viernes, 10 de febrero de 2012

Pequeñas Semillitas 1619

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 7 - Número 1619 ~ Viernes 10 de Febrero de 2012
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
   

Hola…
El arte de dar buenos deseos a los demás te convierte en el mejor artista de la obra humana. En un mundo donde todos están acostumbrados a no desear el bien ajeno, movidos por una carrera de competencia y envidia, cuando eres capaz de cambiar eso, te vuelves un artista. Serás capaz de pintar los mejores cuadros de otras personas, viéndolas como son, en su grandeza y especialidad. Con los buenos deseos, la humanidad completa se agradecerá por el fabuloso aporte que entregaste.

La Palabra de Dios:
Evangelio del día


En aquel tiempo, Jesús se marchó de la región de Tiro y vino de nuevo, por Sidón, al mar de Galilea, atravesando la Decápolis. Le presentan un sordo que, además, hablaba con dificultad, y le ruegan imponga la mano sobre él. Él, apartándole de la gente, a solas, le metió sus dedos en los oídos y con su saliva le tocó la lengua. Y, levantando los ojos al cielo, dio un gemido, y le dijo: «Effatá», que quiere decir: "¡Ábrete!".
Se abrieron sus oídos y, al instante, se soltó la atadura de su lengua y hablaba correctamente. Jesús les mandó que a nadie se lo contaran. Pero cuanto más se lo prohibía, tanto más ellos lo publicaban. Y se maravillaban sobremanera y decían: «Todo lo ha hecho bien; hace oír a los sordos y hablar a los mudos».
(Mc 7,31-37)

Comentario
Hoy, el Evangelio nos presenta un milagro de Jesús: hizo volver la escucha y destrabó la lengua a un sordo. La gente se quedó admirada y decía: «Todo lo ha hecho bien» (Mc 7,37).
Ésta es la biografía de Jesús hecha por sus contemporáneos. Una biografía corta y completa. ¿Quién es Jesús? Es aquel que todo lo ha hecho bien. En el doble sentido de la palabra: en el qué y en el cómo, en la sustancia y en la manera. Es aquel que sólo ha hecho obras buenas, y el que ha realizado bien las obras buenas, de una manera perfecta, acabada. Jesús es una persona que todo lo hace bien, porque sólo hace acciones buenas, y aquello que hace, lo deja acabado. No entrega nada a medias; y no espera a acabarlo después.
—Procura también tú dejar las cosas totalmente listas ahora: la oración; el trato con los familiares y las otras personas; el trabajo; el apostolado; la diligencia para formarte espiritual y profesionalmente; etc. Sé exigente contigo mismo, y sé también exigente, suavemente, con quienes dependen de ti. No toleres chapuzas. No gustan a Dios y molestan al prójimo. No tomes esta actitud simplemente para quedar bien, ni porque este procedimiento es el que más rinde, incluso humanamente; sino porque a Dios no le agradan las obras malas ni las obras “buenas” mal hechas. La Sagrada Escritura afirma: «Las obras de Dios son perfectas» (Dt 32,4). Y el Señor, a través de Moisés, manifiesta al Pueblo de Israel: «No ofrezcáis nada defectuoso, pues no os sería aceptado» (Lev 22,20). Pide la ayuda maternal de la Virgen María. Ella, como Jesús, también lo hizo todo bien.
San Josemaría nos ofrece el secreto para conseguirlo: «Haz lo que debas y está en lo que haces». ¿Es ésta tu manera de actuar?
Rev. D. Joan MARQUÉS i Suriñach (Vilamarí, Girona, España)


Santoral Católico:
Santa Escolástica, Virgen


La única fuente histórica sobre la vida de Santa Escolástica, hermana de San Benito, son los capítulos 33 y 34 del segundo libro de los Diálogos de San Gregorio Magno. Las noticias, legendarias que se añadieron, enriquecen poco la imagen sencilla e intensa de la santa. Pero a San Gregorio no le interesaba presentarnos una noticia biográfica completa de Santa Escolástica, sino completar el perfil interior del padre del monacato occidental.

