domingo, 1 de julio de 2012

Pequeñas Semillitas 1752


PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 7 - Número 1752 ~ Domingo 1° de Julio de 2012
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
   

Alabado sea Jesucristo…
La escena es sorprendente. El evangelista Marcos presenta a una mujer desconocida como modelo de fe para las comunidades cristianas. De ella podrán aprender cómo buscar a Jesús con fe, cómo llegar a un contacto sanador con Él y cómo encontrar en Él la fuerza para iniciar una vida nueva, llena de paz y salud. A diferencia de Jairo, identificado como "jefe de la sinagoga" y hombre importante en Cafarnaún, esta mujer no es nadie. Solo sabemos que padece una enfermedad secreta, típicamente femenina, que le impide vivir de manera sana su vida de mujer, esposa y madre. Sufre mucho física y moralmente. Se ha arruinado buscando ayuda en los médicos, pero nadie la ha podido curar. Sin embargo, se resiste a vivir para siempre como una mujer enferma. Está sola. Nadie le ayuda a acercarse a Jesús, pero ella sabrá encontrarse con Él. No espera, pasivamente, que Jesús se acerque a ella y le imponga sus manos. Ella misma lo buscará. Irá superando todos los obstáculos. Hará todo lo que puede y sabe. Jesús comprenderá su deseo de una vida más sana. Confía plenamente en su fuerza sanadora. Esta mujer, con su capacidad para buscar y acoger la salvación que el Padre nos ofrece en Jesús, es un modelo de fe para todos nosotros.
¿Quién ayuda a las mujeres de nuestros días a encontrarse con Jesús? Las mujeres no encuentran entre nosotros la acogida, la valoración y la comprensión que encontraban en Jesús. No sabemos mirarlas como las miraba Él. Sin embargo, con frecuencia, ellas son también hoy las que con su fe en Jesús y su aliento evangélico sostienen la vida de nuestras Comunidades Cristianas.      
José Antonio Pagola


La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy


En aquel tiempo, Jesús pasó de nuevo en la barca a la otra orilla y se aglomeró junto a Él mucha gente; Él estaba a la orilla del mar. Llega uno de los jefes de la sinagoga, llamado Jairo, y al verle, cae a sus pies, y le suplica con insistencia diciendo: «Mi hija está a punto de morir; ven, impón tus manos sobre ella, para que se salve y viva». Y se fue con él. Le seguía un gran gentío que le oprimía.
Entonces, una mujer que padecía flujo de sangre desde hacía doce años, y que había sufrido mucho con muchos médicos y había gastado todos sus bienes sin provecho alguno, antes bien, yendo a peor, habiendo oído lo que se decía de Jesús, se acercó por detrás entre la gente y tocó su manto. Pues decía: «Si logro tocar aunque sólo sea sus vestidos, me salvaré». Inmediatamente se le secó la fuente de sangre y sintió en su cuerpo que quedaba sana del mal. Al instante, Jesús, dándose cuenta de la fuerza que había salido de Él, se volvió entre la gente y decía: «¿Quién me ha tocado los vestidos?». Sus discípulos le contestaron: «Estás viendo que la gente te oprime y preguntas: ‘¿Quién me ha tocado?’». Pero Él miraba a su alrededor para descubrir a la que lo había hecho. Entonces, la mujer, viendo lo que le había sucedido, se acercó atemorizada y temblorosa, se postró ante Él y le contó toda la verdad. Él le dijo: «Hija, tu fe te ha salvado; vete en paz y queda curada de tu enfermedad».
Mientras estaba hablando llegan de la casa del jefe de la sinagoga unos diciendo: «Tu hija ha muerto; ¿a qué molestar ya al Maestro?». Jesús que oyó lo que habían dicho, dice al jefe de la sinagoga: «No temas; solamente ten fe». Y no permitió que nadie le acompañara, a no ser Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago. Llegan a la casa del jefe de la sinagoga y observa el alboroto, unos que lloraban y otros que daban grandes alaridos. Entra y les dice: «¿Por qué alborotáis y lloráis? La niña no ha muerto; está dormida». Y se burlaban de Él. Pero Él después de echar fuera a todos, toma consigo al padre de la niña, a la madre y a los suyos, y entra donde estaba la niña. Y tomando la mano de la niña, le dice: «Talitá kum», que quiere decir: «Muchacha, a ti te digo, levántate». La muchacha se levantó al instante y se puso a andar, pues tenía doce años. Quedaron fuera de sí, llenos de estupor. Y les insistió mucho en que nadie lo supiera; y les dijo que le dieran a ella de comer.
(Mc 5,21-43)

