jueves, 5 de noviembre de 2009

Pequeñas Semillitas 0893

PEQUEÑAS SEMILLITAS


Número 0893 ~ Jueves 5 de Noviembre de 2009
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)



Hola !!!
Estas son las Intenciones del Santo Padre Benedicto XVI para el mes de Noviembre de 2009:
• General:
Para que los hombres y mujeres del mundo, especialmente los responsables de la política y la economía, no cejen en su empeño de salvaguardar la Creación.
• Misionera:
Para que los creyentes de las diversas religiones, con el testimonio de sus vidas y mediante el diálogo fraterno, ofrezcan una demostración clara de que el Nombre de Dios es portador de paz.


La Palabra de Dios :
Evangelio del día


En aquel tiempo, todos los publicanos y los pecadores se acercaban a Jesús para oírle, y los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: «Éste acoge a los pecadores y come con ellos».
Entonces les dijo esta parábola. «¿Quién de vosotros que tiene cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto, y va a buscar la que se perdió hasta que la encuentra? Y cuando la encuentra, la pone contento sobre sus hombros; y llegando a casa, convoca a los amigos y vecinos, y les dice: ‘Alegraos conmigo, porque he hallado la oveja que se me había perdido’. Os digo que, de igual modo, habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no tengan necesidad de conversión.
»O, ¿qué mujer que tiene diez dracmas, si pierde una, no enciende una lámpara y barre la casa y busca cuidadosamente hasta que la encuentra? Y cuando la encuentra, convoca a las amigas y vecinas, y dice: ‘Alegraos conmigo, porque he hallado la dracma que había perdido’. Del mismo modo, os digo, se produce alegría ante los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierta».
(Lucas 15, 1-10)

Comentario
Hoy, el evangelista de la misericordia de Dios nos expone dos parábolas de Jesús que iluminan la conducta divina hacia los pecadores que regresan al buen camino. Con la imagen tan humana de la alegría, nos revela la bondad de Dios que se complace en el retorno de quien se había alejado del pecado. Es como un volver a la casa del Padre (como dirá más explícitamente en Lc 15,11-32). El Señor no vino a condenar el mundo, sino a salvarlo (cf. Jn 3,17), y lo hizo acogiendo a los pecadores que con plena confianza «se acercaban a Jesús para oírle» (Lc 15,1), ya que Él les curaba el alma como un médico cura el cuerpo de los enfermos (cf. Mt 9,12). Los fariseos se tenían por buenos y no sentían necesidad del médico, y es por ellos —dice el evangelista— que Jesús propuso las parábolas que hoy leemos.
Si nosotros nos sentimos espiritualmente enfermos, Jesús nos atenderá y se alegrará de que acudamos a Él. Si, en cambio, como los orgullosos fariseos pensásemos que no nos es necesario pedir perdón, el Médico divino no podría obrar en nosotros. Sentirnos pecadores lo hemos de hacer cada vez que recitamos el Padrenuestro, ya que en él decimos «perdona nuestras ofensas...». ¡Y cuánto hemos de agradecerle que lo haga! ¡Cuánto agradecimiento también hemos de sentir por el sacramento de la reconciliación que ha puesto a nuestro alcance tan compasivamente! Que la soberbia no nos lo haga menospreciar. San Agustín nos dice que Jesucristo, Dios Hombre, nos dio ejemplo de humildad para curarnos del “tumor” de la soberbia, «ya que gran miseria es el hombre soberbio, pero más grande misericordia es Dios humilde».
Digamos todavía que la lección que Jesús da a los fariseos es ejemplar también para nosotros; no podemos alejar de nosotros a los pecadores. El Señor quiere que nos amemos como Él nos ha amado (cf. Jn 13,34) y hemos de sentir gran gozo cuando podamos llevar una oveja errante al redil o recobrar una moneda perdida.
Rev. D. Francesc NICOLAU i Pous (Barcelona, España)


Santoral Católico

Santos Zacarías e Isabel, Padres de Juan el Bautista

La alabanza más sintética, autorizada y profunda que se ha dicho de este matrimonio es que "ambos eran justos ante Dios". Fue nada menos que el evangelista san Lucas quien la hizo.

