miércoles, 7 de mayo de 2014

Pequeñas Semillitas 2340

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 9 - Número 2340 ~ Miércoles 7 de Mayo de 2014
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
El católico debe renovar su espíritu y transformarlo para buscar lo que Dios quiere, lo que es bueno, y no debe acomodarse al siglo, pues el mundo es contrario a Dios y es uno de los enemigos del alma junto con el demonio y la carne, como enseña el Catecismo. La Iglesia debe transformar al mundo, como levadura de Dios y no el mundo transformar a la Iglesia. Cristo es siempre el mismo, ayer, hoy y eternamente (Hebreos XIII, 8). Su Verdad es inmutable, no cambia. La Palabra de Dios es perenne. Los cielos y la tierra pasarán pero sus palabras no pasarán (Mt XXIV, 35). El dogma nunca pueda variar su significado. Por ello San Pablo nos advierte: "Aun cuando nosotros mismos, o un ángel del cielo os predicase un Evangelio diferente del que nosotros os hemos anunciado, sea anatema" (Gal 1, 8). E insiste nuevamente para aquellos a quienes pudiera no haber quedado claro: "Os lo he dicho, y os lo repito: Cualquiera que os anuncie un Evangelio diferente del que habéis recibido, sea anatema. Porque en fin ¿busco yo ahora la aprobación de los hombres, o de Dios? ¿Por ventura pretendo agradar a los hombres? Si todavía prosiguiese complaciendo a los hombres, no sería yo siervo de Cristo" (Gal 1, 9-10).
¿Queremos ser siervos del mundo, de los hijos de este siglo y sus errores, o queremos ser siervos de Cristo?
No busquemos entre los muertos -¡muertos en vida!- la podredumbre del error, sino busquemos la Verdad liberadora, la Verdad misma que no cambia, que está -perennemente- en Cristo que ha resucitado. Él es la Verdad, el Camino y la Vida. (Catolicidad)

¡Buenos días!

Te llamé a vivir
Puede que tú no me conozcas, pero yo conozco todo sobre ti (Salmo 139, 1). Yo sé cuándo te sientas y cuándo te levantas (Salmo 139, 2). Todos tus caminos me son conocidos (Salmo 139, 3). Hasta los cabellos de tu cabeza están contados (Mateo 10, 29-30). Porque tú has sido hecho a mi imagen (Génesis 1, 27). En mí tú vives, te mueves y existes (Hechos 17, 28).

Te comuniqué mi vida. Deposité en ti mi propio amor con abundancia. Te hice ver el paisaje y el color. Te di el oído, para que escucharas el canto de los pájaros y la voz de los hombres. Te di la palabra para decir "padre", "madre", "amigo", " "hermano", "te amo", "eres importante para mí". Te di mi amor más profundo. No sólo te di vida, te estoy sosteniendo en ella. Tú eres mi hijo amado; te conozco cuando respiras y te cuido cuando duermes. No lo dudes. ¿O es que crees que yo, como Padre, puedo olvidar a mi hijo? ¡Eres mi hijo! ¡Te amo! Tu Padre Dios.

Te conocí aún antes de que fueras concebido (Jeremías 1,4-5). Yo te escogí cuando proyecté la creación (Efesios 1, 11-12). Tú no fuiste un error, porque todos tus días están escritos en mi libro (Salmo 139,15-16). Tú has sido creado de forma maravillosa (Salmos 139, 14). Yo no estoy enojado y distante, soy la manifestación perfecta del amor (1 Juan 3, 1). Cada dádiva que tú recibes viene de mis manos. (Santiago 1, 17). Que la Palabra de Dios ilumine tu vida.
Padre Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, Jesús dijo a la gente: «Yo soy el pan de la vida. El que venga a mí, no tendrá hambre, y el que crea en mí, no tendrá nunca sed. Pero ya os lo he dicho: Me habéis visto y no creéis. Todo lo que me dé el Padre vendrá a mí, y al que venga a mí no lo echaré fuera; porque he bajado del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado. Y esta es la voluntad del que me ha enviado; que no pierda nada de lo que él me ha dado, sino que lo resucite el último día. Porque esta es la voluntad de mi Padre: que todo el que vea al Hijo y crea en Él, tenga vida eterna y que yo le resucite el último día». (Jn 6,35-40)

