PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año
11 - Número 3182 ~ Martes 8 de Noviembre de 2016
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
El
amor busca el bien del ser amado. ¿Qué amor sería el de Dios hacia nosotros si
Él no buscara hacernos bien? Y a veces, para hacernos bien, Dios tiene que
emplear castigos, que siempre son amorosos, porque a Dios nunca, jamás, lo
puede mover el odio, sino siempre el amor y la misericordia. Por eso aunque a
veces nos sintamos tristes porque Dios nos ha castigado, saltemos de alegría en
medio de nuestra pena, porque es señal de que Dios nos ama, pues bien dice la
Escritura que Dios corrige y castiga a quienes ama.
¡Ay
de nosotros si todo nos fuera bien en este mundo! Sería la prueba cabal de que
Dios nos ha olvidado y que no se interesa de nosotros, porque no permite que
tengamos pruebas que nos hacen ejercitar en la santificación y nos hacen
alcanzar el Cielo.
Recordemos
esta gran verdad: que todo lo que Dios quiere o permite en nuestra vida es por
amor, siempre por amor.
Nunca
acusemos a Dios de ser malo. En todo caso el malo es el demonio, que es quien
nos atormenta y nos causa todas las desgracias, y que Dios a veces permite para
hacernos mejores y más santos.
Dios
ve el futuro, nosotros no, y lo que hoy puede ser una solución perfecta y
deseable, tal vez en el futuro sea algo desastroso, y para la eternidad peor
aún.
Entonces
dejemos hacer a Dios, y en cuanto a nosotros recemos mucho, porque la voluntad
de Dios es condicionada a nuestras oraciones, y hay gracias y dones que Dios
nos quiere dar, pero a condición de que se los pidamos en la oración, de lo
contrario jamás los recibiremos. (Sitio
Santísima Virgen)
¡Buenos días!
Dos caminantes y el hacha
Existe
una inmensa alegría en poder alegrar a otros a pesar de nuestra propia
situación. La aflicción compartida disminuye la tristeza, pero cuando la
alegría es compartida, se duplica. Si deseas sentirte feliz y realizado, basta
compartir tus bendiciones, esas que no se pueden comprar con dinero.
Caminaban dos hombres juntos, cuando uno de ellos
encontró un hacha. El otro dijo: —¡Hemos encontrado un hacha! —No digas -repuso
el primero- "hemos encontrado", sino: "has encontrado".
Instantes después fueron alcanzados por el hombre que había perdido el hacha; y
el que la llevaba, al verse perdido, dijo a su compañero:
—¡Estamos perdidos! —No digas -replicó éste-
"estamos perdidos", sino: "estoy perdido", porque cuando
encontraste el hacha no me hiciste partícipe de tu hallazgo (Esopo).
Ser
solidario es sentirte una sola cosa con los demás: “Todos para uno y uno para
todos”. Esta actitud llena el corazón de seguridad, estímulo y paz. El interés
por la gente debe ser auténtico, sin intereses ocultos. La persona solidaria es
comprensiva, disponible, y colabora. Te lleva a involucrarte y compartir.
Ánimo, inténtalo.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En
aquel tiempo, el Señor dijo: «¿Quién de vosotros tiene un siervo arando o
pastoreando y, cuando regresa del campo, le dice: ‘Pasa al momento y ponte a la
mesa?’. ¿No le dirá más bien: ‘Prepárame algo para cenar, y cíñete para
servirme hasta que haya comido y bebido, y después comerás y beberás tú?’.
¿Acaso tiene que agradecer al siervo porque hizo lo que le fue mandado? De
igual modo vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os fue mandado, decid:
‘Somos siervos inútiles; hemos hecho lo que debíamos hacer’». (Lc 17,7-10)
Comentario:
Hoy,
la atención del Evangelio no se dirige a la actitud del amo, sino a la de los
siervos. Jesús invita a sus apóstoles, mediante el ejemplo de una parábola a
considerar la actitud de servicio: el siervo tiene que cumplir su deber sin
esperar recompensa: «¿Acaso tiene que agradecer al siervo porque hizo lo que le
fue mandado?» (Lc 17,9). No obstante, ésta no es la última lección del Maestro
acerca del servicio. Jesús dirá más adelante a sus discípulos: «En adelante, ya
no os llamaré siervos, porque el siervo no conoce lo que hace su señor. Desde ahora
os llamo amigos, porque os he dado a conocer todo lo que he oído a mi Padre»
(Jn 15,15). Los amigos no pasan cuentas. Si los siervos tienen que cumplir con
su deber, mucho más los apóstoles de Jesús, sus amigos, debemos cumplir la
misión encomendada por Dios, sabiendo que nuestro trabajo no merece recompensa
alguna, porque lo hacemos gozosamente y porque todo cuanto tenemos y somos es
un don de Dios.
