PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año 7 - Número 1825 ~ Jueves
27 de Setiembre de 2012
Desde la ciudad de Córdoba
(Argentina)
Mes de la Biblia
Alabado sea
Jesucristo…
Hoy estamos regresando con “Pequeñas Semillitas” después
de unos pocos días de ausencia y coincide este regreso con la celebración de
San Vicente de Paul, un santo que consagró su vida y su apostolado a la misión
de servir a los más pobres, para lo cual creó hogares, hospitales y centros de
atención para dar contención física, material y espiritual a los más
necesitados, siendo cofundador con Santa Luisa de Marillac de las Hermanas de
la Caridad, a la vez que fue la figura inspiradora de la Sociedad San Vicente
de Paul y las Conferencias Vicentinas, creadas en el siglo XIX por el Beato
Federico Ozanám.
La dulce entrega es una actitud de mente y de corazón,
una actitud de aceptación de bendiciones y de donación a los demás. Cuando nos
brindamos al prójimo ponemos todo en las manos de Dios, en un acto por el cual
llegamos a conocer la verdadera serenidad interior. Y todo lo que ponemos en
manos de Dios es atendido y sanado por Él. ¡Qué alivio, saber que Dios es
nuestra fuerza y nuestra convicción! ¡Qué hermoso es poder reconocerlo en el
rostro de nuestros hermanos más pobres, más enfermos, más necesitados…!
Como Vicente de Paul, como Luisa de Marillac, como
Federico Ozanám, hagamos que los pobres sean nuestro mayor dolor y en ellos
transformemos en vida la Palabra de Dios. En dulce entrega, pongamos todo en
manos de Dios atendiendo las necesidades de nuestros hermanos más afligidos…
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, se enteró el tetrarca Herodes de todo lo
que pasaba, y estaba perplejo; porque unos decían que Juan había resucitado de
entre los muertos; otros, que Elías se había aparecido; y otros, que uno de los
antiguos profetas había resucitado. Herodes dijo: «A Juan, le decapité yo.
¿Quién es, pues, éste de quien oigo tales cosas?». Y buscaba verle.
(Lc 9,7-9)
Comentario
Hoy el texto del Evangelio nos dice que Herodes quería
ver a Jesús (cf. Lc 9,9). Ese deseo de ver a Jesús le nace de la curiosidad. Se
hablaba mucho de Jesús por los milagros que iba realizando a su paso. Muchas
personas hablaban de Él. La actuación de Jesús trajo a la memoria del pueblo
diversas figuras de profetas: Elías, Juan el Bautista, etc. Pero, al ser simple
curiosidad, este deseo no trasciende. Tal es el hecho que cuando Herodes le ve
no le causa mayor impresión (cf. Lc 23,8-11). Su deseo se desvanece al verlo
cara a cara, porque Jesús se niega a responder a sus preguntas. Este silencio
de Jesús le delata como corrupto y depravado.
Nosotros, al igual que Herodes, seguramente hemos
sentido, alguna vez, el deseo de ver a Jesús. Pero ya no contamos con el Jesús
de carne y hueso como en tiempos de Herodes, sin embargo contamos con otras
presencias de Jesús. Te quiero resaltar dos de ellas.
En primer lugar, la tradición de la Iglesia ha hecho de
los jueves un día por excelencia para ver a Jesús en la Eucaristía. Son muchos
los lugares donde hoy está expuesto Jesús-Eucaristía. «La adoración eucarística
es una forma esencial de estar con el Señor. En la sagrada custodia está
presente el verdadero tesoro, siempre esperando por nosotros: no está allí por
Él, sino por nosotros» (Benedicto XVI). —Acércate para que te deslumbre con su
presencia.
Para el segundo caso podemos hacer referencia a una
canción popular, que dice: «Con nosotros está y no lo conocemos». Jesús está
presente en tantos y tantos hermanos nuestros que han sido marginados, que
sufren y no tienen a nadie que “quiera verlos”. En su encíclica Dios es Amor,
dice el Papa Benedicto XVI: «El amor al prójimo enraizado en el amor a Dios es
ante todo una tarea para cada fiel, pero lo es también para toda la comunidad
eclesial». Así pues, Jesús te está esperando, con los brazos abiertos te recibe
en ambas situaciones. ¡Acércate!
