PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año 10 - Número 2564 ~ Jueves
8 de Enero de 2015
Desde la ciudad de Córdoba
(Argentina)
Alabado sea
Jesucristo…
Un peregrino llegó a la aldea de Abu-Yazid.
- Enséñame la manera más rápida de llegar hasta Dios, le
pidió.
Abu-Yazid respondió con apenas cinco palabras:
- "Ámalo con todas tus fuerzas".
- Eso ya lo hago.
- Entonces necesitas ser amado por los demás.
- ¿Por qué?, preguntó el peregrino...
- Porque Dios mira el corazón de todos los hombres.
Cuando visite el tuyo, ciertamente verá tu amor por Él, y se alegrará.
Siembra ya, si en el corazón de otras personas encuentra
tu nombre escrito con cariño, ten por seguro que pondrá mucha más atención en
ti.
¡Buenos días!
Vivo en una estrella
Cuando oras por
tus queridos difuntos, te encuentras con ellos en una misteriosa comunión de
fe, esperanza y amor. Ellos han transpuesto ya la frontera del tiempo y entrado
en el ámbito de la eternidad, propio de Dios. Siempre que haces oración por
ellos, los encuentras dentro del dulce abrazo con que Dios estrecha a los que
lo aman.
Vivo en una estrella radiante de luz, no
lloren mi ausencia estoy con Jesús. Cuando llegué al cielo, cuando vi su faz,
mi alma dichosa se colmó de paz. El Dios de los cielos sanó toda herida, me
tendió su mano y encontré la vida. Un coro de ángeles y... la Virgen María me
vino a encontrar. ¿Qué más quieren hijos? ¡Dejen de llorar! ya desde mi
estrella los puedo mirar. Denme una sonrisa para descansar; piensen que los
amo, búsquenme en la flor, en la nueva brisa, ¡en lo que es amor! Que estoy
presente como lo está el sol, yo sigo latiendo en su corazón...
Si por la fe
estás abierto al sentido cristiano de la muerte, no te dejes abatir por la
amargura ante una pérdida dolorosa. Tu sensibilidad puede quedar destrozada. Pero,
en la zona más secreta del alma, vives una experiencia de paz, esperanza y
gozo, porque estás seguro que tus muertos viven ya una existencia trascendente.
Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, vio Jesús una gran multitud y tuvo
compasión de ellos, porque eran como ovejas que no tienen pastor, y comenzó a
enseñarles muchas cosas. Y como fuese muy tarde, se llegaron a Él sus
discípulos y le dijeron: «Este lugar es desierto y la hora es ya pasada;
despídelos para que vayan a las granjas y aldeas de la comarca a comprar de
comer». Y Él les respondió y dijo: «Dadles vosotros de comer». Y le dijeron:
«¿Es que vamos a comprar doscientos denarios de pan para darles de comer?». Él
les contestó: «¿Cuántos panes tenéis? Id a verlo». Y habiéndolo visto, dicen:
«Cinco, y dos peces».
Entonces les mandó que se acomodaran todos por grupos de
comensales sobre la hierba verde. Y se sentaron en grupos de ciento y de
cincuenta. Y tomando los cinco panes y los dos peces y levantando los ojos al
cielo, bendijo, partió los panes y los dio a sus discípulos para que los
distribuyesen; también partió los dos peces para todos. Y comieron todos hasta
que quedaron satisfechos. Y recogieron doce cestas llenas de los trozos que
sobraron de los panes y de los peces. Los que comieron eran cinco mil hombres. (Mc 6,34-44)
Comentario
Hoy, Jesús nos muestra que Él es sensible a las
necesidades de las personas que salen a su encuentro. No puede encontrarse con
personas y pasar indiferente ante sus necesidades. El corazón de Jesús se
compadece al ver el gran gentío que le seguía «como ovejas que no tienen
pastor» (Mc 6,34). El Maestro deja aparte los proyectos previos y se pone a
enseñar. ¿Cuántas veces nosotros hemos dejado que la urgencia o la impaciencia
manden sobre nuestra conducta? ¿Cuántas veces no hemos querido cambiar de
planes para atender necesidades inmediatas e imprevistas? Jesús nos da ejemplo
de flexibilidad, de modificar la programación previa y de estar disponible para
las personas que le siguen.
El tiempo pasa deprisa. Cuando amas es fácil que el
tiempo pase muy deprisa. Y Jesús, que ama mucho, está explicando la doctrina de
una manera prolongada. Se hace tarde, los discípulos se lo recuerdan al Maestro
y les preocupa que el gentío pueda comer. Entonces Jesús hace una propuesta
increíble: «Dadles vosotros de comer» (Mc 6,37). No solamente le preocupa dar
el alimento espiritual con sus enseñanzas, sino también el alimento del cuerpo.
Los discípulos ponen dificultades, que son reales, ¡muy reales!: los panes van
a costar mucho dinero (cf. Mc 6,37). Ven las dificultades materiales, pero sus
ojos todavía no reconocen que quien les habla lo puede todo; les falta más fe.
