miércoles, 29 de mayo de 2013

Pequeñas Semillitas 2043

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 8 - Número 2043 ~ Miércoles 29 de Mayo de 2013
- AÑO DE LA FE -
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)

Alabado sea Jesucristo…
Señor, Tú has sido mi socorro...
Quiero buscarte desde Temprano, desde la madrugada quiero estar cercar de ti.
Mi alma te anhela, tiene sed, de ver tu gloria y tu poder....
Yo sé que mi socorro has sido, y en las sombra de tus alas me siento seguro, y sé que tu diestra, me sostiene...


La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy

En aquel tiempo, los discípulos iban de camino subiendo a Jerusalén, y Jesús marchaba delante de ellos; ellos estaban sorprendidos y los que le seguían tenían miedo. Tomó otra vez a los Doce y comenzó a decirles lo que le iba a suceder: «Mirad que subimos a Jerusalén, y el Hijo del hombre será entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas; le condenarán a muerte y le entregarán a los gentiles, y se burlarán de Él, le escupirán, le azotarán y le matarán, y a los tres días resucitará».
Se acercan a Él Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, y le dicen: «Maestro, queremos, nos concedas lo que te pidamos». Él les dijo: «¿Qué queréis que os conceda?». Ellos le respondieron: «Concédenos que nos sentemos en tu gloria, uno a tu derecha y otro a tu izquierda». Jesús les dijo: «No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber la copa que yo voy a beber, o ser bautizados con el bautismo con que yo voy a ser bautizado?». Ellos le dijeron: «Sí, podemos». Jesús les dijo: «La copa que yo voy a beber, sí la beberéis y también seréis bautizados con el bautismo con que yo voy a ser bautizado; pero, sentarse a mi derecha o a mi izquierda no es cosa mía el concederlo, sino que es para quienes está preparado».
Al oír esto los otros diez, empezaron a indignarse contra Santiago y Juan. Jesús, llamándoles, les dice: «Sabéis que los que son tenidos como jefes de las naciones, las dominan como señores absolutos y sus grandes las oprimen con su poder. Pero no ha de ser así entre vosotros, sino que el que quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros, será esclavo de todos, que tampoco el Hijo del hombre ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos».
(Mc 10,32-45)

Comentario
Hoy, el Señor nos enseña cuál debe ser nuestra actitud ante la Cruz. El amor ardiente a la voluntad de su Padre, para consumar la salvación del género humano —de cada hombre y mujer— le mueve a ir deprisa hacia Jerusalén, donde «será entregado (…), le condenarán a muerte (…), le azotarán y le matarán» (cf. Mc 10,33-34). Aunque a veces no entendamos o, incluso, tengamos miedo ante el dolor, el sufrimiento o las contradicciones de cada jornada, procuremos unirnos —por amor a la voluntad salvífica de Dios— con el ofrecimiento de la cruz de cada día.
La práctica asidua de la oración y los sacramentos, especialmente el de la Confesión personal de los pecados y el de la Eucaristía, acrecentarán en nosotros el amor a Dios y a los demás por Dios de tal modo que seremos capaces de decir «Sí, podemos» (Mc 10,39), a pesar de nuestras miserias, miedos y pecados. Sí, podremos abrazar la cruz de cada día (cf. Lc 9,23) por amor, con una sonrisa; esa cruz que se manifiesta en lo ordinario y cotidiano: la fatiga en el trabajo, las normales dificultades en la vida familia y en las relaciones sociales, etc.
Sólo si abrazamos la cruz de cada día, negando nuestros gustos para servir a los demás, conseguiremos identificarnos con Cristo, que vino «a servir y a dar su vida como rescate por muchos» (Mc 10,45). Juan Pablo II explicaba que «el servicio de Jesús llega a su plenitud con la muerte en Cruz, o sea, con el don total de sí mismo». Imitemos, pues, a Jesucristo, transformando constantemente nuestro amor a Él en actos de servicio a todas las personas: ricos o pobres, con mucha o poca cultura, jóvenes o ancianos, sin distinciones. Actos de servicio para acercarlos a Dios y liberarlos del pecado.
Rev. D. René PARADA Menéndez (San Salvador, El salvador)


Santoral Católico:
San Maximino de Tréveris
Obispo
Maximino nació al comienzo del siglo IV el Poitiers (Aquitania), al sudoeste de la antigua Galia. Provenía de un hogar muy piadoso.

