PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año 7 - Número 1710 ~ Domingo
20 de Mayo de 2012
Desde la ciudad de Córdoba
(Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Los evangelistas describen con diferentes lenguajes la
misión que Jesús confía a sus seguidores. Según Mateo, tienen que "hacer discípulos" que
aprendan a vivir como él les ha enseñado. Según Lucas, tienen que ser "testigos" de lo que han
vivido junto él. Marcos lo resume todo diciendo que tienen que "proclamar el Evangelio a toda la
creación".
Los relatos evangélicos enseñan a vivir la fe, no por
obligación sino por atracción. Hacen vivir la vida cristiana, no como deber
sino como irradiación y contagio. Es posible introducir ya en las parroquias
una dinámica nueva. Reunidos en pequeños grupos, en contacto con el Evangelio,
iremos recuperando nuestra verdadera identidad de seguidores de Jesús.
Debemos volver al Evangelio como a un nuevo comienzo. Ya
no sirve cualquier programa o estrategia pastoral. Dentro de unos años,
escuchar juntos el Evangelio de Jesús no será una actividad más entre otras.
Será la matriz desde la que comenzará la regeneración de la fe cristiana en las
pequeñas comunidades dispersas en medio de una sociedad secularizada.
José Antonio Pagola
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, Jesús se apareció a los once y les dijo:
«Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación. El que
crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará. Estas son las
señales que acompañarán a los que crean: en mi nombre expulsarán demonios,
hablarán en lenguas nuevas, agarrarán serpientes en sus manos y aunque beban
veneno no les hará daño; impondrán las manos sobre los enfermos y se pondrán
bien».
Con esto, el Señor Jesús, después de hablarles, fue
elevado al cielo y se sentó a la diestra de Dios. Ellos salieron a predicar por
todas partes, colaborando el Señor con ellos y confirmando la Palabra con las
señales que la acompañaban.
(Mc 16,15-20)
Comentario
Hoy en esta solemnidad, se nos ofrece una palabra de
salvación como nunca la hayamos podido imaginar. El Señor Jesús no solamente ha
resucitado, venciendo a la muerte y al pecado, sino que, además, ¡ha sido
llevado a la gloria de Dios! Por esto, el camino de retorno al Padre, aquel
camino que habíamos perdido y que se nos abría en el misterio de Navidad, ha
quedado irrevocablemente ofrecido en el día de hoy, después que Cristo se haya
dado totalmente al Padre en la Cruz.
¿Ofrecido? Ofrecido, sí. Porque el Señor Jesucristo,
antes de ser llevado al cielo, ha enviado a sus discípulos amados, los
Apóstoles, a invitar a todos los hombres a creer en Él, para poder llegar allá
donde Él está. «Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la
creación. El que crea y sea bautizado, se salvará» (Mc 16,15-16).
Esta salvación que se nos da consiste, finalmente, en
vivir la vida misma de Dios, como nos dice el Evangelio según san Juan: «Ésta
es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y al que tú
has enviado, Jesucristo» (Jn 17,3).
Pero aquello que se da por amor ha de ser aceptado en el
amor para poder ser recibido como don. Jesucristo, pues, a quien no hemos
visto, quiere que le ofrezcamos nuestro amor a través de nuestra fe, que
recibimos escuchando la palabra de sus ministros, a quienes sí podemos ver y
sentir. «Nosotros creemos en aquel que no hemos visto. Lo han anunciado
aquellos que le han visto. (...) Quien ha prometido es fiel y no engaña: no
faltes en tu confianza, sino espera en su promesa. (...) ¡Conserva la fe!» (San
Agustín). Si la fe es una oferta de amor a Jesucristo, conservarla y hacerla
crecer hace que aumente en nosotros la caridad.
¡Ofrezcamos, pues, al Señor nuestra fe!
Fray Lluc TORCAL Monje del Monasterio de Sta. Mª de
Poblet (Santa Maria de Poblet, Tarragona, España)
Santoral Católico:
San Bernardino de Siena
Presbítero y Predicador
Taquigrafiados con un método que inventó un discípulo
suyo, los sermones populares de San Bernardino de Siena han llegado hasta
nosotros con toda la naturaleza y el estilo rápido y colorido con que los
pronunciaba en las diversas plazas italianas. Al releerlos hoy, se descubre en
ellos la actualidad de los temas, entre los más recurrentes el de la caridad,
la unidad, la armonía y la justicia. Atacaba la avaricia de los nuevos ricos,
comerciantes, banqueros, usureros, negociantes: “Sé muy bien que los bienes que
tú tienes no son tuyos; Dios los ha dado al mundo para provecho del hombre: no
son del hombre, no, sino para las necesidades del hombre”.
