sábado, 3 de enero de 2015

Pequeñas Semillitas 2559

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 10 - Número 2559 ~ Sábado 3 de Enero de 2015
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Lo que nos ata al pasado es algo interno, no exterior.
Las ataduras que tenemos, aunque las veamos externamente, existen adentro de uno mismo.
Son lazos mentales, patrones del pensamiento, que realmente ya no funcionan bien.
Por eso, muchas personas ven la libertad, como liberarse externamente y, después de un tiempo, de nuevo se ven atrapadas.
Lo mejor es juntar la acción con la meditación, de forma que la libertad sea completa y las ataduras rotas plenamente.

¡Buenos días!

Cómo salvar el matrimonio
Si consideramos un poco las causas de los problemas matrimoniales que sacuden a tantas familias, vemos que el desconocimiento del valor de la persona humana, la falta de un diálogo profundo, el no saber perdonar, el no tener tiempo para convivir y el ambiente de inmoralidad reinante, resquebrajan trágicamente la vida matrimonial.

Empieza a olvidar los malos momentos del pasado; a perdonar y a querer más a tu cónyuge; a valorar más las virtudes y cualidades que tiene; a no desperdiciar momentos para estar más cerca de tu ser amado y convivir con él; a participar de sus sufrimientos e ideales, de sus preocupaciones y triunfos, de sus alegrías y de sus tristezas; a reír juntos; a llorar juntos; a vivir en verdad siendo un solo ser. Ama y cuida tu matrimonio. Juntos arrodíllense, oren al Señor, las manos juntas, imploren al Señor que entre en sus vidas, que sea él quien conduzca su matrimonio, quien los mantenga unidos hasta el final. ¡Hasta que la muerte los separe!

Ánimo, comienza a sembrar una manera nueva de amarse y convivir como en tus mejores tiempos. Proponte dialogar más, estar más tiempo juntos, escucharse más. Aplica el gran remedio de la ternura y la comprensión. Todo sacrificio vale la pena para salvar el matrimonio del divorcio, la soledad, el caos del hogar. (Anónimo).
Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Al día siguiente Juan ve a Jesús venir hacia él y dice: «He ahí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Éste es por quien yo dije: ‘Detrás de mí viene un hombre, que se ha puesto delante de mí, porque existía antes que yo’. Y yo no le conocía, pero he venido a bautizar en agua para que él sea manifestado a Israel». Y Juan dio testimonio diciendo: «He visto al Espíritu que bajaba como una paloma del cielo y se quedaba sobre Él. Y yo no le conocía, pero el que me envió a bautizar con agua, me dijo: ‘Aquel sobre quien veas que baja el Espíritu y se queda sobre él, ése es el que bautiza con Espíritu Santo’. Y yo le he visto y doy testimonio de que éste es el Elegido de Dios». (Jn 1,29-34)

Comentario
Hoy, san Juan Bautista da testimonio sobre el Bautismo de Jesús. El Papa Francisco recordaba que «el Bautismo es el sacramento en el cual se funda nuestra fe misma, que nos injerta como miembros vivos en Cristo y en su Iglesia»; y agregaba: «No es una formalidad. Es un acto que toca en profundidad nuestra existencia. Un niño bautizado o un niño no bautizado no es lo mismo. No es lo mismo una persona bautizada o una persona no bautizada. Nosotros, con el Bautismo, somos inmersos en esa fuente inagotable de vida que es la muerte de Jesús, el más grande acto de amor de toda la historia; y gracias a este amor podemos vivir una vida nueva, no ya en poder del mal, del pecado y de la muerte, sino en la comunión con Dios y con los hermanos».
Hemos escuchado los dos efectos principales del Bautismo enseñados en el Catecismo de la Iglesia Católica (n. 1262-1266):
1º «He ahí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo» (Jn 11,29). Un efecto del Bautismo es la purificación de los pecados, es decir, todos los pecados son perdonados, el pecado original y todos los pecados personales así como todas las penas del pecado.
2º «Baja el Espíritu», «bautiza con Espíritu Santo» (Jn 1,34): el bautismo nos hace "una nueva creación", hijos adoptivos de Dios y partícipes de la naturaleza divina, miembros de Cristo, coherederos con Él y templos del Espíritu Santo.
La Santísima Trinidad —Padre, Hijo y Espíritu Santo— nos da la gracia santificante, que nos hace capaces de creer en Dios, de esperar en Él y de amarlo; de vivir y obrar bajo la moción del Espíritu Santo mediante sus dones; de crecer en el bien por medio de las virtudes morales.
Pidamos, como nos exhorta el Papa Francisco, «despertar la memoria de nuestro Bautismo», «vivir cada día nuestro Bautismo, como realidad actual en nuestra existencia».
Rev. P. Higinio Rafael ROSOLEN IVE (Cobourg, Ontario, Canadá)

