sábado, 7 de enero de 2017

Pequeñas Semillitas 3233

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 12 - Número 3233 ~ Sábado 7 de Enero de 2017
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Mi buen Jesús, te doy gracias porque cada día, en el que me regalas tu Palabra, es una clara invitación a transformar mi vida en acciones que reflejen tu bondad y tu misericordia con los demás. Tengo que ser coherente con mi vida de fe. No puedo llamarme cristiano si oro todo el día y me desentiendo de los hermanos que están atravesando por necesidades. Es fácil decir "Señor, Señor", pero hacer tu voluntad como la hizo tu Santa Madre y tus discípulos, ¡sí que cuesta! Dame la gracia para ser fuerte en este camino. Cuento con tu bendición que me edifica y hace que viva mi vida centrada en la roca que eres Tú. Quiero decirte ese «Sí» definitivo que abra mi conciencia para buscar siempre la santidad y responderte con amor en toda situación. Limpia este vagabundo corazón de la pereza espiritual y transfórmalo en uno nuevo que te ame con gran pasión y que su dirección siempre apunte hacia tu bondad y tu misericordia con los más débiles.
Mi buen Jesús, te doy gracias por el ejemplo de María, la Virgen, nuestra modelo de discípulo. En ella encuentro una invitación a guardar en mi corazón todas las Palabras que me comunicas. Te pido, Señor mío, que hoy me des la posibilidad de ser agradecido siempre, que no olvide fácilmente todas las bendiciones que me han dado. Gracias por la bendición de tener una familia en la que Tú me manifiestas que me amas. Gracias por cada uno de sus miembros y todo lo que me hacen sentir. Te suplico que en este momento la bendigas y le hagas sentir tu presencia maravillosa. Amén.

¡Buenos días!

Un rinconcito de Cielo basta
Para la persona de fe, todo sucede porque lo quiere o lo permite Dios. Y él es experto en sacar bien del mal. Imagínate el río de bendiciones que bajó del Calvario donde murió Jesús en la cruz. También él tiene proyectos de salvación para cada una de tus contradicciones aceptadas en paz.

Un día el novel sacerdote Juan Bosco preguntó a san Benito Cottolengo: ¿Qué remedio hay para las personas aburridas de la vida, desesperadas y llenas de mal genio por la pobreza, las enfermedades o por el mal trato que reciben? Mira, querido Bosco -respondió Cottolengo. Estos males espirituales son los más comunes. Para combatirlos, Dios da un remedio excelente: pensar en el Cielo que nos espera. Recuérdales que un rinconcito de cielo lo arregla todo.
Se fue Don Bosco a practicar el consejo y pronto notó maravillosos resultados. Acudía a él gente malhumorada, personas tristes y angustiadas. Don Bosco les hablaba de cómo hay que vivir con la alegría del cielo que nos espera, porque es breve el penar y eterno el gozar. Aquellas personas cambiaban de semblante. Parecían renacer de nuevo…

Hay una oración muy buena para rezar si nos suceden esas cosas desagradables que no tienen más solución: “Señor, concédeme fortaleza para solucionar lo que tiene solución; pero, valor para aceptar lo que ya no tiene solución; y sabiduría para reconocer la diferencia”. Es una sabia lección que se resume así: “Aceptar, olvidar, y seguir adelante”.
* Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En aquel tiempo, cuando Jesús oyó que Juan estaba preso, se retiró a Galilea. Y dejando la ciudad de Nazaret, fue a morar en Cafarnaúm, ciudad marítima, en los confines de Zabulón y de Neftalí. Para que se cumpliese lo que dijo Isaías el profeta: «Tierra de Zabulón y tierra de Neftalí, camino de la mar, de la otra parte del Jordán, Galilea de los gentiles. Pueblo que estaba sentado en tinieblas, vio una gran luz, y a los que moraban en tierra de sombra de muerte les nació una luz».
Desde entonces comenzó Jesús a predicar y a decir: «Haced penitencia, porque el Reino de los cielos está cerca». Y andaba Jesús rodeando toda Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos y predicando el Evangelio del Reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia del pueblo. Y corrió su fama por toda Siria, y le trajeron todos los que tenían algún mal, poseídos de varios achaques y dolores, y los endemoniados, y los lunáticos y los paralíticos, y los sanó. Y le fueron siguiendo muchas gentes de Galilea y de Decápolis y de Jerusalén y de Judea, y de la otra ribera del Jordán. (Mt 4,12-17.23-25)

