PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año 7 - Número 1716 ~ Sábado
26 de Mayo de 2012
Desde la ciudad de Córdoba
(Argentina)
Alabado sea
Jesucristo…
El Espíritu Santo, un personaje casi desconocido por la
mayoría de los Católicos.
Es la tercera Persona de la Santísima Trinidad y nace del
amor entre el Padre y el Hijo, sin embargo siempre ha estado. Es el Espíritu
del que se habla en el antiguo Testamento, sin embargo se deja ver precisamente
en el Bautismo de Jesús y la Trinidad es revelada: están ahi Padre, Hijo y
Espíritu Santo.
El espíritu Santo es nuestro motor, nuestro guía y
consolador. Es quien nos regala los dones, carismas, virtudes para poder sobrevivir en este tiempo temporal
que es la vida en el mundo, como humanos.
Es por si mismo Dios, es el amor quien nos salva del peligro de nuestras
almas. El Espíritu Santo ha estado siempre al igual que Dios Padre y Dios Hijo.
Donde están Ellos, también esta Él. No se pueden separar. Es el Espíritu Santo
el Paráclito, esto es "aquel que es
invocado", es por tanto el abogado, el mediador, el defensor, el
consolador. Es Quien vino después de que Jesús subió al Padre.
Livier
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, volviéndose Pedro vio que le seguía
aquel discípulo a quién Jesús amaba, que además durante la cena se había
recostado en su pecho y le había dicho: «Señor, ¿quién es el que te va a
entregar?». Viéndole Pedro, dice a Jesús: «Señor, y éste, ¿qué?». Jesús le
respondió: «Si quiero que se quede hasta que yo venga, ¿qué te importa? Tú,
sígueme». Corrió, pues, entre los hermanos la voz de que este discípulo no
moriría. Pero Jesús no había dicho a Pedro: «No morirá», sino: «Si quiero que
se quede hasta que yo venga».
Éste es el discípulo que da testimonio de estas cosas y
que las ha escrito, y nosotros sabemos que su testimonio es verdadero. Hay
además otras muchas cosas que hizo Jesús. Si se escribieran una por una, pienso
que ni todo el mundo bastaría para contener los libros que se escribieran.
(Jn 21,20-25)
Comentario
Hoy leemos el final del Evangelio de san Juan. Se trata
propiamente del final del apéndice que la comunidad joánica añadió al texto
original. En este caso es un fragmento voluntariamente significativo. El Señor
Resucitado se aparece a sus discípulos y los renueva en su seguimiento,
particularmente a Pedro. Acto seguido se sitúa el texto que hoy proclamamos en
la liturgia.
La figura del discípulo amado es central en este
fragmento y aun en todo el Evangelio de san Juan. Puede referirse a una persona
concreta —el discípulo Juan— o bien puede ser la figura tras la cual puede
situarse todo discípulo amado por el Maestro. Sea cual sea su significación, el
texto ayuda a dar un elemento de continuidad a la experiencia de los Apóstoles.
El Señor Resucitado asegura su presencia en aquellos que quieran ser
seguidores.
«Si quiero que se quede hasta que yo venga» (Jn 21,22)
puede indicar más esta continuidad que un elemento cronológico en el espacio y
el tiempo. El discípulo amado se convierte en testigo de todo ello en la medida
en que es consciente de que el Señor permanece con él en toda ocasión. Ésta es
la razón por la que puede escribir y su palabra es verdadera, porque glosa con
su pluma la experiencia continuada de aquellos que viven su misión en medio del
mundo, experimentando la presencia de Jesucristo. Cada uno de nosotros puede
ser el discípulo amado en la medida en que nos dejemos guiar por el Espíritu
Santo, que nos ayuda a descubrir esta presencia.
Este texto nos prepara ya para celebrar mañana domingo la
Solemnidad de Pentecostés, el Don del Espíritu: «Y el Paráclito vino del cielo:
el custodio y santificador de la Iglesia, el administrador de las almas, el
piloto de quienes naufragan, el faro de los errantes, el árbitro de quienes
luchan y quien corona a los vencedores» (San Cirilo de Jerusalén).
