PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año
12 - Número 3232 ~ Viernes 6 de Enero de 2017
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Los
Reyes Magos tienen unos 2.000 años de antigüedad. En contraste con la Historia
de Papá Noel cuya costumbre se estableció en el siglo XIX y su imagen actual se
la debe a la publicidad de Coca-Cola.
La
historia vincula a los reyes con el nacimiento de Jesús de Nazaret y, tal y
como narra el evangelio se expone que con el nacimiento Del Niño Jesús la Virgen
recibió la visita de los Reyes Magos y, cada uno de ellos portaba un obsequio
por el nacimiento. En sus cofres transportaban mirra, oro e incienso para
simbolizar la riqueza.
Las
lecturas de hoy nos muestran la luz y las tinieblas enfrentadas, no en el cielo
que vemos con nuestros ojos, sino en nuestro corazón humano. Tinieblas que nos
impiden ver y adorar al Dios hecho niño, luz que nos invita a adorarlo.
Esta
fiesta es una buena oportunidad para mirar nuestro corazón y descubrir en él
nuestra tiniebla y también su luz, la de Dios hecho niño.
¡Buenos días!
Como flores en primavera
Tanto
la fiesta de Navidad como la de los Reyes Magos se caracterizan por los regalos
que se hacen. En Navidad cuelgan del arbolito y se sortean o distribuyen entre
los presentes. El seis de enero aparecen en los zapatitos de los niños. Es una
ocasión para reflexionar en la bondad de Dios cuyos regalos disfrutamos cada
día y agradecerlos de todo corazón. Un mensaje de la Reina de la Paz.
“¡Queridos hijos! En estos días, el Señor les está
concediendo grandes favores. Que esta semana sea para ustedes una semana de
acción de gracias a Dios por todas las bendiciones que Él les ha concedido.
Abran sus corazones a Dios, como se abren las flores en primavera en busca del
sol. Yo soy su Mamá y deseo que siempre estén cerca del Padre, a fin de que Él
conceda cada día abundantes dones a sus corazones. ¡Gracias por haber
respondido a mi llamado!”.
Has
iniciado un nuevo año agradeciendo al Señor, ¿verdad? Dar gracias a Dios te
ayudará a ser positivo, optimista, lleno de esperanza. ¿Por qué no lo practicas
a lo largo de este primer mes del año? Se trata de descubrir cada día todo lo
que te da alegría, satisfacción y contento, y agradecerlo de corazón a Dios. Que
vivas dando gracias al Señor en toda ocasión.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
Nacido
Jesús en Belén de Judea, en tiempo del rey Herodes, unos magos que venían del
Oriente se presentaron en Jerusalén, diciendo: «¿Dónde está el Rey de los
judíos que ha nacido? Pues vimos su estrella en el Oriente y hemos venido a
adorarle». En oyéndolo, el rey Herodes se sobresaltó y con él toda Jerusalén.
Convocó a todos los sumos sacerdotes y escribas del pueblo, y por ellos se
estuvo informando del lugar donde había de nacer el Cristo. Ellos le dijeron:
«En Belén de Judea, porque así está escrito por medio del profeta: ‘Y tú,
Belén, tierra de Judá, no eres la menor entre los principales clanes de Judá;
porque de ti saldrá un caudillo que apacentará a mi pueblo Israel’».
Entonces
Herodes llamó aparte a los magos y por sus datos precisó el tiempo de la
aparición de la estrella. Después, enviándolos a Belén, les dijo: «Id e indagad
cuidadosamente sobre ese niño; y cuando le encontréis, comunicádmelo, para ir
también yo a adorarle».
Ellos,
después de oír al rey, se pusieron en camino, y he aquí que la estrella que
habían visto en el Oriente iba delante de ellos, hasta que llegó y se detuvo
encima del lugar donde estaba el Niño. Al ver la estrella se llenaron de
inmensa alegría. Entraron en la casa; vieron al Niño con María su madre y,
postrándose, le adoraron; abrieron luego sus cofres y le ofrecieron dones de
oro, incienso y mirra. Y, avisados en sueños que no volvieran donde Herodes, se
retiraron a su país por otro camino. (Mt 2,1-12)
Comentario:
Hoy,
el profeta Isaías nos anima: «Levántate, brilla, Jerusalén, que llega tu luz;
la gloria del Señor amanece sobre ti» (Is 60,1). Esa luz que había visto el
profeta es la estrella que ven los Magos en Oriente, con muchos otros hombres.
Los Magos descubren su significado. Los demás la contemplan como algo que les
parece admirable, pero que no les afecta. Y, así, no reaccionan. Los Magos se
dan cuenta de que, con ella, Dios les envía un mensaje importante por el que
vale la pena cargar con las molestias de dejar la comodidad de lo seguro, y
arriesgarse a un viaje incierto: la esperanza de encontrar al Rey les lleva a
seguir a esa estrella, que habían anunciado los profetas y esperado el pueblo
de Israel durante siglos.
