lunes, 30 de noviembre de 2009

Pequeñas Semillitas 0918

PEQUEÑAS SEMILLITAS


Número 0918 ~ Lunes 30 de Noviembre de 2009
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)



Hola !!!
¿Cómo puedo yo preparar el Camino del Señor? Te invito a que este Adviento, sea diferente a los demás. Dedica más tiempo a ti mismo, para analizar cómo es tu vida diaria. ¡Que el Adviento sea toda la vida!


La Palabra de Dios :
Evangelio del día


En aquel tiempo, caminando por la ribera del mar de Galilea vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés, echando la red en el mar, pues eran pescadores, y les dice: «Venid conmigo, y os haré pescadores de hombres». Y ellos al instante, dejando las redes, le siguieron. Caminando adelante, vio a otros dos hermanos, Santiago el de Zebedeo y su hermano Juan, que estaban en la barca con su padre Zebedeo arreglando sus redes; y los llamó. Y ellos al instante, dejando la barca y a su padre, le siguieron.
(Mateo 4, 18-22)

Comentario
Hoy es la fiesta de san Andrés apóstol, una fiesta celebrada de manera solemne entre los cristianos de Oriente. Fue uno de los dos primeros jóvenes que conocieron a Jesús a la orilla del río Jordán y que tuvieron una larga conversación con Él. Enseguida buscó a su hermano Pedro, diciéndole «Hemos encontrado al Mesías» y lo llevó a Jesús (Jn 2,41). Poco tiempo después, Jesús llamó a estos dos hermanos pescadores amigos suyos, tal como leemos en el Evangelio de hoy: «Venid conmigo y os haré pescadores de hombres» (Mt 4,19). En el mismo pueblo había otra pareja de hermanos, Santiago y Juan, compañeros y amigos de los primeros, y pescadores como ellos. Jesús los llamó también a seguirlo. Es maravilloso leer que ellos lo dejaron todo y le siguieron “al instante”, palabras que se repiten en ambos casos. A Jesús no se le ha de decir: “después”, “más adelante”, “ahora tengo demasiado trabajo”...
También a cada uno de nosotros —a todos los cristianos— Jesús nos pide cada día que pongamos a su servicio todo lo que somos y tenemos —esto significa dejarlo todo, no tener nada como propio— para que, viviendo con Él las tareas de nuestro trabajo profesional y de nuestra familia, seamos “pescadores de hombres”. ¿Qué quiere decir “pescadores de hombres”? Una bonita respuesta puede ser un comentario de san Juan Crisóstomo. Este Padre y Doctor de la Iglesia dice que Andrés no sabía explicarle bien a su hermano Pedro quién era Jesús y, por esto, «lo llevó a la misma fuente de la luz», que es Jesucristo. “Pescar hombres” quiere decir ayudar a quienes nos rodean en la familia y en el trabajo a que encuentren a Cristo que es la única luz para nuestro camino.
Prof. Dr. Mons. Lluís CLAVELL (Roma, Italia)


Santoral Católico

San Andrés, Apóstol

Nació en Betsaida y tuvo el honor y el privilegio de haber sido el primer discípulo que tuvo Jesús, junto con San Juan el evangelista. Los dos eran discípulos de Juan Bautista, y este al ver pasar a Jesús (cuando volvía el desierto después de su ayuno y sus tentaciones) exclamó: "He ahí el cordero de Dios". Andrés se emocionó al oír semejante elogio y se fue detrás de Jesús, Jesús se volvió y les dijo: "¿Qué buscan?". Ellos le dijeron: "Señor: ¿dónde vives?". Jesús les respondió: "Venga y verán". Y se fueron y pasaron con Él aquella tarde.

Esa llamada cambió su vida para siempre. San Andrés se fue luego donde su hermano Simón y le dijo: "Hemos encontrado al Salvador del mundo" y lo llevó a donde Jesús quien encontró en el gran San Pedro a un entrañable amigo y al fundador de su Iglesia. El día del milagro de la multiplicación de los panes, fue San Andrés el que llevó a Jesús el muchacho que tenía los cinco panes. El santo presenció la mayoría de los milagros que hizo Jesús y escuchó, uno por uno, sus maravillosos sermones, viviendo junto a él por tres años.

