PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año
12 - Número 3349 ~ Lunes 5 de Junio de 2017
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
El
encuentro con Jesús es siempre la fuente de la mayor alegría. En toda situación
Jesús se acerca y ofrece su paz. Paz que libera del miedo y prepara para asumir
nuevos desafíos.
Jesús
nos ofrece su paz: integridad de vida, búsqueda de justicia, confianza, armonía
personal y social. Él renueva el don de la paz para subrayar que ha comenzado
un nuevo tiempo: el tiempo del Espíritu.
El
Espíritu nos llena por dentro y nos lanza hacia afuera, nos envía a todos. Nos
asocia a su misión de contagiar paz, perdonar, amnistiar, dar vida, ser
levadura, sal, luz, liberación y esperanza.
Por
la donación del Espíritu, Jesús nos regala y nos contagia su alegría, su
libertad, su ánimo, su paz, su entusiasmo… El Espíritu de Jesús está con
nosotros y nos encarga proclamar la liberación a las personas angustiadas, la
esperanza a los desencantados, despertando en las personas la alegría y la paz
de sentirse siempre consoladas y acompañadas.
El
Espíritu nos hace personas resucitadas, llenas de alegría, paz, perdón y vida.
Él es quien nos hace capaces de llevar adelante su proyecto de perdonar, de
destruir y denunciar la injusticia, derribar la mentira, abrir puertas, romper
la oscuridad, dar vida.
La
misión encomendada supone una tarea de reconciliación universal. Por eso Jesús,
junto al Espíritu, nos da una recomendación: vivir perdonando y perdonándonos.
¿Qué
hago para concretar en mi vida personal la misión de reconciliación universal?
¡Buenos días!
Detrás de una moneda…
El
egoísmo atrofia al hombre, que sólo en la donación generosa a los demás
encuentra su madurez y plenitud. Si te preocupas demasiado por ti mismo y tu
propio entorno, si vives para acumular dinero y comodidades, no te quedará
tiempo para los demás. Si no vives para los demás, la vida carecerá de sentido
para ti, porque la vida sin amor no vale nada.
Conversaba un hombre rico y alejado de la fe con un
sacerdote, que no era otro que el futuro Cardenal Newman, ya convertido del
anglicanismo a Roma. El rico se ufanaba de sus riquezas y de su indiferencia
religiosa. Newman tomó una hoja de papel y escribió: «Dios».
— ¿Ve lo que he escrito en la hoja? El avaro contestó
afirmativamente. Entonces el sacerdote tomó una moneda de oro, la acomodó sobre
la palabra escrita y preguntó de nuevo:
— ¿Ve usted ahora lo que he escrito hace un momento?
— No, ahora sólo veo el dinero.
— En efecto, la riqueza ciega, impide ver a Dios, ¿no
le parece?
Cada
día puedes ser generoso en acciones pequeñas. Este propósito abre el corazón
poco a poco, y descubres admirado que nunca pierdes. Por el contrario te
fortaleces y puedes superar el temor de ser vulnerable. Practicar la
generosidad ejercita al corazón: cuanto más se da, más se fortalece. Recuerda
que Jesús dijo: “Hay más alegría en dar que en recibir”.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En
aquel tiempo, Jesús comenzó a hablarles en parábolas: «Un hombre plantó una
viña, la rodeó de una cerca, cavó un lagar y edificó una torre; la arrendó a unos
labradores, y se ausentó.
»Envió
un siervo a los labradores a su debido tiempo para recibir de ellos una parte
de los frutos de la viña. Ellos le agarraron, le golpearon y le despacharon con
las manos vacías. De nuevo les envió a otro siervo; también a éste le
descalabraron y le insultaron. Y envió a otro y a éste le mataron; y también a
otros muchos, hiriendo a unos, matando a otros. Todavía le quedaba un hijo
querido; les envió a éste, el último, diciendo: ‘A mi hijo le respetarán’. Pero
aquellos labradores dijeron entre sí: ‘Éste es el heredero. Vamos, matémosle, y
será nuestra la herencia’. Le agarraron, le mataron y le echaron fuera de la
viña.
