martes, 17 de julio de 2012

Pequeñas Semillitas 1758


PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 7 - Número 1758 ~ Martes 17 de Julio de 2012
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
   

Alabado sea Jesucristo…
“La finalidad de la Iglesia es la propagación del Reino de Cristo, para hacer partícipes a todos los hombres de la redención” dijo este domingo el Santo Padre Benedicto XVI, en su saludo a los peregrinos de lengua española, después de la oración mariana dominical del Ángelus en la residencia de verano de Castelgandolfo. Y concluyó: “Animo a todos los miembros de la Iglesia, y de modo especial a los laicos, a responder con generosidad y prontitud de corazón a la voz de Cristo, para unirse más íntimamente a él y colaborar en su misión salvífica”.
La realidad es que todo cristiano es “llamado” desde el bautismo a vivir el Evangelio y a participar de la obra evangelizadora que Jesús encomendó a su Iglesia. Algunos varones y mujeres son “llamados” a una “consagración plena y exclusiva” a esa gran misión. Nadie debe sentirse excluido de antemano. Todo cristiano, alguna vez en su vida, ha de preguntarse: ¿Por qué yo no?, y buscar consejo y orientación y orar mucho para que su corazón esté abierto y disponible al llamado de Dios.
Bien dicen que Dios no elige a los capaces… sino que capacita a los elegidos.


La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy


En aquel tiempo, Jesús se puso a maldecir a las ciudades en las que se habían realizado la mayoría de sus milagros, porque no se habían convertido: «¡Ay de ti, Corozaín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que se han hecho en vosotras, tiempo ha que en sayal y ceniza se habrían convertido. Por eso os digo que el día del Juicio habrá menos rigor para Tiro y Sidón que para vosotras. Y tú, Cafarnaúm, ¿hasta el cielo te vas a encumbrar? ¡Hasta el Hades te hundirás! Porque si en Sodoma se hubieran hecho los milagros que se han hecho en ti, aún subsistiría el día de hoy. Por eso os digo que el día del Juicio habrá menos rigor para la tierra de Sodoma que para ti».
(Mt 11,20-24)

Comentario
Hoy, el Evangelio nos habla del juicio histórico de Dios sobre Corozaín, Cafarnaúm y otras ciudades: «¡Ay de ti, Corozaín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que se han hecho en vosotras, tiempo ha que (...) se habrían convertido» (Mt 11,21). He meditado este pasaje entre sus negras ruinas, que es todo lo que queda de ellas. Mi reflexión no me ha llevado a alegrarme del fracaso que sufrieron. Pensaba: en nuestras poblaciones, en nuestros barrios, en nuestros casas, por ellas también pasó el Señor y... ¿qué caso se le hizo?, ¿qué caso le he hecho yo?
Con una piedra en la mano, me he dicho para mis adentros: algo así quedará de mi existencia histórica, si no vivo responsablemente la visita del Señor. He recordado al poeta: «Alma, asómate ahora a la ventana: verás con cuánto amor llamar porfía», y avergonzado reconozco que yo también he dicho: «Mañana le abriremos... para lo mismo responder mañana» (Lope de Vega).
Cuando cruzo las inhumanas calles de nuestras “ciudades dormitorio”, pienso: ¿qué se puede hacer entre estos habitantes con quienes me siento incapaz de establecer un dialogo, con quienes no puedo compartir mis ilusiones, a quienes me resulta imposible trasmitir el amor de Dios? Recuerdo, entonces, el lema que escogió san Francisco de Sales al ser nombrado obispo de Ginebra —el máximo exponente de la Reforma protestante— en aquel tiempo: «Donde Dios nos plantó, es preciso saber florecer». Y si con una piedra en la mano meditaba el juicio severo de Dios que puede recaer sobre mí, en otros momentos —con una florecilla silvestre, nacida entre los hierbajos y el estiércol de la alta montaña— pienso que no debo perder la Esperanza. Debo corresponder a la bondad que Dios ha mostrado conmigo, y así mi pequeña generosidad depositada en el corazón del que saludo, la mirada interesada y atenta hacia el que me pide una información, mi sonrisa dirigida al que me cede el paso, florecerá en un futuro. Y nuestro entorno no perderá la Fe.
Rev. D. Pedro-José YNARAJA i Díaz (El Montanyà, Barcelona, España)


