jueves, 27 de septiembre de 2012

Pequeñas Semillitas 1825


PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 7 - Número 1825 ~ Jueves 27 de Setiembre de 2012
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Mes de la Biblia
   

Alabado sea Jesucristo…
Hoy estamos regresando con “Pequeñas Semillitas” después de unos pocos días de ausencia y coincide este regreso con la celebración de San Vicente de Paul, un santo que consagró su vida y su apostolado a la misión de servir a los más pobres, para lo cual creó hogares, hospitales y centros de atención para dar contención física, material y espiritual a los más necesitados, siendo cofundador con Santa Luisa de Marillac de las Hermanas de la Caridad, a la vez que fue la figura inspiradora de la Sociedad San Vicente de Paul y las Conferencias Vicentinas, creadas en el siglo XIX por el Beato Federico Ozanám.
La dulce entrega es una actitud de mente y de corazón, una actitud de aceptación de bendiciones y de donación a los demás. Cuando nos brindamos al prójimo ponemos todo en las manos de Dios, en un acto por el cual llegamos a conocer la verdadera serenidad interior. Y todo lo que ponemos en manos de Dios es atendido y sanado por Él. ¡Qué alivio, saber que Dios es nuestra fuerza y nuestra convicción! ¡Qué hermoso es poder reconocerlo en el rostro de nuestros hermanos más pobres, más enfermos, más necesitados…!
Como Vicente de Paul, como Luisa de Marillac, como Federico Ozanám, hagamos que los pobres sean nuestro mayor dolor y en ellos transformemos en vida la Palabra de Dios. En dulce entrega, pongamos todo en manos de Dios atendiendo las necesidades de nuestros hermanos más afligidos…


La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy


En aquel tiempo, se enteró el tetrarca Herodes de todo lo que pasaba, y estaba perplejo; porque unos decían que Juan había resucitado de entre los muertos; otros, que Elías se había aparecido; y otros, que uno de los antiguos profetas había resucitado. Herodes dijo: «A Juan, le decapité yo. ¿Quién es, pues, éste de quien oigo tales cosas?». Y buscaba verle.
(Lc 9,7-9)

Comentario
Hoy el texto del Evangelio nos dice que Herodes quería ver a Jesús (cf. Lc 9,9). Ese deseo de ver a Jesús le nace de la curiosidad. Se hablaba mucho de Jesús por los milagros que iba realizando a su paso. Muchas personas hablaban de Él. La actuación de Jesús trajo a la memoria del pueblo diversas figuras de profetas: Elías, Juan el Bautista, etc. Pero, al ser simple curiosidad, este deseo no trasciende. Tal es el hecho que cuando Herodes le ve no le causa mayor impresión (cf. Lc 23,8-11). Su deseo se desvanece al verlo cara a cara, porque Jesús se niega a responder a sus preguntas. Este silencio de Jesús le delata como corrupto y depravado.
Nosotros, al igual que Herodes, seguramente hemos sentido, alguna vez, el deseo de ver a Jesús. Pero ya no contamos con el Jesús de carne y hueso como en tiempos de Herodes, sin embargo contamos con otras presencias de Jesús. Te quiero resaltar dos de ellas.
En primer lugar, la tradición de la Iglesia ha hecho de los jueves un día por excelencia para ver a Jesús en la Eucaristía. Son muchos los lugares donde hoy está expuesto Jesús-Eucaristía. «La adoración eucarística es una forma esencial de estar con el Señor. En la sagrada custodia está presente el verdadero tesoro, siempre esperando por nosotros: no está allí por Él, sino por nosotros» (Benedicto XVI). —Acércate para que te deslumbre con su presencia.
Para el segundo caso podemos hacer referencia a una canción popular, que dice: «Con nosotros está y no lo conocemos». Jesús está presente en tantos y tantos hermanos nuestros que han sido marginados, que sufren y no tienen a nadie que “quiera verlos”. En su encíclica Dios es Amor, dice el Papa Benedicto XVI: «El amor al prójimo enraizado en el amor a Dios es ante todo una tarea para cada fiel, pero lo es también para toda la comunidad eclesial». Así pues, Jesús te está esperando, con los brazos abiertos te recibe en ambas situaciones. ¡Acércate!
Rev. P. Jorge R. BURGOS Rivera SBD


