domingo, 11 de enero de 2015

Pequeñas Semillitas 2567

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 10 - Número 2567 ~ Domingo 11 de Enero de 2015
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Jesús no es un hombre vacío ni disperso interiormente. No actúa por aquellas aldeas de Galilea de manera arbitraria ni movido por diferentes intereses. Los evangelios dejan claro desde el principio que Jesús vive y actúa movido por «el Espíritu de Dios».
Según toda la tradición bíblica, el «Espíritu de Dios» es el aliento de Dios que crea, envuelve y sostiene la vida entera. La fuerza que Dios posee para renovar y transformar a los vivientes. Su energía amorosa que busca siempre lo mejor para sus hijos e hijas.
Las primeras generaciones cristianas tenían muy claro lo que había sido Jesús. Así resumían el recuerdo que dejó grabado en sus seguidores: «Ungido por Dios con el Espíritu Santo..., pasó la vida haciendo el bien y curando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él».
¿Qué «espíritu» nos anima hoy a los seguidores de Jesús? ¿Cuál es la «pasión» que mueve a la Iglesia? ¿Cuál es la «mística» que hace vivir y actuar a nuestras comunidades? ¿Qué estamos poniendo en el mundo? Si el Espíritu de Jesús está en nosotros, viviremos «curando» a tantos oprimidos, deprimidos, reprimidos y hasta suprimidos por el mal.
José Antonio Pagola

¡Buenos días!

El murciélago pícaro
Vivir con sinceridad es decidirte a hablar con la verdad en la mano aunque a veces te cueste; a no valerte de una mentira para salir de una dificultad o librarte de una responsabilidad; a reconocer con honestidad cuando te has equivocado sin tratar de justificarte. He aquí un camino exigente de honestidad y grandeza moral.

El águila y el león se repartieron el reinado sobre los animales. El león sería rey de osos, lobos y demás cuadrúpedos terrestres. El águila gobernaría las aves del cielo. Pasado un tiempo, se reunieron ambos soberanos. — ¡El murciélago me fastidia! —dijo el águila—. Cuando le conviene, dice que es un pájaro porque vuela. Pero cuando quiere zafarse, dice que es mamífero y que pertenece a tu dominio. — ¡Vaya con el animalejo! —Exclamó airado el león—. Cuando le exijo cumplir mis leyes, alega que, como vuela, es un ave de las tuyas. —¡Yo no lo quiero en mi reino! —dijo el águila—. ¡Ni yo en el mío! —añadió el león. Y desde entonces el pícaro vivió solo y triste en la oscuridad.

Es lamentable que en Argentina hay faltas de sinceridad que son festejadas como “viveza criolla”, vicio antisocial que ha dañado nuestra imagen en el exterior; y que existe entre nosotros cuando aprobamos al canchero, al piola, que son los “avivatos” y “ventajitas” de las historietas cómicas. Sólo la verdad nos hará libres.
Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, predicaba Juan diciendo: «Detrás de mí viene el que es más fuerte que yo; y no soy digno de desatarle, inclinándome, la correa de sus sandalias. Yo os he bautizado con agua, pero Él os bautizará con Espíritu Santo». Y sucedió que por aquellos días vino Jesús desde Nazaret de Galilea, y fué bautizado por Juan en el Jordán. En cuanto salió del agua vio que los cielos se rasgaban y que el Espíritu, en forma de paloma, bajaba a Él. Y se oyó una voz que venía de los cielos: «Tú eres mi Hijo amado, en ti me complazco». (Mc 1,7-11)

