PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año 7 - Número 1720 ~
Miércoles 30 de Mayo de 2012
Desde la ciudad de Córdoba
(Argentina)
Alabado sea
Jesucristo…
El Espíritu de Jesús es auto donación de Dios. Por el
Espíritu, los discípulos, hombres y mujeres, con María, se sienten libres y liberados.
Buena ocasión para preguntarnos por “nuestro espíritu”. ¿Qué experiencia tengo
de su acción en mi vida? ¿En qué se nota la acción del Espíritu de Jesús en la
comunidad de creyentes? ¿Muestro un cristianismo apagado, sin espíritu, basado
más sobre temores, normas y miedos que sobre la alegría y la fuerza de la Vida
Nueva?
El encuentro con Jesús provoca alegría. Paz es la primera
palabra, el primer deseo de Jesús resucitado.
Renueva el don de la paz, armonía personal y social, coherencia de vida,
confianza, búsqueda de la justicia..., para subrayar que ha comenzado un tiempo
nuevo. El tiempo del Espíritu.
¿Cómo me acerco a las personas? ¿Mi saludo, como el de
Jesús, transmite alegría, cercanía, paz?
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, los discípulos iban de camino subiendo a
Jerusalén, y Jesús marchaba delante de ellos; ellos estaban sorprendidos y los
que le seguían tenían miedo. Tomó otra vez a los Doce y comenzó a decirles lo
que le iba a suceder: «Mirad que subimos a Jerusalén, y el Hijo del hombre será
entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas; le condenarán a muerte y le
entregarán a los gentiles, y se burlarán de Él, le escupirán, le azotarán y le
matarán, y a los tres días resucitará».
Se acercan a Él Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, y
le dicen: «Maestro, queremos, nos concedas lo que te pidamos». Él les dijo:
«¿Qué queréis que os conceda?». Ellos le respondieron: «Concédenos que nos
sentemos en tu gloria, uno a tu derecha y otro a tu izquierda». Jesús les dijo:
«No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber la copa que yo voy a beber, o ser
bautizados con el bautismo con que yo voy a ser bautizado?». Ellos le dijeron:
«Sí, podemos». Jesús les dijo: «La copa que yo voy a beber, sí la beberéis y
también seréis bautizados con el bautismo con que yo voy a ser bautizado; pero,
sentarse a mi derecha o a mi izquierda no es cosa mía el concederlo, sino que
es para quienes está preparado».
Al oír esto los otros diez, empezaron a indignarse contra
Santiago y Juan. Jesús, llamándoles, les dice: «Sabéis que los que son tenidos
como jefes de las naciones, las dominan como señores absolutos y sus grandes
las oprimen con su poder. Pero no ha de ser así entre vosotros, sino que el que
quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro servidor, y el que
quiera ser el primero entre vosotros, será esclavo de todos, que tampoco el
Hijo del hombre ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como
rescate por muchos».
(Mc 10,32-45)
Comentario
Hoy, el Señor nos enseña cuál debe ser nuestra actitud
ante la Cruz. El amor ardiente a la voluntad de su Padre, para consumar la
salvación del género humano —de cada hombre y mujer— le mueve a ir deprisa
hacia Jerusalén, donde «será entregado (…), le condenarán a muerte (…), le azotarán
y le matarán» (cf. Mc 10,33-34). Aunque a veces no entendamos o, incluso,
tengamos miedo ante el dolor, el sufrimiento o las contradicciones de cada
jornada, procuremos unirnos —por amor a la voluntad salvífica de Dios— con el
ofrecimiento de la cruz de cada día.
La práctica asidua de la oración y los sacramentos,
especialmente el de la Confesión personal de los pecados y el de la Eucaristía,
acrecentarán en nosotros el amor a Dios y a los demás por Dios de tal modo que
seremos capaces de decir «Sí, podemos» (Mc 10,39), a pesar de nuestras
miserias, miedos y pecados. Sí, podremos abrazar la cruz de cada día (cf. Lc
9,23) por amor, con una sonrisa; esa cruz que se manifiesta en lo ordinario y
cotidiano: la fatiga en el trabajo, las normales dificultades en la vida
familia y en las relaciones sociales, etc.
