domingo, 15 de junio de 2008

Pequeñas Semillitas 0424

PEQUEÑAS SEMILLITAS


Número 0424 ~ Domingo 15 de Junio de 2008
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)





Hola !!!
En esta parte del mundo, hoy se celebra el Día del Padre, y a todos ellos va dedicado este número de "Pequeñas Semillitas".
A los que están aún entre nosotros les daremos el abrazo lleno de amor que se merecen... Y a los que ya están en el cielo junto a Dios, nuestro recuerdo más cargado de emoción.
¡Feliz día Papá!



Evangelio de hoy



En aquel tiempo, al ver Jesús a la muchedumbre, sintió compasión de ella, porque estaban vejados y abatidos como ovejas que no tienen pastor. Entonces dice a sus discípulos: «La mies es mucha y los obreros pocos. Rogad, pues, al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies».
Y llamando a sus doce discípulos, les dio poder sobre los espíritus inmundos para expulsarlos, y para curar toda enfermedad y toda dolencia. Los nombres de los doce Apóstoles son éstos: primero Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés; Santiago el de Zebedeo y su hermano Juan; Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo el publicano; Santiago el de Alfeo y Tadeo; Simón el Cananeo y Judas el Iscariote, el mismo que le entregó.
A estos doce envió Jesús, después de darles estas instrucciones: «No toméis camino de gentiles ni entréis en ciudad de samaritanos; dirigíos más bien a las ovejas perdidas de la casa de Israel. Id proclamando que ‘el Reino de los Cielos está cerca’. Curad enfermos, resucitad muertos, purificad leprosos, expulsad demonios. Gratis lo recibisteis; dadlo gratis».
(Mateo 9,36—10,8)

Comentario
Hoy, el Evangelio nos dice que el Señor —viendo al pueblo— se sentía turbado, porque aquel pueblo iba desorientado y cansado, como ovejas sin pastor (cf. Mt 9,36). El pueblo de Israel sabía muy bien, mejor que nosotros —hombres de ciudad— qué era un pastor, y el alboroto que se formaba cuando las ovejas se encontraban solas sin pastor.
Si Jesús viniera hoy, yo creo que repetiría las mismas palabras: pues hay muchas personas desorientadas, bucando cuál es el sentido de la vida. —Señor, ¿qué solución das a este gran problema? Pues Jesús pide oración, escoge a doce apóstoles y los envía a predicar el reino de Dios.
¡Escogió a doce Apóstoles! Envía a estos doce hombres a predicar: «‘El Reino de los Cielos está cerca’. Curad enfermos, resucitad muertos, purificad leprosos, expulsad demonios. Gratis lo recibisteis; dadlo gratis» (Mt 10,7-8). Lo que los Apóstoles hicieron, y nosotros hemos de hacer, es predicar a la persona adorable de Jesucristo y su mensaje de paz y de amor, y eso de una manera desinteresada.
Todos estamos convocados a ello: los sucesores de los Apóstoles —los obispos y los otros pastores— pero también, en unión con ellos, todos los fieles. Todos tenemos esta misión en el mundo: sanar a la humanidad de sus heridas, orientarla en sus búsquedas… No solamente los obispos y los sacerdotes, sino también los laicos: por ejemplo, en la familia —en su carácter de hogar y escuela de fe; en la universidad y en los colegios; en los medios de comunicación; en el mundo sanitario…, y cada cristiano en su ambiente de amistad y de trabajo.
Escuchemos a san Francisco de Sales, que escribe: «En la misma creación de las cosas, Dios, el Creador, mandó a las plantas que cada una diera el fruto según la especie. Igualmente, los cristianos —que son plantas vivas de la Iglesia— les mandó a cada uno de ellos que diera fruto de devoción según la calidad, el estado y la vocación que tuviera».
Rev. D. Joan Serra i Fontanet (Barcelona, España)



Santoral y Efemérides


En el Santoral Católico hoy se conmemora a Santa María Micaela del Santísimo Sacramento.

Otros santos del día:Santos Vito, Modesto y Crescencia, Mártires.

Algunos de los hechos más importantes ocurridos en un día como hoy en la Historia fueron:

- Día del Bioquímico.