En el día de Pentecostés, San Andrés recibió junto con la Virgen María y los demás Apóstoles, al Espíritu Santo en forma de lenguas de fuego, y en adelante se dedicó a predicar el evangelio con gran valentía y obrando milagros y prodigios.

La tradición coloca su martirio el 30 de noviembre del año 63, bajo el imperio de Nerón.


Pensamiento


"Ven, Señor Jesús, y no tardes;
cielos ábranse y dejen que baje su rocío.
Divino Niño Jesús, ven a nacer en mi corazón
para desterrar de él al pecado y colocar tus virtudes.
Amén"


Tema del día :
Romance de la gotita de agua


Un carmelita descalzo anónimo compuso una bella historia que a continuación presento.

"Pues, he aquí que una vez, una gotita de agua en lo profundo del mar vivía con sus hermanas. Era feliz la gotita... libre y rápida bogaba por los espacios inmensos del mar de tranquilas aguas trenzando rayos de sol con blondas de espuma blanca. ¡Qué contenta se sentía, pobre gotita de agua, de ser humilde y pequeña, de vivir allí olvidada sin que nadie lo supiera, sin que nadie lo notara!

Era feliz la gotita... ni envidiosa ni envidiada, sólo un deseo tenía, sólo un anhelo expresaba... En la calma de la noche y al despertar la alborada con su voz hecha murmullo al Buen Dios así rezaba: "Señor, que se cumpla en mí siempre tu voluntad santa; yo quiero lo que Tú quieras, haz de mi cuanto te plazca...", y escuchando esta oración, Dios sonreía... y callaba.

Una tarde veraniega durmióse la mar, cansada, soñando que era un espejo de fina y de bruñida un sol de fuego lanzaba sus besos más ardorosos. Era feliz la gotita al sentirse así besada... el sol, con tiernas caricias, la atraía y elevaba hacia él y, en un momento, transformóla en nube blanda. Se reía la gotita al ver cuán alto volaba, y, dichosa, repetía su oración acostumbrada: "Cúmplase, Señor, en mí Siempre tu voluntad santa...", al escucharla el Señor se sonreía... y callaba.

Mas, llegado el crudo invierno la humilde gota de agua, estremecida de frío, notó que se congelaba y, dejando de ser nube, fue copo de nieve blanca. Era feliz la gotita cuando, volando, tornaba a la tierra, revestida de túnica inmaculada y en lo más alto de un monte posaba su leve planta. Al verse tan pura y bella llena de gozo rezaba: "Señor, que se cumpla en mí Siempre tu voluntad santa...", y allá, en lo alto del cielo Dios sonreía... y callaba.

Y llegó la primavera de mil galas ataviada; al beso dulce del sol fundióse la nieve blanca que, en arroyo convertida, saltando alegre cantaba al descender de la altura cual hilo de fina plata. Era feliz la gotita... ¡cuánto reía y gozaba cruzando prados y bosques en su acelerada marcha! y a su Dios esta oración suavemente murmuraba: "En el cielo y en el mar, en el prado o la montaña, sólo deseo, Señor, cumplir tu voluntad santa...", y Dios, al verla tan fiel, se sonreía... y callaba.

Pero un día la gotita contempló, aterrorizada, la oscura boca de un túnel que engullirla amenazaba, trató de huir, mas en vano, allí quedó encarcelada en tenebrosa mazmorra musitando en su desgracia aquella misma oración que antes, dichosa, rezaba: "Señor, que se cumpla en mí siempre tu voluntad santa... en esta noche tan negra, en esta noche tan larga en que me encuentro perdida Tú sabes lo que me aguarda, yo quiero lo Tú quieras, haz de mí cuanto te plazca...", mirándola complacido Dios sonreía... y callaba.

Pasaron día y noches y pasaron las semanas, pasaron, lentos, los meses y la gota, aprisionada en aquel túnel tan triste iba avanzado en su marcha y... fue feliz la gotita, porque cuando a Dios oraba, sentía una paz muy honda y de sí misma olvidada, vivía para cumplir de Dios la voluntad santa.

