domingo, 1 de noviembre de 2009

Pequeñas Semillitas 0889

PEQUEÑAS SEMILLITAS


Número 0889 ~ Domingo 1º de Noviembre de 2009
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)


Hola !!!
Celebramos hoy el amor de Dios, que ya ha acogido en casa a los santos que nos han precedido y nos espera con los brazos abiertos a los que todavía estamos en camino. Es una fiesta universal. Hoy celebramos a todos, no sólo a los que constan en las listas oficiales, sino a los que están en la lista de Dios, que son muchísimos más. Entre ellos están nuestros familiares y amigos.
La Santidad es nuestro camino y nuestra meta.


La Palabra de Dios :
Evangelio del día


En aquel tiempo, viendo Jesús la muchedumbre, subió al monte, se sentó, y sus discípulos se le acercaron. Y tomando la palabra, les enseñaba diciendo: «Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán en herencia la tierra. Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos serán saciados. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados seréis cuando os injurien, y os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en los cielos».
(Mateo 5, 1-12a)

Comentario
Hoy celebramos la realidad de un misterio salvador expresado en el “credo” y que resulta muy consolador: «Creo en la comunión de los santos». Todos los santos, desde la Virgen María, que han pasado ya a la vida eterna, forman una unidad: son la Iglesia de los bienaventurados, a quienes Jesús felicita: «Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios» (Mt 5,8). Al mismo tiempo, también están en comunión con nosotros. La fe y la esperanza no pueden unirnos porque ellos ya gozan de la eterna visión de Dios; pero nos une, en cambio el amor «que no pasa nunca» (1Cor 13,13); ese amor que nos une con ellos al mismo Padre, al mismo Cristo Redentor y al mismo Espíritu Santo. El amor que les hace solidarios y solícitos para con nosotros. Por tanto, no veneramos a los santos solamente por su ejemplaridad, sino sobre todo por la unidad en el Espíritu de toda la Iglesia, que se fortalece con la práctica del amor fraterno.
Por esta profunda unidad, hemos de sentirnos cerca de todos los santos que, anteriormente a nosotros, han creído y esperado lo mismo que nosotros creemos y esperamos y, sobre todo, han amado al Padre Dios y a sus hermanos los hombres, procurando imitar el amor de Cristo.
Los santos apóstoles, los santos mártires, los santos confesores que han existido a lo largo de la historia son, por tanto, nuestros hermanos e intercesores; en ellos se han cumplido estas palabras proféticas de Jesús: «Bienaventurados seréis cuando os injurien, y os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en los cielos» (Mt 5,11-12). Los tesoros de su santidad son bienes de familia, con los que podemos contar. Éstos son los tesoros del cielo que Jesús invita a reunir (cf. Mt 6,20). Como afirma el Concilio Vaticano II, «su fraterna solicitud ayuda, pues, mucho a nuestra debilidad» (Lumen gentium, 49). Esta solemnidad nos aporta una noticia reconfortante que nos invita a la alegría y a la fiesta.
Mons. F. Xavier CIURANETA i Aymí Obispo de Lleida (Lleida, España)


Santoral Católico

Solemnidad de Todos los Santos

La Iglesia Católica ha llamado "santos" a aquellos que se han dedicado a que su propia vida le sea lo más agradable posible a Nuestro Señor.

Hay unos que han sido "canonizados", o sea declarados oficialmente santos por el Sumo Pontífice, por lo que por su intercesión se han conseguido admirables milagros, y porque después de haber examinado minuciosamente sus escritos y de haber hecho una cuidadosa investigación e interrogatorio a los testigos que lo acompañaron en su vida, se ha llegado a la conclusión de que practicaron las virtudes en grado heroico.

Para ser declarado "santo" por la Iglesia Católica se necesita toda una serie de trámites rigurosos. Primero una exhaustiva averiguación con personas que lo conocieron, para saber si en verdad su vida fue ejemplar y virtuosa. Si se logra comprobar por el testimonio de muchos que su comportamiento fue ejemplar, se le declara "Siervo de Dios". Si por detalladas averiguaciones se llega a la conclusión de que sus virtudes, fueron heroicas, es declarado "Venerable". Más tarde, si por su intercesión se consigue algún milagro totalmente inexplicable por medios humanos, es declarado "Beato". Finalmente si se consigue un nuevo y maravillosos milagro por haber pedido su intercesión, el Papa lo declara "Santo".

