PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año 8 - Número 2026 ~ Martes
7 de Mayo de 2013
- AÑO DE LA FE -
Desde la ciudad de Córdoba
(Argentina)
Alabado sea
Jesucristo…
La multiplicación de espacios para el acondicionamiento
físico como los gimnasios y los sitios de entrenamiento para mantener en forma
al cuerpo, siguen apareciendo por todas partes.
El número de los sitios públicos encaminados al cuidado
de la mente y el espíritu no crecen con la misma intensidad. La urgencia de
vivir una espiritualidad profunda y trascendente no se percibe como una de las
necesidades de nuestra sociedad.
Vivimos demasiado volcados hacia el mundo exterior,
obsesionados por la prisa de conseguir metas y logros materiales. La oferta que
Jesús hace a sus discípulos sigue teniendo sentido. El Espíritu de Dios es una
compañía amigable y humanizadora.
Quien se deje empujar por su impulso aprenderá a tomar
decisiones sensatas que irán convirtiéndose en fuentes de paz y de armonía
interior; en una palabra, de felicidad duradera.
"La verdad católica"
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, Jesús habló así a sus discípulos: «Pero
ahora me voy a Aquel que me ha enviado, y ninguno de vosotros me pregunta:
‘¿Adónde vas?’. Sino que por haberos dicho esto vuestros corazones se han
llenado de tristeza. Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya;
porque si no me voy, no vendrá a vosotros el Paráclito; pero si me voy, os lo enviaré:
y cuando Él venga, convencerá al mundo en lo referente al pecado, en lo
referente a la justicia y en lo referente al juicio; en lo referente al pecado,
porque no creen en mí; en lo referente a la justicia porque me voy al Padre, y
ya no me veréis; en lo referente al juicio, porque el Príncipe de este mundo
está juzgado».
(Jn 16,5-11)
Comentario
Hoy el Evangelio nos ofrece una comprensión más profunda
de la realidad de la Ascensión del Señor. En la lectura del Evangelio de Juan
del Domingo de Pascua, Jesús le dice a María Magdalena que no se aferre a Él
porque «aún no he subido a mi Padre» (Jn 20,17). En el Evangelio de hoy Jesús
se da cuenta de que «por haberos dicho esto, vuestros corazones se han llenado
de tristeza» (Jn 16,6), por eso indica a sus discípulos que «os conviene que yo
me vaya» (Jn 16,7). Jesús debe ascender al Padre. Sin embargo, todavía está
entre nosotros.
¿Cómo puede irse y quedarse al mismo tiempo? Este
misterio lo explicó el Papa Benedicto XVI: «Y, dado que Dios abraza y sostiene a
todo el cosmos, la Ascensión del Señor significa que Cristo no se ha alejado de
nosotros, sino que ahora, gracias al hecho de estar con el Padre, está cerca de
cada uno de nosotros, para siempre».
Nuestra esperanza se halla en Jesucristo. Con su conquista
sobre la muerte nos dio una vida que la muerte no podrá nunca destruir, su
Vida. Su resurrección es la verificación de que lo espiritual es real. Nada
puede separarnos del amor de Dios. Nada puede disminuir nuestra esperanza. Las
negativas del mundo no pueden destruir lo positivo de Jesucristo.
El mundo imperfecto en el que vivimos, un mundo donde
sufren los inocentes, puede conducirnos al pesimismo. Pero Jesucristo nos ha
transformado en eternos optimistas.
La presencia viva del Señor en nuestra comunidad, en
nuestras familias, en aquellos aspectos de nuestra sociedad que, con todo
derecho, pueden ser llamados “cristianos”, nos confieren una razón para la
esperanza. La Presencia Viva del Señor en cada uno de nosotros nos ha
proporcionado alegría. No importa cuán grande sea el aluvión de noticias
negativas que los medios disfrutan presentándonos; lo positivo del mundo supera
con mucho a lo negativo, pues Jesús ha ascendido. Él, en efecto, ha ascendido,
pero no nos ha abandonado.