Sólo si abrazamos la cruz de cada día, negando nuestros
gustos para servir a los demás, conseguiremos identificarnos con Cristo, que
vino «a servir y a dar su vida como rescate por muchos» (Mc 10,45). Juan Pablo
II explicaba que «el servicio de Jesús llega a su plenitud con la muerte en
Cruz, o sea, con el don total de sí mismo». Imitemos, pues, a Jesucristo,
transformando constantemente nuestro amor a Él en actos de servicio a todas las
personas: ricos o pobres, con mucha o poca cultura, jóvenes o ancianos, sin
distinciones. Actos de servicio para acercarlos a Dios y liberarlos del pecado.
Rev. D. René PARADA Menéndez (San Salvador, El salvador)
Santoral Católico:
Santa Juana de Arco
Patrona de Francia y Doncella
de Orleáns
Una jovencita de 13 años, de Domremy (Francia), llamada
Juana de Arco, mientras rezaba en la iglesia de su pueblo, oyó voces
misteriosas que la invitaban a liberar a Francia que estaba dominada en gran
parte por los ingleses. Cuatro años después el gobernador de la provincia, a
quien Juana de Arco le había contado lo que le había sucedido, la llevó donde
el Delfín a Chinon. Al hablar con el futuro rey Carlos, ella demostró que
conocía cosas secretísimas que solamente el cielo había podido revelarle. El
Delfín, al principio, desconfió pero después se convenció de que la joven era
enviada de Dios; entonces le confió el mando de las tropas que sitiaban a
Orleáns, y en poco tiempo reconquistaron casi todo el territorio francés.
El Delfín fue coronado rey de Francia en Reims, pero,
celoso de la popularidad de Juana, pactó una tregua con los ingleses. La joven,
convencida de que esta tregua anulaba los esfuerzos y las victorias de su
ejército, indignada, recomenzó la lucha con los pocos soldados que estaban de
su parte.
En una emboscada cayó prisionera en manos del conde de
Luxemburgo, que la entregó a los ingleses por un rescate digno de un rey. Ahora
había que demostrar que Juana era una bruja, para poder declarar a Carlos VII
como usurpador, pues había llegado a ser rey gracias a “diabólicas
maquinaciones de una hereje”. Sólo los jueces eclesiásticos tenían la autoridad
de llevar a cabo este proceso.
El obispo Cauchon se prestó para esta intriga política.
La ilegalidad del proceso era tal que Juana de Arco rechazó la legitimidad y
apeló al Papa.
La heroica joven, encerrada en una cárcel militar contra
toda ley eclesiástica, no pudo hacer llegar su voz a Roma y sus enemigos
triunfaron y la condenaron a la hoguera. El atroz suplicio tuvo lugar en Rouen
el 30 de mayo de 1431. Juana tenía 19 años.
Los actos del proceso fueron sometidos a revisión entre
el 1450 y el 1456, y con la absolución de la imputada comenzó un irresistible
desarrollo de veneración de la valiente Juana de Arco, por su fe pura y su
genuino amor por la justicia y la verdad, llevados hasta el extremo sacrificio.
En 1920 el Papa Benedicto XV la elevó al honor de los altares.
De todas las histories de los santos, la de Santa Juana
de Arco es sin duda la más extraordinaria e increíble: una joven, campesina y
sin estudios, a la cabeza de un ejército derrota a un aguerrido ejército,
derriba fortalezas, corona a un rey y termina en la hoguera. Y todo en cuestión
de dos años.
Un acontecimiento unido a la historia de toda una Nación,
coloreada con fuertes tintes patrióticos y místicos.
Fuente: Catholic.net
La frase de hoy
"Cuando todos los días resultan iguales
es porque el ser humano ha dejado de percibir
las cosas buenas que surgen en su vida
cada vez que el sol cruza el cielo"
Paulo Coelho
Tema del día:
Falsas dicotomías
Ahora o nunca. O todo o nada. Es un irresponsable o un
ladrón. Salvar al hijo o a la madre. Lo hacemos así o nunca se logrará nada. No
hay vuelta de hoja: aceptamos esta propuesta o el fracaso será inevitable.
Continuamente aparecen en los debates dilemas,
disyuntivas o dicotomías como las anteriores. En diálogos o en medios de
comunicación, frases cortantes como las ejemplificadas, dichas con seguridad,
impresionan.
El mensaje parece claro: existen dos alternativas, y sólo
una puede ser verdadera (o buena, o las dos cosas a la vez), normalmente la que
desea defender quien usa (a veces, abusa) de este modo de hablar.
Quien ofrece afirmaciones así de contundentes, una de dos
(dos alternativas, nuevamente): o sabe lo que dice, o manipula.