Comentario:
Hoy, por así decirlo, recomenzamos. El «Pueblo que estaba sentado en tinieblas, vio una gran luz» (Mt 4,16), nos dice el profeta Isaías, citado en este Evangelio de hoy, y que nos remite al que escuchábamos en Nochebuena. Volvemos a comenzar, tenemos una nueva oportunidad. El tiempo es nuevo, la ocasión lo merece, dejemos —humildemente— que el Padre actúe en nuestra vida.
Hoy comienza el tiempo en que Dios nos da una vez más su tiempo para que lo santifiquemos, para que estemos cerca de Él y hagamos de nuestra vida un servicio de cara a los otros. La Navidad se acaba, lo hará el próximo domingo —si Dios quiere— con la fiesta del Bautismo del Señor, y con ella se da el pistoletazo de salida para el nuevo año, para el tiempo ordinario —tal y como decimos en la liturgia cristiana— para vivir in extenso el misterio de la Navidad. La Encarnación del Verbo nos ha visitado en estos días y ha sembrado en nuestros corazones, de manera infalible, su Gracia salvadora que nos encamina, nuevamente, hacia el Reino del Cielo, el Reino de Dios que Cristo vino a inaugurar entre nosotros, gracias a su acción y compromiso en el seno de nuestra humanidad.
Por esto, nos dice san León Magno que «la providencia y misericordia de Dios, que ya tenía pensado ayudar —en los tiempos recientes— al mundo que se hundía, determinó la salvación de todos los pueblos por medio de Cristo».
Ahora es el tiempo favorable. No pensemos que Dios actuaba más antes que ahora, que era más fácil creer cerca de Jesús —físicamente, quiero decir— que ahora que no le vemos tal como es. Los sacramentos de la Iglesia y la oración comunitaria nos otorgan el perdón y la paz y la oportunidad de participar, nuevamente, en la obra de Dios en el mundo, a través de nuestro trabajo, estudio, familia, amigos, diversión o convivencia con los hermanos. ¡Que el Señor, fuente de todo don y de todo bien, nos lo haga posible!
* Rev. D. Jordi CASTELLET i Sala (Sant Hipòlit de Voltregà, Barcelona, España)

Santoral Católico:
San Raimundo de Peñafort
Presbítero Dominico 
Nació hacia el año 1175, en Peñafort, cerca de Barcelona, España.
Fue primero canónigo de la iglesia barcelonesa y después ingresó en la Orden de Predicadores. Pronto demuestra tener una extraordinaria inteligencia, y a los 20 años es profesor de filosofía en Barcelona.
En 1219, fue nombrado archidiácono de la diócesis de Barcelona. Se destacó por su amor a los pobres.
Hacia los 30 años, fue a la prestigiosa Universidad de Bolognia, Italia para perfeccionar su derecho civil y canónico. Allí se doctoró y fue profesor. 
Eminente canonista, editó, por mandato del papa Gregorio IX, la compilación de las Decretales. Elegido tercer general de su Orden, la gobernó con sabiduría y prudencia. Entre sus escritos destacan las obras destinadas a la administración genuina y provechosa del sacramento de la penitencia.
Fue consejero del rey Jaime I de Aragón. Propició la acción misionera frente a las herejías y entre los musulmanes y los judíos, y apoyó a san Pedro Nolasco en la fundación de los Mercedarios para la redención de cautivos. Murió en Barcelona el 6 de enero de 1275.
Oración: Oh Dios, que diste a san Raimundo de Peñafort una entrañable misericordia para con los cautivos y los pecadores, concédenos por su intercesión que, rotas las cadenas del pecado, nos sintamos libres para cumplir tu divina voluntad. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
© Directorio Franciscano      

Pensamiento del Santo Padre Pío
“La oración es la mejor arma que tenemos;
es la llave al corazón de Dios.
Debes hablarle a Jesús,
no solo con tus labios sino con tu corazón.
En realidad, en algunas ocasiones
debes hablarle solo con el corazón...”

Historias:
Nadie muere en la víspera

La retribución de un favor, no solicitado, es una de las actitudes más engrandecedoras del ser humano.

En el mes de agosto de 2001, Moshe (nombre ficticio), un exitoso empresario de Nueva York, viajó por negocios a Israel. El jueves 9, entre una reunión y otra, el empresario aprovechó para comer algo en una pizzería de la esquina, en el centro de Jerusalén.

El lugar estaba llenísimo. Moshe se dio cuenta que iba a tener que esperar mucho en una gran fila, si quisiese comer algo, pero realmente no tenía tanto tiempo. Indeciso e impaciente, se acercó al mostrador esperando un milagro.

Viendo la angustia del extranjero, un israelí le ofreció pasar  primero que él. Muy agradecido, Moshe aceptó. Hizo su pedido, comió rápidamente y se dirigió a su próxima reunión. Menos de 2 minutos después de haber salido, oyó un ruido terrible.

Asustado, le pregunto a un muchacho que venía por el mismo camino que él, que había pasado. Le dijo que un hombre bomba había detonado una bomba en la  pizzería. Moshe se puso blanco. Por apenas 2 minutos, escapó del atentado.

Inmediatamente se acordó del israelí que le ofreció su lugar en la fila. Seguramente todavía estaba en la pizzería. Aquel hombre salvó su vida y ahora podría estar muerto. Asustado, corrió para el local  del atentado para ver si aquel hombre necesitaba ayuda. Pero encontró un caos total.

