domingo, 19 de mayo de 2013

Pequeñas Semillitas 2033


PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 8 - Número 2033 ~ Domingo 19 de Mayo de 2013
- AÑO DE LA FE -
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)


Alabado sea Jesucristo…
Ven Espíritu creador de Dios. En tu mundo no hay paz. Tus hijos e hijas se matan de manera ciega y cruel. No sabemos resolver nuestros conflictos sin acudir a la fuerza destructora de las armas. Nos hemos acostumbrado a vivir en un mundo ensangrentado por las guerras. Despierta en nosotros el respeto a todo ser humano. Haznos constructores de paz. No nos abandones al poder del mal.
Ven Espíritu liberador de Dios. Muchos de tus hijos e hijas vivimos esclavos del dinero. Atrapados por un sistema que nos impide caminar juntos hacia un mundo más humano. Los poderosos son cada vez más ricos, los débiles cada vez más pobres. Libera en nosotros la fuerza para trabajar por un mundo más justo. Haznos más responsables y solidarios. No nos dejes en manos de nuestro egoísmo.
Ven Espíritu renovador de Dios. La humanidad está rota y fragmentada. Una minoría de tus hijos e hijas disfrutamos de un bienestar que nos está deshumanizando cada vez más. Una mayoría inmensa muere de hambre, miseria y desnutrición. Entre nosotros crece la desigualdad y la exclusión social. Despierta en nosotros la compasión que lucha por la justicia. Enséñanos a defender siempre a los últimos. No nos dejes vivir con un corazón enfermo.
Ven Espíritu consolador de Dios. Muchos de tus hijos e hijas viven sin conocer el amor, el hogar o la amistad. Otros caminan perdidos y sin esperanza. No conocen una vida digna, solo la incertidumbre, el miedo o la depresión. Reaviva en nosotros la atención a los que viven sufriendo. Enséñanos a estar más cerca de quienes están más solos. Cúranos de la indiferencia.
Ven Espíritu bueno de Dios. Muchos de tus hijos e hijas no conocen tu amor ni tu misericordia. Se alejan de Ti porque te tienen miedo. Nuestros jóvenes ya no saben hablar contigo. Tu nombre se va borrando en las conciencias. Despierta en nosotros la fe y la confianza en Ti. Haznos portadores de tu Buena Noticia. No nos dejes huérfanos.
Ven Espíritu vivificador de Dios. Tus hijos e hijas no sabemos cuidar la vida. No acertamos a progresar sin destruir, no sabemos crecer sin acaparar. Estamos haciendo de tu mundo un lugar cada vez más inseguro y peligroso. En muchos va creciendo el miedo y se va apagando la esperanza. No sabemos hacia dónde nos dirigimos. Infunde en nosotros tu aliento creador. Haznos caminar hacia una vida más sana. No nos dejes solos. ¡Sálvanos!
José Antonio Pagola

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy

Al atardecer de aquel día, el primero de la semana, estando cerradas, por miedo a los judíos, las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: «La paz con vosotros». Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Los discípulos se alegraron de ver al Señor. Jesús les dijo otra vez: «La paz con vosotros. Como el Padre me envió, también yo os envío». Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo. A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos».
(Jn 20,19-23)

