
curaron milagrosamente. Y hubo hasta multiplicación de panecillos, hostias y avellanas.
Todos estos dones y su vida entera los consagró a sus queridos jóvenes.
Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, Jesús decía a la gente: «El Reino de
Dios es como un hombre que echa el grano en la tierra; duerma o se levante, de
noche o de día, el grano brota y crece, sin que él sepa cómo. La tierra da el
fruto por sí misma; primero hierba, luego espiga, después trigo abundante en la
espiga. Y cuando el fruto lo admite, en seguida se le mete la hoz, porque ha
llegado la siega».
Decía también: «¿Con qué compararemos el Reino de Dios o
con qué parábola lo expondremos? Es como un grano de mostaza que, cuando se
siembra en la tierra, es más pequeña que cualquier semilla que se siembra en la
tierra; pero una vez sembrada, crece y se hace mayor que todas las hortalizas y
echa ramas tan grandes que las aves del cielo anidan a su sombra». Y les
anunciaba la Palabra con muchas parábolas como éstas, según podían entenderle;
no les hablaba sin parábolas; pero a sus propios discípulos se lo explicaba
todo en privado. (Mc 4,26-34)
Comentario
Hoy Jesús habla a la gente de una experiencia muy cercana
a sus vidas: «Un hombre echa el grano en la tierra (...); el grano brota y
crece (...). La tierra da el fruto por sí misma; primero hierba, luego espiga,
después trigo abundante en la espiga» (Mc 4,26-28). Con estas palabras se
refiere al Reino de Dios, que consiste en «la santidad y la gracia, la Verdad y
la Vida, la justicia, el amor y la paz» (Prefacio de la Solemnidad de Cristo
Rey), que Jesucristo nos ha venido a traer. Este Reino ha de ser una realidad,
en primer lugar, dentro de cada uno de nosotros; después en nuestro mundo.
En el alma de cada cristiano, Jesús ha sembrado —por el
Bautismo— la gracia, la santidad, la Verdad... Hemos de hacer crecer esta
semilla para que fructifique en multitud de buenas obras: de servicio y
caridad, de amabilidad y generosidad, de sacrificio para cumplir bien nuestro
deber de cada instante y para hacer felices a los que nos rodean, de oración
constante, de perdón y comprensión, de esfuerzo por conseguir crecer en
virtudes, de alegría...
Así, este Reino de Dios —que comienza dentro de cada uno—
se extenderá a nuestra familia, a nuestro pueblo, a nuestra sociedad, a nuestro
mundo. Porque quien vive así, «¿qué hace sino preparar el camino del Señor
(...), a fin de que penetre en él la fuerza de la gracia, que le ilumine la luz
de la verdad, que haga rectos los caminos que conducen a Dios?» (San Gregorio
Magno).
La semilla comienza pequeña, como «un grano de mostaza
que, cuando se siembra en la tierra, es más pequeña que cualquier semilla que
se siembra en la tierra; pero una vez sembrada, crece y se hace mayor que todas
las hortalizas» (Mc 4,31-32). Pero la fuerza de Dios se difunde y crece con un
vigor sorprendente. Como en los primeros tiempos del cristianismo, Jesús nos
pide hoy que difundamos su Reino por todo el mundo.
Rev. D. Jordi PASCUAL i Bancells (Salt, Girona, España)
Santoral Católico:
Santa Jacinta Mariscotti
Terciaria Franciscana
Nació en Vignanello, cerca de Viterbo (Italia), en 1585,
de familia noble. Sus padres la enviaron a las clarisas, que pronto abandonó. A
los 20 años ingresó en el monasterio de las Franciscanas de la Tercera Orden
Regular de Viterbo. Tanto en el siglo como en el claustro llevó una vida ligera
y disipada hasta que, a los treinta años y a raíz de una grave enfermedad, se
convirtió del todo al Señor. A partir de entonces llevó una vida de gran
austeridad y penitencia, y se afanó en obras de caridad; fundó cofradías para
la adoración de la Eucaristía y para atender a los pobres, enfermos y ancianos.
Dios adornó su intensa oración y contemplación con carismas extraordinarios.