Fr. Joseph A. PELLEGRINO (Tarpon Springs, Florida,
Estados Unidos)
Santoral Católico:
Santa Flavia Domitila
Mártir
Información detallada clic acá
Fuente: Catholic.net
¡Buenos días!
Trasmitir valores
¡Qué importante
que los papás hablen a sus hijos y les vayan trasmitiendo los valores que ellos
mismos recibieron! Pero mucho más importante es que actúen de acuerdo con esos
mismos valores. Las palabras se las lleva el viento, los ejemplos se quedan
grabados en el alma como marcas impresas con fuego.
Una señora ese día tenía varios invitados a
cenar. Llegado el momento de comenzar y ya en la mesa se dirigió a su hija de 5
años para que empezara la oración. La chiquilla responde atemorizada:
—Mamá, no sé qué decir. La madre animándola
le contesta:
—Niña, es fácil, basta que repitas lo que me
escuchaste a mí decir.
La hija inclina su cabeza, cierra sus ojitos
y dice:
—Oh Dios, ¿por qué habré invitado a esta
gente a cenar?
A los niños se
les queda grabado el trato sincero a las amistades, el cariño con que las
recibimos y la alegría de compartir con ellas los momentos mejores de la vida.
Aprenden si ven que el respeto a los maestros se tiene no sólo cuando los van a
ver a la escuela, sino cuando hablan de ellos delante de sus hijos. Esta
coherencia es fundamental.
Padre Natalio
Palabras del Papa Francisco
“El confesionario no es ni una "lavandería" que
elimina las manchas de los pecados, ni una "sesión de tortura", donde
se infligen golpes. La confesión es, más bien, un encuentro con Jesús donde se
toca de cerca su ternura. Pero hay que acercarse al sacramento sin trucos o
verdades a medias, con mansedumbre y con alegría, confiados y armados con
aquella "bendita vergüenza", la "virtud del humilde" que
nos hace reconocer como pecadores. Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel,
es justo tanto para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. Y
se presenta a nosotros, ¿no es así?, este Señor tan bueno, tan fiel, tan justo
que nos perdona. Cuando el Señor nos perdona hace justicia. Sí, hace justicia
primero a sí mismo, porque Él ha venido a salvar, y cuando nos perdona hace
justicia a sí mismo. «Soy tu salvador» y nos acoge”
Papa Francisco
Tema del día:
Para meditar las palabras del
Ave María
Vamos a meditar las palabras del Ave María, para que al
repetirlas disfrutemos más el Rosario
Dios te salve
Te saludo con todo mi amor y con toda la alegría de mi
corazón. Dios te salve, Bendita. Y bendícenos a nosotros, los hijos de la
Bendita entre todas las mujeres.
Todos tus hijos del mundo, en las ciudades populosas, en
los valles y montañas de los cinco continentes te saludan a diario cuando rezan
el avemaría. Yo me uno a ese coro de hijos amantes y felices, Oh Madre bendita.
Sí, bendita mil veces, bendita para siempre. Dios te salve...
María
Me encanta pronunciar tu nombre porque es el tuyo: María,
Virgen María, Santa María de Guadalupe. Tu nombre ha poblado de bellas iglesias
las ciudades y las montañas. Lo pronuncian con grandísimo amor y ternura los
jóvenes, los adultos y los niños, Tu
nombre lo llevan con orgullo santo millones de mujeres del mundo cristiano.
Porque te aman y porque quieren parecerse a Ti. Necesitamos de verdad en nuestro
mundo muchas Marías que tengan un
corazón parecido al tuyo. María bendita,
míranos con tus ojos de cristal, con tus ojos purísimos de paloma, y llénanos
de tu perfumada presencia, de tu ternura inmensa, de tu fe y de tu amor. Dios
te salve, María...
Llena eres de
gracia
Cántaro que rebosa de la gracia, de la vida de Dios, de
su amor inefable, de su santidad. Más santa y pura que todos los santos, más
que los querubines y serafines. Por eso la belleza de tu alma y de tu rostro
son el encanto de tu Dios. Y el encanto de nosotros también. Nos colma de tanta
alegría saber que nuestra madre es tan santa, tan bella, tan pura y tan
sencilla. Así te saludó el ángel: Llena de gracia, impresionado de tu alma.
