PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año
12 - Número 3352 ~ Jueves 8 de Junio de 2017
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Amado
Jesús, Tú que siempre eres bueno con todos, te pido que derrames tu amor en mi
corazón, sabiduría en mis pensamientos, paciencia en mi alma, atención y
concentración para escucharte y meditar tu palabra que es fuente de vida. A
través de tu Espíritu Santo la siembras en mi corazón y en el momento oportuno
dará fruto. Gracias por no apartarme de tu lado cuando me he equivocado, por el
contrario, me consuelas y me animas a seguir luchando con más fe y con todas
mis fuerzas. Quiero reconocerte como el Salvador y Maestro, como el gran «Yo
Soy» desde la eternidad, pues la certeza de reconocerte me hace sentir valioso
e importante para tu plan de salvación en este mundo. Gracias por ayudarme a
permanecer fiel en tu camino, aunque con altos y bajos, pero nunca perdiendo tu
dirección, tu forma de obrar, tus Palabras, esas Palabras en las cuales me
prometes que al seguirlas no moriré para siempre. ¡Confío en lo que dices!,
bendice a los míos y a todos los que luchan por alcanzar la felicidad en Ti.
Amén (Píldoras
de Fe).
¡Buenos días!
Regalo de bodas
No
es común captar la fuerza transformadora que tiene el sacrificio generoso para
ayudarnos a crecer espiritualmente. El motivo es simple: porque nos ayuda a
vencer nuestro egoísmo, el mayor obstáculo que impide amar de verdad. Una
anécdota para ejemplificarlo.
Narró la Madre Teresa de Calcuta que una vez dos
jóvenes fueron a verla y donaron mucho dinero para dar de comer a la gente.
Ella en Calcuta daba de comer a nueve mil personas al día. Querían que el
dinero se destinara para alimentar a esta gente. Cuando les preguntó de dónde
sacaron tanto dinero, ellos le respondieron: “Nos acabamos de casar hace dos
días. Antes de la boda, decidimos que no compraríamos trajes para la ceremonia
ni para la fiesta. Queremos darles a ustedes el dinero”. Para un hindú de clase
alta esto es un escándalo. Después les preguntó: “¿Por qué lo han hecho?”. Ésta
fue la extraña respuesta que le dieron: “Nos amamos tanto que queríamos dar
algo a otros para comenzar nuestra vida en común con un sacrificio”. Madre
Teresa comentaba: “Me impresionó mucho el constatar cómo estas personas estaban
hambrientas de Dios”.
Cada
uno tiene algo para dar. Dinero, talento, tiempo o una simple oración. La
generosidad es una virtud que nos eleva y nos pone en sintonía con nuestra
semejanza divina. ”Dios, que da el fruto y la luz, sirve. Pudiera llamársele
así: «El que sirve». Y tiene sus ojos fijos en nuestras manos y nos pregunta
cada día: ¿Serviste hoy? ¿A quién? ¿Al árbol, a tu amigo, o a tu madre?”.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En
aquel tiempo, se llegó uno de los escribas y le preguntó: «¿Cuál es el primero
de todos los mandamientos?». Jesús le contestó: «El primero es: ‘Escucha,
Israel: El Señor, nuestro Dios, es el único Señor, y amarás al Señor, tu Dios,
con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus
fuerzas’. El segundo es: ‘Amarás a tu prójimo como a ti mismo’. No existe otro
mandamiento mayor que estos».
Le
dijo el escriba: «Muy bien, Maestro; tienes razón al decir que Él es único y
que no hay otro fuera de Él, y amarle con todo el corazón, con toda la
inteligencia y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a si mismo vale
más que todos los holocaustos y sacrificios».
Y
Jesús, viendo que le había contestado con sensatez, le dijo: «No estás lejos
del Reino de Dios». Y nadie más se atrevía ya a hacerle preguntas. (Mc 12,28-34)
Comentario:
Hoy,
un maestro de la Ley le pregunta a Jesús: «¿Cuál es el primero de todos los
mandamientos?» (Mc 12,28). La pregunta es capciosa. En primer lugar, porque
intenta establecer un ranking entre los diversos mandamientos; y, en segundo
lugar, porque su pregunta se centra en la Ley. Está claro, se trata de la pregunta
de un maestro de la Ley.
La
respuesta del Señor desmonta la espiritualidad de aquel «maestro de la Ley».