Comentario
Hoy vemos cuánto le preocupan a Dios nuestro hambre y nuestra sed. ¿Cómo podríamos continuar pensando que Dios es indiferente ante nuestros sufrimientos? Más aún, demasiado frecuentemente "rehusamos creer" en el amor tierno que Dios tiene por cada uno de nosotros. Escondiéndose a Sí mismo en la Eucaristía, Dios muestra la increíble distancia que Él está dispuesto a recorrer para saciar nuestra sed y nuestro hambre.
Pero, ¿de qué "sed" y qué "hambre" se trata? En definitiva, son el hambre y la sed de la "vida eterna". El hambre y la sed físicas son sólo un pálido reflejo de un profundo deseo que cada hombre tiene ante la vida divina que solamente Cristo puede alcanzarnos. «Ésta es la voluntad de mi Padre: que todo el que vea al Hijo y crea en Él, tenga vida eterna» (Jn 6,39). ¿Y qué debemos hacer para obtener esta vida eterna tan deseada? ¿Algún hecho heroico o sobre-humano? ¡No!, es algo mucho más simple. Por eso, Jesús dice: «Al que venga a mí no lo echaré fuera» (Jn 6,37). Nosotros sólo tenemos que acudir a Él, ir a Él.
Estas palabras de Cristo nos estimulan a acercarnos a Él cada día en la Misa. ¡Es la cosa más sencilla en el mundo!: simplemente, asistir a la Misa; rezar y entonces recibir su Cuerpo. Cuando lo hacemos, no solamente poseemos esta nueva vida, sino que además la irradiamos sobre otros. El Papa Francisco, el entonces Cardenal Bergoglio, en una homilía del Corpus Christi, dijo: «Así como es lindo después de comulgar, pensar nuestra vida como una Misa prolongada en la que llevamos el fruto de la presencia del Señor al mundo de la familia, del barrio, del estudio y del trabajo, así también nos hace bien pensar nuestra vida cotidiana como preparación para la Eucaristía, en la que el Señor toma todo lo nuestro y lo ofrece al Padre».
Fr. Gavan JENNINGS (Dublín, Irlanda)

Santoral Católico:
San Juan de Beverly
Obispo
En Berveley, en Northumbria, san Juan, obispo de Hexham, y después de York, en Inglaterra, que unió el trabajo pastoral a la oración en soledad y, después de haber renunciado a su cargo, transcurrió los últimos años de su vida en el monasterio que él mismo había fundado (721).

Información amplia haciendo clic acá.
Fuente: Catholic.net    

La frase de hoy

“El mundo es suficientemente grande
para satisfacer las necesidades de todos
pero será demasiado pequeño
para la avaricia de algunos” 
Gandhi

Tema del día:
Charles De Gaulle y su hija Anne
Muy pocos sabían que el General De Gaulle, líder de la resistencia francesa y, posteriormente, Presidente de la República, era un tierno padre con sus tres hijos, pero en especial con Anne, que tenía síndrome de Down. A nadie le dedicó tanta atención y ternura como a su hija Anne, según devela el biógrafo británico Jonathan Fenby, en su libro «The General De Gaulle and the France he saved»

«Anne es mi alegría» La gran referencia afectiva del General era su hija Anne. Lo cuenta el capellán militar que trató a De Gaulle, con el que pudo intimar y ser confidente, al que le transmitió estas palabras: «Para mí, Anne ha sido una gran prueba, pero también una bendición. Es mi alegría y me ha ayudado mucho a superar todos los obstáculos y todos los honores. Gracias a Anne he ido más lejos, he conseguido superarme».

En otra ocasión, De Gaulle se sinceró con el que fue su primer biógrafo, Jean Lacouture, al que le dijo: «Sin Anne no hubiera hecho todo cuanto he podido hacer. Me dio el corazón y el espíritu». Un cariño incondicional. Para su último biógrafo, Jonathan Fenby, «Anne simbolizaba para De Gaulle un cariño incondicional y, aunque las obligaciones parecían impedírselo, su padre siempre estaba cerca». Fenby considera que «aunque De Gaulle tuviera fama de solitario, la familia fue extraordinariamente importante para él».