Santoral Católico:
San Vicente de Paul
Presbítero y Fundador


Nació San Vicente en el pueblecito de Pouy en Francia, en 1580. Su niñez la pasó en el campo, ayudando a sus padres en el pastoreo de las ovejas. Desde muy pequeño era sumamente generoso en ayudar a los pobres. Los papás lo enviaron a estudiar con los padres franciscanos y luego en la Universidad de Toulouse, y a los 20 años, en 1600 fue ordenado de sacerdote. Dice el santo que al principio de su sacerdocio lo único que le interesaba era hacer una carrera brillante, pero Dios lo purificó con tres sufrimientos muy fuertes.

1º. El Cautiverio. Viajando por el mar, cayó en manos de unos piratas turcos los cuales lo llevaron como esclavo a Túnez donde estuvo los años 1605, 1606 y 1607 en continuos sufrimientos.

2º. Logró huir del cautiverio y llegar a Francia, y allí se hospedó en casa de un amigo, pero a este se le perdieron 400 monedas de plata y le echó la culpa a Vicente y por meses estuvo acusándolo de ladrón ante todos los que encontraba. El santo se callaba y solamente respondía: "Dios sabe que yo no fui el que robó ese dinero". A los seis meses apareció el verdadero ladrón y se supo toda la verdad. San Vicente al narrar más tarde este caso a sus discípulos les decía: "Es muy provechoso tener paciencia y saber callar y dejar a Dios que tome nuestra defensa".

3º. La tercera prueba fue una terrible tentación contra la fe, que aceptó para lograr que Dios librara de esa tentación a un amigo suyo. Esto lo hizo sufrir hasta lo indecible y fue para su alma "la noche oscura". A los 30 años escribe a su madre contándole que amargado por los desengaños humanos piensa pasar el resto de su vida retirado en una humilde ermita. Cae a los pies de un crucifijo, consagra su vida totalmente a la caridad para con los necesitados, y es entonces cuando empieza su verdadera historia gloriosa.

Hace voto o juramento de dedicar toda su vida a socorrer a los necesitados, y en adelante ya no pensará sino en los pobres. Se pone bajo la dirección espiritual del Padre Berule (futuro cardenal) sabio y santo, hace Retiros espirituales por bastantes días y se lanza al apostolado que lo va a volver famoso.

Dice el santo "Me di cuenta de que yo tenía un temperamento bilioso y amargo y me convencí de que con un modo de ser áspero y duro se hace más mal que bien en el trabajo de las almas. Y entonces me propuse pedir a Dios que me cambiara mi modo agrio de comportarme, en un modo amable y bondadoso y me propuse trabajar día tras día por transformar mi carácter áspero en un modo de ser agradable". Y en verdad que lo consiguió de tal manera, que varios años después, el gran orador Bossuet, exclamará: "Oh Dios mío, si el Padre Vicente de Paul es tan amable, ¿Cómo lo serás Tú?".

San Vicente contaba a sus discípulos: "Tres veces hablé cuando estaba de mal genio y con ira, y las tres veces dije barbaridades". Por eso cuando le ofendían permanecía siempre callado, en silencio como Jesús en su santísima Pasión". Se propuso leer los escritos del amable San Francisco de Sales y estos le hicieron mucho bien y lo volvieron manso y humilde de corazón. Con este santo fueron muy buenos amigos.