Dirigía palabras durísimas a los que “renegaban de Dios
por una cabeza de ajo”, y a “las fieras de largas uñas que roen los huesos del
pobre”. “Si tú tienes muchos bienes y no tienes necesidad de ellos, y no los
regalas y mueres, vas a parar a una casa muy caliente”.
Aun después de su muerte, acaecida en la ciudad de Aquila,
en 1444, San Bernardino continuó su obra de pacificación. En efecto, había
llegado a esa ciudad casi moribundo y no pudo predicar los sermones que se
había propuesto. Como las luchas seguían entre los bandos, su cuerpo comenzó
dentro del cajón a echar sangre a borbotones, y el chorro de sangre cesó
solamente cuando los ciudadanos de Aquila pactaron la paz. En acción de gracias
decretaron la construcción de un magnífico monumento sepulcral, llevado a cabo
después por Silvestre de Santiago.
San Bernardino fue canonizado en 1450, es decir, a los
seis años de su muerte, y había nacido en 1380 en Massa Marittima, de una noble
familia de Siena. Como quedó huérfano de ambos padres, siendo todavía muy niño,
lo criaron dos tías. Estudió en Siena hasta los 22 años, y después abandonó la
vida mundana para vestir el hábito franciscano. Dentro de la Orden fue uno de
los principales propulsores de la reforma de los franciscanos observantes.
Difundió la devoción al santísimo nombre de Jesús, y en unas tablitas de madera
hizo grabar el monograma “JHS” que le hacía besar al público al final de sus
sermones.
Fuente: Catholic.net
Palabras del Beato Juan Pablo
II
"Es vital que el llamamiento de Cristo a hacer
discípulos sea anunciado y vivido con convicción por cada cristiano. La Palabra
de Dios es digna en todos vuestros esfuerzos.
Abrazarla en toda su pureza e integridad, y difundirla con el ejemplo y
la predicación, es una gran misión. Esta
es vuestra misión hoy, mañana y el resto de vuestras vidas".
Beato Juan Pablo II
Tema del día:
Los envía a predicar por todo
el mundo
En la primera lectura de este día todos los años nos
cuenta san Lucas en los Hechos de los Apóstoles la subida de Jesús al cielo: un
hecho contemplado por testigos, pero que no deja de ser un misterio. Es un
suceso querido por Jesús para que sirva de enseñanza simbólica y visual de la
verdadera Ascensión que para Jesús fue en el momento de la Resurrección. Por el
hecho de resucitar, ya Jesús vuelve al Padre y “está sentado a su derecha”. Esto
significa que ya goza de toda la grandeza y gloria de Dios. Hoy es el día de la
expresión de esa glorificación total de Jesús.
Durante 40 días Jesús se fue apareciendo a los apóstoles
instruyéndoles más sobre las cosas que ya les había enseñado. No es que
estuviera en un lugar determinado escondido. Estaba ya con su Padre en el
cielo, pero se hacía presente durante un tiempo para reafirmar la fe de los
suyos. Al final les envía a predicar por todo el mundo. La Ascensión de Jesús
al cielo y el envío de los apóstoles son inseparables. Allí no sólo estaban los
apóstoles, sino varios sucesores y simbólicamente toda la Iglesia. Hay una
unión total entre la misión evangelizadora de Jesús y la continuación de esa
misión en la Iglesia. Para el apostolado nosotros nos apoyamos en Jesús,
vencedor de la muerte, que se fue al cielo, pero permanece con nosotros. Él es
nuestra esperanza, pero es también nuestra seguridad de que nos acompaña con su
Espíritu.
En particular para cada uno la Ascensión nos enseña que
en la vida hay que mirar a la realidad de la vida, como los ángeles dijeron a
los apóstoles; pero hay que mirar también al cielo. La realidad nos dice que
muchos miran demasiado sólo a las cosas terrenas y por ello se pueden marear.
Nos puede pasar como a aquel joven marinero que debía arreglar algo en el
mástil del barco en un día de tormenta. Según iba subiendo se mareaba viendo el
agitar de las olas. El capitán se dio cuenta y le gritó: “Mira hacia arriba,
siempre hacia arriba”. Así pudo realizar con éxito su trabajo. En nuestra vida
encontramos muchas dificultades y situaciones, a las que no vemos sentido.
Tenemos que mirar más hacia arriba, donde está Cristo esperándonos.
En este año, ciclo B, el evangelio es de san Marcos. Es
el final. Nos dice cómo Jesús se fue al cielo y los apóstoles cumplieron su
mandato de ir predicando por el mundo. Jesús les había prometido que harían
muchos prodigios. Y así fue. Desde siempre ha habido prodigios externos; pero
muchos más son los prodigios internos, en lo interior del corazón. Dice san
Agustín que en un tiempo la Iglesia necesitaba más de estos prodigios externos,
como un “arbolito” necesita el riego externo. Cuando ese arbolito se hace
corpulento ya no necesita el riego. Comparado con la Iglesia podemos decir que
el hecho mismo histórico de la Iglesia ya es un prodigio.
