PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año 8 - Número 2039 ~ Sábado
25 de Mayo de 2013
- AÑO DE LA FE -
Desde la ciudad de Córdoba
(Argentina)
Alabado sea
Jesucristo…
En el día patrio de la República Argentina, iniciamos
esta edición con la Oración por la Patria, compuesta por el Episcopado en el
año 2001:
“Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos. Nos
sentimos heridos y agobiados. Precisamos tu alivio y fortaleza. Queremos ser
nación, una nación cuya identidad sea la pasión por la verdad y el compromiso
por el bien común. Danos la valentía de la libertad de los hijos de Dios para
amar a todos sin excluir a nadie, privilegiando a los pobres y perdonando a los
que nos ofenden, aborreciendo el odio y construyendo la paz. Concédenos la
sabiduría del diálogo y la alegría de la esperanza que no defrauda. Tú nos
convocas. Aquí estamos, Señor, cercanos a María, que desde Luján nos dice:
¡Argentina! ¡Canta y camina! Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos. Amén”
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, algunos presentaban a Jesús unos niños
para que los tocara; pero los discípulos les reñían. Mas Jesús, al ver esto, se
enfadó y les dijo: «Dejad que los niños vengan a mí, no se lo impidáis, porque
de los que son como éstos es el Reino de Dios. Yo os aseguro: el que no reciba
el Reino de Dios como niño, no entrará en él». Y abrazaba a los niños, y los
bendecía poniendo las manos sobre ellos.
(Mc 10,13-16)
Comentario
Hoy, los niños son noticia. Más que nunca, los niños
tienen mucho que decir, a pesar de que la palabra “niño” significa “el que no
habla”. Lo vemos en los medios tecnológicos: ellos son capaces de ponerlos en
marcha, de usarlos e, incluso, de enseñar a los adultos su correcta
utilización. Ya decía un articulista que, «a pesar de que los niños no hablan,
no es signo de que no piensen».
En el fragmento del Evangelio de Marcos encontramos
varias consideraciones. «Algunos presentaban a Jesús unos niños para que los
tocara; pero los discípulos les reñían» (Mc 10,13). Pero el Señor, a quien en
el Evangelio leído en los últimos días le hemos visto hacerse todo para todos,
con mayor motivo se hace con los niños. Así, «al ver esto, se enfadó y les
dijo: ‘No se lo impidáis, porque de los que son como éstos es el Reino de
Dios’» (Mc 10,14).
La caridad es ordenada: comienza por el más necesitado.
¿Quién hay, pues, más necesitado, más “pobre”, que un niño? Todo el mundo tiene
derecho a acercarse a Jesús; el niño es uno de los primeros que ha de gozar de
este derecho: «Dejad que los niños vengan a mí» (Mc 10,14).
Pero notemos que, al acoger a los más necesitados, los
primeros beneficiados somos nosotros mismos. Por esto, el Maestro advierte: «Yo
os aseguro: el que no reciba el Reino de Dios como niño, no entrará en él» (Mc
10,15). Y, correspondiendo al talante sencillo y abierto de los niños, Él los
«abrazaba (...), y los bendecía poniendo las manos sobre ellos» (Mc 10,16).
Hay que aprender el arte de acoger el Reino de Dios.
Quien es como un niño —como los antiguos “pobres de Yahvé”— percibe fácilmente
que todo es don, todo es una gracia. Y, para “recibir” el favor de Dios,
escuchar y contemplar con “silencio receptivo”. Según san Ignacio de Antioquía,
«vale más callar y ser, que hablar y no ser (...). Aquel que posee la palabra
de Jesús puede también, de verdad, escuchar el silencio de Jesús».
Rev. D. Josep Lluís SOCÍAS i Bruguera (Badalona,
Barcelona, España)
Santoral Católico:
San Beda el Venerable
Presbítero y Doctor de la
Iglesia
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San Gregorio VII
Papa
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Fuente: Catholic.net
¡Buenos días!
Los ríos y el mar
Para tener una
buena convivencia con los demás, trata de ser comprensivo, poniéndote en su
lugar. Al dialogar con ellos destaca siempre lo que los une. Acepta al vecino,
a los del equipo de trabajo tales como son y trata de expresar con sinceridad
lo bueno que hacen. Cuando existe comprensión es más fácil disculpar, ser
amable y vivir con plenitud la tolerancia mutua.