Jesús no manda hacer una fila de a pie; hace sentar a la
gente en grupos. Comunitariamente descansarán y compartirán. Pidió a los
discípulos la comida que llevaban: sólo son cinco panes y dos peces. Jesús los
toma, invoca la bendición de Dios y los reparte. Una comida tan escasa que
servirá para alimentar a miles de hombres y todavía sobrarán doce canastos.
Milagro que prefigura el alimento espiritual de la Eucaristía, Pan de vida que
se extiende gratuitamente a todos los pueblos de la Tierra para dar vida y vida
eterna.
Rev. D. Xavier SOBREVÍA i Vidal (Castelldefels, España)
Santoral Católico:
San Severino
Predicador
En la antigua provincia romana de Nórico, en las riberas
del Danubio, san Severino, presbítero y monje, que llegado a esta región
después de la muerte de Atila, príncipe de los hunos, defendió a los pueblos
inermes, aplacó a los violentos, convirtió a los infieles, fundó monasterios e
impartió instrucción religiosa a los que la necesitaban (c. 482).
Más información hacer clic acá
Fuente: Catholic.net
La frase de hoy
"Si hay algo que pueda hacer ahora con respecto a mi
futuro, lo haré. Fuera de eso, me limitaré a dejarle que siga su curso y me
dedicaré a disfrutar del momento presente, porque la experiencia me ha enseñado
que sólo puedo hacer frente a las cosas cuando éstas se presentan, no antes de
que ocurran, y que el presente me proporciona siempre los recursos y la energía
necesarios para afrontarlas"
~Anthony de Mello~
Tema del día:
El trabajo de Francisco
Al Papa Francisco le gusta madrugar. En Buenos Aires se
levantaba a las cuatro y media de la mañana, y dedicaba largos ratos a rezar y
estudiar antes de celebrar la misa. Ahora, como Papa, tiene que descansar un
poco más.
Se levanta en torno a las cinco, reza en privado y
celebra cada día la misa de las siete de la mañana en la capilla de la Casa
Santa Marta. Suelen concelebrar algunos sacerdotes y asisten los empleados de
la Casa, aparte de grupos de invitados: los barrenderos del Vaticano, los jardineros,
las telefonistas, los periodistas y los fotógrafos de «L’Osservatore Romano».
Al terminar la misa, el Papa se sienta entre los fieles
en los bancos del fondo de la capilla para hacer un rato de acción de gracias
en silencio por haber recibido la comunión. A los diez minutos sale de la
capilla y espera en la puerta para saludar a cada uno de los asistentes. Así
empieza su día.
A continuación baja a desayunar al comedor de la
casa-residencia en la que vive y hace sus comidas, muy contento de vivir con
medio centenar largo de personas –sacerdotes y obispos- que trabajan en el
Vaticano. Lo considera mucho más vivificante que estar aislado en lo alto del
Apartamento pontificio.
Uno de los primeros días de trabajo, el Papa llegó a las
oficinas de la secretaria de Estado poco después de las ocho de la mañana. No
había ningún monseñor ni ningún oficial. Tan sólo un bedel. Y estaban todas las
luces encendidas. El Papa pregunto por qué estaban encendidas, y el bedel le
contesto que «siempre se ha hecho así».
Francisco respondió que «con el dinero que se gasta de
modo inútil se podría pagar el sueldo de un sacerdote», y fue apagando
personalmente las luces innecesarias. El suceso circuló por la Curia vaticana
como la pólvora, y ahora la gente empieza a darse cuentan de los derroches
innecesarios, y a evitarlos.
Como el Papa no quiere trasladarse por ahora al
Apartamento pontificio, situado en el tercer piso del Palacio Apostólico, su
jornada de trabajo empieza a eso de las ocho y media en su apartamento de la
Casa Santa Marta, donde recibe cada día a jefes de los departamentos vaticanos
y altos responsables de la secretaria de Estado.
Para recibir visitas, en cambio, se desplaza a la
biblioteca privada del Papa, en el segundo piso del Palacio Apostólico. Es el
lugar habitual, donde celebraban las audiencias todos sus predecesores.
Francisco sube al tercer piso, al estudio privado del Papa para rezar el
Ángelus de los domingos desde la ventana habitual.
El gobierno de la Iglesia universal no se lleva a cabo en
reuniones colectivas, sino en encuentros personales del jefe de cada
Congregación o de cada Pontificio Consejo con el Papa. Francisco les dedica la
primera mitad de la mañana, dejando para la segunda mitad las audiencias a
visitantes.
El Papa tiene la sensación de que el horario del Vaticano
va con mucho retraso pues en Buenos Aires comenzaba a recibir gente a las siete
de la mañana.
En Roma sigue comiendo temprano y de modo frugal. Está
con un poco de sobrepeso por la falta de ejercicio. Normalmente se reposa una
media hora o cuarenta minutos después del almuerzo y reanuda después el trabajo
que, en estos días, realiza a destajo.