Santoral Católico:
El Santísimo Nombre de Jesús
El Santísimo Nombre de Jesús, nombre anunciado por el Ángel a san José e impuesto al Niño en la circuncisión, invocado por los fieles desde los comienzos de la Iglesia, como puede verse ya en san Pablo, empezó a ser venerado en las celebraciones litúrgicas en el siglo XIV. San Bernardino de Siena y sus discípulos fueron los grandes apóstoles que propagaron este culto a lo largo y ancho de Italia y de Europa. En 1530, Clemente VII concedió a la Orden Franciscana la celebración del Oficio del Santísimo Nombre de Jesús. Inocencio XIII, en el s. XVIII, hizo extensiva la fiesta a la Iglesia universal. En la actualidad se celebra el día 3 de enero. «El nombre de Jesús es el divino poema que expresa lo más sublime y lo más humilde que la sabiduría y la misericordia de Dios han podido inventar para salvar a la Humanidad decaída. Este nombre adorable, que primero pronunció el Ángel, y luego María y José impusieron al Verbo Encarnado, fue también pronunciado por Pilatos cuando leyó contra el Salvador la sentencia de muerte. Pero el Padre lo constituyó juez de vivos y muertos, e hizo figurar su nombre como señal de salvación en la frente de los predestinados» (A. I. Schuster).
Oración: Oh Dios, que a tu Hijo le has puesto el nombre de Jesús, Salvador de todos los hombres; concédenos pronunciar con gozo este nombre en la tierra y disfrutar en el cielo de su presencia. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Fuente: Directorio Franciscano    

Palabras del Papa Francisco

“Cuando nos damos cuenta de que Dios está enamorado de nuestra pequeñez, que Él mismo se hace pequeño para propiciar el encuentro con nosotros, no podemos no abrirle nuestro corazón y suplicarle: Señor, ayúdame a ser como tú, dame la gracia de la ternura en las circunstancias más duras de la vida, concédeme la gracia de la cercanía en las necesidades de los demás, de la humildad en cualquier conflicto”.

Biblioteca de archivos
Recuerda que en la página (blog) de "Pequeñas Semillitas" y también en "Juan Pablo II inolvidable", en la columna lateral derecha, se ha insertado un enlace con la misma imagen que ves arriba de este escrito, desde donde se ingresa a la Biblioteca de archivos. Allí iré agregando día a día algunos de los powerpoint que se comparten con los suscriptores de "Pequeñas Semillitas" y también archivos de texto en formato PDF; todo lo cual puede ser visto online o bien puede descargarse a la computadora del usuario.

Tema del día:
¿Qué deseo en un año nuevo?
La pregunta me deja un poco inquieto. Porque sé que el "año nuevo" es simplemente una hoja de calendario, un cambio en los números, una simple tradición humana. Porque el tiempo escapa a nuestro control, y fluye sin cesar.

Pero casi todos, al llegar el año nuevo, damos una mirada al año que termina y soñamos en el año que comienza.

Lo pasado queda allí: fijo, inmodificable, casi pétreo. Con sus momentos buenos y sus fracasos, con sus sueños realizados y con los sueños que se evaporaron en el vacío, con las ayudas que me ofrecieron y con las ayudas que pude ofrecer a otros, con mis omisiones y mis cobardías.

Lo futuro inicia, como inició ayer, como inició hace un mes, como iniciará mañana.

Cada instante se presenta como una oportunidad que en parte depende de mi prudencia y de mis decisiones. En otra buena parte, depende de las decisiones de otros. En los dos casos, y aunque no siempre nos demos cuenta, depende de Dios.