Pues no: las cosas no son así de sencillas. Porque entre
el ahora y el nunca existe (esperamos) el mañana, o el próximo mes, o muchas
otras posibilidades. Porque entre el todo y la nada es posible encontrar una
fórmula intermedia en muchas situaciones de la vida. Porque uno puede no ser
irresponsable ni ladrón, sino simplemente víctima de calumnias, o la crisis
económica llevó al desastre la empresa que dirigía. Porque en muchos casos es
posible salvar tanto al hijo como a la madre. Y porque las cosas pueden hacerse
de más maneras de las que pensamos inicialmente.
Incluso la dicotomía sobre los que hablan así (o saben o
manipulan) también es falsa: quizá no piensan bien las cosas antes de decirlas,
o repiten lo que han escuchado de otros, o no saben pero tampoco manipulan:
simplemente están equivocados, de buena o de mala fe, o... Las alternativas son
más numerosas de lo que imaginamos.
El mundo en el que vivimos es complejo. Por eso, en muchos
casos la actitud más correcta consiste en reconocer lo que no sabemos y evitar
simplificaciones y dicotomías engañosas. Quizá entonces no seamos tan incisivos
como parecen serlo quienes pronuncian dicotomías falsas, pero al menos
tendremos la mente y el corazón más abiertos a la realidad, evitaremos condenas
sumarias contra inocentes, o absoluciones a culpables que saben engañar
astutamente con su habilidad manipulatoria.
Entonces, ¿dicotomías sí o dicotomías no? Mejor, para no
caer en un nuevo dilema falso, lo mejor es adoptar esa actitud sanamente
prudente de quien evita juicios apresurados y sabe investigar, con serenidad,
el pasado, el presente, y lo que pueda decirse sobre un futuro lleno de
misterios y abierto a posibilidades casi infinitas.
Fernando Pascual
Pensamientos sanadores
Pide ojos para ver y manos para ayudar
Una mañana, me encontraba sentado en el patio de la casa
parroquial mientras escribía estas líneas. En tanto, observaba a una pareja de
canarios que tenemos en una jaula, me admiraba cómo el macho le llevaba a la
hembra, que se hallaba en el nido incubando cuatro huevos, la comida y se la
daba en el pico. Entonces, yo oraba y pensaba: “qué diferentes serían nuestras
familias, comunidades cristianas, y la sociedad entera, si en lugar de pensar
sólo en nuestras necesidades, tratáramos también de satisfacer las necesidades
de nuestros prójimos (próximos)”.
Es increíble cuánto podemos aprender de la creación de
Dios. Si unas simples aves están pendientes de las necesidades unas de otras,
cuánto más podemos hacer nosotros para que, al menos, disminuya el dolor a
nuestro alrededor, llevando el consuelo a muchos corazones.
Miren los pájaros
del cielo: ellos no siembran ni cosechan, ni acumulan en graneros, y sin
embargo, el Padre que está en el cielo los alimenta. ¿No valen ustedes acaso
más que ellos? Mateo 6, 26
Mayo, mes de María
Cuenta San Alfonso María este sucedido: en 1604, a dos
jóvenes de Flandes, que llevaban una mala vida, al pasar una noche en casa de
una mujer pecadora, de vida deshonesta, les ocurrió lo que se cuenta a
continuación:
Ricardo, uno de los jóvenes, salió de aquella casa y
cuando llegó a la suya se acostó. Una vez en la cama se acordó de no haber
rezado las tres Avemarías, que acostumbraba rezar todos los días a su Madre la
Virgen. El sueño ya le había vencido, pero venciendo la pereza las rezó, aunque
sin mucha devoción y luego se acostó de nuevo.
Apenas había empezado a dormir notó que alguien golpeaba
con fuerza la puerta de su habitación.
Quien golpeaba la puerta era el alma de su amigo (cuando
morimos, nuestra alma sigue viviendo, y en algunas ocasiones permite Dios que,
de forma extraordinaria, actúe físicamente. En este caso lo permitió Dios para
que Ricardo cambiase de vida).
Ricardo se levantó y sin abrir la puerta preguntó:
-¿Quién eres?
-¿Es que no me reconoces?, ¡soy un desgraciado, -exclamó
triste el alma del amigo- estoy condenado!
- ¿Cómo así?