Rev. D. Fidel CATALAN i Catalan (Terrassa, Barcelona,
España)
Santoral Católico:
San Felipe Neri
Apóstol de Roma
Memoria de san Felipe Neri, presbítero, que,
consagrándose a la labor de salvar a los jóvenes del maligno, fundó el Oratorio
en Roma, en el cual se practicaban constantemente las lecturas espirituales, el
canto y las obras de caridad, y resplandeció por el amor al prójimo, la
sencillez evangélica y su espíritu de alegría, el sumo celo y el servicio
ferviente de Dios.
El hombre busca la felicidad, pero nada de este mundo
puede dársela. La felicidad es el fruto sobrenatural de la presencia de Dios en
el alma. Es la felicidad de los santos. Ellos la viven en las más adversas
circunstancias y nada ni nadie se las puede quitar. San Felipe Neri ilustra
admirablemente la felicidad de la santidad. Dispuesto a todo por Cristo, logró
maravillas en su vida y la gloria del cielo.
Puedes leer la continuidad de esta amplia biografía
haciendo clic acá
Fuente: Catholic.net
Las frases de hoy
“Las gentes mundanas no tienen al Espíritu Santo; o, si
lo tienen, no es más que de paso: Él no se detiene en ellos. El ruido del mundo
le hace marcharse. Si preguntáramos a los condenados: ‘¿Por qué están en el
infierno?’, responderían: ‘Por haber resistido al Espíritu Santo’. Si dijéramos
a los santos: ‘¿Por qué están en el cielo?’, responderían: ‘Por haber escuchado
al Espíritu Santo’.”
Santo Cura de Ars
“El Espíritu Santo nunca obra sin la colaboración de mi
libertad. Y si no me acepto como soy, impido que el Espíritu Santo me haga
mejor.”
Jacques Philippe
“Para el hombre que se deja conducir por el Espíritu
Santo parece que no hay mundo; para el mundo, parece que no hay Dios.”
Santo Cura de Ars
“El fin de la obra del Espíritu Santo en nuestra vida
consiste en suscitar y hacer crecer las virtudes teologales de la fe, la
esperanza y la caridad.”
Jacques Philippe
Tema del día:
Pedimos ayuda al Espíritu Santo
Hoy Jesús, vengo ante Ti con el alma aligerada, con la
alegría de una gran emoción que ya conoces porque Tú lo sabes todo de tus
amadas criaturas y de mí.
Pero sé que te gusta que te cuente "mis cosas"
ya que eres mi confidente, mi gran amigo... Pues bien, lo que trae mi alma
conmovida es (…) el Espíritu Santo que es frecuentemente el gran desconocido, y
que es el Espíritu de Dios.
Él es, la Tercera Persona de la Santísima Trinidad:
Padre, Hijo y Espíritu Santo, Tres Personas distintas y un solo Dios Verdadero.
Es el Misterio profundo de esa Trinidad donde ninguno es mayor ni menor que el
otro. Tienen su propia personalidad, por decirlo así:
+ El Padre que no tuvo ni principio ni fin, que no fue
hecho, ni creado, ni engendrado.
+ El Hijo no fue hecho, ni creado, sino engendrado en
María la Virgen para hacerse hombre y
+ El Espíritu Santo que no fue hecho ni engendrado, sino
que procede del Padre y del Hijo.
Dios Padre se da plenamente al Hijo con infinito amor, el
Hijo se da al Padre con el mismo infinito amor y de esta comunicación de amor
brota el Espíritu Santo, amor sustancial del Padre y del Hijo, es así como nos
lo enseña Santo Tomás en su Suma Teológica.
Después de la muerte y a pesar de haber visto resucitado
a Jesús, los apóstoles estaban sumidos en el miedo hecho terror. ¿Cómo ellos
pobres pescadores, algunos analfabetos, podrían cumplir el mandato, la misión
que les dejaba el Maestro y Señor? Id, a predicar a todas las gentes,
bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo... y
también.... si yo no me voy, el Paráclito no vendrá a vosotros; pero si ve voy,
os lo enviaré. Y estando reunidos llegó el Espíritu de Dios y todo cambió para
ellos.
Así también nosotros hemos de llamarlo:
¡Ven Espíritu Santo!