Vicente se hace amigo del Ministro de la marina de Francia, y este lo nombra capellán de los marineros y de los prisioneros que trabajan en los barcos. Y allí descubre algo que no había imaginado: la vida horrorosa de los galeotes. En ese tiempo para que los barcos lograran avanzar rápidamente les colocaban en la parte baja unos grandes remos, y allá en los subterráneos de la embarcación (lo cual se llama galera) estaban los pobres prisioneros obligados a mover aquellos pesados remos, en un ambiente sofocante, en medio de la hediondez y con hambre y sed, y azotados continuamente por los capataces, para que no dejaran de remar.

San Vicente se horrorizó al constatar aquella situación tan horripilante y obtuvo del Ministro, Sr. Gondi, que los galeotes fueran tratados con mayor bondad y con menos crueldad. Y hasta un día, él mismo se puso a remar para reemplazar a un pobre prisionero que estaba rendido de cansancio y de debilidad. Con sus muchos regalos y favores se fue ganando la simpatía de aquellos pobres hombres.

El Ministro Gondi nombró al Padre Vicente como capellán de las grandes regiones donde tenía sus haciendas. Y allí nuestro santo descubrió con horror que los campesinos ignoraban totalmente la religión. Que las pocas confesiones que hacía eran sacrílegas porque callaban casi todo. Y que no tenían quién les instruyera. Se consiguió un grupo de sacerdotes amigos, y empezó a predicar misiones por esos pueblos y veredas y el éxito fue clamoroso. Las gentes acudían por centenares y miles a escuchar los sermones y se confesaban y enmendaban su vida. De ahí le vino la idea de fundar su Comunidad de Padres Vicentinos, que se dedican a instruir y ayudar a las gentes más necesitadas. Son ahora 4.300 en 546 casas.

El santo fundaba en todas partes a donde llegaba, unos grupos de caridad para ayudar e instruir a las gentes más pobres. Pero se dio cuenta de que para dirigir estas obras necesitaba unas religiosas que le ayudaran. Y habiendo encontrado una mujer especialmente bien dotada de cualidades para estas obras de caridad, Santa Luisa de Marillac, con ella fundó a las hermanas Vicentinas, que son ahora la comunidad femenina más numerosa que existe en el mundo. Son ahora 33.000 en 3.300 casas y se dedican por completo a socorrer e instruir a las gentes más pobres y abandonadas, según el espíritu de su fundador.

San Vicente poseía una gran cualidad para lograr que la gente rica le diera limosnas para los pobres. Reunía a las señoras más adineradas de París y les hablaba con tanta convicción acerca de la necesidad de ayudar a quienes estaban en la miseria, que ellas daban cuanto dinero encontraban a la mano. La reina (que se confesaba con él) le dijo un día: "No me queda más dinero para darle", y el santo le respondió: "¿Y esas joyas que lleva en los dedos y en el cuello y en las orejas?", y ella le regaló también sus joyas, para los pobres.

Parece casi imposible que un solo hombre haya podido repartir tantas, y tan grandes limosnas, en tantos sitios, y a tan diversas clases de gentes necesitadas, como lo logró San Vicente de Paúl. Había hecho juramento de dedicar toda su vida a los más miserables y lo fue cumpliendo día por día con generosidad heroica. Fundó varios hospitales y asilos para huérfanos. Recogía grandes cantidades de dinero y lo llevaba a los que habían quedado en la miseria a causa de la guerra.

Se dio cuenta de que la causa principal del decaimiento de la religión en Francia era que los sacerdotes no estaban bien formados. Él decía que el mayor regalo que Dios puede hacer a un pueblo es dale un sacerdote santo. Por eso empezó a reunir a quienes se preparaban al sacerdocio, para hacerles cursos especiales, y a los que ya eran sacerdotes, los reunía cada martes para darles conferencias acerca de los deberes del sacerdocio. Luego con los religiosos fundados por él, fue organizando seminarios para preparar cuidadosamente a los seminaristas de manera que llegaran a ser sacerdotes santos y fervorosos. Aún ahora los Padres Vicentinos se dedican en muchos países del mundo a preparar en los seminarios a los que se preparan para el sacerdocio.

