PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año
11 - Número 3181 ~ Lunes 7 de Noviembre de 2016
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Amado
Señor, quiero, en este día, dedicarte todas mis acciones, pensamientos y
deseos. Quiero poner mi grano de arena para que al menos una persona a mi
alrededor, sonría y sea feliz. Para esto, cuento contigo. Tu mano amiga es
necesaria para que yo pueda cumplir con esta misión. Libérame, antes que nada,
de todos mis egoísmos, de esos sentimientos de inseguridad que hay en mi
corazón. Acudo a tu misericordia para que me llenes de tu paz que todo lo
supera. Acaba con ese miedo que me perturba y no me deja avanzar. Sé que me
amas y por eso confío en tu poder, en tus milagros, en tu bondad. Por todas
esas situaciones complicadas a las que hoy estaré expuesto, te pido, Señor mío,
que soples sobre mí la fuerza del Espíritu Santo que me ayude a creer y a
vencer el miedo de no ser testigo de tu reino, de tu amor y de tu plena
felicidad. Amén.
¡Buenos días!
Arriésgate
Valentía
es admitir tus temores y enfrentarlos cara a cara. Es tener la fortaleza de
pedir ayuda y la humildad de aceptarla. Valentía es defender tus principios sin
preocuparte por lo que otros dirán. Es escuchar tu corazón, vivir tu vida y no
aceptar sino lo que para ti es lo mejor. (Sigue abajo).
Reír es arriesgarse a parecer un tonto. Llorar es
arriesgarse a parecer un sentimental. Buscar al otro es arriesgarse a
comprometerse. Exponer los sueños ante una multitud es arriesgarse a ser
ridículo. Amar es arriesgarse a no ser correspondido. Avanzar ante obstáculos
abrumadores es arriesgarse a fracasar. Pero se deben correr los riesgos porque
el peligro más grande en la vida es no arriesgar nada. La persona que no
arriesga nada, no hace nada, no tiene nada, no es nada. Podrá evitar el
sufrimiento y la tristeza, pero no puede aprender, sentir, cambiar, crecer ni
amar.
Valentía
es intentar lo que nadie supo hacer jamás y todos creen imposible. Valentía es
mantener el ánimo en los desencantos, y considerar las derrotas como un nuevo
comienzo. Como a Josué el Señor te dice: “No temas ni te acobardes, porque yo
estaré contigo dondequiera que vayas. Sé fuerte y valiente”.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En
aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Es imposible que no vengan
escándalos; pero, ¡ay de aquel por quien vienen! Más le vale que le pongan al cuello
una piedra de molino y sea arrojado al mar, que escandalizar a uno de estos
pequeños. Cuidaos de vosotros mismos.
»Si
tu hermano peca, repréndele; y si se arrepiente, perdónale. Y si peca contra ti
siete veces al día, y siete veces se vuelve a ti, diciendo: ‘Me arrepiento’, le
perdonarás».
Dijeron
los apóstoles al Señor; «Auméntanos la fe». El Señor dijo: «Si tuvierais fe
como un grano de mostaza, habríais dicho a este sicómoro: ‘Arráncate y plántate
en el mar’, y os habría obedecido». (Lc 17,1-6)
Comentario:
Hoy,
el Evangelio nos habla de tres temas importantes. En primer lugar, de nuestra
actitud ante los niños. Si en otras ocasiones se nos hizo el elogio de la
infancia, en ésta se nos advierte del mal que se les puede ocasionar.
Escandalizar
no es alborotar o extrañar, como a veces se entiende; la palabra griega usada
por el evangelista fue “skandalon”, que significa objeto que hace tropezar o
resbalar, una piedra en el camino o una piel de plátano, para entendernos. Al
niño hay que tenerle mucho respeto, y ¡ay de aquél que de cualquier manera le
inicie en el pecado! (cf. Lc 17,1). Jesús le anuncia un castigo tremendo y lo
hace con una imagen muy elocuente. Todavía se ven en Tierra Santa piedras de
molino antiguas; son una especie de grandes diávolos (se parecen también, en
mayor tamaño, a los collares que se ponen en el cuello a los traumatizados).
Introducir la piedra en el escandalizador y echarlo al agua expresa un terrible
castigo. Jesús utiliza un lenguaje casi de humor negro. ¡Pobres de nosotros si
dañamos a los niños! ¡Pobres de nosotros si les iniciamos en el pecado! Y hay
muchas formas de perjudicarlos: mentir, ambicionar, triunfar injustamente,
dedicarse a menesteres que satisfarán su vanidad...