Comentario
Hoy, en el día de Pentecostés se realiza el cumplimiento de la promesa que Cristo había hecho a los Apóstoles. En la tarde del día de Pascua sopló sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo» (Jn 20,22). La venida del Espíritu Santo el día de Pentecostés renueva y lleva a plenitud ese don de un modo solemne y con manifestaciones externas. Así culmina el misterio pascual.
El Espíritu que Jesús comunica crea en el discípulo una nueva condición humana y produce unidad. Cuando el orgullo del hombre le lleva a desafiar a Dios construyendo la torre de Babel, Dios confunde sus lenguas y no pueden entenderse. En Pentecostés sucede lo contrario: por gracia del Espíritu Santo, los Apóstoles son entendidos por gentes de las más diversas procedencias y lenguas.
El Espíritu Santo es el Maestro interior que guía al discípulo hacia la verdad, que le mueve a obrar el bien, que lo consuela en el dolor, que lo transforma interiormente, dándole una fuerza, una capacidad nuevas.
El primer día de Pentecostés de la era cristiana, los Apóstoles estaban reunidos en compañía de María, y estaban en oración. El recogimiento, la actitud orante es imprescindible para recibir el Espíritu. «De repente, un ruido del cielo, como de un viento recio, resonó en toda la casa donde se encontraban. Vieron aparecer unas lenguas, como llamaradas, que se repartían, posándose encima de cada uno» (Hch 2,2-3).
Todos quedaron llenos del Espíritu Santo, y se pusieron a predicar valientemente. Aquellos hombres atemorizados habían sido transformados en valientes predicadores que no temían la cárcel, ni la tortura, ni el martirio. No es extraño; la fuerza del Espíritu estaba en ellos.
El Espíritu Santo, Tercera Persona de la Santísima Trinidad, es el alma de mi alma, la vida de mi vida, el ser de mi ser; es mi santificador, el huésped de mi interior más profundo. Para llegar a la madurez en la vida de fe es preciso que la relación con Él sea cada vez más consciente, más personal. En esta celebración de Pentecostés abramos las puertas de nuestro interior de par en par.
Mons. Josep Àngel SAIZ i Meneses Obispo de Terrassa (Barcelona, España)


Santoral Católico:
San Ivón de Kenmartin
Sacerdote

San Ivón Hélory, Patrono de los Juristas, nació en Kenmartin, cerca de Tréguier de Bretaña, donde su padre era señor feudal.

A los 24 años había obtenido ya títulos en filosofía, teología y derecho canónico en las mejores escuelas. Se trasladó a Orléans a estudiar derecho civil bajo la dirección del célebre jurista Pedro de la Chapelle.

San Ivón empezó a practicar la mortificación y sus austeridades aumentaron. Al terminar sus estudios el archidiácono de Renes le nombró Juez del Tribunal Eclesiástico. En el ejercicio de su cargo, el santo protegió a los huérfanos, defendió a los pobres y administró justicia con tanta imparcialidad y bondad, que aún aquellos a quienes castigaba le tenían afecto.

Regresó a su tierra natal y en 1284 fue ordenado sacerdote y se le concedió el beneficio de Trédrez. Los últimos quince años de su vida los dedicó al trabajo parroquial, primero en Trédrez y luego en Lovannec, donde construyó un hospital asistiendo personalmente a los enfermos.

San Ivón recibió los últimos sacramentos en víspera de la Ascensión y falleció el 19 de mayo de 1303, a los 50 años de edad. Fue canonizado en 1347 por el Papa Clemente VI.

Es el santo patrono de los abogados y juristas, de Bretaña y de los huérfanos

Fuente: Catholic.net


¡Buenos días!

Un solo copo de nieve

Mucha sabiduría tiene el refrán que no pocas veces habrás oído, “Grano no hace granero pero ayuda al compañero”. En efecto, paso tras paso se llega a la cumbre, ladrillo tras ladrillo se edifican los palacios y hachazo tras hachazo se derriban los árboles gigantes. Medita hoy una fábula moderna. En ella valorarás cómo pequeños aportes conducen a metas significativas.

"Dime, ¿cuánto pesa un copo de nieve?", preguntó un pájaro a una paloma del bosque. "Nada, no pesa nada de nada", contestó. "Si lo crees así, te contaré una historia". "Me senté en la rama de un abeto y empezó a nevar, fui contando los copos de nieve mientras caían suavemente sobre las ramitas de mi rama. El número exacto fue de 3.741.952. Cuando cayó el que hacía 3.741.953, que no pesaba nada de nada, como tú dices, la rama se rompió." Dicho esto el pájaro salió volando y la paloma reflexionando pensó: "Quizás tan solo hace falta la voz de una sola persona para que venga la paz". (Kurt Kanter).