Comentario
Hoy, solemnidad del Bautismo del Señor, termina el ciclo de las fiestas de Navidad. Dice el Evangelio que Juan se había presentado en el desierto y «predicaba un bautismo de conversión para el perdón de los pecados» (Mc 1,4). La gente iba a escucharlo, confesaban sus pecados y se hacían bautizar por él en el río Jordán. Y entre aquellas gentes se presentó también Jesús para ser bautizado.
En las fiestas de Navidad hemos visto como Jesús se manifestaba a los pastores y a los magos que, llegando desde Oriente, lo adoraron y le ofrecieron sus dones. De hecho, la venida de Jesús al mundo es para manifestar el amor de Dios que nos salva.
Y allí, en el Jordán, se produjo una nueva manifestación de la divinidad de Jesús: el cielo se abrió y el Espíritu Santo, en forma de paloma descendía hacia Él y se oyó la voz del Padre: «Tú eres mi Hijo amado, en ti me complazco» (Mc 1,11). Es el Padre del cielo en este caso y el Espíritu Santo quienes lo manifiestan. Es Dios mismo que nos revela quién es Jesús, su Hijo amado.
Pero no era una revelación sólo para Juan y los judíos. Era también para nosotros. El mismo Jesús, el Hijo amado del Padre, manifestado a los judíos en el Jordán, se manifiesta continuamente a nosotros cada día. En la Iglesia, en la oración, en los hermanos, en el Bautismo que hemos recibido y que nos ha hecho hijos del mismo Padre.
Preguntémonos, pues: —¿Reconozco su presencia, su amor en mi vida? —¿Vivo una verdadera relación de amor filial con Dios? Dice el Papa Francisco: «Lo que Dios quiere del hombre es una relación “papá-hijo”, acariciarlo, y le dice: ‘Yo estoy contigo’».
También a nosotros el Padre del cielo, en medio de nuestras luchas y dificultades, nos dice: «Tú eres mi Hijo amado, en ti me complazco».
Mons. Salvador CRISTAU i Coll Obispo Auxiliar de Terrassa (Barcelona, España)

Palabras de San Juan Pablo II

“¿Sabéis lo que hace en vosotros el sacramento del bautismo? Dios os reconoce como hijos suyos y transforma vuestra existencia en una historia de amor con él. Os conforma con Cristo, para que podáis realizar vuestra vocación personal. Ha venido para establecer una alianza con vosotros y os ofrece su paz. Vivid desde ahora como hijos de la luz, que se saben reconciliados por la cruz del Salvador […] Habéis sido llamados, elegidos por Cristo para vivir en la libertad de los hijos de Dios y habéis sido también confirmados en vuestra vocación bautismal y habitados por el Espíritu Santo para anunciar el Evangelio a lo largo de toda vuestra vida”

Tema del día:
“Tú eres mi hijo muy amado”
Todos los años, después de la fiesta de la Epifanía o manifestación de Jesús a los magos, la Iglesia nos presenta otra epifanía, que es la manifestación ante san Juan Bautista al terminar el bautismo. Estamos en el ciclo B y la narración corresponde al evangelista san Marcos, quien no habla de la infancia de Jesús, sino que comienza el evangelio con la predicación del Bautista. Predicaba sobre todo la penitencia como preparación para la venida del Mesías y para que esa penitencia fuese más expresiva entre aquellos que estaban arrepentidos, les bautizaba con agua en el río Jordán.

El comienzo del evangelio de este día nos trae las palabras del Bautista en que, con humildad, nos dice que él bautiza con agua; pero llega ya uno mucho más digno que él que sí bautizará de verdad dando el Espíritu Santo. Esta es la gran diferencia entre el bautismo de Juan, que sólo es significativo del acto interior, y el bautismo que nos dejará Jesús, que nos da el gran regalo de Dios. Claro que ese gran don de Dios nosotros luego lo podemos desechar, como desgraciadamente tantas veces sucede; pero podemos y debemos acrecentarlo. Hay algunos que critican el hecho de que se dé el bautismo a niños pequeños, como solemos hacerlo, porque dicen que eso debería dejarse a la libre voluntad del niño cuando sea mayor. Y no se dan cuenta que la misma vida también es un regalo, para lo cual ellos no han puesto la libertad, ni el alimento ni los vestidos ni tantos regalos. Así el bautismo es un gran regalo de Dios. Lo que hace falta es que luego les enseñemos a cuidarlo y a aumentar esa Gracia.

