PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año
12 - Número 3350 ~ Martes 6 de Junio de 2017
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Frente
al temor y la angustia que provoca el solo pensar en la muerte, Jesús expresa con
claridad: «Yo soy la resurrección. El que cree en mí, aunque muera, vivirá; y
todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás. ¿Crees esto?». Le dice ella:
«Sí, Señor, yo creo que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, el que iba a venir
al mundo».
Con
esas palabras y sabiendo de Quien provienen, todo sentimiento negativo o de
miedo que podamos tener frente a la muerte debería desaparecer para dar lugar a
la fe en la promesa de Jesús.
Siguiendo
a Florentino Ulibarri, podemos meditar que en el proyecto creador de Dios, las
personas no están destinadas a la muerte, sino a la vida plena y definitiva.
Porque tal es el proyecto del Padre y la obra mesiánica de Jesús. Así pues, la
comunidad cristiana que aún ve en la muerte la interrupción de la vida no ha
alcanzado la plenitud de la fe, por no haber comprendido la calidad de la vida
que Jesús nos comunica. No estamos amenazados de muerte. Estamos “amenazados de
vida”.
¡Buenos días!
Obras de misericordia
En
todo momento y en cualquier circunstancia de la vida estoy en condiciones de
amar e imitar a Cristo, el humilde servidor del Padre y de los hombres. El
modelo humano que me ofrece Jesús, y que él realizó plenamente, es el de
servidor decidido de quien necesita ayuda. “El Hijo del hombre no ha venido para
ser servido, sino para servir”. Lee este mensaje mariano.
“¡Queridos hijos! Hoy los invito a hacer obras de
misericordia con amor y por amor a mí y a sus hermanos y hermanas que también
son mis hijos. Queridos hijos, todo lo que hagan por los demás háganlo con gran
gozo y humildad ante Dios. Yo estoy con ustedes y día a día ofrezco sus
sacrificios y oraciones a Dios por la salvación del mundo. ¡Gracias por haber
respondido a mi llamado! ”
Ayudar
y servir son dos expresiones concretas de un amor que se brinda generosamente a
los demás. De este olvido de mí mismo, surgirá como por magia, mi propia
felicidad y alegría, mi auténtica realización. “Dormí y soñé que la vida era
alegría. Desperté y vi que la vida era
servicio. Y, en el servicio, encontré la
alegría” (Tagore). ¡Siempre listo para servir!
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En
aquel tiempo, enviaron a Jesús algunos fariseos y herodianos, para cazarle en
alguna palabra. Vienen y le dicen: «Maestro, sabemos que eres veraz y que no te
importa por nadie, porque no miras la condición de las personas, sino que
enseñas con franqueza el camino de Dios: ¿Es lícito pagar tributo al César o
no? ¿Pagamos o dejamos de pagar?».
Mas
Él, dándose cuenta de su hipocresía, les dijo: «¿Por qué me tentáis? Traedme un
denario, que lo vea». Se lo trajeron y les dice: «¿De quién es esta imagen y la
inscripción?». Ellos le dijeron: «Del César». Jesús les dijo: «Lo del César,
devolvédselo al César, y lo de Dios, a Dios». Y se maravillaban de Él. (Mc 12,13-17)
Comentario:
Hoy,
de nuevo nos maravillamos del ingenio y sabiduría de Cristo. Él, con su magistral
respuesta, señala directamente la justa autonomía de las realidades terrenas:
«Lo del César, devolvédselo al César» (Mc 12,17).
Pero
la Palabra de hoy es algo más que saber salir de un apuro; es una cuestión que
tiene actualidad en todos los momentos de nuestra vida: ¿qué le estoy dando a
Dios?; ¿es realmente lo más importante en mi vida? ¿Dónde he puesto el corazón?
Porque... «donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón» (Lc
12,34).
