lunes, 3 de septiembre de 2012

Pequeñas Semillitas 1806


PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 7 - Número 1806 ~ Lunes 3 de Setiembre de 2012
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Mes de la Biblia
   

Alabado sea Jesucristo…
¿Qué significa ser una persona “muy religiosa”? ¿Qué significa ser “muy cristiano”? Todos podemos engañarnos acerca de la religiosidad, como los fariseos y los escribas del Evangelio: tenían más de seiscientas reglas (= purificaciones) pero dejaban de lado el mandamiento de Dios.
Todos podemos equivocarnos. Hay gente que se “llena” de estampitas para asegurarse la protección de “todos los santos habidos y por haber”… pero olvidan lo más importante: escuchar (= conocer) la Palabra de Dios y ponerla en práctica.
Recibir con docilidad la Palabra de Dios nos acercará, día tras día, a la religiosidad pura y sin mancha. ("El Domingo")


La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy


En aquel tiempo, Jesús se fue a Nazaret, donde se había criado y, según su costumbre, entró en la sinagoga el día de sábado, y se levantó para hacer la lectura. Le entregaron el volumen del profeta Isaías y desenrollando el volumen, halló el pasaje donde estaba escrito: «El Espíritu del Señor sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor».
Enrollando el volumen lo devolvió al ministro, y se sentó. En la sinagoga todos los ojos estaban fijos en Él. Comenzó, pues, a decirles: «Hoy se cumple esta escritura que acabáis de oír». Y todos daban testimonio de Él y estaban admirados de las palabras llenas de gracia que salían de su boca. Y decían: «¿No es éste el hijo de José?». Él les dijo: «Seguramente me vais a decir el refrán: ‘Médico, cúrate a ti mismo’. Todo lo que hemos oído que ha sucedido en Cafarnaúm, hazlo también aquí en tu patria». Y añadió: «En verdad os digo que ningún profeta es bien recibido en su patria. Os digo de verdad: muchas viudas había en Israel en los días de Elías, cuando se cerró el cielo por tres años y seis meses, y hubo gran hambre en todo el país; y a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una mujer viuda de Sarepta de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo, y ninguno de ellos fue purificado sino Naamán, el sirio».
Oyendo estas cosas, todos los de la sinagoga se llenaron de ira; y, levantándose, le arrojaron fuera de la ciudad, y le llevaron a una altura escarpada del monte sobre el cual estaba edificada su ciudad, para despeñarle. Pero Él, pasando por medio de ellos, se marchó.
(Lc 4,16-30)

Comentario
Hoy, «se cumple esta escritura que acabáis de oír» (Lc 4,21). Con estas palabras, Jesús comenta en la sinagoga de Nazaret un texto del profeta Isaías: «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido» (Lc 4,18). Estas palabras tienen un sentido que sobrepasa el concreto momento histórico en que fueron pronunciadas. El Espíritu Santo habita en plenitud en Jesucristo, y es Él quien lo envía a los creyentes.
Pero, además, todas las palabras del Evangelio tienen una actualidad eterna. Son eternas porque han sido pronunciadas por el Eterno, y son actuales porque Dios hace que se cumplan en todos los tiempos. Cuando escuchamos la Palabra de Dios, hemos de recibirla no como un discurso humano, sino como una Palabra que tiene un poder transformador en nosotros. Dios no habla a nuestros oídos, sino a nuestro corazón. Todo lo que dice está profundamente lleno de sentido y de amor. La Palabra de Dios es una fuente inextinguible de vida: «Es más lo que dejamos que lo que captamos, tal como ocurre con los sedientos que beben en una fuente» (San Efrén). Sus palabras salen del corazón de Dios. Y, de ese corazón, del seno de la Trinidad, vino Jesús —la Palabra del Padre— a los hombres.
Por eso, cada día, cuando escuchamos el Evangelio, hemos de poder decir como María: «Hágase en mí según tu palabra» (Lc 1,38); a lo que Dios nos responderá: «Hoy se cumple esta escritura que acabáis de oír». Ahora bien, para que la Palabra sea eficaz en nosotros hay que desprenderse de todo prejuicio. Los contemporáneos de Jesús no le comprendieron, porque lo miraban sólo con ojos humanos: «¿No es este el hijo de José?» (Lc 4,22). Veían la humanidad de Cristo, pero no advirtieron su divinidad. Siempre que escuchemos la Palabra de Dios, más allá del estilo literario, de la belleza de las expresiones o de la singularidad de la situación, hemos de saber que es Dios quien nos habla.
Rev. D. David AMADO i Fernández (Barcelona, España)