Rev. P. Jorge R. BURGOS Rivera SBD
Santoral Católico:
San Vicente de Paul
Presbítero y Fundador
Nació San Vicente en el pueblecito de Pouy en Francia, en
1580. Su niñez la pasó en el campo, ayudando a sus padres en el pastoreo de las
ovejas. Desde muy pequeño era sumamente generoso en ayudar a los pobres. Los
papás lo enviaron a estudiar con los padres franciscanos y luego en la
Universidad de Toulouse, y a los 20 años, en 1600 fue ordenado de sacerdote.
Dice el santo que al principio de su sacerdocio lo único que le interesaba era
hacer una carrera brillante, pero Dios lo purificó con tres sufrimientos muy
fuertes.
1º. El Cautiverio. Viajando por el mar, cayó en manos de
unos piratas turcos los cuales lo llevaron como esclavo a Túnez donde estuvo
los años 1605, 1606 y 1607 en continuos sufrimientos.
2º. Logró huir del cautiverio y llegar a Francia, y allí
se hospedó en casa de un amigo, pero a este se le perdieron 400 monedas de
plata y le echó la culpa a Vicente y por meses estuvo acusándolo de ladrón ante
todos los que encontraba. El santo se callaba y solamente respondía: "Dios
sabe que yo no fui el que robó ese dinero". A los seis meses apareció el
verdadero ladrón y se supo toda la verdad. San Vicente al narrar más tarde este
caso a sus discípulos les decía: "Es muy provechoso tener paciencia y
saber callar y dejar a Dios que tome nuestra defensa".
3º. La tercera prueba fue una terrible tentación contra
la fe, que aceptó para lograr que Dios librara de esa tentación a un amigo
suyo. Esto lo hizo sufrir hasta lo indecible y fue para su alma "la noche
oscura". A los 30 años escribe a su madre contándole que amargado por los
desengaños humanos piensa pasar el resto de su vida retirado en una humilde
ermita. Cae a los pies de un crucifijo, consagra su vida totalmente a la
caridad para con los necesitados, y es entonces cuando empieza su verdadera
historia gloriosa.
Hace voto o juramento de dedicar toda su vida a socorrer
a los necesitados, y en adelante ya no pensará sino en los pobres. Se pone bajo
la dirección espiritual del Padre Berule (futuro cardenal) sabio y santo, hace
Retiros espirituales por bastantes días y se lanza al apostolado que lo va a
volver famoso.
Dice el santo "Me di cuenta de que yo tenía un
temperamento bilioso y amargo y me convencí de que con un modo de ser áspero y
duro se hace más mal que bien en el trabajo de las almas. Y entonces me propuse
pedir a Dios que me cambiara mi modo agrio de comportarme, en un modo amable y
bondadoso y me propuse trabajar día tras día por transformar mi carácter áspero
en un modo de ser agradable". Y en verdad que lo consiguió de tal manera,
que varios años después, el gran orador Bossuet, exclamará: "Oh Dios mío,
si el Padre Vicente de Paul es tan amable, ¿Cómo lo serás Tú?".
San Vicente contaba a sus discípulos: "Tres veces
hablé cuando estaba de mal genio y con ira, y las tres veces dije
barbaridades". Por eso cuando le ofendían permanecía siempre callado, en
silencio como Jesús en su santísima Pasión". Se propuso leer los escritos
del amable San Francisco de Sales y estos le hicieron mucho bien y lo volvieron
manso y humilde de corazón. Con este santo fueron muy buenos amigos.
