domingo, 14 de junio de 2009

Pequeñas Semillitas 0755

PEQUEÑAS SEMILLITAS


Número 0755 ~ Domingo 14 de Junio de 2009
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)



Hola !!!
El pan y el vino de nuestra Eucaristía son signo de la entrega de Jesús, y al alimentarnos de ellos son signo de nuestra propia entrega.
Celebrar la Eucaristía fue sustituido por: “oír misa entera todos los domingos y fiestas de guardar...”
¿Tiene sentido “oír” un banquete, “oír” una cena con los amigos?
Recuperemos la Cena del Señor, comunidad de creyentes en torno a la lectura y comprensión de la Palabra, la Fracción del Pan, la oración en común, el compromiso vital con Jesús y con los demás.


La Palabra de Dios : Evangelio del día



El primer día de los Ázimos, cuando se sacrificaba el cordero pascual, le dicen sus discípulos: «¿Dónde quieres que vayamos a hacer los preparativos para que comas el cordero de Pascua?». Entonces, envía a dos de sus discípulos y les dice: «Id a la ciudad; os saldrá al encuentro un hombre llevando un cántaro de agua; seguidle y allí donde entre, decid al dueño de la casa: ‘El Maestro dice: ¿Dónde está mi sala, donde pueda comer la Pascua con mis discípulos?’. Él os enseñará en el piso superior una sala grande, ya dispuesta y preparada; haced allí los preparativos para nosotros». Los discípulos salieron, llegaron a la ciudad, lo encontraron tal como les había dicho, y prepararon la Pascua.
Y mientras estaban comiendo, tomó pan, lo bendijo, lo partió y se lo dio y dijo: «Tomad, éste es mi cuerpo». Tomó luego una copa y, dadas las gracias, se la dio, y bebieron todos de ella. Y les dijo: «Ésta es mi sangre de la Alianza, que es derramada por muchos. Yo os aseguro que ya no beberé del producto de la vid hasta el día en que lo beba de nuevo en el Reino de Dios».
Y cantados los himnos, salieron hacia el monte de los Olivos.
(Marcos 14,12-16.22-26)

Comentario
Hoy, celebramos solemnemente la presencia eucarística de Cristo entre nosotros, el “don por excelencia”: «Éste es mi cuerpo (...). Ésta es mi sangre» (Mc 14,22.24). Dispongámonos a suscitar en nuestra alma el “asombro eucarístico” (Juan Pablo II).
El pueblo judío en su cena pascual conmemoraba la historia de la salvación, las maravillas de Dios para con su pueblo, especialmente la liberación de la esclavitud de Egipto. En esta conmemoración, cada familia comía el cordero pascual. Jesucristo se convierte en el nuevo y definitivo cordero pascual sacrificado en la cruz y comido en Pan Eucarístico.
La Eucaristía es sacrificio: es el sacrificio del cuerpo inmolado de Cristo y de su sangre derramada por todos nosotros. En la Última Cena esto se anticipó. A lo largo de la historia se irá actualizando en cada Eucaristía. En Ella tenemos el alimento: es el nuevo alimento que da vida y fuerza al cristiano mientras camina hacia el Padre.
La Eucaristía es presencia de Cristo entre nosotros. Cristo resucitado y glorioso permanece entre nosotros de una manera misteriosa, pero real en la Eucaristía. Esta presencia implica una actitud de adoración por nuestra parte y una actitud de comunión personal con Él. La presencia eucarística nos garantiza que Él permanece entre nosotros y opera la obra de la salvación.
La Eucaristía es misterio de fe. Es el centro y la clave de la vida de la Iglesia. Es la fuente y raíz de la existencia cristiana. Sin vivencia eucarística la fe cristiana se reduciría a una filosofía.
Jesús nos da el mandamiento del amor de caridad en la institución de la Eucaristía. No se trata de la última recomendación del amigo que marcha lejos o del padre que ve cercana la muerte. Es la afirmación del dinamismo que Él pone en nosotros. Por el Bautismo comenzamos una vida nueva, que es alimentada por la Eucaristía. El dinamismo de esta vida lleva a amar a los otros, y es un dinamismo en crecimiento hasta dar la vida: en esto notarán que somos cristianos.
Cristo nos ama porque recibe la vida del Padre. Nosotros amaremos recibiendo del Padre la vida, especialmente a través del alimento eucarístico.
Mons. Josep Àngel Saiz i Meneses, Obispo de Terrassa (España)



Santoral Católico

Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo




"La «fracción del pan» evoca la Eucaristía. Después de dos mil años seguimos reproduciendo aquella imagen primigenia de la Iglesia. Y, mientras lo hacemos en la celebración eucarística, los ojos del alma se dirigen al Triduo pascual: a lo que ocurrió la tarde del Jueves Santo, durante la Última Cena y después de ella"
Juan Pablo II



Tema del día :

Significado de la Festividad del Corpus Cristi



Hoy celebra la Iglesia la fiesta del “Corpus Cristi” o del Cuerpo y la Sangre de Cristo, o dicho más simplemente: la fiesta de la Eucaristía.