-Tienes que saber, Ricardo que, al salir de aquella casa
me atacaron y caí muerto ahogado; mi cuerpo quedó tendido en la mitad de la
calle y mi alma está en el infierno. Lo mismo te hubiera pasado a ti, pero
Santa María te salvó de él por las tres Avemarías que le rezas cada noche. Y
acabó diciendo: aprovecha esta revelación de la Madre de Dios, tú que tienes
tiempo. Y desapareció.
La Virgen quiso que el alma de su amigo le revelase a
Ricardo lo sucedido para que cambiase de vida. Ricardo se puso a llorar y a dar
gracias a la Virgen; sonaban entonces las campanas de la iglesia y decidió ir a
confesarse y hacer penitencia.
Fue y se lo dijo a los sacerdotes; estos, que no lo
creían, se dirigieron a la calle donde estaba el cuerpo de su amigo y lo vieron
muerto y tendido en mitad de la calle; comprobaron así que Ricardo no había
mentido. A partir de entonces Ricardo cambió de vida e hizo muchas cosas por
Dios y por los demás.
Perdona, María, las veces que rezo el Avemaría sin
atención, como de carrerilla, sin darme cuenta de que te lo estoy diciendo a
Ti. Procuraré fijarme más en los pronombres en segunda persona (tú, te,
contigo). De todas formas, aunque me siga distrayendo, no me preocupa: sé que
te gusta lo que digo, y sabes que te lo digo porque te quiero. Todas las noches
te daré las buenas noches rezándote las tres Avemarías... ¡con atención!
Ahora puedes seguir hablando a María con tus palabras,
comentándole algo de lo que has leído. Después termina con una oración final.
Texto del P. José Pedro Manglano Castellary
Tomado del Web Católico de Javier
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Paz del Mundo; por la Santa
Iglesia Católica; por el Papa, los sacerdotes y todos los que componemos el
cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno,
así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu
Santo; por las misiones, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos
especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por la unión de las
familias y la fidelidad de los matrimonios; por el aumento de las vocaciones
sacerdotales y religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos oración por las víctimas del terremoto en el
norte de Italia.
Pedimos oración para el señor Alfredo Javier P. H., que vive en México, pues terminó su
tratamiento contra el cáncer y está en plena recuperación, para que Dios
permita sea completa y no vuelva a padecer de esta enfermedad.
También de México nos llega el pedido de oración por la
salud de la señora Lucha M., a la cual la aqueja una enfermedad grave, y está
en diálisis. Pidamos al Señor que mejore y tenga fortaleza para seguir adelante
a pesar de las dificultades.
Y del mismo país nos llega un pedido de oración por la
salud de Jorge T. N. que vive en Puebla y tiene una patología en el colon por
lo que deberá ser operado. Que la Virgen de Guadalupe interceda por él ante
Jesús para que esta situación se resuelva favorablemente.
Pedimos oración por la niña Mora A. C., de Argentina, 8
añitos de edad, afectada de una enfermedad maligna. Señor, que tus Arcángeles y
Ángeles, junto a nuestra Madre Celestial intercedan por su recuperación.
Pedimos oración por las siguientes personas de Colombia:
por la salud de Diana Sofía B., de Liliana Katherine B., de José Manuel D. más
su esposa e hijas, y por María Eugenia D. Que el Señor Jesús que nos ama y nos
ha enviado a su Espíritu Santo, bendiga y proteja a todos estos hermanos y
hermanas.
Pedimos oración por la salud de Micaella T. de 2 años,
que debe ser operada en Santa Fe, Argentina; y por la salud de Luz Milagros,
bebita chaqueña internada ahora en Buenos Aires, para que el Señor la colme de bendiciones
y le permita vivir, para que ella sea el reflejo de la inmensa misericordia de
Dios.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara
nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la
paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros
hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo
ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Nota de Redacción:
Para dar curso a los Pedidos de Oración es imprescindible
dar los siguientes datos: nombres completos de la persona (habitualmente no
publicamos apellidos), ciudad y país donde vive, y explicar el motivo de la
solicitud de oración. Enviar los pedidos de oración a pequesemillitas@gmail.com
Ofrecimiento para sacerdotes
y religiosas
Formulo el siguiente ofrecimiento únicamente para sacerdotes o religiosas que reciben diariamente
"Pequeñas Semillitas" por e-mail:
Si desean recibir el power point y los comentarios del Evangelio del
domingo siguiente con dos o tres días de anticipación, para tener tiempo de
preparar sus meditaciones, homilías o demás trabajos sobre la Palabra de Dios,
pueden pedírmelo a pequesemillitas@gmail.com
Solo deben indicar claramente su nombre, su correo
electrónico, ciudad de residencia y a qué comunidad religiosa pertenecen.