Comentario
Hoy, san Marcos nos presenta una avalancha de necesitados que se acerca a Jesús-Salvador buscando consuelo y salud. Incluso, aquel día se abrió paso entre la multitud un hombre llamado Jairo, el jefe de la sinagoga, para implorar la salud de su hijita: «Mi hija está a punto de morir; ven, impón tus manos sobre ella, para que se salve y viva» (Mc 5,23).
Quién sabe si aquel hombre conocía de vista a Jesús, de verle frecuentemente en la sinagoga y, encontrándose tan desesperado, decidió invocar su ayuda. En cualquier caso, Jesús captando la fe de aquel padre afligido accedió a su petición; sólo que mientras se dirigía a su casa llegó la noticia de que la chiquilla ya había muerto y que era inútil molestarle: «Tu hija ha muerto; ¿a qué molestar ya al Maestro?» (Mc 5,35).
Jesús, dándose cuenta de la situación, pidió a Jairo que no se dejara influir por el ambiente pesimista, diciéndole: «No temas; solamente ten fe» (Mc 5,36). Jesús le pidió a aquel padre una fe más grande, capaz de ir más allá de las dudas y del miedo. Al llegar a casa de Jairo, el Mesías retornó la vida a la chiquilla con las palabras: «Talitá kum, que quiere decir: ‘Muchacha, a ti te digo, levántate’» (Mc 5,41).
También nosotros debiéramos tener más fe, aquella fe que no duda ante las dificultades y pruebas de la vida, y que sabe madurar en el dolor a través de nuestra unión con Cristo, tal como nos sugiere el papa Benedicto XVI en su encíclica Spe Salvi (Salvados por la esperanza): «Lo que cura al hombre no es esquivar el sufrimiento y huir ante el dolor, sino la capacidad de aceptar la tribulación, madurar en ella y encontrar en ella un sentido mediante la unión con Cristo, que ha sufrido con amor infinito».
Fray Valentí Serra i Fornell (Barcelona, España)


Santoral Católico:
La Preciosísima Sangre de Cristo


Instituida en 1849 por el papa Pío IX, la fiesta de la Preciosísima Sangre de Nuestro Señor, fue elevada al rango de doble de la clase por Pío XI. Benedicto XVI recordó que antiguamente el primer domingo de julio se caracterizaba por la devoción a la Preciosa Sangre de Cristo; una tradición confirmada, dijo, "por el beato Juan XXIII, que en la Carta Apostólica "Inde a primis", del 30 de junio de 1960, explicaba su significado y aprobaba las Letanías".

El Papa explicó que "el tema de la sangre, ligado al del Cordero pascual, asume una importancia de primer orden en las Sagradas Escrituras", y rememoró la frase de Cristo en la Última Cena: "Esta es la sangre de la alianza, derramada por muchos para el perdón de los pecados".

Al recordarnos la escena del Calvario, con la lanzada que atravesó el costado del divino crucificado, quiere subrayar la liturgia de la fiesta el sentido y el alcance infinito del sacrificio del Calvario.


Palabras del Beato Juan Pablo II

"En el Gólgota triunfa la verdad que libera
y el amor que transforma el mundo.
Cristo, crucificado y resucitado,
nos acoge hoy en su mesa
y nos da nuevamente su espíritu.
La luz de la Pascua
es el alba de un día invencible"

Beato Juan Pablo II


Tema del día:
Tocar a Jesús


Hoy el evangelio entremezcla dos milagros de Jesús: Jairo le pide que vaya a curar a su hija enferma. Jesús se pone en camino; pero entonces llega una mujer enferma con flujos de sangre y es curada. Después sigue Jesús con Jairo, aunque su hija ya ha muerto; pero la resucita. Hay varias cosas en común. Una, curiosa, que la niña muerta tiene 12 años y la mujer está enferma desde hace 12 años. Los evangelistas, siguiendo la cultura de aquel tiempo, al mismo tiempo que narran algo real, describen algo simbólico. El número 12 aparece muchas veces en la Sagrada Escritura. Es un número que indica plenitud. Aquí es el tiempo de toda una vida y una gran enfermedad, para que resalte más el poder y el amor de Jesús. Puede simbolizar la humanidad pecadora y liberada de sus males por la salvación de Jesús.