Murió en Viterbo el 30 de enero de 1640.
Oración: Oh Dios, que nos has dejado en santa Jacinta
un ejemplo vivo de mortificación y amor a ti, concédenos, por su intercesión,
reconocer nuestros pecados, llorarlos y permanecer en tu amistad. Por
Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
© Directorio Franciscano
La frase de hoy
“Vigila tus pensamientos, porque se convierten en
palabras.
Vigila tus palabras, porque se convierten en actos.
Vigila tus actos, porque se convierten en hábitos.
Vigila tus hábitos, porque se convierten en carácter.
Vigila tu carácter, porque se convierte en tu destino”
~Ghandi~
Temas Médicos:
Preocuparse-Ocuparse
La preocupación es un sentimiento que genera nuestro
cerebro al sentir la falta de algo, ya sea de alguna persona o no poder lograr
los objetivos o cosas que queremos: regularmente, cuando algo no está bien,
entramos en estado de pánico y nuestro cerebro y subconsciente generan una
lista interminable de pensamientos negativos que ocasionan desequilibrio y
sentimientos encontrados. Las preocupaciones predisponen tu mente y es muy
difícil tener pensamientos positivos y ser objetivo.
Pero hay un dicho muy popular que dice "no te preocupes,
ocúpate" y esto es algo real; si pasamos días y días preocupados por algo
o alguien pero no hacemos nada por remediarlo, ¿qué necesidad hay de
martirizarnos si con eso no vamos a solucionar nada? de aquí surge la parte de
"ocúpate", sí, leíste bien, es hora de reaccionar y empezar a
ocuparte de esas cosas que tanto te preocupan.
Determina qué cosas te están generando este sentimiento
de preocupación y comienza por buscar lo que puedes hacer para aliviar este
sentimiento y estar mejor.
En primer lugar sé objetivo y analiza si tu preocupación
tiene o no fundamento, ya que la mayoría de las preocupaciones son creadas por
nuestra imaginación y nunca llegan a suceder, pregúntate si eso que te preocupa
te pone realmente en peligro y si no es así, bájale al estrés y tranquilízate,
así tu mente dejará de imaginar pensamientos negativos.
Ahora deja de preocuparte y ocúpate de cambiar el rumbo
de las cosas, si te es posible, analiza si puedes hacer algo para cambiar esta
situación y si es así, pon manos a la obra y hazlo. Pero si después de pensarlo
bien no hay nada que hacer, ¿para qué te preocupas?, si después de todo las
cosas pasarán como deben ser.
En la vida debemos ser lo suficientemente inteligentes
para distinguir las cosas que nosotros podemos cambiar, valientes para
enfrentarlas y solucionarlas, pero también tener resignación con todo lo que se
nos sale de las manos y aprender a soltarlo antes de que nos causen
preocupación y afecte nuestra vida.
© Lic. Yasmin Medel
Nuevo artículo
Hay nuevo material publicado en el blog
"Juan Pablo
II inolvidable"
Puedes acceder en la dirección:
El rincón del lector
Desde hace años hemos tenido esta sección llamada “El rincón del lector” destinada a
dar cabida a los mensajes, opiniones y comentarios de las personas que leen
Pequeñas Semillitas, que han podido expresarse libre y respetuosamente. Ahora,
con nuestra presencia en Facebook, la posibilidad de manifestarse es mucho más
abierta, directa y permanente.
Igual vamos a mantener esta sección para los que deseen
expresarse por esta vía. Para que tu mensaje se publique debes dirigirlo por
correo electrónico a feluzul@gmail.com con el título "El rincón del lector" y deberá ser muy breve y no
contener conceptos agraviantes para nada ni para nadie.
Los mensajes serán moderados por el propietario de esta
página y se publicarán a medida que el tiempo y el espacio en la misma lo permitan,
y no se admitirán réplicas o respuestas públicas a mensajes anteriores de otros
lectores.
Estimado Felipe:
A propósito del tema del día 27 de Enero sobre “creer en milagros”, que me pareció muy bueno, quisiera darle un testimonio que si le parece lo puede publicar.
