domingo, 29 de noviembre de 2009

Pequeñas Semillitas 0917

PEQUEÑAS SEMILLITAS


Número 0917 ~ Domingo 29 de Noviembre de 2009
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)


Hola !!!
Iniciamos hoy el Tiempo de Adviento.
Esperar a Jesús no significa hacer elucubraciones sobre el fin del mundo, sino vivir el presente con lucidez, confianza y responsabilidad. Sin alarmismo ni conformismo.
Lo nuestro es creer en un futuro de plenitud, sin evadirnos del presente, y mantener viva la esperanza. Es el tiempo de quien vigila, confía, de quien se compromete, de quien ora y espera.
Con la Buena Noticia en el corazón y en la mano, continuamos con ilusión un viaje maravilloso que Dios nos ofrece gratuitamente.
Con el anuncio y la promesa de la feliz llegada a Puerto.


La Palabra de Dios :
Evangelio del día


En aquel tiempo, decía Jesús a sus discípulos: «Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas; y en la tierra, angustia de las gentes, perplejas por el estruendo del mar y de las olas, muriéndose los hombres de terror y de ansiedad por las cosas que vendrán sobre el mundo; porque las fuerzas de los cielos serán sacudidas. Y entonces verán venir al Hijo del hombre en una nube con gran poder y gloria. Cuando empiecen a suceder estas cosas, cobrad ánimo y levantad la cabeza porque se acerca vuestra liberación.
»Guardaos de que no se hagan pesados vuestros corazones por el libertinaje, por la embriaguez y por las preocupaciones de la vida, y venga aquel Día de improviso sobre vosotros, como un lazo; porque vendrá sobre todos los que habitan toda la faz de la tierra. Estad en vela, pues, orando en todo tiempo para que tengáis fuerza y escapéis a todo lo que está para venir, y podáis estar en pie delante del Hijo del hombre».
(Lucas 21,25-28.34-36)

Comentario
Hoy, justo al comenzar un nuevo año litúrgico, hacemos el propósito de renovar nuestra ilusión y nuestra lucha personal con vista a la santidad, propia y de todos. Nos invita a ello la propia Iglesia, recordándonos en el Evangelio de hoy la necesidad de estar siempre preparados, siempre "enamorados" del Señor: «Guardaos de que no se hagan pesados vuestros corazones por el libertinaje, por la embriaguez y por las preocupaciones de la vida» (Lc 21,34).
Pero notemos un detalle que es importante entre enamorados: esta actitud de alerta -de preparación- no puede ser intermitente, sino que ha de ser permanente. Por esto, nos dice el Señor: «Estad en vela, pues, orando en todo tiempo» (Lc 21,36). ¡En todo tiempo!: ésta es la justa medida del amor. La fidelidad no se hace a base de un "ahora sí, ahora no". Es, por tanto, muy conveniente que nuestro ritmo de piedad y de formación espiritual sea un ritmo habitual (día a día y semana a semana). Ojalá que cada jornada de nuestra vida la vivamos con mentalidad de estrenarnos; ojalá que cada mañana -al despertarnos- logremos decir: -Hoy vuelvo a nacer (¡gracias, Dios mío!); hoy vuelvo a recibir el Bautismo; hoy vuelvo a hacer la Primera Comunión; hoy me vuelvo a casar... Para perseverar con aire alegre hay que "re-estrenarse" y renovarse.
En esta vida no tenemos ciudad permanente. Llegará el día en que incluso «las fuerzas de los cielos serán sacudidas» (Lc 25,26). ¡Buen motivo para permanecer en estado de alerta! Pero, en este Adviento, la Iglesia añade un motivo muy bonito para nuestra gozosa preparación: ciertamente, un día los hombres «verán venir al Hijo del hombre en una nube con gran poder y gloria» (Lc 25,27), pero ahora Dios llega a la tierra con mansedumbre y discreción; en forma de recién nacido, hasta el punto que «Cristo se vio envuelto en pañales dentro de un pesebre» (San Cirilo de Jerusalén). Sólo un espíritu atento descubre en este Niño la magnitud del amor de Dios y su salvación (cf. Sal 84,8).
Fra. Agustí BOADAS Llavat OFM (Barcelona, España)


Santoral Católico

San Gregorio, Taumaturgo

Se llama "taumaturgo" al que hace muchos milagros. A este santo le pusieron ese nombre porque según indica la tradición popular, desde tiempos de Moisés, no se había visto a un hombre conseguir tantos milagros como los que obtuvo San Gregorio.

