PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año
12 - Número 3246 ~ Viernes 20 de Enero de 2017
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Señor
Jesucristo, Camino, Verdad y Vida, rostro humano de Dios y rostro divino del
hombre, enciende en nuestros corazones el amor al Padre que está en el cielo y
la alegría de ser cristianos.
Ven
a nuestro encuentro y guía nuestros pasos para seguirte y amarte en la comunión
de tu Iglesia, celebrando y viviendo el don de la Eucaristía, cargando con
nuestra cruz, y urgidos por tu envío.
Danos
siempre el fuego de tu Santo Espíritu, que ilumine nuestras mentes y despierte
entre nosotros el deseo de contemplarte, el amor a los hermanos, sobre todo a
los afligidos, y el ardor por anunciarte al inicio de este año.
Discípulos
y misioneros tuyos, queremos remar mar adentro, para que nuestros pueblos
tengan en Ti vida abundante, y con solidaridad construyan la fraternidad y la
paz. (Benedicto
XVI)
¡Buenos días!
Convertida por la Eucaristía
Isabel
Ana Seton nacida en la religión anglicana (1774) en nueva York, se casó con un
rico comerciante y tuvo cinco hijos. Enviudó a los 30 años. Movida de amor a
Jesús presente en la Eucaristía, se hizo católica a los 31 años (1805). Fundó
una congregación para educar a las niñas. Es la primera santa estadounidense
elevada al honor de los altares (1975).
En un último intento para restaurar la salud de su
esposo, Isabel había partido para Livorno, Italia, llevando también a la hija
mayor (8 años). Pero su esposó empeoró y murió. Regresó a Nueva York y buscó la
paz en su propia Iglesia anglicana. Un día se sentó en una silla de su templo,
desde donde podía ver la torre de la vecina iglesia católica, y mirando el
altar vacío de su templo, comenzó a hablar con Jesús, presente en la Eucaristía
de la iglesia católica cercana. Así empezó a sentir un profundo amor a Jesús
Sacramentado, que la atraía como un imán, y éste fue el comienzo de su
conversión.
En
Italia Isabel se había hospedado en casa de una familia católica muy amiga. Un
día encontró Isabel un libro de oraciones. Lo abrió al azar y comenzó a leer:
“Acordaos, oh piadosísima Virgen María, que jamás se oyó decir...” Cada palabra
le llegaba al alma con inmenso consuelo. Desde ese día pidió a Nuestra Señora
le mostrase el camino que debía seguir.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En
aquel tiempo, Jesús subió al monte y llamó a los que Él quiso; y vinieron donde
Él. Instituyó Doce, para que estuvieran con Él, y para enviarlos a predicar con
poder de expulsar los demonios. Instituyó a los Doce y puso a Simón el nombre
de Pedro; a Santiago el de Zebedeo y a Juan, el hermano de Santiago, a quienes
puso por nombre Boanerges, es decir, hijos del trueno; a Andrés, Felipe,
Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago el de Alfeo, Tadeo, Simón el Cananeo y Judas
Iscariote, el mismo que le entregó. (Mc 3,13-19)
Comentario:
Hoy,
el Evangelio condensa la teología de la vocación cristiana: el Señor elige a
los que quiere para estar con Él y enviarlos a ser apóstoles (cf. Mc 3,13-14).
En primer lugar, los elige: antes de la creación del mundo, nos ha destinado a
ser santos (cf. Ef 1,4). Nos ama en Cristo, y en Él nos modela dándonos las
cualidades para ser hijos suyos. Sólo en vistas a la vocación se entienden
nuestras cualidades; la vocación es el “papel” que nos ha dado en la redención.
Es en el descubrimiento del íntimo “por qué” de mi existencia cuando me siento
plenamente “yo”, cuando vivo mi vocación.
¿Y
para qué nos ha llamado? Para estar con Él. Esta llamada implica
correspondencia: «Un día —no quiero generalizar, abre tu corazón al Señor y
cuéntale tu historia—, quizá un amigo, un cristiano corriente igual a ti, te
descubrió un panorama profundo y nuevo, siendo al mismo tiempo viejo como el
Evangelio. Te sugirió la posibilidad de empeñarte seriamente en seguir a
Cristo, en ser apóstol de apóstoles. Tal vez perdiste entonces la tranquilidad
y no la recuperaste, convertida en paz, hasta que libremente, porque te dio la
gana —que es la razón más sobrenatural—, respondiste que sí a Dios. Y vino la
alegría, recia, constante, que sólo desaparece cuando te apartas de El» (San
Josemaría).