De nuevo, ¿qué deseo en un año nuevo? Desearía la paz en Tierra Santa. Para que nadie privase a nadie de su tierra, de su casa, de su familia. Para que las religiones fueran vividas como lo que son: un camino para unir a los hombres bajo la luz de Dios. Para que la tierra donde vivió, murió y resucitó Cristo testimoniase con un estilo de vida nuevo la gran belleza del Evangelio.

Luego, desearía la paz en tantos lugares del planeta. Especialmente en África, donde todavía unos poderosos venden armas para la muerte pero no ofrecen comida para los hambrientos.

Querría, además, que desapareciese el aborto en todos los países del mundo. Lo cual no es ningún sueño imposible: basta con aprender a vivir responsablemente la vocación al amor para que ningún hijo sea visto como un “enemigo” o un obstáculo en el camino de la propia vida. Porque lo mejor que podemos hacer es vivir para los demás. Porque cada niño pide un poquito de amor y de respeto. Porque cada madre que ha empezado a serlo merece ayuda y apoyo, para que no le falten las cosas que más necesite durante los meses de embarazo y los primeros años de su hijo.

En este nuevo año me gustaría dialogar con quien piensa de modo distinto en un clima de respeto, sin insultos, sin desprecios, sin zancadillas. Porque si él y si yo somos humanos, porque si él y si yo queremos encontrar la verdad, podemos ayudarnos precisamente con una palabra nacida desde los corazones que saben escucharse y, más a fondo, que saben amarse...

El año que inicia querría tener más energías, más entusiasmo, más convicción, para enseñar a los otros lo que para mí es el tesoro verdadero: mi fe católica. Enseñarla, sobre todo, con mi vida. Querría ser, en ese sentido, más coherente, más bueno, más abierto, más disponible, más cercano. Especialmente cuando me encuentre con un pobre, con un enfermo, con una persona triste o desesperada, con quien llora porque sabe lo que muchos no se atreven a reconocer: que ha pecado. Porque sólo cuando me pongo ante mis faltas con honestidad clara y completa, descubro mi miseria y comprendo la de los otros. Y porque cuando reconozco mi miseria y la ajena puedo entender que necesitamos al único que puede limpiarnos con su palabra llena de perdón y de esperanza: Dios.

¿Qué deseo en un año nuevo? Quizá deseo demasiado. Quizá he soñado despierto. Quizá me he dejado llevar por una emoción inconsistente. Mientras, el reloj sigue su marcha, y, sin saberlo, me dice: este año será un poco distinto si te abres a Dios, si rompes con tu egoísmo, si empiezas a vivir no para ti mismo, sino para tantos corazones que encontrarás en los mil cruces de camino de este año que está iniciando...
Autor: P. Fernando Pascual LC | Fuente: Catholic.net

Humor literario
La mujer está  leyendo un libro y le dice al marido:
“¡Que descaro! ¿Creerías querido, que un tal Pablo Neruda ha publicado un libro, copiando las poesías que me escribiste cuando éramos novios?”

"Pequeñas Semillitas" por e-mail
Si lo deseas puedes recibir todos los días "Pequeñas Semillitas" por correo, más el agregado de un powerpoint. Las suscripciones son gratis y solo tienes que solicitarlas escribiendo a Rocío (moderadora de los grupos) a: peque.semillitas.3@gmail.com  con el título: “Suscripción a Pequeñas Semillitas”.

Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Unidos a María
María ha sido colocada por Dios en lo más alto de los Cielos, pero si bien esto es una gloria incomparable, Ella no se ha olvidado de nosotros sus hijos que estamos en la tierra y piensa constantemente en nosotros y está a nuestro lado en todo momento. Por eso no debemos tener miedo a nada y confiar ciegamente en María, que es la Omnipotencia Suplicante, es decir, que alcanza y obtiene todo lo que quiere con su oración todopoderosa. A veces estamos contentos cuando tenemos un amigo o pariente que tiene influencias en el mundo, que es un personaje importante. ¡Pero cuánto más debemos estar contentos y festejar que tenemos una Madre todo amor, que es la criatura más grande y gloriosa del universo y que solo está por debajo de Dios, pero muy por encima de toda criatura visible e invisible! Ella está en este tan alto puesto para cuidarnos e intervenir en nuestro favor contra todas las fuerzas del Infierno.

Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-

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