Llegan
a Jerusalén, la capital de los judíos. Piensan que allí sabrán indicarles el
lugar preciso donde ha nacido su Rey. Efectivamente, les dirán: «En Belén de
Judea, porque así está escrito por medio del profeta» (Mt 2,5). La noticia de
la llegada de los Magos y su pregunta se propagaría por toda Jerusalén en poco
tiempo: Jerusalén era entonces una ciudad pequeña, y la presencia de los Magos
con su séquito debió ser notada por todos sus habitantes, pues «el rey Herodes
se sobresaltó y con él toda Jerusalén» (Mt 2,3), nos dice el Evangelio.
Jesucristo
se cruza en la vida de muchas personas, a quienes no interesa. Un pequeño
esfuerzo habría cambiado sus vidas, habrían encontrado al Rey del Gozo y de la
Paz. Esto requiere la buena voluntad de buscarle, de movernos, de preguntar sin
desanimarnos, como los Magos, de salir de nuestra poltronería, de nuestra
rutina, de apreciar el inmenso valor de encontrar a Cristo. Si no le
encontramos, no hemos encontrado nada en la vida, porque sólo Él es el
Salvador: encontrar a Jesús es encontrar el Camino que nos lleva a conocer la
Verdad que nos da la Vida. Y, sin Él, nada de nada vale la pena.
* Rev. D. Joaquim VILLANUEVA i Poll (Barcelona,
España)
Santoral Católico:
Epifanía del Señor
En
la devoción popular se celebra como día de los Reyes Magos. Hoy celebra la
Iglesia la manifestación del Señor a todas las gentes, representadas en los
Magos, que no pertenecían al pueblo elegido de Israel, pero que, guiados por
una estrella, acudieron a Belén donde adoraron al Niño y le ofrecieron sus
dones. La solemnidad de la Epifanía se cuenta entre las máximas festividades
del año litúrgico, ya que ella celebra, en el Niño nacido de María, la
revelación de Aquel que es el Hijo de Dios, Mesías prometido y Luz de las
naciones. Según la tradición, los Magos eran tres, Melchor, Gaspar y Baltasar,
hombres sabios, entendidos en astrología, venidos de los países de religión
pagana del entorno de Israel.
Oración: Señor, tú que en este día revelaste a tu Hijo
unigénito a los pueblos gentiles, por medio de una estrella, concede a los que
ya te conocemos por la fe poder contemplar un día, cara a cara, la hermosura
infinita de tu gloria. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
© Directorio Franciscano
Pensamiento del día
"Quienes
recibimos regalos el 6 de enero
nos
dieron el mayor obsequio: la ilusión y la imaginación;
si
para ello tuvieron que mentirnos,
es
la prueba de que en verdad eran magos"
-Luis
Fernando Paredes Porras-
Tema del día:
Epifanía del Señor
Epifanía
significa “manifestación” de Dios. Dios se revela a todos: ricos y pobres,
poderosos y humildes, judíos y no judíos. Después de nacer se manifestó a los
pastores, pero luego se manifestó a los magos de oriente. Hoy también quiere
manifestarse a todos. Veamos las enseñanzas que el suceso de los magos nos da
para que Dios se manifieste en nosotros y a través de nosotros en otros muchos.
1-
“Ven la estrella”: En realidad hay muchas estrellas. Unos las ven y otros no.
Estas estrellas pueden ser nuestros familiares y amigos. Especialmente es la
Iglesia en general con los responsables y con todos los que quieren ser fieles
al Señor. Nosotros podemos y debemos ser estrellas para otros muchos: con
nuestras palabras y consejos; pero sobre todo con nuestro buen ejemplo de vida.
2-
“Ven en la estrella un mensaje de Dios”. Mensajes de Dios hay muchos. Para ver
en ellos la mano de Dios se necesita un corazón sencillo y limpio, abierto para
Dios.
3-
“Se ponen en camino”: No basta ver la estrella. Hay que actuar. No basta saber
el camino. Hay que ponerse a caminar. Y esto aunque no sepamos el camino
exacto, como les pasaba a los magos. Dejémonos conducir por las enseñanzas de
la Iglesia.
4-
“La estrella desapareció”: No todo es fácil en el camino hacia Dios. Hay
momentos difíciles, que pueden llegar a ser como “noches oscuras”. Dios siempre
está con nosotros, nunca nos abandona. Debemos seguir teniendo esperanza.
5-
“Y preguntaron”: Para responder está la Iglesia y especialmente los sacerdotes.
Hay que ser valientes y consultar. Puede ser una catequista que nos oriente en
la fe. Lo importante es consultar, ya que Dios verá en ello un deseo del bien.
Aunque se pregunte a una persona equivocada, como hicieron los magos que fueron
a Herodes para consultar. Pero Dios se valió del malo para darles una buena
respuesta.
6-
“Apareció de nuevo la estrella”: Dios parece que se esconde. Si todo fuese muy
fácil no tendríamos mérito. Pero Dios siempre termina por consolar a aquel que
sinceramente le busca de corazón.