Vicente se hace amigo del Ministro de la marina de
Francia, y este lo nombra capellán de los marineros y de los prisioneros que
trabajan en los barcos. Y allí descubre algo que no había imaginado: la vida
horrorosa de los galeotes. En ese tiempo para que los barcos lograran avanzar
rápidamente les colocaban en la parte baja unos grandes remos, y allá en los
subterráneos de la embarcación (lo cual se llama galera) estaban los pobres
prisioneros obligados a mover aquellos pesados remos, en un ambiente sofocante,
en medio de la hediondez y con hambre y sed, y azotados continuamente por los
capataces, para que no dejaran de remar.
San Vicente se horrorizó al constatar aquella situación
tan horripilante y obtuvo del Ministro, Sr. Gondi, que los galeotes fueran
tratados con mayor bondad y con menos crueldad. Y hasta un día, él mismo se
puso a remar para reemplazar a un pobre prisionero que estaba rendido de
cansancio y de debilidad. Con sus muchos regalos y favores se fue ganando la
simpatía de aquellos pobres hombres.
El Ministro Gondi nombró al Padre Vicente como capellán
de las grandes regiones donde tenía sus haciendas. Y allí nuestro santo
descubrió con horror que los campesinos ignoraban totalmente la religión. Que
las pocas confesiones que hacía eran sacrílegas porque callaban casi todo. Y
que no tenían quién les instruyera. Se consiguió un grupo de sacerdotes amigos,
y empezó a predicar misiones por esos pueblos y veredas y el éxito fue
clamoroso. Las gentes acudían por centenares y miles a escuchar los sermones y
se confesaban y enmendaban su vida. De ahí le vino la idea de fundar su
Comunidad de Padres Vicentinos, que se dedican a instruir y ayudar a las gentes
más necesitadas. Son ahora 4.300 en 546 casas.
El santo fundaba en todas partes a donde llegaba, unos
grupos de caridad para ayudar e instruir a las gentes más pobres. Pero se dio
cuenta de que para dirigir estas obras necesitaba unas religiosas que le
ayudaran. Y habiendo encontrado una mujer especialmente bien dotada de
cualidades para estas obras de caridad, Santa Luisa de Marillac, con ella fundó
a las hermanas Vicentinas, que son ahora la comunidad femenina más numerosa que
existe en el mundo. Son ahora 33.000 en 3.300 casas y se dedican por completo a
socorrer e instruir a las gentes más pobres y abandonadas, según el espíritu de
su fundador.
San Vicente poseía una gran cualidad para lograr que la
gente rica le diera limosnas para los pobres. Reunía a las señoras más
adineradas de París y les hablaba con tanta convicción acerca de la necesidad
de ayudar a quienes estaban en la miseria, que ellas daban cuanto dinero
encontraban a la mano. La reina (que se confesaba con él) le dijo un día:
"No me queda más dinero para darle", y el santo le respondió:
"¿Y esas joyas que lleva en los dedos y en el cuello y en las
orejas?", y ella le regaló también sus joyas, para los pobres.
Parece casi imposible que un solo hombre haya podido
repartir tantas, y tan grandes limosnas, en tantos sitios, y a tan diversas
clases de gentes necesitadas, como lo logró San Vicente de Paúl. Había hecho
juramento de dedicar toda su vida a los más miserables y lo fue cumpliendo día
por día con generosidad heroica. Fundó varios hospitales y asilos para
huérfanos. Recogía grandes cantidades de dinero y lo llevaba a los que habían
quedado en la miseria a causa de la guerra.
Se dio cuenta de que la causa principal del decaimiento
de la religión en Francia era que los sacerdotes no estaban bien formados. Él
decía que el mayor regalo que Dios puede hacer a un pueblo es dale un sacerdote
santo. Por eso empezó a reunir a quienes se preparaban al sacerdocio, para
hacerles cursos especiales, y a los que ya eran sacerdotes, los reunía cada
martes para darles conferencias acerca de los deberes del sacerdocio. Luego con
los religiosos fundados por él, fue organizando seminarios para preparar
cuidadosamente a los seminaristas de manera que llegaran a ser sacerdotes
santos y fervorosos. Aún ahora los Padres Vicentinos se dedican en muchos
países del mundo a preparar en los seminarios a los que se preparan para el
sacerdocio.
