viernes, 13 de enero de 2017

Pequeñas Semillitas 3239

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 12 - Número 3239 ~ Viernes 13 de Enero de 2017
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Amado Jesús, te entrego mi corazón en este día y te pido que me ayudes a descubrir cuáles son las actitudes que podrían destruir las relaciones con mi familia. Oh amado Padre, envía tu Espíritu Santo sobre mí ahora, a todo mi interior, para que yo asuma con un compromiso firme, las cosas que no estoy haciendo bien. Te necesito, Dios, en mi corazón, ven a vivir en él para que tenga una vida nueva. Que tenga siempre un corazón puro para vivir de acuerdo con tu palabra. Quiero que mi voluntad esté guiada por tu instrucción de vida para tomar nuevos caminos y transformar algunas acciones que no me están haciendo bien. Lléname con la fuerza de tu amor, para que tenga la valentía de ser diferente, aunque me cueste mucho aceptar que me equivoco y que debo cambiar lo que no construye a mi familia, eso que la lleva a la tristeza y a la desesperación de los problemas. Amén. (Píldoras de Fe)

¡Buenos días!

Comparte con generosidad
Encerrarte en ti mismo te dejará atrofiado y no te realizarás jamás. Una señal de madurez es entregarte más a los demás que a ti mismo. San Pablo insiste que seamos ricos en buenas obras, que demos con generosidad. “Así —dice— adquirirán para el futuro un tesoro que les permitirá alcanzar la verdadera Vida”, (1 Tm 6, 17-19).

“Derrama en mi interior, Señor, una gran disponibilidad, para que sea capaz de dar sin medida, para que aprenda a compartir lo que tengo buscando la felicidad de los demás. Muéstrame la grandeza de dar con alegría. Ayúdame a descubrir la hermosura del cántaro, que existe para saciar la sed de los demás. Descúbreme la inmensa dignidad de todas las personas, que tienen derecho a ser parte de mi vida. Dame un amor generoso y humilde dispuesto a compartir con los demás mi propia vida, mis talentos, mis bienes, mi tiempo. Que pueda entregarme sin resistirme, que pueda amarlos con tu amor y mirarlos con tu mirada. Amén” (Víctor M. Fernández).

En vez de buscar el beneficio personal, pregúntate, ¿qué puedo compartir hoy? Empieza a dar y a darte, guiado por el deseo de satisfacer las necesidades de los otros. Cada uno tiene algo para compartir. Dinero, talento, tiempo o una simple oración. La generosidad nos pone en sintonía con nuestra semejanza divina. Ánimo, inténtalo.
* Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
Entró de nuevo en Cafarnaum; al poco tiempo había corrido la voz de que estaba en casa. Se agolparon tantos que ni siquiera ante la puerta había ya sitio, y Él les anunciaba la Palabra.
Y le vienen a traer a un paralítico llevado entre cuatro. Al no poder presentárselo a causa de la multitud, abrieron el techo encima de donde Él estaba y, a través de la abertura que hicieron, descolgaron la camilla donde yacía el paralítico. Viendo Jesús la fe de ellos, dice al paralítico: «Hijo, tus pecados te son perdonados».
Estaban allí sentados algunos escribas que pensaban en sus corazones: «¿Por qué éste habla así? Está blasfemando. ¿Quién puede perdonar pecados, sino Dios sólo?». Pero, al instante, conociendo Jesús en su espíritu lo que ellos pensaban en su interior, les dice: «¿Por qué pensáis así en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil, decir al paralítico: ‘Tus pecados te son perdonados’, o decir: ‘Levántate, toma tu camilla y anda?’ Pues para que sepáis que el Hijo del hombre tiene en la tierra poder de perdonar pecados -dice al paralítico-: ‘A ti te digo, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa’». Se levantó y, al instante, tomando la camilla, salió a la vista de todos, de modo que quedaban todos asombrados y glorificaban a Dios, diciendo: «Jamás vimos cosa parecida». (Mc 2,1-12)

