PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año
12 - Número 3253 ~ Viernes 27 de Enero de 2017
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Dios
mío, te doy gracias por este día. Sé que
aún no he logrado todo lo que esperas de mí y si esa es la razón por la cual me
bañas en el fresco rocío de otro amanecer; me siento muy agradecido. Estoy preparado al fin, a hacer que te
sientas orgulloso de mí. Me olvidaré del
día de ayer, con todas sus pruebas y tribulaciones, con todos sus agravios y
sus frustraciones. El pasado ya es un
sueño del cual no puedo recuperar ni una sola palabra, ni borrar ningún acto
imprudente. Sin embargo, tomaré la decisión
de que si en el día de ayer lastimé a alguien a través de mi imprudencia o mi
irreflexión, no dejaré que el día de hoy el sol se ponga sin rectificarme y
nada de lo que haga en este día tendrá mayor importancia.
¡Buenos días!
Saber decidirse
Avanzar
ante obstáculos abrumadores es arriesgarse a fracasar. Pero se deben correr los
riesgos porque el peligro más grande en la vida es no arriesgar nada. La
persona que no arriesga nada, no hace nada, no tiene nada, no es nada. Podrá
evitar el sufrimiento y la tristeza, pero no puede aprender, sentir, cambiar,
crecer ni amar.
Muchas veces nos conformamos en vez de arriesgarnos,
sin pensar que cada día que pasa nunca volverá. Debemos recordar que: “Nada
está escrito. Nada está hecho. Nada es imposible”. Todo depende de nuestra
voluntad. De esa fuerza que nos sale de adentro. De decir "¡Sí,
puedo!" a cada desafío. Tenemos el poder. Cuando estamos decididos, cuando
de verdad queremos algo, no hay obstáculo capaz de interponerse. Si queremos...
podemos llegar más lejos. Si queremos... podemos llegar más alto. Si
queremos... podemos hacer lo que sea. Sólo hay que proponérselo, y trabajar
para lograrlo. ¡Yo sé que tú puedes!
Temores
y ansiedades pueden anular tus energías y frustrar el logro de tus objetivos.
Para superar estos miedos confía en el Señor. Él te acompaña y está dispuesto a
darte una mano. Déjale el cuidado de todas tus cosas y abandónate en él. Todo
te irá mejor y tus problemas se resolverán con tranquilidad según sus
designios.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En
aquel tiempo, Jesús decía a la gente: «El Reino de Dios es como un hombre que
echa el grano en la tierra; duerma o se levante, de noche o de día, el grano
brota y crece, sin que él sepa cómo. La tierra da el fruto por sí misma;
primero hierba, luego espiga, después trigo abundante en la espiga. Y cuando el
fruto lo admite, en seguida se le mete la hoz, porque ha llegado la siega».
Decía
también: «¿Con qué compararemos el Reino de Dios o con qué parábola lo
expondremos? Es como un grano de mostaza que, cuando se siembra en la tierra,
es más pequeña que cualquier semilla que se siembra en la tierra; pero una vez
sembrada, crece y se hace mayor que todas las hortalizas y echa ramas tan grandes
que las aves del cielo anidan a su sombra». Y les anunciaba la Palabra con
muchas parábolas como éstas, según podían entenderle; no les hablaba sin
parábolas; pero a sus propios discípulos se lo explicaba todo en privado. (Mc 4,26-34)
Comentario:
Hoy
Jesús habla a la gente de una experiencia muy cercana a sus vidas: «Un hombre
echa el grano en la tierra (...); el grano brota y crece (...). La tierra da el
fruto por sí misma; primero hierba, luego espiga, después trigo abundante en la
espiga» (Mc 4,26-28). Con estas palabras se refiere al Reino de Dios, que
consiste en «la santidad y la gracia, la Verdad y la Vida, la justicia, el amor
y la paz» (Prefacio de la Solemnidad de Cristo Rey), que Jesucristo nos ha
venido a traer. Este Reino ha de ser una realidad, en primer lugar, dentro de
cada uno de nosotros; después en nuestro mundo.