En el caso de algunos santos el procedimiento de canonización ha sido rápido, como por ejemplo para San Francisco de Asís y San Antonio, que sólo duró 2 años.

Poquísimos otros han sido declarados santos seis años después de su muerte, o a los 15 o 20 años. Para la inmensa mayoría, los trámites para su beatificación y canonización duran 30, 40, 50 y hasta cien años o más. Después de 20 o 30 años de averiguaciones, la mayor o menor rapidez para la beatificación o canonización, depende de quien obtenga más o menos pronto los milagros requeridos.

Los santos "canonizados" oficialmente por la Iglesia Católica son varios millares. Pero existe una inmensa cantidad de santos no canonizados, pero que ya están gozando de Dios en el cielo. A ellos especialmente está dedicada esta fiesta de hoy.


Pensamiento


"La santidad no consiste en tal o cual práctica, sino en una disposición del corazón que nos hace humildes y pequeños en los brazos de Dios, conscientes de nuestra nada y confiados hasta la audacia en la bondad del Padre"
Santa Teresa de Lisieux


Tema del día :
Los Padres de la Iglesia nos iluminan


¿De qué sirven a los santos nuestras alabanzas, nuestra glorificación, esta misma solemnidad que celebramos? ¿De qué les sirven los honores terrenos, si reciben del Padre celestial los honores que les había prometido verazmente el Hijo? ¿De qué les sirven nuestros elogios? Los santos no necesitan de nuestros honores, ni les añade nada nuestra devoción. Es que la veneración de su memoria redunda en provecho nuestro, no suyo. Por lo que a mí respecta, confieso que, al pensar en ellos, se enciende en mí un fuerte deseo.

El primer deseo que promueve o aumenta en nosotros el recuerdo de los santos es el de gozar de su compañía, tan deseable, y de llegar a ser conciudadanos y compañeros de los espíritus bienaventurados, de convivir con la asamblea de los patriarcas, con el grupo de los profetas, con el senado de los apóstoles, con el ejército incontable de los mártires, con la asociación de los confesores, con el coro de las vírgenes; para resumir, el de asociarnos y alegrarnos juntos en la comunión de todos los santos. Nos espera la Iglesia de los primogénitos, y nosotros permanecemos indiferentes; desean los santos nuestra compañía, y nosotros no hacemos caso; nos esperan los justos, y nosotros no prestamos atención.

Despertémonos, por fin, hermanos; resucitemos con Cristo, busquemos los bienes de arriba, pongamos nuestro corazón en los bienes del cielo. Deseemos a los que nos desean, apresurémonos hacia los que nos esperan, entremos a su presencia con el deseo de nuestra alma. Hemos de desear no sólo la compañía, sino también la felicidad de que gozan los santos, ambicionando ansiosamente la gloria que poseen aquellos cuya presencia deseamos. Y esta ambición no es mala, ni incluye peligro alguno el anhelo de compartir su gloria.

El segundo deseo que enciende en nosotros la conmemoración de los santos es que, como a ellos, también a nosotros se nos manifieste Cristo, que es nuestra vida, y que nos manifestemos también nosotros con él, revestidos de gloria. Entretanto, aquel que es nuestra cabeza se nos representa no tal como es, sino tal como se hizo por nosotros, no coronado de gloria, sino rodeado de las espinas de nuestros pecados. Teniendo a aquel que es nuestra cabeza coronado de espinas, nosotros, miembros suyos, debemos avergonzarnos de nuestros refinamientos y de buscar cualquier púrpura que sea de honor y no de irrisión. Llegará un día en que vendrá Cristo, y entonces ya no se anunciará su muerte, para recordarnos que también nosotros estamos muertos y nuestra vida está oculta con él. Se manifestará la cabeza gloriosa y, junto con él, brillarán glorificados sus miembros, cuando transfigurará nuestro pobre cuerpo en un cuerpo glorioso semejante a la cabeza, que es él.