En
segundo lugar, el perdón. Jesús nos pide que perdonemos tantas veces como sea
necesario, y aún en el mismo día, si el otro está arrepentido, aunque nos
escueza el alma: «Si tu hermano peca, repréndele; y si se arrepiente,
perdónale» (Lc 17,3). El termómetro de la caridad es la capacidad de perdonar.
En
tercer lugar, la fe: más que una riqueza del entendimiento (en sentido
meramente humano), es un “estado de ánimo”, fruto de la experiencia de Dios, de
poder obrar contando con su confianza. «La fe es el principio de la verdadera
vida», dice san Ignacio de Antioquía. Quien actúa con fe logra cosas
asombrosas, así lo expresa el Señor al decir: «Si tuvierais fe como un grano de
mostaza, habríais dicho a este sicómoro: ‘Arráncate y plántate en el mar’, y os
habría obedecido» (Lc 17,6).
* Rev. D. Pedro-José YNARAJA i Díaz (El Montanyà,
Barcelona, España)
Santoral Católico:
San Engelberto
Arzobispo de Colonia y Mártir
Uno
de los abusos que más se extendieron durante la Edad Media, era la concesión de
uno o varios beneficios eclesiásticos a los jóvenes y aún niños. San Engelberto
fue un ejemplo de ellos, cuyo padre era el poderoso Conde de Berg. Cuando
estudiaba todavía en la escuela de la catedral de Colonia, era ya prebendado de
Santa María de Aquisgrán, de San Jorge, de San Severino y de la catedral de
Colonia.
En
1217 fue nombrado Arzobispo de Colonia; la diócesis estaba completamente
arruinada por las luchas políticas y religiosas, pero San Engelberto poseía
cualidades humanas que lo hacían apto para la tarea que le esperaba: un juicio
claro, un gran deseo de justicia, una voluntad fuerte y una presencia que
imponía respeto.
El
santo recibió generosamente a los frailes menores y dominicos a quienes alentó
para que se estableciesen en sus dominios. Convocó varios sínodos en su
diócesis para mantener la disciplina en el clero secular y regular.
El
santo desempeñó con vigor y energía, y supo ganarse el respeto de todos; pero
al mismo tiempo, la mano firme y justa con que gobernó, le creó muchos
enemigos. Uno de ellos, fue su primo Federico de Isenberg, administrador de las
religiosas de Essen, quien tramó una conspiración para asesinarlo debido a los
reproches que San Engelberto le había dirigido a causa de sus abusos y malos
manejos administrativos.
El
7 de noviembre de 1225, el santo partió de Soest a Schwelm con una escolta
insuficiente, y Federico y otros nobles cayeron sobre él con cien soldados y lo
asesinaron.
© Aciprensa
Palabras del Papa Francisco
“La
unidad entre los cristianos es una prioridad,
porque
reconocemos que entre nosotros
es
mucho más lo que nos une que lo que nos separa.
El
Padre nos mira, y su mirada de amor
nos
anima a purificar nuestro pasado y a caminar en la unidad”
Tema del día:
El Papa en Suecia
Hace
una semana el Papa Francisco visitó Suecia suscitando grandes interrogantes y
controversias en el mundo católico y protestante. Ofrecemos estas reflexiones
de José M. Vidal que parecen atinadas para interpretar el acontecimiento y
enriquecer nuestra fe. Otra oportunidad para conversar en nuestros grupos.
El
3 de octubre de 1517 el monje agustino Martin Lutero clavaba en la puerta del
castillo de Wittenberg sus 95 tesis, que alumbraban la Reforma protestante.
Desde entonces, 500 años de separación y odio entre católicos y protestantes,
plasmados en excomuniones y en todo tipo de ataques de ida y vuelta, con
guerras sangrientas, hogueras e inquisiciones incluidas. Un odio sólo
explicable desde la óptica de dos hermanos que luchan por quedarse con la
herencia del padre.
Lutero
escribe, por ejemplo, que "toda la Iglesia del papa es una Iglesia de
putas y hermafroditas", y que el mismo Papa es "un loco furioso, un
falsificador de la historia, un mentiroso, un blasfemo". Y para muchos
protestantes, la Iglesia católica fue durante siglos "la gran prostituta
de Babilonia" o "la gran ramera". Por su parte los católicos
tampoco ahorraron críticas e insultos hacia los protestantes y hacia el propio
Lutero, al que estigmatizaron como "hereje" y llegaron a pintar como
un monstruo de siete cabezas.