Para
el creyente todo es signo, para el que ama todo es don. Trabajar para el Reino
de Dios es ya nuestra recompensa; por eso, no debemos decir con tristeza ni
desgana: «Somos siervos inútiles; hemos hecho lo que debíamos hacer» (Lc
17,10), sino con la alegría de aquel que ha sido llamado a transmitir el
Evangelio.
En
estos días tenemos presente también la fiesta de un gran santo, de un gran
amigo de Jesús, muy popular en Cataluña, san Martín de Tours, que dedicó su
vida al servicio del Evangelio de Cristo. De él escribió Sulpicio Severo:
«Hombre extraordinario, que no fue doblegado por el trabajo ni vencido por la
misma muerte, no tuvo preferencia por ninguna de las dos partes, ¡no temió a la
muerte, no rechazó la vida! Levantados sus ojos y sus manos hacia el cielo, su
espíritu invicto no dejaba de orar». En la oración, en el diálogo con el Amigo,
hallamos, efectivamente, el secreto y la fuerza de nuestro servicio.
* Rev. D. Jaume AYMAR i Ragolta (Badalona, Barcelona,
España)
Santoral Católico:
Santa Isabel de la Trinidad
Religiosa
En
Dijon, en Francia, Santa Isabel de la Santísima Trinidad Catez, virgen, de la
Orden de las Carmelitas Descalzas, que desde niña anheló buscar en lo profundo
de su corazón el conocimiento y la contemplación de la Trinidad, y afligida por
muchos sufrimientos, todavía joven continuó caminando, como siempre había
soñado, «hacia el amor, hacia la luz y hacia la vida». († 1906)
Etimológicamente:
Isabel = "juramento de Dios". Viene de la lengua hebrea.
Fecha
de beatificación: 25 de noviembre de 1984, por S.S. Juan Pablo II.
Fecha
de canonización: 16 de octubre de 2016, por S.S. Francisco.
Oración: Oh Dios, rico en misericordia, que descubriste a
Isabel de la Trinidad el misterio de tu presencia secreta en el alma del justo
e hiciste de ella una adoradora en espíritu y verdad, concédenos, por su
intercesión, que también nosotros, permaneciendo en el amor de Cristo,
merezcamos ser transformados en templos del Espíritu de Amor, para alabanza de
tu gloria. Amén.
© Catholic.net
Pensamiento del día
“Que
corramos por el camino de la santidad, que el Espíritu Santo
eleve
nuestro espíritu, que seamos siempre alabanza de la Sma. Trinidad,
que
seamos dóciles a las mociones del Espíritu”.
-Sta.
Isabel de la Trinidad-
Biblioteca de archivos
Recuerda
que en la página (blog) de "Pequeñas Semillitas" y también en
"Juan Pablo II inolvidable", en la columna lateral derecha, hay un
enlace con la misma imagen que ves arriba de este escrito, desde donde se
ingresa a la Biblioteca de archivos. Ingresando allí encontrarás una selección
de los mejores artículos publicados en “Pequeñas Semillitas” que podrás leer o
descargar a tu computadora.
Entre
los archivos de texto (pdf) están en forma completa los documentos papales:
"Lumen Fidei", "Evangelii Gaudium", "Misericordiae Vultus" y "Laudato Si". También está el Diario
de Santa Faustina y hay enlaces para ver películas con la vida de grandes
santos de la Iglesia.
Biblioteca
de archivos: http://pequesemillitas.wix.com/bibliotecadearchivos
Historias:
Los 7 Granaderos
Esta
mañana, cruzando la Plaza de Mayo junto a mi hijo tuvimos la oportunidad de ver
pasar un grupo de Granaderos que se dirigía a la catedral a hacer el cambio de
guardia en la entrada del mausoleo del Gral. San Martin y los seguimos para ver
la breve ceremonia, momento que aproveché para volver a relatarle a mi hijo la
historia de esa ceremonia:
En
1826 regresaban a Buenos Aires los últimos 78 granaderos, eran los restos del
Ejército de Los Andes que regresaban a la patria después de diez años sin ver a
su familia, cansados, algunos de ellos enfermos, andrajosos… Eran héroes, pero
nadie salió a recibirlos, nadie los vitoreó en esa entrada a la ciudad que
debió ser triunfal. La unidad fue disuelta por el presidente Rivadavia y su personal
distribuido entre los diferentes cuerpos del ejército.
