jueves, 9 de febrero de 2012

Pequeñas Semillitas 1618

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 7 - Número 1618 ~ Jueves 9 de Febrero de 2012
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
   

Hola…
“Hijo” es un ser que Dios nos prestó para hacer un curso intensivo de cómo amar a alguien más que a nosotros mismos, de cómo cambiar nuestros peores defectos para darles los mejores ejemplos y de nosotros aprender a tener coraje. Sí, ¡es eso! Ser Padre o Madre es el mayor Acto de Coraje que alguien puede tener, porque es exponerse a todo tipo de dolor, principalmente de la incertidumbre de estar actuando correctamente y del miedo de perder algo tan amado. ¿Perder? ¿Cómo? ¿No es nuestro? Fue apenas un préstamo...El más preciado y maravilloso préstamo. Dios Bendiga siempre a nuestros hijos pues a nosotros ya nos bendijo con ellos.


La Palabra de Dios:
Evangelio del día


En aquel tiempo, Jesús partiendo de allí, se fue a la región de Tiro, y entrando en una casa quería que nadie lo supiese, pero no logró pasar inadvertido, sino que, en seguida, habiendo oído hablar de Él una mujer, cuya hija estaba poseída de un espíritu inmundo, vino y se postró a sus pies. Esta mujer era pagana, sirofenicia de nacimiento, y le rogaba que expulsara de su hija al demonio. Él le decía: «Espera que primero se sacien los hijos, pues no está bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los perritos». Pero ella le respondió: «Sí, Señor; que también los perritos comen bajo la mesa migajas de los niños». Él, entonces, le dijo: «Por lo que has dicho, vete; el demonio ha salido de tu hija». Volvió a su casa y encontró que la niña estaba echada en la cama y que el demonio se había ido.
(Mc 7,24-30)

Comentario
Hoy se nos muestra la fe de una mujer que no pertenecía al pueblo elegido, pero que tenía la confianza en que Jesús podía curar a su hija. En efecto, aquella madre «era pagana, sirofenicia de nacimiento, y le rogaba que expulsara de su hija al demonio» (Mc 7,26). El dolor y el amor le llevan a pedir con insistencia, sin tener en cuenta ni desprecios, ni retrasos, ni indignidad. Y consigue lo que pide, pues «volvió a su casa y encontró que la niña estaba echada en la cama y que el demonio se había ido» (Mc 7,30).
San Agustín decía que muchos no consiguen lo que piden pues son «aut mali, aut male, aut mala». O son malos y lo primero que tendrían que pedir es ser buenos; o piden malamente, sin insistencia, en lugar de hacerlo con paciencia, con humildad, con fe y por amor; o piden malas cosas que si se recibiesen harían daño al alma o al cuerpo o a los demás. Hay que esforzarse, pues, por pedir bien. La mujer sirofenicia es buena madre, pide bien («vino y se postró a sus pies») y pide algo bueno («que expulsara de su hija al demonio»).
El Señor nos mueve a usar perseverantemente la oración de petición. Ciertamente, existen otros tipos de plegaria —la adoración, la expiación, la oración de agradecimiento—, pero Jesús insiste en que nosotros frecuentemos mucho la oración de petición.
¿Por qué? Muchos podrían ser los motivos: porque necesitamos la ayuda de Dios para alcanzar nuestro fin; porque expresa esperanza y amor; porque es un clamor de fe. Pero existe uno que quizá sea poco tenido en cuenta: Dios quiere que las cosas sean un poco como nosotros queremos. De este modo, nuestra petición —que es un acto libre— unida a la libertad omnipotente de Dios, hace que el mundo sea como Dios quiere y algo como nosotros queremos. ¡Es maravilloso el poder de la oración!
Rev. D. Enric CASES i Martín (Barcelona, España)


Santoral Católico:
San Miguel Febres Cordero
Religioso Lasallista


Cuando el hermano Miguel Febres Cordero era niño, todos lo llamaban “Panchito” y hasta le tenían lástima por su delicada salud y sus pies deformes que le impedían caminar bien. Pero el 21 de octubre de 1984, día de su canonización en la Plaza de San Pedro, en Roma, se convirtió en el gran santo de la historia de Ecuador: seguidor, hasta en la santidad, de Juan Bautista de La Salle, el fundador de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, Congregación a la que pertenecía Panchito.