1502 - Se lleva a cabo el descubrimiento de la isla Dominica por Colón durante su cuarto y último viaje a América.
1520 - La Bula Exsurge Domine condena a Martín Lutero.
1742 - Entra en erupción el volcán Cotopaxi (Ecuador), devastando la actual provincia de León, una de las más ricas del país.
1838 - En Argentina muere el Brig. Gral. Estanislao López, caudillo federal y gobernador de Santa Fe.
1844 - Goodyear patenta la vulcanización del caucho, y el mismo día nace Eduardo Wilde, médico y escritor boliviano, escritor de la Generación del '80.
1904 - Mueren 1.021 personas al incendiarse en la bahía de Nueva York el barco de pasajeros "General Slocum".
1920 - Nace Alberto Sordi, actor italiano de cine.
1924 - La Ford fabrica el auto Nº 10.000.000.
1924 - Se publica "20 poemas de amor y una canción desesperada", de Pablo Neruda.
1932 - Estalla la guerra del Chaco, conflicto fronterizo entre Bolivia y Paraguay, al ocupar el mayor boliviano Oscar Moscoso el fortín paraguayo Carlos Antonio López.
1943 - Nace Johnny Halliday, cantante y actor francés.
1960 - José María Velasco Ibarra es elegido presidente de Ecuador por cuarta vez.
1979 - EEUU y la URSS firman en Viena el acuerdo Salt II, que limita la fabricación de armas estratégicas.
1990 - Violeta Chamorro, presidenta de Nicaragua, anuncia la "reestructuración" de la institución castrense, que incluye la reducción de más del 50 por ciento del Ejército Popular Sandinista, integrado por 90.000 efectivos.
1994 - Israel y El Vaticano establecen relaciones diplomáticas.
2003 - Israel inicia los preparativos para entregar zonas de la Franja de Gaza a los palestinos.




Pensamiento



"Los padres tienen derechos y responsabilidades específicos en la educación y la formación de sus hijos en los valores morales, especialmente en la difícil edad de la adolescencia. Los padres de familia tienen la responsabilidad de la educación humana y cristiana de los hijos, confiando también en la ayuda experta de educadores y catequistas serios y bien formados"
Juan Pablo II



Junio: Mes del Sagrado Corazón de Jesús



Corazón amantísimo de Jesús, digno de todo amor y de toda mi adoración; movido por el deseo de reparar y de lavar las ofensas graves y numerosas hechas contra Ti, y para evitar que yo mismo me manche de la culpa ingrato, te ofrezco y te consagro enteramente mi corazón, mis afectos, mi trabajo y todo mi ser.
Por cuanto son pobres mis méritos, ¡oh Jesús!, te ofrezco mis oraciones, mis actos de penitencia, de humildad, de obediencia y de las demás virtudes que practicaré hoy y durante mi vida entera hasta el último suspiro.
Propongo hacer todo por tu gloria, por tu amor y para consolar a tu Corazón.
Te suplico aceptes mi humilde ofrecimiento por las manos purísimas de tu Madre y Madre mía María.
Dispón de mí y de mis cosas, Señor, según el beneplácito de tu Corazón.
Amén.

P. León Dehón


15. -El valor de la oración

Jesús invita, recomienda, impone la oración, une a ella toda gracia, toda bendición hasta la salvación eterna. El mismo reza por todas partes y siempre: en el templo, en el Huerto de los Olivos, en el monte, sobre las aguas, en las plazas y en las sinagogas.
San Pedro corre el peligro de hundirse en las aguas y reza; la oración lo fortifica. Marta y María piden llorando ante Jesús en la hora del dolor y la oración las consuela.
Rezan los Apóstoles en el cenáculo y la oración hace descender al Espíritu Santo con sus dones celestiales. Y tú, ¿cuándo rezas? ¿Sólo cuando estás enfermo o cuando quieres que algo te salga bien?
Reza siempre porque siempre tienes necesidad de permanecer junto a tu Dios.

http://webcatolicodejavier.org



Mi padre no fue un gran hombre



Mi padre se llamaba Moisés. Era hijo de Miguel y de Lea. Fue hermano de Marcos y de Rubén. Fue el marido de Miriam. Fue el padre de Horacio y de mí. Era el abuelo de Iván y de Javier. Cuando murió, hace dos días, tenía 85 años.