Podrías sumarte a las grandes campañas humanitarias promovidas por gente idealista y de buen corazón. Sabemos que juntando voces anónimas se creó clima favorable para posibilitar el voto femenino, eliminar la discriminación racial, defender el medioambiente, etc. Pero, que luches siempre por auténticos valores, éticamente indiscutibles.

Padre Natalio


La frase de hoy

“Hoy es el cumpleaños de la Iglesia. Es el día fulgurante más hermoso de todo ese ciclo litúrgico que paso a paso hemos ido sirviendo. Hoy es Pentecostés. Hoy se corona la Pascua, hoy el Cristo glorificado se perpetúa en un pueblo que lo quiera seguir. Cristo vive hoy más que nunca en Pentecostés”
Monseñor Romero
Mayo de 1978


Palabras del Papa Francisco

"La verdad de Cristo, que el Espíritu Santo nos enseña y forma parte para siempre y totalmente de nuestra vida cotidiana. Invoquémosle con más frecuencia, para que nos guíe en el camino de los discípulos de Cristo. Invoquémosle todos los días, hagamos esta propuesta: cada día invoquemos al Espíritu Santo. ¿Lo harán? No oigo, eh, todos los días, eh! Y así el Espíritu nos llevará más cerca de Jesucristo".
Papa Francisco


Tema del día:
Pentecostés

Esta palabra de Pentecostés quiere decir: cincuenta días. Era una de las tres principales fiestas de los judíos. A los cincuenta días de la Pascua celebraban en cuanto a lo material el hecho de que la cosecha estaba ya crecida, por lo que daban gracias a Dios, y en cuanto a la historia celebraban el recuerdo de la llegada de los israelitas al monte Sinaí y la entrega de las tablas de la Ley a Moisés entre truenos y relámpagos. Con ese motivo tocaban fuertemente las trompetas del templo.

Ese es el día en que los apóstoles reciben de una manera grandiosa al Espíritu Santo. Según lo narra san Lucas, autor de los “Hechos de los Apóstoles”, Dios aprovecha el ambiente de fiesta popular y bulliciosa para ese acontecimiento. Algunos datos podemos decir que son simbólicos, expresión de lo que sucedía en el alma o el corazón de los que recibían el Espíritu Santo. Los principales signos fueron el viento impetuoso y el fuego, que da luz y calor: Luz que les ilumina la mente para comprender mejor los mensajes de Jesús y fuego para darles energías para seguir sin miedo la misión de Jesús de predicar el Evangelio por todo el mundo. El viento precisamente significa el Espíritu y es expresión de una nueva creación, recordando el soplo creador.

En realidad ya habían recibido el Espíritu Santo el día de la Resurrección. Jesús, al presentarse resucitado, les da el mayor don que puede darles, que es el Espíritu Santo. Ya les había prometido que les enviaría “otro Consolador, otro Abogado”. San Juan nos cuenta en el evangelio de hoy que Jesús se presenta gozoso y les da la paz y alegría, y les da el perdón y el poder de perdonar. Pero todo eso no sería efectivo y duradero, si no les ayudase una fuerza especial, que es la presencia del Espíritu Santo, como ya se lo había prometido. Lo hace también con un gesto de viento: “Sopló y les dijo: Recibid el Espíritu Santo”. ¿Cuándo recibieron de verdad el Espíritu Santo? Las dos veces y otras muchas más. Porque el Espíritu viene a nosotros según la preparación que tengamos: Viene en el bautismo, viene especialmente en la confirmación y viene en otras ocasiones. Él es infinito. Lo que hace falta es que nos preparemos a recibirle. El día de Pentecostés vino de una manera muy especial sobre los apóstoles, no sólo porque así lo quiso Dios de forma gratuita, sino porque ellos estaban mejor preparados pues habían estado aquellos días en oración con la Santísima Virgen María.

Un aspecto importante en esta fiesta es el comunitario: Los apóstoles reciben el Espíritu Santo viviendo en comunidad. Y son enviados para formar la comunidad de la Iglesia universal. Por eso se nombran allí todos los principales pueblos o naciones entonces conocidas. Y aparece una contraposición con lo que significó la “Torre de Babel”, que era dispersión o confusión de lenguas. En Pentecostés se realiza la unidad: todos comprenden lo mismo. Sería la unidad que quiere Jesús por medio del AMOR.