Toda la actitud del discípulo de Jesucristo respecto a Dios queda resumida en
un punto doble: «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón» y «amarás a tu
prójimo como a ti mismo» (Mc 12,31). El comportamiento religioso queda definido
en su relación con Dios y con el prójimo; y el comportamiento humano, en su
relación con los otros y con Dios. Lo dice con otras palabras san Agustín: «Ama
y haz lo que quieras». Ama a Dios y ama a los otros, y el resto de cosas será
consecuencia de este amor en plenitud.
El
maestro de la ley lo entiende perfectamente. E indica que amar a Dios con todo
el corazón y a los otros como a uno mismo «vale más que todos los holocaustos y
sacrificios» (Mc 12,33). Dios está esperando la respuesta de cada persona, la
entrega plena «con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con
todas tus fuerzas» (Mc 12,30) a Él, que es la Verdad y la Bondad, y la entrega
generosa a los otros. Los «sacrificios y ofrendas» tan solo tienen sentido en
la medida en que sean expresión verdadera de este doble amor. ¡Y pensar que a
veces utilizamos los “pequeños mandamientos” y «los sacrificios y las ofrendas»
como una piedra para criticar o herir al otro!
Jesús
comenta la respuesta del maestro de la Ley con un «no estás lejos del Reino de
Dios» (Mc 12,34). Para Jesucristo nadie que ame a los demás por encima de todo
está lejos del reinado de Dios.
P. Rodolf PUIGDOLLERS i Noblom SchP (La Roca del Vallès,
Barcelona, España)
Santoral Católico:
San Medardo
Obispo
Nació
en Vermandois (Francia); su padre era uno de los Francos conquistadores de la
Galia con Clodoveo y su madre era de familia galo-romana. Estudió, se ordenó de
sacerdote y se hizo famoso por los milagros que se le atribuían. En torno al
año 545 lo eligieron obispo de Vermandois (actual Saint-Quintin). Cuando la
ciudad fue asaltada y destruida, trasladó la sede episcopal a Noyon, donde se
prodigó en esfuerzos para convertir al pueblo de las supersticiones paganas a
la doctrina de Cristo. Murió en Saint-Quintin el año 560 y su cuerpo fue
trasladado a Soissons.
© Directorio Franciscano
Palabras del Papa Francisco
“Llamar
a Dios con el nombre de Padre no es en absoluto un hecho habitual. Podemos
inclinarnos a utilizar un título más elevado, uno que nos parezca más
respetuoso con su trascendencia. Sin embargo, invocarlo como ‘Padre’ nos sitúa
en una relación de confianza con Él, como un niño que se dirige a su padre sabiéndose
amado y cuidado por él. Llamar a Dios Padre, nos revela el misterio de Dios,
que siempre nos fascina y nos hace sentirnos pequeños, pero que nunca nos
produce miedo, que no nos desalienta, que no nos angustia. Esta es una
revolución difícil de asumir en nuestro ánimo humano”.
Historias:
El anillo
-
Vengo, maestro, porque me siento tan poca cosa que no tengo fuerzas para hacer nada.
Me dicen que no sirvo, que no hago nada bien, que soy torpe y bastante tonto. ¿Cómo puedo mejorar? ¿Qué puedo hacer
para que me valoren más?
El
maestro sin mirarlo, le dijo:
-
Cuanto lo siento muchacho, no puedo ayudarte, debo resolver primero mi propio
problema. Quizá después...- y haciendo una pausa agregó: - si quisieras ayudarme
tú a mí, yo podría resolver este problema con más rapidez y después tal vez te
pueda ayudar.
- … Encantado, maestro -titubeó el joven, pero
sintió que otra vez era desvalorizado, y sus necesidades postergadas.
-
Bien, asintió el maestro. Se quitó un anillo que llevaba en el dedo pequeño y dándoselo
al muchacho, agregó:
-
Toma el caballo que está allá afuera y cabalga hasta el mercado. Debo vender
este anillo porque tengo que pagar una deuda. Es necesario que obtengas por él
la mayor suma posible, pero no aceptes menos de
una moneda de oro. Ve y regresa con esa moneda lo más rápido que puedas.