Él desea entrar para darnos sus Dones, es el Gran
Consolador, Intercesor y Luz y se convierte en el dulce huésped del alma y nos
llena de paz y de sabiduría. Lo necesitamos porque Él es el fruto del Amor de
Dios.
Consagración al Espíritu Santo
"Espíritu Santo, te consagramos nuestra patria.
Intercede por quienes vivimos en ella. No nos dejes perdernos por caminos sin
Dios, reoriéntanos al gozo de la fe y la verdad.
Espíritu de paz, perdón y misericordia, líbranos de la
violencia y la discordia y enséñanos a hablar las lenguas siempre nuevas de la
fraternidad.
Espíritu de alegría, consuelo y fortaleza, sánanos del
desánimo, el miedo y la tristeza.
Espíritu de generosidad y de justicia, apártanos del
egoísmo y de la avaricia, inspíranos acciones para crear condiciones que
permitan a todos vivir con dignidad.
Tú eres fuente de la vida, rescátanos de la cultura de la
muerte, fecúndanos con tus dones, tus frutos y carismas.
Ilumina nuestra tierra, renueva las naciones, ven como en
Pentecostés e incendia con tu fuego de amor los corazones.
Amén
Autor: María Esther De Ariño
Fuente: Catholic.net
Mensaje de María Reina de la
Paz
Mensaje de María Reina de la Paz del 25 de mayo de 2012
“¡Queridos hijos! También hoy los invito a la conversión
y a la santidad. Dios les quiere dar alegría y paz a través de la oración, pero
ustedes hijitos, aún están lejos, apegados a la tierra y a las cosas
terrenales. Por eso los invito nuevamente: abran su corazón y su mirada hacia
Dios y hacia las cosas de Dios, y la alegría y la paz reinarán en sus
corazones. Gracias por haber respondido a mi llamado.”
Oración
Virgen María, Reina de la Paz, nos encomendamos a ti,
sabiendo que somos las niñas y los niños de tus ojos. Danos un corazón dócil,
humilde y obediente como el tuyo, para que Dios pueda bendecirnos en todo; y
cúbrenos, Madre, con tu manto, haciéndonos invisibles e inmunes a todo mal.
Pensamientos sanadores
Pide al Señor su sabiduría para la resolución de los
conflictos
Muchas personas asocian la paz con la ausencia de
conflictos, con tener buena salud y un buen trabajo, que no se presenten
problemas en la vida y con adquirir todas las cosas que desean. En la vida
real, obtener todas estas cosas juntas resulta imposible.
Cuando Dios se refiere a la paz y la promete a sus
amigos, nos está hablando de una paz mucho más profunda y duradera, es la paz
que procede de su Divino Corazón y que es sembrada por su Santo Espíritu en
nuestra interioridad más profunda.
En gran parte, esa paz surgirá de la revalorización de
las pequeñas cosas cotidianas y de la capacidad de ver los contratiempos de
manera adecuadamente proporcionada, sin dejarnos ahogar por ellos.
¡Aclamen al Señor,
hijos de Dios, aclamen la gloria y el poder del Señor, adórenlo al manifestarse
su santidad! El Señor fortalece a su pueblo, él bendice a su pueblo con la paz.
Salmo 29, 1-2 y 11.
Mayo, mes de María
Me viene a la cabeza el fervor con que tanta gente, en la
Semana Santa de Sevilla, gritaba al paso de la Macarena: ¡guapa, guapa y guapa!
Con lo femenina que es nuestra Madre, podemos estar
seguros de que le gustarán los piropos que le lancemos.
Madre mía, procuraré decirte algo -aunque sólo sea:
¡guapa!- cada vez que vea una imagen tuya.
¡Ah! y qué buena idea la de aquél que siempre que veía una
chica guapa decía a María en su interior: ¡Tú sí que eres guapa!
Ahora puedes seguir hablando a María con tus palabras,
comentándole algo de lo que has leído. Después termina con una oración final.