La santidad de Agricio, obispo de Tréveris, llevó a Maximino a dejar el suelo natal e ir en busca de aquel prelado, para recibir lecciones de religión, ciencias y humanidades. El santo reconoció en el recién llegado una lúcida inteligencia y un firme amor a la doctrina católica, razón por la cual le confirió las sagradas órdenes. En el ejercicio de estas funciones hizo en breve tiempo notables progresos.

Al morir Agricio, conocidos por el pueblo los atributos de Maximino, por voluntad unánime éste fue su sucesor, ocupando la cátedra de Tréveris en el año 332.

Perturbaba en aquel tiempo en la Iglesia el arrianismo, doctrina que negaba la unidad y consustancialidad en las tres personas de la santísima Trinidad; según ellos el Verbo habría sido creado de la nada y era muy inferior al Padre. El Verbo encarnado era Hijo de Dios, pero por adopción.

Contra esta interpretación, que disminuía el misterio de la encarnación y el de la redención del hombre, se levantó Atanasio, obispo de Alejandría, que se había de constituir en el campeón de la ortodoxia.

Reinaba entonces el emperador Constantino el Grande, a quien los herejes engañaron acumulando calumnias sobre Atanasio, y así lograron que lo desterraste a Tréveris en el año 336. Allí Maximino lo recibió con evidencias de la veneración que le profesaba y trató por todos los medios de suavizar la situación del desterrado. Lo mismo hizo con Pablo, obispo de Constantinopla, también forzado a ir a Tréveris después de un remedo de sínodo arriano. Al morir Constantino, el hijo mayor, Constantino el Joven, su sucesor en Occidente, devolvió a Atanasio la sede de Alejandría.

En el año 345, Maximino concurrió al concilio de Milán, donde los arrianos, cuyo jefe era Eusebio de Nicomedia, fueron otra vez condenados. Considerado indispensable para cimentar la paz de la Iglesia celebrar un nuevo concilio ecuménico. Maximino lo propuso al emperador Constante; éste, hallándolo conveniente, escribió a su hermano Constantino, concertándose para tal reunión la ciudad de Sárdica (hoy Sofía, capital de Bulgaria).

Los arrianos quisieron atraer al emperador a su secta y justificar la conducta seguida contra Atanasio. Pero Maximino alertó al emperador, defendiendo así al obispo sin culpa; y Atanasio fue nuevamente restablecido.

Vuelto a su Iglesia, Maximino hizo frente a las necesidades, socorriendo a los pobres. Su familia residía en Poitiers y allá fue a visitarlos, pero murió al poco tiempo en esa ciudad, en el año 349. La fecha de hoy recuerda la traslación de sus reliquias a Tréveris.

Fuente: EWTN

¡Buenos días!

Oye tu voz interior

No siempre lo que aprueban o desaprueban los demás es lo correcto. Es mejor prestar atención a nuestra conciencia para percibir la verdad. No te dejes esclavizar del temor a lo que dirán los otros. El Cura de Ars decía: “¿Saben cuál es la primera tentación del demonio a una persona que ha comenzado a servir mejor a Dios? Es el respeto humano”.

El cura de Ars dijo en cierta ocasión: “He recibido hoy dos cartas en el mismo correo: una decía que yo era un gran santo y, la otra, que era un hipócrita y un impostor. La primera me hacía mejor de lo que soy y la segunda me hacía peor de lo que soy. Delante de Dios, todos somos lo que somos, nada más ni nada menos”.