»¿Qué
hará el dueño de la viña? Vendrá y dará muerte a los labradores y entregará la
viña a otros. ¿No habéis leído esta Escritura: ‘La piedra que los constructores
desecharon, en piedra angular se ha convertido; fue el Señor quien hizo esto y
es maravilloso a nuestros ojos?’».
Trataban
de detenerle —pero tuvieron miedo a la gente— porque habían comprendido que la
parábola la había dicho por ellos. Y dejándole, se fueron. (Mc 12,1-12)
Comentario:
Hoy,
el Señor nos invita a pasear por su viña: «Un hombre plantó una viña (...) y la
arrendó a unos labradores» (Mc 12,1). Todos somos arrendatarios de esa viña. La
viña es nuestro propio espíritu, la Iglesia y el mundo entero. Dios quiere
frutos de nosotros. Primero, nuestra santidad personal; luego, un constante
apostolado entre nuestros amigos, a quienes nuestro ejemplo y nuestra palabra
les anime a acercarse cada día más a Cristo; finalmente, el mundo, que se
convertirá en un mejor sitio para vivir, si santificamos nuestro trabajo
profesional, nuestras relaciones sociales y nuestro deber hacia el bien común.
¿Qué
clase de arrendatarios somos? ¿De los que trabajan duro, o de los que se
irritan cuando el dueño envía a sus siervos a cobrarnos el alquiler? Podemos
oponernos a los que tienen la responsabilidad de ayudarnos a proporcionar los
frutos que Dios espera de nosotros. Podemos poner objeciones a las enseñanzas
de la Santa Madre Iglesia y del Papa, los obispos, o quizás, más modestamente,
de nuestros padres, nuestro director espiritual, o de aquel buen amigo que está
tratando de ayudarnos. Podemos, incluso, volvernos agresivos, y tratar de
herirles o, hasta “matarlos” mediante nuestra crítica y comentarios negativos.
Deberíamos examinarnos a nosotros mismos acerca de los motivos reales de dicha
postura. Quizás necesitamos un conocimiento más profundo de nuestra fe; quizás
debemos aprender a conocernos mejor, a efectuar un mejor examen de conciencia,
para poder descubrir las razones por las que no queremos producir frutos.
Pidamos
a Nuestra Madre María su ayuda para que podamos trabajar con amor, bajo la guía
del Papa. Todos podemos ser “buenos pastores” y “pescadores” de hombres.
«Entonces, vayamos y pidamos al Señor que nos ayude a llevar fruto, un fruto
que permanezca. Sólo así este valle de lágrimas se transformará en jardín de
Dios» (Benedicto XVI). Nosotros podríamos acercar a Jesucristo nuestro
espíritu, el de nuestros amigos, o el del mundo entero, si tan sólo leyéramos y
meditáramos las enseñanzas del Santo Padre, y tratásemos de ponerlas en
práctica.
Fr. Alphonse DIAZ (Nairobi, Kenia)
Santoral Católico:
San Bonifacio
Obispo y Mártir
Nació
en Inglaterra el año 673. Primero profesó la Regla benedictina en el monasterio
de Exeter, del que pasó al de Nursling, y se dedicó al estudio, la oración, la
docencia y la predicación. Después se convirtió en uno de los mayores
misioneros de la Edad Media. El año 719 marchó a Alemania a predicar la fe
cristiana a los paganos de Hesse, Baviera, Westfalia, Turingia y Wurtemberg, lo
que hizo con notable éxito. Como gesto simbólico hizo talar la encina de
Geismar, sagrada para los paganos. Tres veces viajó a Roma para hablar con el
Papa y, en el segundo viaje, fue consagrado obispo, con sede en Maguncia. El
Papa lo autorizó a consagrar obispos por toda Germania y le confió la reforma
de la Iglesia franca. Con ayuda de varios compañeros llegados de Inglaterra,
fundó iglesias y monasterios, entre ellos el de Fulda, congregó diversos
concilios y promulgó leyes. Contó con el apoyo de Carlos Martel e invistió del
poder real a Pipino. Durante una expedición apostólica por Frisia, un grupo de
paganos acabó con su vida y la de sus compañeros en Dokkum el 5 de junio del
año 754.