Texto del P. José Pedro Manglano Castellary
Tomado del Web Católico de Javier
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Paz del Mundo; por la Santa
Iglesia Católica; por el Papa, los sacerdotes y todos los que componemos el
cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno,
así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu
Santo; por las misiones, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos
especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por la unión de las
familias y la fidelidad de los matrimonios; por el aumento de las vocaciones
sacerdotales y religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos oración por el alma de Carmincha P., de Lima,
Perú, que el día miércoles pasado ha partido hacia la casa del Padre celestial.
Que Jesús la reciba en su gloria y que María dé consuelo a su esposo Rolo, a
sus hijos María Carmela y Santiago y a toda la familia.
Pedimos oración por Gabriel Iván, de 17 años de edad, de
Bogotá, Colombia, que padece un severo cuadro depresivo motivado por
situaciones propias (agresión de compañeros de colegio) y por situaciones
familiares (hijo único y con mamá y papá enfermos de cáncer), situación que
hace temer por la estabilidad psíquica del jovencito y por eventuales actitudes
extremas que éste pueda llegar a tomar. Oramos al Todo Poderoso y a la
intercesión de nuestra Madre, la Virgen Santísima, para que este chico salga de
esa situación tan delicada, y por sus padres que, enfermos de cáncer, se
encuentran supremamente preocupados.
Pedimos oración por Marta M., de Argentina, a la que han
diagnosticado cáncer, por lo que rogamos a Dios Misericordioso que la ayude
para que no sufra y si es Su voluntad se pueda curar.
Pedimos oración por Ricardina G. de C. que tiene 85 años
y está internada en Nueva York (USA) por un accidente cerebro vascular. Que el
Señor le conceda lo mejor para ella conforme a Su santa voluntad.
Pedimos oración por María S., de la ciudad de Esperanza,
Santa Fe, Argentina, quien afirma que junto a un grupo de más de 300 personas
más, han sido objeto de prácticas satánicas. Y también por las personas
responsables de realizar dichas actividades contrarias a la fe. Que Jesús,
vencedor de la muerte y del demonio, los libre de todo mal mientras la Virgen María
los cubre con su manto.
También la misma persona nos pide oraciones por: Mateo P.
que va a cumplir 11 años y está próximo a recibir un trasplante de médula ya
que padece leucemia. Asimismo por Hernán y María Cristina, personas no
creyentes, que necesitan del Señor y no saben dónde encontrarlo y son reacios a
aceptar que Él está dentro suyo.
Pedimos oración por Fray Miguel Ángel Jovel Aguilar OCD,
que vive en El Salvador, que ha sido intervenido quirúrgicamente y su estado es
delicado. Que el Señor le conceda la gracia de recuperarse para que vuelva a su
mies.
Pedimos oración por la señora Hilaria A. N., que vive en
Querétaro, México, tiene 89 años y padece cáncer en fase terminal; y también
por su hermana Guadalupe A. N., de 84 años, también con problemas de salud. Que
la Virgen de Guadalupe interceda por ellas y sus familiares para que el Señor
les conceda lo mejor.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara
nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la
paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros
hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo
ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Nota de Redacción:
Para dar curso a los Pedidos de Oración es imprescindible
dar los siguientes datos: nombres completos de la persona (habitualmente no
publicamos apellidos), ciudad y país donde vive, y explicar el motivo de la
solicitud de oración. Enviar los pedidos de oración a pequesemillitas@gmail.com
"Pequeñas
Semillitas" por e-mail
Si lo deseas puedes recibir todos los días "Pequeñas
Semillitas" por correo, más el agregado de un powerpoint. Las
suscripciones son gratuitas y se realizan únicamente por invitación. Hay que
solicitarlas a Melissa, la moderadora del Grupo a: picaflor05@gmail.com o a: picaflor.cl@gmail.com
Las inscripciones son moderadas y pueden demorar un par
de días, siendo importante que no te suscribas desde una computadora de tu
oficina o lugar laboral, y que sólo te inscribas si de verdad estás dispuesto/a
a leer todos los días nuestros mensajes e incluso compartirlos con tus amigos y
conocidos reenviándoselos por correo electrónico.