Lo importante es la fe, unida a la humildad. Jairo era un hombre importante dentro de su sociedad; pero cuando se trata de salvar a su hija, deja su orgullo y se postra ante Jesús con humildad. No encuentra otra solución. La mujer tiene una enfermedad que ante la sociedad es considerada como impura y no quiere comprometer a Jesús. Pero su fe es tan grande que cree bastarla con sólo tocar el manto de Jesús.

Sigamos primeramente a esta mujer. Como quiere que ni Jesús ni la gente se den cuenta de su presencia, va con disimulo, llega a poder meter el brazo entre la gente y toca el manto de Jesús. Pero Jesús, que sabe que ha salido una “virtud” especial de su persona, no quiere que quede esta fe en la oscuridad y consuela a la mujer, hace que su fe se fortalezca y quede patente su ejemplo para todos nosotros. No es lo mismo apretujar a Jesús que “tocarlo” con fe. Muchos apretujan a Jesús en la Iglesia, reciben sacramentos, se llaman cristianos, pero no se aprovechan de la presencia del Espíritu Santo. Y más en concreto: Muchos comulgan, reciben a Jesús de forma material, y sin embargo siguen tan amargados, cerrados sobre sí mismos, tan avaros y tan faltos de caridad. En realidad no han “tocado” con amor el Cuerpo de Cristo.

Seguro que Jairo, si hubiera sabido antes que su hija había muerto, no le hubiera dicho nada a Jesús. Eso pensaban los que le dieron la noticia. Pero Jesús, que escucha lo que hablan, le quiere acrecentar la fe. Para Jesús era tanto o más importante que Jairo tuviera plena fe, como la resurrección que iba a realizar en la niña. Por eso le dice: “Basta que tengas fe”. Es posible que con la fe de aquel hombre se uniera algo de creencia en la magia. Jesús le ayudó a purificar la fe. Hoy también para muchos unen religión con magia. Pero la verdadera fe es un encuentro personal con Dios. Es la respuesta libre de la persona humana a Dios que se revela. La fe tiene mucho de confianza, pero también de amor, de entrega. La fe no es sólo un acto personal, sino que se transmite y se sostiene con la fe de otros. Por eso cada uno de nosotros puede contribuir para que la fe de otros comience o se sostenga y aumente.

La resurrección de aquella niña nos puede dar otras enseñanzas. A nuestro lado hay muchos muertos en el alma. Podemos decir que son “cadáveres ambulantes”. Y pueden volver a la vida. Nosotros, con nuestra oración y ejemplo de vida, podemos ayudar (porque Dios es quien lo hace), para que vuelvan a la verdadera vida, que es más importante que la vida del alma. Esto en general; pero un llamado especial es para los padres de familia. A veces se fijan en que no falte nada material a su hijo y quizá le falta lo principal, que es la vida del alma. Hay muchos hijos en peligro y los padres se preocupan poco. Debemos mirar hoy el ejemplo de Jairo, como podemos ver a santa Mónica que con su oración y lágrimas consiguió la conversión de su hijo, san Agustín.

La muerte no es el peor mal. Para los santos es un bien porque es el abrazo eterno y definitivo con Dios. La muerte es consecuencia del pecado; por eso el pecado es el gran mal, sobre todo si ocasiona la muerte por la violencia. Cristo resucitando a aquella niña nos da una garantía de que un día nos resucitará definitivamente.

P. Silverio Velasco (España)


Nuevo video y artículo

Hay un nuevo video subido a este blog.
Para verlo tienes que ir al final de la página.

Hay nuevo material publicado en el blog
"Juan Pablo II inolvidable"
Puedes acceder en la dirección:


Pensamientos sanadores


Mejorando la calidad de tu tiempo

Cada momento de encuentro contigo mismo y con Dios es único e irrepetible.
En ellos, Dios quiere comunicarte más de su unción, más de su presencia, más de su gracia.
Cada encuentro con tu propia interioridad y con el Espíritu de Dios que mora en ti puede revelarte una cosecha de bendiciones para disfrutar ahora y en los días venideros.
Por lo tanto, haz en estos momentos una oración en fe, es decir, una oración de gratitud anticipatoria, dándole gracias a Dios por la abundancia de sus gracias que él ha querido que fueran tuyas y por las bendiciones que se harán evidentes en los próximos días, no sólo en tu vida sino en la vida de las personas por las que tú estás orando.