San Vicente caminaba muy agachadito y un día por la calle
no vio a un hombre que venía en dirección contraria y le dio un cabezazo. El
otro le dio un terrible bofetón. El santo se arrodilló y le pidió perdón por
aquella su falta involuntaria. El agresor averiguó quien era ese sacerdote y al
día siguiente por la mañana estuvo en la capilla donde le santo celebraba misa
y le pidió perdón llorando, y en adelante fue siempre su gran amigo. Se ganó
esta amistad con su humildad y paciencia.
Siempre vestía muy pobremente, y cuando le querían
tributar honores, exclamaba: "Yo soy un pobre pastorcito de ovejas, que
dejé el campo para venirme a la ciudad, pero sigo siendo siempre un campesino
simplón y ordinario".
En sus últimos años su salud estaba muy deteriorada, pero
no por eso dejaba de inventar y dirigir nuevas y numerosas obras de caridad. Lo
que más le conmovía era que la gente no amaba a Dios. Exclamaba: "No es
suficiente que yo ame a Dios. Es necesario hacer que mis prójimos lo amen
también".
El 27 de septiembre de 1660 pasó a la eternidad a recibir
el premio prometido por Dios a quienes se dedican a amar y hacer el bien a los
demás. Tenía 80 años.
Beatificado por el Papa Benedicto XIII el 13 de agosto de
1729, fue canonizado por Clemente XII el 16 de junio de 1737. El Santo Padre
León XIII proclamó a este sencillo campesino como Patrono de todas las
asociaciones católicas de caridad.
Fuente: EWTN
Película sobre la vida
de San Vicente de Paul
La película “Monsieur Vincent” sobre la vida de San
Vicente de Paul, hablada en francés y subtitulada al español, filmada en 1947 y
ganadora de un Oscar a la mejor película extranjera, con una duración de 113
minutos, puede ser vista haciendo clic acá.
La frase de hoy
“Dios ama a los pobres
y por consiguiente a quienes aman a los pobres.
No podemos asegurar mejor nuestra felicidad
que viviendo y muriendo en el servicio de los pobres”
San Vicente de Paul
Tema del día:
Sociedad de San Vicente de Paul
Conferencias Vicentinas
La Sociedad de San Vicente de Paúl es una Asociación de
carácter humanitario benéfico social. Fue fundada en París en 1833, es decir,
cuenta con una historia de casi 180 años en el trabajo con los más pobres.
Actualmente está presente en 142 países atendiendo a diferentes necesidades en
cada lugar. Cuenta con más de 800.000 socios y numerosos voluntarios que
atienden cada año a cerca de 17.000.000 de personas en cualquier parte del
mundo y ante cualquier tipo de necesidad. Hombres y mujeres de buena voluntad,
que desean transformar el mundo ayudando de modo voluntario a los más
necesitados. Laicos comprometidos trabajando en cercanía con personas en
necesidad e intentando devolverles esperanza y su dignidad.
La Sociedad de San Vicente de Paul, que agrupa a los
laicos católicos, tiene por objeto el ejercicio de la caridad en todas sus
formas para el auxilio de los necesitados cualesquiera que sean su nacionalidad
y sus creencias. La esencia de la actividad vicentina se expresa por contactos
frecuentes de persona a persona con los que sufren moral o materialmente.
La Sociedad de San Vicente de Paul tuvo su origen en la
Iglesia Saint-Etienne du Mont en París el 23 de abril de 1833, en la asociación
formada por Federico Ozanam, un joven abogado que vivió en Paris, Francia y
comprendiendo la angustia de sus compañeros de Universidad por lo que veían en
las estrechas callejuelas de Saint Marceau, busca el modo de hacerles conocer
la verdad religiosa y social y para ello descubre el medio mas infalible: que
los jóvenes practiquen el apostolado de la caridad. Los grupos se llamaron
“Conferencias" y la Sociedad naciente fue puesta bajo el Patrocinio y
protección de San Vicente de Paul.