Se sabe que Zacarías era sacerdote del templo de Jerusalén y que su esposa Isabel era pariente —puede ser que prima— de la Virgen María. Se sabe, también por el testimonio evangélico y por sus propias palabras, que eran ya mayores y que no habían logrado tener descendencia por más deseada que fuera.

Un día, cumple Zacarías el oficio sacerdotal y, mientras ofrece el incienso, ve un ángel —se llama Gabriel— que le dice: "Tu oración ha sido escuchada; Isabel, tu mujer, te dará a luz un hijo al que pondrás por nombre Juan. Desde el seno de su madre será lleno del Espíritu Santo y, a muchos de los hijos de Israel convertirá al Señor su Dios".

Aunque Zacarías es un hombre piadoso y de fe, no da crédito a lo que está pasando. Cierto que los milagros son posibles y que Dios es el Todopoderoso, cierto que se cuenta en la historia un repertorio extenso de intervenciones divinas, cierto que conoce obras portentosas del Dios de Israel, pero que "esto" de tener el hijo tan deseado le pueda pasar a él y que su buena esposa "ahora" que es anciana pueda concebir un hijo... en estas circunstancias... vamos que no se lo cree del todo por más que a un ángel no se le vea todos los días.

El castigo por la debilidad de su fe será la mudez hasta que lo prometido de parte de Dios se cumpla. Cuando nace Juan —el futuro Bautista— Zacarías recupera el habla, bendice a Dios y entona un canto de júbilo, profetizando. También Isabel prorrumpió en una exclamación sublime —que repetimos al rezar cada Avemaría— cuando estaba encinta y fue visitada por la Virgen: "Bendita tú entre todas las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre". Añadiendo: "¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte de Dios!".

Con Zacarías e Isabel la fe es aclamada con exultación y reconocida en su inseparable oscuridad.

En algunos santorales su celebración está marcada para el 23 de septiembre, en otros el 5 de noviembre.


Pensamiento


Un libro abierto es un cerebro que habla.
Un libro cerrado es un amigo que espera.
Un libro olvidado, es un alma que perdona.
Un libro destruido, es un corazón que llora.

Proverbio Hindú



Tema del día :
Donde haya odio ponga yo amor


Un testimonio de amor que nos llega desde la guerra de Bosnia-Herzegovina: Sor Lucy Vertrusc

Soy Lucy, una de las jóvenes religiosas que ha sido violada por los soldados serbios. Le escribo, Madre, después de lo que nos sucedió a mis hermanas Tatiana, Sandra y a mí.

Permítame no entrar en detalles del hecho, hay en la vida experiencias tan atroces que no pueden confiarse a nadie más que a Dios, a cuyo servicio, hace apenas un año, me consagré.

Mi drama no es tanto la humillación que padecí como mujer, ni la ofensa incurable hecha a mi vocación de consagrada, sino la dificultad de incorporar a mi fe un evento que ciertamente forma parte de la misteriosa voluntad de Aquel, a quien siempre consideré mi Esposo divino.

Hace pocos días que había leído "Diálogos de Carmelitas", y espontáneamente pedí al Señor la gracia de poder también yo morir mártir. Dios me tomó la palabra, pero ¡de qué manera! Ahora me encuentro en una angustiosa oscuridad interior. Él ha destruido el proyecto de mi vida, que consideraba definitivo y exaltante para mí y me ha introducido de improviso en un nuevo designio suyo que, en este momento, me siento incapaz de descubrir.

Cuando adolescente escribí en mi Diario: Nada es mío, yo no soy de nadie, nadie me pertenece. Alguien, en cambio, me apresó una noche, que jamás quisiera recordar, me arrancó de mí misma, queriendo hacerme suya.

Era ya de día cuando desperté y mi primer pensamiento fue el de la agonía de Cristo en el Huerto. Dentro de mí se desencadenó una lucha terrible. Me preguntaba por qué Dios permitió que yo fuese desgarrada, destruida precisamente en lo que era la razón de mi vida; pero, también me preguntaba a qué nueva vocación El quería llevarme.