Que tus oídos estén atentos y tus ojos abiertos para escuchar la plegaria de tu servidor, la que ahora yo te dirijo día y noche por los israelitas tus servidores, confesando sus pecados, porque hemos pecado contra ti. ¡Sí, yo y la casa de mi padre hemos pecado! Nehemías 1, 6.


Nunca nos olvidemos de agradecer


Alguna vez leí que en el cielo hay dos oficinas diferentes para tratar lo relativo a las oraciones de las personas en la tierra:
Una es para receptar pedidos de diversas gracias, y allí los muchos ángeles que atienden trabajan intensamente y sin descanso por la cantidad de peticiones que llegan en todo momento.
La otra oficina es para recibir los agradecimientos por las gracias concedidas y en ella hay un par de ángeles aburridos porque prácticamente no les llega ningún mensaje de los hombres desde la tierra para dar gracias...
Desde esta sección de "Pequeñas Semillitas" pretendemos juntar una vez por semana los mensajes para la segunda oficina: agradecimientos por favores y gracias concedidas como respuesta a nuestros pedidos de oración.

El pasado 13 de junio pedíamos oraciones por Adriana, de 17 años, que en un accidente de automóvil había sufrido fractura de columna vertebral con pronósticos médicos terribles. Ahora escribe la abuela de Adriana para dar buenas noticias sobre su evolución: Quiero darle las gracias a todos mi buenos amigos por sus oraciones. Quiero decirles que Adriana caminó con un andador, sólo unos pasos pero eso es súper bueno y hasta tocó el piano. Ella está haciendo un gran esfuerzo por recuperarse y superar el dolor pues sabe que moviéndose es más fácil el poder caminar y todo lo demás. Gracias de nuevo y las Oraciones hacen Milagros… no olviden eso nunca.

Desde USA nos escriben para agradecer porque la médula de Taylor, joven de 17 años residente de Hawaii, ha empezado a producir glóbulos rojos, blancos y plaquetas. Recién empieza a mejorar y todavía le queda harto camino por recorrer, pero vale dar las gracias al amadísimo Señor Jesucristo pues ha escuchado las oraciones de sus fieles.

Escribe Henry y nos dice: Con gran regocijo, doy a ustedes gracias por las oraciones y plegarias que elevaron ante Jesús nuestro Señor por mi hija Andrea para el proyecto de graduación en la universidad; Dios se manifestó ante las directivas de la universidad y fue aceptada la propuesta de graduación. Gracias Dios mio, por darnos a tu hijo Jesús, nuestro Señor.

Desde Cuba, nuestra amiga Hilda escribe para agradecer a Dios y a las personas que rezaron por su primita Glenda, de 8 años, afectada de cáncer renal; ya la niña fue operada y ahora se encuentra de pase en la casa, debiendo continuar haciendo tratamiento citostático; pero ya está bastante bien.

También recibimos correo de nuestra lectora cubana, radicada en Miami, Diana, que nos dice: Quisiera agradecer a la Santísima Virgen y a San Judas por su intercesión y a Dios Nuestro Señor por habernos concedido el haber logrado reunir toda nuestra familia en Cuba en ocasión del cumpleaños 50 de mi hija Diana Margarita. Nos sumamos en el agradecimiento a Dios.

Desde Medellín, Colombia, Juan Carlos expresa: Agradezco de todo corazón a la Santísima Trinidad, a la Santa Virgen María, a San José, a todos los Santos y a todas las personas que atendieron mi pedido de oración para que se hiciera en mi padre Luis Eduardo Estrada Carmona (91 años) la Santa voluntad de nuestro Padre Celestial, ante su delicado estado de salud. El pasado miércoles 27 de junio a las 2:40 PM regresó a la casa de nuestro Padre Celestial.