Comentario:
Hoy vemos nuevamente al Señor rodeado de un gentío: «Se agolparon tantos que ni siquiera ante la puerta había ya sitio» (Mc 2,2). Su corazón se deshace ante la necesidad de los otros y les procura todo el bien que se puede hacer: perdona, enseña y cura a la vez. Ciertamente, les dispensa ayuda a nivel material (en el caso de hoy, lo hace curando una enfermedad de parálisis), pero —en el fondo— busca lo mejor y primero para cada uno de nosotros: el bien del alma.
Jesús-Salvador quiere dejarnos una esperanza cierta de salvación: Él es capaz, incluso, de perdonar los pecados y de compadecerse de nuestra debilidad moral. Antes que nada, dice taxativamente: «Hijo, tus pecados te son perdonados» (Mc 2,5). Después, lo contemplamos asociando el perdón de los pecados —que dispensa generosa e incansablemente— a un milagro extraordinario, “palpable” con nuestros ojos físicos. Como una especie de garantía externa, como para abrirnos los ojos de la fe, después de declarar el perdón de los pecados del paralítico, le cura la parálisis: «‘A ti te digo, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa’. Se levantó y, al instante, tomando la camilla, salió a la vista de todos» (Mc 2,11-12).
Este milagro lo podemos revivir frecuentemente nosotros con la Confesión. En las palabras de la absolución que pronuncia el ministro de Dios («Yo te absuelvo en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo») Jesús nos ofrece nuevamente —de manera discreta— la garantía externa del perdón de nuestros pecados, garantía equivalente a la curación espectacular que hizo con el paralítico de Cafarnaum.
Ahora comenzamos un nuevo tiempo ordinario. Y se nos recuerda a los creyentes la urgente necesidad que tenemos del encuentro sincero y personal con Jesucristo misericordioso. Él nos invita en este tiempo a no hacer rebajas ni descuidar el necesario perdón que Él nos ofrece en su alcoba, en la Iglesia.
* Rev. D. Joan Carles MONTSERRAT i Pulido (Cerdanyola del Vallès, Barcelona, España)

Santoral Católico:
San Hilario de Poitiers
Obispo y Doctor de la Iglesia
 
Nació en Poitiers (Francia), de una distinguida familia pagana, a principios del siglo IV. Recibió una excelente formación. Estaba casado y tenía una hija, que abrazaron la fe cristiana junto con él. Hacia el año 350 fue elegido obispo de su ciudad natal. Luchó valerosamente contra los arrianos, proclamando con firmeza la divinidad de Jesucristo, y fue desterrado a Oriente por el emperador Constancio. Teólogo, historiógrafo y exégeta bíblico, escribió varias obras admirables por su sabiduría y doctrina, entre ellas el tratado “De Trinitate”, destinadas a consolidar la fe católica y a interpretar la Sagrada Escritura. Regresó a Poitiers, y allí murió el año 367.
Oración: Concédenos, Dios todopoderoso, progresar cada día en el conocimiento de la divinidad de tu Hijo y proclamarla con firmeza, como lo hizo, con celo infatigable, tu obispo y doctor san Hilario. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
© Directorio Franciscano      

Pensamiento del día

"La oración, ese trato diario y familiar que debemos tener con Dios,
sea mediante las oraciones que hemos aprendido,
sea en un diálogo espontáneo y personal,
es indispensable para cumplir bien con la misión que tenemos en la vida"
Mons. Andrés Stanovnik

Tema del día:
Centenario de la Virgen de Fátima
Por los 100 años de las apariciones de la Virgen de Fátima en Portugal, que se cumplirán este año, el Papa Francisco ha decidido conceder la indulgencia plenaria durante todo el Año Jubilar que comenzó el 27 de noviembre y terminará  el 26 de noviembre de 2017.

El Santuario de Fátima indicó que para obtener las indulgencias plenarias los fieles deben  cumplir primero con condiciones habituales: confesarse, comulgar y rezar por las intenciones del Santo Padre.