Oración: Concédenos, Señor, la intercesión de tu
mártir san Bonifacio, para que podamos defender con valentía y confirmar con
nuestras obras la fe que él enseñó con su palabra y rubricó en el martirio con
su sangre. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
© Directorio Franciscano Aciprensa
Pensamiento del día
"Secreto de la santidad:
Hacer siempre lo que Dios quiere.
Querer siempre lo que Dios hace."
Tema del día:
Escuchar al Espíritu Santo
1) Para saber
Cuando
se reúnen un grupo de amigos, en ocasiones se suscita una discusión sobre
aspectos morales, si algo está bien o está mal… Muchas de esas cuestiones ya
han sido estudiadas y resueltas por la Iglesia y escritas, por ejemplo, en el
Catecismo de la Iglesia Católica. A veces bastaría consultarlo para salir de
dudas. Sin embargo, hay otras dudas muy particulares, concretas, y unas
complejas, que hay que saber aplicar con prudencia los principios universales.
Uno podría sentirse confuso sobre la decisión a tomar. Para ello, recomienda el
Papa Francisco, hay que saber escuchar al Espíritu Santo para saber discernir
sobre el bien y el mal.
Con
ocasión de la solemnidad de Pentecostés, con la que termina el tiempo pascual,
el Papa ha reflexionado sobre la importancia de estar atentos a lo que el
Espíritu Santo nos inspire.
2) Para pensar
Se
cuenta que desde la Bahía de Nueva York hasta donde comienza el agua profunda
del mar se extiende un canal de casi veintiséis kilómetros de largo y sumamente
angosto.
En
años pasados era bastante difícil navegar en el canal cuando había neblina o
tempestad. Entonces, alguien ideó el plan de poner un cable, en el fondo del
río arenoso, que trasmitiese signos eléctricos a través del agua, guiando así a
los barcos a caminar por el centro del canal hasta llegar al mar, evitando
bancos de arena u otros obstáculos.
Los
cristianos también tenemos alguien que nos guía para evitar obstáculos y poder
llegar a feliz término en la vida. Se trata del Espíritu Santo que con sus
inspiraciones nos advierte cuando no vivimos en la forma debida y podamos
rectificar. Tal como la señal eléctrica, el Espíritu Santo nos protege de los
bancos de arena del pecado.
Por
ello el Papa Francisco nos invita a preguntarnos, “¿soy capaz de escuchar al
Espíritu Santo?; ¿soy capaz de pedir inspiración antes de tomar una decisión o
de decir una palabra o hacer algo? ¿Pido que me guíe por el camino que debo
escoger en mi vida y también todos los días?”
3) Para vivir
El
Espíritu Santo nos quiere conducir al bien, pero es preciso querer escucharlo.
Hay algunos corazones, seguía diciendo el Papa, que si hiciésemos un
electrocardiograma espiritual el resultado sería lineal, no se mueven, no
tienen emociones. En los evangelios los encontramos en los doctores de la ley:
eran creyentes en Dios, sabían todos los mandamientos, pero su corazón estaba
cerrado, no se dejaban “inquietar”.
El
Papa invitó a dejarse “inquietar” por el Espíritu Santo, a ser sensibles a su
inspiración, no rechazarla: ‘‘He sentido el deseo de hacer esto, de ir a
visitar a ese enfermo o de cambiar de vida y dejar esto…’. Sentir y discernir:
discernir aquello que siente mi corazón, porque el Espíritu Santo es el maestro
del discernimiento”.
“Una
persona que no tiene estos movimientos en el corazón, que no discierne qué
sucede, es una persona que tiene una fe fría”, añadió el Papa.
Apunta
San Josemaría Escrivá: “la tradición cristiana ha resumido la actitud que
debemos adoptar ante el Espíritu Santo
en un solo concepto: docilidad. Ser sensibles a lo que el Espíritu
divino promueve a nuestro alrededor y en nosotros mismos” (Es Cristo que pasa,
n. 130).