En 1863 el presidente ecuatoriano García Moreno, preocupado por el enorme analfabetismo de su país, después de muchas insistencias, obtiene que diez Hermanos de las Escuelas Cristianas vayan de Francia a Ecuador a fundar las escuelas populares. Las primeras tres escuelas nacen en Quito, Guayaquil y Cuenca. Los comienzos son duros, los Hermanos viven y enseñan en edificios miserables. Pero los alumnos se multiplican; entre los de Cuenca está Panchito, que se distingue inmediatamente por su inteligencia y por su deseo de aprender. La enseñanza le encanta, permanece en la escuela fuera de horario y con frecuencia les da una mano a los Hermanos. Quisiera entrar a formar parte de su obra, pero los familiares se oponen: demasiado pobre la vida de los Hermanos para quien, como él, pertenece a la alta sociedad. ¿Por qué, si tiene vocación religiosa, no sigue la carrera eclesiástica?

Miguel Febres Cordero obedece y entra al seminario. Sale a los tres meses con graves enfermedades debidas a la dificultad para ambientarse. Finalmente los padres ceden, y en la fiesta de la Anunciación de 1868 Miguel puede vestir el hábito de los lasallistas, convirtiéndose en el Hermano Miguel.

Terminado el noviciado, pasa a Quito, entre otras cosas para evitar las presiones del padre que sigue insistiendo para llevárselo a casa. Son años de trabajo intenso, preludio de una vida que no conocerá descanso, ni mucho menos tiempo libre. Tiempo completo para la enseñanza, con horarios agotadores, el trabajo catequístico y la ayuda a los cohermanos enfermos. Sin embargo, el flaco Panchito logra sacar algunas horas para estudiar idiomas (no solo latín, sino también francés, italiano, inglés y alemán) y para escribir libros para las escuelas.

En tres años publica un centenar de textos escolares que tratan de religión y literatura, gramática y matemáticas. Aunque en varios casos se trata solo de ediciones corregidas, el trabajo es increíble, si se tiene en cuenta que Miguel fundamentalmente es un autodidacta. Como profesor es muy bueno, y logra hacerse querer. Cuando en 1890 se abre el grande Instituto La Salle del Cebollar, que tiene un semi-internado, es a él a quien se le confían los semi-internos.

En 1907 lo llaman a Europa a preparar los textos escolares para los Hermanos de las Escuelas Cristianas que parten para América Latina. Primero va a Bélgica y luego, por su delicada salud, en busca de un clima más suave, pasa a España (a Premiá de Mar, cerca de Barcelona). Siguen siendo años de mucha actividad hasta la muerte por pulmonía. Antes de morir, les dice a los hermanos que rodean su lecho de muerte, entristecidos: “Otros trabajarán mejor que yo”. Era el 9 de febrero de 1910.
Fuente: Catholic.net


Las frase del Hermano Miguel


“¿Para qué estamos en este mundo sino para santificarnos? Haga el Señor que logremos todos ser grandes santos”

“El corazón es rico cuando está contento y siempre estará contento cuando puede tener a Dios por objeto de sus deseos”.

“Por muy ocupado que esté, acogeré amable y graciosamente a cuantos vengan a mí… como si fuesen Nuestro Señor mismo o su Santísima Madre”.

San Miguel Febres Cordero


Tema del día:
Si quieres ser un buen padre, 
sé un buen esposo


El último libro de Piero Ferruci, "Nuestros maestros los niños" ya ha sido traducido a 11 idiomas. Allí él dice: "Ha hecho falta tiempo, pero al final me he dado cuenta: la relación con mis hijos pasa a través de la relación con mi mujer. No puedo tener con ellos una buena relación si mi relación con ella no es buena".

