viernes, 4 de noviembre de 2016

Pequeñas Semillitas 3178

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 11 - Número 3178 ~ Viernes 4 de Noviembre de 2016
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Dios, con su gran misericordia, me ha dado la capacidad de traer a la memoria recuerdos de seres amados, no para que pueda vivir en el pasado, sino para que me sienta bendecido y elevado en el presente.
Aunque estas personas puedan haber pasado a otro plano de existencia, me es posible recordar sus rostros y los sucesos que tienen una importancia especial para mí. Más importante aún: recuerdo que nuestro verdadero vínculo es espiritual, o sea eterno.
Si mis recuerdos de personas y hechos no son agradables, puedo comenzar a perdonarme y perdonar a otros por las palabras dichas o los actos cometidos.  Al liberarme de pensamientos negativos se me abren nuevos caminos de amor, entendimiento y armonía.
Mi día se ilumina gracias a los recuerdos, pero cada día es una nueva oportunidad de crear recuerdos distintos.

¡Buenos días!

Saber comprometerse
Los niños y jóvenes Exploradores se comprometen a hacer al menos una buena acción cada día. A todos conviene entrenarse en este ejercicio cotidiano. Cada servicio solidario es como ladrillo de una maravillosa construcción que levantas para alegría de Dios. Él goza al ver que sus hijos desarrollan sus dones con generosidad.

Hay quienes no tienen miedo de asumir compromisos en su entorno social. Pero hay otros que adoptan como norma el "no te metas", egoísta y estéril. Una cosa es meterse y otra muy distinta "entrometerse". Está muy bien que no te entrometas en la vida de los demás. Pero métete con ellos en el sentido de comprometerte, de preocuparte por su bien, por sus problemas, por sus necesidades. No te aísles dentro de ti mismo, no límites tu preocupación solamente a ti o a los tuyos. Convéncete que, de una o de otra forma, todos los seres humanos son tuyos. Despreocuparse del hermano es despreocuparse de Dios, que es Padre de todos.

El mal ha entrado en el mundo por la puerta del egoísmo, que es negación del amor y búsqueda desenfrenada del propio bienestar. Cada día puedes empezar a ser generoso en gestos pequeños. Con la práctica descubrirás la alegría de dar y comprobarás, maravillado, que recibes mucho más de lo que das.
* Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En aquel tiempo, Jesús decía a sus discípulos: «Había un hombre rico que tenía un administrador a quien acusaron ante él de malbaratar su hacienda; le llamó y le dijo: ‘¿Qué oigo decir de ti? Dame cuenta de tu administración, porque ya no podrás seguir administrando’. Se dijo a sí mismo el administrador: ‘¿Qué haré, pues mi señor me quita la administración? Cavar, no puedo; mendigar, me da vergüenza. Ya sé lo que voy a hacer, para que cuando sea removido de la administración me reciban en sus casas’.
»Y convocando uno por uno a los deudores de su señor, dijo al primero: ‘¿Cuánto debes a mi señor?’. Respondió: ‘Cien medidas de aceite’. Él le dijo: ‘Toma tu recibo, siéntate en seguida y escribe cincuenta’. Después dijo a otro: ‘Tú, ¿cuánto debes?’. Contestó: ‘Cien cargas de trigo’. Dícele: ‘Toma tu recibo y escribe ochenta’.
»El señor alabó al administrador injusto porque había obrado astutamente, pues los hijos de este mundo son más astutos con los de su generación que los hijos de la luz». (Lc 16,1-8)

Comentario:
Hoy, el Evangelio nos presenta una cuestión sorprendente a primera vista. En efecto, dice el texto de san Lucas: «El señor alabó al administrador injusto porque había obrado astutamente» (Lc 16,8).
Evidentemente, no se nos propone aquí que seamos injustos en nuestras relaciones, y menos aún con el Señor. No se trata, por tanto, de una alabanza a la estafa que comete el administrador. Lo que Jesús manifiesta con su ejemplo es una queja por la habilidad en solucionar los asuntos de este mundo y la falta de verdadero ingenio por parte de los hijos de la luz en la construcción del Reino de Dios: «Los hijos de este mundo son más astutos con los de su generación que los hijos de la luz» (Lc 16,8).
Todo ello nos muestra —¡una vez más!— que el corazón del hombre continúa teniendo los mismos límites y pobrezas de siempre. En la actualidad hablamos de tráfico de influencias, de corrupción, de enriquecimientos indebidos, de falsificación de documentos... Más o menos como en la época de Jesús.
Pero la cuestión que todo esto nos plantea es doble: ¿Acaso pensamos que podemos engañar a Dios con nuestras apariencias, con nuestra mediocridad como cristianos? Y, al hablar de astucia, tendríamos también que hablar de interés. ¿Estamos interesados realmente en el Reino de Dios y su justicia? ¿Es frecuente la mediocridad en nuestra respuesta como hijos de la luz? Jesús dijo también que allí donde esté nuestro tesoro estará nuestro corazón (cf. Mt 6,21). ¿Cuál es nuestro tesoro en la vida? Debemos examinar nuestros anhelos para conocer dónde está nuestro tesoro... Nos dice san Agustín: «Tu anhelo continuo es tu voz continua. Si dejas de amar callará tu voz, callará tu deseo».
Quizás hoy, ante el Señor, tendremos que plantearnos cuál ha de ser nuestra astucia como hijos de la luz, es decir nuestra sinceridad en las relaciones con Dios y con nuestros hermanos. «En verdad, la vida es siempre una opción: entre honradez e injusticia, entre fidelidad e infidelidad, entre bien y mal (…). En definitiva —dice Jesús— hay que decidirse» (Benedicto XVI).
* Mons. Salvador CRISTAU i Coll Obispo Auxiliar de Terrassa (Barcelona, España)