Los miembros de la Sociedad se reúnen en equipos llamados
tradicionalmente "Conferencias" que se constituyen en diversos grupos
sociales: la parroquia, el barrio, la empresa, un movimiento de jóvenes, un
grupo de matrimonios, un centro apostólico. Cada Conferencia tiene un asistente
eclesiástico o Consejero espiritual que participa de las reuniones para
ilustrar y desarrollar su espiritualidad.
Las Conferencias que la componen están unidas en todo el
mundo por reglas y estatutos en común, y con estatutos específicos adaptados a
las circunstancias sociales y legales de cada país. Estas unidades básicas son
reconocidas por el Consejo General de la Confederación Internacional de la
Sociedad, que les concede una carta de agregación. Las conferencias locales se
reúnen con frecuencia, cada una o dos semanas, para planear y discutir su
trabajo para los necesitados en su comunidad local.
En Argentina, en la Capital Federal, en las provincias de
Buenos Aires, Córdoba , Corrientes, Entre Ríos, Mendoza , Misiones, Salta,
Santa Fé, San Juan y Tucumán y en la Gobernación de Tierra del Fuego, Antártida
Argentina e Islas del Atlántico Sur funcionan numerosas obras atendidas por el
Consejo Superior o por los Consejos Particulares y Conferencias locales que
dependen de dicho consejo Superior: Casa Cuna y Hogares Maternales; Guardería
para niños menores; Cotolengo; Hogar para el Ciego; Hogar para jóvenes; Hogares
para señoras de escasos recursos; Hogares para ancianos; Escuela Diferencial;
Hospital, Escuelas primarias y Secundarias; Viviendas unifamiliares para
familias de escasos recursos; Cárcel de Mujeres y Asilo. Ninguna obra de caridad es considerada extraña a la
Sociedad
En la República Argentina la primera Conferencia
Vicentina fue fundada en la ciudad de Córdoba, Provincia de Córdoba, el 8 de
diciembre de 1864 y se llamó "Inmaculada Concepción". Esta fundación
es tomada como origen de la Sociedad de San Vicente de Paul de la República
Argentina. Actualmente hay 68 Conferencias en la República Argentina, diez de
las cuales funcionan en Córdoba.
Oración para pedir
por la canonización
del Beato Federico Ozanám
Señor
Has hecho del Beato Federico Ozanám un testigo del
Evangelio, maravillado con el misterio de la Iglesia.
Has inspirado su lucha contra la miseria y la injusticia
y le has dotado de una incansable generosidad al servicio de cualquier hombre
que sufre.
En familia, se reveló hijo, hermano, esposo y padre de
excepción.
En el mundo, su ardiente pasión por la verdad iluminó su
pensamiento, su enseñanza y sus escritos.
A nuestra Sociedad, que concibió como una red universal
de caridad, insufló el espíritu de amor, audacia e humildad heredado de San
Vicente de Paúl.
En cada uno de los aspectos de su breve existencia,
aparece su visión profética de la sociedad tanto como la evidencia de sus
virtudes.
Por estas múltiples dotes, te damos gracias, Señor, y
solicitamos – si tal es tu voluntad – la gracia de un milagro, por la
intercesión del Beato Federico Ozanam.
¡Que la Iglesia proclame su santidad, tan providencial
para los tiempos presentes!
Te lo rogamos por Nuestro Señor Jesucristo.
Amén.
(Aprobada por la Confederación Internacional de Sociedad
San Vicente de Paul, en Francia, Junio de 2012)
Mensaje de María Reina de la
Paz
Mensaje de María Reina de la Paz del 25 de setiembre de
2012
¡Queridos hijos!
Mientras miran en la naturaleza la riqueza de colores que
el Altísimo les da, abran el corazón y oren con agradecimiento por todo el bien
que tienen, y digan: he sido creado aquí para la eternidad, y anhelen las cosas
celestiales, porque Dios los ama con un amor infinito. Por eso, Él también me
dio a ustedes para decirles: solamente en Dios está vuestra paz y esperanza,
queridos hijos. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!