Santoral Católico:
San Gregorio Magno
Papa y Doctor de la Iglesia


Memoria de san Gregorio I Magno, papa y doctor de la Iglesia, que siendo monje ejerció ya de legado pontificio en Constantinopla y después, en tal día, fue elegido Romano Pontífice. Arregló problemas temporales y, como siervo de los siervos, atendió a los cuidados espirituales, mostrándose como verdadero pastor en el gobierno de la Iglesia, ayudando sobre manera a los necesitados, fomentando la vida monástica y propagando y reafirmando la fe por doquier, para lo cual escribió muchas y célebres obras sobre temas morales y pastorales. Murió el doce de marzo (604).

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Fuente: Catholic.net


La frase de hoy

“Me encanta el sonido
que hacen algunas personas...
cuando callan”


Tema del día:
La defensa de la Verdad


1) Para saber

El pasado miércoles 29 de agosto, siendo la memoria litúrgica del martirio de San Juan Bautista, el Papa afirmaba que este santo testificó con su sangre su fidelidad a la verdad. San Juan, al ver el desorden y el escándalo que producía la unión ilegítima del rey Herodes, se ve en la necesidad de señalárselo. Eso provoca que la mujer de Herodes le pida al rey que sea decapitado el Bautista.

San Juan no calló la verdad, y por eso murió por Cristo, quien es la Verdad. Justamente, por el amor a la verdad, no tiene temor a dirigir palabras fuertes a aquellos que habían perdido el camino de Dios.

2) Para pensar

En la antigüedad, en Siracusa, gobernaba el tirano Dionisio I en el siglo IV a.C. Se dice que se creía un excelente poeta, aunque la realidad era otra. Sin embargo nadie se atrevía a decírselo.

En cierta ocasión quiso leer sus versos a un auténtico poeta llamado Filoxeno, quien no reparó en decirle la verdad sobre la poca calidad de su producción literaria. No le gustó al tirano la crítica que hizo el poeta. Y como no aceptaba críticas, ni que nadie se le opusiera, cosa muy propia de un tirano, lo hizo encarcelar sin más explicaciones.

Pasaron unos días y compuso otros versos el tirano. Tenía muchas ganas de conocer la opinión del poeta, así que mandó a los guardias que lo trajeran. Lo hizo sentar a su mesa y, una vez estando enfrente, le leyó sus rimas. Atento esperaba la aprobación del poeta. Sin embargo, Filoxeno se dirigió a los guardias que lo habían acompañado y les dijo: “Me tendrán que devolver otra vez a la prisión”.

3) Para vivir

Cuando una persona es veraz, se esfuerza en ser coherente, aleja de toda falsedad y doblez, entonces podemos decir que es una persona auténtica. Y no solo por hablar con la verdad, sino también por acogerla benignamente.

El Papa Benedicto XVI invitaba a que el martirio de san Juan Bautista sea un ejemplo también para nosotros, y no ceder a componendas con el amor a Cristo, a su Palabra, a la Verdad: “La Verdad es Verdad, no hay componendas. La vida cristiana requiere, por así decirlo, el "martirio" de la fidelidad diaria al Evangelio, el valor para dejar que Cristo crezca en nosotros y sea Cristo quien dirija nuestro pensamiento y nuestras acciones”.