Dios te salve, María, llena eres de gracia...
El Señor es
contigo
Esta frase de la Biblia siempre va después del "No
tengas miedo". Desde que naciste Dios ha estado contigo, porque te cuidó
como a su perla preciosa, a su rosa exquisita. Él te preparó desde muy niña con
sus manos santas para que fueras después su Madre santa. Todo el amor infinito
de Dios cuidando una flor llamada María. Estuvo contigo en tus años de infancia
cuidando a la niña más bella, más santa,
más querida. Te cuidó en la adolescencia preparando tu alma y tu cuerpo bendito
y santísimo para la maternidad. El Señor está contigo: Te lo dijo un arcángel y
él sabía lo que decía. Contigo estuvo en los años de tu embarazo, dentro de tu seno, haciéndose un niño por
amor a nosotros. Toda tu vida terrena estuvo contigo. Y Tú estuviste con Él.
Fuiste madre, nueva Eva, corredentora.
Estuvo contigo en la cruz, muriendo junto a Ti. También
estuviste Tú con Él, hasta que murió en
el patíbulo y pasó de los brazos muertos de la cruz a los brazos vivos y
amorosos de su madre. Estuvo contigo en los años de tu soledad, santificando a
su madre amadísima, para que llegara al cielo resplandeciente como el sol y
blanca como la luna. Contigo está y estará por toda la eternidad en el cielo.
Dios te salve, María, llena eres de gracia, El Señor es contigo....
Bendita Tú eres
entre todas las mujeres
¿Qué es Eva comparada contigo? ¿Qué son las mujeres de la
tierra junto a Ti? Tú eres la imagen perfecta, única de la mujer que quiso
crear. Por eso, las mujeres, si no se llaman Marías, al menos deben serlo, parecerse a Ti que eres
el modelo preciosísimo de la mujer cristiana. Querer llamarse como Tú es una
buena elección. Pero parecerse a Ti debe ser su ideal. Modelo de niña y mujer,
adorable modelo de madre y esposa. Porque Tú pasaste por todas las etapas del
crecimiento de la mujer, enseñando cómo se puede ser una gran mujer, una mujer
santa, un apóstol de Jesús, y, además, una mujer feliz... Con muy poco
presupuesto, en una casita humilde, pero donde estaba Dios, y donde Dios está
nada hace falta. La pobre casita de María rebosaba de amor, de santidad y de
felicidad. Dios te salve, María, llena eres de gracia, El Señor es
contigo. Bendita Tú eres entre todas las
mujeres...
Y bendito es el
fruto de tu vientre, Jesús
Bendita la flor, bendito también el fruto. Jesús, el
amado del Padre ha nacido de Ti como la rosa del rosal. La rosa pertenece al
rosal. Jesús te pertenece, es tuyo, hijo tuyo, fruto de tus purísimas entrañas.
Y Tú eres de Jesús, toda de Jesús, pues Él, además de ser hijo tuyo, es tu Dios
omnipotente, del que te consideras su esclava. Jesús y Tú sois, además, de
nosotros. Jesús, porque Tú nos lo diste, en un gesto de amor único y lleno de
misericordia... Y Tú nos perteneces porque Él te convirtió en Madre, en Madre
nuestra. Entre las palabras que siempre meditas
en tu corazón, están éstas: "Ahí tienes a tu hijo, ahí tienes a tu
madre". Para nosotros esta sola frase constituye todo un evangelio, una
buena nueva. Si Jesús es nuestro, si María es nuestra, ¿qué dificultad nos
podrá derrotar? ¡Qué poco felices nos atrevemos a ser cuando nos han dado la
llave de la felicidad, de la felicidad completa y eterna! Dios te salve, María,
llena eres de gracia, El Señor es contigo, Bendita Tú eres entre todas las
mujeres Y bendito es el fruto de tu vientre Jesús.
Santa María
Si María es tu nombre, santa, santísima es tu
sobrenombre. La cualidad que siempre va con tu nombre. Por eso tu nombre nos
produce inmensa alegría y al mismo tiempo gran respeto. Santa María, dulce
María, eres bellísimo jardín donde crecen las flores más bellas. Espiga dorada pletórica
de fruto, mística rosa, perfumada y más pura que todas las rosas del mundo.