Santoral Católico:
Santa Eduviges
Reina de Polonia


Información detallada, clic acá 

Santas Justa y Rufina
Mártires de Sevilla


Información detallada, clic acá

Fuente: Catholic.net


La frase de hoy

“No hay derecho mayor y más inalienable
que el derecho a soñar.
El único derecho que ningún dictador
puede recortar y suprimir.”

Jorge Amado


Tema del día:
Se acerca el Año de la Fe


1) Para saber

Acercándose el inicio del “Año de la Fe”, que será en octubre de este año, el Papa Benedicto XVI comentó el pasaje del Evangelio donde Jesús va al lugar donde creció, en Nazaret. Sucede que estando ahí, los lugareños no creen en el Señor. De ahí deriva la expresión: “Nadie es profeta en su tierra”, que significa que nadie es reconocido por los más cercanos (cf. Mc. 6,4).

Después de que Jesús había dejado Nazaret y ya desde hacía un tiempo estaba predicando y curando por otros lugares, regresó una vez a su pueblo y se puso a enseñar en la sinagoga. Aunque sus conciudadanos estaban sorprendidos por la sabiduría de Jesús, se escandalizaban de Él. Comenta el Papa que este hecho es comprensible, porque la familiaridad en el plano humano hace que sea difícil abrirse a la dimensión divina (Mc 6,5).

Los milagros de Cristo no son una exhibición de poder, sino los signos del amor de Dios, que tiene lugar allí donde encuentra la fe del hombre.

2) Para pensar

De pie y en fila junto con su pelotón del Ejército Rojo, Taavi, un soldado joven, ya había resuelto en su mente lo que iba a decir… Los oficiales estaban preguntando a cada uno de los soldados la misma pregunta: -"¿Eres cristiano?" "No", fue la respuesta que iban dando. Entonces se acercaron al más próximo: "¿Eres cristiano?" "No", contestó también. Los jóvenes reclutas permanecían parados en atención, con la mirada fija hacia delante.

Algunos pensaban que afirmar su condición de cristiano les traería la muerte. Los interrogadores se acercaron un poco más al joven estonio de dieciocho años de edad, que había sido reclutado por el Ejército Rojo durante la ocupación de su país por los soviéticos. Taavi era creyente desde hacía varios años. Aunque en su país solo se les permitía ir a la iglesia a los mayores de edad, la abuela de Taavi había compartido el evangelio con su joven nieto. Él había aceptado al Señor como su Salvador, y aunque no le era permitido asistir al templo, su abuela le enseñaba lo que iba aprendiendo durante la semana. Los interrogadores se acercaron. Taavi nunca dudó de cuál sería su respuesta. Varios años atrás había tomado una firme decisión, la de ser un cristiano coherente y leal, pero aun así estaba nervioso. Cuando los oficiales llegaron a su lugar en la fila, le preguntaron: "¿Eres cristiano?" Sin vacilar, Taavi dijo con voz clara, "Sí, soy cristiano".

"Entonces ven con nosotros", fue la orden del oficial. Taavi los siguió al instante. Subieron a un vehículo y se dirigieron hacia el edificio donde estaba la cocina y el comedor. Taavi no tenía la más mínima idea de lo que estaba por suceder, y aunque esperaba lo peor, obedeció las órdenes. Los oficiales le dijeron: "Te vamos a sacar del entrenamiento de combate. Eres cristiano y sabemos que no vas a robar, por lo tanto te vamos a colocar en la cocina". En la cocina se gestaba la mayor operación de mercado negro del Ejército Rojo. En ella se llevaba a cabo el contrabando y la venta ilegal de alimentos para los hambrientos soldados. Ellos sabían que la presencia de Taavi reduciría el robo.