Indicaba el Papa que la fuerza para afrontar las consecuencias de la verdad, al igual que San Juan Bautista, la hemos de encontrar en nuestra relación con Dios, en la oración. Por ello, la oración nunca es una pérdida de tiempo, no es robar espacio a las actividades, incluidas las apostólicas, sino es exactamente lo contrario: solo si somos capaces de tener una vida de oración fiel, constante, segura, Dios mismo nos dará la fuerza y la capacidad de vivir de un modo feliz y sereno, superar las dificultades y testimoniarlo con valor.

Para terminar, podemos recordar las palabras de San Josemaría que nos invitan a esa congruencia: “No tengas miedo a la verdad, aunque la verdad te acarree la muerte” (Camino, n. 34).

Pbro. José Martínez Colin


Pensamientos sanadores


Eres un pensador para la eternidad

Conscientes o no, todos caminamos hasta el fin de nuestros días en la tierra. A muchos, este pensamiento les asusta y se resisten a meditar en esta realidad.
Sin embargo, para el hombre y la mujer de fe, la partida de esta vida no es el fin, sino el verdadero comienzo.
No podemos hacer nada para impedir la despedida de esta vida, pero sí podemos hacer mucho para vivir mejor el tiempo que nos queda y ser sembradores de lo eterno.
Todo lo que desde el amor y la entrega cotidiana, sembremos en el campo de esta vida, lo recogeremos en el valle florecido y colmado de frutos de la eternidad.
No obstante, ya desde esta tierra, podremos ir gustando los frutos de una vida en sintonía con la voluntad de Dios, y esos frutos serán paz, alegría y plenitud.

Está bien, servidor bueno y fiel, ya que respondiste fielmente en lo poco, te encargaré de mucho más; entra a participar del gozo de tu señor. Mateo 25, 23.


Pedidos de oración


Pedimos oración por la Paz del Mundo; por la Santa Iglesia Católica; por el Papa, los sacerdotes y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por la unión de las familias y la fidelidad de los matrimonios; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración por las siguientes personas de Santa Fe, Argentina: Tomás Valentín B., bebé de 10 meses, internado con bronquiolitis y convulsiones; Ezequiel B., de 32 años con un tumor maligno pulmonar en tratamiento de quimioterapia; y por la familia constituida por Nieves y Roberto y sus hijos Marta, Roberto y Liliana, para que puedan recuperar la paz y armonía familiar.

Pedimos oración por Valerie, bebita prematura, que está con oxígeno y pesa un poco más de un kilo, en Chicago, USA. Oramos por ella pidiendo al Niño Jesús que la acompañe en su recuperación.

Pedimos oración por el alma de Ebella, que vivía en la ciudad de Buenos Aires, Argentina, y ha sido llamada a la casa del Padre celestial. Paz para ella y cristiano consuelo para sus familiares.

Pedimos oración por estas personas de Córdoba, Argentina: Por la salud de Viviana Elizabeth aquejada de un cáncer de pulmón, su mamá esta muy preocupada por unas manchas que le han salido en las piernas y en esta semana estará el resultado de la biopsia. Por la recuperación física y mental de María Soledad de la localidad de Laborde, que tuvo un parto prematuro de 7 meses y la semana pasada falleció el bebé que estaba en incubadora, mientras ella se encuentra muy delicada, internada, sufriendo por la terrible pérdida ya que era madre primeriza… que la Virgencita le dé fuerzas para recuperarse. Por la familia de María Cristina, que está atravesando una difícil situación y necesitan oraciones para superarlas.

Pedimos oración por Camilo C. C., que vive en México, contrajo leucemia, nació el 21 de noviembre de 1979. También pedimos  para que la médula de Mateo P., de Santa Fe, Argentina, comience a funcionar. Por Shanty R. P., de 32 años, que tiene malaria y actualmente vive en Haití, donde fue uno de los tantos voluntarios que tiene ese país luego del terremoto. Por Victoria S. que ha sido trasplantada del corazón y está internada en Buenos Aires. Y por Viviana, de Argentina, que tiene rasgos de depresión.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Nota de Redacción:
Para dar curso a los Pedidos de Oración es imprescindible dar los siguientes datos: nombres completos de la persona (habitualmente no publicamos apellidos), ciudad y país donde vive, y explicar el motivo de la solicitud de oración. Por favor: en los pedidos ser breves y concretos y enviarlos a pequesemillitas@gmail.com y deben poner en el asunto “Pedido de oración”, ya que los correos que llegan sin asunto (o con el asunto en blanco) son eliminados sin abrirlos. No se reciben pedidos de oración a través de Facebook ni por otro medio que no sea el correo antes señalado.