La Jihad Islámica había colocado muchos clavos en la bomba para aumentar su poder destructivo. Además del terrorista de 23 años, otras 18 personas murieron, entre ellas 6 chicos. Otras 90 estaban heridas, algunas gravemente. Las sillas de la pizzería estaban desparramadas por la calle, las personas gritaban y lloraban y algunas trataban de ayudar. Policías y voluntarios socorrían a todos los que estaban ensangrentados, heridos y muertos por la calle. Una mujer con su bebe lleno de sangre gritaba por ayuda.

Moshe busco a su salvador entre los ruidos de las sirenas, pero no consiguió encontrarlo. Decidió que intentaría por todos los medios saber lo que ocurrió con su salvador. Estaba vivo gracias a él y necesitaba saber si él vivía o no, para ayudarlo y sobre todo, agradecerle  por su vida. Su gratitud hizo que se olvidara de la reunión que tenía. Comenzó a recorrer los hospitales, y finalmente  lo encontró herido pero fuera de peligro.  Conversó con el hijo de este israelí que ya estaba al lado de su padre y le contó lo que había ocurrido.

Le dijo que le debía su vida, por eso podían contar con él para cualquier ayuda que necesitasen. Le dejo su tarjeta personal e insistió que le avisaran en caso de que precisen algo.

Un mes después, Moshe recibe un llamado de este muchacho a Nueva York, diciendo que su padre necesitaba hacerse una operación de emergencia y según el médico, el mejor hospital para ese tipo de cirugía estaba en  Boston. Moshe no lo pensó dos veces y organizó todo para poder operarlo en pocos días. Además, insistió en ir a recibirlo a Boston personalmente.

Tal vez otra persona no hubiese hecho tanto, pero Moshe sentía la necesidad de devolver el gran favor. Ese martes por la mañana, Moshe no fue a trabajar para viajar a Boston y recibir a su amigo. Por lo tanto ese día a las 9 hrs. de la mañana del 11 de septiembre de 2001, no estuvo en su oficina del piso 101 de las torres gemelas...
(Relatado por el Rabino Issocher Frand)

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Humor
Un hombre y una mujer estuvieron casados por más de 60 años. Ellos habían compartido todo, hablaban de todo y no se habían guardado ningún secreto nunca. Lo único que no compartían era que la viejita tenía en su closet una caja de zapatos y le había pedido a su esposo que nunca la abriera y que no le preguntara sobre ella. Durante todos estos años, él nunca pensó en la caja, pero un día la viejita se enfermó mucho y el doctor les dijo que ya no se recuperaría de su enfermedad.
El viejito tratando de arreglar todas las cosas de la viejita antes de que muriera, se topó con la caja de zapatos y se la llevó a la viejita a su cama. Ella le dijo que ya era tiempo de que supiera lo que había adentro.
Cuando la abrió encontró 2 muñecas de crochet y una pila de dinero, eran 95.000 dólares.  Él, sorprendido, le preguntó sobre el contenido de la caja y ella le dijo ' Cuando nos casamos, mi abuela me dijo que el secreto de un buen matrimonio era nunca discutir, me dijo que cada vez que me enojara contigo, yo debería guardar silencio y tejer una muñequita de crochet'.
El viejito se tuvo que contener para no derramar unas lágrimas, ya que sólo había dos muñecas en la caja. Así que ella sólo se había enojado con él dos veces, en todos esos años llenos de amor y entendimiento. Él estaba que no se la creía y sumamente conmovido.
'Oye amor', le dijo el viejito ya entendí lo de las muñecas...'pero ¿y el dinero?, ¿de dónde salió?'   
'Ah', le dijo la viejita, 'ese dinero es lo que gané de todas las muñecas que vendí durante todos estos años'.

Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración para Jefferson Samir G. F., de Colombia, quien se encuentra atravesando episodios de hipertensión muy delicados, toda vez que se ha programado una cirugía relativamente pronto y no han podido aun controlar su situación. Su esposa Sandy se encuentra igualmente preocupada, en estado de gestación, ya en el octavo mes. Pedimos al Señor coloque sus Santas Manos Sanadoras sobre esta pareja y con fe y esperanza, confiados en la intercesión de nuestra Señora de la Esperanza, todo saldrá bien.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Los cinco minutos de María
Enero 7
El amor es el motor de las acciones del cristiano, pero es también la brújula que orienta y al mismo tiempo la meta del esfuerzo que pone en seguir el camino. Así, el amor es la explicación de la vida del cristiano, como lo fue de la vida de la Virgen María, que podría sintetizarse como la vivencia plena y sin restricciones del amor a Dios y del amor al prójimo.
La piedad la invoca como “Madre del amor hermoso”; pidámosle entonces, que nos enseñe a amar como ella amó, a quienes ella amó, y por los mismos motivos que ella los amó.
María, eres la síntesis perfecta del amor a Dios y al prójimo, enséñanos a amar de verdad.
* P. Alfonso Milagro

Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-

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