En declaraciones a ACI Prensa, el secretario de la rectoría del Santuario de Fátima en Portugal, André Pereira, explicó que las indulgencias plenarias podrán obtenerse durante todo el Año Jubilar y para ello existen tres maneras, detalladas en un comunicado publicado en el sitio web del santuario.

1.- Peregrinar al Santuario
La primera forma es que “los fieles vengan en peregrinación al Santuario de Fátima en Portugal y que allí participen en una celebración u oración dedicada a la Virgen”.
Además de ello los fieles deben rezar el Padrenuestro, recitar el Credo e invocar a la Madre de Dios.

2.- Ante cualquier imagen de la Virgen de Fátima en todo el mundo
La segunda forma se aplica para “los fieles piadosos que visitan con devoción una imagen de Nuestra Señora de Fátima expuesta solemnemente a la veneración pública en cualquier templo, oratorio o local adecuado en los días de los aniversarios de las apariciones, el 13 de cada mes desde mayo hasta octubre (de 2017), y participen allí devotamente en alguna celebración u oración en honor de la Virgen María”.
Al respecto de la segunda forma, el secretario de la rectoría del Santuario de Fátima indicó a ACI Prensa que la visita a la imagen la Virgen “no tiene que ser necesariamente solo en Fátima o exclusivamente en Portugal” sino que puede ser en cualquier parte del mundo.
También se debe rezar un Padrenuestro, el Credo e invocar a la Virgen de Fátima.

3.- Ancianos y enfermos
La tercera forma de obtener una indulgencia se aplica a las personas que por la edad, enfermedad u otra causa grave estén impedidos de movilizarse.
Pueden rezar ante una imagen de la Virgen de Fátima y deben unirse espiritualmente en las celebraciones jubilares en los días de las apariciones, los días 13 de cada mes, entre mayo y octubre de 2017.
Además tienen que “ofrecer con confianza a Dios misericordioso, a través de María, sus oraciones y dolores o los sacrificios de su propia vida”.
Fuente: Aciprensa

Meditación

Cuenta la historia que hace mucho tiempo atrás vivía un hombre muy bueno y generoso que le encantaba compartir con los demás.
Cada vez que el buen hombre comía o desayunaba siempre dejaba la mitad de sus alimentos para compartirlos con algún pordiosero o necesitado que viviera en las calles.
Cuando el hombre no estaba compartiendo sus alimentos, pasaba al hospital a visitar a los enfermos o a los ancianos de los diferentes asilos.
Este hombre lo compartía todo, más que sus alimentos le encantaban compartir su tiempo para consolar a las personas necesitadas de consuelo.
Un día llego un señor muy enfermo a uno de los hospitales que este buen hombre visitaba.
El buen samaritano se enteró que al señor le quedaba poco tiempo de vida y le dedicó todo el tiempo posible.
El mismo samaritano llegaba al hospital a bañarlo a cambiarlo y a servirle en todo al pobre enfermo.
Cuando el señor murió le dejó una carta al buen samaritano que decía esta fue mi última semana de vida pero con todo y eso fue la mejor de todas las semanas… Gracias por tanto amor.

Los cinco minutos de María
Enero 13
Cuando el día de la Anunciación María recibió el aviso del ángel y aceptó los planes de Dios, no conocía muchos detalles, pero se puso ciegamente en las manos de su Señor.
Ese será el mérito de nuestra fe: confiar plenamente en la bondad y en la providencia divina. Aceptemos los planes de Dios y estemos seguros de que todo lo que Dios nos permita en nuestra vida ha de ser, en último término, para nuestro bien espiritual.
Arrojémonos, pues,  como niños pequeñitos en los brazos de nuestro Padre Dios y dejemos que Él desarrolle en nosotros sus planes.
María, ayúdanos a confiar en Dios aun cuando todo nos empuje al temor y desaliento.
* P. Alfonso Milagro

Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-

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