domingo, 7 de junio de 2009

Pequeñas Semillitas 0748

PEQUEÑAS SEMILLITAS


Número 0748 ~ Domingo 7 de Junio de 2009
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)



Hola !!!
Trinidad: el Dios vivo del amor. El Dios crucificado de la compasión, el Dios liberador de la vida, Dios en femenino, el Dios que rompe las cadenas, la compañía del Dios de la fiesta. Presencia cálida. Corazón amante. Palabra reveladora. Bondad transformadora. Espíritu creador en un mundo en evolución.
José Arregui


La Palabra de Dios : Evangelio del día


En aquel tiempo, los once discípulos marcharon a Galilea, al monte que Jesús les había indicado. Y al verle le adoraron; algunos sin embargo dudaron. Jesús se acercó a ellos y les habló así: «Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo».
(Mateo 28, 16-20)

Comentario
Hoy, la liturgia nos invita a adorar a la Trinidad Santísima, nuestro Dios, que es Padre, Hijo y Espíritu Santo. Un solo Dios en tres Personas, en el nombre del cual hemos sido bautizados. Por la gracia del Bautismo estamos llamados a tener parte en la vida de la Santísima Trinidad aquí abajo, en la oscuridad de la fe, y, después de la muerte, en la vida eterna. Por el Sacramento del Bautismo hemos sido hechos partícipes de la vida divina, llegando a ser hijos del Padre Dios, hermanos en Cristo y templos del Espíritu Santo. En el Bautismo ha comenzado nuestra vida cristiana, recibiendo la vocación a la santidad. El Bautismo nos hace pertenecer a Aquel que es por excelencia el Santo, el «tres veces santo» (cf. Is 6,3).
El don de la santidad recibido en el Bautismo pide la fidelidad a una tarea de conversión evangélica que ha de dirigir siempre toda la vida de los hijos de Dios: «Ésta es la voluntad de Dios: vuestra santificación» (1Tes 4,3). Es un compromiso que afecta a todos los bautizados. «Todos los fieles, de cualquier estado o régimen de vida, son llamados a la plenitud de la vida cristiana y a la perfección de la caridad» (Concilio Vaticano II, Lumen gentium, n. 40).
Si nuestro Bautismo fue una verdadera entrada en la santidad de Dios, no podemos contentarnos con un vida cristiana mediocre, rutinaria y superficial. Estamos llamados a la perfección en el amor, ya que el Bautismo nos ha introducido en la vida y en la intimidad del amor de Dios.
Con profundo agradecimiento por el designio benévolo de nuestro Dios, que nos ha llamado a participar en su vida de amor, adorémosle y alabémosle hoy y siempre. «Bendito sea Dios Padre, y su único Hijo, y el Espíritu Santo, porque ha tenido misericordia de nosotros» (Antífona de entrada de la misa).
Mons. Francesc Xavier Ciuraneta i Aymí, obispo de Lleida


Santoral Católico

Isaac y compañeros, Mártires

Antonio María Gianelli, Santo

Ana de San Bartolomé, Beata


Pensamiento


"El Corazón de Cristo es la sede universal de la comunión con Dios Padre, es la sede del Espíritu Santo. Para conocer a Dios, es preciso conocer a Jesús y vivir en sintonía con Su Corazón, amando, como Él, a Dios y al prójimo"
Juan Pablo II


Tema del día :
La Santísima Trinidad


La Iglesia dedica el día de la Santísima Trinidad, el siguiente domingo después de Pentecostés. Un solo Dios en tres Personas: El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

El misterio de la Santísima Trinidad -un sólo Dios en tres Personas distintas-, es el misterio central de la fe y de la vida cristiana, pues es el misterio de Dios en Sí mismo. Un misterio es todo aquello que no podemos entender con la razón. Es algo que sólo podemos comprender cuando Dios nos lo revela.

Aunque es un dogma difícil de entender, fue el primero que entendieron los Apóstoles. Después de la Resurrección, comprendieron que Jesús era el Salvador enviado por el Padre. Y, cuando experimentaron la acción del Espíritu Santo dentro de sus corazones en Pentecostés, comprendieron que el único Dios era Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Los católicos creemos que la Trinidad es Una. No creemos en tres dioses, sino en un sólo Dios en tres Personas distintas. No es que Dios esté dividido en tres, pues cada una de las tres Personas es enteramente Dios.

Padre, Hijo y Espíritu Santo tienen la misma naturaleza, la misma divinidad, la misma eternidad, el mismo poder, la misma perfección; son un sólo Dios. Además, sabemos que cada una de las Personas de la Santísima Trinidad está totalmente contenida en las otras dos, pues hay una comunión perfecta entre ellas.

Con todo, las personas de la Santísima Trinidad son distintas entre sí, dada la diversidad de su misión: Dios Hijo-por quien son todas las cosas- es enviado por Dios Padre, es nuestro Salvador. Dios Espíritu Santo -en quien son todas las cosas- es el enviado por el Padre y por el Hijo, es nuestro Santificador.