Parece que el año del nacimiento de los dos santos coincide: el 480. Por tanto, Benito y Escolástica probablemente fueron gemelos, y si no lo fueron anagráficamente, sí lo fueron espiritualmente, pues sus vidas fueron paralelas hasta la muerte, en el 547, a 40 días de distancia.

Escolástica nació en Nursia y desde muy joven se consagró a Dios; después siguió a su hermano San Benito a Subiaco y a Montecassino. En Piumarola, a los pies del monte, estableció su monasterio, como si humildemente hubiera querido detenerse en las faldas de la montaña, en cuya cumbre el hermano había fijado su habitación. Pero, a pesar de estar tan cerca en el lugar y en el afecto, Benito bajaba a visitar a la hermana sólo una vez al año. Es comprensible que Santa Escolástica quisiera detenerse un poco más con su hermano, pero San Benito era muy riguroso en el cumplimiento de la regla que él mismo se había impuesto.

En el último coloquio, que tuvo lugar tal vez el primer jueves de cuaresma del 547, Dios demostró que le agradaba más el gesto de afectuosa caridad que el cumplimiento riguroso de la regla. En efecto, Escolástica le pidió al hermano que permaneciese con ella, como refiere San Gregorio, “para que toda la noche hasta el día siguiente pudieran hablar de la alegría de la vida celestial”. 

Ante el severo reproche de Benito, Escolástica juntó las manos y permaneció en oración. “Pudo más ante Dios porque amó más”, comenta San Gregorio Magno.

Y efectivamente, pocos instantes después pareció que se abrían las cataratas del cielo: el aguacero y los truenos obligaron a San Benito a desistir de regresar al monasterio, pero le echó la culpa a la hermana que cándidamente replicó: “Pues bien, yo te lo pedí y no me quisiste escuchar; pedí al Señor y Él si me escuchó; vete si puedes, y regresa al monasterio”.

En el lugar del prodigio se construyó la llamada “iglesia del coloquio” y en recuerdo de ese episodio se invoca a Santa Escolástica contra los rayos y para obtener la lluvia. A los tres días de ese maravilloso coloquio, San Benito, durante la oración, vio que el alma de Escolástica volaba al cielo en forma de paloma, y a los 40 días él la siguió para vivir eternamente “la alegría celestial”.
 Fuente: Catholic.net


La frase de hoy

“Lo importante en la vida es no darse por vencido, sino volver a empezar. Con Dios siempre hay un día para un nuevo comienzo. Él hace nuevas todas las cosas y nos invita a cambiar nuestra actitud”


Tema del día:
La eutanasia sería 
el fin de nuestra sociedad


La italiana Susanna Tamaro presenta en España su último libro, ‘Para siempre’, una historia de amor eterno sobre el significado de la vida y la muerte. Tras más de veinte años de carrera, la autora ajusta cuentas con los críticos y reflexiona sobre la religión, Berlusconi y la crisis económica y ética.


Mantener una charla con Susanna Tamaro provoca en el periodista una especie de síndrome de Estocolmo que suele terminar, parafraseando el título de su novela más famosa, Donde Susanna te lleve. Pero, una vez que superas la afable luminosidad de sus ojos claros y asumes que el tamaño de sus pies bien puede equivaler al de su ego, estás lista para sumergirte, sin miedo, en su intenso universo. Esta vez, la italiana ha querido dar un paso más (allá) y le echa un pulso a la muerte en Para siempre, una historia de amor eterno.

¿Cree, como sostiene en la novela, que realmente hay un más allá?

Sí, estoy convencida. Somos incapaces de llegar a nuestro yo más profundo y empobrecemos a medida que envejecemos. Estos tiempos tan tecnológicos nos han hecho perder una parte de humanidad. La sensación de otra existencia, de que tiene que haber algo más allá, es muy humana. Sea religioso, ideológico o del tipo que sea, ese sentimiento de trascendencia está dentro de nosotros.

¿Tiene cerradas las puertas a cierto tipo de lector?

Sí, es posible, pero tengo tantos otros lectores que me han sido fieles... Mis lectores buscan profundidad en lo que hacen y en lo que leen, y no tienen miedo a enfrentarse a sus emociones. Saben que he mantenido un recorrido por la búsqueda interior sin bajar un ápice la calidad literaria.