54
años más tarde, el 28 de mayo de 1880, llegaban a Buenos Aires, a bordo del
vapor Villarino, los restos del Gral. San Martin| procedentes de Francia donde
vivió sus últimos años y murió en 1850. Los últimos 7 Granaderos a Caballo que
aun vivían, viejos ya, por su propia cuenta y determinación, se reunieron,
vestidos con los restos de sus antiguos uniformes y marcharon a caballo al
puerto a recibir a su jefe, escoltaron el féretro hasta la catedral y allí
montaron guardia a la entrada del mausoleo durante toda la noche, al amanecer
se despidieron y se perdieron en la historia.
Pasaron
otros 23 años y el 29 de mayo de 1903 el presidente Roca firma el decreto que
determinó la re-creación del Regimiento de Granaderos a Caballo sobre la base
del mejor regimiento de caballería de línea, usando como uniforme de parada el
histórico que diseñara el Gral. San Martin.
Cuatro
años más tarde el presidente Figueroa Alcorta designa a este Regimiento de Granaderos
a Caballo Escolta Presidencial; desde entonces cada mañana puede verse a un
grupo de 7 granaderos marchar desde la casa de gobierno a la catedral, donde
dos de ellos quedan montando guardia a la entrada del mausoleo del Gral. San
Martin, cada dos horas regresan los otros cinco y se efectúa el cambio de
guardia, hasta el final del día en que los 7 regresan a la casa de gobierno;
así cada día hábil, bajo el sol o la lluvia, los 7 granaderos custodian los
restos de su jefe.
¿Por
qué siete? ¿Por qué no 10 ó 12?
Es
muy simple: es en memoria de aquellos últimos 7 granaderos que en 1880 fueron
los primeros en realizar, por motu propio, esa custodia al Gran Capitán.
Aviso de ausencia
“Pequeñas
Semillitas” no se editará por dos o tres días,
debido
a estudios médicos que debe realizarse el autor de la página.
Agradecemos
una oración.
Pedidos de oración
Pedimos
oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes,
diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo
místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como
Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por
las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado
Corazón de María; por la conversión de
todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por
los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros
lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos
especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la
falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras
enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los
presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por la
unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de
los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones
sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos
oración por Roberto M. y su familia,
de México, para que vuelva a tomar sus medicamentos, cuya falta ha ocasionado
episodios de ansiedad y paranoia hacia su hermana Laura. También por Lucía,
de 4 años, que se encuentra hospitalizada aún sin diagnóstico. Que la Virgen de
la Medalla Milagrosa interceda por ellos para que se acerquen a Nuestro Señor
Jesucristo y les sane física y espiritualmente.
Pedimos
oración para la señora Olga R. P.,
de Cuba, que por una caída sufrió fractura de cadera y ahora está en
recuperación. Que Dios misericordioso le ayude a superar pronto y bien esta
situación.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara
nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y
la paciencia;
escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros
hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Los cinco minutos de Dios
Noviembre 8
Las
puertas parecen más hermosas cuando están abiertas que cuando las vemos
cerradas.
Que
tu corazón sea una puerta abierta de par en par para todos los hombres; no lo
cierres a nadie.
Quizá
alguien te acaba de lanzar una piedra: la piedra de una calumnia, de un desdén,
de un desprecio... cuando aprietes su mano, si lo haces con sinceridad y con
amor, le estarás abriendo tu puerta, esa puerta que él inconscientemente quiso
apedrear.
Cuando
sonríes de verdad y no fingidamente al que habló mal de ti, en lugar de
vengarte, estás abriendo tu puerta para que por ella penetre quien no supo ser
ni justo ni caritativo.
Y
de esa forma tú harás que, comenzando por ti, todos vayamos siendo un poco
mejores, todos abramos las puertas de nuestro corazón, y cuando los hombres no
escondan en su corazón falsía ni hipocresía, entonces y solo entonces el mundo
se sentirá mejor.
“Siempre nos comportamos como corresponde a ministros
de Dios… con integridad, con inteligencia, con paciencia, con bondad; con
docilidad al Espíritu Santo, con un amor sincero…” (2 Cor 6,4-6). El
fingimiento, la falta de sinceridad, es lo más opuesto al Evangelio, al
testimonio que como apóstol de Cristo debes dar. Si el mundo de hoy busca y exige la autenticidad, ¿cómo no
la va a exigir de aquellos que se dicen seguidores y aun apóstoles de Cristo?
* P. Alfonso Milagro
Jardinero de Dios
-el
más pequeñito de todos-
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