En
efecto, según san Jerónimo, «tenéis que dar forzosamente al César la moneda que
lleva impresa su imagen; pero vosotros entregad con gusto todo vuestro ser a
Dios, porque impresa está en nosotros su imagen y no la del César». A lo largo
de su vida, Jesucristo plantea constantemente la cuestión de la elección. Somos
nosotros los que estamos llamados a elegir, y las opciones son claras: vivir
desde los valores de este mundo, o vivir desde los valores del Evangelio.
Siempre
es tiempo de elección, tiempo de conversión, tiempo para volver a “resituar”
nuestra vida en la dinámica de Dios. Será la oración, y especialmente la
realizada con la Palabra de Dios, la que nos vaya descubriendo lo que Dios
quiere de nosotros. El que sabe elegir a Dios se convierte en morada de Dios,
pues «si alguno me ama, guardará mi Palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a
él, y haremos morada en él» (Jn 14,23). Es la oración la que se convierte en la
auténtica escuela donde, como afirma Tertuliano, «Cristo nos va enseñando cuál
era el designio del Padre que Él realizaba en el mundo, y cual la conducta del
hombre para que sea conforme a este mismo designio». ¡Sepamos, por tanto,
elegir lo que nos conviene!
Rev. D. Manuel SÁNCHEZ Sánchez (Sevilla, España)
Santoral Católico:
San Norberto
Obispo
Nació
de familia noble hacia el año 1080 en Xanten (Alemania). Canónigo de la
Catedral de Colonia, una vez convertido de su vida mundana, abrazó la vida
religiosa y se ordenó de sacerdote el año 1115. Renunció entonces a sus
beneficios eclesiásticos, repartió sus bienes a los pobres y se centró en la
vida apostólica, en la que se distinguió sobre todo por su actividad como
predicador en Francia y Alemania. Con un grupo de compañeros fundó el año 1120
en Prémontré, cerca de Laon, la Orden de los Canónigos Regulares
Premonstratense, para clérigos que llevaran a la vez la vida en común y la
actividad apostólica. El año 1126 fue consagrado arzobispo de Magdeburgo, y se
dedicó a renovar la vida cristiana y a evangelizar a los paganos de las
regiones vecinas. Murió en su sede episcopal el 6 de junio de 1134.
Oración: Señor, tú hiciste del obispo san Norberto un
pastor admirable de tu Iglesia por su espíritu de oración y su celo apostólico;
te rogamos que, por su intercesión, tu pueblo encuentre siempre pastores ejemplares
que lo conduzcan a la salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
© Directorio Franciscano
San Marcelino Champagnat
Fundador de los Hermanos Maristas
Nació
el año 1789 en la aldea de Rosey, parroquia de Marlhes (Loira, Francia). Pronto
sintió la vocación sacerdotal, y en 1805 ingresó en el seminario de Verrières,
del que pasó al de Lyon; ya aquí se integró en la Sociedad de María y proyectó
la fundación de una congregación que llevaría el nombre de la Madre de Cristo.
Se ordenó de sacerdote en 1816 y, en el campo parroquial, las actividades
esenciales de su ministerio fueron la visita a los enfermos, la catequesis de
los niños, la atención a los pobres y el fomento de la vida cristiana en las
familias. En 1817 fundó el Instituto de los Hermanos Maristas, laicos, a los
que formaba para ser maestros cristianos, catequistas y educadores de los niños
y jóvenes. Un año antes de su muerte profesó en la congregación de los Padres
Maristas. Murió en la casa de Ntra. Sra. del Hermitage, cerca de Saint-Chamond
(Lyon), el 6 de junio de 1840. Fue canonizado en 1999.
Oración: Padre santo, que por medio de tu Hijo
unigénito has revelado el mandamiento de la nueva ley y nos has dado a san
Marcelino como ejemplo admirable del modo de vivirlo, concédenos, te rogamos,
que también nosotros, siguiendo sus enseñanzas, amemos a los hermanos de
corazón, y conduzcamos el mundo al conocimiento de la verdad de Cristo. Por
Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
© Directorio Franciscano
Palabras del Papa Francisco
“Cada
hombre es una historia de amor que Dios escribe en esta tierra.
