PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año
12 - Número 3358 ~ Miércoles 14 de Junio de 2017
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Si
al levantarnos cada mañana nos preguntáramos ¿a quién puedo ayudar?, todo
cambiaría.
Una
sonrisa, una llamada telefónica, una visita... Basta muy poco para alumbrar la
vida de quienes tenemos a nuestro lado.
Y
dado que hay que trabajar, ¿por qué no hacerlo cuidadosa y amorosamente,
consagrados al disfrute de lo que tenemos entre manos? Todo responde en la medida en que ponemos en
ello vida y corazón.
Podemos
salvar este día, no condenarlo. Podemos
salvar a esta persona, no hundirla más en su miseria negándole un poco de
nuestra atención. Podemos hacer que el
mundo brille.
Para
eso hemos nacido y estamos aquí.
¡Buenos días!
El ratón miedoso
Temor
a los ascensores, horror a hablar en público, terror a los aviones, éstas son
algunas de las fobias que afectan al hombre moderno. Un sudor frío recorre la
espalda, siente dificultad en respirar, las manos comienzan a temblar y no hay
forma de controlarlas, etc. Estos son los efectos de la angustia del miedo.
Pero hay solución para esta debilidad sicológica.
En la India se cuenta una antigua fábula: había un
ratón que estaba siempre angustiado, porque tenía miedo al gato. Un hechicero
se compadeció de él y lo convirtió... en gato. Pero entonces empezó a sentir
miedo del perro. Entonces el mago lo convirtió en perro. Luego empezó a sentir
miedo de la pantera, y el mago lo convirtió en pantera. Con lo cual comenzó a
temer al cazador. Llegado a este punto, el mago se dio por vencido y volvió a
convertirlo en ratón, diciéndole: “Nada de lo que haga por ti va a servirte de
ayuda, porque siempre tendrás el corazón de un ratón”.
Además
de las terapias profesionales, yo te sugiero la sanación profunda de tus miedos
por la oración hecha con fe. Repite y siente estas palabras sagradas: “El Señor
es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? El Señor es la defensa de mi vida,
¿quién me hará temblar?” (Sal 27). “Sé valiente y firme, porque yo, el Señor,
tu Dios, estaré contigo dondequiera que vayas», (Jos. 1,1-8). El Señor te
protege y bendice.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En
aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «No penséis que he venido a abolir
la Ley y los Profetas. No he venido a abolir, sino a dar cumplimiento. Sí, os
lo aseguro: el cielo y la tierra pasarán antes que pase una i o una tilde de la
Ley sin que todo suceda. Por tanto, el que traspase uno de estos mandamientos
más pequeños y así lo enseñe a los hombres, será el más pequeño en el Reino de
los Cielos; en cambio, el que los observe y los enseñe, ése será grande en el
Reino de los Cielos». (Mt 5,17-19)
Comentario:
Hoy
escuchamos del Señor: «No penséis que he venido a abolir la Ley y los Profetas;
(...), sino a dar cumplimiento» (Mt 5,17). En el Evangelio de hoy, Jesús enseña
que el Antiguo Testamento es parte de la Revelación divina: Dios primeramente
se dio a conocer a los hombres mediante los profetas. El Pueblo escogido se
reunía los sábados en la sinagoga para escuchar la Palabra de Dios. Así como un
buen israelita conocía las Escrituras y las ponía en práctica, a los cristianos
nos conviene la meditación frecuente —diaria, si fuera posible— de las
Escrituras.
En
Jesús tenemos la plenitud de la Revelación. Él es el Verbo, la Palabra de Dios,
que se ha hecho hombre (cf. Jn 1,14), que viene a nosotros para darnos a
conocer quién es Dios y cómo nos ama. Dios espera del hombre una respuesta de
amor, manifestada en el cumplimiento de sus enseñanzas: «Si me amáis, guardaréis
mis mandamientos» (Jn 14,15).
Del
texto del Evangelio de hoy encontramos una buena explicación en la Primera
Carta de san Juan: «En esto consiste el amor a Dios: en que guardemos sus
mandamientos. Y sus mandamientos no son pesados» (1Jn 5,3). Guardar los
mandamientos de Dios garantiza que le amamos con obras y de verdad. El amor no
es sólo un sentimiento, sino que —a la vez— pide obras, obras de amor, vivir el
doble precepto de la caridad.