Santoral Católico:
San Carlos Borromeo
Obispo de Milán 
[Murió el 3 de noviembre y su fiesta se celebra el 4 del mismo mes]. Nació en Arona (Lombardía, Italia) el año 1538, en el seno de una familia noble y piadosa. Abrazó la vida eclesiástica de jovencito y, terminados los estudios en Pavía, su tío materno, el papa Pío IV, lo llamó a Roma y lo creó cardenal, haciéndolo Secretario de Estado. En la medida que le fue posible impulsó la culminación del Concilio de Trento y la puesta en práctica de sus decretos. Elegido arzobispo de Milán en 1565, fue un verdadero pastor de almas. Realizó una gran obra legislativa, organizativa, pastoral, litúrgica y devocional. Recorrió muchas veces la diócesis entera, convocó sínodos, decretó muchas disposiciones orientadas a la formación del clero y a la reforma de costumbres, para actuar así las ordenaciones pastorales del Concilio de Trento. Fundó seminarios y edificó hospitales y hospicios. Utilizó las riquezas de su familia en favor de los pobres. Murió en Milán el 3 de noviembre de 1584.
Oración: Conserva, Señor, en tu pueblo el espíritu que infundiste en san Carlos Borromeo, para que tu Iglesia se renueve sin cesar y, transformada en imagen de Cristo, pueda presentar ante el mundo el verdadero rostro de tu Hijo. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
© Directorio Franciscano    

Pensamiento del día

A menudo, para el hombre la autoridad
significa posesión, poder, dominio, éxito.
Para Dios, en cambio, la autoridad
significa servicio, humildad, amor;
significa entrar en la lógica de Jesús
que se inclina para lavar los pies de los discípulos”.
Benedicto XVI

Historias
21 confesiones antes de morir
Estas son las 21 cosas más comunes de las que la gente se confiesa antes de morir. ¡Cuánta sabiduría...!

1. Di mal ejemplo y lamentablemente hubo quien me imitara.

2. El dolor frente al que fui indiferente.

3. Las personas a las que lastimé o causé daño de cualquier forma.

4. Las palabras necias, vulgares o groseras que salieron de mi boca.

5. Las promesas que no cumplí.

6. Las cosas que compré y que no necesitaba o que nunca utilicé.

7. El tanto tiempo y mucho esfuerzo que mostré para conceder algún perdón.

8. Los ratos en que he podido y debido orar más y sobre todo con más amor.

9. No haber corregido a tiempo a los que tenía que haber educado mejor.

10. Haber callado tantas palabras de reconocimiento, elogio o ánimo para quienes lo merecían y necesitaban.

11. Haber huido tantas veces de la Cruz.

12. La soledad de Cristo en el sagrario me duele.

13. Haberme quejado mucho más de lo que he agradecido.

14. Atribuirme los triunfos a mí y los fracasos a las circunstancias.

15. Ser cómplice de chistes contra Dios, la fe o la Iglesia.

16. ¡Tanto tiempo simplemente perdido; tiempo que ya no puedo recuperar!

17. Haber perturbado la inocencia de alguien o bloqueado los sueños de algún otro.

18. Aprovecharme de que alguien me quería para sacar algún provecho.

19. Disfrutar la adulación aun sabiendo que es falsa.

20. Personas a las que no visité porque me parecían poco interesantes, educadas o útiles.

21. Me faltó amar; amar mucho más a Dios y muchísimo más a mi prójimo.
* Fuente: Aleteia

El rincón del lector
Desde hace años hemos tenido esta sección llamada “El rincón del lector” destinada a dar cabida a los mensajes, opiniones y comentarios de las personas que leen Pequeñas Semillitas, que han podido expresarse libre y respetuosamente. Ahora, con nuestra presencia en Facebook, la posibilidad de manifestarse es mucho más abierta, directa y permanente.
Igual vamos a mantener esta sección para los que deseen expresarse por esta vía. Para que tu mensaje se publique debes dirigirlo por correo electrónico a feluzul@gmail.com  con el título "El rincón del lector" y deberá ser muy breve y no contener conceptos agraviantes para nada ni para nadie.
Los mensajes serán moderados por el propietario de esta página y se publicarán a medida que el tiempo y el espacio en la misma lo permitan, y no se admitirán réplicas o respuestas públicas a mensajes anteriores de otros lectores.

Los cinco minutos de Dios
Noviembre 4
La alegría es la señal patente de que Dios está en el alma.
Paul Claudel pone en boca de uno de sus personajes: "Dios mío, tú me habías dado la posibilidad de hacer que todo aquél que me mirara tuviera deseos de cantar, como si yo le diera el tono en voz baja"
Muchos esperan ser felices para reírse; por eso quizá mueren sin haber reído nunca, pues no han sido felices por no haber encontrado nunca a Dios, que es la verdadera fuente de toda alegría.
Haz de procurar que tu vida no sea una risa; pero también haz de esforzarte para que tu risa sea vida: algo que vivifique a cuantos te rodean.
Muchas veces se te presentarán oportunidades de ofrecer esa limosna a un prójimo necesitado de tu ayuda: todos necesitan la ayuda de tu sonrisa.
“El necio se ríe a carcajadas, pero el hombre sagaz sonríe apenas y sin estrépito” (Eclo 21,20). Quiere esto decir que la alegría del hombre sensato, del hombre que posee a Dios, es una alegría, por lo profunda, serena y permanente, que no se disuelve con el estruendo de una carcajada sino que penetra el fondo del corazón, lo invade y tranquiliza.
* P. Alfonso Milagro

Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Gracias por participar comentando! Por favor, no te olvides de incluir tu nombre y ciudad de residencia al finalizar tu comentario dentro del cuadro donde escribes.