Siempre que vamos a Misa celebramos la Eucaristía, que es el sacramento de la entrega de Jesús en sacrificio a su Padre Celestial por nuestra Redención. Es el hacerse presente de nuevo el mismo sacrificio de la Cruz.

Pero es al mismo tiempo el recibir el alimento especial para nuestra alma, que es el mismo Jesús, que se nos da en alimento. Y es también la oportunidad de adorar a Jesús, que es nuestro Dios y Salvador, y que está realmente presente en el Augusto Sacramento del Altar, que es Jesús en la Eucaristía.

Esta presencia real de Jesús es lo que se quiere resaltar principalmente en esta fiesta del “Corpus”. Jesús prometió estar con nosotros hasta el final de los tiempos. Y está espiritualmente de muchas maneras: en su palabra, en la reunión de fieles que están orando, en el pueblo de Dios, en la caridad.

Pero está de una manera muy especial y más real en la Eucaristía. Esto nos dice nuestra fe. Hubo unos tiempos, por la edad Media, en que unos herejes decían que Jesús estaba presente mientras la Misa, pero luego ya no se quedaba, y hasta había sacerdotes que dudaban de la presencia real de Jesús.

Hubo un hecho muy conocido en el año 1264 en que un sacerdote que, dudando había ido a Roma al sepulcro de los apóstoles para pedir la fe, cuando retornaba a su tierra y celebraba misa en Bolsena, vio que de la Sagrada Forma destilaba sangre de modo que quedó mojado todo el corporal. El papa Urbano VI, que estaba en la ciudad cercana de Orvieto, supo el acontecimiento y pidió dichos corporales. Al constatar la realidad del milagro, quiso que todos lo supieran y que se adorase a Jesús presente en la Eucaristía de modo más solemne. Por eso instituyó la fiesta del “Corpus Cristi”.

Desde entonces en esta fiesta se han realizado solemnes procesiones para que el Señor pueda salir por las calles de pueblos grandes y pequeños y todos puedan adorar a Jesús, que está presente entre nosotros.

No todos tendrán esta fe y este amor para adorar y agradecer que Jesucristo pueda estar real en cuerpo y alma entre nosotros. Muchos están ciegos en su espíritu. Ojala haya muchos que, al saber que Cristo está entre nosotros, puedan gritar como el ciego Bartimeo: “Señor, ten piedad de mi”. Que Jesús tenga piedad, no sólo de males físicos, sino sobre todo de tantas calamidades que nos circundan y que tenemos dentro de nuestro ser terrenal.



Biografías :
Jacques Yves Cousteau



Nació el 11 de junio de 1910 en Saint André de Cubzac (Francia), y pronto empezó a interesarse por el agua entreteniéndose con juguetes mecánicos y cámaras acuáticas. Realizó sus estudios en Roma, Burdeos, Nueva York y París, y tras este periodo entró a formar parte de la armada francesa durante la Segunda Guerra Mundial. Pero el destino, siguiendo su curso, hizo que se entrenase como aviador naval y tuviera un serio accidente que le apartó de su carrera de aviador y le predispuso a investigar el mar. Este fue un momento decisivo en la vida de Cousteau, pues fue cuando por primera vez se puso una máscara subacúatica y, junto al francés Emile Gagnan, inventó el famoso "Aqua-Lung" o pulmón acuático. Se trataba de un dispositivo que permitía respirar bajo el agua libremente sin la necesidad de un tubo de aire en la superficie, logrando crear así un sistema utilizado en la actualidad por todos los buzos del mundo.

En 1948 compró el Calypso, un antiguo dragaminas que transformó en mitad yate y mitad laboratorio. Con él y su tripulación navegó por todo el mundo, y se convirtió en toda una referencia para el resto de los investigadores marinos hasta que dejó de funcionar por culpa de un incendio. El Capitán Cousteau comenzó así su larga carrera investigadora desarrollando un sistema de propulsión a vela, botando dos sumergibles monoplazas y dirigiendo experimentos sobre técnicas de buceo en saturación, entre otras labores. Considerado uno de los más influyentes personajes históricos, hizo que su mensaje se propagara a lo largo de todo el mundo mediante las más de setenta filmaciones para televisión, sus tres películas de larga duración y sus más de 50 libros, entre los que destacan “La isla de los espíritus”, “Planeta océano” y “Viaje de Cousteau al Amazonas”.