En
el alma de cada cristiano, Jesús ha sembrado —por el Bautismo— la gracia, la
santidad, la Verdad... Hemos de hacer crecer esta semilla para que fructifique
en multitud de buenas obras: de servicio y caridad, de amabilidad y
generosidad, de sacrificio para cumplir bien nuestro deber de cada instante y
para hacer felices a los que nos rodean, de oración constante, de perdón y
comprensión, de esfuerzo por conseguir crecer en virtudes, de alegría...
Así,
este Reino de Dios —que comienza dentro de cada uno— se extenderá a nuestra
familia, a nuestro pueblo, a nuestra sociedad, a nuestro mundo. Porque quien
vive así, «¿qué hace sino preparar el camino del Señor (...), a fin de que
penetre en él la fuerza de la gracia, que le ilumine la luz de la verdad, que
haga rectos los caminos que conducen a Dios?» (San Gregorio Magno).
La
semilla comienza pequeña, como «un grano de mostaza que, cuando se siembra en
la tierra, es más pequeña que cualquier semilla que se siembra en la tierra;
pero una vez sembrada, crece y se hace mayor que todas las hortalizas» (Mc
4,31-32). Pero la fuerza de Dios se difunde y crece con un vigor sorprendente.
Como en los primeros tiempos del cristianismo, Jesús nos pide hoy que
difundamos su Reino por todo el mundo.
* Rev. D. Jordi PASCUAL i Bancells (Salt, Girona,
España)
Santoral Católico:
Santa Ángela de Mérici
Fundadora
Nació
de familia modesta alrededor del año 1470 en Desenzano del Garda (Brescia). Su
idea de abrir escuelas para niñas era revolucionaria en un tiempo en que la
educación académica se reservaba a los muchachos. A la edad de quince años
quedó huérfana de padre y madre. Fue en peregrinación a Tierra Santa y, al
regreso, comprendió que su misión era atender a las niñas desamparadas. Tomó el
hábito de la Tercera Orden Franciscana, y reunió un grupo de jóvenes, que
vestían como las demás jóvenes del medio rural, a las que enseñó a buscar la
santidad de vida en el mundo y a las que instruyó en la práctica de las obras
de caridad. El año 1535 fundó en Brescia un instituto femenino, la Compañía de
Santa Úrsula (las comúnmente llamadas Ursulinas), dedicado a la formación
cristiana de las niñas pobres, y a la promoción cultural y educación en la fe
de las futuras madres de familia. Murió en Brescia el 27 de enero de 1540.
Oración: Señor, que no deje de encomendarnos a tu
misericordia la santa virgen Ángela de Mérici, para que, siguiendo sus ejemplos
de caridad y prudencia, sepamos guardar tu doctrina y llevarla a la práctica en
la vida. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
© Directorio Franciscano
Pensamiento del día
"La medida de llevar las empresas más difíciles
es el amor.
El amor pone alas en la vida.
No es verdad que el amor hace todas las cosas fáciles,
sino que el amor te hace capaz de superar las más
difíciles".
-J. Elliot-
Temas Médicos:
Clonación humana o trasplante nuclear
Los
experimentos que activan óvulos a través de diversas técnicas suscitan una
marea de dudas: ¿Fue clonación? ¿Se obtuvo un embrión humano? ¿No se consiguió
un embrión, sino algo parecido?
Son
varios los motivos de tales dudas. Por un lado, la misma complejidad de algunos
experimentos. Por otro, la difícil frontera que separa a la filosofía y a la
ciencia a la hora de definir la frontera que separa al óvulo del zigoto formado
tras la activación. Además, no hay que olvidarlo, existen intereses económicos
y de otro tipo que buscan avanzar en este tipo de experimentos y que intentan
conseguir una opinión pública serena o, al menos, confundida.
Por
eso, frente a la confusión que puede haber ante este tipo de experimentos, no
basta con empezar discusiones en las que al final no se sabe exactamente qué ha
ocurrido: ¿Hubo o no hubo clonación humana? ¿Fueron producidos en el
laboratorio embriones humanos y luego destruidos para extraer de los mismos
células madre embrionarias?
Hay
que ir más allá de las dudas para dejar claras algunas certezas.