Mi padre no fue un gran hombre. Pero hacía el más sabroso café con leche que jamás probé. Nos los preparaba cada mañana a Horacio y a mí, cuando íbamos al colegio, y nos lo servía con unos enormes panes con manteca y dulce.

Mi padre no fue un gran hombre. Pero pelaba las naranjas como nadie. Las dejaba sin un rastro de ollejo, brillosas, lisas, tentadoras. Yo no quería comer naranjas si no las pelaba él.

Mi padre no fue un gran hombre. Pero llenó de libros nuestra casa de la infancia y los dejó absolutamente a nuestro alcance. Nunca dijo "ese libro no es para vos". Y así aprendimos a amar la lectura desde chicos. Todavía hoy leo como entonces, como él. Con voracidad, con desorden, con placer. Mi casa está llena de libros, las bibliotecas son los muebles principales.

Mi padre no fue un gran hombre. Pero a los 84 años aprendió a hacer señaladores de cuero, con sus dedos agarrotados, y me regaló uno, simple, bello y austero, con el que hoy guío mis lecturas.

Mi padre no fue un gran hombre. Pero cuando yo tenía 10 años y Horacio 7 y vivíamos en La Banda, Santiago del Estero, compró entradas y un 9 de julio nos llevó a la cancha del Club Mitre a ver a River, que venía de gira. Seguimos el partido subidos a un sulky, porque no había lugar para nadie. Fue la primera vez que vi a River, y lo vi con Carrizo, con Lostau, con Labruna, con Pérez, con Pipo Rossi. Mi padre era hincha de Independiente, nosotros nos hicimos de River.

Mi padre no fue un gran hombre. Pero nos llevaba cada domingo a la cancha a ver a Central Argentino, de La Banda, a pesar de que él era hincha del eterno rival, Sarmiento. Y hasta se alegraba con nosotros si ganaba Central.

Mi padre no fue un gran hombre. Pero una tarde de mi adolescencia, en la trastienda de la farmacia que él y mi madre tenían en La Banda, me explicó cómo se hacían los chicos. Tartamudeaba y estaba rojo y sudoroso. Yo ya sabía, pero me fascinó su explicación.

Mi padre no fue un gran hombre. Pero cuando hice mi viaje de egresado, en tren desde Santiago a Mendoza con mis compañeros del Colegio Nacional Absalón Rojas, me llamó aparte en el andén y me dio tres preservativos. "Tomá, por si los necesitás", me dijo. Y otra vez estaba rojo y sudoroso.

Mi padre no fue un gran hombre. Pero un día, cuando cumplí doce años, se apareció en casa con el curso de dibujo de Los Doce Famosos Artistas como regalo. Y yo, que amaba las historietas, tuve como profesores a Hugo Pratt, a Alberto Breccia y a otros así.

Mi padre no fue un gran hombre. Pero cuando me acariciaba, y me acariciaba mucho, tenía las manos tibias; y cuando me besaba, y me besaba mucho, tenía los labios suaves y húmedos.

Mi padre no fue un gran hombre. Pero un día, cuando un chico más grande que yo, uno de los pesados de la cuadra, me estaba dando una paliza en plena calle, él apareció de la nada y sacó a patadas en el trasero a mi enemigo.

Mi padre no fue un gran hombre. No me enseñó a manejar, pero resultó lo bastante confiado como para dejar las llaves del auto a mi alcance, de manera que una siesta las agarré, subí al Fiat 1500 verde y debuté por mi cuenta paseando durante dos horas, maravillado de que semejante artefacto respondiera a mis movimientos. Cuando se lo conté, mi padre sonrió casi complacido, casi aliviado.

Mi padre no fue un gran hombre. Pero venía a verme cuando yo jugaba al básquet en los infantiles y en los cadetes del Club Olímpico y, al principio, me llevaba a los entrenamientos, y a mi hermano también. Y aunque él era un patadura, yo, creo, jugaba para él, para que él me admirara.

Mi padre no fue un gran hombre. Pero, aunque jamás aprendió a andar en bicicleta, me sostuvo en la mía y no me soltó hasta que pude mantener el equilibrio por mi mismo. Y yo sabía que no me iba a dejar caer.