Es
don, pero también tarea: santidad mediante la oración y los sacramentos, y,
además, la lucha personal. «Todos los fieles de cualquier estado y condición de
vida están llamados a la plenitud de la vida cristiana y a la perfección de la
caridad, santidad que, aún en la sociedad terrena, promueve un modo más humano
de vivir» (Concilio Vaticano II).
Así,
podemos sentir la misión apostólica: llevar a Cristo a los demás; tenerlo y
llevarlo. Hoy podemos considerar más atentamente la llamada, y afinar en algún
detalle de nuestra respuesta de amor.
* Rev. D. Llucià POU i Sabater (Granada, España)
Santoral Católico:
San Sebastián
Mártir
Sebastián,
hijo de familia militar y noble, era oriundo de Narbona, pero se había educado
en Milán. Llegó a ser capitán de la primera corte de la guardia pretoriana. Era
respetado por todos y apreciado por el emperador, que desconocía su cualidad de
cristiano. Cumplía con la disciplina militar, pero no participaba en los
sacrificios idolátricos. Además, como buen cristiano, ejercitaba el apostolado
entre sus compañeros, visitaba y alentaba a los cristianos encarcelados por
causa de Cristo. Esta situación no podía durar mucho, y fue denunciado al
emperador Maximino quien lo obligó a escoger entre ser su soldado o seguir a
Jesucristo.
El
santo escogió la milicia de Cristo; desairado el Emperador, lo amenazó de
muerte, pero San Sebastián, convertido en soldado de Cristo por la
confirmación, se mantuvo firme en su fe. Enfurecido Maximino, lo condenó a morir
asaeteado: los soldados del emperador lo llevaron al estadio, lo desnudaron, lo
ataron a un poste y lanzaron sobre él una lluvia de saetas, dándolo por muerto.
Sin embargo, sus amigos que estaban al acecho, se acercaron, y al verlo todavía
con vida, lo llevaron a casa de una noble cristiana romana, llamada Irene, que
lo mantuvo escondido en su casa y le curó las heridas hasta que quedó
restablecido.
Sus
amigos le aconsejaron que se ausentara de Roma, pero el santo se negó
rotundamente pues su corazón ardoroso del amor de Cristo, impedía que él no
continuase anunciando a su Señor. Se presentó con valentía ante el Emperador,
desconcertado porque lo daba por muerto, y el santo le reprochó con energía su
conducta por perseguir a los cristianos. Maximino mandó que lo azotaran hasta
morir, y los soldados cumplieron esta vez sin errores la misión y tiraron su
cuerpo en un lodazal. Los cristianos lo recogieron y lo enterraron en la Vía
Apia, en la célebre catacumba que lleva el nombre de San Sebastián.
El
culto a San Sebastián es muy antiguo; es invocado contra la peste y contra los
enemigos de la religión, y además es llamado además el Apolo cristiano ya que
es uno de los santos más reproducidos por el arte en general.
© Aciprensa
Palabras del Papa Francisco
"Todos
en la Iglesia tenemos una gran deuda de gratitud con Benedicto XVI por la
profundidad y el equilibrio de su pensamiento teológico, viviendo siempre al
servicio de la Iglesia, hasta en la más alta responsabilidad como prefecto de
la congregación para la doctrina de la fe durante el largo Pontificado de San
Juan Pablo II y finalmente como Pastor universal".
Historias:
La conversión de un futbolista
1) Para saber
A
inicios del año, el Papa Francisco se dirigió a unos convencionistas en vistas
a una Asamblea que tendrá como tema ‘Jóvenes, fe y discernimiento vocacional’.
Hoy
en día, dijo el Papa, los jóvenes tienen necesidad de una fuente de agua fresca
para saciar su sed, y después proseguir en su camino de búsqueda. ¿De dónde la
beberán? Esa agua saldrá de las personas que saben decirle al Señor un sí total
y generoso con una vida entregada. Su ejemplo de vida será parecida a una
fuente de agua, nacida hace mucho tiempo en la profundidad de la tierra, que
sale al exterior mediante un goteo de pureza y frescura.
2) Para pensar
Alberto
García Aspe fue un exitoso futbolista mexicano. Jugó para los clubes mexicanos
Pumas, Necaxa, América, Puebla y el club argentino River Plate. También fue
seleccionado nacional para las Copas Mundiales de Estados Unidos 94, Francia 98
y Corea-Japón 2002. Ahora es comentarista de la cadena Fox Sports. Hace poco
dio su testimonio sobre su fe en Dios y su amor hacia la Virgen de Guadalupe:
“Hoy me siento realmente orgulloso de poder dar a conocer lo que Dios ha
logrado en mí y en mi familia, desde que tuve mi encuentro con Él”.