Pero la crítica la ha acusado de ser una autora sin valor literario.

Menos mal que veinte años después todavía me puedo reír de esto. Todos los grandes clásicos han vendido mucho. Mis libros siempre se han seguido vendiendo en todo el mundo, mientras que el best seller tiene una explosión y se vende solo durante los tres primeros meses. El tiempo es el único juez en la literatura, así que ya puedo decirles que ya no tengo en cuenta las críticas.

¿Qué piensa de lo sucedido en Italia con Berlusconi?

El nuevo Ejecutivo es fundamental para salvar a Italia. Estamos oxidados por 20 años de gobiernos elegidos democráticamente, que han sido débiles, incapaces y deshonestos, que han llevado a mi país a una situación desesperada. Como soy incapaz de abstenerme, en los últimos años he escrito en la papeleta: ¡Avergonzaos! Ha sido insultante cómo nos han llevado a la ruina.

Pese a todo, ¿sigue manteniendo la esperanza en el ser humano?

Es muy difícil porque el ser humano realmente tiene tantas fragilidades, ha perdido hasta tal punto pie con su sentido ético... La metáfora perfecta de nuestros días ha sido el naufragio del Costa Concordia, donde el capitán, que es el que tiene que morir en la nave, es el primero que salta empujando a todo el mundo. La sociedad se ha convertido en un reino de bellacos. Deberían empezar a ser hombres y dejar de ser gusanos.

De Mayo del 68 dijo que había desarraigado a una generación. ¿Qué piensa de los indignados?

Es un movimiento que nace de la necesidad de poner freno a la locura del mundo económico que nos arrastra a la ruina. Ahora hay que vigilar que sean ideas creativas, no de destrucción, que ayuden a pensar en nuevas estructuras para el sistema.

¿Es usted religiosa?

Lo soy.

¿Cree que el fanatismo ha hecho un daño irreparable a la religión?

Por supuesto, porque no tiene nada que ver con la religión. Vivir desde la fe religiosa significa vivir en libertad y comprendiendo lo que te rodea. Los débiles, aquellos que no han sido capaces de recorrer su propio camino interior, emplean la religión como una coraza para atacar y defenderse.

¿Qué opina de la eutanasia?

Sería el fin de la civilización. No hace falta porque la muerte va a llegar naturalmente, pero nos tienen que dejar morir. La medicina es muy agresiva, ha superado sus propios límites, pero debe aceptar la idea de que somos mortales. Mi lema es: ¡dejadnos morir en paz! También estoy en contra de las máquinas que prolongan la vida de forma artificial.

¿Y el suicidio?

Es una elección. Es tremendo porque es la negación más absoluta de la vida, pero, a la vez, es misterioso y nadie es inmune porque son momentos de oscuridad del alma.

Afirma que las mujeres llevamos dentro una maldición. ¿Por qué?

Hemos estado relegadas a un segundo renglón y ese constreñimiento nos ha hecho frágiles. Esa fragilidad se transmite generación tras generación, es la infelicidad heredada.

¿Sigue viviendo el interés de la prensa de forma violenta?

Sobre todo en los primeros años, porque no sabía cómo gestionarlo y era una invasión. Ahora he llegado a disfrutarlo porque hemos establecido un diálogo que hasta me enriquece.

Siendo cinturón negro de kárate, ¿se ha quedado con ganas de darle una patada a algún periodista?

Ya me hubiera gustado, no me hubiera importado nada. Me ha pasado que algún periodista no ha querido entrevistarme y hasta hubo quien me dijo que le asustaba cómo la miraba... No fui consciente, pero no descarto haberla mirado como una asesina... pues igual sí le puse esa cara, ahora que lo pienso. ¿Quieres que probemos un par de llaves?

Fuente: ABC
(Entrevista de Inés Martín Rodrigo)


Pensamientos sanadores


Hoy vive en la presencia del Señor.