Nosotros debemos seguir a Jesús “creyendo” en su
Evangelio. Hoy les habla Jesús a los apóstoles de la importancia de la fe: si
creemos en sus enseñanzas, estaremos salvados; pero si le damos la espalda,
estaremos perdidos. Creer es seguirle y amarle. A veces podemos ver señales
externas; pero sobre todo le debemos ver en el corazón.
Hoy es un día para crecer en la esperanza de una
felicidad eterna, usando con rectitud los medios que tenemos en la tierra.
Debemos buscar el bien aquí, pero siempre sabiendo que la felicidad plena sólo
se encuentra con Cristo en el cielo. Sólo Él puede dar pleno sentido a la vida.
Por eso no nos dejemos aprisionar por la materia. Hay algo más que la historia,
que la materia y el tiempo. Nuestra meta está donde está Dios. Sólo Dios puede
llenar el alma. En la oración principal de la misa de este día se pide y espera
que donde está Cristo, que es nuestra Cabeza, estemos también nosotros que
somos miembros de su cuerpo.
El triunfo de Jesús debe ser también nuestro triunfo;
pero sabiendo que es diferente del triunfo material y humano; porque aquí se
triunfa cuando otros pierden, mientras que cuando triunfa Jesús, todos salimos
ganando.
P. Silverio Velasco
Nuevo video y artículo
Hay un nuevo video subido a este blog.
Para verlo tienes que ir al final de la página.
Hay nuevo material publicado en el blog
"Juan Pablo II inolvidable"
Puedes acceder en la dirección:
Pensamientos sanadores
Dios sana el sentimiento de orfandad
Hay quienes caminan por la vida sufriendo el doble que
los demás, y esta fragilidad estructural existe en ellos, porque cargan consigo
un sentimiento de orfandad.
Esta sensación de vacío pudo haberse producido por las
diversas pérdidas que hemos padecido a lo largo de la vida, las cuales, al no
haber sido elaboradas correctamente desde la oración del corazón, siguen
generando esa sensación de soledad y desamparo, la cual, en cada persona
adquiere matices diferentes.
Pero, a medida que Dios Padre colma ese vacío interior,
comienza a surgir en ellos la conciencia del propio valor como personas únicas
e irrepetibles, pues sienten que tienen como Padre nada menos que a Dios.
Esta conciencia los llevará a confiar en que nada ni
nadie los podrá apartar del amor de Dios, lo cual les será de fortaleza en los
momentos difíciles de la vida.
¿Quién podrá entonces separarnos del amor de Cristo? (…)
Porque tengo la certeza de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los
principados, ni lo presente ni lo futuro, ni los poderes espirituales, ni lo
alto ni lo profundo, ni ninguna otra criatura podrá separarnos jamás del amor
de Dios, manifestado en Cristo Jesús, nuestro Señor. Romanos 8, 35 y 38-39.
Mayo, mes de María
En septiembre de 1980, la madre Teresa de Calcuta fue a
visitar el Hogar Infantil de Calcula. Un niño se estaba muriendo y una de las
Hermanas se lo dijo a la madre Teresa, la cual tomó al niño en sus brazos y se
puso a rezar un Padrenuestro y un Avemaría. El capellán bendijo al niño y la
madre Teresa se lo devolvió a la Hermana. Aquella misma tarde el niño comenzó a
mejorar y al día siguiente estaba fuera de peligro. El poder de la oración
había obrado el prodigio.
Santa María, ¡Lo que eres capaz de hacer por nosotros,
sólo por un Avemaría! Por rezar un Avemaría, ¡cuánto puedo conseguir!
Ahora puedes seguir hablando a María con tus palabras,
comentándole algo de lo que has leído. Después termina con una oración final.
Texto del P. José Pedro Manglano Castellary
Tomado del Web Católico de Javier
Nunca nos olvidemos de
agradecer
Alguna vez leí que en el cielo hay dos oficinas
diferentes para tratar lo relativo a las oraciones de las personas en la
tierra:
Una es para receptar pedidos de diversas gracias, y allí
los muchos ángeles que atienden trabajan intensamente y sin descanso por la
cantidad de peticiones que llegan en todo momento.
La otra oficina es para recibir los agradecimientos por
las gracias concedidas y en ella hay un par de ángeles aburridos porque
prácticamente no les llega ningún mensaje de los hombres desde la tierra para
dar gracias...