Deseemos, pues, esta gloria con esfuerzo seguro y total. Pero, para que nos sea permitido esperar esta gloria y aspirar a tan gran felicidad, debemos desear también, en gran manera, la intercesión de los santos, para que ella nos obtenga lo que supera nuestras fuerzas.

P. Max Alexander


Biografías :
Juan Zorrilla de San Martín


Juan Zorrilla de San Martín fue un escritor, periodista, docente y diplomático uruguayo, nacido en Montevideo el 28 de diciembre de 1855.

En 1865 fue llevado por su padre a cursar sus estudios en el Colegio Jesuita de la Inmaculada Concepción de Santa Fe, República Argentina. Se recibió de bachiller en 1872. Entre 1874 y 1877 estudió en el Colegio de los Hermanos Jesuitas de Santiago de Chile hasta completar sus estudios como Licenciado en Letras y Ciencias Políticas. En ese período colaboró en la redacción de “La estrella de Chile” y publicó “Notas de un Himno”. En Chile recibió la influencia de las lecturas románticas de José Zorrilla, José de Espronceda y sobre todo, Gustavo Adolfo Bécquer.

En 1880 consiguió una cátedra de Literatura en la universidad, de la que, sin embargo, sería destituido; tuvo que sufrir además la persecución del Gobierno, encabezado por el general Máximo Santos, a causa de sus ideas políticas y de sus campañas periodísticas, por lo que emigró a Buenos Aires, ciudad en la que participó en los preparativos de la revolución del Quebracho de 1886, muy bien descrita en su crónica por el escritor Javier de Viana.

Antes, había contraído matrimonio con Elvira Blanco, que moriría en el año 1887, y había fundado y dirigido el periódico católico “El Bien Público” (1878), en cuyas páginas se criticaba la política de Latorre. Entre 1887 y 1890 desempeñó el cargo de diputado; un año después sería nombrado Ministro Plenipotenciario ante España y Portugal; más tarde, en 1894, pasó a París y en 1897 a la Santa Sede.

Destituido en ese mismo año, se trasladó a Montevideo, donde volvió a hacerse cargo de la dirección de “El Bien Público” y donde ocuparía una cátedra de Derecho Internacional. Desde 1905 fue Delegado del Gobierno en el Departamento de Emisión del Banco de la República. En el 1907 enviudó de su segunda esposa; tenía entonces trece hijos, cinco de ellos fruto de su primer matrimonio.

Su obra, iniciada entre los años de 1874 y 1877 con la publicación de algunos versos y leyendas en la revista La Estrella de Chile y con su primer libro poético “Notas de un himno” (1877), tiene un hito en el extenso poema titulado “Tabaré”, cuya composición le llevó casi diez años. Éste fue publicado en París en el año 1888. Antes, con “La Leyenda Patria” (1879), escrita para un concurso literario de exaltación patriótica, del que, sin embargo, fue excluida por su excesiva extensión, había obtenido ya el reconocimiento como uno de los poetas contemporáneos más destacados.

En “Tabaré”, poema impregnado de un intenso lirismo y de un tono elegíaco, recrea en la figura de su protagonista, el mestizo Tabaré (hijo de un cacique charrúa, raza que supuestamente habría poblado Uruguay en el pasado lejano, y de la cautiva española Magdalena), en el que la soledad, el sentimentalismo, la desdicha y la nobleza son sus rasgos predominantes.

La influencia de Gustavo Adolfo Bécquer se deja sentir en la versificación del poema, compuesto en su mayor parte por cuartetos de versos endecasílabos y heptasílabos. La naturaleza, recreada en el exotismo de sus elementos paisajísticos y en su fauna, es otro de los componentes que realzan el contenido del texto, en el que el tema indígena, las luchas entre indios y españoles, le aportan además ese carácter de epopeya nacional.

Completan la producción literaria de Zorrilla de San Martín, que ya, a partir de “Tabaré”, sólo escribirá en prosa, las obras: “Resonancias del camino” (1894), “Huerto cerrado” (1910), “El sermón de la paz” (1924) y “El libro de Ruth” (1928), además de “La epopeya de Artigas” que, escrita por encargo del Gobierno, salió publicada en el año 1910. Este escrito es una auténtica narración de los tiempos heroicos de Uruguay, en el que la figura de José Gervasio Artigas, fundador de la nacionalidad uruguaya, adquiere el máximo valor y admiración por parte de Zorrilla de San Martín.