Para explicar este gran misterio, existen ciertos símbolos que son entendibles a nuestra razón: La Santísima Trinidad es simbolizada como un triángulo. Cada uno de los vértices es parte del mismo triángulo y sin embargo cada uno es distinto

También, vemos a la Santísima Trinidad simbolizada como una vela encendida: La vela en sí misma simboliza al Padre, la cera que escurre es el Hijo, que procede del Padre y la llama encendida es el Espíritu Santo. Los tres son "vela", pero son distintos entre sí. Así mismo vemos a la Santísima Trinidad en forma de trébol. Cada una de las hojas es "trébol" pero son distintas entre sí.

¿Qué hacemos al persignarnos? "En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo" Es costumbre de los católicos repetir frecuentemente estas palabras, principalmente al principio y al fin de nuestras acciones. Cada vez que hacemos la Señal de la Cruz sobre nuestro cuerpo, recordamos el misterio de la Santísima Trinidad.

Algunas personas argumentan que no podemos entender el misterio de la Santísima Trinidad a través de la razón. Esto es cierto, necesitamos de la fe ya que se trata de un misterio. Es un misterio hermoso en el que Dios nos envía a su Hijo para salvarnos.

Fuente: Catholic.net


Biografías :
Robert Francis Kennedy


Político estadounidense, hermano del presidente John Fitzgerald Kennedy. Nació en Brooklyn el 20 de Noviembre de 1925

Ingresó en la Universidad de Harvard para estudiar Derecho, carrera que abandonó temporalmente durante la Segunda Guerra Mundial para servir en la Marina de los Estados Unidos. Una vez finalizada la contienda, Robert Kennedy prosiguió su carrera, graduándose en la Universidad de Virginia en 1951. Nada más licenciarse, Robert Kennedy comenzó a trabajar como fiscal del Departamento de Justicia del estado de Massachusetts, puesto que abandonó al año siguiente para dirigir y asesorar a su hermano John Fitzgerald Kennedy en la campaña de éste al senado por Massachusetts.

Tras la campaña exitosa de su hermano, Robert Kennedy colaboró por un tiempo con el tristemente famoso senador Joseph Mac Carthy, al que abandonó en 1954 para colaborar con el senador Mac Clellan, período en el que se destacó como asesor de un comité senatorial encargado de investigar las ilícitas actividades de los sindicatos, la Comisión Moover, entre los años 1957 a 1959. Cuando su hermano John Fitzgerald Kennedy decidió presentar su candidatura presidencial al Partido Demócrata, Robert Kennedy no dudó en abandonar su brillante carrera dentro del Departamento de Justicia estadounidense para ponerse incondicionalmente a sus órdenes, realizando nuevamente las labores de director de campaña y principal asesor del candidato.

En el año 1960, una vez que John Fitzgerald Kennedy fue elegido trigésimo quinto presidente de los Estados Unidos de América, Robert Kennedy fue nombrado por su hermano fiscal general del Estado (cargo equivalente a secretario o ministro de Justicia). Desde su nuevo cargo, Robert Kennedy inició una campaña, auspiciada en todo momento por su propio hermano, contra las actividades ilícitas de la mafia, marcada por la más estricta aplicación de las leyes. A la par, también se preocupó por desarrollar y llevar a la práctica los derechos civiles de las minorías, especialmente de color e hispana.

Uno de sus más resonantes éxitos lo obtuvo Robert Kennedy precisamente en la lucha a brazo partido que entabló con el poderoso dirigente sindical Jimmy Hoffa, al que logró acusar de practicar métodos propios de los gansters, con pruebas de todo tipo de sus actividades ilegales y extorsionistas, logrando para el líder sindical la pena de ocho años de cárcel.

Aunque las relaciones de Robert Kennedy con el entonces vicepresidente Lyndon B. Johnson y con el director del FBI John Edgar Hoover estuvieron marcadas por mutuos recelos y por una enemistad recíproca y nada disimulada, tras el asesinato de su hermano John Fitzgerald Kennedy, el 20 de noviembre de 1963, Lyndon B. Johnson siguió manteniendo en su puesto de fiscal general a Robert Kennedy. No obstante, debido a la cada vez mayor tirantez entre ambos políticos, Robert Kennedy acabó presentando su dimisión tras acabar un encargo del presidente Johnson en el Sudeste asiático, en septiembre de 1964.

El mismo año de su dimisión, Robert Kennedy comenzó su campaña a la designación de senador por el estado de Nueva York, cargo que obtuvo a principios del año siguiente. En este foro cultivó fama de liberal, preocupándose con verdadero empeño por los problemas de las clases más desprotegidas y los problemas surgidos en los guetos urbanos. Robert Kennedy apoyó durante sus primeros años como senador la política exterior desplegada por Lyndon B. Johnson, pero paulatinamente fue apartándose de dicha línea política para acabar criticando abiertamente la progresiva escalada militar y la participación directa de los Estados Unidos en la Guerra de Vietnam. Esta circunstancia le permitió aglutinar el voto de un amplio sector de los votantes estadounidenses representado por la juventud radicalmente opuesta a la intervención de su país en una guerra tan lejana.

