sábado, 19 de mayo de 2012

Pequeñas Semillitas 1709


PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 7 - Número 1709 ~ Sábado 19 de Mayo de 2012
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
   

Alabado sea Jesucristo…
Ayer, 18 de mayo, ha sido el día en que nuestro amado Beato Juan Pablo II hubiera cumplido 92 años. Y mirando videos sobre su vida, me emociona recordar el momento posterior a su elección, cuando en el anochecer del 16 de octubre de 1978, el cardenal Felice salió al balcón y pronunció la célebre expresión latina “¡Habemus Papam!", y luego anunció que Karol Wojtyla era el elegido de Dios a través de los cardenales del cónclave. Cuando el nuevo Papa se asomó al balcón y saludó en italiano a la multitud que aguardaba en la Plaza San Pedro, sus primeras palabras fueron: “Sia lodato Gesù Cristo”, es decir “Alabado sea Jesucristo”.
Como manifestación de admiración a la magna figura de Juan Pablo II y como expresión de amor y respeto a nuestro Señor Jesucristo, cuya Ascensión al cielo ya estamos celebrando, a partir de hoy este boletín ya no se iniciará más con la palabra “Hola!” sino con este nuevo saludo: Alabado sea Jesucristo…


La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy


En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «En verdad, en verdad os digo: lo que pidáis al Padre os lo dará en mi nombre. Hasta ahora nada le habéis pedido en mi nombre. Pedid y recibiréis, para que vuestro gozo sea colmado. Os he dicho todo esto en parábolas. Se acerca la hora en que ya no os hablaré en parábolas, sino que con toda claridad os hablaré acerca del Padre. Aquel día pediréis en mi nombre y no os digo que yo rogaré al Padre por vosotros, pues el Padre mismo os quiere, porque me queréis a mí y creéis que salí de Dios. Salí del Padre y he venido al mundo. Ahora dejo otra vez el mundo y voy al Padre».
(Jn 16,23-28)

Comentario
Hoy, en vigilias de la fiesta de la Ascensión del Señor, el Evangelio nos deja unas palabras de despedida entrañables. Jesús nos hace participar de su misterio más preciado; Dios Padre es su origen y es, a la vez, su destino: «Salí del Padre y he venido al mundo. Ahora dejo otra vez el mundo y voy al Padre» (Jn 16,28).
No debiera dejar de resonar en nosotros esta gran verdad de la segunda Persona de la Santísima Trinidad: realmente, Jesús es el Hijo de Dios; el Padre divino es su origen y, al mismo tiempo, su destino.
Para aquellos que creen saberlo todo de Dios, pero dudan de la filiación divina de Jesús, el Evangelio de hoy tiene una cosa importante a recordar: “aquel” a quien los judíos denominan Dios es el que nos ha enviado a Jesús; es, por tanto, el Padre de los creyentes. Con esto se nos dice claramente que sólo puede conocerse a Dios de verdad si se acepta que este Dios es el Padre de Jesús.
Y esta filiación divina de Jesús nos recuerda otro aspecto fundamental para nuestra vida: los bautizados somos hijos de Dios en Cristo por el Espíritu Santo. Esto esconde un misterio bellísimo para nosotros: esta paternidad divina adoptiva de Dios hacia cada hombre se distingue de la adopción humana en que tiene un fundamento real en cada uno de nosotros, ya que supone un nuevo nacimiento. Por tanto, quien ha quedado introducido en la gran Familia divina ya no es un extraño.
Por esto, en el día de la Ascensión se nos recordará en la Oración Colecta de la Misa que todos los hijos hemos seguido los pasos del Hijo: «Concédenos, Dios todopoderoso, exultar de gozo y darte gracias en esta liturgia de alabanza, porque la Ascensión de Jesucristo, tu Hijo, es ya nuestra victoria, y donde nos ha precedido Él, que es nuestra cabeza, esperamos llegar también nosotros como miembros de su cuerpo». En fin, ningún cristiano debiera “descolgarse”, pues todo esto es más importante que participar en cualquier carrera o maratón, ya que la meta es el cielo, ¡Dios mismo!
Rev. D. Xavier ROMERO i Galdeano (Cervera, Lleida, España)


Santoral Católico:
San Ivo
Patrono de los Abogados


Información haciendo clic acá

Fuente: EWTN


La frase de hoy

“El hombre es el único animal
que come sin tener hambre,
bebe sin tener sed
y habla sin tener nada que decir” 

Mark Twain


Cuentos de Mamerto Menapace:
Los tres espíritus


De esto hace mucho tiempo. Fue para poco después de esa gran creciente que se llevó a casi toda la humanidad, con aves, bichos y sabandijas. Además de cuarenta días de aguacero sin parar, se rompieron las defensas y el agua sublevada atropelló llevándoselo todo por delante.