Cada
uno de nosotros es una historia de amor de Dios.
A
cada uno de nosotros, Dios nos llama por nuestro nombre:
nos
conoce por nombre, nos mira, nos espera, nos perdona, tiene paciencia con
nosotros.
Somos
muy conscientes la misión de anunciar el Evangelio
no
depende de nuestras fuerzas,
de
la capacidad organizativa y de los recursos humanos.
Solo
con la luz y la fuerza del Espíritu Santo
podemos
cumplir eficazmente nuestra misión
de
dar a conocer y de hacer experimentar a los demás
el
amor y la ternura de Jesús”
Tema del día:
Dios es más grande
Hoy, viajando
en un autobús vi una hermosa muchacha con cabello de oro, y expresión de
alegría; envidié su hermosura.
Al bajarse, la
vi caminar con dificultad... Tenía solo una pierna, y apoyada en su muleta,
sonreía.
► ¡Perdóname
Señor, cuando me quejo! ¡Tengo dos piernas, y el mundo es mío!
Fui después a
comprar unos dulces. Me atendió un muchacho encantador. Hablé con él; parecía
tan contento que aunque se me hubiera hecho tarde no me hubiera importado, ya
que al salir, oí que decía: “Gracias por charlar conmigo… es usted tan amable,
es un placer hablar con gente como usted… Ya ve, soy ciego”
► ¡Perdóname
Señor cuando me quejo! ¡Puedo ver, y el mundo es mío!
Más tarde,
caminando por la calle vi a un pequeño de ojos azules, que miraba jugar a otros
niños, sin saber qué hacer. Me acerqué y le pregunté: ¿Por qué no juegas con
ellos? Siguió mirando hacia delante sin decir una palabra… entonces comprendí
que no escuchaba.
► ¡Perdóname
señor cuando me quejo! ¡Yo puedo escuchar, y el mundo es mío!
Tengo piernas
para ir a dónde quiero… Ojos para ver los colores del atardecer… Oídos para
escuchar las cosas que me dicen.
► ¡Perdóname
Señor cuando me quejo! ¡Lo tengo todo, y el mundo es mío!
Y recuerda: No
le digas a Dios cuán grande es tu problema… ¡Dile a tu problema cuán grande es
tu Dios!
Mes del Sagrado Corazón de Jesús
Día 6: La agonía del Corazón de Jesús
También
Jesús llora. ¿Recordáis el Huerto de los Olivos? Allí, el Corazón de Jesús fue expuesto
al dolor, al miedo, a la tristeza. Aquí Jesús te renueva aquella triste escena.
Pide adoradores, tiene sed de almas, y está solo, abandonado, olvidado. Solo en
la noche. Solo en las largas jornadas. Siempre solo. ¿Irá quizá alguno a
hacerle compañía?
Jesús
vive en el sagrario y es abandonado por el hombre. Quiere ser su comida y sufre
el rechazo. Derrama por él su sangre y la derrama inútilmente.
En
vano el Señor llama adoradores a su altar. En vano llama a las almas a la
comunión; pero los hombres se obstinan en vivir lejos de Él. Por eso, Él está
triste.
Del Web Católico de Javier
Los cinco minutos de María
Junio 6
Acertadamente
se ha escrito que cuando los apóstoles predicaban el misterio de Cristo, hijo
de Dios, no dejaban de presentarlo en su faceta mariana: “Nacido de mujer” (Gal
4,4).
Era
una fidelidad a las palabras del Señor en la cruz.
Por
eso la fe cristiana quedó formulada desde el principio dentro de un marco
mariano, que permite ver mucho mejor la realidad de Cristo: perfecto Dios y
verdadero hombre “nacido por obra del Espíritu Santo, de María, la Virgen”.
Santa María asunta a los cielos, desde allí haznos
vivir nuestra inserción en el misterio pascual de Cristo.
* P. Alfonso Milagro
Jardinero de Dios
-el
más pequeñito de todos-
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