Lutero
no quería romper la unidad eclesial, sino reformar a la Iglesia de su época,
una institución constantiniana, casada con el poder, mundana, rica y corrupta.
Una Iglesia que, ya desde el siglo XIII, se sentía necesitada de purificación,
pero su jerarquía no la permitía. Lo intentaron muchos años antes de Lutero,
Valdo de León y Francisco de Asís. El primero fue declarado hereje y el
segundo, reconducido al orden y "normalizado" después de su muerte.
La
gota que colmó el vaso de Lutero fue la gran campaña de ventas de indulgencias
impulsada por Roma, para levantar la Basílica de San Pedro, con la que se
prometía el cielo a los contribuyentes. Tanto que proclamaba que "el alma
vuela al cielo en el mismo instante en que suena la moneda echada en el
cepillo". El monje agustino se rebeló contra este fraude simoníaco y
propuso la esencia de la doctrina evangélica: la salvación no se compra, sino
que se alcanza sólo por la fe y la gracia de Dios. Resaltó, ya entonces, que el
amor de Dios no se merece y que, en la vida cristiana, el primado lo tiene que
tener la Escritura y la gracia-amor gratuito de Dios.
Y
el cisma se produjo, aunque Lutero no quería la ruptura, pero la sordera
absoluta de Roma a sus reclamos reformadores la hizo ineludible. Y el Papa León
X excomulgó de inmediato a Lutero.
Desde
entonces, las tensiones se mantuvieron vivas hasta el Concilio Vaticano II, que
cambio de óptica y puso en marcha el diálogo ecuménico. Un diálogo que, desde
los años 60, atravesó diversas etapas. En un primer momento, la Iglesia
católica apostaba por el ecumenismo del lobo: comerse a las ovejas
protestantes, para así unirlas al rebaño. Después, se fue avanzando hacia un
ecumenismo más respetuoso. Y, hoy, el Papa Francisco aboga por el ecumenismo de
la unidad en la diferencia. El cristianismo como un poliedro, formado por
distintas caras y diversas iglesias unidas en lo esencial, sin que cada una
pierda su propia identidad.
Esta
nueva dinámica, que puede conducir, por fin, a la unidad plena, encuentra
profundas resistencias en las alas más ideologizadas y talibanizadas de ambas
confesiones. Los rigoristas católicos y protestantes prefieren la desunión y
acusan de hereje al Papa que intenta cumplir el deseo de Cristo: "Padre,
que todos sean uno".
Un
gesto sin precedentes, aunque Francisco ya nos tiene acostumbrados a ese tipo
de acciones novedosas. En el fondo lo que Bergoglio escenificó en Suecia es una
rehabilitación fáctica del Lutero que "dio un gran paso para colocar la
Palabra de Dios en manos del pueblo" y, por lo tanto, acercar a la Iglesia
a sus fuentes evangélicas.
Asumiendo
las bondades de la Reforma protestante, el Papa quiere demostrar (haciendo
camino al andar) que la Iglesia puede vivir la unidad como tensión que la
reforma y la reúne constantemente. En Lund, al lado de los luteranos, Francisco
reinventa el ecumenismo de la carne del pobre y del refugiado. El ecumenismo
práctico de una Iglesia unida en la conciencia samaritana, que descubre en los
descartados la carne de Cristo. "Exhortamos a luteranos y católicos a
acoger juntos al extranjero", a los que "se ven obligados a huir por
culpa de guerras y persecuciones" y "defendamos los derechos de los
refugiados y de los que buscan asilo", clamó en la catedral.
Junto
al ecumenismo de la misericordia, el Papa alentó en Lund el "ecumenismo de
la sangre", es decir el testimonio ofrecido por los mártires de todas las
confesiones cristianas, que entregan su vida, cruenta o incruentamente, para
que resplandezca el rostro de Dios.
Un
ecumenismo humilde y tenaz, que persigue el Papa, basado en la cultura del
encuentro, del diálogo, del conocimiento y de la cercanía al otro. Un
ecumenismo que derriba muros y barreras y hace que, 500 años después, lo
imposible se torne posible, y católicos y luteranos puedan rezar juntos a su
mismo Dios. "Tenemos la posibilidad de reparar, superando los
malentendidos" y "anunciar juntos la misericordia de Dios", dijo
Francisco en la oración conjunta en la catedral sueca de Lund.