Me levanté con esfuerzo y mientras ayudada por Josefina me enderezaba, me llegó el sonido de la campana del convento de las Agustinas, cercano al nuestro, que llamaba a la oración de las nueve de la mañana. Hice la señal de la cruz y recité mentalmente el himno litúrgico: En esta hora sobre el Gólgota, Cristo, verdadero Cordero Pascual, paga el rescate de nuestra salvación.

¿Qué es, Madre, mi sufrimiento y la ofensa recibida, comparados con el sufrimiento y la ofensa de Aquel por quien había jurado mil veces dar la vida? Dije despacio, muy despacio: Que se cumpla tu voluntad, sobre todo ahora que no tengo dónde aferrarme y que mi única certeza es saber que Tú, Señor, estás conmigo.

Madre, le escribo no para buscar consuelo. Recuerdo que cuando frecuentaba en Roma la universidad para la Licenciatura en Letras, una anciana, profesora de literatura, me recitaba estos versos del poeta Alexej Mislovic: “Tú no debes morir porque has elegido estar de la parte del día".

Ahora ya todo pasó y al volver hacia atrás tengo la impresión de haber sufrido una terrible pesadilla. Todo ha pasado, Madre, pero, todo empieza. En su llamada telefónica, después de sus palabras de aliento, que le agradeceré toda la vida, usted me hizo una pregunta concreta: ¿Qué harás de la vida que te han impuesto en tu seno? Sentí que su voz temblaba al hacerme esa pregunta, pregunta a la que no creí oportuno responder de inmediato; no porque no hubiese reflexionado sobre el cambio a seguir, sino para no turbar sus eventuales proyectos respecto de mí. Yo ya decidí... Seré madre. El niño será mío y de nadie más. Sé que podría confiarlo a otras personas, pero él -aunque yo no lo quería ni lo esperaba- tiene el derecho a mi amor de madre. No se puede arrancar una planta con sus raíces. El grano de trigo caído en el surco tiene necesidad de crecer allí, donde el misterioso, aunque inicuo sembrador le echó para crecer.

Realizaré mi vocación religiosa de otra manera. Nada pediré a mi congregación que me ha dado ya todo. Estoy muy agradecida por la fraterna solidaridad de las hermanas, que en este tiempo me han llenado de delicadezas y atenciones, y particularmente por no haberme importunado con preguntas indiscretas.

Me iré con mi hijo, no sé a dónde; pero Dios, que rompió de improviso mi mayor alegría, me indicará el camino a recorrer para hacer su voluntad.

Volveré pobre, retornaré al viejo delantal y los zuecos que usan las mujeres los días de trabajo y me iré con mi madre a recoger en nuestros bosques la resina de la corteza del los árboles.

Alguien tiene que empezar a romper la cadena de odio que destruye desde siempre nuestros países. Por eso, al hijo que vendrá le enseñaré sólo el amor. Este, mi hijo, nacido de la violencia, testimoniará junto a mí que la única grandeza que honra al ser humano es el perdón.

Revista de Espiritualidad. Número 7. Año 2. Junio-Agosto 2000


Meditación breve


No dejes de marchar cuando no hay camino, deja que tus pies abran el tuyo. Ni te detengas cuando se haya hecho oscuro, ilumina tu andar con la luz que hay en ti mismo.
La oscuridad más terrible no es la que te rodea sino la que te habita. Y la luz más bella no es la que te ilumina desde afuera, sino la que se asoma en tus ojos desde adentro. No exijas más luz que la necesaria para ver lo necesario, ni más camino que para andar esta jornada.
El camino más malo, no es tan malo, si por él vas a tu meta. Y el camino más bueno, no es tan bueno, si por él no llegas a tu destino. No sabrás si hay luz mientras tus ojos no se hayan abierto, ni sabrás si hay camino, mientras tus pies no hayan andado.
Si arde encendida la lámpara de tu interior, caminarás en la luz en medio de las tinieblas. Si tu lámpara interior se apaga, en medio de la luz, caminarás a oscuras.


Pedidos de oración


Pedimos oración por Dora del Valle F. M. que vive en Tucumán, Argentina, y está realizándose estudios mamarios por algunas imágenes nodulares que todavía no están bien definidas; y también por su esposo Néstor R. que tiene una afección pulmonar crónica que se empeora en estos días por las condiciones climáticas de sequía y mucho polvo en suspensión en el ambiente. Encomendamos estos queridos amigos a Dios Nuestro Señor y a nuestra amada Madre la Virgen de Lourdes, para que derramen bendiciones sobre ellos y sobre toda su familia.


