PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año 8 - Número 2032 ~ Lunes
13 de Mayo de 2013
- AÑO DE LA FE -
Desde la ciudad de Córdoba
(Argentina)
Alabado sea
Jesucristo…
¡Ascensión!, final de la historia terrena de Jesús. El
Maestro desaparece “físicamente” de este mundo, donde estuvo haciendo y
enseñando. Pero la historia continúa. Hace 2000 años que continúa en la vida de
la Iglesia y de cada cristiano. Jesús lo anunció: “recibirán la fuerza del Espíritu
Santo (…) y serán mis testigos (…) hasta los confines de la tierra”.
Esta es la gran tarea: ser testigos con nuestra vida de cuanto Jesús hizo y dijo
para la salvación (=felicidad) del hombre.
El Domingo
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, los discípulos dijeron a Jesús: «Ahora
sí que hablas claro, y no dices ninguna parábola. Sabemos ahora que lo sabes
todo y no necesitas que nadie te pregunte. Por esto creemos que has salido de
Dios». Jesús les respondió: «¿Ahora creéis? Mirad que llega la hora (y ha
llegado ya) en que os dispersaréis cada uno por vuestro lado y me dejaréis
solo. Pero no estoy solo, porque el Padre está conmigo. Os he dicho estas cosas
para que tengáis paz en mí. En el mundo tendréis tribulación. Pero ¡ánimo!: yo
he vencido al mundo».
(Jn 16,29-33)
Comentario
Hoy podemos tener la sensación de que el mundo de la fe
en Cristo se debilita. Hay muchas noticias que van en contra de la fortaleza
que querríamos recibir de la vida fundamentada íntegramente en el Evangelio.
Los valores del consumismo, del capitalismo, de la sensualidad y del
materialismo están en boga y en contra de todo lo que suponga ponerse en
sintonía con las exigencias evangélicas. No obstante, este conjunto de valores
y de maneras de entender la vida no dan ni la plenitud personal ni la paz, sino
que sólo traen más malestar e inquietud interior. ¿No será por esto que, hoy,
las personas van por la calle enfurruñadas, cerradas y preocupadas por un
futuro que no ven nada claro, precisamente porque se lo han hipotecado al
precio de un coche, de un piso o de unas vacaciones que, de hecho, no se pueden
permitir?
Las palabras de Jesús nos invitan a la confianza:
«¡Ánimo!: yo he vencido al mundo» (Jn 16,33), es decir, por su Pasión, Muerte y
Resurrección ha alcanzado la vida eterna, aquella que no tiene obstáculos,
aquella que no tiene límite porque ha vencido todos los límites y ha superado
todas las dificultades.
Los de Cristo vencemos las dificultades tal y como Él las
ha vencido, a pesar de que en nuestra vida también hayamos de pasar por
sucesivas muertes y resurrecciones, nunca deseadas pero sí asumidas por el
mismo Misterio Pascual de Cristo. ¿Acaso no son “muertes” la pérdida de un
amigo, la separación de la persona amada, el fracaso de un proyecto o las
limitaciones que experimentamos a causa de nuestra fragilidad humana?
Pero «sobre todas estas cosas triunfamos por Aquel que
nos amó» (Rom 8,37). Seamos testigos del amor de Dios, porque Él en nosotros
«ha hecho (...) cosas grandes» (Lc 1,49) y nos ha dado su ayuda para superar
toda dificultad, incluso la muerte, porque Cristo nos comunica su Espíritu
Santo.
Rev. D. Jordi CASTELLET i Sala (Sant Hipòlit de
Voltregà, Barcelona, España)
Santoral Católico:
Nuestra Señora de Fátima
Advocación Mariana
En 1917, en el momento de las apariciones, Fátima era una
ciudad desconocida de 2.500 habitantes, situada a 800 metros de altura y a 130
kilómetros al norte de Lisboa, casi en el centro de Portugal. Hoy Fátima es
famosa en todo el mundo y su santuario lo visitan innumerables devotos.