La
primera certeza es que nunca será correcto usar y destruir una vida humana,
aunque a raíz de tal uso se obtenga la curación de otro ser humano o un
progreso científico.
La
segunda certeza es que todo experimento que implique activación de óvulos con
dudas sobre su resultado (¿fue o no fue un embrión humano?) va contra el
respeto a la ética y a la justicia. No se puede jugar con la duda cuando está
en juego una realidad que podría ser un nuevo ser humano, un hijo producido en
laboratorio.
La
tercera certeza es que nunca deben ser producidos seres humanos en laboratorio,
porque tal producción supone no respetarlos en su dignidad y porque pone en
serio peligro su propia existencia.
Desde
luego, cada una de esas certezas se construye sobre otra mucho más compleja y
difícil de probar: la que admite que en todo ser humano existe un alma
espiritual que funda su valor intrínseco. Sin esa certeza corremos el peligro
no sólo de no respetar a los embriones, sino tampoco a los adultos, que tienen
dignidad no por lo que hacen, sino simplemente por poseer un alma espiritual.
Es
importante recordar estas certezas ante las noticias que llegan y que pasan
sobre posibles clonaciones humanas. No sólo para detener una "hybris"
(un exceso, un abuso) de quienes tienen medios técnicos y saberes muy
poderosos, sino para enseñar a quienes trabajan en los laboratorios que con su
ciencia y sus aparatos están llamados no a destruir, sino a servir y respetar
la vida de cualquier ser humano desde el mismo momento de su concepción.
Autor:
Fernando Pascual
Mensaje de María Reina de la Paz
Mensaje de María Reina de la Paz del 25 de enero de
2017
“¡Queridos
hijos! Hoy os invito a orar por la paz. Paz en los corazones, paz en las familias
y paz en el mundo. Satanás es fuerte y quiere poneros a todos en contra de
Dios, haceros regresar a todo lo que es humano y destruir en los corazones todo
sentimiento hacia Dios y las cosas de Dios. Vosotros, hijos míos, orad y luchad
contra el materialismo, el modernismo y el egoísmo que el mundo os ofrece.
Hijos míos, decidíos por la santidad, y yo, con mi Hijo Jesús, intercedo por
vosotros. Gracias por haber respondido a mi llamada”
Meditación
¿Por
qué Dios ha puesto en el hombre ese deseo tan intenso, si luego resulta que es
malo?
Ya
hemos dicho que el deseo sexual no es malo de por sí, ni mucho menos. La
lujuria -el mal uso del sexo- es una deformación de la legítima apetencia
sexual humana, igual que el cáncer de hígado es una alteración del hígado,
órgano que nada tiene de innoble. Confundir el deseo sexual con la lujuria
sería como confundir un órgano con el tumor que lo está destruyendo.
De
la misma manera que un tumor destruye un órgano cuando sus propias células
tienen un desarrollo ajeno a su función natural, puede decirse que la búsqueda
del placer sexual fuera de sus leyes naturales produce una alteración en la
función sexual natural del hombre.
Las
grandes energías (como el impulso sexual, sin el que la persona no puede
madurar como tal), si se desconectan de su unidad humana originaria, pueden
desplegar un gran poder de destrucción. La sexualidad bien vivida en el
matrimonio es algo estupendo, pero fuera de sus límites naturales es algo
realmente peligroso: igual que es estupendo hacer fuego un día de invierno en
la chimenea, pero es peligroso encenderlo encima de la moqueta o del sofá.
Alfonso
Aguiló
Los cinco minutos de María
Enero 27
En
el Magníficat, María proclama la conducta de Dios con los poderosos de la
tierra, dominados por el dinero, por el poder, por la influencia, tienen como
meta la conquista del mundo: Dios los derriba de su trono, de la altura de su
soberbia; los deja vacíos de los bienes del cielo, por haber permitido que los
bienes terrenos secaran su corazón.
Los
humildes, por el contrario, son bendecidos por Dios, elevados a su gracia y a
su amor, y por eso llegarán a conquistar el cielo.
María, enséñanos la disponibilidad y la aceptación
del plan de Dios sobre nosotros y el mundo.
* P. Alfonso Milagro
Jardinero de Dios
-el
más pequeñito de todos-
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