Mi padre no fue un gran hombre. Pero lagrimeaba de orgullo cuando nos presentaba a Horacio y a mi y decía "Estos son mis hijos". Lo decía con el mismo énfasis cuando éramos chicos y cuando nos hicimos hombres.

Mi padre no fue un gran hombre. Pero nadie sabia contar "El patito feo" como él. Y nadie tuvo su paciencia para narrármelo una y otra vez, siempre con el mismo entusiasmo, cada siesta y cada noche de mi niñez temprana, respetando mi necesidad de volver a oír mi cuento favorito.

Mi padre no fue un gran hombre. Pero todavía a sus ochenta y pico era capaz de poner inyecciones como nadie, sin que sintieras ni el pinchazo ni el dolor. Muchas veces preferí inyecciones a otro remedio, porque sabía que estaba él para ponerlas.

Mi padre no fue un gran hombre. Pero descubría siempre los mejores chocolates.

Mi padre no fue un gran hombre. Pero hasta el último domingo de su vida leyó el diario de pe a pa y era un interlocutor informado y apasionado de los sucesos del mundo y de la vida.

Mi padre no fue un gran hombre. Pero amaba el cine y las películas y nos enseñaba a amarlas junto a él; nos llevaba a las matinés del cine Renzi y a los estrenos del Petit Palais, del Grand Splendid, del Select o del 25 de Mayo. Disfrutaba como un chico de las de cowboys y hacia el sacrificio de llevarnos cinco días seguidos a ver "La Cenicienta" o "Sansón y Dalila" con Víctor Mature y Hedy Lamar. Ahora, en sus últimos tiempos, seguía contando escena por escena, como un personaje de Manuel Puig, cada película que veía en el cable, y lloraba de emoción o de bronca, según fuera una escena de amor o de injusticia.

Mi padre no fue un gran hombre. Pero era el mejor público para contarle un chiste. No había que hacer grandes esfuerzos narrativos, el se descomponía de risa por el solo hecho de saber que era un chiste.

Mi padre no fue un gran hombre. Pero cada vez que mi madre se lo pedía era el mejor ayudante de cocina. Nunca vi a nadie batir claras a nieve, como él. A mano.

Mi padre no fue un gran hombre. Pero tenía la letra más bella y firme que yo conozca. Me fascinaba ver cuando escribía cartas, cuando firmaba boletines o cuando hacia los discursos que después leía en las reuniones de la colectividad judía-santiagueña; yo observaba hipnotizado como iba surgiendo sobre el papel el dibujo de su caligrafía y como él mismo disfrutaba mientras su mano cobraba velocidad, calor e inspiración.

Mi padre no fue un gran hombre. Pero me enseñó, con sus actos, que un hombre sí puede llorar. El lloraba de emoción o de dolor.

Mi padre no fue un gran hombre. Pero supo despedirse antes de partir. El domingo a las cinco de la mañana me desperté y no pude volver a dormir por un largo rato. Era una hora silenciosa y quieta. De marea en baja. Entonces supe que, en la sala de terapia intensiva del hospital, él estaba muriendo. Que me despertaba suavemente, como cuando en las mañanas frías del colegio se acercaba a mi cama, me tocaba suavemente el hombro y me decía, en un susurro, "Pichu...arriba". Y que esta vez lo hacía para despedirse. En mi cama, en la oscuridad, no luché contra el insomnio, simplemente me despedí de él, le deseé buen viaje, le agradecí lo que tenía que agradecerle y le hice saber que, por mi parte, no había cuentas pendientes entre nosotros. Ninguna.
Me dormí nuevamente a las siete y el teléfono sonó a las ocho para pedirnos que fuéramos con urgencia al hospital. Entonces le dije a Marilen: "Mi Viejo murió hoy a las cinco y media, es eso lo que nos van a informar". Un par de horas después, nos entregaron un certificado de defunción que decía: "hora del fallecimiento: 5:30".

Mi padre no fue un gran hombre. Pero enfrentó a la muerte entero y vivo. Peleó con sabiduría, conocedor de que la batalla sería posible mientras hubiera equivalencia. Cuando sintió que ya estaba, que había hecho lo suyo, que las reglas de juego habían dejado de ser parejas, dijo basta. No lo dijo como un derrotado. Había comido una porción de las grandes (como a él le gustaban) de la vida; su último año y medio había sido de placer, de reivindicación y de buena vida. Entonces decidió que estaba a punto y murió. En su muerte, fue un modelo. Y no es poca cosa.