Allí, la Virgen se manifestó a niños de corta edad:
Lucía, de diez años, Francisco, su primo, de nueve años, un jovencito tranquilo
y reflexivo, y Jacinta, hermana menor de Francisco, muy vivaz y afectuosa. Tres
niños campesinos muy normales, que no sabían ni leer ni escribir, acostumbrados
a llevar a pastar a las ovejas todos los días. Niños buenos, equilibrados,
serenos, valientes, con familias atentas y premurosas. Los tres habían recibido
en casa una primera instrucción religiosa, pero sólo Lucía había hecho ya la
primera comunión.
Información amplia y nuevos links de Catholic.net,
haciendo clic acá.
También en EWTN hay un sitio especial sobre la Virgen de
Fátima, al cual se accede haciendo clic acá.
¡Buenos días!
El águila y los gallos
“No cantes
victoria antes de gloria”: este refrán enseña a no dejarse ofuscar por un
triunfo pasajero, que todavía necesita asegurarse bien. Este error cometes si
te entregas al descanso prematuramente, si descuidas la vigilancia, si pierdes
el estado físico o intelectual, si festejas antes de tiempo. Una fábula de
Esopo lo ilustra muy bien.
Dos gallos reñían por la preferencia de las gallinas;
y al fin uno puso en fuga al otro. Resignadamente se retiró el vencido a un
matorral, ocultándose allí. En cambio el vencedor orgulloso se subió a una
tapia alta dándose a cantar con gran estruendo. Pero no tardó un águila en
caerle y raptarlo. Desde entonces el gallo que había perdido la riña se quedó
con todo el gallinero. Esopo.
El refrán
comentado se aplica también al combate espiritual, que terminará sólo con la
gloria del Cielo. Antes de esa hora debemos permanecer siempre en vigilancia y
oración, como Jesús enseña en el Evangelio, y lo ejemplificó con la parábola
del servidor a quien su señor al regresar lo encuentra velando. Don Bosco
decía: “¡Descansaremos en el Paraíso!”.
Padre Natalio
Palabras del Beato Juan Pablo
II
“¡Madre de Cristo, que se revele una vez más en la
historia del mundo la infinita potencia salvífica de la Redención: potencia del
Amor misericordioso! ¡Que este amor detenga el mal! ¡Que transforme las
conciencias! ¡Que en tu Corazón Inmaculado se revele a todos la luz de la
esperanza!”
Beato Juan Pablo II
Tema del día:
Relato de Lucía
Fátima, 13 de mayo de 1917. Estando jugando con Jacinta y
Francisco en lo alto, junto a Cova de Iría, haciendo una pared de piedras
alrededor de una mata de retamas, de repente vimos una luz como de un
relámpago.
-Está relampagueando- dije. Puede venir una tormenta. Es
mejor que nos vayamos a casa.
-¡Oh si está bien! contestaron mis primos. Comenzamos a
bajar el cerro llevando las ovejas hacia el camino. Cuando íbamos por mitad de
la pendiente, cerca de una encina, que aún existe, vimos otro relámpago, y
habiendo dado algunos pasos más vimos sobre la encina una Señora vestida de
blanco, más brillante que el sol, esparciendo luz más clara e intensa que un
vaso de cristal lleno de agua cristalina atravesado por los rayos más ardientes
del sol. Estábamos tan cerca que quedamos dentro de la luz que Ella irradiaba.
Entonces la Señora nos dijo:
-"No tengáis miedo. No os hago daño."
-Yo le pregunté: ¿De dónde es usted?
-"Soy del Cielo."
-¿Qué es lo que usted me quiere?
-"He venido para pediros que vengáis aquí seis meses
seguidos el día 13 a esta misma hora. Después diré quién soy y lo que quiero.
Volveré una séptima vez."
-Pregunté entonces: ¿Yo iré al cielo?
-"Si iras"
-¿Y Jacinta?
-"Irá también"
-¿Y Francisco?
-"También irá, pero tiene que rezar antes muchos
Rosarios"
Entonces me acordé de dos amigas de mi hermana que habían
muerto hacia poco.
-¿Está María de las Nieves en el cielo?
-"Sí, está"
-¿y Amelia? de 18 ó 20 años
-"Estará en el purgatorio hasta el fin del mundo".
Y entonces dijo:-"¿Queréis ofreceros a Dios para
soportar todos los sufrimientos que Él quisiera enviaros como reparación de los
pecados con que Él es ofendido y de súplica por la conversión de los
pecadores?"
-Si queremos.