Cuando era joven tuvo que viajar a Cesarea, en Palestina, a acompañar a una hermana; estando allá, conoció al sabio más grande de su tiempo que era Orígenes quien había puesto una escuela de teología en esa ciudad.

Al estallar la persecución de Decio en 250, San Gregorio aconsejó a los cristianos que se escondieran para que no tuvieran peligro de renegar de su fe cristiana por temor a los tormentos. Se ha hecho célebre en la historia de la Iglesia la frase que dijo este gran santo poco antes de morir. Preguntó: "¿Cuántos infieles quedan aún en la ciudad sin convertirse al cristianismo?" Le respondieron: "Quedan diecisiete", y él exclamó gozoso: "Gracias Señor: ese era el número de cristianos que había en esta ciudad cuando yo llegué a misionar aquí. En ese tiempo no había sino 17 cristianos, y ahora no hay sino 17 paganos".

Las gentes lo invocaban después cuando hubo inundaciones y terremotos, y es que San Gregorio con sus oraciones y sacrificios logró detener terribles inundaciones que amenazaban acabar con toda los cultivos y casas de la ciudad.


Pensamiento


El tiempo de Adviento es un tiempo de esperanza, de espera,
porque parece que hemos perdido la esperanza de que todo mejore.
Es el momento de revisarnos personal y espiritualmente.
¿Estoy viviendo la esperanza de Jesús?
¿Realmente yo espero al Señor en mi vida?


Tema del día :
Primer Domingo de Adviento


¿Cómo preparas la Navidad? ¿Por qué no te arriesgas a preparar una Navidad diferente?

Las tiendas están preocupadas porque te prepares bien. Extensos catálogos empiezan a circular repletos de figuras de "Santa Claus", foquitos navideños, esferas, árboles y juguetes cada vez más sofisticados... Nos empiezan a llegar invitaciones a "banquetes navideños", a "bailes" y nos vamos preparando con las "canastas navideñas" para surtir nuestro "servi-bar"... Todo un ambiente muy poco parecido al que Jesús espera de nosotros.

Adviento es desear ardientemente el retorno de Cristo, pero nos da miedo porque el mundo aún no estamos preparados para recibirlo: en medio de la superficialidad, injusticias, odios, discordias.... El Adviento es una oportunidad para acercarnos nuevamente a Dios y tratar de invitar también a nuestros hermanos a la reconciliación con Él.

La esperanza en la venida de Cristo, se celebra en la fiesta de Navidad. La verdadera preparación para la Navidad puede ser: un tiempo de encuentro con uno mismo, con Dios y con los hermanos. Una oportunidad para darnos cuenta si con nuestras actitudes y "costumbres" hemos dejado a Dios fuera de la Navidad. Un compromiso de vida. Cada domingo de adviento es una oportunidad para reunirse como familia y comprometerse en aquello que cada uno puede cambiar.

En este Primer Domingo de Adviento se enciende la primera vela morada. Se inicia la celebración del tiempo litúrgico del Adviento. Un momento propicio para la reunión familiar, (cena del sábado, desayuno o comida del domingo) por lo regular lo dirige el Papá, en su ausencia el abuelo o la mamá. Colocan en una corona, ramas de pino con cuatro velas y listón color rojo de preferencia se coloca en la mesa del comedor. Cuatro domingos antes de la Navidad se prende la primera vela. Cada domingo se enciende una vela más.

La Guirnalda de Adviento es el primer anuncio de Navidad. Es un círculo de follaje verde, la forma simboliza la eternidad y el color la esperanza y la vida. Va enrollada con un listón rojo, símbolo del amor de Dios que nos envuelve, y también de nuestro amor que espera con ansiedad el nacimiento del Hijo de Dios. En el centro de círculo se colocan las cuatro velas (pueden ser tres moradas y una rosa o bien todas blancas) para encenderse una por cada domingo de adviento. La luz de la vela simboliza nuestra fe.


Biografías :
Alfredo Nobel


Químico sueco que inventó la dinamita y fundó los premios que llevan su nombre nació en Estocolmo el 21 de octubre de 1833.