Y,
después, en evento ecuménico, lanzó a los cristianos, a todos los cristianos, a
una campaña mundial, en la que todos juntos "protagonicemos la revolución
de la ternura". 500 años después, los hermanos separados se abrazan y
deciden caminar juntos hacia la unidad plena en alas de la misericordia, el
máximo distintivo de Dios.
© José Manuel Vidal
Ofrecimiento para sacerdotes y religiosas
Formulo
el siguiente ofrecimiento únicamente
para sacerdotes o religiosas que reciben diariamente "Pequeñas
Semillitas" por e-mail: Si desean recibir el power point y los comentarios
del Evangelio del domingo siguiente con dos o tres días de anticipación, para
tener tiempo de preparar sus meditaciones, homilías o demás trabajos pastorales
sobre la Palabra de Dios, pueden pedírmelo a feluzul@gmail.com
Sólo
deben indicar claramente su nombre, su correo electrónico, ciudad de residencia
y a qué comunidad religiosa pertenecen.
Pedidos de oración
Pedimos
oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes,
diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo
místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como
Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por
las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado
Corazón de María; por la conversión de
todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por
los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros
lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos
especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la
falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras
enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los
presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por la
unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de
los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones
sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos
oración para Ricardo y Juan Manuel; ellos son de Rincón de Romos, Aguascalientes,
México. Para que sus heridas personales sean sanas y se hablen; tienen muchos
años que no se dirigen la palabra, lo que causa una gran pena a las personas
que los quieren. Roguemos para dejen atrás el rencor y se dejen sanar por Dios
bueno y amable y Santa Maria de Guadalupe.
Pedimos
oración por Sukru B., de Bradenton,
Florida, USA, de 60 años. Le operaron un
tumor en una amígdala y recibimos la mala noticia de que resultó ser canceroso.
Lo próximo es ir al oncólogo para que le hagan "scans" para
determinar si ha hecho metástasis y si hay que comenzar a darle radiación. Oremos
por él, para que hayan logrado extirpar todo lo maligno y los resultados
indiquen que ya está libre de cáncer. También por Rosalina M. de A., que está con quimioterapias, pedimos que tengan
poca reacción y que quede muy sano su páncreas.
Pedimos
oración para Marimar L., de Buenos
Aires, Argentina, quien a raíz de una caída ha sufrido lesiones importantes en
la rodilla izquierda, lo cual se suma a problemas de la cadera derecha y ahora
determina un período prolongado de reposo. Que la Virgen de Luján interceda por
ella ante el Señor para una recuperación pronta y total.
Pedimos
oración para Rocío Ayleen, de
Córdoba, Argentina, niña que será operada de un tumor cerebral y a la que
dejamos en las Manos Sanadoras de Jesús, confiando en su amor y misericordia
para que le conceda la inmensa gracia de poder superar su enfermedad, mientras
la Santísima Virgen sostiene en la fe a sus familiares.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara
nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y
la paciencia;
escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros
hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Los cinco minutos de Dios
Noviembre 7
Hay
dos objetos que a menudo usamos y que pueden proporcionarnos hermosa enseñanza
para nuestra vida práctica: la cera y el pan.
El
pan que a diario comemos... cuando queremos afirmar la bondad de una persona,
decimos de ella: "es más buena que el pan"; y con eso decimos todo.
Es
que ser pan para los otros es servir de gusto y utilidad a los demás; y después
de eso, o precisamente por eso, dejarse cortar, dejarse tostar, desmigajar,
masticar y triturar o quizá dejarse tirar.
Para
la mansa cera, dar la vida a otros es morir. Y dar la vida a los otros es
entregarlo todo por ellos; todo: cansancio, tiempo, preocupaciones, sonrisas,
palabras... todo sin excepción.
Y
eso lo debemos hacer sin esperar nada de los demás.
La
conjugación del todo y de la nada es lo que constituye el secreto de la
perfección.
“¡Que el sabio comprenda estas cosas! ¡Que el hombre
inteligente las entienda! Los caminos del Señor son rectos: por ellos caminarán
los justos, pero los rebeldes tropezarán en ellos” (Os 14,10). No te separes
del Señor, sigue siempre sus caminos, observa siempre su santa ley; de esto
nunca te podrás arrepentir.
* P. Alfonso Milagro
Jardinero de Dios
-el
más pequeñito de todos-
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