Con una comparación ingeniosa san Francisco de Sales nos persuade de lo desacertado que es dar una importancia excesiva al parecer de los que nos rodean: “Temblar ante el juicio de los demás, es como tener reparo de viajar en verano por miedo a las moscas”. Que sepas tomar tus decisiones ante Dios y tu conciencia.

Padre Natalio

La frase de hoy

“Si supiera que el mundo se acaba mañana,
yo, hoy todavía, plantaría un árbol.”

Martín Luther King


Tema del día:
El llamado de Cristo

Cristo vino a este mundo no para hacer una obra solo, sino con nosotros, con todos nosotros, para ser la cabeza de un gran cuerpo cuyas células vivas, libres, activas, somos nosotros. Todos estamos llamados a estar incorporados en Él, ese es el grado básico de la vida cristiana... Pero, para otros hay llamados más altos: a entregarse a Él; a ser sólo para Él; a hacerlo norma de su inteligencia, a considerarlo, en cada una de sus acciones, a seguirlo en sus empresas, más aún, ¡hacer de su vida la empresa de Cristo! Para el marino, su vida es el mar; para el soldado, el ejército; para la enfermera, el hospital; para el agricultor, el campo; para el alma generosa, ¡su vida es la empresa de Cristo!

Esto es lo esencial del llamamiento de Cristo: ¿Quisieras consagrarme tu vida? ¡No es problema de pecado! ¡Es problema de consagración! ¿A qué? A la santidad personal y al apostolado. Santidad personal que ha de ir calcada por la santidad de Cristo.

La prueba de la fe es el amor, amor heroico, y el heroísmo no es obligatorio. El sacerdocio, las misiones, las obras de caridad no son materia de obligaciones, de pecado; son absolutamente necesarias para la Iglesia y son obra de la generosidad. El día que no haya sacerdotes no habrá sacramentos, y el sacerdocio no es obligatorio; el día que no haya misioneros, no avanzará la fe, y las misiones no son obligatorias; el día que no haya quienes cuiden a los leprosos y a los pobres no habrá el testimonio distintivo de Cristo, y esas obras no son obligatorias... El día que no haya santos, no habrá Iglesia y la santidad no es obligatoria. ¡Qué grande es esta idea! ¡La Iglesia no vive del cumplimiento del deber, sino de la generosidad de sus fieles!

Si Él te llamara, ¿qué le dirías? ¿En qué disposición estás? ¡Pide, ruega estar en la mejor! San Ignacio pide al que entra en Ejercicios: ¡Grande ánimo y liberalidad para con Dios Nuestro Señor! ¡Querer afectarse y entregarse enteros!

Si en este mundo del siglo XX, una generación comprendiese su misión y quisiera dar testimonio del Cristo en que cree, no sólo con gritos que nada significan de ¡Cristo vence, Cristo reina, Cristo impera! ¿Dónde?, sino en la ofrenda humilde, silenciosa de sus vidas, para hacerlo reinar por los caminos en que Cristo quiere reinar: en su pobreza, mansedumbre, humillación, en sus dolores, en su oración, ¡en su caridad humilde y abnegada! ¡Si Cristo encontrara esa generación! Si Cristo encontrara uno... ¿querrás ser tú?, el más humilde. El más inútil a los ojos del mundo, puede ser el más útil a los ojos de Dios... Yo, Señor, nada valgo... pero confuso, con temor y temblor, yo te ofrezco mi propio corazón.

El Señor entró a Jerusalén el día de su triunfo en un asno, y sigue fiel a esa su práctica: entra en las almas de los asnos de buena voluntad, pobres, mansos, humildes. ¿Quieres ser el asno de Cristo?

Cristo no me quiere engañar, me advierte... Es difícil, bien difícil. Hay que luchar contra las pasiones propias, que apetecen lo contrario de su programa. ¡No estarán muertas de una vez para siempre, sino que habrán de ir muriendo cada día!