La experiencia clínica de Ferruci le ha demostrado que "cada ser humano es el resultado de la relación entre dos individuos: su padre y su madre. Y esa relación sigue viviendo dentro de nosotros como una armonía bellísima o como una laceración dolorosa. La relación entre nuestros progenitores -dice Ferruci- nos constituye en lo que somos. Y esto es verdad también en la época de la familia dormitorio, de los progenitores single, de la fecundación artificial, de la manipulación genética, de los vientres de alquiler, de los bancos de espematozoides... Un niño siente con todo su ser la relación entre sus progenitores, sea cual sea, la siente en sí mismo.

Si la relación está envenenada, el veneno circulará por su organismo. Si la atmósfera no es armoniosa, crecerá en la disonancia. Si está llena de ansias e inseguridades, también su futuro será incierto".

La conclusión entonces parece clara: si quieres ser un buen padre, sé un gran marido. Si quieres ser una buena madre, sé una gran compañera para tu marido. Esto que parece simple, en la práctica no lo es. ¿Por qué? Ferruci responde en primera persona, con gran humildad:

"A veces he olvidado esta realidad. He tenido demasiada confianza. Sabiendo que nuestra relación va bien, la he dejado allí". Abandonada la relación a su propia suerte, pronto aparecen los disgustos, las recriminaciones. Cuando un matrimonio reacciona a tiempo y recupera lo bello de su amor, los primeros en darse cuenta son los hijos. Y cuenta su propia experiencia, después de una temporada en que, obsesionado por escribir sus libros, comenzó a levantarse a las 5 de la mañana y a pasar el día rabiando por el ruido y las interrupciones: "Comencé a sentirme deprimido, algo no andaba bien. Al fin comprendí lo que sabía pero no quería admitir. El orden de mis prioridades estaba equivocado.

Decidí devolver a Vivien, mi mujer, un marido que no se cayera de sueño. Después ocurrió algo sutil y sorprendente. Mejoró la relación entre Emilio y Vivien. No es que fuese una relación mala, pero había algo que no me gustaba. A menudo Emilio era descortés con ella y hablaba conmigo como si Vivien no existiera, ignorándola como el machista más encallecido. Después lo he entendido: Emilio me mostraba cuál era mi actitud hacia Vivien... Era yo quien la transformaba en una sombra. Por fortuna me di cuenta a tiempo".

¿Cómo mantener y mejorar constantemente la relación conyugal? Este autor italiano es un gran romántico y cree que la fuente de amor para los esposos radica en el recuerdo de sus mejores momentos.

"Al contrario de lo que muchos piensan, yo creo que el hecho de enamorarse es el instante más auténtico de la relación entre dos personas; es cuando ellas ven que todas las posibilidades se abren ante ellas, cuando tocan la esencia y belleza del amor... Ante los ojos de mi mente desfilan nuestros momentos más luminosos: el primer paseo juntos, la decisión de casarnos una tarde de septiembre, Vivien que acude a recibirme al aeropuerto un día de lluvia, el concierto durante el embarazo de Emilio... Todo eso es el origen, la fuente: el lugar en que todo va bien y es perfecto. Resulta positivo regresar de vez en cuando a los orígenes y beber de aquella fuente de agua pura".

Fuente: Aci Prensa


Pensamientos sanadores


Haz un viaje interior y encuentra lo que estás buscando.

Hay muchas personas que sueñan con magníficos viajes y emocionantes aventuras en países lejanos y remotos.
Hay quienes, en esos viajes, buscan algo que está faltando en su propio interior.
Sin embargo, hay quienes después del primer entusiasmo, el asombro por las bellezas naturales o el conocer la cultura del lugar, se terminan cansando y comienzan a añorar el propio hogar.
Sucede que no todos los que viajan hacia afuera han tenido la experiencia de viajar hacia adentro… hacia las tierras más profundas de la propia alma.
El viaje más importante que cada día debes recorrer es hacia el interior de tu propio corazón.
En esa diaria peregrinación interior, encontrarás el amor abrasador de Dios, y Él será tu combustible para toda la jornada.
Esos viajes los puedes realizar sin necesidad de salir de tu hogar.

Pero el Ángel del Señor volvió otra vez, lo tocó y le dijo:”¡Levántate, come, porque todavía te queda mucho por caminar!”