Mi padre no fue un gran hombre. Pero murió como un señor. Sin degradarse sin deterioro, sin corromperse, como una persona íntegra y consciente. No huyó, no tuvo miedo, llegó vivo a su muerte. Y cuando lo vimos, antes de ocupar su cajón, su rostro era plácido, pacífico, como quien sueña sueños íntimos y felices o como quien observa deslumbrado algo que lo hará feliz pero de lo que no quiere hablar. Era, en ese momento y en ese lugar, en la morgue del hospital, nada menos, un viejo hermoso y sereno.
Así nos despidió. Soltándose, soltándonos.

Mi padre no fue un gran hombre. Pero fue honesto.

Mi padre no fue un gran hombre. Pero fue amoroso.

Mi padre no fue un gran hombre. Y no importa. Los grandes hombres ocupan a veces, demasiado lugar. Asfixian. Y son acreedores de deudas que nos hacen la vida más pesada. Visto así, por suerte, mi padre no fue un gran hombre. En muchas cosas fue sólo un pequeño hombre. Pero más allá de todo fue algo más difícil y más importante. Mi padre fue un buen hombre.
Agradezco eso. Gracias, papá, por tu vida...

Sergio Sinay



Biografías : Jorge Luis Borges



Nace en Buenos Aires (Argentina) el 23 de Agosto de 1899 en la casa familiar de la calle Tucumán.

En 1901, tras el nacimiento de su hermana Norah, la familia decide mudarse a una casa más amplia en el barrio de Palermo, donde Borges conocerá a muchos de los personajes que aparecen en sus cuentos.

Recibe una educación bilingüe llegando, incluso, a aprender a leer antes en inglés que en castellano por influencia de su abuela materna de origen inglés y por la amplia biblioteca de ésta repleta de libros en dicho idioma. A los siete años escribe en inglés un resumen de la mitología griega; a los a los ocho, "La visera fatal", inspirado en un episodio del Quijote; a los nueve traduce al castellano "El príncipe feliz" de Oscar Wilde.

En 1914, debido a una ceguera casi total, el padre se jubila y decide realizar un viaje a Europa con su familia. Después de recorrer Londres y París, se establecen en Ginebra (Suiza) al no poder regresar a Argentina por el estallido de la guerra. En esta ciudad Borges cursa tres años de Bachillerato en el Lyceé Jean Calvin, en el que estudia francés y alemán, idiomas que le permiten conocer a los poetas expresionistas y los filósofos Shopenhauer y Nietzsche.

En esa época escribirá algunos poemas en francés y llegará a publicar una pequeña reseña de tres libros españoles en un periódico ginebrino.

Poco después de la muerte de su abuela materna, se traslada a Lugano (Italia) y más tarde a España, donde frecuenta las tertulias de Cansinos-Asséns y forma parte del movimiento ultraísta que encabezaría posteriormente en Argentina. Además publica poemas y manifiestos en la prensa literaria española.

En 1921 los Borges regresan a Argentina y el joven poeta redescubre Buenos Aires y sobretodo los suburbios porteños que aparecen en sus primeros libros de poesía ("Fervor de Buenos Aires", 1923; "Luna de enfrente", 1925; y "Cuaderno San Martín”, 1929). Además comienza a publicar numerosas colaboraciones en revistas literarias y periódicos. Funda, junto a otros escritores, la revista "Prisma" y la segunda época de "Proa".

En 1925 publicará su primer libro de ensayos; "Inquisiciones". En 1931, Victoria Ocampo funda la revista "Sur" en la que Borges colaborará publicando críticas cinematográficas, ensayos y más adelante poemas y cuentos. Por esta época conoce a Adolfo Bioy Casares con el que escribirá en colaboración varios libros.

Cansado del ultraísmo que él mismo había traído de España, intenta fundar un nuevo tipo de regionalismo argentino enraizado con la metafísica de la realidad, que también abandonará para dedicarse a la narrativa fantástica y mágica. Entre 1930 y 1950 escribirá algunos de los mejores cuentos de ficción de este siglo y, posiblemente, de la historia de la literatura.