Hay que luchar contra el ambiente: amigos, familia, mundo, atracciones... todo parecerá levantarse escandalizado ante quienes pretendan señalar el error. ¡Si me aman, querrán darme lo que ellos llaman bienes! y librarme de exageraciones ridículas, pasadas de moda, "que hacen más mal que bien...". Dirán: ¿para qué esas exageraciones? ¿Por qué no hacer como todos? Pero nosotros debemos luchar contra los escándalos... luchar contra los desalientos, el cansancio de la edad, la sequedad del espíritu, el tedio, la fatiga, la monotonía...

Sí, hay que luchar, pero allí estoy Yo, dice Jesús. Tengan confianza en Mí, Yo he vencido al mundo. Mi yugo es suave y mi carga ligera... Vengan a Mí todos los que están afligidos y agobiados, y Yo os aliviaré... El que tenga sed, venga a Mí y beba. ¡Yo haré brotar en él una fuente que brota hasta la vida eterna! (Jn 16,33; Mt 11,30.29; Jn 7,37-38).

Necesito de ti... No te obligo, pero necesito de ti para realizar mis planes de amor. Si tú no vienes, una obra quedará sin hacerse que tú, sólo tú puedes realizar. Nadie puede tomar esa obra, porque cada uno tiene su parte de bien que realizar. Mira el mundo: los campos cómo amarillean, cuánta hambre, cuánta sed en el mundo. Mira cómo me buscan a mí, incluso cuando se me persigue...

Hay un hambre ardiente, atormentadora de justicia, de honradez, de respeto a la persona; una voluntad resuelta a hacer saltar el mundo con tal que terminen explotaciones vergonzosas; hay gentes, entre los que se llaman mis enemigos, que practican por odio lo que enseño por amor... Hay un hambre en muchos de Religión, de espíritu, de confianza, de sentido de la vida.

¿Difícil? ¡Sí! El mundo no lo comprenderá... Se burlará... Dirá: ¡exageraciones! ¡Que se ha vuelto loco! De Jesús se dijo que estaba loco, se le vistió de loco, se le acusó de endemoniado... y finalmente se le crucificó. Y si Cristo viniera hoy a la tierra, horror me da pensarlo, no sería crucificado pero sería fusilado.

En la gran obra de Cristo todos tenemos un sitio; distinto para cada uno, pero un sitio en el plano de la santidad. En la cadena de la gracia que Dios destina a la bondad, ¡yo estoy llamado a ser un eslabón! Puedo serlo, puedo rechazar, ¿qué haré? La respuesta: Plantearme este problema a fondo ¡y responder con seriedad!

Muchos jóvenes no tendrán el valor de planteárselo. Será superior a sus fuerzas pero, ¿si pensaran en las fuerzas de Cristo? Si pensaran que con Cristo, ellos también podrían ser santos. ¡Que no se refugien en la cobardía del puro deber!

Otros darán la limosna de algo. ¡Algo es! Peor sería nada. ¡Pero no es eso lo que Cristo pide! No hay que ofrecer otra cosa, insistiendo que es buena, cuando Cristo pide otra mejor: La voluntad de Dios única y sola.

San Alberto Hurtado


Mayo, mes de María
Flor del 29 de mayo:
María, Reina del Santísimo Rosario

Meditación: “Dios te salve, llena eres de gracia, el Señor es contigo” (Lucas 1,28). El Arcángel San Gabriel fue quien comenzó el Rosario, pero el Espíritu Santo nos ha manifestado a través de los místicos que todo lo que proviene de la boca de los enviados celestiales (ángeles, santos y la misma Virgen) viene de la Voz de Dios, de tal modo que el mismo Dios fue quien lo inició. A María, la Reina de nuestro corazón, la Reina de las rosas, presentémosle como regalo un ramo de Avemarías. La oración a María, Medianera e Intercesora, va dirigida por su medio a Dios; le pedimos “ruega por nosotros pecadores” para que su oración se una a la nuestra y le de valor. Ella siempre responde ”ruego por vosotros pecadores”, ya que la oración es el diálogo sublime de la pobre criatura con su Señor. Nuestra oración, en manos de María, es presentada ante el Trono de Dios como un delicado perfume, entregado por la criatura más perfecta que existió, ¿y qué no puede obtener ése Purísimo Corazón del Corazón del Amor…?.