Oración
Virgen María, Reina de la Paz, nos encomendamos a ti,
sabiendo que somos las niñas y los niños de tus ojos. Danos un corazón dócil,
humilde y obediente como el tuyo, para que Dios pueda bendecirnos en todo; y
cúbrenos, Madre, con tu manto, haciéndonos invisibles e inmunes a todo mal.
Nuevo video y artículo
Hay un nuevo video subido a este blog.
Para verlo tienes que ir al final de la página.
Hay nuevo material publicado en el blog
"Juan Pablo
II inolvidable"
Puedes acceder en la dirección:
Pensamientos sanadores
Pide a Dios el amor y la creatividad en el servicio
En Caná de Galilea, la Virgen María nos invita con su
ejemplo a estar atentos y a mirar a nuestro alrededor, pero no para ver los
defectos o los errores de los otros, sino para ingeniarnos y descubrir cómo
podemos hacer para comprometernos y ayudar a nuestros semejantes que atraviesan
alguna clase de necesidad.
La pregunta que debería ocupar nuestro pensamiento ante
cada persona es: ¿Cómo puede ayudarlo? O mejor aún, preguntarle al Señor Jesús:
¿Cómo quieres que lo ayude?
También a algunos podríamos decirle: Cuenta conmigo para
lo que necesites.
Este compromiso hacia las necesidades de los demás, que
no nos quepa duda, es fuente de verdadera paz.
Piensa y pregúntales a Jesús y a María qué puedes hacer
hoy por los demás.
Querido hermano, tú
obras fielmente al ponerte al servicio de tus hermanos, incluso de los que
están de paso, y ellos dieron testimonio de tu amor delante de la Iglesia.
Harás bien en ayudarlos para que puedan proseguir su viaje de una manera digna
de Dios. 3 Juan 1, 5-6.
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Paz del Mundo; por la Santa
Iglesia Católica; por el Papa, los sacerdotes y todos los que componemos el
cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno,
así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu
Santo; por las misiones, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos
especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por los presos
políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo, por la unión de
las familias y la fidelidad de los matrimonios; por el aumento de las
vocaciones sacerdotales y religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos oración por la operación de columna de Georgina,
de la ciudad de Córdoba, Argentina, para que la Santísima Virgen de Lourdes, y
la intercesión de San Vicente de Paul, ayuden a su pronta recuperación.
Pedimos oración por Ofelia P., de Corrientes, Argentina,
que está pasando un mal momento en su ámbito laboral, para que el Espíritu
Santo le dé paciencia y fortaleza hasta que las cosas mejoren.
Pedimos oración para José Luis B. F., que vive en
Torreón, México, y padece cáncer de próstata, confiando en que el Señor lo
toque con su mano sanadora y le permita recuperarse.
Pedimos oración por José B., 69 años, vive en Malaver,
Buenos Aires, Argentina, internado con problemas graves de corazón, rogando al
Sagrado Corazón de Jesús que lo ayude en estas circunstancias.
Pedimos oración por la estabilidad laboral de Luis
Fernando, que vive en Otawa, Canadá.
Pedimos oración por la salud física y espiritual de las
siguientes personas de Santa Fe, Argentina: Giovanna, 63 años; Susana y Raúl de
75 años y 87 años respectivamente; Fernando, 33 años; Germán Julio, 83 años y
por el eterno descanso de Oscar P. y el consuelo de su esposa y tres hijos.
Pedimos oración por la señora Bertha C. C., de México, a
quien operan del corazón; y por Estela S. R. que hoy será operada de fisura
anal, dejándolas en las manos de la amada Virgen de Guadalupe para su cuidado y
protección.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara
nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la
paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros
hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo
ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Nota de Redacción:
Para dar curso a los Pedidos de Oración es imprescindible
dar los siguientes datos: nombres completos de la persona (habitualmente no publicamos
apellidos), ciudad y país donde vive, y explicar el motivo de la solicitud de
oración. Por favor: en los pedidos ser breves y concretos y enviarlos a pequesemillitas@gmail.com y deben
poner en el asunto “Pedido de oración”, ya que los correos que llegan sin
asunto (o con el asunto en blanco) son eliminados sin abrirlos. No se reciben
pedidos de oración a través de Facebook ni por otro medio que no sea el correo
antes señalado.