Finalmente, desde Guatemala, nos llega el pedido de agradecimiento al Señor por los 38 años de matrimonio de Antonio y María Victoria, durante los cuales fueron bendecidos con 4 hijos y siempre han tenido la misericordia de Dios y han estado cubiertos con el manto bendito de la Virgen María. Felicidades y que se renueven las bendiciones…!!!


Estadísticas de los Blogs

 
El siguiente es el estado demostrativo de la cantidad de visitas registradas en los dos blogs que llevamos adelante en internet: "Pequeñas Semillitas" y "Juan Pablo II inolvidable". Esta información se publica el primer día de cada mes.

Debe recordarse que las visitas se cuentan desde el inicio de cada uno de ellos que ha sido en fechas distintas:

   Desde el 1º de Marzo de 2007 hasta hoy ha sido visitado por 1.705.002 lectores. Durante el último mes (junio 2012) registró 18.090 visitas.

   Desde el 26 de Diciembre de 2009 hasta hoy ha sido visitado por 304.976 lectores. Durante el último mes (junio 2012) registró 5.592 visitas.


"Intimidad Divina"


El binomio muerte-vida constituye la temática central de la liturgia del día. Dios, que es el viviente por excelencia, creando al hombre a su imagen y semejanza, no podía destinarlo a la muerte. La Escritura es explícita sobre este punto: “Dios creó al hombre incorruptible, le hizo imagen de su misma naturaleza”. ¿De dónde procede, pues, la triste realidad de la muerte a la que nadie puede escapar? Desde las primeras páginas de la Biblia se la presenta como el castigo del pecado (Gn 3, 19). El maligno, incitando al hombre a pecar lo arrastró a la muerte total: muerte física y muerte espiritual, es decir separación eterna de Dios. Y mientras la  muerte corporal es para el justo tránsito a la vida eterna, la del impío coincide con la perdición eterna. “La justicia es inmortal” (Sb 1, 15), afirma la Escritura; o sea, los que viven según la virtud y según Dios, tienen asegurada la inmortalidad; en cambio, los impíos con sus pecados “llaman a la muerte” (ib 16), la muerte eterna, separación irreparable de Dios, fuente de la vida.

Redimiendo al hombre del pecado, Jesús lo ha redimido también de la muerte; le ha restituido plenamente su destino de vida eterna. Cristo demuestra este poder con las resurrecciones que obra; el Evangelio de hoy (Mc 5, 21-43) refiere el de la hija de Jairo. Igual que en caso de Lázaro, no dice Jesús que está muerta, sino que duerme, como para indicar que la muerte, lo mismo que el sueño admite un despertar y que para él no es más difícil resucitar a un muerto que despertar a uno que duerme.

También la caridad ha de concurrir a serenar al hombre frente a la muerte. En la Segunda Lectura (2 Cr 8, 7-9; 13-15) exhorta San Pablo a los Corintios a dar su contribución generosa para aliviar la pobreza de los hermanos de Jerusalén. Y recordándoles que Jesús, “siendo rico se hizo pobre por nosotros, para que con su pobreza nos hagamos ricos” (ib 9), les invita a inclinar la abundancia propia sobre la indigencia ajena, porque “un día la abundancia de ellos remediará vuestra falta” (ib 14). En otras palabras, la limosna que alivia la miseria material de los desheredados, remedia la moral de los hacendados o de cualquiera que la realice. La caridad, la benevolencia y la generosidad para con los pobres, obtiene de Dios el perdón de los pecados y enriquece para la vida eterna.

Perdóname Señor, antes de que me vaya y de que no exista en adelante. Líbrame de los pecados antes de que me vaya, para no marchar con ellos. Perdóname para que descanse en mi conciencia y me exonere de la agitación de la angustia. Me preocupo de esta angustia debido a mi  pecado. Oh Señor, contemplo aquella bienaventurada región, aquella patria, aquella casa en la que los santos participan de la vida eterna y de la inmutable verdad, y temo ir fuera de allí adonde está el sumo ser… Si no me perdonas los pecados, estaré sin ti eternamente. ¿A quién, pues, me encaminaré eternamente? Hacia aquel que dijo: “Yo soy el que soy”; hacia aquel que dijo: “Di a los hijos de Israel: El que es me envió a vosotros”. Quien camina en sentido opuesto a aquel que es, se diriga al no ser. (San Agustín)

P. Gabriel de Sta. M. Magdalena O.C.D.
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
.

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