Mas, he aquí que, de pronto, quedó como deslumbrada, había vuelto a la luz y se encontró colocada en una linda jarrita que una monjita descalza depositó con amor sobre el ara consagrada. Presa de dulce emoción la pobre gota temblaba diciendo: "Yo no soy digna de vivir en esta casa, que es la casa de mi Dios y de sus esposas castas". El Señor que la vio humilde sonreía... y se acercaba.

Empezó la Eucaristía, la gotita que, admiraba, los ritos iba siguiendo, sintió que la trasladaban desde la bella jarrita hasta la copa dorada del cáliz de salvación y, con el vino mezclada, en puro arrobo de amor repetía su plegaria: "Señor que se cumpla en mí siempre tu voluntad santa...", y sonreía el Señor, sonreía... y se acercaba.

Llegado ya el gran momento, resonaron las palabras más sublimes que en la tierra pudieron ser pronunciadas, y el altar se hizo Belén en el Vino y la Hostia santa. Y... ¿qué fue de la gotita...? ¡Feliz gotita de agua! Sintió el abrazo divino que hacia Sí la arrebataba mientras, por última vez mansamente suspiraba: "Señor, que se cumpla en mí siempre tu voluntad santa...", y, al escucharla su Dios sonreía... y la besaba, con un beso tan ardiente que el "Todo" absorbió a la "nada" y en la sangre de Jesús la dejó transubstanciada.

Esta es la pequeña historia de una gotita de agua que quiso siempre cumplir de Dios la voluntad santa”.

Pbro. José Martínez Colín


Meditación breve


Demos gracias porque el primer paso para resolver cualquier problema es permanecer quietos. La tendencia humana es actuar. Las acciones producen resultados, se nos ha dicho, pero aunque las acciones producen resultados, ellas no producen siempre soluciones. Algunas veces las situaciones o condiciones empeoran. Algunas veces nos agotamos. Otras veces generamos ciclos de vida que no son buenos para la salud. No es de extrañarnos que el primer paso sea permanecer quietos y no hacer nada. Recuerda, los sucesos en la vida se originan en nosotros, y a menos que lleguemos a ser una persona diferente, los sentimientos y la experiencia serán los mismos no importa lo que hagamos. Esta es una lección difícil particularmente para aquellas personas que han logrado mucho en el mundo a través de sus esfuerzos. En el sentido terrenal, las acciones parecen productivas, pero recuerda que no buscamos solamente una existencia humana mejor, sino una vida espiritual.
Hoy deja de hacer algo que crees resolverá el problema. En vez de eso, prepárate para crecer y cambiar. ¿Estás dispuesto a ser una persona que tiene relaciones humanas armoniosas? ¿Que no está enferma? ¿Que disfruta un empleo estable y creativo? Hoy, no hagas nada para resolver tu problema. En vez de eso, contesta esas preguntas una y otra vez.


Pedidos de oración


Pedimos oración por Omar S. que vive en Rosario, y ha sido diagnosticado con cáncer de estómago, se alimenta por sonda y está muy deprimido. Que en este tiempo de Adviento, se renueve para él la esperanza y tenga un lugar en el corazón para el Niño que va a nacer y que le puede traer la salud que tanto necesita.


Pedimos oración por Santiago, de Buenos Aires, Argentina, que está pasando por un difícil momento en su salud. Que María de Lourdes interceda por él para que Dios con su infinita misericordia le ayude a recuperarse.


Pedimos oración por Yiyi, que vive en Matamoros, México, es casada y tiene tres hijitas, y le ha aparecido un bulto que va a ser examinado por lo que hay una gran preocupación familiar. Que el Buen Jesús la ayude para que no sea nada malo y pueda continuar celebrando la vida junto a su familia.


Desde Colombia nos piden oraciones por las siguientes personas: Héctor A.; Yuliana E.; Ramiro Antonio A. P. su esposa y sus hijas Angélica y Alicia; por Olga C.; Liliana B.; por Marguiluz y sus hijos. Oramos por las necesidades físicas y espirituales de todos ellos.


Pedimos oración por Filomena L. que vive en Portugal, para que el Señor la libere de algunas ataduras físicas y espirituales que la perturban desde hace años y le dé paz y serenidad para seguir adelante en su vida junto a su esposo.