Pentecostés continúa en la Iglesia. Cada vez que asistimos a misa se nos recuerda la intervención del Espíritu Santo en la transformación del pan y del vino y en la unidad de la Iglesia. Para que influya en nuestro ser hace falta que nos preparemos, que nos comuniquemos más con Dios en la oración y que dejemos muchas ataduras materiales de modo que nuestra vida tenga un sentido pleno y sea vivificante, de modo que se note que el Espíritu Santo habita en nuestro ser.

En el Credo decimos: “Creemos en el Espíritu Santo, Señor y Dador de vida”. Él quiere enseñarnos a orar, a tener a Jesús por Señor, a penetrar en los misterios de Dios, a gozar de la gracia, que es amor, paz, fidelidad, fuerza para predicar y a testimoniar el Evangelio con nuestra vida. Por eso hoy pidamos, como se dice en la Misa, que lave lo que está manchado, riegue lo que es árido, cure lo que está enfermo, encienda lo que es tibio, enderece lo torcido. En una palabra: que seamos dóciles a sus inspiraciones y que encienda los corazones de sus fieles. Con la ayuda del Espíritu y nuestra cooperación, en la Iglesia siempre será una realidad Pentecostés.

P. Silverio Velasco (España)


Mayo, mes de María
Flor del 19 de mayo:
Estrella de la mañana

Meditación: María, como el lucero del alba, nos anuncia el Nacimiento de Jesús, Sol de Justicia. Ella, la puerta del Cielo, nos sube peldaño a peldaño hacia su Hijo Amado, pidiéndonos con amor que tengamos humildad de corazón, viviendo las virtudes que en Ella destellan, como verdaderos discípulos y dignos hijos. Seamos sinceros y de corazón recto para subir de su mano al Cielo.

Oración: ¡Estrella de la mañana, nuestra soberana!, marca nuestro camino que es el mismo Cristo, para que no caigamos en ningún desvío y estemos siempre contigo. Amén.

Decena del Santo Rosario (Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria).

Florecilla para este día: Dar testimonio a alguien cercano sobre las virtudes de María, y su importancia como el más fácil y corto camino a Cristo. Recomendar también la lectura del libro de San Luis Grignon de Montfort: “Tratado sobre la verdadera devoción a María”.

Fuente: reinadelcielo.org


Nuevo video y artículo

Hay un nuevo video subido a este blog.
Para verlo tienes que ir al final de la página.

Hay nuevo material publicado en el blog
"Juan Pablo II inolvidable"
Puedes acceder en la dirección:


Nunca nos olvidemos de agradecer

Alguna vez leí que en el cielo hay dos oficinas diferentes para tratar lo relativo a las oraciones de las personas en la tierra:
Una es para receptar pedidos de diversas gracias, y allí los muchos ángeles que atienden trabajan intensamente y sin descanso por la cantidad de peticiones que llegan en todo momento.
La otra oficina es para recibir los agradecimientos por las gracias concedidas y en ella hay un par de ángeles aburridos porque prácticamente no les llega ningún mensaje de los hombres desde la tierra para dar gracias...
Desde esta sección de "Pequeñas Semillitas" pretendemos juntar una vez por semana (los domingos) todos los mensajes para la segunda oficina: agradecimientos por favores y gracias concedidas como respuesta a nuestros pedidos de oración.

Desde Argentina, agradecen a Dios Misericordioso por que el bebé Ciro, nacido prematuro y con problemas de corazón, fue sometido a cirugía cardíaca con éxito y se encuentra muy bien, por lo los médicos que lo intervinieron, sostienen que ahora comenzará a aumentar de peso. Gracias a todos los hermanos que estuvieron rezando por él y sus papis.