Jesús
nos enseña la malicia del escándalo: «El que traspase uno de estos mandamientos
más pequeños y así lo enseñe a los hombres, será el más pequeño en el Reino de
los Cielos» (Mt 5,19). Porque —como dice san Juan— «quien dice: ‘Yo le conozco’
y no guarda sus mandamientos es un mentiroso y la verdad no está en él» (1Jn
2,4).
A
la vez enseña la importancia del buen ejemplo: «El que los observe y los
enseñe, ése será grande en el Reino de los Cielos» (Mt 5,19). El buen ejemplo
es el primer elemento del apostolado cristiano.
Rev. D. Miquel MASATS i Roca (Girona, España)
Santoral Católico:
San Metodio de Constantinopla
Patriarca
Nació
en Sicilia y se hizo monje en la isla de Chio (mar Egeo). San Nicéforo,
patriarca de Constantinopla, lo llamó a sí y lo tuvo de colaborador personal
suyo. Era el tiempo de las polémicas en torno al culto de las imágenes. El
emperador iconoclasta León V el Armenio depuso a Nicéforo, y Metodio huyó a Roma
para informar al papa Pascual I; allí recibió la ordenación sacerdotal. Cuando
murió León, el Papa envió a Metodio a Constantinopla con una carta para el
nuevo emperador, pero de inmediato fue detenido y desterrado, y así permaneció
siete años. La emperatriz santa Teodora restableció el culto de los santos
iconos. Metodio fue nombrado patriarca de Constantinopla el año 842 y celebró
con toda solemnidad el triunfo de la recta fe. En su gobierno tuvo que afrontar
la difícil situación interna de la Iglesia. Había obispos y abades afectos a
las ideas iconoclastas; los destituyó, pero encontró enemigos a la hora de
proveer las sedes vacantes, que incluso lo calumniaron. Murió el 14 de junio
del año 847.
© Directorio Franciscano
Palabras del Papa Francisco
"Hoy,
desafortunadamente, mientras emerge cada vez más la riqueza descarada que se
acumula en las manos de unos pocos privilegiados, con frecuencia acompañada de
la ilegalidad y la explotación ofensiva de la dignidad humana, escandaliza la
propagación de la pobreza en grandes sectores de la sociedad. Ante este
escenario, no se puede permanecer inactivo, ni tampoco resignado. Conocemos la
gran dificultad que surge en el mundo contemporáneo para identificar de forma
clara la pobreza. La pobreza tiene el rostro de mujeres, hombres y niños
explotados por viles intereses, pisoteados por la lógica perversa del poder y
el dinero. Qué lista inacabable y cruel nos resulta cuando consideramos la
pobreza como fruto de la injusticia social, la miseria moral, la codicia de
unos pocos y la indiferencia generalizada. Estamos llamados, por lo tanto, a
tender la mano a los pobres, a encontrarlos, a mirarlos a los ojos, a
abrazarlos, para hacerles sentir el calor del amor que rompe el círculo de
soledad"
Tema del día:
¡Talitá Kum!
Recorrer
las páginas del Evangelio contemplando a Jesús, una y otra vez, habitualmente
me hace descubrir algún aspecto de su persona que no había notado en lecturas anteriores.
Los textos no cambian, son siempre los mismos, pero la riqueza de la Buena
Noticia es inmensa y siempre es posible adentrarnos con mayor profundidad en
ella.
En
el pasaje de San Mateo (9,18-26) observamos al Divino Maestro enseñando, cuando
irrumpe en la escena un hombre, angustiado, buscándolo porque ha visto a su
hija de doce años muerta y confía en que Jesús, imponiéndole su mano, puede
devolverle la vida. Luego, en los relatos paralelos de San Marcos (5,21-43) y San Lucas (8,40-56), nos enteraremos que
ese hombre se llama Jairo y es jefe de la sinagoga. Jesús, atento a su pedido,
se levanta y lo sigue.
Camino
a la casa de Jairo, una mujer que sufría hemorragias desde hacía mucho tiempo,
se acerca y toca los flecos del manto del Maestro, porque
cree con ese gesto solamente puede ser curada. También nos enteramos luego, por
los otros evangelistas, que esta mujer temblaba de miedo al ser descubierta por
Jesús, ya que su situación era de impureza, debido a esa enfermedad. Su fe hace
que el milagro se realice. Jesús la tranquiliza, le devuelve la serenidad,
diciéndole: “Tu fe te ha salvado. Vete en paz”. Y continúa su camino.