Murió en Montevideo el 3 de noviembre de 1931.


Meditación breve


Una mujer llamada Nancy puso el siguiente anuncio en su periódico local: "Si se siente solo o tienen algún problema, llámeme. Yo estoy en una silla de ruedas y raras veces salgo. Podemos compartir nuestros problemas mutuamente. Sólo tiene que llamarme. Me encantaría conversar"
La respuesta a ese anuncio fue sorprendente: 30 llamadas o más por semana.
¿Qué motivó a esta mujer a querer llegar a los demás desde su silla de ruedas para ayudar a los necesitados?
Nancy explicó que antes de su parálisis había disfrutado de perfecta salud, pero se encontraba muy desesperada. Trató de suicidarse saltando desde la ventana de su apartamento, pero la caída la dejó paralítica de la cintura para abajo.
En el hospital, totalmente frustrada, percibió que Jesús le decía: "Nancy, has tenido un cuerpo sano, pero el alma lisiada"
Como resultado de esa experiencia entregó su vida a Cristo. Cuando finalmente le permitieron volver a la casa oró para encontrar una manera de compartir la gracias de Dios con los demás. Por limitados que estemos por una enfermedad, ancianidad o incapacidad, aún podemos orar, llamar o escribir. Cualquiera que sea nuestra condición podemos ser testigos eficaces de Cristo.


Nunca nos olvidemos de agradecer


Alguna vez leí que en el cielo hay dos oficinas diferentes para tratar lo relativo a las oraciones de las personas en la tierra:
Una es para receptar pedidos de diversas gracias, y allí los muchos ángeles que atienden trabajan intensamente y sin descanso por la cantidad de peticiones que llegan a todo momento.
La otra oficina es para recibir los agradecimientos por las gracias concedidas y en ella hay un par de ángeles aburridos porque prácticamente no les llega ningún mensaje de los hombres desde la tierra para dar gracias...
Desde esta sección de "Pequeñas Semillitas" pretendemos juntar una vez por semana los mensajes para la segunda oficina: agradecimientos por favores y gracias concedidas como respuesta a nuestros pedidos de oración.


Elevamos una oración de acción de gracias al Señor y a nuestra amada Madre la Santísima Virgen María, pues ayer cumplió 50 años de vida religiosa la Hermana Dolores Cunillera Sala ("Cuni"), en Tarragona, España. Gracias Jesús por estas bodas de oro de servicio a ti y a todos los necesitados. Y te pedimos muchos años más para que esta hermana siga renovando la gracia de su vocación y llenando de flores los caminos que conducen hacia Ti. Amén.


Nuestro lector y amigo de Bogotá, Colombia, Carlos C. O., quiere elevar un especial agradecimiento a la intecesión de Nuestra Madre querida, Madre de la Esperanza, y a la acción directa de Su Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, como así también al Santo Padre Pío y a todos los lectores que rezaron para que se lograra una solución favorable en una acción judicial injustamente promovida en su contra y que ahora ha tenido un fallo de la Justicia de su país que lo ha liberado de toda culpa. ¡Gracias Señor de los Milagros!


Agradecemos las oraciones por la recuperación del Padre Omar Friedrich OMI, que ya salió de terapia intensiva en el Hospital de Urgencias de Córdoba, Argentina, a la vez pedimos que las continúen rezando por su pronto regreso a su actividad de misionero de Cristo. Damos gracias a Dios, porque Dios es grande!!!


Melissa, la abuela joven, moderadora del grupo y colaboradora imprescindible de "Pequeñas Semillitas" agradece a todas las personas que enviaron felicitaciones por el primer cumpleaños de Martina, su primera nieta. Y todos damos gracias a Dios por tener a Melissa con nosotros y a Martina como Princesita de "Pequeñas Semillitas"


Palabras de Juan Pablo II


"La vocación del cristiano es la santidad, en todo momento de la vida. En la primavera de la juventud, en la plenitud del verano de la edad madura, y después también en el otoño y en el invierno de la vejez, y por último, en la hora de la muerte"


Felipe de Urca
-Jardinero de Dios-


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