-"Tendréis, pues, mucho que sufrir, pero la gracia
de Dios os fortalecerá"
Diciendo esto la Virgen abrió sus manos por primera vez,
comunicándonos una luz muy intensa que parecía fluir de sus manos y penetraba
en lo más íntimo de nuestro pecho y de nuestros corazones, haciéndonos ver a
nosotros mismos en Dios, más claramente de lo que nos vemos en el mejor de los
espejos. Entonces, por un impulso interior que nos fue comunicado también,
caímos de rodillas, repitiendo humildemente:
-Santísima Trinidad, yo te adoro. Dios mío, Dios mío, yo
te amo en el Santísimo Sacramento.
Después de pasados unos momentos Nuestra Señora agregó:
-"Rezad el Rosario todos los días para alcanzar la
paz del mundo y el fin de la guerra".
Acto seguido comenzó a elevarse serenamente, mientras la
luz que la circundaba parecía abrirle el camino.
Mayo, mes de María
Flor del 13 de mayo:
El
Inmaculado Corazón de María
1a. aparición de Ntra. Sra. de Fátima
Meditación: “El Poderoso ha hecho en mi grandes cosas”
(Lucas 1,49). Nos anonadamos frente a la excelsa Madre de Dios, habiéndola
recibido para nosotros del mismo Señor. Ella se sigue presentando como Madre
amorosa, buscando a sus hijos perdidos, alejados, confundidos, para bañarlos en
el río de la santidad, a la que Dios nos llevará si la seguimos. Cambiemos así
nuestro pobre corazón por el Inmaculado Corazón de María para ser a su
semejanza.
Oración: ¡Oh María que nos regalaste en Cova de Iría tu
Corazón Inmaculado!. Enséñanos los secretos que El esconde, para que
conociéndolos podamos imitarlo, y cabizbajos pidamos perdón por lo poco que nos
parecemos a Vos. Haznos pequeños para que veamos el Cielo. Amén.
Oración de los pastorcitos: (entregada por el Arcángel
San Miguel a los tres niños en Fátima)
Oh Dios mío, yo creo, espero, adoro y os amo. Y os pido
perdón por todos los que no creen, no esperan, no adoran y no os aman (se reza
tres veces).
Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, os
adoro profundamente, y os ofrezco el Preciosísimo Cuerpo, Alma, Sangre y
Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, presente en todos los
Tabernáculos de la tierra, en expiación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias
con las que El mismo es ofendido. Y por los méritos infinitos del Sagrado
Corazón de Jesús y por la intercesión del Inmaculado Corazón de María, te pido
por la conversión de todos los pecadores. Amén.
Decena del Santo Rosario (Padrenuestro, diez Avemarías y
Gloria).
Florecilla para este día: Renovemos nuestra consagración
al Inmaculado Corazón de María.
Fuente: reinadelcielo.org
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa
Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas,
catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la
unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro
Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por la
Paz en el mundo, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos
especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por los presos
políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo, por la unión de
las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los
jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y
religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.
El rincón de los lectores
Desde hace años hemos tenido esta sección llamada “El
rincón de los lectores” destinada a dar cabida a los mensajes, opiniones y comentarios
de las personas que leen Pequeñas Semillitas, que han podido expresarse libre y
respetuosamente. Ahora, con nuestra presencia en Facebook, la posibilidad de
manifestarse es mucho más abierta, directa y permanente.
Igual vamos a mantener esta sección para los que deseen
expresarse por esta vía. Para que tu mensaje se publique debes dirigirlo por
mail a pequesemillitas@gmail.com
con el título "El rincón de los
lectores" y deberá ser muy breve y no contener conceptos agraviantes
para nada ni para nadie.
Los mensajes serán moderados por el propietario de esta
página y se publicarán a medida que el tiempo y el espacio en la misma lo
permitan (una o dos veces por semana), y no se admitirán réplicas o respuestas
públicas a mensajes anteriores de otros lectores.
# María Angélica
Gronda - 12 de Mayo de 2013 - Argentina
Queridos hermanos en Cristo:
Doy gracias a Dios por haberlos encontrado, los sigo
desde hace mucho tiempo. Son mi contención diaria, con la Palabra de Dios, las
oraciones (en especial las del P. Víctor Fernández) alimentan mi espíritu. En
el Pedido de oraciones me uno a quienes oran por mí y trato de hacerlo por
quienes necesitan.