Cada vez que puedas hacerlo, entra en la presencia del Señor con gratitud, y adóralo de corazón, entonces notarás cómo te irás haciendo cada vez más receptivo a todas las bendiciones que Él tiene preparadas para darte a lo largo de este día.
El poder sentirnos cada día un poco más conscientes de que “en Él vivimos, nos movemos y existimos” (Hechos 17, 28), nos va liberando de la artrosis espiritual y nos renueva el alma y las ganas de vivir.
Ante su presencia, los problemas se relativizan y se abren puertas nuevas donde antes sólo veíamos grises y amenazantes murallas que bloqueaban nuestro paso.
El Señor que te ama, también goza que estés en su presencia, pues a Él le gusta compartir tiempo contigo.

No pasa lo mismo con el que consagra su vida a reflexionar sobre la Ley del Altísimo. De todo corazón, muy de madrugada, se dirige al Señor, su Creador, y suplica en la presencia del Altísimo; abre sus labios para orar y pide perdón por sus pecados. Si el gran Señor así lo desea, será colmado del espíritu de inteligencia, derramará como lluvia sus sabias palabras y celebrará al Señor con su plegaria. Eclesiástico 39. 1. 5-6


Pedidos de oración

Pedimos oración por la Paz del Mundo; por la Santa Iglesia Católica; por el Papa, los sacerdotes y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por la unión de las familias y la fidelidad de los matrimonios; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio. Agregamos también un pedido especial por los niños todavía no nacidos y en peligro de ser abortados y para que el Señor guarde en su seno a los que desgraciadamente ya lo fueron.

Sumamos a estos pedidos de oración, todos los que sean dejados por los lectores en nuestro muro de Facebook.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Nota de Redacción:
Para dar curso a los Pedidos de Oración es imprescindible dar los siguientes datos: nombres completos de la persona (habitualmente no publicamos apellidos), ciudad y país donde vive, y explicar el motivo de la solicitud de oración.


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Felipe de Urca


"Intimidad Divina"

El sacerdocio de los fieles

“Vosotros sois linaje elegido, sacerdocio real, nación santa, pueblo adquirido para anunciar las alabanzas de Aquel que os ha llamado de las tinieblas a su admirable luz” (1 Pe 2, 9) Estas conocidas palabras de San Pedro expresan el sentido del sacerdocio común de los fieles, los cuales, en virtud de los sacramentos, particularmente del bautismo y de la confirmación, quedan consagrados al servicio y culto de Dios y destinados a ser sus heraldos ante todos los hombres. El sacerdocio de los fieles se distingue esencialmente del ministerial derivado del sacramento del orden; pues los fieles no tienen el poder de consagrar la Eucaristía, ni de perdonar los pecados o administrar los demás sacramentos (excepto el bautismo en casos particulares) y ni siquiera el de anunciar con autoridad la palabra de Dios. Sin embargo hasta los simples fieles están llamados a una participación efectiva en el único sacerdocio de Cristo.

Los fieles ejercen su sacerdocio real “en la recepción de los sacramentos, en la oración y acción de gracias, mediante el testimonio de una vida santa, en la abnegación y caridad operante” (LG 10) Toda la vida del fiel está, pues, al servicio de su función sacerdotal; pero de ella se destacan algunos actos particulares, los actos sacramentales. La vida sacramental es el fundamento del sacerdocio de los fieles y al mismo tiempo su ejercicio más alto.

Cuanto más se esfuercen los fieles por vivir en plenitud la gracia del bautismo y de la confirmación, tanto más ejercitan su sacerdocio y más capaces se hacen de ofrecerse a sí mismos, con todas sus actividades “como una víctima viva, santa, agradable a Dios” (Rom 12, 1) en íntima unión con Cristo sacerdote y víctima para gloria del Padre y salvación de la humanidad.

Es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor. Quien, por su misterio pascual, realizó la obra maravillosa de llamarnos del pecado y de la muerte, al honor de ser estirpe elegida, sacerdocio real, nación consagrada, pueblo de su propiedad, para que, trasladados de las tinieblas a tu luz admirable, proclamemos ante al mundo tus maravillas. (Misal Romano, Prefacio de domingos durante el año)

P. Gabriel de Sta. M. Magdalena O.C.D.
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
.

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