San Vicente caminaba muy agachadito y un día por la calle no vio a un hombre que venía en dirección contraria y le dio un cabezazo. El otro le dio un terrible bofetón. El santo se arrodilló y le pidió perdón por aquella su falta involuntaria. El agresor averiguó quien era ese sacerdote y al día siguiente por la mañana estuvo en la capilla donde le santo celebraba misa y le pidió perdón llorando, y en adelante fue siempre su gran amigo. Se ganó esta amistad con su humildad y paciencia.

Siempre vestía muy pobremente, y cuando le querían tributar honores, exclamaba: "Yo soy un pobre pastorcito de ovejas, que dejé el campo para venirme a la ciudad, pero sigo siendo siempre un campesino simplón y ordinario".

En sus últimos años su salud estaba muy deteriorada, pero no por eso dejaba de inventar y dirigir nuevas y numerosas obras de caridad. Lo que más le conmovía era que la gente no amaba a Dios. Exclamaba: "No es suficiente que yo ame a Dios. Es necesario hacer que mis prójimos lo amen también".

El 27 de septiembre de 1660 pasó a la eternidad a recibir el premio prometido por Dios a quienes se dedican a amar y hacer el bien a los demás. Tenía 80 años.

Beatificado por el Papa Benedicto XIII el 13 de agosto de 1729, fue canonizado por Clemente XII el 16 de junio de 1737. El Santo Padre León XIII proclamó a este sencillo campesino como Patrono de todas las asociaciones católicas de caridad.

Fuente: EWTN


Película sobre la vida
de San Vicente de Paul

La película “Monsieur Vincent” sobre la vida de San Vicente de Paul, hablada en francés y subtitulada al español, filmada en 1947 y ganadora de un Oscar a la mejor película extranjera, con una duración de 113 minutos, puede ser vista haciendo clic acá.


La frase de hoy

“Dios ama a los pobres
y por consiguiente a quienes aman a los pobres.
No podemos asegurar mejor nuestra felicidad
que viviendo y muriendo en el servicio de los pobres”

San Vicente de Paul


Tema del día:
Sociedad de San Vicente de Paul
Conferencias Vicentinas


La Sociedad de San Vicente de Paúl es una Asociación de carácter humanitario benéfico social. Fue fundada en París en 1833, es decir, cuenta con una historia de casi 180 años en el trabajo con los más pobres. Actualmente está presente en 142 países atendiendo a diferentes necesidades en cada lugar. Cuenta con más de 800.000 socios y numerosos voluntarios que atienden cada año a cerca de 17.000.000 de personas en cualquier parte del mundo y ante cualquier tipo de necesidad. Hombres y mujeres de buena voluntad, que desean transformar el mundo ayudando de modo voluntario a los más necesitados. Laicos comprometidos trabajando en cercanía con personas en necesidad e intentando devolverles esperanza y su dignidad.

La Sociedad de San Vicente de Paul, que agrupa a los laicos católicos, tiene por objeto el ejercicio de la caridad en todas sus formas para el auxilio de los necesitados cualesquiera que sean su nacionalidad y sus creencias. La esencia de la actividad vicentina se expresa por contactos frecuentes de persona a persona con los que sufren moral o materialmente.

La Sociedad de San Vicente de Paul tuvo su origen en la Iglesia Saint-Etienne du Mont en París el 23 de abril de 1833, en la asociación formada por Federico Ozanam, un joven abogado que vivió en Paris, Francia y comprendiendo la angustia de sus compañeros de Universidad por lo que veían en las estrechas callejuelas de Saint Marceau, busca el modo de hacerles conocer la verdad religiosa y social y para ello descubre el medio mas infalible: que los jóvenes practiquen el apostolado de la caridad. Los grupos se llamaron “Conferencias" y la Sociedad naciente fue puesta bajo el Patrocinio y protección de San Vicente de Paul.