"Intimidad Divina"
Espíritu de Ciencia
Hay en el Evangelio verdades cuyo alcance difícilmente
logra el cristiano captar del todo. “Buscad el Reino de Dios y su justicia, y
todo lo demás se os dará por añadidura” (Mt. 6, 33); o bien: “¿De qué le sirve
a uno ganar el mundo entero si se pierde o se perjudica a sí mismo?” (Lc 9,
25). Creer que Dios lo es todo, el bien único, la única felicidad y darle
siempre la primacía en las propias opciones, mientras él se oculta a los ojos;
creer que las criaturas por sí mismas son nada, mientras se ofrecen tan
lisonjeras y encantadoras, es arduo para el hombre que vive por los sentidos.
Si las realidades divinas se escapan a su experiencia, las realidades terrenas
lo aferran con una inmediatez y una urgencia de las que no puede sustraerse. Es
necesario que intervenga el Espíritu Santo, infundiendo en el cristiano una
ciencia nueva que transforme su mentalidad demasiado terrena aún, y haga más
viva y concreta su fe.
Guiado por el Espíritu Santo, San Juan de la Cruz ha
trazado su famoso camino de las “nadas” que, dejando a un lado los bienes
creados, conduce derecho y rápido a la unión con Dios. El hombre, iluminado por
el Espíritu Santo no se asusta de tanta renuncia, antes se abraza a ella con
gozo porque comprende que “todo es vanidad, fuera de amar a Dios y servirle a
él solo”. Pero el Espíritu Santo da a entender también al hombre el verdadero
valor de las realidades terrenas. Si bien le muestra que “todo el ser de las
criaturas comparado con el infinito de Dios, nada es” (J. C. S 1, 4, 4) no
niega las perfecciones que se encuentran en ellas, pero le evidencia que son
únicamente como un vestigio o reflejo de la perfección infinita de Dios.
Vistas de este modo las criaturas, ya no son obstáculo,
sino escala para subir a Dios. Cada criatura es un mensajero que anuncia a
Dios: proclama su bondad, su belleza, su omnipotencia, su presencia. El
cristiano consigue entonces una posición de equilibrio perfecto para con todas
las cosas creadas: las ama como obras de la mano de Dios, como mudos mensajeros
de su amor y de su persona, y no se apega a ellas porque su corazón reposa sólo
en Dios. El Concilio Vaticano II ha hablado repetidamente en este sentido: “El
hombre… hecho, en el Espíritu Santo, nueva criatura, puede y debe amar las
cosas creadas por Dios. Pues de Dios las recibe y las mira y respeta como
objetos salidos de la mano de Dios. Dándole gracias por ellas al Bienhechor y
usando y gozando de las criaturas en pobreza y con libertad de espíritu, entra
de veras en posesión del mundo como quien nada tiene y es dueño de todo. “Todo
es vuestro; vosotros sois de Cristo, y Cristo es de Dios” (1 Cr 3, 22-23).
Omnipotente,
eterno, justo y misericordioso Dios, en atención a ti mismo, me concedes a mí
miserable hacer lo que sé que tú quieres y querer siempre lo que te agrada;
para que, exteriormente purificado, interiormente iluminado y encendido en el
fuego del Espíritu Santo, pueda seguir las huellas de tu Hijo, Señor nuestro
Jesucristo, y llegar a ti Altísimo por sola tu gloria… Te ruego, oh Señor, que
la inflamada y dulce fuerza de tu amor arrebate mi mente de todas las cosas que
hay bajo el cielo, a fin de que yo muera en transporte de amor por ti, que te
has dignado morir en ímpetu de amor por mí. (San Francisco de Asís)
P. Gabriel de Sta. M. Magdalena O.C.D.
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
.
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