Los oficiales soviéticos sabían que si estaba dispuesto a dar la vida, tampoco robaría el alimento para venderlo por su cuenta. Con su testimonio heroico, Taavi se sintió más fuerte en su fe, además de que comió mejor a partir de entonces.

3) Para vivir

El Papa se pregunta, ¿cómo es posible que no reconocieran la luz de la Verdad? ¿Por qué no se abren a la bondad de Dios, que quiso compartir nuestra humanidad? Jesús de Nazaret es la transparencia de Dios, en Él Dios permanece plenamente.

Concluía el Papa: En ocasiones buscamos signos extraordinarios o milagros para creer, sin darnos cuenta que el Signo real es Él, Dios hecho carne, Él es el milagro más grande del universo: todo el amor de Dios contenido en un corazón humano, en el rostro de un hombre. Aprendemos de la Virgen María, nuestra Madre en la fe, a reconocer en la humanidad de Cristo la revelación perfecta de Dios.

Pbro. José Martínez Colín


Pensamientos sanadores


Pide al Señor que camine y bendiga tu historia

A Nuestro Señor Jesús le gustaba recorrer las calles de los pueblos y de las ciudades, bendiciendo a todos y sanando a los enfermos.
También hoy quiere caminar por las calles de la historia de tu vida, tocando aquellas etapas de tu historia que necesitan alguna gracia de restauración y de transformación.
En este sentido, será para ti de gran ayuda, ofrecerle a Dios cada día, el santuario interior de tu alma, en el cual ha quedado registrado hasta el presente, todo el camino de tu vida con todo lo acontecido, incluso los mínimos detalles; con las huellas  invisibles e indelebles de alegrías y pesares, que sólo tú y el Señor conocen en profundidad.

Yo soy el Dios todopoderoso. Camina en mi presencia y sé irreprochable. Yo haré una alianza contigo y te daré una descendencia muy numerosa. Génesis 17, 1-2.


Pedidos de oración


Pedimos oración por la Paz del Mundo; por la Santa Iglesia Católica; por el Papa, los sacerdotes y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por la unión de las familias y la fidelidad de los matrimonios; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos una oración por el eterno descanso del alma de Guadalupe Vargas, que ayer entregó su alma al Señor en Toluca, México.

Pedimos oración por el niño Aron Eduardo, de 5 años, de Venezuela, operado de riñón, para que Jesús lo sane pronto.

Pedimos oración por la bebita Mía Fernanda, que nació prematura, con inestabilidad en su estado, alimentada por sondas y que ahora ha comenzado a evolucionar favorablemente, ya sabe succionar y puede alimentarse. Que la Virgen de Guadalupe la siga protegiendo hasta su total recuperación.

Pedimos oración por María Elvira, de la provincia de Córdoba, Argentina, que el 31 de julio será operada de cataratas, con toda la fe puesta en el Señor que la habrá de ayudar a que todo salga bien.

Marta, de Tegucigalpa, Honduras, pide oraciones para que sea posible tener un buen diálogo y comprensión con el padre de sus hijos, sin que interfieran viejos resentimientos del pasado. Nos sumamos a esta oración.

Pedimos oración por Mía Alejandra, de cinco meses, de provincia de Buenos Aires, Argentina, que padece una extraña enfermedad por la que necesita un transplante de médula ósea antes de cumplir el año de vida, mientras tanto es sostenida por medio de transfusiones de sangre. La encomendamos a la Santísima Virgen para que la cuide como hizo con su Niño Jesús.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Nota de Redacción:
Para dar curso a los Pedidos de Oración es imprescindible dar los siguientes datos: nombres completos de la persona (habitualmente no publicamos apellidos), ciudad y país donde vive, y explicar el motivo de la solicitud de oración. Por favor: en los pedidos ser breves y concretos y enviarlos a pequesemillitas@gmail.com y deben poner en el asunto “Pedido de oración”, ya que los correos que llegan sin asunto (o con el asunto en blanco) son eliminados sin abrirlos.