Los miembros de la Sociedad se reúnen en equipos llamados tradicionalmente "Conferencias" que se constituyen en diversos grupos sociales: la parroquia, el barrio, la empresa, un movimiento de jóvenes, un grupo de matrimonios, un centro apostólico. Cada Conferencia tiene un asistente eclesiástico o Consejero espiritual que participa de las reuniones para ilustrar y desarrollar su espiritualidad.

Las Conferencias que la componen están unidas en todo el mundo por reglas y estatutos en común, y con estatutos específicos adaptados a las circunstancias sociales y legales de cada país. Estas unidades básicas son reconocidas por el Consejo General de la Confederación Internacional de la Sociedad, que les concede una carta de agregación. Las conferencias locales se reúnen con frecuencia, cada una o dos semanas, para planear y discutir su trabajo para los necesitados en su comunidad local.

En Argentina, en la Capital Federal, en las provincias de Buenos Aires, Córdoba , Corrientes, Entre Ríos, Mendoza , Misiones, Salta, Santa Fé, San Juan y Tucumán y en la Gobernación de Tierra del Fuego, Antártida Argentina e Islas del Atlántico Sur funcionan numerosas obras atendidas por el Consejo Superior o por los Consejos Particulares y Conferencias locales que dependen de dicho consejo Superior: Casa Cuna y Hogares Maternales; Guardería para niños menores; Cotolengo; Hogar para el Ciego; Hogar para jóvenes; Hogares para señoras de escasos recursos; Hogares para ancianos; Escuela Diferencial; Hospital, Escuelas primarias y Secundarias; Viviendas unifamiliares para familias de escasos recursos; Cárcel de Mujeres y Asilo. Ninguna obra de caridad es considerada extraña a la Sociedad

En la República Argentina la primera Conferencia Vicentina fue fundada en la ciudad de Córdoba, Provincia de Córdoba, el 8 de diciembre de 1864 y se llamó "Inmaculada Concepción". Esta fundación es tomada como origen de la Sociedad de San Vicente de Paul de la República Argentina. Actualmente hay 68 Conferencias en la República Argentina, diez de las cuales funcionan en Córdoba.

Oración para pedir por la canonización 
del Beato Federico Ozanám


Señor
Has hecho del Beato Federico Ozanám un testigo del Evangelio, maravillado con el misterio de la Iglesia.
Has inspirado su lucha contra la miseria y la injusticia y le has dotado de una incansable generosidad al servicio de cualquier hombre que sufre.
En familia, se reveló hijo, hermano, esposo y padre de excepción.
En el mundo, su ardiente pasión por la verdad iluminó su pensamiento, su enseñanza y sus escritos.
A nuestra Sociedad, que concibió como una red universal de caridad, insufló el espíritu de amor, audacia e humildad heredado de San Vicente de Paúl.
En cada uno de los aspectos de su breve existencia, aparece su visión profética de la sociedad tanto como la evidencia de sus virtudes.
Por estas múltiples dotes, te damos gracias, Señor, y solicitamos – si tal es tu voluntad – la gracia de un milagro, por la intercesión del Beato Federico Ozanam.
¡Que la Iglesia proclame su santidad, tan providencial para los tiempos presentes!
Te lo rogamos por Nuestro Señor Jesucristo.
Amén.

(Aprobada por la Confederación Internacional de Sociedad San Vicente de Paul, en Francia, Junio de 2012)


Mensaje de María Reina de la Paz


Mensaje de María Reina de la Paz del 25 de setiembre de 2012

¡Queridos hijos!
Mientras miran en la naturaleza la riqueza de colores que el Altísimo les da, abran el corazón y oren con agradecimiento por todo el bien que tienen, y digan: he sido creado aquí para la eternidad, y anhelen las cosas celestiales, porque Dios los ama con un amor infinito. Por eso, Él también me dio a ustedes para decirles: solamente en Dios está vuestra paz y esperanza, queridos hijos. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!