A propósito del tema del día 27 de Enero sobre “creer en milagros”, que me pareció muy bueno, quisiera darle un testimonio que si le parece lo puede publicar.
Antes que todo déjeme decirle que soy médico, cubana,
formada en el período revolucionario. Con esto quiero decirle que si bien en mi
primera infancia me eduqué dentro de la Iglesia Católica y recibí los
sacramentos de iniciación a temprana edad, ya en la adolescencia por la
evolución que tomó el país y la ideología imperante me adentré en los estudios
del materialismo científico.
Durante mis estudios universitarios y ya en la práctica
médica, me decía que “si curaba con Penicilina, no me hacían falta las
oraciones” y como materialista creía más en la ciencia que en los milagros.
Así las cosas, pocos meses antes de que SS San Juan Pablo
II visitara a Cuba, sucedió que una persona muy amiga mía, a quién yo le atendí
a la mamá y que tenía mucha confianza en mí como médico, enfermó de una
leptospirosis íctero hemorrágica y por asuntos del trabajo no acudió a tiempo,
ni se hizo el diagnóstico correcto en un principio y cayó en fallo
multiorgánico. Cuando yo me enteré de la noticia y lo fui a visitar en la sala
de terapia intensiva donde se encontraba, los médicos de asistencia me
informaron de la casi nula posibilidad de curación toda vez que tenía fallo
hepático, pancreático, renal, cardiopulmonar y ya tenía disminuido el nivel de
conciencia. En ese momento en que ya a la medicina le quedaba poco por hacer y
que además su manejo no estaba en mis manos, lo único que se me ocurrió fue
pedirle a Dios que no se lo llevara todavía y recé con una fe desconocida hasta
entonces por mí.
Ocurrió el milagro y esa persona en estos momentos no
solo está viva sino que gracias a Dios goza de buena salud.
Dos meses después fue la visita del Papa y tuve la
oportunidad de reincorporarme plenamente a la Iglesia Católica.
Yo considero que ese fue mi encuentro personal con
Cristo. A partir de entonces, pudiera escribir si no un libro, si un folleto de
todos los milagros que Dios y la Virgen me han concedido, el mayor de todos es
la fe que tengo.
Bueno, hasta aquí me testimonio. Le saluda cordialmente,
su hermana en Xto.
Dania Díaz Azpiazu.
Cuba
# Nota del autor:
Estimada
Dania:
Muchas
gracias por tan valioso testimonio acerca de los milagros que podemos obtener
de Dios cuando pedimos con fe. Seguramente será útil para muchos...
Que el Señor
te bendiga.
Felipe
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el
Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes,
diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo
místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como
Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por
las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón
de María; por la conversión de todos los
pueblos; por la Paz en el mundo; por nuestros hermanos sufrientes por diversos
motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto,
la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los presos políticos y la
falta de libertad en muchos países del mundo; por la unión de las familias, la
fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este
sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por
las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos oraciones por las víctimas (muertos y heridos) de la explosión de ayer en el Hospital Materno Infantil de Cuajimalpa, DF, México, rogando a Dios que reciba en el cielo a los difuntos y a la Virgen de Guadalupe que acompañe y consuele a los heridos y familiares.
Pedimos oraciones por las víctimas (muertos y heridos) de la explosión de ayer en el Hospital Materno Infantil de Cuajimalpa, DF, México, rogando a Dios que reciba en el cielo a los difuntos y a la Virgen de Guadalupe que acompañe y consuele a los heridos y familiares.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara
nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la
paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por
nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Unidos a María
Nuestra Santa
Madre desempeña un papel importante en la vocación de todo sacerdote. A unos,
les ayuda, en sus estudios, y a otros a superar sus dudas, pruebas y
desasosiego.
Si es verdad el
refrán “Ad Jesum per Mariam” (A Jesús
por María), éste se aplica en la vida de un sacerdote. Ella socorrió a los
primeros sacerdotes. Ayudará también a los que se preparan a ser sacerdotes. Si
pierdes tu vocación, te ayudará a encontrarla de nuevo.
Nuestra Señora es
poderosa cerca de Dios. Nunca nadie le ha pedido nada en vano.
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
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