7-
“Y encontraron a Jesús”: Jesús debe ser el final de toda nuestra búsqueda
espiritual. Nosotros no vamos tras de unas ideas o filosofías; Vamos tras de
una persona que es Dios que se hizo hombre por nuestro amor. Y nuestra
tranquilidad es que le podemos encontrar. Está sobre todo en la Eucaristía. Está también en los sencillos, en los pobres,
en su Palabra, en el amor fraternal.
8-
“Y postrándose, le adoraron”. No basta con ver. La fe es entrega y amor.
9-
“Y le ofrecieron sus dones”: ¿Qué le ofreceremos nosotros? Lo mejor que le
podemos ofrecer es nuestro corazón; pero, juntamente con él, también le
ofrezcamos nuestro trabajo apostólico, de modo que podamos hacer que al menos
alguien se acerque un poco más al Señor. Si queremos simbolizar los dones de
los magos, podemos ofrecerle el oro de nuestro amor como la mejor ofrenda a
Dios, el incienso, que es nuestra constante oración que se eleva al cielo, y la
mirra, que es la aceptación paciente de los trabajos, sufrimientos y
dificultades de nuestra vida.
10-
“Y se volvieron por otro camino”: Quien encuentra verdaderamente a Jesús no
puede seguir el camino anterior. Debe comenzar a vivir por otro camino, el
camino de la justicia, de la paz, del amor. Sepamos aceptar los nuevos planes
que Dios nos propone.
Quizá
la intención principal de san Mateo, cuando contaba el suceso de los magos, era
exponer, como luego lo hizo a través de todo el evangelio, que el mensaje de
Jesús es universal, que no es sólo para una raza o una nación, sino para todo
el mundo. Por eso al recordar este suceso, la Iglesia nos estimula a trabajar
por la evangelización de todas las gentes. Este es un día misionero por
excelencia, porque Jesús no sólo se manifestaba a los judíos, sino desde el
principio nos enseñó que había venido para salvar a todos los pueblos. Así nos
lo dicen hoy el profeta Isaías y san Pablo en la 1ª y 2ª lectura.
Padre
Silverio Velasco (España)
Meditación
En
esta vida estamos a prueba. Efectivamente la vida del hombre sobre la tierra es
una prueba, y según cómo se comporte en esta prueba, el hombre merecerá el
Cielo o el Infierno.
Por
eso no debemos descuidar nuestros deberes, porque lo poco que Dios nos ha
confiado, tenemos que devolvérselo aumentado por nuestro propio trabajo de
apostolado, de oración y de amor.
Hemos
recibido algo del Señor, y no debemos quejarnos de que sea mucho o poco, sino
que cada cual recibió de Dios la medida justa, y debe hacerla producir frutos
para que en el día del juicio no venga a ser descartado, sino que pueda entrar
en el Paraíso.
Por
eso no hay acciones pequeñas a los ojos de Dios, porque si hacemos bien una
acción insignificante, es señal de que seremos también fieles en las acciones
importantes. Así es que el Señor a lo largo de la vida nos va como probando,
nos va poniendo pruebas para ver cómo respondemos a ellas, y si respondemos
bien, entonces nos da un premio y nos pone una prueba mayor, para que ganemos
más gloria y más mérito.
En
cambio, si en una prueba salimos mal parados, Dios se irá alejando cada vez más
de nosotros, si persistimos en esa mala voluntad, y entonces el demonio entrará
en nuestra vida e influenciará todo en nosotros, de modo que nos iremos
alejando cada vez más del Cielo prometido.
Tenemos
que cuidar muy bien cada inspiración de la gracia, cada moción del Espíritu
Santo para llevarla a cabo de la mejor manera posible, porque siendo fieles en
esas cosas pequeñas, entonces Dios nos irá confiando misiones cada vez más
grandes, hasta que en el Cielo nos dé un trono de gloria que ni siquiera
podemos imaginar.
Los cinco minutos de María
Enero 6
El
Espíritu de Dios condujo a María a través de las promesas del Antiguo
Testamento, a la realidad de la redención. La iluminó para comprender, desde la
fe, la historia y las profecías del pueblo de Israel. Proclamó y celebró, en el
Magníficat, la misericordia de Dios hacia los humildes y los pobres y exaltó la
fidelidad de Dios a las promesas hechas a los Patriarcas. Por eso la Iglesia la
llama “Reina de los profetas”.
Como
María, el cristiano que se deja conducir por las mociones del Espíritu Santo y
dirigir por sus luces llegará a una eminente santidad y la luz de la fe lo
iluminará para conocer las cosas de Dios y gustar de ellas.
El
Espíritu Santo obró en María la mayor obra humana y divina: la encarnación del
Hijo de Dios. También en nosotros, por medio de María, obra la maravilla de
nuestra santificación.
No hay alabanza digna de ti, Virgen inmaculada,
porque en tu seno has llevado al que ni el cielo puede contener.
* P. Alfonso Milagro
Jardinero de Dios
-el
más pequeñito de todos-
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