Oración: ¡Oh María, Reina del Santo Rosario!. Enséñanos a rezar de corazón como lo hiciste vos, y a prestar eterna alabanza a nuestro Señor. Amén.

Decena del Santo Rosario (Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria).

Florecilla para este día: Rezar un Rosario pidiendo se derrame sobre nosotros el Espíritu Santo, y por las intenciones de la Virgen.

Fuente: reinadelcielo.org


Nuevo artículo

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"Juan Pablo II inolvidable"
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Oración a San Miguel Arcángel

San Miguel Arcángel
defiéndenos en la batalla.
Sé nuestro amparo contra la perversidad
y acechanzas del demonio.
Reprímale Dios, pedimos suplicantes,
y tú, Príncipe de la Milicia Celestial
arroja en el infierno con tu divino poder
a satanás y demás espíritus malignos
que andan dispersos por el mundo
para perdición de las almas.
Amén

La Festividad de San Miguel Arcángel se celebra el 29 de Setiembre.
Pero igualmente es una práctica muy recomendada el rezar esta oración
todos los días a la finalización de la Santa Misa.
Y también en estos tiempos para pedir por el Santo Padre
y por la santidad de todos los sacerdotes del mundo.
En "Pequeñas Semillitas" la publicaremos los días 29 de cada mes.


Pedidos de oración

Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por la Paz en el mundo, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo, por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración por la familia Lizarazo, en Bucaramanga, Colombia, que se encuentran afrontando graves problemas jurídicos, para que todo salga muy bien en la presente semana.

Pedimos oración por el éxito de los Cursillos de Cristiandad que se realizarán en agosto para damas y caballeros en Ciudad Mante, Tamaulipas, México, para que estos encuentros permitan llevar a Dios al corazón de los fieles que participen en ellos.

Pedimos oración por Martha Patricia M. P., de León, Gto. México que operan por prolapso múltiple. Rogamos la intercesión de Nuestra Señora de Guadalupe y Juan Pablo II para que esta cirugía se resuelva de la mejor manera para ella. 

Pedimos oración por la niña Elizabeth V., de 9 años de edad, que en Austin, Texas, USA, será intervenida hoy por una delicada afección en la cabeza. Que el Buen Jesús esté junto a ella y guíe las manos de los médicos para que todo salga bien.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Nota de Redacción:
Para dar curso a los Pedidos de Oración es imprescindible dar los siguientes datos: nombres completos de la persona (habitualmente no publicamos apellidos), ciudad y país donde vive, y explicar el motivo de la solicitud de oración. Por favor: en los pedidos ser breves y concretos y enviarlos a feluzul@gmail.com y deben poner en el asunto “Pedido de oración”, ya que los correos que llegan sin asunto (o con el asunto en blanco) son eliminados sin abrirlos. No se reciben pedidos de oración a través de Facebook ni por otro medio que no sea el correo antes señalado.
Los Pedidos de Oración se publican de lunes a sábados. Los domingos se publican los agradecimientos por las gracias concedidas.