Dios Padre los guarde y proteja por todo el bien que
hacen. ¡Bendiciones para todo el Equipo!
Ma. Angélica Gronda
P R Sáenz Peña-Chaco- Argentina
“Intimidad Divina”
María y los
hombres
María, dice el Concilio, “se consagró totalmente a sí
misma… a la persona y a la obra de su Hijo, sirviendo al misterio de la
Redención con él y bajo él” (LG 56). La caridad de que estaba llena, la llevaba
a darse con un mismo acto, a Cristo, su Hijo y su Dios, y a la salvación de los
hombres. El mismo amor que la une al Hijo la impulsa hacia aquellos que él
considera sus hermanos, “a cuya generación y educación coopera con materno
amor” (LG 63). Tal es la propiedad del verdadero amor de Dios: antes que
encerrar en sí misma al alma que lo posee, la abre para que pueda difundir a su
alrededor la riqueza que la caridad en ella ha acumulado. Esta fue la
característica de la caridad de María; abrasada eternamente de amor por su
Dios, totalmente recogida en la contemplación amorosa de los misterios divinos
realizados en ella y a su alrededor, no es su recogimiento un obstáculo para
ocuparse del prójimo, sino que, en cualquier circunstancia, siempre la vemos
atenta y abierta a las necesidades de los otros.
En el nacimiento de Jesús sucede también algo parecido:
María contempla extasiada a su Hijo divino, pero esto no le impide ofrecerle a
la adoración de los pastores. He aquí la suprema caridad de María hacia los
hombres: darles su Jesús apenas le ha sido dado a ella; no quiere gozarle sola,
sino que todas las criaturas le gocen. Y del mismo modo que ahora lo presenta a
los pastores y a los Magos que vienen a adorarle, así un día lo presentará a
los verdugos a quienes es entregado para crucificarle. Jesús es todo para
María, y María, en su caridad, no duda en inmolarlo por la salvación de los
hombres. ¿Puede pensarse en una caridad mayor ni más generosa? Después de Jesús
nadie ha amado a los hombres tanto como María.
Otro aspecto de la caridad de María hacia el prójimo es
su gran delicadeza. Cuando, después de tres días de angustiosa búsqueda halla a
Jesús en el templo, la Virgen, que tanto había sufrido a causa de la pérdida
repentina, sabe esconder su dolor tras el de José: “He aquí que tu padre y yo
te andábamos buscando” (Lc 2, 48). Su delicada caridad hacia el esposo le hace
sentir tan profundamente su dolor que le antepone al suyo propio, que,
ciertamente fue muy grande. En las bodas de Caná, otro rasgo de la delicadeza
de María: mientras que todos los otros están distraídos en el festín, sólo
ella, tan recogida, se da cuenta del apuro de los esposos por falta de vino, y
provee de un modo tan delicado que el asunto pasa desapercibido hasta para el
jefe del banquete. María nos enseña que cuando el amor para con Dios es
plenamente perfecto, florece sin más en un amor generoso para con el prójimo,
pues, como dice la Escritura, tenemos un solo mandamiento: “quien ama a Dios
ame también a su hermano” (1 Jn 4, 21). Si nuestras relaciones con el prójimo
son poco caritativas, poco atentas y solícitas para con las necesidades de los
otros, debemos concluir que nuestro amor hacia Dios es todavía muy débil.
Madre admirable,
preséntame a tu querido Hijo como esclavo suyo perpetuo, para que, habiéndome
él rescatado por mediación tuya, por mediación tuya me reciba. Madre de
misericordia, concédeme la gracia de obtener la verdadera Sabiduría de Dios, y
ponme para eso en el número de los que tú amas, instruyes, nutres y proteges
como hijos y esclavos tuyos. Virgen fiel, hazme en todo tan perfecto discípulo,
imitador y esclavo de la Sabiduría encarnada, Jesucristo tu Hijo, que pueda
llegar, por tu intercesión y a ejemplo tuyo, a la plenitud de su edad en la
tierra y de su gloria en el cielo. (San Luis Grignon de Monfort)
P. Gabriel de Sta. M. Magdalena O.C.D.
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
.
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