Santa María, dulce Madre, Virgen pura, Reina bellísima y sencilla campesina de
la entrañable campiña de Nazaret.
Madre de Dios
Te amamos como Madre nuestra y te veneramos como madre de
Dios, grandeza incomparable que te ennoblece
y nos llena de orgullo santo, porque nuestra madre es también madre de
Dios. Para tan alto privilegio se requería una Madre virgen, una virgen santa,
una mártir del alma, una criatura llena de gracia y una humildísima esclava del
Señor, que supiera decir: Hágase en Mí según tu palabra. ¿Cómo pudiste poseer
al mismo tiempo la máxima grandeza y la más fina y profunda humildad? Dios te
consideró digna madre suya. Aceptó ser Hijo de tus entrañas. Te hizo grande el
que todo lo puede y tú te hiciste pequeña como una esclava al completo servicio
de tu Señor. Madre y esclava del Señor. Como Madre de Dios me infundes un respeto inmenso. Como esclava
del Señor una ternura infinita.
Ruega por
nosotros, pecadores
Somos tus hijos pecadores. Somos hijos pródigos que hemos
recorrido los senderos del pecado y del hastío. Fuimos hijos de una madre
pecadora, antes de ser aceptados por una Madre Inmaculada. Ruega a tu Hijo
omnipotente, Tú que eres la omnipotencia suplicante. Ruega siempre para que no
nos engañe más el padre de la mentira. Dile a Jesús que no tenemos vino, que se
nos ha terminado la alegría y el amor. Pide para nosotros el milagro de la
resurrección cuando caemos muertos de cansancio y de dolor. El que dijo ser la
resurrección y la vida es hijo tuyo. El que dijo ser la Verdad y la Vida, te
llama Madre. Entonces, suplícale que nos otorgue la resurrección y la vida.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores...
Ahora...
El día de hoy. El día de las oportunidades de
santificarnos o de pecar. Hoy, el día al que le basta su afán. El único día que
tenemos en las manos. Que lo llenemos de amor y de bondad. Ahora líbranos de
caer en la tentación. Hoy que sepamos amar a nuestros prójimos, Hoy que no
endurezcamos el corazón. Hoy que oigamos la voz del Espíritu Santo. Ahora, en
este presente que se transforma constantemente en futuro. Hoy, que el día de
hoy amemos, nos santifiquemos,
Seamos instrumentos de la paz de Jesús. Hoy, en esta
pequeña vida que es el día presente.
Y en la hora de
nuestra muerte. Amén.
En ese momento en el que se juega nuestra salvación
eterna. Ese último día que sepamos decir un último "Te amo en este
mundo" para repetirlo en la otra vida por siempre. Ruega por los que en ese
momento no están preparados, para que si no vivieron en gracia, mueran en gracia de Dios y no vayan al eterno
dolor.
Ruega por los niños cuyo primer día de vida coincide con
el de su terrible muerte. Así como lograste que el buen ladrón se arrepintiera
el día de su muerte, consigue esa misma gracia a los pecadores más rudos, a los
que no aceptan a tu Hijo. Une a la misericordia de Dios, tu bondad maternal
para salvarles de las garras de Satanás, de la eterna condenación. Ruega por
nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.
Autor: P. Mariano de Blas LC
Fuente: Catholic.net
Mayo, mes de María
Flor del 7 de mayo: Madre
amable
Meditación:
“Cómo se me concede que venga a mí la Madre de Mi Señor” (Lucas 1,43). María es
diligente y amorosa, consuela, ayuda, fortalece, sirve… igual que su Hijo.
“Amaos los unos a los otros como Yo os he amado”. A cada uno pedirá Dios cuenta
de nuestros prójimos; nadie está tan aislado que pueda labrarse, abstrayéndose
de toda otra alma, su propia salvación. Busquemos dar amor, consolando
afligidos, visitando enfermos, corrigiendo con dulzura a los que se equivocan,
siendo a semejanza de María con humildad y amor testimonios del Amor. “Ora y
labora”.