"Intimidad Divina"
La pobreza voluntaria
La pobreza voluntaria profesada con voto o promesa particular,
es distintivo de los que, consagrándose totalmente a Dios en el estado de
perfección, quieren participar “en la pobreza de Cristo, el cual, siendo rico,
se hizo pobre por nosotros, a fin de que por su pobreza nos enriqueciésemos”
(PC 13). La pobreza voluntaria se abraza, pues, por amor; pues el que ama
anhela parecerse a la persona amada, compartir totalmente su vida y su suerte y
aun seguir del modo más exacto sus consejos. El voto de pobreza aparece así
como la realización más completa de la doctrina de Cristo sobre la pobreza
evangélica. Quien emite este voto o la promesa correspondiente, no considera la
vida pobre como un peso ni como una conveniencia económica, sino como un ideal;
y el ideal se ama, no se tolera, se persigue, no se esquiva, se vive y se
defiende a toda costa. El religioso ha elegido ser pobre no para un día o para
un año, sino para todos los días de su vida: en la salud y en la enfermedad, en
la juventud y en la vejez… trabaja y se fatiga como un pobre, porque Jesús se
ha fatigado y trabajado. Se da al servicio de Dios y del prójimo con el máximo
desinterés… “El religioso –dice San Juan de la Cruz– de tal forma quiere Dios
que sea religioso, que haya acabado con todo y que todo se haya acabado para
él, porque él mismo es el que quiere ser su riqueza, consuelo y gloria
deleitable”.
El Concilio Vaticano II declara que, en nuestros días, la
pobreza abrazada voluntariamente… es un signo muy apreciado del seguimiento de
Cristo (PC 13). Pues aunque la sociedad moderna esté dominada por los valores
económicos y sea toda presa del bienestar y de los placeres de la vida, es muy
sensible y exigente en cuanto a la pobreza de las personas de iglesia. El
ejemplo vivo de desasimiento, desinterés y vida austera ejerce una fascinación
especial sobre los hombres de hoy y, tal vez más que ningún otro factor, tiene
el poder de evocarles los valores eternos. El Concilio ha hablado en este
sentido: “El estado religioso, por librar mejor a sus seguidores de las
preocupaciones terrenas, cumple también mejor, sea la función de manifestar
ante todos los fieles que los bienes celestiales se hallan ya presentes en este
mundo, sea la de testimoniar la vida nueva y eterna… sea la de prefigurar la
futura resurrección y la gloria del reino celestial” (LG 44).
Los religiosos, tomando conciencia de su responsabilidad,
se sienten más empeñados que nunca en esta misión de testimonio. Para ello no basta “someterse a los superiores en el
uso de los bienes, sino que es menester que… sean pobres de espíritu y de hecho”
(PC 13). Ser pobres de nombre en virtud del voto de pobreza y no serlo en lo
concreto de la vida, sería hipócrita y escandaloso, además de ser una traición
al ideal abrazado. En toda circunstancia los religiosos –tanto individual como
colectivamente– deben portarse de modo que sean ejemplo luminoso de auténtica
pobreza evangélica, animada de desinterés personal y de caridad para con el
prójimo. Sólo así proporcionará el estado religioso el “preclaro e inestimable
testimonio” de espíritu de pobreza y de caridad que han sido siempre “gloria y
signo de la Iglesia de Cristo” (LG 31; GS 88).
La pobreza es el
tesoro escondido en el campo evangélico para comprar el cual hay que vender
todas las cosas. Quien quiera llegar a la altura de la santa pobreza renuncie a
la prudencia humana, desaprópiese de toda posesión y ofrézcase desnudo en tus
brazos, ¡oh Cristo Crucificado! Tú, Señor, te has complacido de la pobreza, y
yo tengo por dignidad real e insigne nobleza el seguirte a ti, que, siendo
rico, te has hecho pobre por nosotros. No quiero por la posesión de falsas
riquezas dejar esa dignidad real que has asumido tú por nosotros, para
enriquecernos con tu pobreza y constituirnos, siendo verdaderos pobres de
espíritu, en reyes y herederos del reino de los cielos. (San Francisco de Asís,
Dichos)
P. Gabriel de Sta. M. Magdalena O.C.D.
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
.
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