Pedimos oración por la recuperación de Gina L. que vive en Bahía Blanca, Argentina, y ha tenido un accidente cerebro vascular. Que el Señor y María Santísima pongan sus manos sobre ella para que se sane.


Pedimos oración por José Alberto F., de la ciudad de Córdoba, Argentina, que recientemente tuvo una internción cardíaca, por su mamá que padece Alzheimer y será ingresada en un Hogar de Ancianos, y por su papá que también está muy afectado por toda esta situación. Encomendamos toda esta familia de hermanos piadosos a la Sagrada Familia de Nazaret para que les conceda mucha paz y protección.


Nuestra lectora Lucía P., que vive en Ecuador, nos pide oraciones por el alma de familiares que ya no están en esta tierra: su mamá María del Pilar, su abuelita Clara Estefa y su abuelito Rafael, y en general por todas las Benditas Almas del Purgatorio. Nos unimos en esas oraciones.


Pedimos oración por Joselín G. R. que vive en Nicaragua y padece de leucemia. Que el Buen Jesús le conceda toda su ayuda para poder superar esta difícil enfermedad.


Pedimos oración por la señora Lucila E. que está delicada de salud por la suma de varias afecciones, y por su nieta Mishel S., y por O.B., todos de Ecuador. Que Dios proteja y bendiga a todas estas personas y también a Cisne E. que es quien nos hace el pedido.


Por falta de trabajo o dificultades laborales, pedimos oración por Yolimar, de Venezuela, para que el Señor la ayude en su búsqueda laboral.


Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades, para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia; escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos, y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad, la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu Hijo ha llamado dichosos, y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.


El rincón de los lectores


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# Yesennia Maltez - 4 de Noviembre de 2009 - Managua, Nicaragua
maltez_yess@yahoo.com

Gracias y felicidades por estas Semillitas que dan una gran cosecha, comparto la idea de Mauricio, debemos detener estas fiestas diabólicas por todos nuestros hijos y los que vendrán. Es nuestro deber como cristianos ayudar a salvar el mundo del demonio.
Gracias por tantos mensajes tan lindos y oraciones. En mi trabajo he elegido una hora que la dedico a “Pequeñas Semillitas”, porque siento que me pongo al día en los Evangelios de cada día y es un tiempo dedicado a Nuestro Señor. Soy una madre de 35 años y hace un año estoy padeciendo de una gran depresión con ansiedades y miedos. Pero sus mensajes me dan cada día fortaleza. Dios derrame bendiciones a usted y todos los lectores, porque no sabe cuanto nos ayuda a enfrentarnos cada día a este mundo materialista y lleno de tantas injusticias.
Yesennia Maltez


Palabras de Jesús


También se dijo: El que repudie a su mujer, que le dé acta de divorcio. Pues yo les digo: Todo el que repudia a su mujer, excepto en caso de fornicación, la hace ser adúltera; y el que se case con una repudiada, comete adulterio. (Mt 5, 31-32)

Esta enseñanza de Jesús no era solo para aquella época, sino que es inmutable, eterna, y hoy pocos son los que la cumplen. Y así está la sociedad. Las familias destruidas, los hijos desamparados o con madrastras y padrastros que no los quieren. Se multiplican los incestos porque muchos enamorados tal vez no saben que son hermanos por parte de padre o de madre, o son parientes cercanos. Y así el pecado se extiende y domina en este mundo, y ya sabemos que el pecado atrae los castigos. Por eso en este mundo hay cada vez más calamidades de todo género, y nos acercamos al tiempo en que viviremos la Gran Tribulación de que habla el Apocalipsis. La Virgen en sus mensajes ya dice que estamos dentro de esa Gran Tribulación. Así que no nos descorazonemos y preparémonos a vivir momentos difíciles. Consagrémonos al Corazón de María para ser defendidos y protegidos por Ella.

Jesús, en Vos confío.


Felipe de Urca
-Jardinero de Dios-


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