Anoticiado por Tata Dios, el paisano don Noé había construido una gran jangada, sobre la que armó un enorme galpón en el que guareció de cada especie de bicho una yunta. Además logró salvar a su familia: su patrona y los tres hijos con sus esposas.

Cuando bajó la creciente, aquello parecía un cementerio. Pero no era cuestión de echarse para atrás. Enseguida se comenzó todo de vuelta. Noé entregó a cada uno de sus hijos los animalitos salvados, asignándoles la zona de campo donde podrían criarlos. Como él ya andaba medio viejo y con las tabas entumecidas de tanta humedad como había soportado, decidió dedicarse a cultivar una pequeña chacrita vecina a las casas.

Además de la verdura y hortalizas para el consumo, le dio al viejo por probar con unas especies nuevas, que parecían ser de buen porvenir. En una cosa de esas dio una plantita medio rugosa, que daba una especie de racimos con frutita muy dulce. Pensó que podía ser buena fruta para fabricar algún jugo virtuoso y reconfortante. Sin darse cuenta, había descubierto la planta de vid.

Como era hombre de ingenio, en cuanto la vio prosperar y crecer, enseguida le armó una parra para que se fuera agarrando. A cosa de una cuadra de las casas quedaba el terrenito que le dedicó. Todos los días iba a echarle una miradita, a la vez que aprovechaba para carpir los yuyos que aparecían entre los surcos y almácigos. Si algún gusano, de los salvados vaya a saber cómo de la inundación, se atrevía a subirse al parral, lo bajaba de allí con el lomo del falcón, y lo aplastaba con la bota sin miedo de acabar con su especie.

Una mañanita encontró algo raro en su quinta. Vio pisadas que no eran de cristiano, pero tampoco parecían de animal. Y para peor, parecía que el desconocido se las había agarrado con la plantita de viña. Porque allí se arremolinaban las huellas, y hasta había removido la tierra alrededor del tronco. Lo rastreó, pero la rastrillada se le perdió entre los pajonales un par de cuadras más allá.

Como no era hombre de dejarse madrugar por un cualquiera, Noé se decidió a esperarlo escondido entre los matorrales, para ver qué intenciones traía. Al principio no tuvo suerte. Una tardecita sintió que le bicho volvía. Digo bicho, porque le pareció que se trataba de eso cuando vio aparecer algo que podía parecerse a un mono. Pero pronto se percató de que en realidad se trataba del mismísimo Mandinga en persona. Traía de una soguita una mona, puro gruñido y morisquetas. Se arrimó a la plantita de parra, y sin más ceremonia, agarró a la mona por el pescuezo y la degolló allí mismo. Con su sangre regó bien la tierra en derredor del tronco de la planta. Después agarró al animalito muerto, y revoleándolo de la cola, lo tiró entre los pajonales. Limpió el facón en los pastos, y sin siquiera saludar se hizo humo.

Don Noé no tuvo tiempo para reaccionar. Cuando se quiso dar cuenta, Satanás ya se había ido sin dejar rastros. Pensaba irse para su casa a comentar lo extraño del suceso pero volvió a sentir ruido entre los pajonales. Esta vez la cosa parecía en serio, porque eran bramidos. Y no era para menos Mandinga apreció de nuevo, traía un puma a la cincha. Bravo andaba el bayo, tirando zarpazos y dentelladas por todos lados. Pero el diablo no era manco, y pisándole en las ancas lo inmoló allí mismo, repitiendo el extraño rito de regar con su sangre la plantita de viña. Terminada la operación, tomó al puma por la cola y revoleándolo lo tiró entre los pajonales. Y a los saltos desapareció como si se fuera a buscar otro animal para repetir lo que andaba haciendo.