Oración
Virgen María, Reina de la Paz, nos encomendamos a ti, sabiendo que somos las niñas y los niños de tus ojos. Danos un corazón dócil, humilde y obediente como el tuyo, para que Dios pueda bendecirnos en todo; y cúbrenos, Madre, con tu manto, haciéndonos invisibles e inmunes a todo mal.


Nuevo video y artículo

Hay un nuevo video subido a este blog.
Para verlo tienes que ir al final de la página.

Hay nuevo material publicado en el blog
"Juan Pablo II inolvidable"
Puedes acceder en la dirección:


Pensamientos sanadores


Pide a Dios el amor y la creatividad en el servicio

En Caná de Galilea, la Virgen María nos invita con su ejemplo a estar atentos y a mirar a nuestro alrededor, pero no para ver los defectos o los errores de los otros, sino para ingeniarnos y descubrir cómo podemos hacer para comprometernos y ayudar a nuestros semejantes que atraviesan alguna clase de necesidad.
La pregunta que debería ocupar nuestro pensamiento ante cada persona es: ¿Cómo puede ayudarlo? O mejor aún, preguntarle al Señor Jesús: ¿Cómo quieres que lo ayude?
También a algunos podríamos decirle: Cuenta conmigo para lo que necesites.
Este compromiso hacia las necesidades de los demás, que no nos quepa duda, es fuente de verdadera paz.
Piensa y pregúntales a Jesús y a María qué puedes hacer hoy por los demás.

Querido hermano, tú obras fielmente al ponerte al servicio de tus hermanos, incluso de los que están de paso, y ellos dieron testimonio de tu amor delante de la Iglesia. Harás bien en ayudarlos para que puedan proseguir su viaje de una manera digna de Dios. 3 Juan 1, 5-6.


Pedidos de oración


Pedimos oración por la Paz del Mundo; por la Santa Iglesia Católica; por el Papa, los sacerdotes y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo, por la unión de las familias y la fidelidad de los matrimonios; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración por la operación de columna de Georgina, de la ciudad de Córdoba, Argentina, para que la Santísima Virgen de Lourdes, y la intercesión de San Vicente de Paul, ayuden a su pronta recuperación.

Pedimos oración por Ofelia P., de Corrientes, Argentina, que está pasando un mal momento en su ámbito laboral, para que el Espíritu Santo le dé paciencia y fortaleza hasta que las cosas mejoren.

Pedimos oración para José Luis B. F., que vive en Torreón, México, y padece cáncer de próstata, confiando en que el Señor lo toque con su mano sanadora y le permita recuperarse.

Pedimos oración por José B., 69 años, vive en Malaver, Buenos Aires, Argentina, internado con problemas graves de corazón, rogando al Sagrado Corazón de Jesús que lo ayude en estas circunstancias.

Pedimos oración por la estabilidad laboral de Luis Fernando, que vive en Otawa, Canadá.

Pedimos oración por la salud física y espiritual de las siguientes personas de Santa Fe, Argentina: Giovanna, 63 años; Susana y Raúl de 75 años y 87 años respectivamente; Fernando, 33 años; Germán Julio, 83 años y por el eterno descanso de Oscar P. y el consuelo de su esposa y tres hijos.

Pedimos oración por la señora Bertha C. C., de México, a quien operan del corazón; y por Estela S. R. que hoy será operada de fisura anal, dejándolas en las manos de la amada Virgen de Guadalupe para su cuidado y protección.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Nota de Redacción:
Para dar curso a los Pedidos de Oración es imprescindible dar los siguientes datos: nombres completos de la persona (habitualmente no publicamos apellidos), ciudad y país donde vive, y explicar el motivo de la solicitud de oración. Por favor: en los pedidos ser breves y concretos y enviarlos a pequesemillitas@gmail.com y deben poner en el asunto “Pedido de oración”, ya que los correos que llegan sin asunto (o con el asunto en blanco) son eliminados sin abrirlos. No se reciben pedidos de oración a través de Facebook ni por otro medio que no sea el correo antes señalado.