Jesús vino desde Nazaret hasta donde estaba el Bautista. Es muy posible que desde Nazaret y algunos pueblos vecinos se organizase una especie de peregrinación para ver al “profeta”, como se llamaba a san Juan. Jesús iría como uno más del grupo y como uno más, entre la gente devota, entró en el río Jordán para ser bautizado por san Juan. Ya sabemos que Jesús no podía arrepentirse de nada. El bautismo por lo tanto tiene una significación diferente que para otras personas. En Jesús aparece la unidad con la humanidad sufriente y pecadora, para cargar con los pecados del mundo, que un día llevaría hasta la cruz para redimirlos. San Marcos no dice nada si hubo algún diálogo entre Jesús y el bautista. Parecía un bautismo normal.

Lo importante es lo que sucedió al terminar el bautismo: la manifestación de Dios, por lo menos, ante san Juan Bautista: se abrieron los cielos, bajó el Espíritu Santo y se oyó la voz del Padre. Son expresiones simbólicas, como acostumbra la Biblia en momentos muy importantes. El “rasgarse el cielo” venía de una creencia de que el azul que vemos fuese una división de la tierra al lugar donde está Dios. Es para expresar que se manifiesta Dios, que viene personalmente a nosotros. Y para expresar más gráficamente que viene el Espíritu, lo manifiesta por la figura de una paloma, animal amable, que suele volar rápidamente hacia el suelo. Esto es importante porque Jesús, como hombre, es investido o inundado por el Espíritu Santo, para poder ya comenzar su predicación. También nosotros fuimos investidos por la gracia del Espíritu el día de nuestro bautismo; pero desgraciadamente muchos lo hemos perdido. Por eso en este día es una ocasión más para recordar nuestro bautismo y pedir al Espíritu Santo que nos llene de sus dones. Afortunadamente Dios nos da esta oportunidad para crecer en el Espíritu, y no una sola vez, sino siempre está dispuesto para crecer en nuestra alma.

Se oyó una voz que decía: “Tu eres mi Hijo, a quien yo quiero, mi predilecto”. También Dios nos dice a cada uno: Tú eres mi hijo, te quiero, te amo. Lo debemos sentir en nuestro corazón. Ciertamente el día de nuestro bautismo nos lo dijo. Quizá nosotros estamos más atentos a las voces mundanas que nos hablan de éxitos materiales, que nos animan a hacer algo espectacular, de modo que nos sirva para crecer en la fama o escalar puestos. Dios hoy nos habla en el corazón o por medio de la Iglesia y las personas buenas para que trabajemos por la justicia y el amor.
P. Silverio Velasco (España)

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Nunca olvidemos agradecer
Dicen que en el cielo hay dos oficinas diferentes para tratar lo relativo a las oraciones de las personas en la tierra:
Una es para receptar pedidos de diversas gracias, y allí los muchos ángeles que atienden trabajan intensamente y sin descanso por la cantidad de peticiones que llegan en todo momento.
La otra oficina es para recibir los agradecimientos por las gracias concedidas y en ella hay un par de ángeles aburridos porque prácticamente no les llega ningún mensaje de los hombres desde la tierra para dar gracias...
Desde esta sección de "Pequeñas Semillitas" pretendemos juntar una vez por semana (los domingos) todos los mensajes para la segunda oficina: agradecimientos por favores y gracias concedidas como respuesta a nuestros pedidos de oración.

Desde Rosario, Argentina, Silvia agradece a Dios y a las personas que rezaron por la operación de su esposo Omar, ya que todo ha salido muy bien.

Unidos a María
María es la Estrella de la mañana que anuncia al Sol de Justicia que es Jesucristo. Así como el lucero del amanecer anuncia que está cercana el alba, la salida del sol; así también María anuncia que está cercana el alba para la humanidad, la salida del Sol de Justicia que es Cristo y que vendrá a traer su Reino de amor y de paz. Por eso, cuando veamos que María se aparece en muchas partes y da sus mensajes, pensemos que el tiempo se acerca en que Cristo reinará sobre la tierra a través de su presencia eucarística. Ya se va terminando la noche del mundo y se preparan días de claridad como jamás se vieron en el mundo, y María es la que anuncia esa dichosa era.

Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-

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