Alberto
reconoce que no siempre tuvo una fe viva: “Provengo de padres católicos, pero
la práctica de nuestra religión se limitaba a ir los domingos a Misa, o alguna
celebración; es decir, como católicos ‘light’. No practicábamos verdaderamente
la oración, ni hacíamos ayuno… ¡Hoy todo eso ha cambiado!”, explicó.
En
su vida el éxito y la fama lo llevaron a descuidar a la familia. Hubo momentos
difíciles, incluso llegó a pensar en el suicidio. Pero un día le avisaron del
hospital que su esposa estaba muy grave. El mismo médico le pidió que rezara
mucho por ella. Entonces ocurrieron dos sucesos que nunca olvidaría: Ya para
ser intervenida, una enfermera traía en su broche su nombre: Guadalupe. Su
esposa le preguntó si creía en la Virgen. La enfermera le respondió: ‘¡Sí, no
se preocupe, le aseguro que todo va a estar bien!’.
Luego,
esperando el resultado de la delicada intervención una amiga invitó a rezar el
Santo Rosario, y aunque al principio Alberto no quería, cedió. Y justo en el
momento en que terminó el rezo, sonó el teléfono; era el doctor con la noticia
de que su esposa estaba fuera de peligro. ¡Gracias a Dios estaba a salvo!
Entonces, pensó el jugador: “Comprendí que el Señor aún tenía planes para mí”.
Una enfermera con fe y una amiga que invita a rezar. Ambas coherentes con su
vocación y Dios se valió de ello para reavivarle la fe a otros. Concluía
Alberto: “detalles que definitivamente me acercaron más a Dios y a la Virgen de
Guadalupe”.
3) Para vivir
Ayudar
a otros a descubrir su vocación, es ayudarles a ser felices. Para ello es
preciso saberlos escuchar, estar dispuesto a dedicarles nuestro tiempo, a
convivir y, desde ahí, saber transmitirles la belleza, el estupor y la
maravilla de estar enamorados de Dios.
Cuando
se es fiel a la propia vocación, además de encontrar el sentido de la propia
vida, Dios presta su ayuda para llevarla a cabo. El Señor encuentra ‘camino
libre’ para obrar maravillas y hacer mucho bien a otras personas.
©
Pbro. José Martínez Colín
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Meditación
El
25 de marzo de 1945 la Santísima. Virgen se apareció en Ámsterdam (Holanda) a
Ida Peerdeman (†1996).Esa fue la primera de 56 apariciones que ocurrieron entre
los años 1945 y 1959. El 31 de mayo de 2002, el Obispo diocesano reconoció el origen sobrenatural de las
apariciones
La
Santísima. Virgen se manifiesta bajo una nueva advocación: “La Señora de todos
los Pueblos” o “La Madre de todos los Pueblos”. En este tiempo Ella desea ser
conocida y amada por todos con ese nombre.
De
forma profética nos ha dado sobre todo una impresionante visión de la situación
de la Iglesia y del mundo. En sus mensajes, María revela poco a poco un plan
con el cual Dios quiere salvar al mundo prepararlo a una nueva efusión del
Espíritu Santo por medio de la Madre. Por esto Ella da a los pueblos y a las
naciones una oración:
“Señor
Jesucristo, Hijo del Padre, manda ahora tu Espíritu sobre la tierra. Haz que el
Espíritu Santo habite en el corazón de todos los pueblos, para que sean
preservados de la corrupción, de las calamidades y de la guerra. Que la Señora
de todos los pueblos, la Santísima Virgen María, sea nuestra abogada, Amén”.
Los cinco minutos de María
Enero 20
La
Virgen fue pobre y vivió pobremente; no poseyó ni ambicionó bienes. María fue
pobre de bienes, pero inmensamente rica en dones.
Esta
verdad nos enseña que la escala de valores del Evangelio no condice con la del
mundo. Será muy conveniente que, de cuando en cuando, vayamos cotejando nuestra
propia escala de valores con la que Cristo nos señala en el Evangelio, la misma
que María vivió con fidelidad.
María, que llamada por Dios para ser Madre, fuiste la
“llena de gracia”, haz que valoremos las gracias que Dios no deja de
regalarnos.
* P. Alfonso Milagro
Jardinero de Dios
-el
más pequeñito de todos-
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