“Intimidad Divina”

La pobreza voluntaria

“La madre Iglesia se goza de que en su seno se hallen muchos varones y mujeres que siguen más de cerca el anonadamiento del Salvador y dan un testimonio más evidente de él al abrazar la pobreza en la libertad de los hijos de Dios” (LG 42). La pobreza voluntaria profesada con voto o promesa particular, es distintivo de los que, consagrándose totalmente a Dios en el estado de perfección, quieren participar “en la pobreza de Cristo, el cual, siendo rico, se hizo pobre por nosotros, a fin de que por su pobreza nos enriqueciésemos” (PC 13). La pobreza voluntaria se abraza, pues, por amor; pues el que ama anhela parecerse a la persona amada, compartir totalmente su vida y su suerte y aun seguir del modo más exacto sus consejos. El voto de pobreza aparece así como la realización más completa de la doctrina de Cristo sobre la pobreza evangélica. Quien emite ese voto o la promesa correspondiente, no considera la vida pobre como un peso no como una conveniencia económica, sino como un ideal; y el ideal se ama, no se tolera, se persigue, no se esquiva, se vive y se defiende a toda costa.

El Concilio Vaticano II declara que, en nuestros días sobre todo, la pobreza abrazada voluntariamente… es un signo muy apreciado del seguimiento de Cristo (PC 13). Pues aunque la sociedad moderna esté dominada por los valores económicos y sea toda presa de bienestar y de los placeres de la vida, es muy sensible y exigente en cuanto a la pobreza de las “personas de la Iglesia”. El ejemplo vivo de desasimiento, desinterés y vida austera ejerce una fascinación especial sobre los hombres de hoy y, tal vez más que ningún otro factor, tiene el poder de evocarles los valores eternos. El Concilio ha hablado en este sentido: “El estado religioso, por librar mejor a sus seguidores de las preocupaciones terrenas, cumple también mejor, sea la función de manifestar ante todos los fieles que los bienes celestiales se hallan ya presentes en este mundo, sea la de testimoniar la vida nueva y eterna… sea la de prefigurar la futura resurrección y la gloria del reino celestial” (LG 44). Los religiosos, tomando conciencia de su responsabilidad, se sienten más empeñados que nunca en esta misión de testimonio. Para ello no basta “someterse a los superiores en el uso de los bienes, sino que es menester que… sean pobres de espíritu y de  hecho” (PC 13).

Ser pobres de nombre en virtud del voto de pobreza y no serlo en lo concreto de la vida, sería hipócrita y escandaloso, además de ser una traición a ideal abrazado. Si los superiores –a tenor de las Constituciones de cada Instituto y de las necesidades particulares– pueden autorizar el uso de bienes determinados y conceder alivios, no pueden nunca dispensar ni a sí mismo ni a los súbditos de la renuncia sustancial íntimamente unida a la vida de la pobreza voluntaria. En toda circunstancia los religiosos –tanto individual como colectivamente– deben portarse de modo que sean ejemplo luminoso de auténtica pobreza evangélica, animada de desinterés personal y de caridad para con el prójimo. Por tanto, muy lejos de acumular los frutos de su trabajo, serán largos en proveer “a otras necesidades de la Iglesia y al sustento de los menesterosos, a los que todos los religiosos han de amar en las entrañas de Jesucristo” (ib.). Sólo así proporcionará el estado religioso el “preclaro e inestimable testimonio” de espíritu de pobreza y de caridad que han sido siempre “gloria y signo de la Iglesia de Cristo" (LG 31; GS 88).

La pobreza es el tesoro escondido en el campo evangélico para comprar el cual hay que vender todas las cosas. Quien quiera llegar a la altura de la santa pobreza renuncie a la prudencia humana, desaprópiese de toda posesión y ofrézcase desnudo en tus brazos, ¡oh Cristo  Crucificado! Tú Señor, te has complacido de la pobreza; y yo tengo por dignidad real e insigne nobleza el seguirte a ti, que, siendo rico, te has hecho pobre por nosotros. No quiero por la posesión de falsas riquezas dejar esa dignidad real que has asumido tú por nosotros, para enriquecernos con tu pobreza y constituirnos, siendo verdaderos pobres de espíritu, en reyes y herederos del reino de los cielos. (San Francisco de Asís, Dichos)

P. Gabriel de Sta. M. Magdalena O.C.D. 
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-

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