Oración: ¡Oh
tierno Corazón de María!. Haz que tus hijos demuestren a todos lo que es el
Amor, lo que es el Señor en nosotros, para servir y siempre decirte si. Amén.
Decena del Santo
Rosario (Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria).
Florecilla para
este día: Procurar ser amable con los demás.
Fuente: reinadelcielo.org
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa
Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas,
catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la
unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro
Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por la
Paz en el mundo, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos
especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por los presos
políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo, por la unión de
las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los
jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y
religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos oración por el alma de Agapito M., que vivía en Lima, Perú, y que ha partido a la casa del
Padre celestial. Que la Santísima Virgen consuele el dolor de sus familiares.
Pedimos oración por el alma de Elaine S., de Perú, fallecida ayer luego de una cruel dolencia. Que
los Ángeles de Dios la lleven pronto al cielo.
Pedimos oración por Juanita
V., de Managua, Nicaragua, rogando que Dios en su infinita misericordia le
conceda la paz que necesita su alma y sane su enfermedad depresión en estado
grave.
Pedimos oración por Romina
Micaela, de Buenos Aires, Argentina, a la que en 2011 le diagnosticaron una
imagen calcificada en el cerebro. Que la Santísima Virgen de Luján, patrona de
Argentina -cuya festividad es mañana- interceda por ella para que Jesús le
conceda el milagro de sanarse.
Pedimos oración por la salud de John Fredy G. M., de Bogotá, Colombia, 38 años de edad, que tiene
diagnóstico de tumor maligno en vejiga y espera resultados para la fijación de
fecha de cirugía. Que por la intercesión de la Beata Laura Montoya Upegui, el
Señor Misericordioso lo toque con su mano sanadora y permita que los
tratamientos resulten eficaces para curar su enfermedad y todo esto le haga
acrecentar su fe y entrega a Dios.
Pedimos oración por María
P., de Ecuador, que se está restableciendo de una intervención quirúrgica
muy delicada, para que el Señor Jesús le conceda terminar su proceso de
curación.
Pedimos oración por las siguientes personas: por Boris Enrique, 42 años, vive en Canadá, afectado de artritis, para que desaparezcan sus dolores y se normalicen sus análisis. También por Cuchu, 45 años, residente en Lima, Perú, enferma de diabetes, para que pueda estabilizar la enfermedad, consiga calma y paz. Por Luis I. S., 71 años, Lima, Perú, que debe realizar biopsia de próstata, rogando que sea benigna y pronto sea operado y salga bien. Los dejamos a todos en las santas manos de Jesús.
Pedimos oración por las siguientes personas: por Boris Enrique, 42 años, vive en Canadá, afectado de artritis, para que desaparezcan sus dolores y se normalicen sus análisis. También por Cuchu, 45 años, residente en Lima, Perú, enferma de diabetes, para que pueda estabilizar la enfermedad, consiga calma y paz. Por Luis I. S., 71 años, Lima, Perú, que debe realizar biopsia de próstata, rogando que sea benigna y pronto sea operado y salga bien. Los dejamos a todos en las santas manos de Jesús.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara
nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la
paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros
hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Nota de Redacción:
Para dar curso a los Pedidos de Oración es imprescindible
dar los siguientes datos: nombres completos de la persona (habitualmente no
publicamos apellidos), ciudad y país donde vive, y explicar el motivo de la
solicitud de oración. Por favor: en los pedidos ser breves y concretos y
enviarlos a pequesemillitas@gmail.com
y deben poner en el asunto “Pedido de oración”, ya que los correos que llegan
sin asunto (o con el asunto en blanco) son eliminados sin abrirlos. No se
reciben pedidos de oración a través de Facebook ni por otro medio que no sea el
correo antes señalado.
Los Pedidos de Oración se publican de lunes a sábados.
Los domingos se publican los agradecimientos por las gracias concedidas.