El joven tomó el anillo y partió. Apenas llegó,
empezó a ofrecer el anillo a los mercaderes. Estos lo miraban con algún interés, hasta que el joven decía lo
que pretendía por el anillo. Cuando el joven mencionaba la moneda de oro,
algunos reían, otros le daban vuelta la cara y sólo un viejito fue tan amable
como para tomarse la molestia de explicarle que una moneda de oro era muy valiosa
para entregarla a cambio de un anillo. En afán de ayudar, alguien le ofreció
una moneda de plata y un cacharro de cobre, pero el joven tenía instrucciones
de no aceptar menos de una moneda de oro
y rechazó la oferta. Después de ofrecer
su joya a toda persona que se cruzaba en
el mercado, más de cien personas, abatido por su fracaso montó su caballo y
regresó. ¡Cuánto hubiera deseado el joven tener él mismo esa moneda de
oro! Podría entonces habérsela entregado
él mismo al maestro para liberarlo de su preocupación y recibir entonces su
consejo y ayuda.
Entró
en la habitación.
-
Maestro -dijo- lo siento, no se puede conseguir lo que me pediste. Quizá pudiera
conseguir dos o tres monedas de plata, pero no creo que yo pueda engañar a nadie respecto del verdadero valor
del anillo.
-
¡Qué importante lo que dijiste, joven amigo! -contestó sonriente el
maestro- Debemos saber primero el
verdadero valor del anillo. Vuelve a montar y vete al joyero. ¿Quién mejor que
él para saberlo? Dile que quisieras vender el anillo y pregúntale cuánto te da
por él. Pero no importa lo que ofrezca, no se lo vendas. Vuelve aquí con mi
anillo.
El
joven volvió a cabalgar. El joyero examinó el anillo a la luz del candil con su
lupa, lo pesó y luego le dijo:
-
Dile al maestro, muchacho, que si lo quiere vender ya, no puedo darle más que 58
monedas de oro por su anillo
-
¡¡¡58 MONEDAS!!! Exclamó el joven.
-
Sí, -replicó el joyero- yo sé que con tiempo podríamos obtener por él cerca de 70
monedas, pero no sé...si la venta es urgente...
El
joven corrió emocionado a la casa del maestro a contarle lo sucedido.
-
Siéntate -dijo el maestro después de escucharlo- Tú eres como este anillo:
una joya, valiosa y única. Y como tal,
sólo puede revaluarte verdaderamente un
experto. ¿Qué haces por la vida pretendiendo que cualquiera descubra tu
verdadero valor?
Y
diciendo esto, volvió a ponerse el anillo en el dedo pequeño.
Todos
somos como esta joya, valiosos y únicos,
y andamos por los mercados de la vida
pretendiendo que gente inexperta nos valore.
Mes del Sagrado Corazón de Jesús
Día 8: El escándalo
El
corazón más dulce y más humilde de la tierra es el Corazón de Jesús. Pero este
corazón divino no puede quedar indiferente frente a la ruina de tantas almas y
es entonces cuando se conmueve y grita: ¡Ay, del mundo por los escándalos!
Jesús
trabaja por la salvación de las almas; el escándalo roba las almas a Jesús para
dárselas al demonio. Jesús muere en la cruz para redimir a los pecadores; el
escándalo hace estragos de la inocencia, destruye y arruina la obra de la
redención.
Dice
San Agustín que el escandaloso sufrirá tantos infiernos como las almas que él
ha asesinado. Examínate bien. La Magdalena fue escandalosa, pero reparó y llegó
a ser santa. Haz tú lo mismo.
Del Web Católico de Javier
Pedidos de oración
Pedimos
oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes,
diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo
místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como
Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por
las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado
Corazón de María; por la conversión de
todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por
los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros
lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente
por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo,
el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por
el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la
falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes
naturales; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por
más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las
vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Los cinco minutos de María
Junio
Tu
nombre bendecimos, mujer de nuestro pueblo que vences en la lucha.
Mujer,
en tu pobreza, Dios hace maravillas. Humilde campesina de fe comprometida, tu
Sí de amor y entrega a la Vida nos engendra.
Tú,
que eres dulce Madre de Dios y de los hombres, tus hijos te pedimos querernos
como hermanos.
Santa María de las horas difíciles, que sepamos
arreglar nuestras diferencias y olvidar nuestros resquemores.
* P. Alfonso Milagro
Jardinero de Dios
-el
más pequeñito de todos-
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