© Pbro. José Martínez Colín
Mes del Sagrado Corazón de Jesús:
Día 5: Los Mandamientos de Dios
Jesús
habló claramente: "Si me amas, guarda mis mandamientos" ¿Quieres
salvarte? Observa mis mandamientos. Aquí no hay escapatoria: para querer bien a
Jesús y para salvarte, es necesario que hagas lo que Él te manda: observar sus santos
mandamientos.
A
ti no te queda más que obedecer. Sí, es necesario obedecer. Pero la obediencia
debe ser completa; observarlos todos y siempre.
Dios
no ha dado ni cinco, ni siete mandamientos, sino diez; y al infierno se va lo
mismo por transgredir uno que los diez. A la cárcel no se va por cometer muchos
delitos; basta un solo delito.
Del Web Católico de Javier
Ofrecimiento para sacerdotes y religiosas
Formulo
el siguiente ofrecimiento únicamente
para sacerdotes o religiosas que reciben diariamente "Pequeñas
Semillitas" por e-mail: Si desean recibir el power point y los comentarios
del Evangelio del domingo siguiente con dos o tres días de anticipación, para
tener tiempo de preparar sus meditaciones, homilías o demás trabajos pastorales
sobre la Palabra de Dios, pueden pedírmelo a feluzul@gmail.com
Sólo
deben indicar claramente su nombre, su correo electrónico, ciudad de residencia
y a qué comunidad religiosa pertenecen.
Pedidos de oración
Pedimos
oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes,
diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo
místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como
Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por
las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado
Corazón de María; por la conversión de
todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por
los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros
lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos
especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la
falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras
enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los
presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por las
víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las familias, la fidelidad
de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento;
por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas
Almas del Purgatorio.
Pedimos oración
para Luis Enrique, de San Francisco,
California, USA, que ha tenido varias situaciones difíciles y negativas en su
vida y ahora est{a pasando por una etapa en la que no atiende razones para ver
su situación a la luz de Dios. Rogamos para que tenga su encuentro con Jesus y
María y que el Espíritu santo le dé la fe para superar los problemas que se le
presentan.
Pedimos oración
por Maria A., 44 años, de Argentina,
internada en terapia intensiva pues tuvo cirugía y extracción de tumor en la
cabeza, y ahora está muy complicada en términos neurológicos y clínicos.
Rogamos que la misericordia de nuestro Señor se pose en ella, la cure y quede
sin secuelas.
Continuamos
unidos en oración por medio del rezo del Santo Rosario poniendo en Manos de
Nuestra Madre Bendita todas nuestras preocupaciones, alegrías y necesidades,
poniendo al mundo entero en Manos de nuestra Madre y pidiéndole a Ella paz para
el mundo, al rezar por la paz; rezamos por todo, por la paz en el mundo, en los
corazones, porque la violencia sea desterrada, por la paz para los niños que
están en peligro de ser abortados. Paz
para los jóvenes que no encuentran el camino, paz para los deprimidos. Paz para
los que no han tenido la dicha de conocer al Amor. En fin rezamos por la paz, y
sigamos haciéndolo.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras
debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y
la paciencia;
escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros
hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Los cinco minutos de María
Junio 5
San
Lucas nos habla de los primeros cristianos que formaron las primitivas
comunidades eclesiales, y nos dice de ellos que “perseveraban unánimes en la
oración con María, la Madre de Jesús” (Hech 1,14).
Hoy,
como entonces, hay una sola forma de promover auténticas comunidades
cristianas, haciendo de ellas primariamente comunidades de oración. Y que esa
oración sea presidida, animada y vitalizada por María, la Madre de Jesús.
La
Palabra y la oración son el alimento de la comunidad creyente.
Santa María, abogada nuestra, ayúdanos a perseverar en
la oración y en la comunión con los hermanos.
* P. Alfonso Milagro
Jardinero de Dios
-el
más pequeñito de todos-
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