Pedidos de oración

Pedimos oración por la Paz del Mundo; por la Santa Iglesia Católica; por el Papa, los sacerdotes y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por la unión de las familias y la fidelidad de los matrimonios; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio. Agregamos también un pedido especial por los niños todavía no nacidos y en peligro de ser abortados y para que el Señor guarde en su seno a los que desgraciadamente ya lo fueron.

Pedimos oración por la salud del niño David S. que vive en Bogotá, Colombia, y que hace 8 días lo operaron de un tumor cerebral maligno, el cual no pudieron extirpar totalmente ya que está adherido a una arteria, empezó con un tratamiento de quimioterapia, que lo deja en muy malas condiciones. Que la Virgen de Lourdes, protectora de los enfermos, interceda por él ante Jesús para que le conceda la gracia de curarse.

Pedimos oración por Angelito, que vive en Olavarría, Argentina, para que Jesús le conceda trabajo.

Sumamos a estos pedidos de oración, todos los que sean dejados por los lectores en nuestro muro de Facebook.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Nota de Redacción:
Para dar curso a los Pedidos de Oración es imprescindible dar los siguientes datos: nombres completos de la persona (habitualmente no publicamos apellidos), ciudad y país donde vive, y explicar el motivo de la solicitud de oración.


"Intimidad Divina"

El Pueblo de Dios

El bautismo, igual que la confirmación, no son hechos meramente personales que interesen sólo a los que por recibirlos son engendrados o fortalecidos en la vida cristiana, sino acontecimientos eclesiales que interesan a toda la Iglesia, sea porque se realizan a través de su ministerio, sea porque no solamente unen al hombre con Dios sino a los hombres entre sí. “En un solo Espíritu hemos sido todos bautizados, para no formar más que un cuerpo” (1 Cr 12, 13), el Cuerpo místico de Cristo, que es la Iglesia. La Iglesia se forma, crece y se desarrolla justamente mediante los nuevos hijos que engendra a través de los sacramentos.

Así todos los bautizados en Cristo constituyen el pueblo salvado por Él: Pueblo de Dios, objeto de su misericordia. Este privilegio, fruto de la misericordia divina, debe encontrar en el cristiano correspondencia generosa: “No olviden todos los hijos de la Iglesia que su excelente condición no deben atribuirla a los méritos propios, sino a una gracia singular de Cristo” a la que deben corresponder “con pensamiento, palabra y obra” (LG 14). No se trata de formar sólo un pueblo terreno, sino un Pueblo de Dios, santificado por su gracia y guiado por su Espíritu y sus leyes.

Al formar un pueblo único, los creyentes no pueden desinteresarse unos de otros; el bien y la santificación del particular deben ordenarse al bien y la santificación de todos; la intensidad de la vida cristiana y sacramental de cada fiel es patrimonio de la comunidad cristiana entera. Cultivando la unión personal con Dios, orando y recibiendo los sacramentos, el individuo ha de hacerlo con la conciencia de que mediante esos actos enriquece y santifica no sólo a sí mismo sino a todo el Pueblo de Dios. Por el solo hecho de estar bautizado, todo creyente debe tomar conciencia de su cualidad de apóstol y vivir en consecuencia, de modo que toda su vida exprese con las palabras y con las obras el Evangelio del Señor.

Te bendecimos, Padre misericordioso, porque de la fuente del Bautismo, hiciste brotar en nosotros la vida de hijos de Dios: porque hace un solo Pueblo de todos los bautizados en tu Hijo Jesucristo, por el agua y el Espíritu Santo, porque con el Espíritu Santo que infundes en nuestros corazones, nos haces libres para gozar de tu vida; porque envías a los bautizados para que anuncien con gozo a todos los pueblos el Evangelio de Cristo.  Escúchanos Señor, y haz que cuantos han sido marcados con el signo de la cruz, profesen abiertamente la fe en todas las circunstancias de la vida… Guarda en la misma fe y en el mismo amor a todos los cristianos que por el bautismo has unido en una sola familia. (Rito del bautismo de niños)

P. Gabriel de Sta. M. Magdalena O.C.D.
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
.

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