Se juntaron los ríos para quejarse ante el
mar diciéndole: —¿Por qué si nosotros te entregamos agua dulce y potable, haces
tal trabajo, que conviertes nuestras aguas en saladas e imposibles de beber? El
mar, percibiendo que querían echarle la culpa del asunto, dijo: —Por favor,
dejen de darme agua y entonces ya no volverán a salarse sus aguas. Esopo.
La fábula de hoy
señala defectos comunes de la convivencia humana: quejas sin fundamento, falta
de verdadero diálogo, incapacidad de buscar juntos la verdad. Trata de simplificar
los problemas en vez de agrandarlos. No acumules las sombras y en todo busca
resquicios de luz y caminos de esperanza.
Con serenidad incansable construye la paz en tu ambiente.
Padre Natalio
Palabras del Papa Francisco
“Cuando la Iglesia pierde la valentía, entra en una
atmósfera de tibieza.
Los cristianos tibios, sin valentía, hacen mucho daño a
la Iglesia
porque la tibieza te lleva dentro, comienzan los
problemas entre nosotros,
no tenemos horizonte, no tenemos coraje.
Papa Francisco
Tema del día:
¿Exorcismo del Papa Francisco?
VATICANO, 24 May. 13 / 10:25 am (ACI/EWTN Noticias).
El famoso exorcista de la diócesis de Roma (Italia),
Padre Gabriele Amorth, analizó la oración que el Papa Francisco realizó sobre
un mexicano poseso de 43 años en la Plaza de San Pedro el pasado domingo 19 de
mayo, Solemnidad de Pentecostés.
En entrevista concedida a ACI Prensa el 22 de mayo, el
sacerdote señaló que ese día "el Papa de buena voluntad se acercó y le
hizo un exorcismo bajo forma de oración de liberación, no como el exorcismo
clásico que se hace con el libro".
El mexicano, dijo Amorth, "es realmente un alma de
Dios de la cual el Señor se sirve para reprochar a México por la legalización
del aborto".
El Padre Amorth comentó además que él mismo realizó un
exorcismo de más de una hora a este hombre mexicano antes que el Santo Padre
rezara por él en la Plaza de San Pedro.
"Estoy informado bien sobre aquel joven. Un joven
bueno, de oro, demuestra menos años de los que parece, tiene 43 años, casado,
con hijos", agregó.
"Esta misma oración, la vi hacer por tres veces
también a Juan Pablo II. El Papa Francisco impuso sus manos, oró y basta. Es
suficiente", afirmó el Padre Amorth.
El famoso exorcista de la diócesis de Roma tiene 88 años
y ha realizado más de 70 mil exorcismos durante los últimos 27 años. El número
es alto porque realizar un exorcismo puede requerir múltiples sesiones y cada
vez que se realiza se cuenta por separado.
Luego de la entrevista con ACI Prensa, el sacerdote hizo
una serie de comentarios en la Fundación Lepanto de Roma, una organización
católica que lo invitó para comentar sus dos últimos libros: "El último
exorcista, mi batalla contra Satanás" y "El signo del exorcista, mis
últimas batallas contra Satanás".
"Han notado que este Papa en sus primeros diez
discursos breves, ha nombrado siempre a ‘su excelencia’ el diablo", dijo
el exorcista en medio del ruido de la lluvia y los truenos que caían fuera del
recinto.
"¿Qué es lo que hizo el domingo pasado? Como es
normal en él, con su simplicidad, al terminar la Misa fue a pie a saludar a los
enfermos, y un sacerdote mexicano le señaló la presencia de un joven poseído
del demonio".
El Padre Amorth dijo además que "en esta oración de
liberación que ha hecho a este joven en la plaza, el Papa no se escondió… Jesús
hacía los exorcismos por la calle, en las casas, donde fuera".
"Yo he debido cambiar 23 sitios en Roma para poder
hacer exorcismos. Quisiera que todos asistiesen a los exorcismos… he visto muchísimos
sacerdotes que después de ver uno ya no tenían dudas sobre la existencia de
Satanás… hace falta verlo".
El exorcista aseguró que la gente no cree en la
existencia del demonio ahora y denunció que existen pocos sacerdotes que
realizan la labor que él desempeña. "No hay casi exorcistas y esto ocurre
por culpa de los obispos. Cuando un obispo no provee comete pecado
mortal", indicó.