Noé sospechó que volvería esta vez decidió no dejarlo escapar. Se tanteó la cintura para cerciorarse de que el facón estaba a mano. De su empuñadura colgaba el grueso rebenque cabo de naranjo, y lonja de cuatro dedos de ancho. Se agazapó sobre sus garrones, listo para el salto. No tuvo que esperar mucho. De nuevo se sintieron unos gruñidos y golpes. Mandinga traía de la cola y a los rodillazos un chanchito. Aunque el animal se quería empacar, el diablo se dio maña y lo arrimó a la parra. Después de degollarlo, como entendido en el asunto, volvió a regar con su sangre el tronco y toda la tierra que lo rodeaba. Ya se disponía a tomarlo de la cola para revolearlo, cuando Noé se le fue encima como un ventarrón. No le dio tiempo ni pa' encomendarse a Dios. De un talerazo en la nuca lo volteó panza abajo, y ya se le tiró encima apretándolo con las rodillas en la cintura, mientras le bajaba el rebenque sin asco por las asentaderas.

Mientras le menudeaba los azotes, Noé le gritaba furioso:

-¡Te agarré, maldito! De aquí no vas a salir sin marca, hasta que no me hayas confesado todito lo que andás haciendo, y por qué me has querido engualichar mi viña.

Bramaba el maldito por el dolor, pero no podía sacárselo al paisano Noé de encima. La boca se le llenaba de tierra, y ya medio ahogado le suplicó que no le siguiera pegando. Que le contaría todo lo que había estado haciendo. Así, ya medio charqueado por la lonja de la guacha que Noé no le mezquinaba, se decidió a confesar la picardía que andaba realizando. Y apretando contra el suelo, al final dijo:

-Le estaba echando gualicho a la raíz de la viña, para darle virtú al vino.

-¿Y de que virtú se trata? - bramó Noé.

-Son tres espíritus diferentes - respondió el apretado -. Tres espíritus que se van despertando a medida que le hombre se interna en el vino. Al principio es el de la mona. Al que no sabe dominarse a tiempo, en cuanto se bandea un poco, le entra el espíritu de este bicho, y comienza a hacerse el gracioso para hacer reír a la gente. Y todos los que lo ven, lo cargan diciéndole que suelte la mona que se agarró. Si continúa bebiendo, se le despierta el espíritu del puma. Se pone malo y peleador. Se atreve cobardemente con su mujer y con los chicos. Le da por buscar camorra y por provocar peleas. Es que le ha entrado en el cuerpo la sangre del puma. Si continúa bebiendo, entonces es el cerdo el que se le despierta por dentro. Comienza a gruñir, se le cae el chiripá y termina por tirarse en las cunetas revolcándose en el barro igualito que un chancho.

-¡Ahá, bicho desgracio! - bramó Noé, al tiempo que le descargaba un tremendo rebencazo -. Yo te voy a enseñar a andar haciendo picardías. Aquí mismo te voy a despenar para limpiar el mundo de un sabandija como vos.

Pero al querer sacar el facón, aflojó un poco las rodillas, y Mandinga se le fue de abajo como carozo mal apretado. Noé quedó de rodillas y con el cuchillo en la mano, mientras Mandinga salía echando humo por los pajonales con el trasero ardiéndole por los rebencazos.

Noé se secó el sudor de la cara con la punta del pañuelo que tenía al cuello. Después se arrimó con pena a la planta de vid, dispuesto a cortarla de un solo hachazo. Ya había levantado el facón, cuando el ángel del cielo le detuvo el brazo al tiempo que le pegaba el grito:

-¡No amigo, no lo haga! ¡Respete los dones de Dios! Llegará un día en que el mismísimo Hijo de Dios necesitará del vino, para convertirlo en su sangre, a fin de que todo aquel que la beba tenga la vida eterna, lo que es la vida de Dios. Ahora usted ya sabe los peligros que encierra. Tómelo con moderación y enséñele a sus hijos y nietos la verdad de esta historia.

Pero Noé medio afligido le dijo que aunque así lo hiciera, a lo mejor sus descendientes, empezando por sus hijos, no le harían caso.

Entonces el ángel de Dios agachándose levantó del suelo el rebenque y se lo alcanzó, mientras riendo le decía:

-Tome amigo, y enséñeles esto...¡pa' recuerdo!


Pensamientos sanadores


En medio del bullicio, busca el rostro del Señor

Recuerdo haber visto, hace muchos años, una película que mostraba un cuadro desgarrador. A una madre le secuestraban a su pequeño hijo, y por muchos años ella no supo nada de él.
La película mostraba algunas escenas en que la mujer, al caminar por las calles en medio de la multitud, buscaba entre tantas personas, el rostro del hijo amado.
Nosotros podríamos tomar esa idea para buscar el rostro del Señor en medio de las actividades cotidianas y en cada persona que pasa a nuestro lado.
La conciencia de su presencia morando en ti, será germen de paz interior y a su vez, la paz será fuente de una energía interior que te fortalecerá en la decisión de hacer con prontitud la voluntad de Dios, superando todos los obstáculos con los que puedas tropezar en este día.