Pasó gran parte de su juventud en San Petersburgo (Rusia), donde su padre -que era ingeniero- instaló una fábrica de armamento que quebró en 1859. Regresó a Suecia en 1863, completando allí las investigaciones que había iniciado en el campo de los explosivos: en 1863 consiguió controlar mediante un detonador las explosiones de la nitroglicerina, inventada por el italiano Ascanio Sobrero; en 1865 perfeccionó el sistema con un detonador de mercurio; y en 1867 consiguió la dinamita, un explosivo plástico resultante de absorber la nitroglicerina en un material sólido poroso, con lo que se reducían los riesgos de accidente (las explosiones accidentales de la nitroglicerina, en una de las cuales había muerto su propio hermano Emil, habían despertado fuertes críticas contra Nobel y sus fábricas).

Aún produjo otras invenciones en el terreno de los explosivos, como la gelignita (1875) o la balistita (1887). Nobel patentó todos sus inventos y fundó compañías para fabricarlos y comercializarlos desde 1865 (primero en Estocolmo y Hamburgo, luego también en Nueva York y San Francisco). Sus productos fueron de enorme importancia para la construcción, la minería y la ingeniería, pero también para la industria militar (para la cual habían sido expresamente diseñados algunos de ellos, como la balistita o pólvora sin humo); con ellos puso los cimientos de una fortuna, que acrecentó con la inversión en pozos de petróleo en el Cáucaso.

Por todo ello, Nobel acumuló una enorme riqueza, pero también un cierto complejo de culpa por el mal y la destrucción que sus inventos pudieran haber causado a la Humanidad en los campos de batalla. La combinación de ambas razones le llevó a legar su fortuna a una fundación -la Fundación Nobel, creada en 1900- con el encargo de otorgar una serie de premios anuales a las personas que más hubieran hecho en beneficio de la Humanidad en los terrenos de la Física, la Química, la Medicina, la Literatura y la Paz.

Tales premios eran reflejo de la preocupación de Nobel por la paz mundial y de sus ideas progresistas y contrarias a la violencia; él mismo fue un cosmopolita, viajero incansable, que cambió de país de residencia varias veces (después de Rusia y Suecia, pasó a vivir en Alemania y en Francia, de donde hubo de emigrar a Italia por la impopularidad que le causó la adopción de la balistita por el ejército italiano para su munición).

Los Premios Nobel, que gozan de un alto prestigio internacional, se han venido otorgando anualmente desde 1901, con la excepción de los dos periodos de guerra mundial (1914-18 y 1939-45). La atribución de los cinco premios instituidos se dejó en manos de varias academias científicas suecas y del Comité Nobel de Noruega (que otorga el premio de la Paz). En 1968 el Banco de Suecia decidió añadir bajo el nombre de Nobel un sexto premio de Economía, que se ha venido otorgando anualmente desde 1969.

Alfredo Nobel murió en San Remo, Italia, el 10 de diciembre de 1896.


Meditación breve


Cuentan que había un verdadero gentío en la sala de espera de un médico. Un caballero de bastante edad se levantó y se dirigió a la recepcionista.
"Señorita", dijo con suma cortesía, "Yo tenía hora para las diez en punto y ya son casi las once. No puedo seguir esperando. ¿Tendría usted la amabilidad de darme hora para otro día?"
Una mujer que estaba también aguardando, se inclinó hacía la persona que estaba sentada a su lado y le dijo:
"Seguro que tiene más de ochenta años... ¿Qué será eso tan urgente que tiene que hacer que no puede esperar?"
El anciano que acertó a oír el comentario de la dama, se volvió hacia ella, le hizo una cortés reverencia y le dijo:
"Tengo exactamente ochenta y siete años, señora. Y ésa es precisamente la razón por la que no puedo permitirme desperdiciar un sólo minuto del precioso tiempo que aún me queda."
Anthony de Mello


Nunca nos olvidemos de agradecer


Alguna vez leí que en el cielo hay dos oficinas diferentes para tratar lo relativo a las oraciones de las personas en la tierra:
Una es para receptar pedidos de diversas gracias, y allí los muchos ángeles que atienden trabajan intensamente y sin descanso por la cantidad de peticiones que llegan a todo momento.
La otra oficina es para recibir los agradecimientos por las gracias concedidas y en ella hay un par de ángeles aburridos porque prácticamente no les llega ningún mensaje de los hombres desde la tierra para dar gracias...
Desde esta sección de "Pequeñas Semillitas" pretendemos juntar una vez por semana los mensajes para la segunda oficina: agradecimientos por favores y gracias concedidas como respuesta a nuestros pedidos de oración.