“Intimidad Divina”

Pentecostés

“El Espíritu del Señor llena todo el mundo, y él, que mantiene todo unido, habla con sabiduría” (Misal Romano). Esta realidad, anunciada en el libro de la Sabiduría, se cumplió en toda su plenitud el día de Pentecostés, cuando los Apóstoles y los que estaban con ellos “se llenaron todos de Espíritu Santo y empezaron a hablar en lenguas extranjeras, cada uno en la lengua que el Espíritu le sugería” (Hc 2, 4). Pentecostés es el cumplimiento de la promesa de Jesús: “cuando yo me fuere, os lo enviaré” (Jn 16, 7); es el bautismo anunciado por él antes de subir al cielo; “seréis bautizados en el Espíritu Santo” (Hc 1, 5); como también el cumplimiento de sus palabras: “Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, ríos de agua viva manarán de su seno” (Jn 7, 33-38). Comentando este último episodio, nota el Evangelista: “Esto dijo del Espíritu, que habían de recibir los que creyeran en él, pues aún no había sido dado el Espíritu, porque Jesús no había sido glorificado” (ib. 39). No había sido dado en plenitud, pero no quiere decir que el Espíritu faltara a los justos… La donación del Espíritu Santo a los Apóstoles en la tarde de la Resurrección demuestra que ese don inefable está estrechamente unido a misterio pascual: es el supremo don de Cristo que, habiendo muerto y resucitado por la redención de los hombres, tiene el derecho y el poder de concedérselo. El misterio pascual culmina por lo tanto no sólo en la Resurrección y en la Ascensión, sino también en el día de Pentecostés que es su acto conclusivo.

Cuando los hombres, impulsados por el orgullo y casi desafiando a Dios, quisieron construir la famosa torre de Babel, no podían entenderse. Con la bajada del Espíritu Santo sucedió lo contrario: no confusión de lenguas, sino el “don” de lenguas que permitía una inteligencia recíproca entre los hombres “de cuantas nacionalidades hay bajo el cielo” (Hc 2, 5); ya no más separación, sino fusión entre gentes de los más diversos pueblos. Esta es la obra fundamental del Espíritu Santo: realizar la unidad, hacer de pueblos y de hombres diversos un solo pueblo, el pueblo de Dios fundado en el amor que el divino Paráclito ha venido a derramar en los corazones. El divino Paráclito, Espíritu de amos, es espíritu y vínculo de unión entre los creyentes de los cuales constituye un solo cuerpo, el Cuerpo místico de Cristo, la Iglesia.

Esta obra, comenzada el día de Pentecostés, está ordenada a renovar la faz de la tierra, como un día renovó el corazón de los Apóstoles, rompiendo su mentalidad todavía ligada al judaísmo, para lanzarlos a la conquista del mundo entero, sin distinción de razas o de religiones. Esta empresa fue facilitada de manera concreta con el don de las lenguas que permitió a la Iglesia primitiva difundirse con mayor rapidez. Y si con el tiempo ese don ha cesado, fue sustituido, y lo es todavía hoy, por otro don no menos poderoso para atraer los hombres al Evangelio y unirles entre sí: el amor. El lenguaje del amor es comprendido por todos: doctos e ignorantes, connacionales y extranjeros, creyentes e incrédulos. Por eso precisamente tanto la Iglesia entera como cada uno de los fieles tienen necesidad de que se renueve en ellos Pentecostés… El Espíritu Santo, presente ya en los creyentes por razón de esta presencia suya en la Iglesia, los hace cada vez más deseosos de recibirlo con mayor plenitud, dilatando él mismo sus corazones para que sean capaces de recibirlo con efusiones cada vez más copiosas.

Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el cielo. Padre amoroso del pobre, don, en tus dones espléndido; luz que penetras las almas, fuente del mayor consuelo.
Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo, tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta en los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor d vida en el hielo, doma el espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu eterno gozo. Amén. Aleluya. (Leccionario, Secuencia)

P. Gabriel de Sta. M. Magdalena O.C.D. 
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Gracias por participar comentando! Por favor, no te olvides de incluir tu nombre y ciudad de residencia al finalizar tu comentario dentro del cuadro donde escribes.