Mi corazón sabe que dijiste: “Busquen mi rostro”. Yo busco tu rostro, Señor. Salmo 27, 8.


Mayo, mes de María


Vallejo Nájera, famoso psiquiatra, días antes de morir recordaba divertido y emocionado esta conversación con un torero famoso llamado Miguel, buen amigo suyo. Miguel no practicaba como cristiano, y Vallejo trataba de ayudarle para que volviera a Dios antes de morir, pues el torero, por falta de formación, vivía alejado de Dios.

Decía Vallejo: "No digas que no has blasfemado. Pero como eso es una anormalidad y yo, como psiquiatra, me doy cuenta de los traumas de infancia que te han podido llevar a esa aberración, creo que Dios, que es mucho más listo que yo, no te lo va a tener en cuenta. Y con tus muchos disparates será benévolo, porque sabe que eres un disparatado. Te ha hecho con este vigor y vitalidad que no se encauzó bien; has aprendido a leer entre los cuernos de los toros, porque te tuvieron desde los catorce años explotándote para torear (...).

- Mira Miguel, le dije, no te voy a pedir que cambies de vida, no te voy a pedir que dejes de beber... Sigue como estás ahora, que estás hecho un desastre, pero te voy a decir una cosa. Yo sé que me voy a morir muy pronto y Dios me ha dado la gracia de recobrar mi fe de la infancia, la misma que tuviste tú, porque tu madre la tenía, y te la enseñó, y tus hermanas la siguen teniendo. No te voy a pedir que vayas de ejercicios. Sólo que le digas a la Virgen: Virgen mía, ayúdame a entrar. Dios mío, perdóname. Y te va a bastar con eso, porque la Virgen te escuchará. Miguel se quedó muy conmovido...

- Mira, Miguel, le dije, vas a rezar conmigo media Avemaría, sólo la segunda parte. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores... Que tú lo eres de narices... Ahora y en la hora de nuestra muerte, amén. Hazme un favor, júrame que esa Avemaría la vas a rezar todas las noches.

Yo no juro, me dijo él, yo prometo, y te lo prometo. Pero, como es muy cabezota y nunca quiere dar su brazo a torcer, añadió: Te la rezaré a ti y como un fandango. Me da igual, le dije yo, tú rézala cuando te acuerdes de mí y bastará.

¡María eso si que es acertar en el modo de ayudar a un amigo! Yo te acercaré a mis amigos y Tú haces el resto, ¿de acuerdo?

Ahora puedes seguir hablando a María con tus palabras, comentándole algo de lo que has leído

Texto del P. José Pedro Manglano Castellary
Tomado del Web Católico de Javier


Pedidos de oración

Pedimos oración por la Paz del Mundo; por la Santa Iglesia Católica; por el Papa, los sacerdotes y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por la unión de las familias y la fidelidad de los matrimonios; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Una vez más pedimos oraciones por la mamá de Melissa, colaboradora directa de esta página desde su inicio y amiga personal de muchos años. La señora, que vive en la Patagonia argentina, está en situación neurológica casi irreversible por accidentes cerebro vasculares y su vida está en las manos de Dios, al que rogamos que le conceda un tránsito suave y tranquilo hacia Él, acompañada en todo momento por la presencia maternal de la Santísima Virgen.

Pedimos oración por la señora Raquel T. que tiene 50 años y vive en Santa Fe, Argentina. Ella está sumida en un cuadro depresivo por lo que pedimos a la Santísima Virgen María en su advocación de Nuestra Señora de la Sonrisa, que le traiga ánimo, fortaleza y alegría.

Pedimos oración por Marcela, de Andalucía, España, que debe someterse a una operación complicada, para que el Señor permita que todo salga bien.

Seguimos orando por Pancho, de Lima, Perú, 39 años de edad, afectado de leucemia con niveles muy bajos de hemoglobina. Rogamos a Dios que lo sostenga en sus manos para que no decaiga en su lucha por superar la enfermedad.