Desde esta sección de "Pequeñas Semillitas"
pretendemos juntar una vez por semana los mensajes para la segunda oficina:
agradecimientos por favores y gracias concedidas como respuesta a nuestros
pedidos de oración.
Desde Buenos Aires, Argentina, Olga pide que agradezcamos
al Señor por los buenos resultados obtenidos en los estudios médicos
oncológicos de su esposo.
Desde Cuba, el P. Pedro Pablo agradece las oraciones
hechas en favor de Iraida, que fue operada y ha recuperado la visión. Damos
gracias a Dios.
Desde la provincia de Santa Fe, Argentina, nos escribe
María para hacernos saber que Ángela P., por la que se pidió oración por tener
tumores cancerosos, luego de ser operada, le realizaron estudios, reconociendo
que del cáncer no hay vestigios. Sólo queda dar infinitas gracias a Dios y
resaltar una vez más que las oraciones que hacemos por nuestros enfermos con
devoción y mucha fe siempre son atendidas.
Desde Madrid, España, agradecen a Dios, a la Santísima
Virgen y al Beato Juan Pablo II, ya que las oraciones hechas en favor de José,
han sido atendidas y sus problemas están en vías de solucionarse.
Nos escribe Tita para agradecer a Dios, a la Virgen de
Fátima y a las personas que rezaron por la salud de su nieto Andrew, de 11
años, que el día 17 de este mes fue operado del corazón en USA con todo éxito.
"Intimidad Divina"
Antes de separarse de los Apóstoles, Jesús los confía al
Padre para que los guarde en su lugar. Él sabe que los deja expuestos a los
peligros y a la hostilidad de aquel
“mundo” por el cual ha declarado que no ruega (Jn 17, 9). No se trata
evidentemente del mundo en cuanto criatura de Dios, que, por lo tanto, es buena
en sí, sino del mundo del pecado dominado por el Maligno. Jesús dice al Padre: “No pido que los saques
del mundo, sino que los guardes del Maligno” (ib. 15). Petición que indica la
línea de conducta de todo apóstol: permanecer en el mundo para cristianizarlo,
pero no dejarse envolver por sus insidias ni temer su odio, el cual es por otra
parte la garantía de no pertenecer a él. Entre las asechanzas del mundo, la más
temible es el error que, falseando la conciencia, arrastra al hombre a su
ruina.
He aquí por qué Jesús pide al Padre: “Conságralos en la
verdad, pues tu palabra es verdad” (ib. 17). La verdad que procede de Dios –su
palabra– es la que debe caracterizar a los apóstoles e inmunizarlos de los
errores del mundo; por eso deben ser “consagrados” en esta verdad y dedicados
completamente a su servicio. Es una consagración que, separándolos del mundo
desacrdalizado, los dedica a la verdad hasta el sacrificio de sí mismos, a
ejemplo del Maestro que se “consagró” por ellos hasta la inmolación en la cruz.
Tal es el sentido de estas palabras. “y yo por ellos me consagro, para que
ellos sean consagrados en la verdad” (ib. 19).
Con su amor dan testimonio “que el Padre envió a su Hijo
por Salvador del mundo”, y que ese Jesús que predican muerto y resucitado por
la redención de los hombres no es un mito, porque los ha redimido hasta el
punto de hacerlos capaces de vencer todo egoísmo y llegar a ser todos “una sola
cosa”.
“He comunicado a
ellos tu palabra”. Que esta palabra que ha librado a los tuyos del mundo, siga
produciendo este mismo efecto. Cada vez que escuchamos o leemos la palabra, oh
Jesús, nos lleva a Dios de donde ella ha salido. Esta palabra no nos deja gustar
las cosas del mundo, porque nos hace saborear la verdad que el mundo no conoce
ni quiere conocer, porque la verdad lo juzga. El mundo es falso en todo, en
todo engañador, y tu palabra, oh Jesús, nos abre los ojos para ver esta ilusión
y falsedad del mundo. Tu palabra constituye las castas delicias de las almas
desilusionadas y disgustada del mundo. Haz, oh Señor, que yo saboree tu
palabra, para que el mundo no pueda sorprenderme con sus engaños… Haz que
penetre su sentido y conozca su profundidad, que la ponga en mi corazón y no me
canse de repetir con la boca… Sea ella
mi consuelo en el destierro, mi consejo, mi luz, mi amor, mi esperanza. Haz que
mientras la escucho pueda entenderla, reconociendo que el entenderla es don
tuyo, Señor. (J. B. Bossuet, Meditaciones sobre los Evangelios)
P. Gabriel de Sta. M. Magdalena O.C.D.
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Gracias por participar comentando! Por favor, no te olvides de incluir tu nombre y ciudad de residencia al finalizar tu comentario dentro del cuadro donde escribes.