Mayo, mes de María
Flor del 25 de mayo:
María, refugio de los
pecadores
Meditación: Yo
pecador, yo que me olvido de Dios, yo que no llevo Su Voz y no doy amor, ¿por
qué reclamo obtendré los favores del Señor?. Les puedo responder que por los de
la Madre del Juez, ya que la Santa Palabra nos señala “si alguno peca, tenemos
un intercesor, ante el Padre: Jesucristo” (Primera carta de Juan 2,1), y El nos
dejó Su Madre Santa como Abogada para defender a sus hijos del enemigo y evitar
el martirio eterno de no ver el Cielo. Toda alma esforzada que busca este Santo
Refugio será protegida y enriquecida conservando la verdadera Vida.
Oración: María
refugio de los pecadores, Madre de los confesores, llena de misericordia,
escóndenos en tu Corazón para que sólo seamos fieles a vos y al Señor. Amén.
Decena del Santo
Rosario (Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria).
Florecilla para
este día: Realizar una buena confesión con el firme propósito de llegar a
la pureza y humildad de María, para fortalecerme en Ella y no volver a caer.
Fuente: reinadelcielo.org
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa
Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas,
catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la
unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro
Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por la
Paz en el mundo, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos
especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por los presos
políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo, por la unión de
las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los
jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y
religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos oración por las necesidades laborales de Ethel Elvira G. H. que el Señor conoce.
Pedimos oración por José
P. (Pepe), de Argentina, que está pasando por un difícil momento de su vida
y además tiene que ser operado en fecha próxima, por lo que lo ponemos en las
manos de María Auxiliadora y de Jesús.
Pedimos oración por las siguientes personas de Buenos
Aires, Argentina: Edgar F., en
hemodiálisis desde hace un año; Mercedes
R., con problemas neurológicos y estrés; Elsa S., por su completa recuperación física y psíquica.
Pedimos oración por una joven de Lima, Perú, llamada Lourdes, que está enferma de cáncer en
la garganta. Que la Santísima Virgen de la que lleva su nombre la proteja y
pida a Jesús por su curación.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara
nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la
paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por
nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Nota de Redacción:
Para dar curso a los Pedidos de Oración es imprescindible
dar los siguientes datos: nombres completos de la persona (habitualmente no
publicamos apellidos), ciudad y país donde vive, y explicar el motivo de la
solicitud de oración. Por favor: en los pedidos ser breves y concretos y
enviarlos a pequesemillitas@gmail.com
y deben poner en el asunto “Pedido de oración”, ya que los correos que llegan
sin asunto (o con el asunto en blanco) son eliminados sin abrirlos. No se
reciben pedidos de oración a través de Facebook ni por otro medio que no sea el
correo antes señalado.
Los Pedidos de Oración se publican de lunes a sábados.
Los domingos se publican los agradecimientos por las gracias concedidas.
"Pequeñas Semillitas"
por e-mail
Si lo deseas puedes recibir todos los días "Pequeñas
Semillitas" por correo, más el agregado de un powerpoint. Las
suscripciones son gratis y solo tienes que solicitarlas escribiendo a Rocío
(moderadora de los grupos) a: peque.semillitas.3@gmail.com con el título: "Suscripción a Pequeñas
Semillitas"
Felipe de Urca
Intimidad divina
Purificaciones
Cuanto a más íntima comunión con Dios es llamado el
cristiano y cuanto más se acerca a él, tanto más advierte el contraste entre su
miseria y la santidad infinita del que le atrae a sí. Brota entonces espontáneo
el grito de Pedro: “Señor, aléjate de mí, que soy un pecador” (Lc 5, 8). Se
diría que el esplendor de la santidad de Dios penetra al hombre y lo hunde en
lo profundo, sacando a luz, por contraste, todas sus oscuridades; pecados,
defectos, tendencias y hábitos malos. Dios hace esto no para atormentar a la
creatura que se ha decidido a seguirle más de cerca, sino para purificarla y disponerla
a una comunión más íntima consigo. Con todo, la purificación es dolorosa… Es
penoso sufrir tentaciones, experimentar tendencias y pasiones insospechadas; es
duro pasar por el crisol de la prueba; pero es indispensable, tanto para la
propia purificación como para el avance en los caminos de Dios. Es preciso por
eso que no sólo acepte el hombre la prueba, sino, en cuanto le sea posible,
colabore con ella profundamente ante el descubrimiento de la propia miseria e
invocando el auxilio divino para verse librado de ella, pero luego procurará
secundar la acción de Dios con la mortificación de las tendencias desordenadas.