En 1946, tras la llegada al poder de Perón, se verá obligado a renunciar a su empleo en la biblioteca Miguel Cané, conseguido en 1937 por recomendación. Para obtener ingresos, Borges dará conferencias en Argentina y Uruguay.

Preside la SADE de 1950 a 1953, y en 1955, con el derrocamiento de Perón, es nombrado director de la Biblioteca Nacional y miembro de la Academia Argentina de Letras.

En 1956 recibe el Premio Nacional de Literatura. Por estas fechas los médicos le prohíben la lectura hecho que le obliga a depender de otros también para escribir. En 1961 recibe el Premio Formentor compartido con Samuel Beckett que otorga el Congreso Internacional de Editores. Este importante premio le promueve internacionalmente.

En 1963 viaja con su madre por tercera vez a Europa, dando conferencias en Inglaterra, Escocia, Suiza y España.

En 1967 se casa con Elsa Astete Millán, quien le acompañará por Estados Unidos, donde imparte un curso en la Universidad de Harvard y da conferencias en distintos ámbitos académicos. Se separará de ella tres años después.

En 1975 fallece su madre a los noventa y nueve años de edad. A partir de ese momento realiza numerosos viajes generalmente acompañado por María Kodama con la que finalmente contraerá matrimonio poco antes de morir el 14 de junio de 1986. Sus restos se encuentran en el cementerio de Pleinpalais.

Recibió el Premio Cervantes en 1978. Aunque fue un fijo en las quinielas para el Premio Nóbel de Literatura, jamás alcanzó este galardón, siendo este hecho motivo de importantes controversias. Como él mismo dijo, estuvo a punto de pasar a la historia como el escritor al que nunca dieron el Nóbel.



Meditación breve



Para vivir... es necesario coraje
Tanto la semilla intacta como la que rompe su cáscara tienen las mismas propiedades. Sin embargo, sólo la que rompe su cáscara es capaz de lanzarse a la aventura de la vida.
Esta aventura requiere una única osadía: descubrir que no se puede vivir a través de la experiencia de los otros, y estar dispuesto a entregarse.
No se puede tener los ojos de uno, los oídos de otro, para saber de antemano lo que va a ocurrir; cada existencia es diferente de la otra.
No importa lo que me espera, yo deseo estar con el corazón abierto para recibir.
Que yo no tenga miedo de poner mi brazo en el hombro de alguien, hasta que me lo corten.
Que yo no tema hacer algo que nadie hizo antes hasta que me hieran.
Déjenme ser tonto hoy, porque la tontería es todo lo que tengo para dar esta mañana; me pueden reprender por eso, pero no tiene importancia.
Mañana, quien sabe, yo seré menos tonto.
Kahlil Gibran




Pedido de oración


Pedimos oración por Fernando Sánchez del Río, que vive en España, quien luego de haber sido operado continúa con serios problemas de salud.



Señor Jesús, te pido clemencia por los hermanos enfermos, por los que sufren dolores, por todos los que privados de la salud, piden tu misericordia.
¡Pasa tu mano sanadora por las heridas del mundo Señor! y mitiga la angustia de los que cuidan a esos enfermos.
Danos paciencia y mucho amor para con nuestros seres queridos que están sufriendo alguna enfermedad.
Tú que todo lo puedes, mitiga el sufrimiento de esa gente que clama por Ti y dales la gracia de tu Bendición.
Te rogamos en nombre de tu hijo amado Jesucristo…
Amén.




Los cinco minutos de María - por Alfonso Milagro



"¿Cómo te llamaré?, decía María a Jesús. ¿Hombre? Pero tu concepción es divina. ¿Dios? Pero tú estás revestido de nuestra carne.
¿Qué haré por tí? ¿Voy a alimentarte con mi leche o a glorificarte? ¿Te voy a rodear de cuidados como una madre o adorarte como una servidora? ¿Besarte como a mi Hijo o rogarte como a mi Dios? ¿Debo darte leche o incienso?
¡Qué misterio inenarrable!" (San Basilio)

Santa María, refugio de los pecadores, toca nuestro corazón para que nos arrepintamos de haber ofendido a nuestro Padre Dios.


Felipe de Urca
-Jardinero de Dios-

pequesemillitas@gmail.com

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