Cuando por fin llegue la calma quizá asuma la costumbre
de Benedicto XVI de rezar el Rosario paseando ante la gruta de la Virgen de
Lourdes, en la parte alta de los jardines Vaticanos, a primera hora de la
tarde. Es un lugar tranquilo y reparador.
La diferencia con Buenos Aires es que allí dedicaba la
tarde a visitar parroquias o personas, mientras que ahora tiene que dedicarla a
preparar homilías, y a nuevas reuniones de trabajo con sus colaboradores.
Los Papas trabajan los domingos en que, aparte del
Ángelus, suele haber otras ceremonias, y dedican los lunes a recibir visitas.
Su «día libre» es el martes. Cada vez que podía, Juan Pablo II se escapaba a
esquiar o al menos a caminar por la montaña en las cercanías de Roma para
oxigenarse un poco. Benedicto XVI, en cambio, prefería la tranquilidad
doméstica: estudiar y escribir trozos del «Jesús de Nazaret».
Hasta ahora el Papa Francisco no ha tenido tiempo ni de
respirar [...] Hasta ahora no se conoce su horario definitivo de trabajo pero,
conociéndole, será más bien «tempranero». En contrapartida, le gusta cenar
también temprano y retirarse a descansar cuando se pone el sol. La Curia
vaticana tendrá que acostumbrarse a madrugar.
Juan Vicente Boo / Abc
El rincón de los lectores
Carta a los Reyes Magos enviada por nuestra lectora María Luisa.
Queridos Reyes
Magos:
Ya vais camino de
vuelta, después de tanto trabajo. Os preguntaréis el motivo de mi carta. Todo
el mundo os escribe con tiempo para que le traigáis los regalos antes del 6 de
enero. Yo no me he olvidado de hacerlo, es que no necesitaba nada. Os preguntaréis
porqué lo hago ahora. Para daros las gracias. Mi marido dice que no hay que
pedir a Dios, hay que dar las gracias.
Por todo lo que tenemos. Es cierto. Yo os voy a agradecer todos los regalos tan valiosos que he tenido
este año.
Las caras de mis
nietos al abrir los paquetes, la ilusión de mis hijos al escribiros la carta,
la llegada de los abuelos de Argentina para participar en la fiesta, la
preparación de la merienda con las galletas y la tarta con vuestras imágenes.
Las agujetas de mi prima de tanto reír. Las bromas de mis sobrinos. A pesar de
no haber pedido nada me han traído muchas cosas.
Ya os vais, hasta
el año que viene no volvéis. Algunos niños se han quedado sin regalos, han sido
buenos pero hay necesidades básicas que cubrir primero. No hace falta irse muy
lejos, al tercer mundo, aquí también hay pobreza. Por eso explicaremos a nuestros pequeños la suerte inmensa que
tienen. Les enseñaremos a apreciar lo importante que es cuidar y valorar todo
lo que poseen.
Después de estas
fiestas de convivencia tan intensa hay muchas familias que sufren
desavenencias.
Id preparando un
regalo muy especial para el año que viene y
para todas las familias del mundo, no está agotado pero es difícil de
conseguir: comprensión, tolerancia, generosidad y cariño.
Sabía yo que al
final os pediría algo además de daros
las gracias. No diréis que no os lo digo
con tiempo, no me podéis fallar.
Buen viaje.
María Luisa
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el
Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes,
diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo
místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como
Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por
las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón
de María; por la conversión de todos los
pueblos; por la Paz en el mundo; por nuestros hermanos sufrientes por diversos
motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto,
la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los presos políticos y la
falta de libertad en muchos países del mundo; por la unión de las familias, la
fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este
sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las
Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos por el eterno descanso de las almas de las víctimas del atentado de ayer en París, para que sus familias encuentren consuelo, y para que el mundo conozca la Paz de Cristo a la que tanto nos llama el Papa Francisco.
Pedimos oración para Omar
Z., de Rosario, Argentina, que hoy será operado de la columna, para que el
buen Jesús lo acompañe y lo asista para que todo resulte con bien para él.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara
nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la
paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por
nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Unidos a María
Podemos creer que
por nuestros numerosos y graves pecados, seamos rechazados por María. Pero esto
no es así, puesto que María no rechaza a ninguno que acude a Ella pidiendo
socorro. Incluso si Judas hubiera ido a la Virgen arrepentido, Ella lo habría
tomado de la mano y lo habría conducido a su Hijo Jesús. Pero no quiso acudir a
María, última esperanza del pecador.
Aunque estemos en
las fauces del Infierno y con un pie ya en el Abismo, invoquemos a María, que
no quedaremos defraudados, puesto que Ella tiene poder sobre todo lo creado, y
hasta sobre Dios mismo, que por amor Dios le concede todo lo que María pide en
favor de sus hijos más descarriados.
Y si tenemos la
gracia de vivir en amistad con Dios y con su Madre, entonces comprobaremos las
grandes dulzuras de su Corazón Inmaculado para con nosotros, ya que Ella misma
se nos dará enteramente, como nuestra esposa, y así seremos felices ya en este
mundo, porque quien tiene a María, ha encontrado la Vida y la Felicidad.
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
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