Pedimos oración por Samantha, niña venezolana, nieta de nuestra amiga Lidia Bonnet, que está hospitalizada por dengue. Que el Niño Jesús, próximo a nacer, esté junto a ella y la cure pronto de esta enfermedad.


Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades, para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia; escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos, y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad, la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu Hijo ha llamado dichosos, y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.


El rincón de los lectores


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# Liliana Urbano - 29 de Noviembre de 2009 - Buenos Aires, Argentina
liliana_urbano@yahoo.com.ar

Querido Felipe:
Quiero expresar una pequeña reflexión para compartir con mis hermanos de “Pequeñas Semillitas.
Hace un tiempo cuando yo estaba dando mis primeros pasos en los estudios de Teología, pregunté a una Religiosa que nos dictaba algunas materias, una hermana que dictaba sus clases como casi nadie, un ser angelical, por qué siempre éramos los mismos de siempre en la Parroquia, qué pasa con las vocaciones religiosas y -creo que con mucha ignorancia de parte mía- le dije que yo veo que en el Antiguo Testamento Dios hablaba mucho más que ahora, pareciera que en este tiempo no nos habla nunca.
Y fue allí donde ella me dijo esto: Dios nos sigue hablando como siempre, nunca deja de hablar al hombre que es su más preciada creatura, solo que el mundo "está lleno de ruidos" que no permiten que se escuche la voz del Señor. ¿Que ruidos? Y ella me respondió: todo lo que te quieren vender, la gente va por la calle con esos aparatos puestos escuchando música y si hay alguien que le habla no escuchan, y el juguete más codiciado del mundo de hoy "esa tarjetita pequeña y de plástico" con lo cual compras compulsivamente todo lo que ofrece el mundo hoy… Hay tanto ruido que no nos permite escuchar la voz de Dios… y para esto se debe hacer silencio, pero hoy no hay ese silencio. Por ejemplo en las casas los televisores prendidos sin que nadie los vea, solo para escuchar la voz que sale de él, si se apaga el televisor, se prende una computadora o el equipo con la música a todo volumen.
Y hoy mi querido Felipe vuelvo a leer en “Pequeñas Semillitas” una fase que tú escribiste que me hizo acordar a mi conversación con la Hermana. La frase dice "para escuchar la voz de Dios hay que bajar el volumen del mundo"… me encantó y quisiera dejar como expresión de deseo en este primer Domingo de Adviento ¡Ojalá podamos bajarle el volumen al mundo! tan pero tan ruidoso, porque esos ruidos no son armoniosos, ni siquiera traen paz y felicidad sino todo lo contrario…¡nos dañan los oídos!
Estamos esperando la venida de Jesús que se hizo pequeñito en los brazos de una mujer, María, y le pido a Dios nos ayude a aquietarnos un poquito, a emprender el camino hacia dentro de nosotros mismos "allí donde estamos solos, nosotros y Dios", para que podamos, en silencio orante, escuchar qué tiene para decirnos como Padre amoroso que es.
Bendiciones para todos los lectores. Y para vos mi querido Felipe todo mi cariño.
Lili


Reflexión Mariana


Sin esperanza no se puede vivir, porque la vida es desesperación. Cuando pecamos y caemos en la cuenta de que hemos pecado y mucho, no nos desesperemos. Aunque parezca que lo que hicimos no puede tener perdón de Dios, y aunque el demonio nos diga que somos incorregibles y que ya estamos condenados, ¡a no desesperar, porque tenemos una Madre en el Cielo que es poderosa como Dios! No porque Ella sea semejante a Dios, sino que Dios le ha dado todo su poder, y lo que Dios es por naturaleza, María lo es por gracia. ¡Qué buen apostolado haríamos avisando a los pecadores que tiene semejante Madre en el Cielo que los quiere reconciliar con Dios y que los ama tanto! Hagamos el propósito de difundir el amor a la Virgen, puesto que Ella es Ancla de salvación para los más desesperados. Confiemos en María y hagamos que otros muchos confíen en Ella, y así estaremos trabajando por la gloria de Dios y la salvación de los pecadores.


Felipe de Urca
-Jardinero de Dios-


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