"Intimidad Divina"

Justo es el Señor

La Sagrada Escritura, hablando de la justicia de Dios, la asocia a su fidelidad y a su obra de salvación: “Tu justicia, como los montes de Dios; tus juicios, como el hondo abismo. A hombres y bestias salvas tú, Señor” (Sl 36, 7). La justicia de Dios se ordena no a la perdición del hombre, sino a su bien y salvación, y no tanto al bien terreno cuanto al eterno. Por eso Dios usa de justicia castigando el pecado, para que el hombre se arrepienta. “Él no tolera mucho tiempo a los impíos, de modo que pronto caigan en castigos, es señal de gran benevolencia… [Dios] nunca retira de nosotros su misericordia; cuando corrige con la desgracia, no está abandonando a su propio pueblo” (2 Mac 6, 13-16). Mientras estamos en esta vida, la justicia de Dios tiene por meta el triunfo de la misericordia, es decir, la conversión y el perdón del pecador; y aun al castigar Dios templa la justicia con la misericordia, castigando siempre mucho menos de lo que el pecado merecería: “Si llega a afligir, se apiada luego según su inmenso amor; pues no de corazón humilla ni aflige a los hijos de los hombres” (Lm 3, 32-33). Se diría que Dios castiga a regañadientes: y en realidad lo hace sólo cuando es necesario para conducir de nuevo al bien a su criatura y asegurarle la felicidad eterna.

“Toda obra de la justicia divina –enseña Santo Tomás– presupone siempre la obra de la misericordia, y en ella se funda” (S.T. 1, 21, 4). Dios, por ejemplo, no podría proveer a las necesidades de la vida humana –lo cual es obra de la justicia– si antes no hubiese creado al hombre, y esto es acción de la misericordia. La misericordia es la raíz primera de toda obra de Dios y siempre la acompaña, pues Dios da a toda criatura mucho más de cuanto le es debido en justicia. “Bueno es el Señor para con todos, y sus ternuras sobre todas sus obras… Abres tu mano y sacias el deseo de todo ser viviente. El Señor es justo en todos sus caminos, en todas sus obras amoroso” (Sl 145, 9.16-17). Al hombre le competía sólo su estado de simple criatura. Dios, en cambio, ha querido elevarlo a la dignidad de hijo suyo y llamarlo a compartir su felicidad eterna. Después del pecado habría podido la justicia divina aniquilar al hombre; Dios, en cambio ha querido su salvación.

La prueba de que Dios nos ama es que Cristo, siendo nosotros todavía pecadores, murió por nosotros. El Hijo de Dios hecho hombre y crucificado por la salvación del mundo es la manifestación suprema y más elocuente de cómo en Dios justicia y misericordia se funden, como aspectos de su amor eterno. Con todo, el amor de Dios exige correspondencia, y si él no se ha limitado a amar al hombre según los merecimientos de éste, ¿se limitará el hombre a amarlo sólo por justicia? Dios nos ha salvado “no por obras de justicia que hubiésemos hecho nosotros, sino según su misericordia” (Tt 3, 5). A su misericordia infinita debemos corresponder con un amor sin medida.

Señor, como eres justo, con justicia todo lo gobiernas, y miras como extraño a tu poder condenar a quien no merece castigo. Tu fuerza es el principio de tu justicia y tu señorío sobre todos los seres te hace indulgente con todos ellos. Ostentas tu fuerza con los que no creen en tu soberano poder, y confundes la audacia de los que lo conocen. Dueño de tus fuerzas, juzgas con moderación y nos gobiernas con extremada indulgencia porque, con sólo quererlo, lo puedes todo. Obrando así enseñaste a tu pueblo que el justo debe ser humano y diste a tus hijos la dulce esperanza de que, en el pecado, das lugar al arrepentimiento. (Sabiduría 12, 15-19)

P. Gabriel de Sta. M. Magdalena O.C.D.
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Gracias por participar comentando! Por favor, no te olvides de incluir tu nombre y ciudad de residencia al finalizar tu comentario dentro del cuadro donde escribes.