"Intimidad Divina"

Espíritu de Ciencia

Hay en el Evangelio verdades cuyo alcance difícilmente logra el cristiano captar del todo. “Buscad el Reino de Dios y su justicia, y todo lo demás se os dará por añadidura” (Mt. 6, 33); o bien: “¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero si se pierde o se perjudica a sí mismo?” (Lc 9, 25). Creer que Dios lo es todo, el bien único, la única felicidad y darle siempre la primacía en las propias opciones, mientras él se oculta a los ojos; creer que las criaturas por sí mismas son nada, mientras se ofrecen tan lisonjeras y encantadoras, es arduo para el hombre que vive por los sentidos. Si las realidades divinas se escapan a su experiencia, las realidades terrenas lo aferran con una inmediatez y una urgencia de las que no puede sustraerse. Es necesario que intervenga el Espíritu Santo, infundiendo en el cristiano una ciencia nueva que transforme su mentalidad demasiado terrena aún, y haga más viva y concreta su fe.

Guiado por el Espíritu Santo, San Juan de la Cruz ha trazado su famoso camino de las “nadas” que, dejando a un lado los bienes creados, conduce derecho y rápido a la unión con Dios. El hombre, iluminado por el Espíritu Santo no se asusta de tanta renuncia, antes se abraza a ella con gozo porque comprende que “todo es vanidad, fuera de amar a Dios y servirle a él solo”. Pero el Espíritu Santo da a entender también al hombre el verdadero valor de las realidades terrenas. Si bien le muestra que “todo el ser de las criaturas comparado con el infinito de Dios, nada es” (J. C. S 1, 4, 4) no niega las perfecciones que se encuentran en ellas, pero le evidencia que son únicamente como un vestigio o reflejo de la perfección infinita de Dios.

Vistas de este modo las criaturas, ya no son obstáculo, sino escala para subir a Dios. Cada criatura es un mensajero que anuncia a Dios: proclama su bondad, su belleza, su omnipotencia, su presencia. El cristiano consigue entonces una posición de equilibrio perfecto para con todas las cosas creadas: las ama como obras de la mano de Dios, como mudos mensajeros de su amor y de su persona, y no se apega a ellas porque su corazón reposa sólo en Dios. El Concilio Vaticano II ha hablado repetidamente en este sentido: “El hombre… hecho, en el Espíritu Santo, nueva criatura, puede y debe amar las cosas creadas por Dios. Pues de Dios las recibe y las mira y respeta como objetos salidos de la mano de Dios. Dándole gracias por ellas al Bienhechor y usando y gozando de las criaturas en pobreza y con libertad de espíritu, entra de veras en posesión del mundo como quien nada tiene y es dueño de todo. “Todo es vuestro; vosotros sois de Cristo, y Cristo es de Dios” (1 Cr 3, 22-23).

Omnipotente, eterno, justo y misericordioso Dios, en atención a ti mismo, me concedes a mí miserable hacer lo que sé que tú quieres y querer siempre lo que te agrada; para que, exteriormente purificado, interiormente iluminado y encendido en el fuego del Espíritu Santo, pueda seguir las huellas de tu Hijo, Señor nuestro Jesucristo, y llegar a ti Altísimo por sola tu gloria… Te ruego, oh Señor, que la inflamada y dulce fuerza de tu amor arrebate mi mente de todas las cosas que hay bajo el cielo, a fin de que yo muera en transporte de amor por ti, que te has dignado morir en ímpetu de amor por mí. (San Francisco de Asís)

P. Gabriel de Sta. M. Magdalena O.C.D.
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
.

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