“En una noche oscura, - con ansias, en amores inflamada,
- ¡oh dichosa ventura! – salí, sin ser notada…” (S I, 1). Así presenta San Juan
de la Cruz al alma que, habiendo experimentado el peso de su limitación, el
estorbo de sus pasiones y la insuficiencia de las criaturas para saciar su sed
de libertad, de amor y de infinito, con gesto resuelto sale de sí para lanzarse
en busca de Dios. La huida sucede de noche, noche que consiste precisamente en
la “mortificación de apetitos y negación de los gustos en todas las cosas” (ib.
4, 1). El Santo advierte que la creatura no podría decidirse a esta privación
total, si no fuese “sacándola Dios, por amor de él, inflamada en su amor” (ib.
1, 4). Pero sostenida por la caridad, intuyendo que el bien que persigue –la
unión de amor con Dios– la resarcirá con usura de sus renuncias, no vacila en
dejar los sentidos “privados del gusto de las cosas”, vacíos y a oscuras como
de noche. Su decisión es tan eficaz, que
persevera en esta actitud aun cuando la necesidad o las circunstancias de la
vida la obliguen a tomar algún alivio –comida, reposo o esparcimiento–, procurando
entonces portarse con libertad de espíritu, sin detenerse a saborear
egoístamente el gusto.
Esa es la directriz del Apóstol: “Ya comáis, ya bebáis o
hagáis cualquier otra cosa, hacedlo todo para gloria de Dios” (1 Cr 10, 31).
Entrar en la noche oscura de esta privación y desnudez total es una “dichosa
ventura”, una gran gracia. Y aunque el hombre puede disponerse con la práctica
generosa del desasimiento, sólo Dios puede introducirlo en lo profundo de la
noche y allí conducir a término la purificación mediante pruebas en las que el
hombre no puede hacer otra cosa que aceptar cuanto Dios permite, doblando
humildemente la cabeza bajo su mano omnipotente. Pero el que ama no vuelve
atrás, porque sabe que sólo a través de este penoso sufrimiento podrá llegar “a
vivir vida de amor dulce y sabrosa con Dios”
Señor, yo no soy
digno… Sólo tú, Señor, puedes comprender plenamente el sentido de estas
palabras. Tú ves cuán indigno sea un pecador como yo de estar en tu compañía,
tú el único santísimo Dios a quien hasta los serafines adoran temblorosos. Tú ves
no sólo las marcas y cicatrices de los pecados que cometí en el pasado, sino
las mutilaciones, desórdenes crónicos que han dejado en mi alma. Tú ves mis
innumerables pecados de hoy, aunque no sean mortales, ves su poder y sus
efectos, su culpabilidad y la pena que por ellos deberé pagar. Tú conoces todos
mis malos hábitos, mis principios mediocres, mis pensamientos vanos e
incontrolados, y el cúmulo de mis debilidades y miserias. Y con todo, me sales
al paso. Por más que digo, vienes. Dios mío, dejado a mí mismo sucumbiría al
esplendor y a la llama de tu grandeza. Hazme capaz de resistirla, para que no
tenga que decir como Pedro: “Aléjate de mí, porque soy un hombre pecador” (Lc
5, 8). Dios mío, dame fuerza para estar en tu presencia, porque sólo tú puedes
hacerlo. Purifica mi corazón y mi mente del recuerdo de lo pasado. Aleja de mí
el recuerdo del pecado. Líbrame de toda debilidad, enfermedad e irritación de
espíritu. Dame una visión segura de las realidades invisibles y haz que
concreta y prácticamente, en cualquier circunstancia de mi vida te prefiera a
ti a las cosas de la tierra y la eternidad al tiempo presente. Infúndeme ánimo,
sensibilidad para discernir el bien del mal, humildad profundísima y tierno y
ardiente amor a ti. (J. H. Newman)
P. Gabriel de Sta. M. Magdalena O.C.D.
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
.
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