"Intimidad Divina"

Dueños de sí

“Todo me es lícito; mas no todo me conviene. Todo me es lícito; ¡mas no me dejaré dominar por nada!” (1 Cr 6, 12). Así rebate San Pablo la pretensión de los que, con excusa de libertad, quieren gozarlo todo, experimentarlo todo. La libertad de las prescripciones de una ley oprimente, instaurada por Cristo y ratificada por el Apóstol, no puede ser sinónimo de desenfreno. “Nada de comilonas y borracheras, nada de lujurias y desenfrenos, nada de rivalidades y envidias. Revestíos más bien del Señor Jesucristo y no os preocupéis de la carne para satisfacer sus concupiscencias” (Rm 13, 13-14). Como las demás virtudes, también la templanza fue infundida en el cristiano con el bautismo, como capacidad de someter el mundo irracional de los instintos y de las pasiones al espíritu, el espíritu de Dios.

Hablando de las cualidades necesarias al que ha sido llamado a presidir las comunidades cristianas, dice San Pablo: “no (sea) colérico…, no violento…, sino dueño de sí” (Tt 1, 7-8), “moderado, enemigo de pendencias” (1 Tm 3, 3). El dominio de sí es fruto de la templanza, la cual refrena la ira, la cólera y la violencia. El cristianismo no quiere formar débiles o cobardes, en los que toda reacción vivaz está apagada y todo gesto varonil destruido; quiere personalidades fuertes, capaces de dominar todo exceso de cólera. Templanza y fortaleza no se anulan mutuamente, sino concurren a formar al cristiano “dueño de sí”: manso y pacífico en las relaciones con el prójimo, pero pronto a hacerse violencia a sí mismo para señorear  las propias pasiones y los altibajos del humor.

Cuando el corazón está trastornado por el arrebato de la cólera, es imposible discernir lo verdadero y lo bueno, es imposible darse cuenta de la voluntad de Dios. Sólo en la calma y paz interior, puede el hombre percibir las invitaciones del Espíritu Santo y hacerse disponible a su acción. Juan XXIII escribía en su diario: “Conservar mi paz, y en la paz un gran fervor; no apartarme de ningún modo del sistema que me aconseja humildad y mansedumbre en todo, aunque sienta cualquier impulso o tentación en contra; mansedumbre que no es en manera alguna pusilanimidad” (El diario del alma, 1939). Es un eco de las frecuentes exhortaciones de San Pablo a los cristianos a portarse “con toda humildad y mansedumbre” (Ef 4, 2) y a ser “apacibles, mostrando una perfecta mansedumbre con todos los hombres” (Tt 3, 2). Por lo demás templanza y mansedumbre se cuentan entre los frutos del Espíritu Santo.

Haz, Señor, que nos revistamos de concordia, manteniéndonos en el espíritu de humildad y continencia, apartados muy lejos de toda murmuración y calumnia, justificados por nuestras obras y no por nuestras palabras… Nuestra alabanza ha de venir de ti, oh Dios, y no de nosotros mismos, pues Dios aborrece a los que se alaban a sí mismos. El testimonio de nuestra buena acción sea dado por otros, como lo fue dado a nuestros padres, que fueron justos. El descaro y la arrogancia y la temeridad dicen con los maldecidos por Dios; la modestia y la humildad y la mansedumbre son los bendecidos por Dios. Ayúdanos a ver cuáles son los caminos para alcanzar esta bendición…; y a llevar a cabo toda obra buena con fervor y generosidad de ánimo. (San Clemente Romano)

P. Gabriel de Sta. M. Magdalena O.C.D.
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
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