Pedimos oración por Clarita, niña argentina de 12 años de edad (foto), afectada de un tumor en el cerebelo, operada y ahora en plan de quimio y radioterapia. Que Jesús Misericordioso y la Virgen que nos ama como Madre, estén junto a ella y a su familia en el camino de tratamiento que viene por delante, para que Clarita lo supere con bien y pueda obtener la gracia de curarse.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Nota de Redacción:
Para dar curso a los Pedidos de Oración es imprescindible dar los siguientes datos: nombres completos de la persona (habitualmente no publicamos apellidos), ciudad y país donde vive, y explicar el motivo de la solicitud de oración. Enviar los pedidos de oración a pequesemillitas@gmail.com


"Pequeñas Semillitas" por e-mail


Si lo deseas puedes recibir todos los días "Pequeñas Semillitas" por correo, más el agregado de un powerpoint. Las suscripciones son gratuitas y se realizan únicamente por invitación. Hay que solicitarlas a Melissa, la moderadora del Grupo a: picaflor05@gmail.com  o a: picaflor.cl@gmail.com  
Las inscripciones son moderadas y pueden demorar un par de días, siendo importante que no te suscribas desde una computadora de tu oficina o lugar laboral, y que sólo te inscribas si de verdad estás dispuesto/a a leer todos los días nuestros mensajes e incluso compartirlos con tus amigos y conocidos reenviándoselos por correo electrónico.
Felipe de Urca


"Intimidad Divina"

El Espíritu de Cristo

El Espíritu Santo es llamado en la Sagrada Escritura “el Espíritu de Cristo” (Rm 8, 9), “el Espíritu de Jesús” (Hc 16, 7). Cristo es el Verbo encarnado, hecho hombre, y , sin embargo, permanece siempre el Verbo, el Hijo de Dios, del cual –como del Padre– procede el Espíritu Santo; por eso debe decirse que el Espíritu Santo es el Espíritu de Cristo, precisamente porque la Persona de Cristo no es otra que el Verbo. Mas cuando se habla de Cristo ha de entenderse que se habla del Mesías Verbo Encarnado, y también en este sentido se puede decir que el Espíritu Santo es el Espíritu de Cristo. Toda la vida del Salvador se desarrolla bajo el influjo del divino Paráclito. Desde los primeros instantes de su existencia, Cristo, lleno del Espíritu Santo, lo derrama en torno a sí. Jesús posee el Espíritu Santo con una plenitud que no tiene medida, no sólo porque como Verbo es una cosa sola con el Padre y con el Espíritu Santo, sino también porque como hombre, su alma está totalmente invadida por el divino Espíritu.

San Lucas pone particularmente de relieve cómo toda la conducta de Jesús está guiada y regida por el Espíritu Santo: “Jesús, lleno del Espíritu Santo, se retiró del Jordán y fue conducido al desierto por el Espíritu” (4, 1); transcurrido este período, el Evangelista anota: “Jesús, impulsado por el Espíritu, se volvió a Galilea” (4, 14). El Espíritu Santo obraba incesantemente en Cristo, inspirando todas sus acciones, su predicación, sus milagros y su misma oración, a propósito de la cual Lucas puntualiza: “Jesús se sintió inundado de gozo en el Espíritu Santo y dijo: Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a los sabios y prudentes y las revelaste a los pequeños” (10, 21). De esta manera toda la vida del Salvador se mueve bajo el impulso del Espíritu Santo, como también bajo su impulso se realiza su supremo sacrificio, como lo enseña San Pablo: “Cristo… por el Espíritu eterno a sí mismo se ofreció inmaculado a Dios” (Hb 9, 14).

El divino Espíritu obra incesantemente en el alma de Jesús, que se muestra docilísima a su impulso de la manera más perfecta. El Espíritu Santo sale al encuentro de esta sublime criatura que es el alma de Jesús: la invade, la dirige, la mueve al cumplimiento de su misión y la lleva a Dios con un impulso fortísimo, precisamente porque ella está totalmente bajo la influencia de su moción. Y como el Padre tiene sus complacencias en Cristo, su Hijo amado, también el Espíritu Santo “tiene sus delicias en habitar en el alma del Redentor como en su templo preferido” (Mystici Corporis).

Tú solo eres santo, ¡oh Jesús! El solo santo porque eres, por medio de tu encarnación, el verdadero hijo de Dios; el solo santo porque posees la gracia santificante en su plenitud para distribuírnosla; el solo santo porque tu alma era de una docilidad infinita al impulso del Espíritu Santo que inspiraba y regulaba tus movimientos, todos tus actos y los hacía agradables a tu Padre. (C Marmión, Cristo vida del alma)

P. Gabriel de Sta. M. Magdalena O.C.D.
 
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
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