Anne no podía andar. En esa época el tener un bebé con discapacidad era algo que se escondía, muchos los enviaban directo a institutos mentales donde vivían y morían, otros los mantenían escondidos en casa, sin atención, sin amor, sólo encerrados e incluso a veces amarrados como animales. Charles e Yvonne decidieron mantener su vida familiar en privado, decidieron omitir todos los estereotipos sociales de aquella época, y la vieron como un regalo. Aunque el lenguaje de Anne no llegó más lejos que al lenguaje de una niña, su amor incondicional se convirtió en el centro de la familia de Gaulle. Charles decía que era “su gozo” y que “Ella le ayudó a ver más allá de las fallas de los hombres” Charles e Yvonne crearon un ambiente familiar equitativo, donde los tres niños se sintieran amados y aceptados. Insistían en que Anne siempre viajara con ellos. El general le cantaba canciones y le leía historias, demostrando un afecto y ternura que el realmente no demostró a muchos miembros de su familia. La principal regla de la familia era: Jamás deberían hacer sentir a Anne menos o diferente que a cualquier otra persona. Cuando los nazis iban a llegar a Francia, la señora de Gaulle se armó de fuerza y junto a una enfermera, manejó por horas y se llevó a sus tres hijos a un lugar seguro. El viaje era peligroso tan sólo por traer a una niña de 12 años con discapacidad pero como su hermano escribió un día: “Siempre tenemos que traer a Anne con nosotros, jamás abandonarla. Dios nos la dio y ella se queda con nosotros. Tenemos que cuidarla así como es ella y en donde esté ella” Después de la guerra, el amor que tenían a su hija los inspiró a crear una casa donde le daban bienvenida a mujeres jóvenes con Síndrome Down y otras discapacidades intelectuales, y fue el inicio de la Fundación Anne de Gaulle.

En Febrero de 1948, Anne falleció de una neumonía en los brazos de su padre a los 20 años de edad. “Ahora ella es como los demás físicamente, pero con un alma llena de amor” dijo Charles a su esposa. 22 años más tarde, su padre, fue enterrado bajo la misma lápida en el cementerio de Colombey-les-deux-Eglises. “Su alma ha sido liberada, pero la pérdida de nuestra niña, nuestra pequeña niña sin esperanza, pero llena de amor, nos ha traído un inmenso dolor. Nos reconforta que estará con quien es todo amor.”

Nuevo video y artículo

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"Juan Pablo II inolvidable"
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Pedidos de oración 
“Todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis”
Mt 21:22

Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por la Paz en el mundo, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo, por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración por Leandro, de Rosario, Argentina, que está “a prueba” en el trabajo, para que el Señor lo ayude y quede definitivo.

Pedimos oración por las siguientes personas de Guatemala: por el eterno descanso del alma de Ricardo Vicente D. M. y fortaleza para su familia, y por la salud física y espiritual de Nelly C. de M., que ha sido amputada de una pierna por diabetes.

Pedimos oración por el joven José Armando B. S., que se encuentra afectado de parálisis facial, rogando por una pronta recuperación. Y por Edna S. de M., a quien realizan una endoscopía, para que los resultados sean buenos. Ambos son de México.

Pedimos oración por la señora Josefina F., de Córdoba, Argentina, que hace mucho tiempo padece un cuadro neurológico terminal, con complicaciones respiratorias y digestivas. Que el Señor tenga misericordia de ella y le conceda lo mejor según Su Voluntad.

Un estímulo todos los días
Mayo 7
“Libérame, Señor, para que no me obsesione con los afectos de este mundo, para que no esté siempre esperando una retribución afectiva.
Enséñame a dar generosamente, a servir con amor, sin esperar a cambio que le llenen de afectos. Enséñame a disfrutar de la amistad, del encuentro, de las conversaciones, sin pedir que los demás colmen mis vacíos y mis insatisfacciones. Enséñame a mirarlos con cariño y bondad, a desear su felicidad, sin exigirles que estén pendientes de mí.
Libérame, Señor, gracias porque estás, siempre estás. Estamos juntos, no estoy solo, tu brazo me rodea y tu mirada de amor me ilumina. Por eso puedo caminar feliz y liberado, gozando de las pequeñas cosas de esta vida, y disfrutando de los signos de tu amo que nunca faltan. Amén.”
Mons. Víctor Manuel Fernández
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-

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