“Intimidad Divina”
Vida Mariana
El alto puesto que María ocupa por su cualidad de Madre
de Dios en la obra de nuestra salvación, justifica plenamente el deseo de una
vida de intimidad con ella. Lo mismo que el hijo está tan a gusto junto a su
madre, así el cristiano vive tan a su gusto junto a María; por eso se ingenia
de mil modos para mantener siempre vivo en su mente el recuerdo de su Madre del
cielo. Procura, por ejemplo, tener delante de los ojos su imagen,
acostumbrándose a saludarla amorosamente todas las veces que su mirada se
encuentra con ella. Pero la mirada profunda de la fe va mucho más lejos que la
mirada de los ojos; penetra y llega hasta María viviente en la gloria, y que, a
través de la visión beatífica, nos ve, nos sigue, conoce todas nuestras
necesidades, nos ayuda con su asistencia maternal (…) Vivida así, bajo la
mirada maternal de María, la vida cristiana adquiere aquella dulzura especial y
aquella suavidad que brota espontáneamente de la compañía de una Madre
dulcísima que rodea de atenciones a los que la aman y recurren a ella con
confianza.
La verdadera devoción a la Virgen “no consiste ni en un
afecto estéril y transitorio ni en una vana credulidad, sino que procede de la
fe verdadera, por la que somos excitados a un amor filial hacia nuestra Madre y
a la imitación de sus virtudes” (LG 67). La imitación de María es precisamente
otro aspecto de la vida mariana. Sólo Jesús es el “camino” que conduce al
Padre, él es el único modelo; pero ¿quién es más semejante a Jesús que María?,
¿quién poseyó con más profundidad que María los mismos sentimientos de Cristo?
“¡Oh Señora! –exclama San Bernardo– Dios mora en ti y tú en él. Tú le revistes
con la substancia de tu carne y él te reviste con la gloria de su Majestad”. Al
encarnarse y habitar en el seno purísimo de la Virgen, Jesús la revistió de sí,
le comunicó sus perfecciones infinitas, le infundió sus sentimientos, sus
deseos, su querer; y María, que se abandonó totalmente a aquella acción profunda
de su Hijo, fue transformada plenamente en él, hasta ser su más fiel retrato.
“María –canta la liturgia antigua– es la imagen
perfectísima de Cristo, pintada al vivo por el Espíritu Santo”. El Espíritu
Santo, que es el Espíritu de Jesús, se posesionó plenamente del alma purísima y
dulcísima de María, y esculpió en ella, con una perfección y delicadeza sumas,
todas las líneas, todas las características del alma de Cristo; con razón se
puede decir que imitar a María es imitar a Jesús. Precisamente por esto
nosotros la elegimos por modelo. Del mismo modo que no amamos a María por sí
misma, sino en orden y en unión con Cristo, de quien es imagen perfectísima,
Jesús nos hizo posible su imitación. María modelando en sí las perfecciones de
Jesús, nos las ha hecho más accesibles, nos las ha puesto más a nuestro
alcance. Por otra parte, nadie podrá decir con mayor sinceridad y verdad que
María: “Sed imitadores míos, como yo lo soy de Cristo” (1 Cr 4, 16). Como Jesús
vino a nosotros a través de María, así tenemos que ir nosotros a Jesús por
medio de María.
¡Oh amorosísima
Madre!, tú dices: bienaventurados los que con la ayuda de la divina gracia
practican mis virtudes y caminan tras las huellas de mi vida. Sí, ¡oh Madre!,
ellos son bienaventurados en este mundo, durante la vida, por la abundancia de
las gracias y de las dulzuras que de tu plenitud tú les comunicas…;
bienaventurados en la muerte que es dulce y tranquila y a la cual tú asistes
para introducirlos en los gozos del cielo; bienaventurados finalmente en la
eternidad porque nunca se ha perdido un solo siervo tuyo que haya imitado tus
virtudes. ¡Oh Virgen María, mi buena Madre!, son verdaderamente felices y
bienaventurados –lo repito con el corazón transido de alegría– los que, no
dejándose engañar por una falsa devoción hacia ti, caminan fielmente sobre tus
pasos, siguen tus consejos y obedecen a tus órdenes. (San Louis Grignon de
Monfort)
P. Gabriel de Sta. M. Magdalena O.C.D.
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
.
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