De este modo, se convirtió en el biólogo más famoso de todos los tiempos y, a lo largo de su fructífera carrera, obtendría prestigiosos premios y galardones internacionales como el Premio del Centenario de la National Geographic Society o el Premio Internacional sobre el Medio Ambiente otorgado por Naciones Unidas. Además, se le concedió la Medalla Presidencial de La Libertad, fue nombrado miembro de la prestigiosa Academia Francesa y fue director del Museo Oceanográfico de Mónaco durante 31 años. Pero, sin duda, el mayor reconocimiento a toda su labor oceanográfica la obtendría con el Oscar de Hollywood por su sobrecogedor documental The Silent World (El mundo del silencio).

Murió en 1997 en París a los 87 años, víctima de una infección respiratoria. Más comunicador que científico, los expertos consideran que su legado es de un valor incalculable y que se ha que durante toda la historia anterior de la humanidad.



Meditación breve



La Eucaristía es el sello más firme de la Alianza de amor entre Dios y los hombres. Siempre Dios, por su gran amor, ha querido realizar alianzas. Hoy en la primera lectura, se habla de la alianza de Dios con el pueblo de Israel, manifestada por medio de la sangre de unos animales. Era la cultura de aquel tiempo. Jesús quiso ratificar esa alianza de Dios con su propia sangre, con el Sacrificio de la Cruz. Ese mismo sacrificio se hace presente cada vez que celebramos la Eucaristía. Ahora Cristo está triunfante, resucitado; pero se hace presente ese recuerdo de su entrega en la Santa Misa. Nosotros estaremos más unidos con él, cuanto más hagamos entrega de todo nuestro ser por la salvación nuestra y la de toda la humanidad.
En este año (ciclo B) el evangelio es la narración sencilla de la Institución de la Eucaristía según san Marcos. Lo precede la preparación de la cena Pascual. Jesús se entrega para que nosotros le podamos comer. No sólo cada uno, sino todos. Por esto la Eucaristía es signo de unidad.



Agradeciendo las gracias recibidas



Alguna vez leí que en el cielo hay dos oficinas diferentes para tratar lo relativo a las oraciones de las personas en la tierra:
Una es para receptar pedidos de diversas gracias, y allí los muchos ángeles que atienden trabajan intensamente y sin descanso por la cantidad de peticiones que llegan a todo momento.
La otra oficina es para recibir los agradecimientos por las gracias concedidas y en ella hay un par de ángeles aburridos porque prácticamente no les llega ningún mensaje de los hombres desde la tierra para dar gracias...
Desde esta sección de "Pequeñas Semillitas" pretendemos juntar una vez por semana los mensajes para la segunda oficina: agradecimientos por favores y gracias concedidas como respuesta a nuestros pedidos de oración.


Rosi, de Argentina, nos hace saber que la cirugía a la que se sometió y por la cual en su momento pedimos oraciones, fue exitosa y se está recuperando muy bien, por lo que da gracias a todos los que rezaron por ella y a Jesucristo Nuestro Señor.


María Rosa E., de Argentina, agradece por la decisiva influencia que tuvieron las muchas oraciones que se hicieron cuando ella fue operada de un tumor intracraneano. La referida operación fue exitosa en gran medida porque el Señor guió las manos de los neurocirujanos.


Elba nos escribe para expresar su gratitud por las oraciones elevadas por su esposo Enrique B. que fue operado de un absceso grave de cadera y ha salido excelentemente bien y ya es dado de alta. Y nos recuerda las palabras de Jesús cuando dijo: "Donde haya dos o tres reunidos en mi nombre allí estoy yo en medio de ellos" Mt 18, 20


Lucía, de Argentina, nos agradece las oraciones que hicimos hace un mes por la bebé Luján T. que fue exitosamente operada para extirparle un riñón por una malformación congénita. Damos gracias a Dios.



Junio mes del Sagrado Corazón de Jesús



14.- Las tentaciones

Los apóstoles se acercaron un día a Jesús y le dijeron: "Maestro, tú nos invitas siempre a orar; nosotros somos ignorantes, enséñanos tú. Y Jesús siempre bueno, respondió": Cuando oréis hacedlo así: Padre nuestro que estás en los cielos; y les enseñó la estupenda oración del Padre nuestro. ¿Sabes por qué Jesús quiere que oremos al Padre para no dejarnos caer en la tentación? Porque Él sabía que el demonio nos tentaría siempre y quería que nosotros pidiésemos la ayuda celestial para no sucumbir a la tentación. El mismo pemitió que el demonio le tentase para darnos ejemplo.

Web Católico de Javier



Felipe de Urca
-Jardinero de Dios-


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