En la primavera de 1968, Robert Kennedy decidió presentar su candidatura a la presidencia dentro del Partido Demócrata, inducido por los éxitos iniciales de otro candidato demócrata, el senador Eugene Mac Carthy, y sobre todo tras la Ofensiva Tet, asalto lanzado por las guerrillas del Vietcong y efectivos del Ejército de Vietnam del Norte contra más de noventa ciudades y puestos militares estadounidenses. Aunque técnicamente la ofensiva resultó ser una derrota de las fuerzas nordvietnamitas, la magnitud de la empresa, en la que se desplegaron más de quinientos mil soldados estadounidenses, conmocionó a la opinión pública de los Estados Unidos y convenció a la administración Johnson de la necesidad de retirar escalonadamente sus tropas de Vietnam.

La campaña electoral de Robert Kennedy fue brillante, esgrimiendo un programa político capaz de arrastrar tras de sí a una amplia mayoría de votantes, con promesas como la resolución inmediata del conflicto vietnamita y la desaparición de las diferencias raciales. Su programa de cambio político se resumen en una frase lanzada una semana antes de ser asesinado: "El país avanza por un camino peligroso y hay que cambiar de ruta y de mando". Tras una tumultuosa campaña, en junio de 1968 Robert Kennedy había obtenido importantes victorias en las elecciones primarias de Indiana y Nebraska que culminaron con la sonora victoria de su candidatura en el importante estado de California.

Robert Kennedy fue abatido por los disparos de un jordano nacido en Jerusalén, Sirhan Bishara Sirhan, el 5 de junio de 1968, pocos minutos después de conocer el éxito obtenido que le abría la puerta para luchar contra el candidato republicano, Richard Nixon, por la presidencia de los Estados Unidos. La posterior investigación que la Cámara de Representantes encargó para dilucidar el trágico asesinato arrojó prácticamente el mismo resultado que el tristemente famoso Informe Warren que se abrió para investigar el asesinato del presidente y hermano de Robert, John Fitzgerald Kennedy: la posibilidad de que detrás del asesinato hubiera una conspiración perfectamente tramada para acabar con un político demasiado molesto para los intereses de los Estados Unidos y que además tenía serias posibilidades de acceder a la más alta magistratura del país.

La muerte de Robert Kennedy, producida dos meses más tarde del asesinato del líder de los Derechos Civiles, Martin Luther King, fue considerada por un amplio sector de los analistas políticos del país como el golpe final del proyecto del idealismo liberal que inauguró a principios de la década su hermano John Fitzgerald Kennedy. Como escritor, Robert Kennedy desplegó su ideario político y social en tres obras fundamentales: "The enemy Within" (1960), "Just Friends and Brave Enemies" (1962) y "Porsuit of Justice" (1964).


Meditación breve


Oh Trinidad Santa, Te damos gracias por haber concedido a la Iglesia al Papa Juan Pablo II y porque en él has reflejado la ternura de Tu paternidad, la gloria de la Cruz de Cristo y el esplendor del Espíritu de Amor. Él, confiando totalmente en tu infinita misericordia y en la maternal intercesión de María, nos ha mostrado una imagen viva de Jesús Buen Pastor, indicándonos la santidad, alto grado de la vida cristiana ordinaria, como camino para alcanzar la comunión eterna Contigo. Concédenos, por su intercesión, y si es Tu voluntad, el favor que imploramos, con la esperanza de que sea pronto incluido en el número de tus santos.
Padrenuestro. Avemaría. Gloria.


Junio mes del Sagrado Corazón de Jesús


7.-El pecado mortal

Jesús llora ante la muerte de su amigo Lázaro. ¿Sabes tú por qué Jesús ante el cadáver de su amigo llora, vibra, reza?
Por que era cadáver. He aquí tu imagen cuando te duermes en el pecado. No bastan las invitaciones del ángel custodio, las oraciones de la madre, los consejos de los amigos las correcciones del confesor. Queremos un milagro de Jesús. Es Jesús mismo quien debe llorar, gritar, rezar por ti, alzar su voz. ¿Y tú tan fácilmente te abandonas al pecado?
Con un pecado mortal pierdes todo, todo está perdido. Tú eres sensible a todos los afectos más tiernos y delicados. ¿No sientes nada al ofender a Dios, al ponerlo de nuevo en la cruz? Sobre tu frente está esculpida la imagen de Dios y tú la manchas para echarla en el fango.

Web Católico de Javier


Felipe de Urca
-Jardinero de Dios-


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