Nuestra lectora y querida amiga de Buenos Aires, Argentina, Liliana Amor, quiere expresar su agradecimiento al Altísimo porque le ha regalado una familia hermosa conformada por su esposo Carlos Alberto, y sus tres hijos: Carlos Luciano (31), Marina (30) y Paula Victoria (27) que se casa en poquitos días. Conozco a Liliana y doy fe que es una mujer maravillosa y no tengo dudas que con su esposo e hijos conforman un modelo de familia cristiana bajo el ejemplo de la Sagrada Familia de Nazaret. Bendiciones para todos ellos.


María del Carmen G. nos escribe para agradecer a Dios y a los que rezaron por la salud del doctor Guillermo P., que estaba muy grave internado en Sudáfrica y pronto regresa a su patria recuperándose y en rehabilitación. Su madre, sus pacientes y sus amigos siguen rezando por su completo restablecimiento.


Desde Guatemala, Mary S. agradece las oraciones de hace dos meses por su mamá Refugio que estaba muy enferma y sufría demasiado. Nos hace saber que el Señor se la llevó a la patria celestial el día 18 de este mes y ahora descansa en la paz eterna. Que el Espíritu Santo llene de luz y fuerza a toda la familia.


María del Carmen, de Rosario, Argentina, agradece las oraciones por su operación del día 10 de este mes, que por la gracia de Dios ha salido muy bien.


Nos escribe Elvira V. para agradecer las oraciones hechas por su papá Martín, enfermo de cáncer terminal, que el día 26 de este mes fue recibido por Dios en el cielo. Nos dice Elvira estas hermosas palabras: la muerte es la llave de oro que abre el palacio de la eternidad... y allí está ahora Martín.


Desde Argentina, Elsa S. agradece a Dios porque en su hogar se respiran nuevos aires y las soluciones a los problemas van apareciendo de a poco, con paz, con templanza, con fe y con mucho amor. Nos unimos a su oración de agradecimiento.


Nos escriben desde Venezuela para agradecer que Yolimar, que tenía problemas por falta de trabajo, ya está encaminada para poder conseguirlo. Damos gracias a Dios.


Agradecemos al Señor que siempre nos escucha, por la llegada de las lluvias a buena parte del centro y norte de Argentina que estaban azotadas por una terrible sequía. Todavía oramos por más lluvias para las zonas que las necesitan.


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Felipe de Urca.
pequesemillitas@gmail.com


Palabras de Juan Pablo II


Homilía de S.S. Juan Pablo II en el primer Domingo de Adviento, proclamada el 29 de noviembre de 1998:

"Viviendo el Adviento, esperamos un acontecimiento que se sitúa en la historia y a la vez la trasciende. Al igual que los demás años, tendrá lugar en la noche de la Navidad del Señor. A la cueva de Belén acudirán los pastores; más tarde, irán los Magos de Oriente. Unos y otros simbolizan, en cierto sentido, a toda la familia humana. La exhortación que resuena en la liturgia de hoy: «Vayamos jubilosos al encuentro del Señor» se difunde en todos los países, en todos los continentes, en todos los pueblos y naciones. La voz de la liturgia, es decir, la voz de la Iglesia, resuena por doquier e invita a todos al gran jubileo"


Oración por la pronta beatificación de Juan Pablo II


¡Oh Trinidad Santa! Te damos gracias por haber concedido a la Iglesia al Papa Juan Pablo II y porque en él has reflejado la ternura de tu paternidad, la gloria de la cruz de Cristo y el esplendor del Espíritu de tu amor. Él, confiando totalmente en tu infinita misericordia y en la maternal intercesión de María, nos ha mostrado una imagen viva de Jesús Buen Pastor, indicándonos la santidad, alto grado de la vida cristiana ordinaria, como camino para alcanzar la comunión eterna Contigo. Concédenos, por su intercesión, si es tu voluntad, el favor que imploramos, con la esperanza de que sea pronto incluido en el número de tus santos. Amén.


Felipe de Urca
-Jardinero de Dios-


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