Al
llegar a la casa del jefe de la sinagoga, se encuentra con un gran alboroto,
gente que lloraba y gritaba por la muerte de la niña. Jesús afirma que la niña
duerme, que no está muerta, desaloja la habitación, dejando que entren con Él,
Pedro, Santiago y Juan, que lo han acompañado y los padres de la jovencita. Se
acerca a ella, la toma de la mano, diciéndole: ¡Talitá Kum!, expresión aramea
que San Marcos traduce como: ¡Niña, yo te lo ordeno, levántate! Ella, recupera
el aliento de inmediato, se levanta y comienza a caminar ante el asombro de
todos. Jesús prohíbe contar lo sucedido. ¿Cómo hacer para no proclamar a los cuatro
vientos el milagro del que el vecindario ha sido testigo? ¡Imposible callarlo!
La noticia se divulgó por toda la región. El relato de San Mateo concluye así,
pero San Marcos y San Lucas agregan que después de resucitar a la niña, el
Médico Divino les dice a los padres que le den de comer a su hija.
Y
es en este hecho, tantas veces escuchado y leído, en el que me detengo hoy, de
una manera especial porque hasta ahora me había pasado desapercibida la
preocupación de Jesús por esa muchachita de doce años que, seguramente, al
volver a la vida, tenía hambre. No es la primera vez que contemplamos al Señor
ocupándose de quienes tienen hambre. Él jamás se queda indiferente ante las
necesidades humanas, ante cualquier tipo de sufrimiento. Se compadece de los enfermos,
de los pecadores, de los que se encuentran embargados por el dolor de la
pérdida de un ser amado, de los despreciados por la sociedad, de quienes no
tienen quien les enseñe y andan perdidos, sin guía, como ovejas sin pastor…
Nos
encontramos transitando el mes de junio, mes dedicado al Sagrado Corazón de
Jesús, un corazón desbordante de amor, sensible, humano, comprometido, que nos
muestra una y otra vez, la dulzura de una Madre, la misericordia de un Padre,
“que amó tanto al mundo que entregó a su
Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tenga
Vida Eterna" (Juan 3, 14). Y que en cada amanecer nos llama, desde lo más
íntimo de nuestro ser, a veces demasiado adormecido, sacudiendo nuestra
conciencia con situaciones, gestos, palabras como las que despertaron a la hija
de Jairo: ¡Talitá Kum!, ordenándonos que nos despertemos, que nos levantemos,
que comamos, y Él mismo nos da como alimento su Cuerpo y su Sangre,
regalándonos su Espíritu Santo, para que llenos de alegría por estar vivos nos
pongamos a servir, para que seamos misioneros del Amor, instrumentos de Paz,
condición indispensable para alcanzar la verdadera felicidad.
© Ana María Casal
Mes del Sagrado Corazón de Jesús
Día 14: Las tentaciones
Los
apóstoles se acercaron un día a Jesús y le dijeron: "Maestro, tú nos
invitas siempre a orar; nosotros somos ignorantes, enséñanos tú. Y Jesús
siempre bueno, respondió": Cuando oréis hacedlo así: Padre nuestro que
estás en los cielos; y les enseñó la estupenda oración del Padre nuestro.
¿Sabes por qué Jesús quiere que oremos al Padre para no dejarnos caer en la
tentación? Porque Él sabía que el demonio nos tentaría siempre y quería que
nosotros pidiésemos la ayuda celestial para no sucumbir a la tentación. Él
mismo permitió que el demonio le tentase para darnos ejemplo.
Del Web Católico de Javier
Pedidos de oración
Pedimos
oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes,
diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo
místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como
Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por
las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado
Corazón de María; por la conversión de
todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por
los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros
lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente
por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo,
el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por
el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la
falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes
naturales; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por
más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las
vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Los cinco minutos de María
Junio 14
“Si
Dios ha colmado de gracias a sus buenos servidores, ¿cuáles serán los dones
concedidos a su Madre? ¿No serán incomparablemente superiores a los favores
concedidos a los servidores? Eso es evidente.
Si
Pedro ha sido proclamado bienaventurado, ¿no llamaremos también bienaventurada
entre todos a la Virgen, que ha dado a luz a Aquel a quien Pedro ha confesado?
San
Pablo es llamado vaso de elección; ¿qué vaso es, pues, la Madre de Dios? Oh
Virgen Santísima, por más prerrogativas y por más gloria que mi piedad te
atribuya, quedaré siempre muy inferior a la verdad” (Basilio de Seleucia)
Santa María, llena de gracia, míranos favorable.
* P. Alfonso Milagro
Jardinero de Dios
-el
más pequeñito de todos-
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