Felipe de Urca
"Intimidad Divina"
El camino de la cruz
Aunque redimido por Cristo, el hombre mientras vive aquí
abajo no consigue una redención completa y definitiva. Su cuerpo no está aún
glorificado como el cuerpo de Cristo, y por los límites propios de la materia y
los defectos de la naturaleza herida por el pecado, es causa de continuas
luchas y tribulaciones. De aquí se deriva el estado de sufrimiento que acompaña
a toda la existencia humana; es la tarea penosa de su regeneración que,
comenzada con el bautismo, se va cumpliendo día tras día bajo la guía del
Espíritu Santo, de quien ha recibido las “primicias”. Por eso aun en medio del
sufrimiento, el cristiano no puede ser pesimista: no es vana su esperanza ni
las tribulaciones son inútiles, antes bien, aceptadas por amor de Dios, son el
gran medio de la regeneración total, de la plena conformidad con Cristo. El
Espíritu Santo no puede hacer al hombre semejante a Cristo ni conducirlo a la
santidad si no es por el camino de la cruz. No hay para el cristiano otra forma
de santidad que lo haga participar de la gloria de Cristo, sino la que le hace
participar de su cruz. No se podrá jamás llegar a la profundidad de la vida
espiritual, si no es viviendo en la propia carne el misterio de la cruz.
Una de las circunstancias en que el hombre echa de ver
mejor su incapacidad y su nulidad es la del sufrimiento profundo. Es necesario
que el Espíritu Santo le infunda fortaleza para hacerle capaz de llevar con
serenidad ciertas cruces que desde un punto de vista humano, no hacen esperar
alivio. “El Espíritu viene en ayuda de nuestra flaqueza”, dice San Pablo, y “el
mismo Espíritu aboga por nosotros con gemidos inenarrables” (Rm 8, 26). Él se
hace oración del cristiano, ruega por él y por él aunándolo en el misterio de
una súplica a la cual el Padre no puede resistir. Cuando bajo el peso del
sufrimiento el hombre se siente incapaz de orar, le queda un recurso: unirse al
gemido secreto que, desde el fondo de su corazón, el Espíritu Santo eleva al
Padre y repetir en él y por él la oración de Cristo: “¡Abba, Padre!... no sea
lo que yo quiero, sino lo que quieres tú” (Mc 14, 36).
Pero hay además en el itinerario de la vida espiritual
otros sufrimientos causados por la acción misma del Espíritu Santo, que
purifica así las almas para disponerlas a una mayor intimidad y unión con Dios.
Por más que el hombre trate de negar su propia voluntad para conformarse a la
de Dios, de despojarse del hombre viejo y de todas sus perversas tendencias
para revestirse de Cristo, no llegará jamás por sí solo a un desasimiento y a
una abnegación total. El Espíritu sale al encuentro de su buena voluntad
sometiéndole a pruebas exteriores e interiores. Al hombre no le queda otra cosa
que dejarse conducir y abandonarse con confianza a la acción del Espíritu que
lo prueba y lo aflige, no para atormentarlo, sino para introducirlo finalmente
“en la libertad… de los hijos de Dios” (Rm 8, 21). Libertad de adherir a Dios,
de entrar en comunión con él para formar “con él un solo espíritu” (1 Cr 6,
17).
¡Oh Espíritu de
verdad! Hazme conocer a tu Verbo, enséñame a recordar todo lo que él ha dicho,
ilumíname, guíame, hazme conforme a Jesús, un “alter Christus”, comunicándome
sus virtudes, en particular: su humildad, su obediencia; hazme participante de
su obra redentora desando amar la cruz. ¡Oh Fuego consumidor, Amor divino en
persona! Inflámame, quémame, consúmeme, destruye mi yo, transfórmame toda en
amor; hazme llegar a la nada para poseer el Todo; hazme llegar a la cumbre del
“Monte” en donde sólo mora la gloria de Dios, en donde todo es “paz y gozo” del
Espíritu Santo. Que yo alcance en la tierra –a través del sufrimiento y de la
contemplación amorosa– la unión más íntima con la Santísima Trinidad, en la
espera de llegar a contemplarla sin velos allá arriba en el cielo, en la paz,
en la alegría, en la seguridad del banquete eterno. (Sor Carmela del Espíritu
Santo, Escritos inéditos).
P. Gabriel de Sta. M. Magdalena O.C.D.
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
.
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